Intervención en el programa de radio "Más de uno Sevilla", de Onda Cero

Intervención en el programa de radio "Más de uno Sevilla", de Onda Cero, para conmemorar los 800 años de la Torre del Oro

   Otra Experiencia con ExplicArte Sevilla :     La intervención en el programa de radio "Más de uno Sevilla" , presentado por Ch...

lunes, 20 de mayo de 2024

La localidad de Maribáñez (Los Palacios y Villafranca), en la provincia de Sevilla

     Por Amor al Arte
, déjame ExplicArte la provincia de Sevilla, déjame ExplicArte la localidad de Maribañez (Los Palacios y Villafranca), en la provincia de Sevilla.
   Hoy, 20 de mayo (cincuenta días después del domingo de Resurrección), es la Solemnidad de Pentecostés, día en el que se concluyen los sagrados cincuenta días de la Pascua y se conmemoran, junto con la efusión del Espíritu Santo sobre los discípulos en Jerusalén, los orígenes de la Iglesia y el inicio de la misión apostólica a todas las tribus, lenguas, pueblos y naciones [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II].
      También se celebra hoy la Memoria de la Bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia, a quien Cristo encomendó sus discípulos para que, perseverando en la oración al Espíritu Santo, cooperaran en el anuncio del Evangelio [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II].
   Y que mejor día que hoy, para ExplicArte la localidad de Maribáéz (Los Palacios y Villafranca), en la provincia de Sevilla, cuya iglesia parroquial está dedicada a Nuestra Señora de las Marismas
     Textos y fotografías recogidos de: Ricarda López González, y Rosa M. Toribio Ruiz, Los pueblos de colonización de la provincia de Sevilla. Arquitectura y Arte. Diputación de Sevilla y Colegio Oficial de Arquitectos de Sevilla. Sevilla, 2020.
   Maribáñez fue proyectado en 1964 por Daniel Carreras Matas.
     Está situado en la Zona Regable del Bajo Guadalquivir, a 38 kilómetros de Sevilla y a tan sólo 6 de Los Palacios y Villafranca del que depende administrativamente, al igual que los poblados de El Trobal y Chapatales. Su nombre procede del cortijo en el que fue construido.
     Para realizar el diseño urbanístico, el arquitecto ha tenido en cuenta la ubicación del poblado en un terreno completamente plano, sin elementos preexistentes, la orientación, el soleamiento, los vientos, el acceso, la vista del poblado desde la cercana carretera Cádiz-Madrid y la visibilidad en el paisaje, que marcará mediante una esbelta torre campanario, que como faro hace visible el poblado en mitad del llano. Para el proyecto urbanístico el arquitecto se decantó por "una solución de tipo radial y simétrica, aunque no perfecta, por imponerlo la forma del solar".
     Siguiendo las normas del Instituto separó y jerarquizó el viario. En el plano podemos observar unas calles curvas destinadas a carros, maquinaria y bestias, que cierran el espacio urbano a modo de  ronda. Recorren la trasera de los corrales siendo sus muros ciegos blancos de una gran plasticidad. Las demás calles son rectas, la conforman la secuenciación repetitiva de las fachadas de las viviendas. A esta categoría pertenecen las vías principales de acceso al pueblo y las secundarias, perpendiculares entre si destinadas a la circulación mixta de vehículos y peatones, así como las calles peatonales. Crean un entramado ortogonal que se ensancha o retranquea para crear pequeñas plazoletas, que facilitan la convivencia de los vecinos y rompen la monotonía del viario.
     En una primera fase se construyeron 184 viviendas de las 283 proyectadas. Carreras realiza un estudio pormenorizado de la distribución en el plano urbanístico de las viviendas. Creó tres tipologías de casas de colonos y una para obreros. Las fachadas exteriores son de una gran simplicidad, simbiosis entre la arquitectura popular andaluza y el Movimiento Moderno. "Un acierto en las fachadas de las casas es la sencillez con las que una ligera depresión, retranqueando el acceso y dejando una terraza en primera planta, la convierte en juego de luces y sombras, en volúmenes cambiantes antes que en planos compuestos, todo ello además reforzado por efecto de la repetición".
     En el centro de Maribáñez, donde se cruzan las dos vías principales de acceso, se sitúa la Plaza Mayor, verdadero corazón del pueblo, donde se desarrolla la vida social, económica, política, cultural y religiosa. El centro cívico lo conforma un edificio en forma de cuarto de círculo, una construcción de fachada de sencillo diseño, de dos alturas, porticada, que combina el enfoscado con el ladrillo visto, donde se ubican las artesanías, el dispensario médico y el Ayuntamiento. La planta de cuarto de círculo y el sentido rítmico de vanos y pilares le aportan un gran dinamismo a la plaza. El Ayuntamiento, situado en una de las esquinas, es un inmueble funcional, simple y desornamentado, con balcón institucional, reloj y una singular veleta de esfera armilar de remate.
     Al otro lado de los jardines se sitúa el centro religioso, integrado por la iglesia, casa rectoral y dependencias parroquiales, en torno a un patio porticado que hace las veces de claustro. Nos sorprende la monumentalidad del templo y su torre campanario, construidos en ladrillo visto. La torre exenta se une al complejo rectoral mediante una galería. Domina con su altura la plaza y el caserío, sirve de faro para localizar el pueblo en el extenso paisaje de la marisma. El cuerpo de escalera es un paralelepípedo de base cuadrada de paramentos casi ciegos, a excepción de las pequeñas saeteras que le dan luz. Un gran balcón corrido en saledizo separa este cuerpo del de campanas. Se remata con una bella aguja decorada con  cerámica troceada o trencadís de color amarillo, que refracta la luz creando un efecto óptico de gran belleza.
     La iglesia de Nuestra Señora de las Marismas es un edificio de planta rectangular, cubierta a dos aguas, decorado por un friso de cerámica de brillos metálicos que recorre todo el alero. Su fachada de gran simplicidad avanza como la quilla de un barco, creando un pequeño atrio, que sirve de  acceso al templo. Sobre éste se asienta un oratorio abierto, inspirado en las capillas barrocas andaluzas, como dice el arquitecto en la Memoria del Proyecto, con un bello antepecho metálico de cruces inscritas en círculos. Sus paredes estuvieron decoradas por un gran mural cerámico dedicado al Espíritu Santo, obra del artista Hernández Carpe. El arzobispado de Sevilla y los vecinos deberían hacer un esfuerzo por recuperar esta magnífica obra, cuya desaparición ha dejado la fachada vacía de contenido y sin sentido, como ya denunció Fernando Bejines en un artículo en 2007.
     El interior, de planta basilical, posee una sola nave con galería y tribuna en el lado del Evangelio y cubierta plana. Unas bellas vidrieras de hormigón tamizan la luz exterior, crean un bello espacio que invita al recogimiento y singularizan el espacio. Las del lado de la epístola son de carácter abstracto, triunfa el color púrpura en los seis ventanales que acuchillan el blanco muro. Por el contrario, las de la galería del evangelio son de carácter expresionista, triunfa el azul celeste y los ventanales son apaisados. Maravilloso es el gran vitral del presbiterio, similar al del poblado de Sacramento, donde predominan las tonalidades amarillas. Sobre un fondo abstracto se representan los motivos eucarísticos de los panes y los peces. Las vidrieras son una obra colaborativa de Arcadio Blasco y José Luis Sánchez. 
     El presbiterio está presidido por un crucificado de tamaño gigante, flanqueado por dos ángeles orantes. Realizados en altorrelieve, son unas figuras asexuadas de una belleza amable, que en actitud de alabanza despliegan sus irisadas alas cerrando la composición. Es una obra realizada por los Talleres de Arte Granda, atribuidos a P. Martín, que podemos encontrar en diversos pueblos de Extremadura y en Sevilla en El Priorato y Setefilla.
     La imagen del Cristo de la Misericordia, inspirado en modelos góticos, es de una gran modernidad y belleza. Concebido de forma frontal y hierática, es un Crucificado vivo de rostro muy expresionista, que no muestra el dolor del martirio. Realizado con un modelado blando, tiene el pecho henchido y el abdomen rehundido exageradamente. Es de tres clavos, cruz plana, brazos horizontales y piernas sin flexionar. Apoya firmemente los pies, de un bello tratamiento cubista, sobre el supedáneo. Muy singular es el sudario atado con una cuerda que, inspirado en modelos flamencos, deja ver su anatomía plenamente. El lienzo del perizoma, muy largo, cae, de forma muy movida desde el lado derecho al izquierdo hasta llegar a la media pierna. Este crucificado está firmado por el artista José Luis Vicent, imaginero colaborador del INC, cuya obra se mueve entre la tradición y la modernidad. Es similar al existente en el pueblo de Yelbes, Badajoz, estudiado por Moisés Bazán de Huerta en la publicación anteriormente citada.
     La Virgen del Valle, situada en el lado de la epístola, es una talla de Inmaculada sin policromar, de canon alargado y ligero contraposto. Por sus similitudes estilísticas podemos atribuirla a Teresa Eguibar. Es de cuerpo completo de tamaño algo menor al natural. Aparece joven y bella, descalza, vestida con un ligero manto que acentúa su cadencia, mira a los fieles y les ofrece las rosas que porta en sus manos invitándolos a la oración. Su actitud recatada, fervorosa, cándida, pudorosa y humilde debía servir de modelo a las mujeres del poblado.
     Junto a la Virgen se encuentra la pila bautismal de bella forma troncocónica, realizada en piedra artificial, desubicada de su capilla tras las directrices del Vaticano II. La acompaña un relieve con la escena de Pentecostés muy repintado, obra localista posterior a la fecha de la construcción del templo. A los pies del templo podemos observar la antigua capilla del baptisterio, presidida por un expresionista mural musivario. Sobre un bello fondo abstracto, aparecen dos ángeles de pie con las alas desplegadas, que flanquean la fuente de la vida. Son figuras simbólicas, uno porta el agua del  bautismo en  la cuenca de sus manos y el otro una rama de olivo, con el que se elabora el aceite de Crisma, con el que se unge al bautizado.
     Este mural de gran belleza, esquematismo y simplicidad compositiva está realizado con teselas que prepara el propio artista. Consigue un gran expresionismo y plasticidad utilizando una pequeña gama de colores y gruesas líneas negras que siluetean el contorno de las figuras. Tras un análisis estilístico y comparativo podemos afirmar que es una obra de Antonio Suárez cofundador del grupo El Paso, cuya obra es fundamentalmente abstracta. Sus trabajos como muralista son muy poco conocidos. En la provincia de Sevilla hemos consignado además de este los murales del baptisterio y del sagrario de El Trobal, donde también realizó un Viacrucis, similar al de Trajano, Doña Blanca en Cádiz, y poblados de la comunidad extremeña.
     Las paredes de la nave del templo están decoradas por un viacrucis de plafones de cerámica del artista Julián Gil, estando esta obra figurativa muy alejada de su trayectoria netamente abstracta. Los viacrucis, que realizó este artista para los pueblos de colonización, son de carácter expresionista, tratados con cierta ingenuidad algo naïf, consigue una gran fuerza emocional con una gran sencillez. Remarca las figuras con gruesas líneas que rellena de color, donde predominan los ocres y azules, que le confieren solemnidad y dramatismo. Son muy bellas las escenas de la V estación en la que Jesús es ayudado por el Cirineo, la tercera caída de la IX o la XII estación en la que se representa la muerte de Cristo en la cruz. Podemos apreciar otros viacrucis de este mismo artista en Vetaherrado y Sacramento en nuestra provincia, Almería o Extremadura, siendo excepcional por su monumentalidad el de Castellar de la Frontera en la provincia de Cádiz.
     De la dotación original entregada al templo, se han conservado los bancos de madera con armazón de hierro, el sillón del oficiante y acólitos y algunos objetos litúrgicos realizados en hierro. Excepcional es el sagrario obra del artista José Luis Sánchez, un tabernáculo metálico de forma rectangular de original diseño similar al de El Priorato. En ambos la puerta de aluminio de fuertes texturas, provoca juegos de luces y sombras, que contrastan con la banda lisa transversal en dorado en el que aparece la inscripción "Dios con nosotros".
     Maribáñez es un pueblo vivo y dinámico, orgullo de sus habitantes que lo cuidan y preservan. Ha conservado en muy buen estado las escuelas de un moderno diseño racionalista. Y el parque que rodea el pueblo, el antiguo bosquete, una zona verde que lo preserva de los vientos y las temperaturas extremas del verano, convertido en toda una seña de identidad del pueblo.
     Maribáñez, por su valor patrimonial y singularidad, ha sido inscrito por el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía en el Catálogo General del Patrimonio Inmueble de Andalucía e incluida en el Registro Andaluz de Arquitectura Contemporánea, RAAC (Ricarda López González, y Rosa M. Toribio Ruiz, Los pueblos de colonización de la provincia de Sevilla. Arquitectura y Arte. Diputación de Sevilla y Colegio Oficial de Arquitectos de Sevilla. Sevilla, 2020).
Conozcamos mejor la Biografía de Daniel Carreras Matas, arquitecto y autor de las trazas de Maribáñez;
Daniel Carreras Matas. Sevilla 1932 - 1990.
     Daniel Carreras Matas estudió en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, donde obtuvo el título de arquitecto en 1961. Se inscribió en el Colegio de Arquitectos de Sevilla en 1963, cursando baja definitiva en 1990, seguramente por fallecimiento. Fue funcionario por oposición del Instituto Nacional de Colonización desde el 27 de Julio de 1963.
     Citaremos algunos de los proyectos realizados según el registro que nos ha aportado la Fundación FIDAS: calle Feria, 66; Adriano, 1; Marqués de Nervión, 7; Amador de los Ríos, 23; Bailén, 39-A; Amargura, 4; Amor de Dios, 10; Fortaleza, 4; Castilla, 31; Avda. de la República Argentina, s/n; Urbanización Las Almenas (parcela 49); La Barriada Doctor Marañón para Construcciones Bargar S.A.; Urbanización Playa de Matalascañas (parcela 59) en Huelva; el campo de tiro deportivo para la Federación Sevillana de Tiro Nacional; el camping y piscina de la Urbanización de Molinos y el Bar-Playa de Torre de la Higuera en Almonte, Huelva.
     En la provincia de Sevilla realizó el poblado de colonización de Maribáñez en 1964, proyectó ese mismo año el mercado de Esquivel y es obra suya la reconstrucción del Ayuntamiento de este poblado en 1970 (Ricarda López González, y Rosa M. Toribio Ruiz, Los pueblos de colonización de la provincia de Sevilla. Arquitectura y Arte. Diputación de Sevilla y Colegio Oficial de Arquitectos de Sevilla. Sevilla, 2020).
Conozcamos mejor la Historia, Leyenda, Culto e Iconografía de la Solemnidad de Pentecostés:
La Pentecostés 
      Puede parecer ilógico a primera vista incluir la Venida del Espíritu Santo en el cielo de la Glorificación de Cristo, puesto que Cristo está ausente en esta escena, y los Apóstoles se reúnen alrededor de la Virgen.
      Pero es Cristo resucitado quien envía el Espíritu Santo a los apóstoles, y la Virgen, a pesar del lugar que se le atribuye en el centro del grupo, sólo tiene un papel secundario en esta escena de glosolalia, donde ella es la única que se mantiene en silencio. El protagonista invisible es Cristo, quien infunde el Espíritu Santo en los apóstoles, para permitirles hablar todas las lenguas necesarias para la predicación del Evangelio entre los gentiles, aunque no las hayan estudiado nunca.
   Por otra parte, basta leer el Evangelio de san Juan para comprender cuál era el pensamiento de los apóstoles. Jesús les promete que una vez desaparecido de esta tierra, no los dejará huérfanos, sino que les enviará de parte del Padre otro consolador, el Paracleto o el Espíritu de verdad, que estará con ellos eternamente (Juan, 14: 16 y 15: 26). Y en otra conversación que se sitúa después de la Resurrección (20: 21 - 22), vuelve aún más explícitamente acerca de esta  misión: «Como me envió mi Padre, así os envío yo. Diciendo esto, sopló y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.» La misma idea está expresada en el Evangelio de Mateo, a propósito de la predicación de San Juan Bautista  (3: 11): «Yo, cierto, os bautizo en agua con vistas a la penitencia; pero en pos de mí viene otro más fuerte que yo ( ...) él os bautizará en el Espíritu Santo y en fuego.»
   De manera que es Cristo quien en verdad otorga el Espíritu Santo, y el principal personaje de la Pentecostés; pero no aparece en la escena. Salvo raras excepciones está, como los muertos, presente e invisible.
La Misión encomendada a los apóstoles
   Es por un error de interpretación, en efecto, que Émile Mâle creyó reconocer la Pentecostés en el célebre tímpano del nártex de Vézelay, donde un Cristo gigantesco extiende los brazos y muestra las palmas agujereadas de las que irradia luz que ilumina a los apóstoles.
   No es el único ejemplo del tema en el arte francés del siglo XII. Aparece por primera vez en Borgoña, hacia el 1100, en una miniatura del Leccionario de Cluny (B.N., París) que ha podido inspirar al escultor de Vézelay. Pero no es particular de esa región, puesto que en la misma época se lo encuentra en una miniatura del Sacramentario de Limoges (B.N., París) y en un fresco de la iglesia de Saint Gilles de Montoire (Loir et Cher), donde pueden verse claramente los rayos rojos que brotan de las llagas sangrantes de Cristo, que se fijan sobre las cabezas de los apóstoles.
   El tema representado no es en absoluto la escena que tiene lugar en el cenáculo cincuenta días después de la Pascua, y que es la única que merece, estrictamente, el nombre de Pentecostés; se trata de la Aparición de Cristo resucitado a los apóstoles, quienes reciben de su Señor la misión de evangelizar el mundo.
   La fuente no es el relato de los Hechos de los Apóstoles, sino un pasaje del Evangelio según San Mateo (28: 19), reproducido en el suplemento del Evangelio de Marcos (16: 15), donde Cristo dice a sus discípulos: «Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura (Ite et docete omnes gentes).»
   Las naciones cuya evangelización constituye la misión de los apóstoles, están evocadas de manera pintoresca en el dintel y en los marcos del tímpano de Vézelay, y en las obras similares del siglo XII que son seudos Pentecostés.
   También debe procurarse no confundir con la Pentecostés el Descenso del Espíritu Santo sobre los fieles, tema muy infrecuente, cuyo ejemplo más conocido es una página del Libro de Horas de Étienne Chevalier, de Jean Fouquet.
La Pentecostés propiamente dicha
1. Fuentes e Interpretación
   A diferencia de los temas precedentes, el relato del milagro no está en los Evangelios sino en los Hechos de los Apóstoles (2: 1 - 41).
   «Al cumplirse el día de Pentecostés, estando todos juntos en el lugar, se produjo de repente un ruido proveniente del cielo como el de un viento que sopla impetuosamente, que invadió toda la casa en que residían. Aparecieron, como divididas, lenguas de fuego, que se posaron sobre cada uno de ellos, quedando todos llenos del Espíritu Santo; y comenzaron a hablar en lenguas extrañas, según que el Espíritu les otorgaba expresarse.»
   Estupefactos al oír a esos galileos hablar tantos idiomas que les resultaban incomprensibles, los judíos supusieron en principio que se habían embriagado, y que esa súbita glosolalia era el efecto de la borrachera. Pero Pedro replicó que a las nueve de la mañana era demasiado temprano para estar ebrios, y explicó que ese milagro realizaba la profecía de Joel (2: 28): «( ....) derramaré mi espíritu sobre toda carne ( ...)»
   Así, en el origen de la Pentecostés encontramos la consumación de una profecía del Antiguo Testamento. Pero la manifestación del Espíritu en forma de soplo, e incluso de tormenta acompañada de relámpagos, es en verdad una creencia común a todas las sectas espiritistas de la antigüedad y de los tiempos modernos. La llama del relámpago en la lengua hebrea se compara con una lengua de fuego, de allí procede la idea de que el Espíritu Santo se había manifestado por el don de lenguas, y que así había dotado a los apóstoles con las habilidades políglotas indispensables para la evangelización de los gentiles.
   La Pentecostés aparece como la continuación necesaria de la Misión de los apóstoles y el preludio de su acción, que sin ese milagro les habría resultado imposible. Por ello, esta escena inicia lógicamente el relato de los Hechos de los Apóstoles. Por una curiosa inversión de ideas, la Confusión de las lenguas, que en el Génesis se presenta como un castigo del orgullo humano, aquí se convierte en una gracia concedida por el Espíritu Santo.
   En la interpretación prefigurativa de la Biblia, la Venida del Espíritu Santo, que confiere el don de lenguas a los apóstoles, se compara con la Confusión de las lenguas que detiene la construcción de la Torre de Babel.
   El don de lenguas acordado a los apóstoles debe reunir a aquellos a quienes la «torre de la confusión» volviera extranjeros. Por sus esfuerzos se elevará un edificio que sin presunción ni locura podrá pretender subir hasta el cielo, y en lugar de desafiar al Señor, aportará la reconciliación del mundo con su Creador. La nueva torre espiritual de la Gracia ya no será construida, como la de Babel, símbolo de la desmesura y el orgullo humanos, con piedras o ladrillos, sino con las virtudes de Cristo Redentor (non lapidibus, sed de virtutibus Christi).
2. Culto
   La Pentecostés estaba considerada la fiesta colectiva de los apóstoles. Y se celebraba muy especialmente en Saint Sernin de Toulouse, que se jactaba de poseer reliquias del colegio apostólico.
   Además, señalaba la fecha de nacimiento de la Iglesia cristiana (Natale della Chiesa).
   En la Edad Media, en Notre Dame de París y en Saint Jacques la Boucherie, se reconstruía el milagro haciendo descender desde lo alto de la bóveda una paloma y trozos de estopa encendida.
3. Iconografía
   Se distinguen tres tipos principales, con y sin la Virgen.
l. La Pentecostés con la Virgen
   Bizantinos y occidentales coinciden en atribuir a la Virgen el lugar central, aunque no el papel principal.
    El hecho no deja de ser sorprendente, puesto que María, al haber recibido en su persona el Espíritu Santo, el día de la Anunciación, no necesitaba recibirlo una segunda vez, tanto más por cuanto no participaba del apostolado. Además, su presencia no se menciona explícitamente en los Hechos de los Apóstoles.
   La única justificación de esta tradición iconográfica es un pasaje del capítulo que precede al relato de la Pentecostés (Hechos, 1: 13), donde se dice que los apóstoles reunidos en Jerusalén, en el piso alto, es decir, en la habitación principal de la casa, «perseveraban unánimes en la oración con algunas mujeres, con María, la madre de Jesús...». De ello no debe deducirse en modo alguno que la Virgen estuviese con ellos el día de la Pentecostés. Su presencia es una simple suposición que los teólogos admitieron, y que luego se impuso a los artistas, tanto más fácilmente por cuanto éstos tenían la costumbre de representarla en medio de los apóstoles en la escena de la Ascensión.
   Madre adoptiva de San Juan y Reina del cielo, fue considerada muy pronto la reina y la madre espiritual de los doce apóstoles (regina et mater Apostolorum). También puede admitirse que la Virgen sea aquí, como en la escena de la Ascensión, sólo el símbolo de la Iglesia.
   Los apóstoles forman un círculo alrededor de la Virgen que preside la asamblea sin participar en el milagro. Encima de las cabezas planea la paloma del Espíritu Santo, que deja caer sobre ellos una lluvia de pavesas o de lenguas de fuego.
   De inmediato los doce comienzan a hablar todos a la vez, y gesticulan, convirtiendo el cenáculo en una pequeña torre de Babel. Tienen el gesto de alocución, para indicar que están en condiciones de conversar en diversos idiomas.
2. La Pentecostés con los apóstoles solos
   Existen representaciones de la Pentecostés donde los doce apóstoles reunidos en la habitación alta y sobrevolados por la paloma del Espíritu Santo están representados sin la Virgen, cuya presencia no está clara mente señalada en los Hechos de los Apóstoles.
   Además del grupo de los apóstoles deben tenerse en cuenta dos elementos iconográficos importantes: la irradiación del Espíritu Santo y la representación del Mundo, que los apóstoles, convertidos súbitamente en políglotas,  podrán evangelizar.
     1. La irradiación o el don de lenguas
   En las representaciones de la Pentecostés se han empleado, como es natural, los motivos solares o planetarios que ya hemos visto en la iconografía de los Siete Dones del Espíritu Santo.
   El Libro de los Perícopes de la Biblioteca de Munich (siglo XI), simboliza la efusión del Espíritu Santo mediante una rueda inflamada en torno a la cual se agrupan los apóstoles. En la Biblia de Floreffe (siglo XII), los apóstoles están sentados en las molduras inferiores de un enorme disco, y reciben los rayos emitidos por las siete palomas del Espíritu Santo.
   A veces la paloma emisora está reemplazada por la Mano de Dios cuyos dedos separados irradian.
   La inspiración divina generalmente está simbolizada por una lluvia de lenguas de fuego. Muchas veces, esas lenguas inflamadas toman la forma de cintas o cuerdas que descienden sobre la cabeza de cada uno de los apóstoles (Capitel de la Daurade, en Toulouse).
   En ciertas miniaturas bizantinas (Homilías de San Gregorio Nacianceno, B.N., París) se advertirá que el Espíritu Santo no desciende directamente sobre los apóstoles, sino sobre el Trono Venerable (Vacua Sedes, Trono vacío del Juicio Final), donde reposa el libro del Evangelio, y es allí donde rebrotan o rebotan los rayos.
     2. El Cosmos
   Lo que caracteriza a las representaciones bizantinas de la Pentecostés es que los diferentes pueblos que serán evangelizados en sus respectivas lenguas, están personificados colectivamente por la figura del Cosmos, es decir, del mundo con el aspecto de un rey coronado de pie ante la puerta del cenáculo, que tiene en las manos un lienzo con los doce rollos, que corresponden a las predicaciones de los doce misioneros. Esta alegoría del Cosmos, que traduce el pasaje de las Escrituras acerca del Espíritu de Dios llenando el mundo (Spiritus Domini replevit Orbem terrarum), ha permanecido extraña a la iconografía occidental.
   Por error se había creído que ese misterioso personaje representaba al rey David, e incluso al profeta Joel, que hace decir a Yavé (2: 28): «Después de esto derramaré mi espíritu sobre toda carne».
     Catálogo
   Las representaciones de la Pentecostés son numerosas, tanto en el arte paleocristiano (miniaturas y mosaicos) como en el románico y el gótico; pero se multiplicaron sobre todo a finales de la Edad Media, a consecuencia de la fundación de las cofradías del Espíritu Santo, y luego, en el siglo XVI, a causa de la institución de la orden del Espíritu Santo por Enrique III (Louis Réau, Iconografía del Arte Cristiano. Ediciones del Serbal. Barcelona, 2000).
     Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Sevilla, déjame ExplicArte la localidad de Maribáñez (Los Palacios y Villafranca), en la provincia de Sevilla. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la provincia sevillana.

Más sobre la localidad de Los Palacios y Villafranca, en ExplicArte Sevilla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario