Su casco triangular, mansamente acunado por los cerros se quiebra en calles pendientes. «Varado como un barco de oro y cal, protegido de un naufragio entre los cerros», ve el poeta Alejandro López Andrada a Villanueva del Rey. Su casco triangular, mansamente acunado por los cerros de Sierra Boyera, El Chaparral y La Loma, se quiebra en calles pendientes, que desde el ajardinado pulmón de la plaza bajan hasta la austera iglesia parroquial, cuya tímida torre no quiere turbar este sueño horizontal de sosiego.
Villa situada en el Valle del Guadiato, a corta distancia de la N-432.
Distancia a Córdoba: 67 Km.
Altitud: 549 m.
Extensión: 215,7 Km2
Habitantes: 1.224.
Gentilicio: Villanovenses.
Mancomunidad: Valle del Guadiato.
La actual población de Villanueva del Rey data de principios del siglo XIV. Durante la primera etapa de su historia perteneció al consejo de Córdoba, pero en 1637 la Corona vendió su jurisdicción a Pedro Gómez de Cárdenas, que cambió temporalmente su nombre por el de Villanueva de Cárdenas.
Vídeo promocional: https://youtu.be/ylcVupPS8S8 (Diputación Provincial de Córdoba).
Nació como Villar de Dos Hermanas, aldea vinculada a Espiel a raíz de la reconquista, hasta que sus términos fueron delimitados en 1272 por el obispo Fernando de Mesa. La primera mención a la actual Villanueva tiene lugar en 1316, adscrita al Concejo de Córdoba. Permaneció como villa de realengo hasta 1637, en que la compró Pedro Gómez de Cárdenas, llamándose entonces Villanueva de Cárdenas, convertida luego en condado. La población cuenta también con la ermita de Santiago, patrón del lugar, construida en el siglo XX (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Se considera que el origen de este templo parroquial corresponde al siglo XVI, si bien las diversas transformaciones a las que ha sido sometido, singularmente a fines del siglo XVIII, no permiten hacerse una idea de la obra primitiva. Es templo de nave única y cabecera plana, usándose como cubrición bóveda de cañón en la primera y baída para el presbiterio. En el lado izquierdo hay un espacio rectangular que funciona como capilla del Sagrario; en el lado derecho hay otro espacio, actualmente sin uso.
La capilla mayor carece de retablo; en su lugar hay un Sagrario renacentista con relieves de San Pedro y San Pablo y un Crucificado tallado por Miguel Arjona entre 1970 - 1972. Hay también dos ciriales de plata del siglo XVII con escudos carmelitas, procedentes de un desaparecido convento que hubo en las inmediaciones. En la capilla del Sagrario puede verse la cruz parroquial de plata del siglo XVIII, sin marcas. Entre los objetos litúrgicos que se conservan en la iglesia destacan dos custodias de mano, una de plata en su color del siglo XVI, marcada por Fernández, y otra del XVII sin marcas y sobredorada (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
La Iglesia parroquial de la Inmaculada Concepción se encuentra situada al sur del casco urbano entre las calles más importantes de la localidad y muy cercana a la Plaza Mayor donde se encuentra el Ayuntamiento.
El edificio, cuya primera construcción se remonta a mediados del siglo XVI, ha sufrido varias remodelaciones y ampliaciones como la que se llevó a cabo a finales del siglo XVIII, en 1795.
Exteriormente nos encontramos ante un edificio de gran sencillez que presenta un pórtico lateral con arcos de medio punto rebajados, realizados en ladrillo visto, cegados en su mayor parte, a excepción del que da paso a la puerta en el muro de la Epístola, encontrándose la puerta principal a los pies del edificio, con vano adintelado flanqueado por pilastras que terminan en un entablamento sobre las que emergen remates piramidales terminados en bolas. Al centro un gran óculo se abre para dar luz al interior.
Iglesia es de planta rectangular de tres naves y cabecera plana. La nave central se encuentra cubierta por bóveda de cañón con lunetos muy pronunciados que se unen en el centro de la cubierta. El presbiterio es de planta cuadrada, cubierto por bóveda baída, al que se accede a través de un arco triunfal de medio punto que se apoya en amplios pilares renacentistas.
En el muro del lado del Evangelio se abren una serie de capillas unidas, de planta rectangular, cubiertas por bóveda de aristas y baídas. En el muro opuesto, denominado de la Epístola, se abren también dos capillas unidas, la más cercana al presbiterio es de planta cuadrada y se cubre con una cúpula semiesférica, bajo la cual se encuentra la pila bautismal, de granito y gallonada, la siguiente capilla se cubre con bóveda de arista.
La torre se encuentra situada en el muro del evangelio, cuanta con un pequeño fusta sobre el que descansa el cuerpo de campanas, un vano de medio punto por cada frente en marcado por alfiz, donde se distribuyen las campanas, sobre él un entablamento moldurado da paso a cuatro copetes piramidales dispuestos en los ángulos, emergiendo del centro un pequeño chapitel cónico rematado por cruz y veleta de forja.
Ha sido restaurada en los últimos años. En 1978 se sustituyó la solería de barro original, por otra de terrazo.
La Iglesia parroquial de la Inmaculada Concepción se encuentra dentro de la tipología de templos típicos de la serranía cordobesa. Su construcción se remonta a mediados del siglo XVI con alteraciones sufridas por sucesivas y profundas reformas de ampliación llevadas a cabo a finales del siglo XVIII. De la primera fase constructiva nos queda el presbiterio de bóveda baída, destacando los amplios pilares renacentistas.
Conserva dos tablas de inspiración renacentista, situadas en el presbiterio, que representan a San Sebastián sagitado y a Santa Irene portando el ungüento curativo. Se cree que pertenecieron a uno de los primeros retablos que poseyó la Parroquia y que se salvó de la destrucción de la Guerra Civil de 1936 (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Al sur del casco urbano se alza, austera y blanca, la Parroquia de la Inmaculada Concepción, con modesto campanario.
El templo data del siglo XV y fue reformado en el XVIII, y destaca por sus hermosos pilares del arco triunfal, labrados en piedra con pilastras cajeadas en sus frentes.
Conserva dos tablas de inspiración renacentista, situadas en el presbiterio, que representan a San Sebastián sagitado y a Santa Irene portando el ungüento curativo.
Se cree que pertenecieron a uno de los primeros retablos que poseyó la Parroquia y que se salvó de la destrucción de la Guerra Civil de 1936 (Diputación Provincial de Córdoba).
La ermita de Santiago Apóstol se encuentra situada en la carretera de entrada al municipio de Villanueva del Rey. El conjunto se encuentra protegido por un murete con pilares que sostienes tramos de rejas, presentando al frente una verja de acceso principal.
En cuanto a volumetría destaca la nave de la iglesia cubierta a dos aguas, la cabecera a cuatro y una airosa espadaña situada a los pies rematando el imafronte.
El edificio fue erigido a principios de siglo XX, concretamente en 1908. Es un templo sin estilo definido, ecléctico, de una sola nave dividida en cinco tramos separados por arcos fajones y cubierta por bóveda de aristas. La cabecera es de planta cuadrada con bóveda de media naranja sobre pechinas.
La portada es muy simple, consta de un vano de medio punto moldurado por el que se accede al interior de la ermita.
Sobre éste y a eje encontramos un gran óculo, rematando el conjunto una elegante espadaña. Ésta se configura en torno a un vano de medio punto que aloja la campana, flanqueado por pilastras que sostienen un frontón triangular, coronado con cruz y veleta de forja.
Los paramentos del edificio se presentan encalados en blanco mientras que los elementos estructurales y verticales se encuentran pintados en amarillo albero.
La ermita de Santiago Apóstol, patrón de la localidad, fue construida en 1908 (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
En la entrada al municipio de Villanueva del Rey se alza la Ermita de Santiago, erigida a principios de S. XX.
Contiene nave única y cabecera cuadrada, siguiendo con el típico plan serrano.
Está dedicada al patrón de la localidad, Santiago el Menor (Diputación Provincial de Córdoba).
Pósito.-
El Pósito se encuentra situado situada en las afueras del casco urbano en la confluencia de las calles de San Quintín, Parrilla y Pósito.
Es un edificio de planta casi rectangular, con un pequeño apéndice hacia el norte. Su fachada está orientada hacia el noroeste y abre a la calle Pósito. Consta de una sola planta en altura, estructurada en dos naves paralelas a la línea de fachada y una más también en línea con la fachada, contigua a ésta, que albergaría las dependencias administrativas, como se ve en una pequeña habitación que hay, según se entra, a mano derecha. A esta dependencia se accede por un vano adintelado con puerta de madera de cuarterones bastante deteriorada. Dentro de la habitación, a la izquierda, hay una alacena con puerta de doble hoja, de cuarterones con celosía de rombos en la parte superior para ventilación.
A la derecha de esta dependencia, sin comunicación con ella y en la misma línea de fachada se halla otra estancia que sí tiene comunicación directa con la panera mediante dos pequeños arcos de medio punto de escasa altura, cuya línea de imposta se marca por ligero resalte. Descansan sobre anchos pilares de sección rectangular. Se advierte que a la altura de estos arcos el muro es más grueso que en la parte superior, con el fin de dar más solidez a la estructura en la parte baja y soportar más presión. Pudiera ser que estuviese destinada esta cámara a almacenar productos de otro tipo.
Esta primera crujía de fachada se comunica con la zona de almacenamiento mediante un arco de medio punto de escasa luz. A su izquierda, hacia el extremo de la nave, se abre otro vano, en esta ocasión adintelado, frontero a otro similar en la nave contigua.
El almacén propiamente dicho consta de dos naves paralelas, cubiertas con el mismo tejado que protege la zona administrativa; de ahí que el tejado sea desigual en la anchura de sus dos vertientes, ya que hacia la fachada es más corto y, en cambio, la otra vertiente debe cubrir las dos naves de almacén, por lo que la cumbrera del tejado corre por encima del muro que separa la crujía de fachada respecto a las dos restantes.
Las dos naves de almacenaje presentan, por tanto, al exterior la otra vertiente del tejado, inclinada hacia la parte trasera del pósito y esto se acusa al interior donde la hilera de la techumbre asienta sobre el primer muro. Puesto que esta vertiente tiene considerable anchura, hacia la mitad descansa sobre el siguiente muro medianero, situado entre las dos naves de almacenamiento, y prosigue hasta descansar sobre el muro perimetral de la parte posterior.
Un muro divisorio separa las dos naves entre sí y va perforado por dos vanos adintelados, uno en cada extremo, más tres arcos de medio punto de escasa flecha y otro a continuación, más alto. Todos estos vanos muestran la rosca lisa y grueso intradós, sin decoración alguna en pro de una mayor fortaleza estructural.
En la nave trasera, en el extremo derecho, según testimonios, parece ser que existe un sótano, lo que no se ha podido comprobar por el pésimo estado de esta zona y el peligro de hundimiento.
La solería es la primitiva y está constituida por ladrillos unidos por sus cabezas formando espiga.
El pósito cuenta con una fachada muy sencilla, encalada por completo, con una sola puerta adintelada, con escalón formado por varias piezas de piedra. Las ventanas son pequeñas y se hallan situadas en la parte alta del muro, por debajo del tejado, ya que se buscaba la precisa ventilación e iluminación, sin estorbar al fin práctico de almacenamiento.
Hay tres en total, dos de ellas a ambos lados de la puerta. Son cuadradas, con derrame hacia el exterior, bastidor de madera y sencilla reja de barrotes dispuestos ortogonalmente. Cierran mediante dos hojas de madera con cuarterones.
La puerta tiene dos hojas formadas por tablas de madera dispuestas longitudinalmente, con clavos hemiesféricos y dos herrajes en flor de lis para los goznes en la parte superior. Tiene dos cerraduras, conservándose la llave antigua de una de ellas.
La cubierta es de teja curva y apoya sobre una hilera de ladrillos yuxtapuestos y colocados de plano.
El pósito está encalado por dentro y por fuera, pero los numerosos desprendimientos permiten ver en algunas zonas el material empleado para su construcción. En los muros es frecuente ver mampostería y en algunas zonas de las partes altas se empleó tapial. Los pilares, al menos los de la estancia a la derecha de la primera crujía, son de ladrillo y también los arcos.
Su situación próxima a las afueras del casco es frecuente en este tipo de construcciones para facilitar la comunicación con el medio rural y el tránsito de mercancías a lomos de bestias de carga. La fachada da a la calle Pósito que, junto con la calle Real, del Pilar, Parrilla, San Quintín y Portales, parte de la plaza del Barribalto.
Se desconoce la fecha de fundación, pero la tradición sostiene que cuenta con más de tres siglos de antigüedad. Lo cierto es que no hay elementos decorativos que pudieran ayudar a establecer la cronología y los estructurales se repiten a lo largo de dos centurias, así los pilares y los arcos de medio punto. Además, el tipo de cubrición mediante tiguillos tuvo mucho arraigo en todo el norte de la provincia durante varios siglos, lo cual no contribuye a aclarar la datación. Por todo ello, es arriesgado especificar si el pósito fue levantado en el siglo XVII o en el XVIII.
Exteriormente se asemeja a la tercia de Villaviciosa. Se trataba de un pósito municipal, pero el Ayuntamiento lo puso en venta y lo adquirió en el siglo XIX Pedro José Barba García, casado con Catalina Alcántara Muñoz. Estos lo legaron a sus dos hijos, Elisa y Manuel, y en la actualidad es propiedad de los descendientes de ambos. Buena parte de ellos han manifestado su deseo de que lo adquiera el ayuntamiento con el fin de instalar en él un museo etnológico, en el que se expongan utensilios empleados en las faenas tradicionales de Villanueva.
Calle arriba se encuentran las ruinas de la Molina. Era el molino adonde se llevaba el grano y estuvo funcionando hasta la década de 1960. Después, cuando dejó de funcionar y perdió interés práctico, fue abandonado; el paso del tiempo y la desidia han hecho lo demás. Hoy sólo quedan los muros y el recuerdo en muchos villanovenses que lo vieron funcionar.
Es uno de los escasos edificios, entre pósitos y tercias de la provincia, que conserva prácticamente intacta su imagen original, debido a que se le han hecho muy pocas obras. También es cierto que esto ha contribuido a que el estado actual sea lamentable y en algunas zonas haya verdadero peligro de ruina, no sólo del techo, restaurado parcialmente por una parte de la propiedad, más interesada en conservarlo, sino de los muros, algunos con desplome y grietas preocupantes, e incluso de parte del suelo que está hundido en la zona donde dicen que hay un subterráneo, imposible de ver por la situación de ruina (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Ayuntamiento.-
El Ayuntamiento de Villanueva del Rey se encuentra situado en el centro de la población, en la plaza a la que da nombre y cercana a la iglesia de parroquial de la Inmaculada Concepción así como a otros edificios importantes de la localidad.
Es un edificio de dos que presenta dos fachadas, una principal que da a la plaza y otra lateral a la calle Séneca, integrado en altura perfectamente entre el caserío colindante, por lo que la superposición de volúmenes no es apreciable salvo por el tejado a dos aguas que lo cubre y el remate central de perfil mixtilíneo que aloja la esfera del reloj bajo la cual se inserta la fecha de construcción del edificio en azulejos cerámicos, 1931.
Consta de dos plantas separadas por friso y coronado por el cuerpo de reloj. La fachada principal cuenta con tres vanos escarzanos en cada uno de sus cuerpos, reservando el vano central en el cuerpo inferior para acceso y en el superior para ubicar un balcón con voladizo protegido por una baranda de forja. La fachada lateral de la calle Séneca repite el mismo esquema compositivo de la principal con la salvedad de que presenta dos vanos en cada cuerpo, siendo los inferiores ventanas y los superiores balcones.
El conjunto se corona por un remate mixtilíneo que aloja la esfera del reloj, sobre el que se sustenta la campana mediante elementos de forja.
El conjunto presenta sus paramentos encalados en blanco, mientras que los elementos estructurales verticales y horizontales se presentan pintados en amarillo albero, resaltando así la bicromía que produce un juego de luces en sus fachadas.
Este edificio fue construido en los inicios de la Segunda República española, concretamente en 1931 (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
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