Hoy, 18 de septiembre, se celebra en Chile las Fiestas Patrias, que conmemoran el establecimiento de la Primera Junta Nacional de Gobierno (18 de septiembre de 1810), así que hoy es el mejor día para ExplicArte la avenida de Chile, de Sevilla, dando un paseo por ella.
La avenida de Chile es, en el Callejero Sevillano, una vía que se encuentra en el Barrio de Santa Cruz, del Distrito Casco Antiguo, y va de la avenida de María Luisa, a la confluencia del Paseo de las Delicias y la calle La Rábida, y que durante la Exposición Iberoamericana de 1929, fue la VIII Avenida de Chile.
La avenida no posee siempre una adscripción precisa. En términos generales corresponde a un gran eje urbano, bien caracterizado desde el punto de vista genético, porque estructura el crecimiento de la ciudad; morfológico, ya que es ancha; y funcional, sobre todo por canalizar el tráfico rodado. Sin embargo, de acuerdo con esta definición, no hay razones, más que las convencionales, para considerar a unas vías como avenida y su prolongación, como calle. En otros casos, las avenidas constituyen el eje principal de un sector determinado o de una barriada, y si bien poseen las características de vía principal en relación a ese sector, no alcanzan dicho valor en el conjunto de la ciudad. La avenida posee sobre todo un valor simbólico, y prueba de ello es que en Sevilla la avenida por excelencia es la hoy denominada de la Constitución, centro neurálgico de la ciudad, tanto de sus fiestas religiosas como de la actividad bancaria, y así es es reconocida sólo como la avenida. También hay una reglamentación establecida para el origen de esta numeración en cada vía, y es que se comienza a partir del extremo más próximo a la calle José Gestoso, que se consideraba, incorrectamente el centro geográfico de Sevilla, cuando este sistema se impuso. En la periferia unas veces se olvida esta norma y otras es difícil de establecer.
Fue rotulada en 1928 con este nombre por haberse construido en ella el pabellón de la República de Chile para la Exposición Iberoamericana de 1929. Este espacio, junto a las avenidas de Honduras, Uruguay y Perú, formó parte de los jardines del palacio de San Telmo hasta 1920, siendo posteriormente enajenado por la Iglesia y destinado a la construcción de algunos pabellones de la Exposición (La Rábida). Amplio paseo de albero, aunque recientemente se le ha dotado de una capa de asfalto central y de aceras en los tramos correspondientes a las fachadas de los pabellones de Perú y Uruguay, careciendo el resto de ellas. Se ilumina con farolas de fundición de base hexagonal. En ambas márgenes hay grandes eucaliptos y algunas palmeras. Confluye la avenida de Uruguay.
Las únicas edificaciones son los pabellones de Perú, Chile y Uruguay. El primero es obra del arquitecto español, profesor de la Escuela de Bellas Artes de Lima, Manuel Piqueras Cotolí, realizado entre 1927 y 1928. Su estilo se ha llamado "neoperuano", sincretismo del mestizaje entre lo español e indígena. El resultado es un edificio con magnificencia palaciega, y uno de los más interesantes de la muestra, en el que destacan los excelentes cierres limeños. Se encuentra en buen estado de conservación y ha sido restaurado recientemente para albergar la Estación Biológica de Doñana (actual Museo de la Ciencia). En la fachada posterior está localizado el Consulado de Perú. El pabellón de Chile se debe al arquitecto Juan Martínez Garrido, edificio de una gran originalidad sobre la base de volúmenes y atrevidas formas arquitectónicas en diversos planos, que culminan en una alta y fuerte torre. En él estuvo alojado el Instituto de bachillerato San Isidoro y actualmente tiene su sede la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos. Por la fachada a la Rábida tenía acceso el Consulado de Chile, que compartía el edificio. El pabellón de Uruguay, situado frente al anterior, es obra del arquitecto Mauricio Cravotto. De menores dimensiones y de aspecto exterior sobrio, concentra la decoración en la fachada. Su estética nacionalista, compartida con otros países del Río de la Plata. Desde hace más de veinte años ha estado dedicado a servicios de los estudiantes universitarios, comedores del SEU (Sindicato Español Universitario) y actualmente acoge las dependencias de alumnos de la Universidad de Sevilla.
Al costado de este pabellón existían unas estructuras metálicas provisionales, restos de la Feria de Muestras Iberoamericana, que albergaban los carros de la Cabalgata de los Reyes Magos, y que afeaban esta zona de los jardines de San Telmo (actualmente ocupado por la Biblioteca Pública Provincial Infanta Elena). En la confluencia con la avenida de las Delicias hay instalado un bar y en el lado opuesto una caseta de transformación eléctrica. Es un lugar relativamente tranquilo, aunque comienza a estar frecuentado por los centros de enseñanza e investigación allí instalados. Está experimentando un proceso de remodelación no coordinado e incompleto, que debería acelerarse, dada la importancia de estos jardines [Salvador Rodríguez Becerra, en Diccionario histórico de las calles de Sevilla, 1993].
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La avenida de María Luisa, al detalle:
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