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miércoles, 18 de junio de 2025

La pintura "Santa Isabel de Esconauguía", de Francisco Miguel Ximénez, en la Iglesia del Convento de San Clemente

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la pintura "Santa Isabel de Esconauguía", de Francisco Miguel Ximénez, en la Iglesia del Convento de San Clemente, de Sevilla.   
     Hoy, 18 de junio, en Schönau, lugar de Renania, en Germania, hoy Alemania, Santa Isabel, virgen, insigne por su observancia de la vida monástica (1164) [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II].
       Y que mejor día que hoy para ExplicArte la pintura "Santa Isabel de Esconauguía", de Francisco Miguel Ximénez, en la Iglesia del Convento de San Clemente, de Sevilla.
     El Convento de San Clemente [nº 55 en el plano oficial del Ayuntamiento de Sevilla; y nº 66 en el plano oficial de la Junta de Andalucía], se encuentra en la calle Reposo, 9; en el Barrio de San Lorenzo, del Distrito Casco Antiguo.
     Esta pintura mural al seco que encontramos en la Iglesia del Convento de San Clemente, fue realizada en estilo rococó en 1770 por Francisco Miguel Ximénez. En ella, se representa a Santa Isabel de Esconauguía, quien ingresó en el monasterio de las benedictinas de Schönau convirtiéndose en una famosa mística. Viste cogulla blanca y velo negro, lleva el báculo terciado por delante y adopta postura de escritora, con el libro en la mano izquierda y la pluma en la derecha. Dos ángeles la acompañan comentando lo contendido en el libro. (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     De este monasterio cisterciense fundado por Alfonso X El Sabio se sabe que estaba construyéndose en 1255 y que se había concluido en 1260. En él se instaló una comunidad de monjas que procedían de la casa madre de las Huelgas Reales de Burgos. En el proceso de su fundación participó intensamente el obispo de Sevilla, don Remondo de Lozana, quien probablemente fue la persona que señaló que el convento estuviese bajo la advocación de San Clemente, pues fue en el día de su festividad cuando se conquistó la ciudad.  Posteriormente, en 1284, el Rey Alfonso X El Sabio, a instancias del Obispo Don Remondo, otorgó grandes privilegios al convento, puesto que en él profesaba una de sus hijas, doña Berenguela. Estos privilegios fueron confirmados posteriormente por Sancho IV, Fernando IV y Alfonso XI. En el siglo XV los Reyes Católicos renovaron, de nuevo, los privilegios de la comunidad, los cuales siguieron vigentes hasta el reinado de Carlos III en el siglo XVIII, ya que en 1770 patrocinó amplias reformas en el convento, sufragando, entre otros, el programa pictórico que cubre los muros del templo.
     La nave de la iglesia presenta un excepcional repertorio de elementos constructivos, puesto que está cubierta con un espléndido artesonado mudéjar de mediados del siglo XVII, cuyos zócalos llevan recubrimientos de magníficos azulejos que se han puesto en relación con el ceramista Roque Hernández.
     Hacia 1770, con recursos aportados por Carlos III, la comunidad de monjas cistercienses debió de contactar con el pintor sevillano Francisco Miguel Ximénez para que decorase los muros laterales de la nave. Esta realización artística había sido atribuida con anterioridad a Lucas Valdés, aunque puede comprobarse, tanto en el dibujo de las figuras, como en las orlas y molduras que las envuelven, que aparece claramente la impronta del estilo rococó.
   El actual conocimiento de la obra de Ximénez nos permite atribuirle esta decoración mural de la nave, en la cual se formula un homenaje de triunfo y gloria a la historia de las órdenes benedictina y cisterciense, representando allí a todos sus santos, a los que se añade la presencia de las principales figuras del santoral sevillano.
   En el muro izquierdo, y comenzando su recorrido siguiendo la disposición tradicional de izquierda a derecha, encontramos, en primer lugar, un grupo de tres santas formado por Santa Umbelina, Santa Columba y Santa Franca. En un medallón irregular de perfil rococó figura San Isidoro en la escena en la que se le aparece a San Fernando, durante el proceso de reconquista de la ciudad de Sevilla. Encima, aparece otro medallón con la imagen de San Alberico en el momento de recibir un hábito blanco de manos de la Virgen. Después, encontramos a Santa Cunegunda y Santa Matilde seguidas de otro medallón donde vemos a San Ildefonso, arzobispo de Toledo, en el acto de recibir la casulla que le entregó la Virgen; la presencia de este santo dentro de la iconografía de la orden se debe a que en su juventud, en Toledo, patrocinó la construcción de un templo de monjas benedictinas. En lo alto, observamos otro medallón oval donde se representa a San Esteban Harding, tercer abad del Císter en el episodio milagroso en que la Virgen le entrega un cíngulo como emblema de castidad. El recorrido pictórico mural de esta nave izquierda culmina con las figuras de Santa Gertrudis La Menor, flanqueada por Santa Juliana y Santa Aleyda.
     En el muro derecho  la decoración  pictórica prosigue con la descripción de las principales devociones benedictinas y cistercienses y, por ello, en primer lugar se representa a Santa Edeltrudis y a Santa Edita, a los lados de Santa Lutgarda. En un medallón de la parte inferior aparece San Anselmo, obispo de Canterbury y, en otro que figura en la parte superior vemos a San Plácido en la escena de su martirio. En el centro de este muro derecho se representa a Santa Isabel de Esconauguía y a Santa Hildegarda; ambas flanquean a una Santa cuyo título está barrido y no se puede identificar. En otro medallón aparece, seguidamente, San Leandro, sobre el cual figura otro con la representación de San Mauro en el momento de salvar a su compañero, San Plácido, de perecer ahogado en el lago Subiaco. En el último tramo pictórico de este muro derecho está Santa Florentina, hermana de San Isidoro y San Leandro, y Santa Escolástica, figurando en el centro Santa Eduvigis (Enrique Valdivieso González, en Pintura Mural del Siglo XVIII en Sevilla. Fundación Sevillana Endesa. Sevilla, 2016).
Conozcamos mejor la Historia, Leyenda, Culto e Iconografía de Santa Isabel de Esconauguía, virgen
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     Mística alemana nacida en 1129, en la diócesis de Tréveris. Ingresó en la orden benedictina de Schönau, cerca de Bingen, y murió en 1165.
     Sobre todo se la conoce por sus Revelaciones acerca de santa Úrsula y las Once mil vírgenes (Louis Réau, Iconografía del Arte Cristiano. Ediciones del Serbal. Barcelona, 2000).
Conozcamos mejor la Biografía de Francisco Miguel Ximénez, autor de la obra reseñada;
     Francisco Miguel Ximénez de Alanís, (Sevilla, 1717 – 1793). Pintor.
     Nació en Sevilla en 1717. De formación tradicional, obtenida en el taller de Domingo Martínez de acuerdo con el espíritu barroco tardío, evoluciona hacia un rococó cargado de estereotipos. Su producción es amplia y abarca los campos de la pintura de caballete y el dorado de retablos. En esta última faceta se han podido documentar varias obras, asociadas con algunos de los escultores y retablistas más relevantes del período, en especial Benito de Hita y Castillo y Julián Jiménez, como el retablo del Cristo atado a la columna de iglesia utrerana de Santa María de la Mesa. En 1727 aparece citado como oficial de pintor y avecindado en la collación de San Juan de la Palma, donde se inicia en el conocimiento de la pintura de feria.
     En 1761 pinta por encargo de la hermandad de la Carretería un cuadro con el que se celebraba el decreto de la Concepción, mostrando a La Inmaculada con Clemente XIII y Carlos III. Para esta misma congregación, hizo en 1788 las pinturas del arco triunfal que se levantó con motivo de la proclamación de Carlos IV. Al año siguiente hizo los retratos de Carlos IV y de María Luisa de Parma para la Academia de Medicina. Y en 1790 firma el cuadro que muestra a Paulo III concediendo la Bula de fundación a las religiosas del Espíritu Santo (convento del Espíritu Santo), en el que Ximénez más parece haberse interesado en el marco arquitectónico que en la representación de los personajes, por lo que trastoca el equilibrio compositivo y hace de lo accesorio un elemento principal. Ello responde, sin duda, a la creciente importancia que había adquirido entre los integrantes de la escuela el conocimiento de la arquitectura, haciendo gala en muchos de gran destreza en la interpretación del proyecto. Posiblemente este espíritu creativo tiene que ver con el maestro Domingo Martínez, que llegó a ser pintor y arquitecto de la Catedral. Prueba de ese interés es la pintura firmada con Perspectivas de edificios con varias figuras, que se encuentra en la Capitanía General de Sevilla. Pero el testimonio más claro de esta perfección formativa son las obras de la iglesia parroquial de Algodonales, donde intervino en 1786. El pintor se hizo cargo de diseñar el retablo donde iba a colocarse la imagen del Rosario “para cuyo efecto está hecho un plano por el insigne maestro de dibujo y primer director de la Real Academia de las Tres Vellas Artes de la dicha ciudad”. También la hermandad de las Ánimas quiso tener su propio aditamento, una estructura de madera realizada por Diego Meléndez, de acuerdo con el diseño de Ximénez “con arreglo a un plan delineado por el dicho Don Francisco Ximenez”. Ambos artífices se ocuparon de atender las mismas necesidades de la congregación de la Vera Cruz. Por último, tuvo parecida participación en el altar mayor, que se construiría “con arreglo a un excelente plano que por orden del mencionado Sr. vicario hizo”. Pocas veces se había visto con tanta claridad a un pintor implicado en la concepción de una estructura arquitectónica, en una circunstancia que había sido criticada cuando se había producido por intromisión profesional.
     En línea con esta producción arquitectónica y asociada a la policromía de retablos, se encuentra la pintura mural, de la que se ha identificado un conjunto de Ximénez, la que decora los paramentos del cuerpo de iglesia del convento de San Clemente, ejecutada hacia 1770. Conjuga en esta obra una densa decoración en la que predominan las rocallas, con efigies de santos de la orden cisterciense y otras figuras de devoción, como San Ildefonso o San Esteban. La soltura con que Ximénez trabaja el temple induce a pensar en una producción mayor, que de momento no es conocida. A este respecto, recuerda Ceán Bermúdez que fue responsable de la decoración de la desaparecida iglesia de San Felipe Neri, de la que restan algunos lienzos, que han sido atribuidos en consecuencia al propio pintor y hoy se encuentran en San Alberto Magno, de los que se ha destacado el que representa a San Felipe Neri iniciando la construcción del Oratorio de Roma, donde se ha querido identificar un posible retrato del artista (Fernando Quiles García, en Biografías de la Real Academia de la Historia).
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Más sobre el Convento de San Clemente, en ExplicArte Sevilla.

martes, 17 de junio de 2025

Los principales monumentos (Centro Mercantil, Convento de San Antonio, Convento de Santa Clara, Ermita de Ntra. Sra. de la Piedad, Palacio de los Condes de Osilo, Palacio de Monsalud, Museo Devocional, Casa Palacio del Marqués de la Encomienda, Plaza de Toros, Sociedad Obrero Extremeño, Iglesia de Ntra. Sra. de la Purificación, Teatro Carolina Coronado, Museo de las Ciencias del Vino, y Estación Enológica) de la localidad de Almendralejo, en la provincia de Badajoz

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Badajoz, déjame ExplicArte los principales monumentos (Centro Mercantil, Convento de San Antonio, Convento de Santa Clara, Ermita de Ntra. Sra. de la Piedad, Palacio de los Condes de Osilo, Palacio de Monsalud, Museo Devocional, Casa Palacio del Marqués de la Encomienda, Plaza de Toros, Sociedad Obrero Extremeño, Iglesia de Ntra. Sra. de la Purificación, Teatro Carolina Coronado, Museo de las Ciencias del Vino, y Estación Enológica) de la localidad de Almendralejo, en la provincia de Badajoz.
     Situada en pleno corazón de las tierras más fértiles del Partido Judicial, constituye el centro neurálgico de la Tierra de Barros. En la actualidad la ciudad presenta un acusado desarrollo, ofreciendo, sin pérdida de su carácter de centro eminentemente agrícola, el perfil de una urbe moderna en la que, a partir de la secular actividad campesina relacionada con la producción de vino y aceite, se ha desarrollado una industria de notable pujanza. De tal manera, con sus más de 25.000 habitantes Almendralejo es hoy uno de los centros más destacados de Extremadura, y de los más representativos en tanto que núcleo de tradición campesina, siendo proverbial su carácter abierto y acogedor, y la franqueza y campechanía de sus gentes. Buena prueba de ello son los adjetivos de Ciudad de la Cordialidad, del Vino, del Romanticismo, etc., con los que ha sido nominada o por los que resulta conocida.
     Tipo de Entidad: Municipio
     Superficie Término: 164,5 Km2
     Altitud: 337 m.
     Distancia Capital: 59 Km.
     Partido Judicial: Almendralejo
     Comarca: Tierra de Barros
     Otras Entidades:
     San Marcos (colonia), situada a 4 Kms. de Almendralejo (núcleo) y a 330 m. de altitud.
     Gentilicio: Almendralejense
Ayuntamiento de Almendralejo
     Calle de Mérida 2
     06200 Almendralejo (Badajoz)
     Teléfono: 924670507
     Fax: 924670513
     Web: www.almendralejo.es
Historia.-
    El dolmen de la Vega de Harnina, los asentamientos de los Villares y otros restos antiguos, atestiguan la presencia de moradores en este lugar desde los tiempos más remotos.
     Su fundación se encuadra en las acciones para el poblamiento del territorio emeritense desarrollado por la Orden de Santiago tras la reconquista, debiendo situarse, quizá, en el siglo XIII, si bien el momento concreto no está establecido con exactitud. La primera referencia documental conocida en relación con su existencia data de 1327, correspondiendo a un privilegio otorgado a Mérida sobre la posesión de ciertos derechos sobre los enclaves de la zona. En su origen se asentó sobre un terreno cubierto de almendros, derivando de tales circunstancias su apelativo primero de Almendral de Mérida. Mas, debido a su reducida entidad, pronto se consolidó para nombrarlo el diminutivo Almendralejo. Jurisdiccionalmente quedó integrado en la Orden de Santiago como aldea de Mérida, constando ya su condición de Encomienda a mediados del siglo XIV.
     En 1536, y luego de un largo pleito con Mérida, se hizo Villa exenta mediante el pago de 36.500 ducados de oro a Carlos I. A pesar de ello, en 1573 la localidad fue vendida a Sevilla junto con Montemolín, Monesterio, Calzadilla y Medina de las Torres, por 45.000 ducado, saliendo de tal dominio cinco años después. Por fin en 1665 la población compró su independencia definitiva y su propia jurisdicción con categoría de Señorío. Por Decreto de Isabel II, en 1851 alcanzó el título de Ciudad.
     El núcleo inicial de la población se formalizó en torno a la iglesia parroquial y la Casa de la Encomienda de la Orden de Santiago que se situaba enfrente, configurando una trama que en el siglo XVI quedaba formada por las calles Real y su prolongación en la actual de Mérida y otras inmediatas. En el siglo XVII el tejido se prolongaba ya hasta el Altozano, Mártires y Caño. El crecimiento siguiente fue muy destacado, extendiéndose sus tejidos en el siglo XIX hasta casi los caminos de Aceuchal y Villafranca.
Monumentos.-
     En sus tejidos modernos se abren amplias avenidas de grandes construcciones con abundancia de hermosos parques y jardines entre los que sobresale el gratísimo Parque de La Piedad. Muchos se engalanan con grupos escultóricos como el dedicado a La Paz, obra de Juan de Avalos; o el que con acusado simbolismo representa al tipo más genuino de la población, el Vendimiador, realizado por el artista local Diego Garrido.
     No faltan los que evocan a sus hijos más significados, José Espronceda y Carolina Coronado, que presiden la acogedora plaza de su nombre.
     De gran significado resulta el Cristo Crucificado, también de Avalos, situado en la cabecera de la iglesia parroquial en recuerdo de "Todos los que perdieron su vida en las guerras de España".
     En el aspecto artístico los valores de Almendralejo resultan numerosos y de relevante interés. Especial mención requiere el conocido Disco de Teodosio, hallado el siglo pasado, obra de plata de grandes dimensiones de finales del IV, hoy conservado en Madrid, y que remite a los antecedentes romanos de la localidad.
     Hito sobresaliente en el recorrido monumental es la iglesia parroquial de la Purificación, levantada en el siglo XVI sobre otra anterior.
     Posee airosa torre de rica composición barroca, y preciosas portadas gótico renacentistas de profusa ornamentación epigráfica y plateresca en la que abundan los motivos de interés, como el tallador de laud que corona una de ellas. Afiligranados estribos enriquecen el ábside. El interior es de nave única de amplia espacialidad y cabecera de crucería.
     El retablo mayor es réplica moderna de buena factura del original del XVII, obra de Salvador Muñoz y Francisco Morato, incendiado en 1936. Las pinturas murales fueron ejecutadas en 1948 por los italianos Octavio Bernardi y Giovanni Gritti.
     A esta parroquia se suman otras dos: La iglesia parroquial de la antigua ermita de la misma advocación, y la iglesia parroquial de San José, de arquitectura modernista.
     El convento de religiosas clarisas de Ntra. Sra. del Amparo fue fundado en el siglo XVI por Don Francisco Ortiz de Paradas, manteniéndose bajo distintas transformaciones. Si su exterior resulta modesto, el interior es complejo y pleno de rincones de interés. Sus monjas confeccionan exquisitos dulces artesanales.
     Enfrente del mismo se encuentra el convento franciscano de San Antonio, erigido en 1652 por la comunidad procedente del de Ntra. Sra. de la Luz de Moncarche, próximo a Alconchel. Se trata de un enorme complejo constructivo, hoy en fase de restauración, declarado de Interés Histórico Artístico por la Junta de Extremadura. El claretiano del Corazón de María fue fundado en 1889 en la casa solariega de la Condesa de la Oliva, respondiendo constructivamente al gusto de la época.
     Mención especial requiere la ermita de Ntra. Sra. de la Piedad, originaria de principios del siglo XVI y remodelada en 1725 y 1788. Se trata de pequeña realización encalada de sabor popular, con preciosa fachada porticada.
     Un parque muy bien cuidado en el que también se integran la Residencia de Ancianos y el Hospital, se extiende por delante de la ermita originando uno de los focos más atractivos y acogedores de la ciudad.
     De las restantes ermitas que existieron en la localidad tan sólo perdura, además de ésta la ermita de San Roque y la de Santiago. De reciente inauguración y atractiva arquitectura según los modelos tradicionales, es la de San Marcos.
     Junto al parque de la Piedad se halla la Foto: Vídeo Plaza de Toros, erigida en 1834 y remodelada en 1912, con airosa arcada de hierro y balconada volada exterior, levantada por los albañiles locales Pedrera y Tinoco con un coste de 25.000 reales. El coso presenta la particularidad de alojar bajo el graderío a modo de bodega, numerosos conos de barro de enorme tamaño, capaces para 30.000 arrobas de vino.
    Muestras representativas de las viejas casonas solariegas son el Foto: Vídeo palacio del Marqués de Monsalud, obra del XVIII con espléndido escudo esquinero, bello claustro y atractiva azulejería, en otro tiempo alojamiento de Espronceda y hoy sede del Ayuntamiento; y los de los Marqueses de la Encomienda y la Colonia, Condes de Oliva, familia Flores, etc. No faltan buenas muestras de la arquitectura del XIX y comienzos del XX, representativas de una de las etapas más prósperas de la población. A ella corresponden el Matadero Municipal, la cárcel, el Palacio de Justicia, la Casa Hospital de Caridad, las Escuelas Municipales y casas de los maestros, Cuartel de la Guardia Civil y otras debidas a los arquitectos Pedro Martínez, Tomás Aranguren, Ventura y Francisco Vaca, etc. De especial significación resulta la Estación de Viticultura y Enología, erigida en 1915 según proyecto de Nicolás García Salmones y Antonio Pons.
     Realizaciones inseparables de Almendralejo son el edificio de la Sociedad "El Obrero Extremeño", ejecutada en 1930 por el arquitecto local Federico Zambrano González; el Casino o Círculo Mercantil y Agrícola, levantado el mismo año por el sevillano José López Sáez, y el teatro Carolina Coronado, algo anterior, con decoración pictórica de Adelardo Covarsí (Diputación Provincial de Badajoz).
     A vino y aceite, de los que nacen de las llanas y fértiles tierras que caracterizan su paisaje. Es el aroma de Almendralejo, conocida también como Capital del Romanticismo español por ser cuna de ilustres escritores de la época, como José de Espronceda y Carolina Coronado, con sus calles de fachadas blancas, sus bodegas, aceituneras e industrias de licores, entre otros, de bellota.
     Saliendo desde el Parque de la Piedad, donde se ubican el Santuario de Ntra. Sra. de la Piedad, patrona de la ciudad, los Museos Devocional y de las Ciencias del Vino y su singular Plaza de Toros, la única con bodega bajo sus gradas, dirígete hacia el Convento de San Antonio, actual Casa de Cultura y Biblioteca Municipal. En ella podrás visitar la Colección Monsalud de piezas arqueológicas. En la misma calle, verás el Convento de Santa Clara y la casa-palacio de los Marqueses de la Encomienda.
     En pleno centro urbano, rodeada de casas solariegas y palacios, como el de los Condes de Osilo o el de los Condes de la Oliva, descubrirás uno de los edificios más importantes de la villa, la Iglesia de Ntra. Señora de la Purificación con su gran torre, denominada "De los Almendros", de estilo herreriano. Fue construida en el siglo XVI, se cree que sobre las ruinas de un templo anterior. A unos pasos se encuentra el Palacio de Monsalud, actual Ayuntamiento de Almendralejo y lugar dónde nació Espronceda, almendralejense ilustre donde los haya. No te vayas sin admirar el interesante escudo barroco de su esquina.
     Encontrarás otro escudo esquinado en el palacio de los Marqueses de La Colonia, convertido hoy en día en colegio, junto a la plaza del Corazón de María. La fachada neoclásica del Palacio de Justicia bien merece una visita, así como las del Circulo Mercantil, el Teatro Carolina Coronado, y la Sociedad El Obrero Extremeño, estas últimas de principios de siglo.
     De la iglesia neogótica del Corazón de María te llamará la atención la espadaña de su portada y muy cerca, en la Plaza de Santiago, te espera la pequeña ermita de Santiago.
     No te vayas de Almendralejo sin pasar por la Plaza del Mercado, de estilo neomudéjar, en cuya gran explanada se celebra cada viernes el tradicional mercadillo; la modernísima parroquia de San José, con su campanario sostenido en cuatro pilares exentos, y la parroquia de San Roque, de estilo meridional popular.
     También puede resultarte interesante visitar su elogiable Estación Enológica, sede del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera del Guadiana y alguna de sus bodegas de vino o de cava. Y si vas en febrero, participa en la fiesta de "Las Candelas". Se celebra la noche del 1 al 2 de este mes y está declarada como Fiesta de Interés Turístico de Extremadura (Turismo de Extremadura).
     Cuna de los poetas románticos José de Espronceda y Carolina Coronado, la ciudad ocupa el centre de una de las comarcas más densamente pobladas de Extremadura, en la fértil llanura de Tierra de Barros.
Historia
     La proximidad de la Vía de la Plata, que transcurre al este de la población, posibilitó la aparición de villas romanas que pudieron ser el origen del actual asentamiento. En el pasado siglo en este lugar se encontró el célebre disco de Teodosio, pieza maestra del arte paleocristiano (388). Tras la expulsión de los musulmanes de la zona (1241), el maestre de la Orden de Santiago Vasco Rodríguez repuebla la aldea de Almendralejo con campesinos de Mérida, ciudad de la que dependerá hasta 1536. En esa fecha los habitantes compran a Carlos I el título de villa con los privilegios inherentes. Una nueva compra al rey Felipe IV (1665) la confirma como villa de realengo y la deja a salvo de las apetencias nobiliarias. Con posterioridad sufrió los efectos de las guerras con Portugal y de la Independencia. El título de ciudad le es otorgado por Isabel II en 1851.
     El lento progreso durante los ss. XIX y XX se basará en su riqueza agrícola, que la convierte en "granero de Extremadura", a la que se suman los cultivos de la vid y el olivo, así como la mejora de comunicaciones con la instalación del ferrocarril. En la actualidad, Almendralejo es una ciudad próspera con una industria vinícola de cierta importancia.
Gastronomía
     Merecen destacarse esa acuñación extremeña del gazpacho que es el cojondongo, a base de ajo, pan, abundante aceite, vinagre, sal y agua. Una rica tradición repostera ofrece dulces de almendra, gañotes, hojaldres y remas del convento de Santa Clara.
     Los excelentes vinos de la Tierra de Barros motivaron que Almendralejo, donde incluso se produce un cava autóctono, fuera considerada Ciudad del Vino en 1987. En un emblemático edificio situado al pie de la antigua N 630 (actual calle Sevilla) se ubica la Estación Enológica de la Junta de Extremadura, donde también tiene su sede el Consejo Regulador de la D.O. Ribera del Guadiana. También es importante la producción de aceitunas y aceites.
Fiestas
     La noche del 1 de febrero se celebra la fiesta de Las Candelas (declarada de interés turístico regional), que tiene su momento más álgido en la quema de las pantarujas, muñecos de trapo que representan mal. Todo ello aderezado con chorizo a la brasa y vinos de Almendralejo.
Vida urbana
     La calle más cosmopolita es Francisco Pizarro, donde se han asentado las modernas tiendas de ropa y complementos, seguida por la tradicional y peatonal Calle Real. Las plazas de España y Espronceda son el centro social de la ciudad, cuyo trasiego se evade por la calle Suárez-Bárcenas hasta la avenida de la Paz, convirtiendo a estas últimas en una zona de ocio bien respaldada por pubs y bares de raciones. Mezcla que que asume el comienzo de una noche que tiene su epicentro en las disco-pubs de las bocacalles de la avenida de la Paz, Cometa, Granaderos y sobre todo Luna.
VISITA
     Suele sorprender al recién llegado a la ciudad la influencia andaluza, que se advierte especialmente en el casco antiguo, de casas encaladas y señoriales, con patios abiertos y el enrejado de balcones y ventanas. El edificio de mayor interés es la iglesia de Nuestra Señora de la Purificación, en pleno centro urbano, cuyas obras, sobre un templo anterior, finalizaron en 1539. Tiene tres portadas, de estilo renacentista las laterales y gótica la principal. La torre, de gran volumen y estilo herreriano, se concluyó en 1603. Frente a la sobriedad exterior destaca la amplia nave interior de cinco tramos, separados por arcos de medio punto sobre pilastras renacentistas, que sustentan una bóveda de cañón decorada con pinturas murales, ofreciendo un intenso juego de luz y color que dejar absorto al visitante.
     Contigua a la iglesia se encuentra la plaza de España, presidida por el palacio de los Marqueses de Monsalud (siglo XVIII). Con su famoso escudo esquinado, es hoy sede del Ayuntamiento. En una de sus estancias nació Espronceda.
     En la avenida de San Antonio, a golpe de vista desde la plaza de España, se ubica la iglesia y el convento franciscano de San Antonio (siglo XVII), actualmente dedicado a usos culturales y sede de la Colección Monsalud de piezas arqueológicas.
     La Calle Real comunica la iglesia de la Purificación con las plazas de España y Espronceda. Al estar contiguas forman un solo espacio donde se desarrolla la vida social de Almendralejo. Prueba de ello son los edificios que la decoran, el Círculo Mercantil con su fachada clásica y coloridos azulejos, el teatro Carolina Coronado de fachada modernista y vidrieras emplomadas, y la Sociedad El Obrero Extremeño, viva imagen de un palacete colonial.
     El parque de la Piedad, en la travesía que bordea Almendralejo (actual calle Sevilla), resulta ser un espacio natural al que dan vida numerosas especies arbóreas. En su interior se encuentran el santuario de Nuestra Señora de la Piedad, edificio sencillo remozado en el siglo XVIII que guarda la primitiva imagen de la Piedad, y en cuyo atrio se ha instalado un Museo Devocional. Junto al parque se halla la plaza de toros de estilo neomudéjar, con la originalidad de tener bajo el graderío una bodega con enormes conos. 
     Construcciones civiles de cierto interés son también el palacio del Marqués de la Encomienda, en la calle Palacios, y el de los Condes de la Oliva.
ALREDEDORES
     El desplazamiento hacia Aceuchal, que combina la presencia de sus caserones solariegos con su bien ganada ama de centro productor de ajos, abre el camino, por Villalba de los Barros (destacada localidad vinícola con un curioso castillo que merece la pena visitar), hacia la también bodeguera localidad de Santa Marta, donde se levanta una buena iglesia gótica.
     En el no muy lejano paraje conocido como Huerta del Gallego se pueden observar unas ruinas de la época romana cuyo pavimento es de mosaicos.
     El recorrido por la Tierra de barros puede completarse con la visita a diversas poblaciones situadas en el entorno de Zafra y Villafranca de los Barros (ver alrededores de estas localidades) (Alfredo J. Ramos, y Santiago Llorente. Guía Total, Extremadura. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2005).

Centro Mercantil.-
      Construido en 1924 bajo la dirección del arquitecto José López Sáez, quien utilizó los dibujos de su colega Aníbal González. Su decoración exterior se basa en pilastras, molduras, decoración en bajorrelieve y cerámica vidriada, su interior cuenta con varios salones con zócalos de azulejos y molduras de escayolas pintadas.
     El Círculo Mercantil se ubica en la plaza de la Constitución, considerada esta el centro neurálgico de la ciudad de Almendralejo. Fue edificado en el año 1924 y albergó en sus plantas superiores un importante hotel de la época, el Hotel España, que pronto llegó a convertirse uno de los establecimientos más prestigiosos de la ruta Madrid-Sevilla, razón por la que se hospedaron en él numerosas personalidades políticas, militares, empresariales o artísticas de la primera mitad del siglo XX.
     El edificio se construyó bajo la dirección del arquitecto Juan José López Sáez, quien utilizó los dibujos de su colega Aníbal González. Consta de tres plantas con fachada de aire clasicista que se asemeja a la del Teatro Carolina Coronado. Su decoración exterior se basa en pilastras, molduras, decoración en bajorrelieve y cerámica vidriada, su interior cuenta con varios salones con zócalos de azulejos y molduras de escayolas pintadas.
     A lo largo de su historia ha albergado actos sociales y culturales de relevancia, manteniéndose en un buen estado de conservación desde su última rehabilitación en 1994.

Convento y Santuario Diocesano de San Antonio.-
     En 1654 Felipe IV expide una cédula real que concede licencia para fundar el convento franciscano de San Antonio de Padua en Almendralejo.
     Considerado uno de los mejores de la provincia, estaba habitado por 50 frailes y tenía una capacidad para 18 hospedados. 
     El Convento y Santuario Diocesano de San Antonio, En 1654 Felipe IV expide una cédula real que concede licencia para fundar el convento franciscano de San Antonio de Padua en Almendralejo. Esta iniciativa corrió a cargo de Fernando Nieto Becerra, su mujer Juana Alvarado Mendoza y una hermana de esta, Leonor Alvarado Mendoza.
     Se deseaba resarcir la pérdida del convento de Nuestra Señora de la Luz de Moncarche en Alconchel, fundado por fray Juan de Guadalupe en 1500 y que las guerras contra Portugal habían arruinado. El año de 1654 la comunidad religiosa llegada a Almendralejo, nueve frailes dirigidos por fray Juan de San Agustín, se estableció en la villa, en una casa propiedad de Fernando Nieto.
     En 1656, dos años después de la llegada de los primeros frailes franciscanos a Almendralejo, se firmaron las capitulaciones, en las que se establecían las obligaciones de los fundadores y las contraprestaciones exigidas a los franciscanos, entre las que se hallaba impartir gratuitamente a los hijos de los vecinos estudios de Gramática. Las obras no se terminaron hasta 1697, año en el que se concluyó la iglesia.
     El convento es considerado uno de los mejores de la provincia, estaba habitado por 50 frailes y tenía una capacidad para 18 hospedados; pero esta época de apogeo se vio truncada a comienzos del siglo por la guerra de la Independencia con los franceses; los frailes fueron expulsados y el convento se convirtió en cuartel militar. Cuando regresaron tras la derrota de los franceses encontraron un edificio en ruinas, la iglesia saqueada y los archivos y biblioteca destruidos. A duras penas se mantuvieron en él hasta el año 1835 en el que el edificio es expropiado por el estado con las leyes de desamortización de Mendizábal y es comprado por una rica familia del pueblo para fábrica de harina y tahona. Como testimonio de ello queda la chimenea de ladrillo que hay en las traseras del edificio. Mientras tanto la iglesia continuó teniendo culto y el convento quedó abandonado siendo aprovechado para distintos usos, tales como: granero, almacén para muebles, colegio de enseñanza media, hasta que en los años ochenta se comienza su rehabilitación por parte de la Escuela Taller de Almendralejo, recuperándose el edificio en 1997.
     El convento se levanta con una planta siguiendo el modelo de la Orden Franciscana de San Gabriel, de la provincia, es decir, dos patios cuadrados unidos por una dependencia, en este caso el refectorio.
     Las distintas dependencias se articulan alrededor del claustro de planta tendente al cuadrado; tiene altos y robustos pilares cuadrados realizados con sillería granítica y arquerías de medio punto, y en el centro se sitúa el pozo de estructura cuadrada destacando su peculiar decoración imitando escamas. En la planta baja se encontraban las aulas donde impartían clases los frailes, el refectorio o comedor, la cocina, la sala de profundis, etc. El claustro alto, de carácter más íntimo y reservado, se dedicaba a rezos. Había un viacrucis pintado con las 14 estaciones enmarcadas con una orla de rasgos barrocos. La biblioteca actual era donde se encontraban las celdas de los monjes; en esta planta estaban también la enfermería con capacidad para seis enfermos, la biblioteca y archivo de los frailes y el solarium donde se llevaba a los enfermos para que tomaran el sol.
     El patio de servicio, situado en un extremo, era un amplio patio sin porticar que estaba rodeado de cocinas, almacenes, bodega-sótano y comunicaba el convento con la huerta, silera y cobertizo para los aperos. La huerta era el actual jardín de Santa Clara, donde aún se conserva la noria.
     La decoración del convento se reduce básicamente al esgrafiado del siglo XVIII. Decora el claustro y las zonas de escaleras a modo de zócalo, la bella bóveda de la escalera de profundis, el refectorio y otras dependencias. Los motivos utilizados para esta decoración son geométricos y vegetales, aunque también se observan escudos y cruces, todo en color blanco sobre el muro enlucido, salvo en el refectorio que se combina con el color rojo y negro, convirtiéndola en la decoración más rica del convento, recreando elementos arquitectónicos como columnas salomónicas y arcos de medio punto con decoración floral.
     En el extremo oeste se sitúa la iglesia que destaca en altura del resto del edificio, cuya restauración finalizó en 1999. Tiene planta de cruz latina con crucero y cabecera cuadrangular. Posee una nave cubierta por bóveda de cañón achaparrada con arcos fajones y el crucero con cúpula de media naranja sobre pechinas con linterna en el centro. 
     La entrada principal está situada a los pies y tiene otra en el lado derecho del edificio. Existe detrás del altar mayor un camarín donde se conservan restos de pintura mural en la que destacan colores como el azul y el marrón, apreciándose aún hoy la calidad de las mismas y los azulejos originales.
     Tiene tres retablos de estilo barroco dorados realizados en el siglo XVIII. El retablo mayor de un solo cuerpo con tres calles separadas por columnas, está bajo la advocación de San Antonio. El retablo de la derecha alberga la imagen de la Virgen de los Remedios y en  el retablo de la izquierda la advocación de Santa Rosa.
     En el suelo del templo se disponen ochenta y una tumbas de los religiosos. Son tumbas muy humildes cubiertas por una losa de granito, las cuales solamente tienen grabada una A de la orden de los Alcantarinos y el número de sepultura. Junto a la escalera del altar mayor existe una piedra sepulcral con el escudo y nombres de los fundadores del convento, donde reposan sus restos desde 1717.
     La fachada encalada tiene sillares graníticos en las esquinas, rematando el conjunto en un frontón sin decoración. En el centro se abre la puerta adintelada con friso decorativo y sobre ella un templete con hornacina donde se encuentra la imagen de piedra del Santo y a cada lado  se dispone un escudo: el de la izquierda es el escudo franciscano y el de la derecha es el escudo heráldico de los fundadores.

Convento e Iglesia de Santa Clara.-
     El convento fue fundado en 1702 y se construyó sobre la casa de la fundadora, Leonor Golfín de Figueroa, y otras casonas adquiridas posteriormente. El edificio cuenta con una gran fachada encalada, sobria, destacando el remate de una espadaña barroca con tres vanos. 
     El Convento ha sufrido varias transformaciones a lo largo de los años. Sus dependencias contaban con veinte celdas, una sala capitular, enfermería, refectorio y dos cocinas. Una de uso cotidiano y otra de mayor dimensión para la elaboración de dulces de convento. También disponía de dos patios, un cementerio y una huerta.
     En su portada adintelada de granito de mediados del siglo XVIII, se puede apreciar una inscripción que dice, “AVE MARÍA PURÍSIMA SIN PECADO CONCEBIDA”. Encima de ella una hornacina acoge la representación de la Virgen del Amparo sujetando al niño en los brazos y, en el lado izquierdo del templete, el escudo de los Golfines y Figueroa.
     Construido en una sola nave con tres tramos separados por arcos de medio punto con bóveda de cañón, en su cabecera, el retablo mayor es de estilo barroco distribuido en dos cuerpos y tres calles. La hornacina central trilobulada muestra la talla barroca de Nuestra Señora del Amparo, venerada en el Santuario de la Piedad hasta 1705 y atribuida al círculo de Antonio de Madrid. A ambos lados del retablo se encuentran los escudos de los Golfín Calderón y Golfín de Figueroa. Otro de los retablos está dedicado a San José, talla del siglo XVIII y coronado por el escudo de la Orden de Santiago, a la cual perteneció la localidad de Almendralejo. El tercer y último retablo está dedicado a la Virgen de los Dolores, destacando las pinturas que lo decoran y que representan, entre otras escenas religiosas, a Santa Susana, Santa Clara y Santa Leocadia.
     De este Convento cabe destacar el coro que se dispone a los pies de la iglesia, y la celosía, tras la cual, se haya la planta desde donde las monjas de clausura asisten actualmente a misa.
     En el año 2014, el Convento de Santa Clara inauguró la Capilla de Adoración Perpetua, tratándose de la primera en la diócesis Mérida-Badajoz, la segunda en Extremadura y la trigésimo cuarta de España.
     En la actualidad las monjas clarisas son muy queridas en la localidad y vuelcan todo su cariño en la elaboración de exquisitos dulces artesanos, conservando a través de sus costumbres, toda la magia y el buen sabor de antaño.

Ermita de Nuestra Señora de la Piedad.-
     Esta ermita del siglo XVI presenta una fachada encalada, espadaña y acceso porticado con tres vanos de medio punto. En su interior, en una hornacina lateral, encontramos la imagen original en piedra de Nuestra Señora de la Piedad, patrona de la ciudad de Almendralejo. Tiene la declaración de Bien de Interés Cultural.
     Situada en el interior del parque de la Piedad, está declarada Bien de Interés Cultural. Posiblemente se construyó a comienzos del siglo XVI cuando, según  la tradición popular, apareció la imagen de la virgen. Cuenta la tradición que la imagen fue hallada en 1507 por un labrador mientras realizaba sus labores en el lugar y al cavar con su azadón, golpeó la imagen, clamándole ésta “piedad, piedad”. La desenterró y se la entregó al párroco. La bautizaron con el nombre de Piedad, por ser el grito de clemencia hacia el labrador y construyeron una ermita primitiva en el lugar donde fue encontrada.
     Se desconoce el aspecto de la antigua ermita pues ha sufrido varias transformaciones a lo largo de los siglos. El edificio actual es sencillo, de cruz latina y dos cúpulas de media naranja en el crucero y en el camarín. Durante el primer tercio del siglo XVIII (1.725) fue objeto de una ampliación de la cual son el crucero, el presbiterio, la sacristía, el camarín y las pinturas murales que decoran dicho camarín.
     También cabe destacar el magnífico retablo barroco del altar mayor, que fue restaurado a finales del siglo pasado. Cuenta además con otros dos retablos barrocos: el de San Blas y el de San Roque, colocados a derecha e izquierda del altar mayor. La hermosa azulejería sevillana aporta gran belleza al conjunto.
     A principios del S.XVIII (1.705) una imagen de vestir sustituyó a la segunda imagen de Ntra. Sra. de la Piedad, talla del siglo XVI atribuida al círculo de Antón de Madrid, que hoy se venera en el convento de las religiosas clarisas bajo la advocación de Ntra. Sra. del Amparo.
     A finales del S.XIX la ermita volvió a reformarse arreglando sus tejados, colocando el pavimento de mármol, el púlpito de hierro  y las rejas del coro y crucero.
     Así mismo se doró con oro fino el retablo y se volvieron a tallar las piezas y molduras que le faltaban.
     En el año 1.904, gracias a los beneficios obtenidos en una corrida y a las limosnas de los vecinos, se colocó el zócalo de azulejos  y se restauró totalmente el camarín, pintándolo y tapizándolo con terciopelo y raso.
     Del presente siglo data el órgano donado por los marqueses de la Colonia en 1.926 y el trono procesional, obra de los maestros sevillanos Herrera y Feria.

Palacio de los Condes de Osilo.-
     Edificio del siglo XVII ubicado en la Plaza de España de Almendralejo. Se caracteriza por su fachada blanca con detalles grises y un pórtico con arcos de medio punto.
     El edificio se construyó a principios del siglo XVII y ocupaba un gran solar. Durante muchos años fue la sede del Ayuntamiento. Es un edificio de dos plantas, la fachada se caracteriza por contar con un pórtico con arcos de medio punto en la primera planta y vanos adintelados en la segunda ,sin apenas decoración excepto el central que remata en un frontón. Toda la fachada está pintada de blanco utilizando tonos grises para las molduras y elementos ornamentales. En la parte superior y central de la fachada se dispone un escudo en cuya parte superior hay una escultura que representa la alegoría de la Justicia.

Palacio de Monsalud.-
     El Palacio de Monsalud fue edificado a mediados del siglo XVIII, en 1752. El edificio se construye en torno a un patio central, decorado con hierro forjado y azulejería talaverana y sevillana. Desde 1983 es sede del Excmo. Ayuntamiento de Almendralejo y destacamos que, el 25 de marzo de 1808, acogió el nacimiento del poeta ilustre del romanticismo español, José de Espronceda.
     El Palacio de Monsalud fue construido en 1752 y en él nació el poeta del Romanticismo José de Espronceda. El edificio ocupa un gran solar formando esquina, tiene tres plantas en las cuales se abren varios vanos adintelados. 
     La puerta principal consta de jambas y dintel de mármol y sobre ella un balcón decorado con motivos barrocos, con volutas y hojas de acanto, un angelote, dos aguiluchos, dos leones rampantes y una cruz emergiendo en la parte superior.
     El edificio remata en un friso continuo que recorre la parte superior con metopas y triglifos y una gran cornisa volada con marcados modillones; en las esquinas está reforzado con sillares de granito que ennoblecen la fachada, destacar también la rejería de todo el edificio, pero sin lugar a duda lo más característico de este palacio son sus escudos esquinados. El escudo situado en la zona inferior está rodeado de una profusa decoración barroca en relieve como roleos, motivos vegetales, bustos alados y un yelmo. En la zona intermedia aparecen varios puttis en distinta actitudes, los de los extremos tocan laúdes. El escudo superior es achaflanado y es portado por dos grifos rampantes y sobre él un yelmo y una figura humana con dos cabezas situadas entre los modillones de la cornisa.
     El interior se estructura en torno a un patio central, en la planta baja los arcos de medio punto montan columnas en granito rosado y decorado con un zócalo de azulejería sevillana del siglo XVIII; en el primer piso sobresale una hermosa balaustrada de cerámica roja sobre la que apoyan pequeñas columnas de granito con arcos de medio punto.
     La época de máximo esplendor de este palacio está ligada al V Marqués de Monsalud, Mariano Carlos Solano Gálvez, que era un gran aficionado a la arqueología y contaba con una gran colección de piezas arqueológicas.
     Al morir el Marqués y su madre el palacio quedó en un estado de abandono hasta que en 1983 se llevó a cabo una gran restauración en la que se derribaron las dos torres que se encontraban en la parte trasera por no estar dentro de la estética del palacio y una vez restaurado, se convirtió en sede del ayuntamiento.

Museo Devocional.-
     El Museo Devocional se encuentra junto al santuario de Ntra. Sra. de la Piedad. Su promotor fue D. Tobías Medina Cledón y se inauguró el 15 de agosto de  1995.
     Fue inaugurado en 1995 y surgió con la idea de ser un lugar para cobijar las piezas de la iglesia. Poco después comenzó su ampliación debido a que gracias al gran número de piezas donadas por los devotos de la virgen se queda pequeño.
     En él podemos contemplar libros sacramentales y religiosos de los siglos XVI al XIX,  orfebrería de los siglos XVI al XX, imaginería de los siglos XVI al XX, pintura de los siglos XVIII al XX, prendas litúrgicas, vestuarios de la patrona y el “Tesoro de la Virgen”, formado por joyas donadas  desde el siglo XVIII al XX.

Casa Palacio del Marqués de la Encomienda.-
     La Casa Palacio del Marqués de la Encomienda se construyó en la segunda mitad del siglo XVIII y es una de las casas civiles más destacadas de la ciudad. Conformada por dos plantas y un patio central desde el que se distribuyen todas las estancias. Su estado de conservación es excepcional gracias a los familiares que lo habitan desde su construcción. 
     El palacio fue mandado construir por los Marqueses de la Encomienda que habían vivido hasta entonces en el palacio que fue el antiguo ayuntamiento. El edificio se construyó en la segunda mitad del siglo XVIII y, a finales del mismo, ya vivían en él. Desde entonces pertenece a esta familia.
     El palacio ocupa una gran extensión de terreno, es de estilo barroco y está realizado en mampostería y ladrillo revocado. El edificio tiene un eje principal que es el patio central y en torno a él se distribuyen todas las dependencias principales de la casa, mientras que las habitaciones del servicio se ubican alrededor de un patio interior.
     La fachada se caracteriza por ser una fachada muy simétrica, tiene dos plantas bien diferenciadas por medio de una imposta; en la primera planta destaca la portada de mármol adintelada con molduras decorativas.
     En la segunda planta destaca el balcón central flanqueado por dos pilastras ornamentadas con motivos florales en relieve y a cada lado de este balcón se disponen los escudos labrados en piedra que presentan las armas de la familia.
     Desde la puerta principal se accede al interior; en primer lugar nos encontramos con un amplio zaguán cubierto por bóveda de arista para dar paso a través de una pesada rejería al patio que es de estructura rectangular con dos plantas y arquerías de medio punto. En la planta baja los arcos se apoyan sobre columnas toscanas de mármol y en la planta alta apoyan sobre columnas de granito. El patio fue reformado a finales del siglo XIX colocándose en la planta baja un zócalo de azulejos, de gusto andaluz, que recorre el primer piso.
     En la fachada principal encontramos una placa que nos recuerda que en este palacio nació el coronel Francisco Fernández Golfín.
     El edificio es privado, por lo que solo puede contemplarse la fachada exterior.

Plaza de Toros.-
     Levantada a mediados del siglo XIX, destaca no solo por su gran belleza y atractivo, sino que además es la única plaza de toros en todo el mundo que alberga una bodega debajo de su graderío, algo singular y de especial valor histórico. Está declarada Bien de Interés Cultural.
     La plaza de toros de Almendralejo comenzó a construirse el 1 de Abril de 1843, anteriormente a su construcción, la actual Plaza de Espronceda, antigua Plaza del Altozano, fue el coso donde se celebraban corridas de toros, mascaradas y juegos de caña. La primera fiesta taurina celebrada en Almendralejo de la que se tiene constancia se remonta al año 1605, con motivo del nacimiento del Príncipe Felipe, que más tarde se convertiría en el Rey Felipe IV.
     La plaza fue promovida y financiada por la “Sociedad de la Plaza de Toros de Almendralejo” que se había constituido con ese fin para el cual se vendieron 170 acciones a 700 reales cada una. La plaza de toros tuvo un coste de 120.000 reales y se construyó bajo la dirección de los maestros alarifes locales Pedrera y Tinoco. Se inauguró el 29 de Septiembre, día de San Miguel, de 1843 con la actuación del famoso diestro Juan León “Leoncillo”.
     La primera construcción consistía en un graderío de trece escalones sobre bóvedas de rosa de ladrillo y una barrera de madera.
     En 1881 sufrió una primera remodelación, aumentándose el graderío en cuatro gradas que redujeron el ruedo hasta alcanzar su dimensión actual.
     La principal restauración se produjo en 1912 según el proyecto de Lorenzo de los Santos, utilizando para ello el estilo neomudéjar. Se derribaron los antiguos palcos que eran incómodos y estaban en mal estado y se construyeron diez nuevos palcos, se dispuso una galería exterior volada y se levantó la escalera principal de acceso a dicho corredor exterior, se colocaron columnas de hierro fundido y las techumbres de los palcos de entramado de madera. Como resultado de estas restauraciones, destaca una plaza con una construcción de poderosos muros externos, con arcos y bóvedas, a los que se superpone una ligera estructura metálica, de gran finura y delicadeza, resaltando también la cerrajería fina.
     Tras la reforma llevada a cabo en 1912 la Sociedad presentaba un gran déficit y ninguno de los socios querían hacerse cargo de la Junta Directiva, la Sociedad quedó sin representantes legales y los avalistas demandaron a la Sociedad que fue comprada por varios propietarios. En 1942 el bodeguero Alfonso Iglesias Infante la compró y gracias a este hecho podemos decir que esta plaza de toros es única en todo el mundo porque posee debajo del graderío una bodega de inimitable belleza, la cual puede ser visitada dentro de un recorrido turístico por la ciudad. El bodeguero al necesitar más espacio para almacenar vino decidió aprovechar el espacio que había bajo el graderío por sus condiciones de temperatura y humedad, construyendo conos de pie y depósitos en el suelo y paredes. La bodega está cubierta por una bóveda de ladrillo con arcos apuntados que cobija una hilera de conos con capacidad para 750.000 litros.
     En 1975 fue vendida al Sociedad Extremeña de Espectáculos. S.A. y desde 1988 la plaza pertenece al Ayuntamiento de Almendralejo que la permutó a la Sociedad por el Hospital de San Juan Bautista.

Sociedad Obrero Extremeño.-
     La construcción de tal magnífico edificio tuvo lugar en 1930 como sede de la Sociedad Obrero Extremeño creada en 1895. Situado junto al teatro Carolina Coronado y con influencia neoclásica, cuenta con el estatus de Bien de Interés Cultural en categoría de monumento desde 1995.
     La Sociedad Cooperativa del Obrero Extremeño se creó en 1895 con una finalidad recreativa y cultural. El edificio se sitúa en la Plaza de Espronceda junto al teatro y se levantó en 1930 sobre el antiguo solar que ocupaba la posada de Palma bajo la dirección de Miguel Villena Ballester. Destaca su fachada de influencia neoclásica con tres plantas donde se disponen vanos con arco de medio punto y otros adintelados y decorados con molduras en la parte superior. En la primera planta destaca el balcón salerizo que apoya sobre ménsulas pareadas a modo de volutas y sobre la barandilla abalaustra cuatro pares de columnas de orden toscano. El edificio remata en un friso cubierto por cerámica vidriada y en la planta baja cartelas con inscripciones alusivas al presidente y creación de la sociedad y a la inauguración del edificio.
     Las estancias del edificio de distribuyen en torno al patio central de dos plantas, la planta baja con arcos de medio punto apoyados sobre columnas de granito de orden toscano y zócalo de azulejos; la segunda planta con vanos de medio punto y balaustrada. Los techos de madera con vigas y cornisa, también de madera, del arquitecto local Federico Zambrano González.

Parroquia de Nuestra Señora de la Purificación.-
     Construida en el S.XVI sobre las bases de una ermita del S.XV, es uno de los símbolos emblemáticos de la ciudad. Destaca el interior, de nave única con planta de salón y bóveda de crucería. Decorada con excepcionales pinturas murales ejecutadas al fresco en 1948 por los pintores italianos Giovanni Gritti, Ottavio Bernardi y Emilio Nembrini.
     La Iglesia parroquial de la Purificación, es  uno de los edificios más importantes y característicos de la ciudad, levantada en el siglo XVI sobre las bases de una ermita del siglo XV, de la cuál se conserva la puerta que está situada a los pies, de estilo gótico tardío.
     Las obras se iniciaron en 1522 y concluyeron en 1539, según consta en una inscripción situada en el muro exterior de la cabecera.
     En el exterior se puede apreciar como sobresalen los contrafuertes que conforman el ábside, decorados con cornisas y pináculos. Tiene portada ojival sencilla y dos portadas laterales platerescas que son bellas muestras del arte renacentista. 
     La torre,  que se alza a los pies del templo, está  formada por cuatro cuerpos, disponiendo de dos partes bien diferenciadas; la primera compuesta por dos cuerpos en sillarejo y la segunda por dos cuerpos superiores de ladrillo revocado. Es gótica en los dos primeros y probablemente pertenecientes  al  siglo XV, ya que por documentos de 1497 se sabe que para esa fecha la iglesia tenía una torre con dos campanas, y herreriana en los dos superiores,  añadidos a finales del siglo XVI.
     Dispuesta en uno de los muros externos se halla la escultura del Cristo de la Paz, obra del eminente artista extremeño Juan de Ávalos.
     En el interior, el edificio presenta una única nave muy amplia (la única en Extremadura de tales dimensiones con una sola nave, 51 metros de longitud, 15 de anchura y 25 de altura ), dividida en cinco tramos separados por arcos de medio punto. En su origen estos arcos eran apuntados y sostenían una antigua bóveda de crucería granítica que se derrumbó en el siglo XVIII (Terremoto de Lisboa, 1 de Noviembre de 1755). La reconstrucción de la misma corrió a cargo de los señores don Carlos Centurión, Marqués de Serra ,y don Pedro Benito Fernández Flores, Marqués de la Encomienda, dueños por entonces de las rentas decimales. Hoy en día una bóveda de cañón sustituye a la primitiva cubierta de crucería. Al tramo del presbiterio y ábside no se le aplicó esta fórmula típicamente barroca, manteniéndoles la crucería gótica.
     Especial interés despierta la decoración mural del templo, que hacen que esta Iglesia Parroquial sea el espacio pintado al fresco más extenso de España. Encargada después de la guerra civil por el párroco D. Manuel Alemán a los pintores italianos Emilio Nembrini, Giovanni Gritti y Ottavio Bernardi, se trata de composiciones claras, equilibradas, de temas definidos y de gran riqueza cromática.
     Los trabajos se inician en 1948 y finalizan en 1951 gracias a la gran labor llevada a cabo por los artistas italianos, la contribución del pueblo, el empeño del párroco y al patrocinio de Dª Isabel Arroyo y su marido D. Fernando.
     También se encuentran en la Parroquia interesantes restos de pinturas góticas que se han descubierto tras las labores de limpieza y restauración.
     Estas pinturas presentan un alto grado de deterioro como consecuencia de las humedades existentes en la zona. Se trata de figuras de Santos y ángeles con un tratamiento notable de los volúmenes de las túnicas.
     Se aprecian también cartelas alegóricas. Las figuras se distribuyen de forma simétrica en el intradós del arco que da paso del cuerpo inferior de la torre a la nave principal.
     En el intradós de la clave se puede apreciar un rostro que podríamos identificar por su ubicación y por su tratamiento iconográfico como el “Divino Creador”.
     El Retablo Mayor fue realizado en el primer cuarto del siglo XVII por los escultores Salvador Muñoz y Francisco Morato, naturales de Mérida pero con taller en  Zafra. Lázaro de Pantoja, vecino de Sevilla , doró y estofó los retablos hacia 1637. Pero en 1936 fue destruido en un gran incendio, debido a la guerra. Medía 18 metros de alto por 11 de ancho. Un conjunto que impactaba por su proporción, armonía y monumentalidad; digno de una catedral según Corvarsí. 
     Hoy en día, en la cabecera del templo se puede contemplar una copia bastante fiel a la original, diseñada por Gaspar Mestre Beltrán y  realizada por los Talleres Salesianos de Sarriá,  en el año 1942 y, aunque no tiene la pureza y categoría de la de Morato y Muñoz, si es una obra de importantes dimensiones y magnífico acabado.
     De ésta misma iglesia es interesante destacar su magnífico órgano realizado a mediados del siglo XX. Éste sustituye al órgano del siglo XVIII que también se quemó durante la guerra civil.

Teatro Carolina Coronado.-
     El Teatro Carolina Coronado debe su nombre a la poetisa romántica nacida en la misma ciudad, fue construido en el año 1916, cinco años después del fallecimiento de la escritora.
     En el año 2003 el interior del Teatro recuperó su aspecto original, ya que en los años setenta se adaptó exclusivamente como sala de cine. Ahora se puede volver a disfrutar nuevamente de un maravilloso teatro en su más puro estado, con sus palcos, proscenios y platea tal y como fue inaugurado a principios del siglo XX.
     La estructura del edificio sigue la concepción de “Teatro a la Italiana”, utilizada en todas partes a lo largo del siglo XIX. La voluntad del promotor del Teatro Carolina Coronado estaba en consonancia con el espíritu de creación de grandes espacios escénicos. Este teatro se concibió como una gran sala de unas dimensiones majestuosas, la altura entre el techo y el patio de butacas excedía los 15 metros. Sobre ese espacio vertical se situaban las plateas sustentadas por columnas de hierro fundido y los dos anfiteatros. También debe tenerse en cuenta, como factor a valorar en este edificio, que la construcción del Teatro Carolina Coronado supondrá la incorporación del hierro como componente arquitectónico importante en nuestra región. No sólo se va a utilizar este material como elemento sustentante, sino que se emplea en una función puramente ornamental o de seguridad. 
     El acero es empleado en la construcción de la armadura que sostiene la cubierta del teatro, de hierro fundido son las columnas que soportan los palcos y las barandillas de los anfiteatros; con hierro se enmarcan los vanos acristalados que se abren en la ecléctica fachada principal del teatro y le da esa sensación de ligereza; y de madera y fundición eran también las butacas instaladas de forma abigarrada en la sala, butacas que eran desmontadas cuando en las fiestas, como el Carnaval, se utilizaba el patio de butacas como Salón de Baile.
     Probablemente, en el ánimo de los constructores del teatro Carolina Coronado estuviese presente el importante crecimiento demográfico que estaba experimentando la población de Almendralejo desde la segunda mitad del siglo XIX: 5.810 habitantes en 1845; 9.060 en 1857 y 12.587 en 1900.
     Con esa progresión demográfica y sobre la base de una economía centrada en el sector primario: vid, olivo y cereal, complementada con una incipiente industria transformadora y con unas buenas vías de comunicación, la población de Almendralejo, se enriquecía económicamente, sobre todo gracias al sector vitivinícola. Este crecimiento económico posibilitaba la construcción de edificios para el desarrollo de actividades culturales y recreativas de un considerable valor artístico como la Plaza de Toros (1843), el Círculo Mercantil (1924) o el Obrero Extremeño (1930).
     El Teatro Carolina Coronado conserva los planos originales realizados por el arquitecto portugués A. Coffino. Debido a la nacionalidad portuguesa de Coffino, la validez del proyecto que presentó ante las autoridades competentes fue cuestionada, y probablemente, después de ser modificado en aspectos como el del aforo, fue validado por el arquitecto provincial Ventura Vaca, que ya había trabajado con anterioridad en Almendralejo (Palacio de Justicia en 1886, planos para la Cárcel en 1887 o la Casa Hospital de la Caridad en 1888).
     Las pinturas de 1916 pertenecen al pintor costumbrista Adelardo Covarsí. El artista se encuentra en momento óptimo de vigor y madurez para hacerse cargo de un trabajo de la envergadura que suponía la decoración de un teatro de las dimensiones del que se había construido en Almendralejo.
     El trabajo realizado  se centró en la decoración del Vestíbulo, el Salón Noble y en la Sala trabajó en el techo, la boca del escenario y muros, aunque no está del todo claro que interviniese directamente en la decoración de los paramentos verticales de la Sala, que están decorados con pigmentos sobre una base de yeso. Covarsí recurre a la mitología como fuente de inspiración abandonando los temas regionalistas.
     En 1971 se reforma el teatro y se convierte en cine, eliminándose muchas de las señas de identidad y el esplendor de este noble edificio. En 2003 se pone en marcha la reconstrucción del edificio, siguiendo esos planos de 1916. Se reconstruyen las dos plantas del anfiteatro, recuperación de los palcos, adecuación de la cubierta del edificio con paneles además de trabajos de fontanería, electricidad, climatización y ventilación, instalación de equipos contra incendios y alumbrado de emergencia, nuevo pavimento en el patio de butacas y reparación y pintura de la carpintería exterior.
     La fachada, que no sufrió cambios y conserva la originalidad, tiene tres plantas. En la planta baja están las puertas de acceso, en la primera planta se abren vanos adintelados y en la segunda los vanos son de medio punto. La decoración se basa en molduras y vidrieras emplomadas que le dan un aspecto muy equilibrado al edificio.
     Cabe destacar también el Salón Noble, situado en la segunda planta y conocido popularmente como Salón de los Espejos.  Originalmente se complementa con motivos vegetales en las esquinas de las paredes,  teatrales sobre las puertas principales, medallones con los  retratos de Carolina Coronado y José de Espronceda, y un lienzo central que representa un zagal en el campo, acompañado por su perro y tocando una flauta. En el techo un óvalo aparece decorado con un cielo azul con nubes algodonosas, en el que se representa el triunfo de Venus, acompañada por dos palomas y montada sobre un carro tirado por cisnes y conducido por Cupido, dejando caer unas rosas y una corona de mirto Estas pinturas son también obra de Adelardo Covarsí. Tiene un amplio balcón y elegantes “falsas” vidrieras. 
     Esta sala originalmente se utilizó para los descansos del público asistente a las actuaciones y en la actualidad se utiliza para pequeños actos tales como presentaciones de libros, conferencias, etc.

Museo de las Ciencias del Vino.-
     El museo está situado en un importante enclave turístico, junto a la Plaza de Toros y al Santuario de Ntra. Sra. De la Piedad.
     El Museo se ubica en el edificio de la antigua “Alcoholera Extremeña”, una fábrica de alcohol de Almendralejo de mediados del siglo XX. Se ha respetado la estructura inicial del edificio, conservando los antiguos depósitos de vino y alcohol, de tal manera que los propios depósitos se han convertido en parte expositiva del museo.
     En su interior encontraremos diversas exposiciones permanentes con salas que recorren la Historia, los diversos procesos de elaboración del vino y espacios interactivos para el visitante: sala de arqueología, sala dedicada al campo, sala bodega, sala de las ciencias del vino y sala alcoholera.
     Cuenta con un jardín de viñas de diferentes variedades de uvas cultivadas en Extremadura y se puede observar desde su exterior la arquitectura vanguardista de la estructura del edificio junto con la posibilidad de degustar una copa de vino.
     Uno de los objetivos principales del museo es promocionar y difundir la cultura del vino de Extremadura, así como poner en valor el patrimonio etnográfico e industrial del mundo vitivinícola de Tierra de Barros.
     El Museo es un proyecto integral donde confluyen la Historia y la tradición con la tecnología de un fututo que promueve el vino como producto de calidad. El visitante se adentra en un mundo de sensaciones, de aromas, colores y sabores.

Estación Enológica.- 
     La Estación Enológica se levantó en 1915 siendo la primera estación ampelográfica y enológica de Extremadura y la segunda de España.
     La Estación Enológica se levantó en 1915, siendo la primera estación ampelográfica y enológica de Extremadura y la segunda de España.  Se trata de un edificio de tendencia neoclásica cuya decoración se basa en la utilización de elementos que recrean sillares, pilastras, jarrones, frontones partidos, escudos, etc., combinando los colores ocre y blanco.
      Durante los últimos años se han realizado continuas modernizaciones en sus instalaciones e instrumentación para lograr la Acreditación ENAC (Entidad Nacional de Acreditación nº 551/LE 1187) en los principales parámetros analíticos demandados.
     Actúa como órgano de control de la calidad para el Sector Vitivinícola extremeño y presta apoyo tecnológico y analítico a diversos órganos de la Administración Central, a la Denominación de Origen Ribera del Guadiana y a las numerosas bodegas y particulares productores de excelentes caldos de la tierra.

Sagrada Reliquia de San Francisco de Asís.-
     Considera de nivel 1, al ser Restos Corpóreos del propio Santo, acreditada con certificado de autenticidad. Fue concedida a la Hermandad el día 29 de octubre de 2016, por la Orden de Frailes Menores Conventuales, de la ciudad de Roma (Italia).
     La Franciscana Hermandad y Cofradía de Penitencia del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y la Santa Vera Cruz, con sede Canónica en la Iglesia Conventual de San Antonio, de Almendralejo (Badajoz), posee una Sagrada Reliquia de San Francisco de Asís. Está considera de nivel 1, al ser Restos Corpóreos del propio Santo, acreditada con certificado de autenticidad.
     La Sagrada Reliquia fue concedida a la Hermandad el día 29 de octubre de 2016, por la Orden de Frailes Menores Conventuales, de la ciudad de Roma (Italia).
     El día 19 de marzo de 2017, el padre Fr. Luis Enrique Arrieta, perteneciente a la Orden de Frailes Menores de la Provincia Inmaculada Concepción de Ávila, hizo entrega de la Sagrada Reliquia a la Hermandad.
     La Sagrada Reliquia se puede contemplar y venerar durante los 365 días del año, en la Iglesia Conventual de San Antonio, de Almendralejo (Badajoz). Se encuentra situada en una hornacina junto a la Capilla del Santísimo Cristo de la Buena Muerte.

Sagrada Reliquia de San Antonio de Padua.-
     Acreditada con certificado de autenticidad de nivel 1, es decir, restos corpóreos del propio Santo. La fecha prevista de entrega y presentación de la Sagrada Reliquia será el día 13 de junio de 2021, coincidiendo con la festividad de San Antonio. 
     En el año 2020, la Junta de Gobierno de la Hermandad de la Capilla del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, solicitó a la Curia General de la Orden de Frailes Menores, con sede en Madrid, poseer una Sagrada Reliquia de San Antonio de Padua.
     La solicitud se cursó a través de Fray Antonio Arévalo Sánchez, Secretario de la Provincia de la Inmaculada Concepción de la Orden de Frailes Menores (OFM Franciscanos), con sede en el convento San Antonio del Retiro (Madrid).
     Fray Antonio dio traslado de la solicitud a Fray Vidal Rodríguez López, padre de la misma Orden y Guardiáan del Convento Franciscano de Santi Quaranta Martiri e San Pascuale Baylon de Roma.
     Una vez que Fray Vidal recibió la solicitud, este se la remitió al P. Zdzisław Józef Kijas, Postulador General de la Orden de Frailes Menores Conventuales de Roma, lugar donde se encuentran y se custodian las Sagradas Reliquias.
     El día 2 de febrero de 2021, se concedió la Sagrada Reliquia, acreditada con certificado de autenticidad de nivel 1, es decir, Restos Corpóreos del propio Santo.
     La fecha prevista de entrega y presentación de la Sagrada Reliquia será el día 13 de junio a las 12.00 h en la Iglesia de San Antonio de Almendralejo, coincidiendo con la festividad de Santo.
     El acto irá precedido por la celebración de una Solemne Eucaristía que será presidida por el Arzobispo de Mérida-Badajoz Monseñor don Celso Morga Iruzubieta y a continuación, Fray Antonio Arévalo Sánchez, hará entrega de la Sagrada Reliquia a la Hermandad. 
     La Sagrada Reliquia será depositada en una hornacina al lado derecho de la Capilla del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, donde se podrá contemplar y venerar durante todo el año.
     A partir de esa fecha la Iglesia Conventual de san Antonio contará con la Sagrada Reliquia de San Antonio de Padua y con la Sagrada Reliquia de San Francisco de Asís, Santos muy venerados en el mundo.

Ruta Turística por las Chimeneas.-
     La asociación Amigos de las Chimeneas "Patrimonio Cultural de Almendralejo" con la colaboración del Excmo. Ayuntamiento de Almendralejo, crean esta guía para poner en valor las antiguas chimeneas industriales de la ciudad y convertirlas en un reclamo turístico más para los visitantes que llegan a la ciudad.
     Con un total de 10 chimeneas, la guía detalla información de cada una de ellas junto a su fotografía y localización (Ayuntamiento de Almendralejo).

          Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Badajoz, déjame ExplicArte los principales monumentos (Centro Mercantil, Convento de San Antonio, Convento de Santa Clara, Ermita de Ntra. Sra. de la Piedad, Palacio de los Condes de Osilo, Palacio de Monsalud, Museo Devocional, Casa Palacio del Marqués de la Encomienda, Plaza de Toros, Sociedad Obrero Extremeño, Iglesia de Ntra. Sra. de la Purificación, Teatro Carolina Coronado, Museo de las Ciencias del Vino, y Estación Enológica) de la localidad de Almendralejo, en la provincia de Badajoz. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la provincia pacense.

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