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Intervención en el programa de radio "Más de uno Sevilla", de Onda Cero, para conmemorar los 800 años de la Torre del Oro

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miércoles, 30 de julio de 2025

Los principales monumentos (Iglesia Santa María de la Mota - Museo Arqueológico, Iglesia de Santiago - Museo de la Semana Santa, Iglesia de San Juan de Letrán, Casa de las Tercias - Museo del Aceite, Hospital de Jesús Nazareno, Casas señoriales, y Puerta de la Torremocha) de la localidad de Montoro (II), en la provincia de Córdoba

      Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Córdoba, déjame ExplicArte los principales monumentos (Iglesia Santa María de la Mota - Museo Arqueológico, Iglesia de Santiago - Museo de la Semana Santa, Iglesia de San Juan de Letrán, Casa de las Tercias - Museo del Aceite, Hospital de Jesús Nazareno, Casas señoriales, y Puerta de la Torremocha) de la localidad de Montoro (II), en la provincia de Córdoba.


Iglesia Santa María de la Mota - Museo Arqueológico.-
     La antigua parroquia de Santa María de la Mota, restaurada a comienzos de los ochenta para usos culturales, se construyó a fines del XIII con tres naves de estructura mudéjar y conserva restos de pintura mural del XIV y un camarín del XVIII (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
     Se encuentra situada en un punto estratégico del casco histórico de la ciudad, cercana a la Plaza de España y contigua al desaparecido castillo de la localidad.
     Fue la primera parroquia que tuvo la ciudad siendo trasladada en el siglo XVI a la de San Bartolomé, ubicada en el nuevo centro estratégico del municipio, por haberse quedado pequeña para alojar a la población. Tras este suceso pasó a ser denominada documentalmente como ermita.
     El inicio de su construcción podría fijarse en la segunda mitad del siglo XIII. En 1260 aparece citada en determinadas fuentes documentales relacionadas con la concesión de tierras a la iglesia de Montoro. 
     La iglesia, de estilo gótico-mudéjar, tiene planta rectangular con tres naves y cabecera plana a la que se añadió en el siglo XVIII un camarín para alojar a la Virgen de la Aurora.
     Las naves se encuentran separadas por seis arcos apuntados enmarcados por alfiz. Éstos se sustenta mediante la alternancia de columnas sobre plintos, con basas romanas reutilizadas, y pilares rectangulares con columnas y medias columnas adosadas en sus frentes interiores. Los capiteles, de traza románica, se encuentran decorados con diversos motivos destacando elementos fitomorfos de flora abstracta, zoomórficos y antropomórficos y otros de clara inspiración clásica, en todos ellos se aprecian distintos tratamientos estilísticos. Toda la construcción se encuentra realizada en la característica piedra molinaza de la localidad.
     En su origen, las naves estuvieron cubiertas por techumbres de madera, de par y nudillo la central y en colgadizo las naves laterales. Estas cubiertas fueron reemplazadas por unas nuevas en la rehabilitación que se llevó a cabo del edificio para adaptarlo a Museo Arqueológico Municipal. El camarín barroco se cubre al interior por cúpula sobre pechinas y al exterior a cuatro aguas.  
     El acceso al tempo se realiza a través de dos puertas. Tanto la situada a los pies como la de la nave de la Epístola fueron modificadas en el siglo XVII. La portada principal se estructura en torno a un arco de medio punto con pilastras laterales y cornisa, rematándose el conjunto por un frontón curvo.
     Por último, cuenta con una espadaña de un sólo cuerpo con arco de medio punto entre pilastras y coronada por un frontón triangular.
     Su origen estuvo vinculado al desaparecido castillo del siglo X, hasta que fue mandado derribar, junto con otros, mediante el pacto de Écija de 1469, por haber apoyado Montoro la causa del infante don Alfonso frente a su hermano Enrique IV.
     Es la iglesia más antigua de la localidad y quizás una de las más tempranas de la provincia, junto a la parroquial de Castro del Río y la conventual de San Pablo de Córdoba. Fue la primera parroquia que se construyó para la ciudad conocida durante la Edad media con la advocación de Santa María y a partir del siglo XVI como santa María del Castillo, si bien vulgarmente ha venido denominándose como Santa maría de la Mota.
     En los momentos previos a la Guerra Civil española, el edificio fue saqueado e incendiado, desapareciendo al completo su mobiliario litúrgico. En la década de 1980 se inició la restauración del edificio, fomentada por don Félix Hernández Jiménez y continuada por don Eduardo Barceló Torres. En todo momento se tuvo como objetivo que fuese la sede del Museo Arqueológico Municipal de la ciudad, objetivo que se hizo realidad.
     El Museo Arqueológico Municipal de Montoro, se inauguró el 28 de febrero de 1992 . Tiene dos secciones  de las que las piezas  que las componen pueden ordenarse según una secuencia  de tiempo; desde  las rocas y minerales formadas en tiempos en que la Tierra carecía de vida, hasta la dominación  árabe, pasando por fósiles de las diversas eras  geológicas y los restos  de la Prehistoria, y de las civilizaciones ibérica, griega y romana. 
     El Museo tiene  básicamente carácter didáctico, considerándose  éste como el principal objetivo al que debe tender la conservación del patrimonio (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     El Museo Arqueológico Municipal de Montoro se encuentra ubicado en la ermita medieval de Santa María de la Mota.
     El Museo recoge colecciones de minerales y roca así como exposiciones de fósiles, restos arqueológicos del paleolítico, Neolítico, Calcolítico así como piezas de cerámica íbera, griega, etc.
     Su pieza más destacada es una escultura thoracata de época del emperador Trajano (Diputación Provincial de Córdoba).

Iglesia de Santiago - Museo de la Semana Santa.-
     La iglesia de Santiago, de una sola nave, reformada en 1730 (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
      Se encuentra situada en la confluencia de las calles Santiago y Puente, antiguamente llamada Coracha, dentro del casco histórico de la ciudad.
     La iglesia para salvar en gran desnivel que existe entre la calle Santiago y la calle Puente, se asienta sobre un elevado basamento de grandes sillares de piedra molinaza, el resto del edificio está construido por gruesos muros de carga con pilastrones de piedra que se distribuyen por las esquinas y paños, entre los que se intercalan cajones de tapial.
     La iglesia consta de una nave rectangular y cabecera cuadrada. Los muros de la nave se encuentran recorridos por grandes pilastras que llegan hasta el techo plano de escayola que sustituyó al original en una intervención llevada a cabo en 1924. El presbiterio se cubre con cúpula sobre pechugas decoradas con pinturas murales de mediados del siglo XVIII, representándose en las pechinas las figuras de los cuatro evangelistas. Éste se separa de la nave mediante un gran arco toral, que porta en la clave el escudo de la orden de Santiago, mientras que en las enjutas se despliegan elementos decorativos vegetales y florales.
     El inmueble cuenta con dos portadas de acceso una situada a los pies de la iglesia y otra en el muro de la Epístola de la nave, ambas realizadas en piedra clara que la diferencia del resto del conjunto realizado en piedra molinaza. La primera de ellas es de finales del siglo XVI, parte de dos pilastras que sostienen un arco de medio punto, con decoración en la clave, realizado en sillares de piedra, encalados los alternos imitando dovelas. Sobre el arco se sitúa el arquitrabe, rematado por un frontón triangular en cuyo tímpano se encuentra un relieve con el alfa y el omega y una cruz con sudario, todo ello envuelto en un sol radiante. Por último, sobre el frontón, tres pináculos terminados en bola coronan el conjunto.
     Sobre la portada y rematando el muro de la fachada se sitúa la espadaña, realizada a finales del siglo XVI o principios del XVII. Consta de un solo cuerpo que arranca de dos grandes aletas o mensulones entre los que emerge la estructura central compuesta por un vano de medio punto, flanqueado por pilastras y rematado por un frontón triangular sobre el que sirve de soporta a una cruz con veleta de forja.
     La portada lateral está fechada en 1730. Consta de un arco de medio punto flanqueado por pilastras toscanas que soportan un sencillo entablamento, con arquitrabe, friso y cornisa carentes de decoración, sobre el que asienta un frontón triangular. Éste se encuentra coronado en sus laterales por remates sobre pedestales que portan bolas y en la parte central una cruz de piedra. La decoración se centra en el vano de acceso con un escudo de la orden de Santiago en la clave; en las enjutas del arco con decoración de roleos vegetales y flores y en el tímpano del frontón donde se representa el anagrama de Jesús Hombre Salvador (JHS) dentro de un sol en llamas, recordando al escudo de la Compañía de Jesús.
     Exteriormente presenta cubierta a dos aguas en la nave y a cuatro aguas en la cabecera, aumentando su volumetría espacial al caminar por la calle puente debido al gran desnivel en el que está construido en edificio. Junto a la iglesia se encuentra adosada una pequeña casa destinada al santero.
     Las características arquitectónicas de la iglesia de Santiago responden a mediados del siglo XVI. Aunque no se han encontrado fuentes documentales en las que se detalle su fundación, si se cuenta con datos que atestiguan la presencia de la Cofradía de la Vera Cruz en esta iglesia desde 1554, volviendo a tener constancia entre los años 1725 y 1732 cuando la cofradía se traslada a la iglesia de San Bartolomé debido a la obras que se estaban realizando en este templo.
     En 1924 se realizaron una serie de obras en el edificio, entre las que destaca el cambio de la techumbre de la nave, siendo sustituida por paneles de escayola al interior.
     Durante la Guerra Civil, la iglesia fue utilizada como polvorín, sufriendo graves desperfectos y destruyéndose la totalidad del mobiliario litúrgico así como las imágenes devocionales. A partir de 1940 se hizo cargo de ella el patronato de Regiones Devastadas, interviniéndose nuevamente en 1955 al detectarse una serie de grietas en el muro derecho que fueron subsanadas, instalándose la solería que se conserva en la actualidad.
     En 1997 el Ayuntamiento de Montoro firmó un acuerdo con el Obispado de Córdoba por el que se cedía el uso de esta iglesia, que llevaba sin culto desde 1940, para sede del Museo de Semana Santa. 
     A partir de este momento se procedió a su restauración y adaptación como centro de exposiciones, participando en la redacción del proyecto el Servicio de Arquitectura y Urbanismo (SAU) de la Diputación de Córdoba con la colaboración de la Delegación de Turismo. El 5 de diciembre de 2007 abrió sus puertas el Museo de Semana Santa montoreña (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
 
Iglesia de San Juan de Letrán.-
     Se fundó como colegio en 1791 por don Juan Antonio del Peral y Buenrostro, vicario de la parroquia de San Bartolomé. Durante el siglo XIX pasó a las Hijas del Patrocinio de María, que estuvieron hasta 1990. El templo presenta tres naves cubiertas por bóvedas de arista y separadas por arcos sobre columnas. La cabecera se cubre con bóveda de media naranja sobre pechinas. Llama la atención el camarín neonazarí, de fines del XIX. Junto al coro se conserva la cratícula con relieve del Cordero sobre el libro de los siete sellos. Se veneran aquí las devotas imágenes de Jesús Nazareno y la Dolorosa, hechas por Pío Mollar en 1940 v restauradas por Andrés Valverde en 1991 (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
     Se encuentra situada en la Plaza de Jesús Nazareno, aledaña a la Plaza Mayor de la ciudad, concretamente a espaldas y lindero al Ayuntamiento.
     La iglesia de San Juan de Letrán es la única parte que ha llegado hasta nuestros días de lo que fue Colegio de Niñas Educandas. El templo y sus dependencias se encuentran anexos al resto del caserío que conforma la plaza, destacando en uno de sus frentes la portada de acceso al recinto. 
     La iglesia, de planta irregular consta de tres naves, cabecera de planta cuadrada y camarín con testero plano. La nave central, más ancha y alta, se encuentra separada de las laterales mediante arcos de medio punto que apoyan en columnas toscanas con cimacio, estructurando el espacio en tres tramos. Las naves se cubren con bóveda de arista con arcos fajones. A los pies de la iglesia, ocupando el primer tramo, se sitúa la tribuna del coro sobre un arco escarzano que genera una bóveda con lunetos, en correspondencia con la nave central, y arcos peraltados que acogen bóvedas de aristas similares a los de las naves laterales.
     La cabecera se cubre con cúpula sobre pechinas con decoración de rocallas correspondientes al siglo XVIII, distribuyéndose entre la decoración de las pechinas lienzos ovalados con los evangelistas. En el testero de la cabecera se encuentra el camarín de Nuestro Padre Jesús Nazareno, obra realizada durante el último tercio del siglo XIX.
     La portada de acceso es similar en material y diseño a la de otros templos de la localidad. A través de ella se accede a una sala de tránsito que pone en comunicación la sacristía y el exterior con la nave del Evangelio. Consta de un arco de medio punto, con ménsula en la clave, flanqueado por pilastras toscanas que soportan un friso con molduras mixtilíneas en sus extremos, sobre el que asienta un frontón triangular rematado por tres copetes, destacando el central a modo de flamero. 
     La espadaña, realizada con sillares de piedra molinaza, se ubica junto a la portada principal, concretamente sobre el muro que cierra los pies de la fábrica. De estructura sencilla, consta de un solo vano de medio punto rematando el conjunto una cruz con veleta de forja.
     Fue fundado como Colegio de Niñas Educandas en 1764 por don Juan Antonio del Peral y Buenrostro, Vicario de la parroquia de San Bartolomé, aledaño a una iglesia que al parecer su origen se remonta al siglo XVI. A lo largo de su historia ha pasado por varias vicisitudes, siendo atendido en fechas recientes por la Comunidad de Monjas del Patrocinio de María, quienes se vieron obligadas a abandonar la institución en 1990.
     Por estas fechas el edificio fue adquirido por la administración local, siendo reformado y rehabilitado para albergar dependencias del Ayuntamiento de la localidad, como por ejemplo las actuales oficinas de intervención que se ubicaron en lo que era conocido como Salón Verde, lugar aprovechado por la Congregación de Hermanas del Patrocinio de María como sala de usos múltiples, y donde, según testimonios orales, se realizaron algunos cabildos y reuniones de cofradías locales como por ejemplo la de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Otras dependencias del edificio se destinaron para la sede de la Seguridad Social y para la Mancomunidad del Alto Guadalquivir, Policía local, Archivo, etc.
      Como muchas otras parroquias de la época, la iglesia y la Cofradía perdieron la mayoría de sus enseres durante los acontecimientos acaecidos en la Guerra Civil (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

Casa de las Tercias - Museo del Aceite.-
     La Casa de las Tercias se encuentra ubicada en una de las calles más próximas a la Plaza mayor, formando parte del casco histórico de la población.
     Este edificio se puede encuadrar en el tipo arquitectónico que consta de una nave transversal de fachada y tres naves en dos alturas perpendiculares a ésta. Debido a su función cuenta con una arquitectura austera y sencilla. Presenta planta rectangular ligeramente achaflanada en uno de sus vértices. Tiene planta en forma de rectángulo irregular, ya que posee dos ángulos en chaflán, uno de los cuales fue hecho "ex profeso" para permitir el giro de los carros, al quedar entre dos calles, hacia las cuales el edificio se muestra exento. Se accede por una portada en uno de los chaflanes y se ingresa en un pequeño patio ubicado en uno de los lados menores de la tercia; a continuación se pasa al interior por una portada con inscripción. 
     Cuenta con dos plantas que se comunican entre sí mediante una escalera situada en uno de los lados del patio. La baja, que en realidad es un entresuelo por la acusada pendiente de la calle, cuenta con un vestíbulo y una pequeña estancia a la izquierda iluminada por una ventana al patio; a continuación se levantan tres naves de igual altura, separadas entre sí mediante cuatro arcos formeros de medio punto a cada lado, soportados por anchos pilares de sección cuadrangular. Se generan cuatro tramos en cada nave que se cubren mediante bóvedas de arista. Los muros de carga perimetrales son muy gruesos y en el que da a la calle se perforan cuatro vanos de iluminación con fuerte derrame al interior. Estos muros aparecen enlucidos y enjalbegados.
     Originalmente, esta planta baja fue utilizada como almacén de aceite, de vino, o ambas cosas, pues se encontraron cuarenta y ocho tinajas de barro cocido semienterradas, puesto que el gollete quedaba a ras de suelo, con el fin de preservar a baja temperatura el producto almacenado y así conseguir una mejor conservación. Esto se conseguía al mismo tiempo por el hecho de ser esta planta un semisótano y estar en penumbra, ya que las ventanas no son muy grandes y están las justas para iluminar lo imprescindible. En la actualidad las tinajas han sido rellenadas y cubiertas. En el tramo final de la nave izquierda había estacas que seguramente sirvieron para colgar objetos.
     La planta alta es accesible por la escalera, la cual se ilumina mediante una ventana practicada en el techo y que probablemente se corresponde con una de las buhardas que se aprecian en el tejado desde el exterior. Esta planta, que servía para almacenar el grano, repite prácticamente la estructura de la baja, pues cuenta con una nave transversal desde la cual se accede al gran espacio de almacenamiento, constituido por tres naves separadas mediante cinco arcos formeros de medio punto a cada lado que apean sobre pilares de sección rectangular. La central se cubre con bóveda de cañón apuntado, con cuatro tirantes de hierro retorcido y las laterales mediante bóveda de cañón rampante tabicadas. 
     La iluminación se efectúa mediante tres vanos en forma de arco de medio punto con derrame hacia el interior, en el cual es posible apreciar el considerable grosor de los muros, y alféizar con mamperlán de madera. La solería era primitivamente de ladrillo plano; la actual, en el mismo material, se dispone en espiga.  
     Según recoge la descripción del edificio en el informe previo a la restauración, "desde la meseta superior de la escalera parte un estrecho y largo pasillo con solería de ladrillo y bóveda de cuarto de esfera, con lunetos para iluminación. En las paredes hay grafitis, probablemente de los años cuarenta [del pasado siglo]. Al final del pasillo hay una habitación alargada transversal a las naves de la estancia contigua, y cuyas dimensiones son mucho menores. Esta habitación se ha separado del resto en fecha posterior por medio de un tabique. Tiene cubierta plana reforzada por medio de dos arcos diafragma, una ventana y pavimento igual que las otras". 
     Tras la reforma, en esta parte del edificio se creó una entreplanta para alojar oficinas.
      El edificio presenta una cubierta de teja curva, con la cumbrera paralela a la línea de fachada y dispuesta a dos aguas. En este tejado se abrieron buhardas, con distinta finalidad: las que dan a la calle Sor Josefa Artola servían para ventilación de las propias cubiertas, en tanto que las opuestas fueron utilizadas para abrir vanos de iluminación en la bóveda que cierra la nave lateral opuesta al lado de la calle.
     La portada principal se abre en chaflán, justamente en el encuentro de dos calles "Sor Josefa Artola y Mártires". Es adintelada, flanqueada por pilastras despiezadas en sillares cogidos con mortero blanquecino que ejerce un efecto bicromo con el rojizo de la molinaza, muy efectista. Estas pilastras se alzan sobre basas molduradas y sostienen el dintel adovelado en el que se lee el año de construcción. Sobre el dintel corre el arquitrabe con finas molduras en gradiente. Las antiguas puertas eran de madera con clavos. 
     Originariamente, el patio era terrizo. Sigue la traza de un rectángulo irregular por los ángulos achaflanados, más arriba aludidos. Sus muros perimetrales, con seis remates piramidales, son de considerable grosor y en uno de ellos se abre la portada que, si hacia fuera es adintelada, hacia el interior del patio  torna en arco carpanel. A un lado se encuentra la escalera. Sus peldaños son de piedra y el pretil de ladrillo enfoscado. Hacia la calle Mártires el muro que cierra el patio presentaba un enfoscado en el que se había fingido un aparejo de sillares con esgrafiado en tono rojizo que no dejaba ver la mampostería. En otros muros del patio el aparejo es de tapial y verdugadas de ladrillo, oculto por el revestimiento, de manera que únicamente se empleó el sillar en una parte de los muros exteriores y en la portada.
     En el patio, la planta alta luce un vano de iluminación similar a los restantes.
     Una inscripción ilustra el dintel de la portada de ingreso al pósito desde el patio, además de aparecer decorada con una espiga y una rama de olivo en alusión al uso del edificio. Reza: "Se hizo esta obra con intervención del Sr. D. Juan Antonio del Peral y Buenrrostro, prelado de la Santa Iglesia Catedral de Córdoba y vicario de la de Montoro, artífice Francisco Luis de Mora, vecino de la ciudad de Buxalance y se acabó en 25 de Diciembre de 1786". 
     En cuanto a la fachada que da a la calle Sor Josefa Artola, se aprecia la división del conjunto en dos plantas, que quedan separadas por una línea de imposta. La planta inferior muestra el aparejo constituido por sillares de arenisca rojiza, también conocida como molinaza, bien escuadrados. Antes de la restauración, la superior aparecía enfoscada y enjalbegada de blanco, lo que se ha eliminado. En la inferior se perforaron tres vanos para aireación del entresuelo; son sencillos, rectangulares, apaisados y llevan reja de hierro en tubo formando retícula. Los de la planta superior, en número de cinco, repiten similar modelo. 
     En la parte alta de la calle se abre otra portada del pósito, en un muro que describe ligero chaflán. Lo más destacable es su dintel monolítico con mochetas. 
     El muro medianero con la casa contigua remata en piñón y consta de dos contrafuertes prismáticos y lisos. Bajo el piñón, una pequeña ventana serviría de ventilación para las cubiertas.
     Para la construcción de la tercia se emplearon sillares de piedra molinaza, autóctona, procedente de las canteras de la cercana sierra y que da un característico color rojizo. También se utilizaron ladrillos, mampostería y tapial; materiales que en la mayoría de los casos hoy no se ven porque fueron enfoscados y enjalbegados. El ladrillo se empleó en parte de la fábrica de los muros, parte del pavimento y en las bóvedas tabicadas. Madera y herrajes se destinaron a la carpintería, aunque las ventanas actuales carecen de rejas y están renovadas por completo.
     Edificio de carácter industrial construido en 1786 por iniciativa de Juan Antonio Peral y Buenrrostro, Vicario de Montoro, y costeado por el Cabildo de la Catedral de Córdoba con arreglo a un proyecto de Francisco Luis de Mora, arquitecto natural de Bujalance. El edificio se destinaría a almacén de productos agrícolas procedentes del cobro de los diezmos eclesiásticos.
     Perdida su función originaria al desaparecer los diezmos, el edificio fue utilizado como cárcel, escuela, carpintería y almacén, hasta quedar finalmente abandonado. En la actualidad es propiedad del Ayuntamiento quien lo adquirió en 1995 con la finalidad de rehabilitarlo para sede del Museo del Olivo.
     La tercia de Montoro surgió para gestionar el cobro del diezmo a la Iglesia. El obispado contaba con una herramienta: la Diputación de Rentas Decimales, regida por un vicario, delegado del obispo, para controlar la subasta de los diezmos, los cuales se dividían en cuatro categorías: menudo (ganado, lana, queso, huertas), vino, pan y aceite (Moya Ulldemolins). 
     Las subastas se solían hacer unos  domingos prestablecidos del año. Una vez deducidos los gastos, los beneficios se dividían en tres partes: una para el cabildo, otras para la fábrica de la iglesia y otra para sus ministros. 
     En la década de los setenta del siglo XVIII hubo buenas cosechas, pero los productos se acumulaban en los almacenes existentes y eso redundó en un aumento de la humedad y el consiguiente deterioro del pan. Fue entonces cuando intervino el vicario de Montoro (1764-1802), Peral y Buenrrostro, prelado de Córdoba, quien decidió hacer la tercia. A sus espaldas tenía su experiencia como administrador del diezmo del aceite en 1762. Fue diligente a la hora de negociar para quedarse con el solar del hospital de Jesús Nazareno, que en 1777 ya fue trasladado a un nuevo lugar. El 24 de mayo de 1784 se firmó la escritura de compraventa, tras haber autorizado el cabildo a Peral y Buenrrostro para que los nueve mil 
reales en que fue tasado el solar pudieran ser adelantados por Peral a cuenta de los diezmos.
     La inscripción  da la fecha de conclusión: el 23 de diciembre de 1786. Posiblemente, el alarife fue Francisco Luis de Mora.
     Los difíciles años que siguieron se entreven en las noticias referidas al año 1841, cuando las tercias montoreñas fueron incautadas por el estado; no obstante, el obispado, tras interponer un recurso, recobró la propiedad en 1846. Cuando en 1861 se crearon los Registros de la Propiedad, tras la aparición de una ley hipotecaria que así lo decretaba, la tercia de Montoro fue inscrita a nombre del Cabildo eclesiástico de la Santa Iglesia Catedral de Córdoba, tras haber realizado el escribano Luis Mª Pedrajas las oportunas indagaciones.
     Poco después, viendo el obispado que el edificio había quedado sin utilidad alguna, lo puso en venta en agosto de 1863 y lo compró el canónigo Joaquín Ramírez Gallardo por 23.000 reales. Después pasó a Francisca de Paula Alonso y Barrera, vecina de Córdoba, quien lo arrendó, al menos entre 1875 y 1876, a la Junta Provincial de Instrucción Primaria. En 1879 lo vendió a Juan Antonio Benítez Gómez en 6.500 pesetas, quien se lo dejó a su hijo Bartolomé Benítez Romero. Queda éste viudo en 1911 y lo heredan sus hijos Juan Antonio y Mª Rosa Benítez Romero, pero queda en manos del primero, quien lo 
transmite en 1943 a su hija Mª Rosa Benítez Cañuelo quien lo utiliza como almacén. 
     A lo largo de su azarosa historia ha conocido pocas transformaciones y sólo se ha visto afectado por la adición de algunos tabiques para compartimentarlo y hacer algunas dependencias. Una parte sirvió como carpintería. Al parecer, también fue cárcel y escuela.
      En 1995 fue comprado por el Ayuntamiento por casi 10.000.000 pesetas y ha sido rehabilitado por una escuela taller con el fin de hacer un Museo del Olivo y albergar talleres.
      Las obras de restauración concluyeron en 2006 (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

Hospital de Jesús Nazareno.-
     El  Hospital de Jesús Nazareno, fundado en l696 por el hermano Diego de la Cruz, se reconstruyó con la forma actual en el siglo XVIII, pero perdió sus enseres en 1936. Tiene la imagen de Cristo atado a la columna, tallado por José Sacrest en 1958 (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
     El antiguo hospital de Jesús Nazareno se encuentra situado en una de las calles más céntricas de la ciudad de Montoro, aledaña a la Plaza de España.
     Es un edificio civil de grandes dimensiones, al que con el paso del tiempo se han ido anexionando otras construcciones de menor interés, ocupando gran parte de la manzana.
     Es un complejo conjunto de edificaciones y patios del que destaca su  superposición de volúmenes, resaltando las dependencias de tres plantas destinadas a hospital y la iglesia. Desde el punto de vista constructivo se alterna la utilización de la piedra molinaza para los paramentos del cuerpo inferior, para las esquinas y para la iglesia, alternada con muros de tapial encalados en blanco, lo que produce un efecto bícromo que acentúa la división de espacios .En planta, asemeja a un rectángulo casi perfecto en el que se distribuyen las dependencias en torno a tres patios.
    La fachada del edificio se dispone en sentido paralelo en la calle Alta, destacando en ella dos portadas de ingreso que, una para el hospital y otra para la iglesia, ambas realizadas en el siglo XVIII. 
     Dentro del conjunto de edificaciones y patios que componen el hospital, y que a comienzos del siglo XX estaban dedicados a salas de medicina, de cirugía, farmacia, botiquín, dispensario, etc., destacan el patio principal y la iglesia.
     Las trazas de la iglesia son atribuidas a Francisco Hurtado Izquierdo, por la similitud del esquema desarrollado por éste en la iglesia de San Juan de Dios en la localidad de Priego. Consta de una nave cubierta por bóveda de cañón con lunetos y dividida en tres tramos por arcos de medio punto, situándose el coro alto a los pies. La cabecera es plana y se cubre con cúpula sobre pechinas, dividida en ocho segmentos, donde se distribuye la profusa decoración de yeserías polícromas. 
     A la iglesia se accede por una portada situada en el penúltimo tramo de la nave, en el muro de la Epístola. Su construcción se ajusta a 1778, año en que finalizaron las obras del templo. Consta de un arco de medio punto, con ménsula en la calve, flanqueado por pilastras cajeadas sobre pedestal. Éstas sirven de base a un entablamento sobre el que campea un frontón triangular partido con remates de perinolas. Del centro emerge una hornacina de medio punto flanqueada por pilastras y coronada por un frontón curvo partido en cuyo centro se erige una cruz. Algunos investigadores atribuyen la realización de esta portada a Antonio Pérez Palomino o a Francisco de Mora, maestros de Bujalance, activos en estas fechas en la localidad de Montoro.
     La portada del hospital, se estructura mediante un arco de medio punto dovelado, con decoración de un escudo en la clave, apoyado sobre pilastras toscanas, conjunto realizado en piedra molinaza. En el nivel superior se asienta un entablamento con inscripción en el friso, que sirve de base a un balcón. Tras el zaguán se accede al patio principal de planta rectangular, conformado por cuatro crujías con siete arcos de medio punto cobre columnas, con éntasis, en el piso bajo, mientras que en el superior, encontramos un balcón central de tres vanos con arcos rebajados sobre columnas flanqueado por dos ventanas rectangulares enmarcadas por molduras mixtilíneas.
     En la confluencia de las calle Salazar con la calle Sor Josefa Artola, se sitúa sobre la cornisa del edificio un la espadaña. 
     Consta de un cuerpo, dividido en tres vanos de medio punto para las campanas, siendo el los vanos laterales más anchos que el central, sobre el que se dispone un óculo y remate a modo de frontón fingido. 
     Su historia se remonta a 1632, aunque su creación tuvo lugar el 5 de enero de 1699, a cargo del Cardenal Salazar, quien mandó fundar el Hospital bajo la advocación de Jesús Nazareno, declarando que el residuo  que quedase de las rentas pertenecientes al Hospital y Obra Pía de la Caridad, que ya existía en esta ciudad, fuese entregado al nuevo hospital, así quedaban unidos ambos centros. Debido a que el edificio que ocupaba se encontraba obsoleto y con dificultades para ser ampliado, se decidió trasladarlo al lugar que hoy día ocupa. 
     Las obras del edificio se atribuyen a Francisco Hurtado Izquierdo, reproduciendo en la iglesia el esquema de la de San Juan de Dios de Priego, siendo inaugurado el 11 de enero de 1778. 
     Desde su apertura hasta los años 1867-1868 sufrió sucesivas transformaciones destinadas a mejorar las condiciones higiénicas del edificio. El Hospital ha sido administrado por el Ayuntamiento de Montoro, al que por Real Orden de 17 de Julio de 1898 se le reconoció el carácter de Patrono de la Fundación. Con posterioridad por Real Orden de 23 de julio de 1927 fue considerado de beneficencia particular mixta. 
     La iglesia, lo largo de su historia ha sufrido dos incendios uno el 20 de junio de 1849, que destruyó parte del templo, y otro en 1936 en el que desapareció el retablo mayor, siendo restaurada con posterioridad.
     Actualmente es Residencia de Ancianos Jesús Nazareno, regida por el Patronato de la Fundación benéfica del mismo nombre (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

Casas señoriales.-
     Blasones, escudos nobiliarios, frontones característicos de molinaza… Es la oportunidad perfecta para que puedas apreciar en primera persona estos exclusivos emblemas que no encontrarás igual en ninguna otra ciudad.
     Durante tu recorrido por el casco histórico de Montoro, verás muchas de estas casas con portadas engalanadas por escudos de armas y otros elementos característicos relacionados.
     Los escudos de armas nacen como tales en el siglo XII con motivo de distinguir a los caballeros que demostraban mayor valentía en campo de combate contra los musulmanes.
     Generalmente este tipo de blasones se colocaba en las Casas Solariegas, es decir, en la residencia de nobles y ricos que vieron en Montoro el sitio idóneo para construir su residencia habitual.
     Estos edificios han soportado el paso del tiempo y nos permiten conocer, de primera mano, cómo vivían las clases acomodadas del siglo XVIII. En estos pequeños palacios se respira historia, ya que en sus paredes ha quedado grabado el paso del tiempo en cada una de sus rejas, puertas o ventanas.
     Son muy abundantes las casas antiguas con portadas que van desde el siglo XVI al XIX. Por citarte alguna, destacamos la situada junto a la cabecera de la Parroquia de San Bartolomé, con cuatro blasones de piedra en la fachada de distintas épocas -dos del siglo XVII y dos más de transición al neoclásico-.
     Existe una considerable variedad de escudos que podrás contemplar en tu visita. Una de las características que más  han atraído la atención a los historiadores del arte que han participado en el análisis de alguno de estos emblemas nobiliarios es el uso y florituras de los yelmos colocados sobre la caja del escudo.
     De la misma forma, muchos de estos expertos han comentado que algunos linajes no se corresponden con los representados en los diferentes cuarteles del emblema.
     Asimismo, también encontrarás propias invenciones de carácter religioso como el situado en la calle Bartolomé Camacho, que representa la cita: «de la Verdad de la vida con las llaves de San Pedro».
     Destacamos: casa señorial en la calle Manuel Criado Hoyo. Te invitamos a que observes en la calle Manuel Criado Hoyo, 4 -consecutiva a la Plaza de España-la fachada de esta casa señorial del siglo XVI: llamará tu atención su prominente portada de estilo renacentista con sillares de molinaza almohadillados, y rematada con un frontón partido sobre el que se asienta un pequeño balcón flanqueado por escudos nobiliarios (Ayuntamiento de Montoro).

Puerta de la Torremocha.-
     La Torre Mocha se encuentra situada en una zona de la muralla de Montoro en la que posteriormente se realizó la apertura de una puerta. Se encuentra visible desde el interior del patio o corral de una vivienda midiendo aproximadamente entre 6 y 7 metros de lado.
     Debido al estado de deterioro en que se encuentra se percibe más fácilmente la estructura de la misma, comprobándose que el interior de la torre posee relleno de material recubierto por sillares bien cortados de piedra molinaza dispuestos a soga y tizón, salvo en sus dos primeras hiladas donde se colocan los sillares a soga.  La parte superior ha perdido los sillares, quedando a la vista el relleno de la torre. 
     La disposición a soga y tizón en la misma hilada se utiliza mucho hasta el siglo XI. En Córdoba será cada vez más frecuente entre los siglos XI y XV la reducción de la dimensión de las hiladas hasta los 0,40 metros de altura, medida a la que aproximadamente se ajusta la altura de los sillares de la Torre Mocha. Estos datos pueden hacer pensar que su cronología estaría cercana al siglo XI.  
     Por el exterior sólo es posible ver uno de los paramentos, en el cual son patentes los trabajos de consolidación con materiales que enmascaran parte de la torre. Sin embargo, se comprueba que no posee un lienzo de sillares continuos tal y como sucede en el interior, sino que se ha ido colocando piedra de distintos tamaños para la contención de la misma y el adecentamiento de este acceso. 
     Su estado de conservación es deficiente. La torre queda embutida en los edificios colindantes, puesto que actúa como muro medianero entre dos parcelas con un saliente muy reformado hacia el "Callejón de la Torre Mocha" y, concretamente, al arco del mismo nombre. Desde el interior se advierte su situación de deterioro propiciada por una oquedad de grandes proporciones en la parte sur, hoy utilizada como corral de gallinas, y, sobre todo, por la colocación en su parte superior de una terraza de ladrillo con cubierta de uralita  hoy se encuentra casi en su totalidad en el patio interior de una vivienda de la calle Santos Isasa, en el casco urbano de Montoro (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

     Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Córdoba, déjame ExplicArte los principales monumentos (Iglesia Santa María de la Mota - Museo Arqueológico, Iglesia de Santiago - Museo de la Semana Santa, Iglesia de San Juan de Letrán, Casa de las Tercias - Museo del Aceite, Hospital de Jesús Nazareno, Casas señoriales, y Puerta de la Torremocha) de la localidad de Montoro (II), en la provincia de Córdoba. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la provincia cordobesa.

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Un paseo por la barreduela Amistad

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la barreduela Amistad, de Sevilla, dando un paseo por ella.
     Hoy, 30 de julio, es el Día Internacional de la Amistad, así que hoy es el mejor día para ExplicArte la barreduela Amistad, de Sevilla, dando un paseo por ella.
     La barreduela Amistad es, en el Callejero Sevillano, una vía que se encuentra en el Barrio de San Bartolomé, del Distrito Casco Antiguo; en la confluencia de las calles Águilas, y Vírgenes.
     La  calle, desde  el punto de vista urbanístico, y como definición, aparece perfectamente delimitada en  la  población  histórica  y en  los  sectores  urbanos donde predomina la edificación compacta o en manzana, y constituye el espacio libre, de tránsito, cuya linealidad queda marcada por las fachadas de las  edificaciones  colindantes  entre  si. En  cambio, en  los  sectores  de periferia donde predomina la edificación  abierta,  constituida  por  bloques  exentos,  la  calle,  como  ámbito  lineal de relación, se pierde, y  el espacio jurídicamente público y el de carácter privado se confunden en términos físicos y planimétricos. Algunas vías reciben una denominación diferente a la de calle, en función de características genéticas, morfológicas o funcionales. Cuando se encuentra cerrada por construcciones en uno de sus extremos se llama barreduela o adarve, y en el uso popular callejón, y a veces callejuela. Son muchas las barreduelas que se conservan en el casco histórico como herencia de la ciudad medieval, pero tampoco son infrecuentes en la periferia. Una característica peculiar de las barreduelas es que sus edificios poseen numeración correlativa, mientras que en las calles el sistema es numerar con los pares una acera y con los impares la opuesta.
       También hay una reglamentación establecida para el origen de esta numeración en cada vía, y es que se comienza a partir del extremo más próximo a la calle José Gestoso, que se consideraba, incorrectamente el centro geográfico de Sevilla, cuando este sistema se impuso. En la periferia unas veces se olvida esta norma y otras es difícil de establecer.
     Se rotuló con tal nombre en 1869 y es muy probable que con anterioridad figurase sin nominar, como una barreduela de Águilas. Según Montoto, también se llamó Paredes, sin que este extremo haya podido ser comprobado documentalmente. Se trata de una calleja sin salida, de corto y rectilíneo trazado. Ha sido recientemente pavimentada con losetas de cemento y a la entrada un marmolillo de hierro impide el acceso a los vehículos. La calle está flanqueada por ca­sas de escaleras de tres plantas, encontrándose deshabitada la que hace esquina a Vírgenes; al fondo se sitúa una casa de dos plantas, en la que a principios de siglo tenía su escuela de baile Ángel Pericet y cuyo patio es adornado para celebrar la popular fiesta de las cruces de Mayo. En 1984, Caballero Infante se quejaba en El Correo de Andalucía (11-XI-84) del descuidado estado en que se encontraba: "calle de la Amistad, mantenida sucia, semiderruida, abandonada y triste", y llegaba a establecer un símil entre el estado de la calle y el valor que a la amistad conceden los sevillanos. Hoy, por el contrario, resulta ser una calle tranquila y cuidada, a lo que sin duda contribuye su reciente pavimentación y las ventanas de las casas habitadas adornadas con macetas [Josefina Cruz Villalón, en Diccionario histórico de las calles de Sevilla, 1993].
Conozcamos mejor la celebración del Día de la Amistad
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     Nuestro mundo hace frente a muchos desafíos, crisis y fuerzas divisorias —pobreza, violencia, violaciones de los derechos humanos— que amenazan la paz, la seguridad, el desarrollo y la armonía social entre los pueblos del mundo y dentro de sí mismos.
     Para abordar estos problemas, es necesario atajar las causas que los provocan, fomentando y defendiendo la solidaridad, que puede manifestarse de muchas maneras, como por ejemplo, la amistad.
     A través de la amistad, cultivando los lazos de la camaradería y fortaleciendo la confianza, podemos contribuir a los cambios fundamentales y necesarios para alcanzar una estabilidad duradera, tejer una red de apoyo social que nos proteja a todos y generar pasión por lograr un mundo mejor, todos unidos por el bien común.
     A nivel mundial, unos 150 millones de estudiantes, la mitad de todos los comprendidos entre 13 y 15 años de edad, han sufrido la violencia de sus compañeros en las escuelas y el entorno que las rodea. En el Día Internacional de la Amistad, UNICEF ha lanzado un video exclusivo del grupo BTS que anima a los jóvenes a alegrar el día de alguien a través de un gesto amable (ya sea en la vida real o en Internet), y compartirlo para que otros lo vean. Se trata de una iniciativa dentro de la campaña de UNICEF para poner #finalaviolencia en las aulas y en su entorno.
     En diciembre del año pasado, los niños y jóvenes de todo el mundo redactaron un Manifiesto Juvenil para pedir a los gobiernos, maestros, padres y por supuesto, a todos los alumnos del mundo, que ayuden a poner fin a la violencia y garantizar que los estudiantes se sientan seguros en las escuelas y su entorno, incluyendo el compromiso de ser amable y respetuoso (ONU).
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martes, 29 de julio de 2025

Los principales monumentos (Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, y Santuario de Nuestra Señora de los Milagros) de la localidad de Bienvenida, en la provincia de Badajoz

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Badajoz, déjame ExplicArte los principales monumentos (Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, y Santuario de Nuestra Señora de los Milagros) de la localidad de Bienvenida, en la provincia de Badajoz.
     Se localiza hacia el este de Zafra, en el borde lindero con la Campiña de Llerena; esto es, sobre un dominio de suave orografía de aspecto seco y duro, cubierto en algunos lugares de encinar, olivos, viñas, cereales y matorrales.
     Tipo de Entidad: Municipio
     Superficie Término: 92,2 Km2
     Altitud: 606 m.
     Distancia Capital: 106 Km.
     Partido Judicial: Zafra
     Comarca: Tentudía
     Gentilicio: Bienvenidense
Ayuntamiento de Bienvenida
     Plaza de España, 1
     06250 Bienvenida (Badajoz)
     Teléfono: 924506011 - 924506050
     Fax: 924506294
     Web: www.bienvenida.es
Historia.-
    Se localiza hacia el este de Zafra, en el borde lindero con la Campiña de Llerena; esto es, sobre un dominio de suave orografía de aspecto seco y duro, cubierto en algunos lugares de encinar, olivos, viñas, cereal y matorrales. En lo jurisdiccional se integraba en la Orden de Santiago con rango de Encomienda, encontrándose conectada muy directamente, como centro de suministro de trigo, con el Monasterio de Tentudía, uno de cuyos más significados vicarios, Juan Riero, era natural de aquí.
     Dos acontecimientos, cuya celebración en este punto no está realmente probada, se mencionan como origen del asentamiento y su topónimo: El encuentro de Fernando III con su madre, Doña Petronila, en 1250; y el de Don Fadrique, hermano de Pedro I, con la suya, Doña Leonor de Guzmán, ya a mediados del siglo XIV.
     El gentilicio de los naturales es barreños, y el coloquial en el partido judicial, culebrones.
     En otro tiempo se habló en el lugar una peculiar jerga llamada "alcotiza", ya prácticamente desaparecida.
     También es conocido este municipio por ser cuna de la dinastía de los Bienvenida; aquí nació Manuel Mejías Rapela, fundador de la dinastía y padre de los famosos toreros.
Monumentos.-
     Los componentes de interés de la localidad son numerosos. El centro de la población lo ocupa una hermosa plaza de gran sabor, cubierta de palmeras, en la que sitúan el Ayuntamiento -antigua Casa de la Encomienda santiaguista-, la iglesia parroquial, la Casona de los Jaraquemada y otras edificaciones de interés, como la pequeña vivienda que según la tradición es la más antigua del núcleo.
     En uno de sus costados se abre un pintoresco pasadizo, y en el centro una fuente alegórica moderna, que no supera en encanto a la anterior tradicional que vino a sustituir. Otra secular llamada de Abajo, origen del Arroyo Hondo, se sitúa no lejos. Numerosas casas hidalgas de elegantes portadas hermosean la población evidenciando su abolengo.
     El caserío popular se mantiene asimismo muy bien conservado, ofreciendo panorámicas de señalado atractivo.
     La iglesia parroquial de Ntra. Sra. de los Ángeles, originaria del siglo XV, resulta de sobresaliente interés. En el exterior llama la atención el cuerpo bajo de su torre, obra mudéjar de ladrillo sobre el que se erige un remate barroco, concluido en 1633 por el alarife Pedro Vaca. En el interior destaca el retablo mayor, realización de gran presencia, también del XVII, con buenas pinturas. Otra que se atribuye a Zurbarán se conserva en la capilla de la Encarnación. En 1982 la iglesia fue declarada Monumento de Interés Cultural.
     Hito especialmente significado es el santuario de Los Remedios (Virgen de los Milagros), que se sitúa en el extremo más bajo de la población. Data del siglo XVIII, presentando atractiva arquitectura de tradición barroca popular pulcramente encalada, en la que se distinguen los tambores de sus dos cúpulas. Cuenta con atrio y patios delanteros cariñosamente cuidados, rodeados de jardines, componiendo un ámbito apacible y de gran atractivo, que sirve de marco a las celebraciones más vistosas de las Fiestas patronales (Diputación Provincial de Badajoz).
     Como su nombre indica, esta localidad pacense se originó por la fiesta de bienvenida con la que tributó en su actual emplazamiento el rey de Castilla y León, Fernando III, el Santo, a su madre, Doña Berenguela de Castilla, y a su mujer, Doña Beatriz, cuando ambas vinieron a verlo a la ciudad de Llerena. Al menos así lo cuenta una leyenda, aunque se han encontrado en sus tierras vestigios de poblaciones iberas, celtas y yacimientos romanos.
     Si decides visitarla, fíjate en las hermosas fachadas de sus casas solariegas, admira su iglesia parroquial dedicada a Nuestra Señora de los Ángeles, sin pasar por alto su esbelta torre mudéjar, la ermita de la patrona o la fuente de la calle de la plaza
     Acércate a sus panaderías, bodegas y almazaras y disfruta de su especial gastronomía. No te vayas sin probar, además de sus productos ibéricos, las migas, la caldereta, el "cardillo" y, por supuesto, su especialidad en repostería, las autóctonas empanadillas.
     Si te apetece, prepara tu viaje para que coincida con alguna de sus fiestas más importantes. En Bienvenida tienen fama los Carnavales, San Isidro y las Fiestas en honor a la patrona, Nuestra Señora de los Milagros (Turismo de Extremadura).
      Bienvenida, donde algunas mansiones blasonadas, a la sombra de la torre mudéjar de la iglesia parroquial, son testimonio de antigua hidalguía (Alfredo J. Ramos, y Santiago Llorente. Guía Total, Extremadura. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2005).

Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles.-
     Este es el título con el que se denomina a la iglesia parroquial de Bienvenida en la documentación del siglo XVI. Así consta en una orden del vicario de Tudía al vicario Juan Riero, en Bienvenida , extendida dicha orden , en una carta de obligación recíproca, fechada el 16 de agosto de 1545.
     En los archivos provinciales y nacionales hay gran cantidad de documentación sobre dicho templo, por lo cual podemos seguir, paso a paso las fases de construcción. Se comenzó su construcción a finales del siglo XV y puede darse por terminada en el primer tercio del siglo XVII.
     Originariamente estuvo cubierta por bóvedas góticas de crucería, pero el terremoto de Lisboa, de 1755, hizo que dichas bóvedas se desplomasen, edificándose , años más tarde, la actual bóveda de cañón.
     En la parte exterior de la fábrica de la iglesia se puede ver sus gruesos muros de mampostería, con fajas de ladrillos. Es de nave única, siendo la nave central algo más ancha y alta que la capilla de ábside.
     De la fachada norte sobresale la capilla de la Encarnación, edificada en 1635. En la fachada sur se encuentra, de este a oeste, la sacristía, la capilla del sagrario o de Juan Riero, la torre. Entre la capilla del sagrario y la torre, una verja de hierro separa el atrio del resto de la plaza.
     El templo tiene tres puertas:
     Puerta principal, que da al sur, está formada por un arco casi de medio punto. Tanto dicho arco como las jambas y el entablamento superior fueron construidos por piedras blancas, semejantes al mármol. En dicho entablamento se representan relieves de caballeros y santo. En la hornacina superior está una imagen de la virgen, coronada por los ángeles.
     Sobre esta puerta principal se encuentra dos grandes vanos ciegos. Posiblemente fuesen las ventanas que iluminaban el interior cuando las bóvedas eran góticas y que fueron tapadas al edificar las actuales de cañón.
     La puerta occidental, o del perdón, está toda ella construida con ladrillos, tanto arco, escarzano, como las correspondientes jambas. esta puerta, aunque visible por fuera, está tapiada por dentro , por lo cual no es utilizable.
     Sobre la puerta casi en la cima y dentro del frontón que forman las inclinaciones del tejado, se encuentra un óculo abocinado y dentro de un recuadro. Todo el conjunto está construido con ladrillos. Por este óculo penetran los rayos de sol hasta el altar mayor, al final de la tarde.
     La tercera puerta que da al norte, también está hecha de ladrillos y es semejante al anterior, aunque mucho menos decorada.
     La torre es de planta cuadrangular en su base. Está compuesta por cuatro cuerpos. Es de estilo Mudéjar y como tal edificada toda ella con ladrillos, reservando la piedra para el basamento y para algunas esquinas.
     El primer cuerpo, que llega a una altura de unos 15 metros, envuelve a la construcción original y fue colocado para reparar los posibles daños del terremoto de Lisboa le había causado. La torre perdió en esbeltez, pero ganó en seguridad. Todo él está construido en mampostería y fajones de ladrillos, según la construcción dominante en el resto del templo. En su frente aprecian dos ventanas superpuestas. La inferior ilumina la capilla bautismal y la superior da al llamado “cuarto de la leña” tres arcos ciegos lo rematan.
     La transición del segundo cuerpo, de menor anchura, se realiza por medio de una rampa, flanqueada por unos pináculos piramidales. El segundo cuerpo, original y de sección cuadrada, muestra dos ventanas en cada lado, rematadas por arcos de medio punto. En dos de ellas, que forman el ángulo sureste, están alojadas las campanas. No hace mucho tiempo se tapo otro ventanal frontal para poner la esfera del reloj.
     El tercer cuerpo es de sección ochavada. Es el más rico en decoración y en su cima se puede apreciar la presencia de azulejos. Está rematado por una corona de objetos semejantes a cántaros. Por último, emerge una torrecilla cuadrangular con vanos en sus cuatro frentes y rematada por una pirámide de pizarra, de la que sobresale una airosa veleta en cuya vela está colocada la silueta de un gallo.
     En el interior, el cuerpo de la iglesia está cubierto por la amplia bóveda de cañón, elevada en el siglo XVIII. Sus tramos están separados por arcos fajones, que descansan en las pilastras exteriores. La capilla mayor, o ábside está cubierta de bóvedas de crucería de diez claves, según un modelo usado en toda la baja Extremadura.
     El coro está sostenido por un elegante arco escarzano, todo él labrado en granito. Las otras dos capillas están, también, cubiertas por bóvedas góticas.
     En la capilla mayor se encuentra un magnifico retablo de principio del siglo XVI.
     Hay, también, otros retablos en las diferentes capillas y altares. En el lado del evangelio se alza sobre tribuna la caja del órgano. Poco o nada debió quedar de él tras los sucesos del hundimiento de la bóveda del templo. Poco después en 1715 don Antonio Rivilla y Cerda crearon un órgano de valor de nueve mil quinientos reales, su estilo es rococó. Se llevaron en él una serie de remodelaciones, la última en 1909 donde se le colocaron un juego de trompeta de 8 pies y 49 notas, un juego de bajoncilo y clarín de 4 pies y 49 notas, más un juego de dulzaina de medio pie y 24 notas, con ello, el órgano constaba de 500 tubos. 
     El lado de la epístola, lo más notable que encontramos es la reja de la capilla del Vicario de Tudía, Juan Riero. En el interior de la capilla de Riero, podemos ver un altar de obra y un retablo material en honor de la Inmaculada Concepción, el cual, consta de tres calles en cada uno de sus dos cuerpos, se separan éstas por columnas corintias, rematándose en lo alto, con un frontón triangular en el centro y dos curvos en los extremos, más pirámides sobre pedestales.
     Pero la mejor pieza suntuaria que, conserva la iglesia es la cruz parroquial de plata en su color, la cruz de Bienvenida presenta sus brazos rectos, emergiendo en su planos rectángulos relevados con labores incisas limitados por expansiones oblongas. Penillones de diverso tamaño si disponen en sus extremos, en los ejes de las expansiones y en los ángulos de cuadrón. La medalla central es circular, el nudo de la cruz es cuadrangular Columnas jónicas de disponen oblicuamente en las esquinas, motivando resaltos en esviaje de la cornisa, sobre la que se apoyan frontones triangulares con querube en el tímpano y remates piramidales (Ayuntamiento de Bienvenida).

Santuario de Nuestra Señora de los Milagros.-
     En el año 1498, los visitadores santiaguistas nos ofrecen la noticia de la reedificación de la Iglesia que se dice que es vocación de Santa María de los, Milagros.
     El santuario consta de los siguientes elementos arquitectónicos Venerable muros con bellos volúmenes octogonales que emergen sobre h capilla mayor del camarín, protegiendo las cúpulas, un campanil en el cual se resaltan delicados dibujos y molduras barrocas; la bóveda de cañón sobre lunetos que cubre la espaciosa longitud de la nave del templo. La visión global del templo está dominada por los blancos acentos de la cal exterior.
     En el interior consta de los siguientes elementos arquitectónicos: un arco toral; la capilla mayor primitiva; una capilla de bóveda con su rexa de palo; el cuerpo de la iglesia es de una nave con cuatro arcos de ladrillo y la techumbre de ella es de madera de pino, labrada de cinta y saetino; tiene una capilla mayor de bóveda sobre cruceros de ladrillo y e casco de lo mismo; tiene un altar en la dicha capilla y sobre él un retablo labrado a lo romano.
     En la entrada de la misma nos encontramos con la fachada del mediodía, la cual, se disponía en el tramo anterior al de la actual portada. La pared de la ermita se resalta exteriormente en ese tramo, por el tabique de cerramiento de la antigua portada y en el siglo XVIII, se levantaron los muros de la ermita, adecuándolos a la bóveda de cañón y sus lunetos; en el siglo XIX se levantaron el pórtico y su galería superior, respetando la comisa de ladrillos en saledizo que recibe la anterior cubierta en ese punto, así como las labores mudéjares de una sucesión de arquillos que se cruzan entre frisos ornados por secuencia de rombos.
     Se sucede con el cerramiento amurallado del patio y su puerta de entrada, enfatizada por un esbelto arco triunfal, o con el hermoso pórtico de tres arcos delante de la fachada del mediodía (Ayuntamiento de Bienvenida).

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El desaparecido Pabellón de Senegal, en el Pabellón Plaza de África (actual sede de la Confederación de Empresarios de Andalucía, CEA), de Álvaro Navarro, y Miguel M. de Castilla, para la Exposición Universal de 1992

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte el desaparecido Pabellón de Senegal, en el Pabellón Plaza de África (actual sede de la Confederación de Empresarios de Andalucía, CEA), Álvaro Navarro, y Miguel M. de Castilla, para la Exposición Universal de 1992, de Sevilla.
      Hoy, 29 de julio, es el aniversario (29 de julio de 1992) del Día Nacional de Senegal en la Expo' 92, así que hoy es el mejor día para ExplicArte el Pabellón de Senegal, para la Exposición Universal de 1992, de Sevilla.
     La Exposición Universal se ubicó en la llamada Isla de la Cartuja, que se encuentra en el Barrio de Triana Oeste, del Distrito de Triana.
     El Pabellón Plaza de África [nº 91 en el plano oficial de la Exposición Universal de 1992], se encuentra en la manzana delimitada por las calles Euclides, Pitágoras, y Arquímedes, junto a lo que fue la Plaza del Agua y frente a la parcela que ocupaba la Plaza Sony (durante la Expo '92), al norte del recinto de la Cartuja; el Barrio de Triana Oeste, del Distrito Triana.
     Al igual que ocurriera con el Pabellón Plaza de América, este pabellón se concibió conjunto y de carácter permanente, estando integrado por 15 países del África subsahariana que no tenían los medios suficientes para ubicar un pabellón propio en la Expo '92: Angola, Cabo Verde, Santo Tomé y Príncipe, Guinea Bissau, Camerún, Congo, Costa de Marfil, Gabón, Guinea Ecuatorial, Kenia, Mozambique, Nigeria, Senegal y Zimbabwe.
     El edificio, de 14.925 metros cuadrados, estaba dividido en dos partes: el principal, donde se ubicaban los pabellones, por el que se accedía mediante una pasarela sobre un estanque que rodeaba el cuerpo geométrico de cristal que lo componía y otro donde se encontraba una sala de proyecciones y espectáculos y la zona administrativa y de gestión, de tal manera que de las 7 plantas del pabellón, sólo 3 estaban dedicadas a exposición.
     Es en esta zona donde se exhibe toda la diversidad del continente africano: Angola exhibía sus posibilidades económicas, el Congo, la historia de sus culturas, mientras que Cabo Verde, Sto. Tomé y Príncipe, y Guinea Bissau exponían la incorporación de la herencia como antiguas colonias portuguesas a lo autóctono. Mientras tanto, países como Kenia mostraban sus fuertes: el atletismo y la alfabetización.
     El Pabellón Plaza de África fue construido por la Confederación de Empresas de Andalucía (C.E.A.) para convertirse en sede de este organismo tras la finalización de la Exposición Universal, acogiendo actualmente la sede del Centro de Servicios Empresariales de Andalucía (C.S.E.A.), que presta servicios como el Gabinete de Asesoramiento del Medio Ambiente y el Servicio de Modernización Tecnológica.
     A día de hoy, es uno de los edificios que menos cambios ha sufrido e, interiormente, solo ha tenido las modificaciones necesarias para adaptar el pabellón a sus nuevos usos. Exteriormente, se realizó un aparcamiento para el edificio en la parcela que ocupaba la estación norte del monorraíl, frente a la fachada principal (Blog Pasaporte Expo 92).
     Senegal está considerado en la actualidad como uno de los países más desarrollados de África. Su capital, Dakar, es uno de los principales centros administrativos, económicos y de comunicaciones del  continente.
     En Expo'92 Senegal muestra, en distintos campos, lo más original y representativo del país: en el terreno económico, con la venta promocional de diversos objetos de artesanía, degustación de exóticos zumos de frutas, infusiones, etc.; en el cultural, con una muestra de arte antiguo, trajes típicos, tapices, música y obras literarias; también se ofrecen al visitante sus atractivas posibilidades turísticas.
     Con todo ello, Senegal quiere aportar a la Exposición Universal Sevilla 1992 un mensaje de paz, solidaridad y amistad para un nuevo orden económico mundial (Guía oficial de la Expo '92).
     Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte el desaparecido Pabellón de Senegal, en el Pabellón Plaza de África (actual sede de la Confederación de Empresarios de Andalucía, CEA), de Álvaro Navarro, y Miguel M. de Castilla, para la Exposición Universal de 1992, de Sevilla. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la ciudad.

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lunes, 28 de julio de 2025

El Coto de las Canteras, en Osuna (Sevilla)

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Sevilla, déjame ExplicArte el Coto de las Canteras, en Osuna (Sevilla).
     Hoy, 28 de julio, es el día de la Arqueología, un evento internacional que se celebra desde 2011 con el objetivo de dar visibilidad al trabajo diario de las personas que desarrollan su labor entorno al estudio, conservación y difusión del Patrimonio Arqueológico, así que hoy es el mejor día para ExplicArte el Coto de las Canteras, en Osuna (Sevilla).
     El Coto de las Canteras, se encuentra en la Vía Sacra, s/n, en Osuna (Sevilla).
     Osuna aparece ante el viajero sobre una colina, a media ladera, dominando un amplio paisaje de campiña. Esa elevación se conforma sobre un sustrato rocoso de areniscas calcáreas, que aflora en diferentes puntos del territorio. Esa piedra ha servido desde la antigüedad más remota a los habitantes de esta zona para construir sus edificios.
     Desde hace milenios, el promontorio más elevado ha servido para suministrar los sillares con los que se han levantado casas, palacios, iglesias… Es así que el lugar recibe el nombre de Cerro de las Canteras. Su color ocre y su porosa textura han prestado su colorido y sabor a la ciudad desde los turdetanos hasta mediados del siglo XX.
     Estos terrenos de la antigua Urso, de donde se extraía la piedra para las construcciones desde antes de la ocupación romana, es también conocida como la Petra de Andalucía por sus espectaculares relieves en piedra. Sin duda este sustrato rocoso ha sido empleado como cantera de piedra de manera continuada al menos desde época turdetana, aunque parece que su explotación debió intensificarse a raíz de la importante labor constructiva desarrollada por el IV conde de Ureña en el siglo XVI, hasta la década de los años 60 del siglo pasado que se deja de trabajar en ella.
     En el mismo borde de un precipicio abierto por los canteros, quedan las ruinas de lo que hasta el siglo pasado fue la ermita de la Vía Sacra. Se levantó a mediados del XVII y en ella finalizaba el Vía Crucis. Junto a ella, a modo de capilla, permanecen los restos de unas tumbas excavadas en la roca, siguiendo el modelo de la necrópolis.
     El Coto Las Canteras ofrece un espacio versátil y genuino para cada evento, como su nombre indica es un establecimiento histórico, cuya capacidad es para 600 comensales, 800 butacas para recitales y convenciones, y un aforo de 1.400 personas para eventos de pie.
     El complejo cuenta con 4.000 metros cuadrados, donde se encuentran especies autóctonas de la zona, ideal para recepciones al aire libre. Este establecimiento cuenta con su propio catering (Turismo de la Provincia de Sevilla).

Página oficial: www.elcotolascanteras.com

     Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Sevilla, déjame ExplicArte el Coto de las Canteras, en Osuna (Sevilla). Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la provincia sevillana.

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Un paseo por la avenida del Perú (VII avenida del Perú durante la Exposición Iberoamericana de 1929)

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la avenida del Perú (VII avenida del Perú durante la Exposición Iberoamericana de 1929), de Sevilla, dando un paseo por ella.    
     Hoy, 28 de julio, se celebra en Perú el día de la Independencia (declarada el 28 de julio de 1821), así que hoy es el mejor día para ExplicArte la avenida del Perú (VII avenida del Perú durante la Exposición Iberoamericana de 1929), de Sevilla.
     La avenida de María Luisa es, en el Callejero Sevillano, una vía que se encuentra en el Barrio de Santa Cruz, del Distrito Casco Antiguo; y va de la avenida de María Luisa, a la calle La Rábida.
     La avenida no posee siempre una adscripción precisa. En términos generales corresponde a un gran eje urbano, bien caracterizado desde el punto de vista genético, porque estructura el crecimiento de la ciudad; morfológico, ya que es ancha; y funcional, sobre todo por canalizar el tráfico rodado. Sin embargo, de acuerdo con esta definición, no hay razones, más que las convencionales, para considerar a unas vías como avenida y su prolongación, como calle. En otros casos, las avenidas constituyen el eje principal de un sector determinado o de una barriada, y si bien poseen las características de vía principal en relación a ese sector, no alcanzan dicho valor en el conjunto de la ciudad. La avenida posee sobre todo un valor simbólico, y prueba de ello es que en Sevilla la avenida por excelencia es la hoy denominada de la Constitución, centro neurálgico de la ciudad, tanto de sus fiestas religiosas como de la actividad bancaria, y así es es reconocida sólo como la avenida. También hay una reglamentación establecida para el origen de esta numeración en cada vía, y es que se comienza a partir del extremo más próximo a la calle José Gestoso, que se consideraba, incorrectamente el centro geográfico de Sevilla, cuando este sistema se impuso. En la periferia unas veces se olvida esta norma y otras es difícil de establecer. 
     Fue rotulada en 1928 con este nombre por haberse construido en ella el pabellón de la República del Perú en la Exposición Iberoamericana de 1929. Hasta 1920 formó parte de los jardines de San Telmo y en 1926 el Arzobispado vendió estos terrenos, que fueron destinados a la construcción de varios pabellones de la Exposición Iberoamericana: el de Sevilla (Casino y Teatro Lope de Vega), Perú, Chile, Uruguay y algunos otros. El trazado fue obra de Aníbal González. Confluyen las avenidas de Honduras y Uruguay (v. La Rábida). Paseo de trazado indefinido, está delimitado por las fachadas posteriores, no alineadas de los citados pabellones. Constituye una vía de servicio más que una avenida. Contribuye también a esta impresión la escalera que salva la diferencia de nivel con La Rábida. En el centro hay una glorieta y fuente, deteriorada y siempre seca, rodeada de ocho columnas de mármol rematadas en pequeñas estatuas del mismo material. Termina en una cancela sobre una escalera de acceso a La Rábida que forma parte de una verja de fundición apoyada en columnas rematadas por bolas y pirámides en forma de cruz. De pavimento de albero, carece de aceras, salvo en el tramo correspondiente al pabellón del Perú, de reciente construcción. Se ilumina con farolas hexagonales sobre pies de fundición. En las márgenes hay plantadas acacias, palmeras y olmos.
     En su acceso por la avenida de María Luisa, se encuentra un pequeño pabellón de la Exposición muy transformado, en el que después se instaló un restaurante; en el lado opuesto, separado por un amplio espacio a modo de plaza, la fachada posterior del pabellón de Perú (v. avenida de Chile). El último tramo está delimitado en su margen izquierda por las tapias traseras y salidas secundarias del pabellón de Chile y un pequeño pabellón utilizado como vivienda. En 1990 se han instalado unas aulas prefabricadas para uso de la Universidad de Sevilla. Esta vía y los espacios colindantes han sido habitualmente tranquilos y poco frecuentados, salvo en las noches de teatro en el Lope de Vega, por ser lugar de aparcamiento, y en ocasiones, cuando se prepara un espectáculo por tener el escenario su entrada en esta vía. Recientemente se ve muy frecuentada por numerosos estudiantes. También fue en la década de los sesenta lugar de emplaza­miento de la Feria de Muestras Iberoamericana. Tras el traslado de ésta a los bajos del paseo Marqués de Contadero, recobró de nuevo la habitual tranquilidad, pero durante años han permanecido, afeando y degradando estos recoletos jardines, estructuras y restos de los pabellones provisionales que han desaparecido recientemente. En sus proximidades estuvo instalada durante años, y hasta fechas muy recientes. la Hemeroteca Municipal, en cuyo edificio se llevan a cabo obras de ampliación [Salvador Rodríguez Becerra, en Diccionario histórico de las calles de Sevilla, 1993].
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La avenida del Perú, al detalle:
Pabellón Espuñes 
Pabellón de La Madrina