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sábado, 21 de septiembre de 2024

Un paseo por la calle Tarifa

     Por Amor al arte
, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la calle Tarifa, de Sevilla, dando un paseo por ella.
     Hoy, 21 de septiembre es el aniversario de la conquista de Tarifa por Sancho IV, así que hoy es el mejor día para ExplicArte la calle Tarifa, de Sevilla, dando un paseo por ella.
     La calle Tarifa es, en el Callejero Sevillano, una vía que se encuentra en el Barrio de la Encarnación-Regina, del Distrito Casco Antiguo, y va de la confluencia de las calles Javier Lasso de la Vega y Amor de Dios, a la plaza del Duque de la Victoria.
       La  calle, desde  el punto de vista urbanístico, y como definición, aparece perfectamente delimitada en  la  población  histórica  y en  los  sectores  urbanos donde predomina la edificación compacta o en manzana, y constituye el espacio libre, de tránsito, cuya linealidad queda marcada por las fachadas de las  edificaciones  colindantes  entre  si. En  cambio, en  los  sectores  de periferia donde predomina la edificación  abierta,  constituida  por  bloques  exentos,  la  calle,  como  ámbito  lineal de relación, se pierde, y  el espacio jurídicamente público y el de carácter privado se confunden en términos físicos y planimétricos. En las calles el sistema es numerar con los pares una acera y con los impares la opuesta. También hay una reglamentación establecida para el origen de esta numeración en cada vía, y es que se comienza a partir del extremo más próximo a la calle José Gestoso, que se consideraba, incorrectamente el centro geográfico de Sevilla, cuando este sistema se impuso. En la periferia unas veces se olvida esta norma y otras es difícil de establecer.
     Dos de sus tramos formaron parte de la antigua Carpio hasta 1845, fecha en la que pasaron a denominarse Tarifa, en memoria de la participación de Sevilla en la toma y defensa de esta ciudad gaditana durante los reinados de Sancho IV el Bravo y Alfonso XI. En fecha imprecisa, pero con anterioridad a 1673, el que es hoy su primer tramo, que hasta entonces estaba comprendido en Santa María de Gracia, se incorpora a Tarifa. En 1918 hubo una propuesta para denominarla Montes Sierra, pero no llegó a aprobarse.
     Es calle de trazado irregular y curvilíneo, si bien ha sido en parte corregido por proyectos de rectificación de líneas (1867 y 1945). Presenta dos tramos netamente diferenciados, que coinciden con su  toponimia histórica. El primer tramo, el comprendido entre Amor de Dios y Santa María de Gracia, forma parte del eje de comunicación Campana-Alameda y registra un intenso tráfico rodado y gran animación; en cambio el que va de Santa María de Gracia a la plaza del Duque de la Victoria no es más que una trasera de las importantes plazas adyacentes; en él desemboca Capataz Rafael Franco y está cerrado al tráfico por macetones situados en ambos extremos. Se registran quejas del mal estado de su empedrado a mediados del s. XIX, y se adoquina en 1924-26; hoy posee calzada de asfalto, muy deteriorada en el tramo cerrado al tráfico, y aceras de losetas. Se ilumina mediante farolas de báculos adosadas a las fachadas. La edifica­ción está constituida por casas tradicionales de tres plantas, algunas de ellas en grave estado de abandono e incluso en ruinas; es de destacar la  núm.4, obra del arquitecto José Gómez Millán de 1912, de estilo neomudéjar y hoy ocupada por un hostal. En el siglo pasado era calle particularmente animada por la existencia de tabernas, un café-cantante con espectáculos flamencos y el Salón Oriente, donde se celebraban bailes los domingos y cobraba gran animación los días del Carnaval. Actualmente participa de la función comercial, de carácter diverso, propia de la zona urbana en la que se ubica, destacando por su número los bares, algunos de los cuales aprovechan su condición de calle peatonal para sacar veladores a la calzada [Josefina Cruz Villalón, en Diccionario histórico de las calles de Sevilla, 1993].
Conozcamos mejor la historia de la conquista de Tarifa, hecho histórico que da origen a la rotulación de la vía reseñada
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     Sancho IV, apodado El Bravo, nació en Valladolid el 12 de mayo de 1258. Era hijo del rey Alfonso X el Sabio y de su esposa la reina doña Violante de Aragón. Siendo aún infante tuvo que enfrentarse a su padre que aspiraba a nombrar heredero del trono de Castilla y León a su nieto Alfonso de la Cerda, aunque finalmente logró ser coronado rey el 30 de abril de 1284, a los 26 años de edad. Contrajo matrimonio con su tía segunda, María de Meneses, conocida después como María de Molina, en el año 1381.
     Mercedes Gaibrois de Ballesteros, en su excelente libro sobre la vida de esta relevante reina de Castilla, refiere que: "María era prima hermana del rey Alfonso X, joven, bella y sencilla… El infante don Sancho se ha enamorado de ella con pasión, con toda la fuerza arrolladora que pone él siempre en las cosas y quiere casarse sin demora, sin esperar la dispensa pontificia, requisito ineludible por ser sobrino de su prometida… Don Sancho tiene 23 años... El fogoso temperamento del infante ha encontrado un dique de paz, tan necesario a su espíritu, en el carácter reposado, en la gran serenidad de su novia, llena de mansa energía interior. En el verano del año 1281 tuvieron lugar los esponsales en la catedral de Toledo".
     Durante su reinado, se vio obligado a mantener una pugna constante con los Infantes de la Cerda y otros poderosos señores del reino que aspiraban a quitarle el trono, teniendo que encarcelar o enviar al exilio a muchos de los nobles rebeldes, entre ellos a su hermano, el infante don Juan, que llegó a traicionarlo pasándose al servicio del sultán de Fez y participando en la alevosa muerte del hijo de Guzmán el Bueno ante los muros de Tarifa en el año 1294.
     Después de años de conflictos y guerra abierta entre el sultanato meriní y la Castilla de Alfonso X, en 1285 Sancho IV firmó un acuerdo de paz con el sultán de Fez, Abu Yusuf Yaqub. El rey castellano-leonés utilizó ese período de distención entre cristianos y musulmanes para establecer un pacto con el sultán de Granada, en mayo de 1291, que consistía en que los granadinos le prestarían su ayuda cuando asediara Tarifa, que estaba en poder de los norteafricanos, enviándole armas y vituallas, prometiéndoles que les entregaría la plaza una vez tomada, promesa que el rey de Castilla no cumplió.
     En el mes de noviembre del mismo año, mantuvo un encuentro con el rey Jaime II de Aragón en el que acordaron prestarse ayuda mutua en la lucha contra los musulmanes y, especialmente, en la empresa que Sancho IV iba a emprender contra Tarifa aportando el rey de Aragón ayuda naval al castellano.
     En el mes de junio de 1292, el ejército de Sancho IV puso cerco a Tarifa por tierra, mientras que la flota castellana, apoyada por galeras aragonesas y genovesas, al mando del almirante Benito Zacarías, bloqueaba la ciudad por mar para evitar que le entrara ayuda en armas y vituallas desde la orilla africana.
     Según el historiador musulmán Ibn Abi Zar: "El rey de Granada se alió con Alfonso (quiere decir Sancho IV) y concertó con él que éste sitiaría a Tarifa hasta tomarla para impedir el paso a al-Andalus de los benimerines. Muhammad II se comprometió a sufragar los gastos generados por el ejército mientras durase el cerco. Acampó Sancho IV junto a la ciudad el 1 de yumada segunda (el día 20 de mayo). La atacó por mar y por tierra, noche y día, y levantó máquinas para batirla. El sultán de Granada le enviaba provisiones, pertrechos, flechas y todo lo que necesitaba hasta que la rindió por capitulación, y entró en ella el último día de shawwal del 691 (octubre del año 1292 de la Era Cristiana)".
     En el mes de julio llegó al cerco el rey de Castilla y se intensificaron los asaltos a la muralla y las puertas hasta que, faltos de alimentos y sin posibilidad de recibir ayuda desde Ceuta o Tánger, el gobernador de la ciudad se rindió a las tropas castellanas.
     El historiador Ibn Jaldún se refiere con estas palabras al sitio y pérdida de Tarifa: "Los defensores de Tarifa resistieron el asedio de los cristianos durante cuatro meses, pero finalmente, sin ayuda exterior, agotados por el hambre y por las numerosas pérdidas sufridas, no tuvieron más remedio que evacuar la ciudad. El rey cristiano acordó con ellos una capitulación que fue cumplida en todas sus condiciones. Fue el año 691 en que Tarifa sucumbió”. La Crónica de Sancho IV refiere que “(el rey) mandó armar los engeños e combatir la ciudad muy fuerte por mar e por tierra muchas veces, hasta que la ovo de entrar por fuerza e tomóla en el mes de Setiembre, el día de Sant Mateo apóstol e evangelista (21 de septiembre de 1292)".
     Es probable que los castellanos tomaran primero el arrabal, conocido como la Aljaranda, luego la medina y el resto de la ciudad y, por último, el castillo. Según se recoge en la tradición local de la ciudad desde mediados del siglo XIX, en el camarín de la iglesia de Santiago, que se halla junto a la muralla que da al flanco Este del recinto, había un letrero que decía: "En 21 de setiembre de 1292, reinando don Sancho IV el Bravo, se ganó esta ciudad a los moros por el postigo de Santiago que está tapiado".
     Sin embargo, existen dos versiones diferentes sobre la fecha en la que el rey Sancho IV logró la conquista de la ciudad de Tarifa. Algunas fuentes aseguran que la toma fue el día 21 de septiembre, festividad de San Mateo. Otras refieren que la entrada de los castellanos fue el día 14 de octubre.
     Mercedes Gaibrois, en su obra sobre la conquista de Tarifa, se inclina porque el día 21 de septiembre se dio una batalla decisiva, tal vez con motivo de una salida de los sitiados, lo que significó que se negociara la capitulación, que tuvo como resultado la ocupación de Tarifa por Sancho IV el Bravo el 14 de octubre. Esta versión es apoyada por el investigador Wenceslao Segura, gran conocedor de la historia de la ciudad, que refiere que el día 21 de septiembre los musulmanes se rindieron y, en ese día, se procedió a la firma de las capitulaciones entre los vencedores y los vencidos, ocupando los castellanos los lugares estratégicos del recinto fortificado que más convenía dominar, mientras que se procedía a la evacuación de la ciudad, operación que no finalizó hasta a mediados del mes de octubre, cuando el rey Sancho IV entró triunfante en Tarifa el día 14.
     Una vez tomada la plaza, para su mantenimiento y defensa y con el compromiso de tenerla abastecida con algunas galeras, el rey le otorgó la tenencia de la villa recién conquistada al Maestre de Calatrava, don Rodrigo Pérez Ponce, por el plazo de un año. Pero, al cabo de ese tiempo, don Rodrigo Pérez Ponce comunicó al rey su deseo de que lo reemplazara en el cargo y que pusiera en él a alguien más capacitado para la guerra de frontera. Y así fue como don Alonso Pérez de Guzmán El Bueno ocupó la alcaidía de Tarifa a mediados el mes de agosto del año 1293.
     El rey Sancho IV falleció el 25 de abril de 1295, recibiendo sepultura en la capilla de la Santa Cruz de la Catedral de Toledo, dejando a su esposa, la reina doña María de Molina, la pesada carga de la regencia del reino mientras que su hijo Fernando alcanzara la mayoría de edad que sería en el año 1301 (Antonio Torremocha, en Europa Sur).
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Más sobre el Callejero de Sevilla, en ExplicArte Sevilla.

La calle Tarifa, al detalle:
Edificio c/ Tarifa, 4, de José Gómez Millán

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