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miércoles, 6 de septiembre de 2023

Los principales monumentos (Iglesia de San Juan Bautista; Ermita de Nuestra Señora de los Remedios; Castillo - La Torre; y Cementerio) de la localidad de San Juan del Puerto, en la provincia de Huelva

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Huelva, déjame ExplicArte los principales monumentos (Iglesia de San Juan Bautista; Ermita de Nuestra Señora de los Remedios; Castillo - La Torre; y Cementerio) de la localidad de San Juan del Puerto, en la provincia de Huelva.
Ubicación
     San Juan del Puerto, se encuentra situado en el Cinturón Agroindustrial de la provincia de Huelva, en el suroeste de Andalucía, muy cercano al litoral y a tan sólo 12 km. de la capital. Geográficamente representa todo un ejemplo de situación estratégica.
Reseña histórica breve
     La fundación de San Juan del Puerto, a través de la Carta Puebla concedida por los Guzmanes el 10 de enero de 1468 se inserta en el marco de la repoblación interior que tuvo lugar en la Andalucía bética de los siglos XIV y XV, y coincide en el tiempo con la efectuada en otras localidades de la provincia de Huelva.
     Con anterioridad se puede datar la presencia romana en el puente sobre el Arroyo Candón, en el camino de Sevilla, y la musulmana en el término municipal de San Juan del Puerto, como la prueba la torre-fortaleza situada en sus cercanías, ésta poseía funciones relacionadas principalmente con la vigilancia y defensa del territorio.
     Sin embargo, antes de la fundación existió un pequeño puerto al servicio de pescadores y gentes humildes, por donde se embarcaban algunas frutas y vinos. La coyuntura económica del s. XV favoreció el comercio que, en la margen izquierda del Tinto realizaban los puertos de Moguer y Palos fuera del control de los Medina-Sidonia. Desvelada por tanto la importancia estratégica de este lugar en el margen derecha del Tinto, motivo que el Conde de Niebla y Duque de Medina Sidonia, en 1468 otorgara carta de Privilegios para poblar el Puerto de San Juan, primera denominación que se otorgó a la localidad. Así pues, la fundación del Puerto de San Juan tuvo esencialmente un motivo económico y comercial. Afianzado el Puerto, su enjundia marinera colocó desde un principio a los vecinos del lugar en el camino hacia las Indias, siendo Mateo Morales el que en 1493 partió hacia América en la segunda expedición que preparó Cristóbal Colón. En 1551 el Puerto de San Juan pasó de denominarse "lugar" a villa, convirtiéndose ya en el s. XVII en un punto redistribuidor de las importaciones extranjeras para la costa onubense. Durante el s.XVIII, San Juan del Puerto funciona como verdadera avanzadilla de toda una campiñaa que a mediados del s. XVIII vive también del comercio. Las producciones principales fueron trigo y vid de los campos, leñas y corchos de las dehesas y ejidos y sal de las marismas.
     La actividad portuaria en el s. XIX decae. No obstante, la explotación colonial inglesa de las minas del Andévalo darán un nuevo auge al desarrollo del puerto. Así en 1867, se inician las obras de construcción del ferrocarril del Buitrón. Se acondicionó el embarcadero de la ría de San Juan para recibir los minerales de pirita cobriza y de los productos agrícolas, ganaderos y forestales de todos los pueblos por los que pasaba el ferrocarril (Valverde, Beas y Trigueros). La actividad quedó paralizada en 1969, ante su falta de rentabilidad. (Actualmente se trabaja por la recuperación del Muelle del Tinto y su entorno, buscándose también la transformación del antiguo trazado del ferrocarril del Buitrón en Vía Verde, para la realización de actividades turísticas relacionadas con el ocio y tiempo libre).
     Durante los últimos años esta localidad se ha ido dotando de una serie de servicios culturales, educativos, deportivos y sanitarios de máxima calidad que han provocado un desarrollo urbanístico importante para dar respuesta al gran número de personas que han elegido a San Juan del Puerto como lugar para vivir. Hoy, San Juan del Puerto, con una población joven y formada, está inmersa en un proceso de desarrollo industrial y de transformación agrícola que a medio plazo, consolidará al municipio como uno de los más prósperos de la provincia
Patrimonio cultural y artístico
     Puente Romano del Arroyo Candón (s. III): El Arroyo Candón es una de las zonas húmedas de San Juan del Puerto, se llega a esta zona a través de la Ctra. A-472, podemos localizar una huella de los primeros asentamientos en el término con este puente de origen romano sobre el arroyo, que destaca por la sencillez de sus formas. Constituye uno de los elementos de protección integral en el municipio, potenciándose la conservación de su entorno y del propio puente.
     Restos de la Torre Fortaleza Árabe: Situada en la Finca de La Torre (a 5 Km. de la ciudad), es el testimonio de la presencia árabe-musulmana en el término municipal de San Juan del Puerto con anterioridad al proceso repoblador. (s. XIII). De planta rectangular y con una de sus esquinas reforzada en torre, tenía carácter de vigilancia y defensa del territorio. La visita a este paraje rodeado de encinas, ofrece además la oportunidad de admirar una importante ganadería de reses bravas, propiedad de D. Guillermo Acosta.
     Iglesia Parroquial "San Juan Bautista": Ejemplo de la arquitectura del mudéjar tardío de 1500, con ampliaciones y reformas barrocas. Edificio que destaca por sus ricos elementos en imaginería, retablos, esculturas y orfebrería. Destacamos las pinturas de la capilla mayor que plasmó José Corbalán en 1781.Es uno de los monumentos erigidos con posterioridad a la fundación de la villa (1468)
     Casas y edificios de interés: En las que residían las familias pertenecientes a la oligarquía local de los siglos XVI, XVII y XVIII. (Casa de D. Diego Garrido, Casa de los Pinzones, , 7, Casa de D. Pedro El Cura), y escudos heráldicos (Los Rioja) y lápidas conmemorativas (José Nogales).
     Plaza de España: Cruz de forja sobre pedestal (fines S. XVIII). Situada en el eje central de la Plaza de España y frente al edificio del Ayuntamiento. Sobre pedestal con escalinatas de ladrillo visto y azulejos (de la misma época que las rejas del coro de la Iglesia Parroquial, la cual, fue realizada por Francisco Ibáñez en 1754)
     Monolitos
     Avda. Blas Infante: Cruz y azulejo de San Juan Bautista del Pozo de la Idea, situado junto al Centro de Salud fue realizado en 1845. El pozo está hoy soterrado.
      Prado de San Sebastián: Monolito a San Sebastián, situado en la entrada a la población por Sevilla.
      C/ Toledo: Crucero encalado.
     Ermita "Ntra. Sra. de Los Remedios": Edificio situado en la c/ Toledo, de planta rectangular, de sencilla fábrica de ladrillos y tapial, cuyos orígenes se remonta al siglo XVI. En 1966, se crea en la Ermita la Hdad. del Cautivo, Jesús Resucitado y Ntra. Sra. de la Esperanza.
     Estación de Ferrocarril de San Juan del Puerto: Siglo XIX. Edificio situado en la zona conocida como "El Burrillo", junto a la calle Puerto Rico. Sigue guardando la arquitectura de la época. De estilo neomudéjar, se erigió como edificio principal de este ferrocarril.
     Edificio del Ayuntamiento: Preside el centro urbano de la localidad, en la Plaza de España, limitado por las calles Dos Plazas, Colón, Carmen y Ríos. Se sitúa conformando esquina. Fue Construido en 1902 por el arquitecto Manuel Pérez González y el contratista José del Valle Pérez. Su fachada de ladrillo visto, el elegante Salón de Plenos y varias dependencias, han sido restauradas recientemente.
      Finca de La Torre: Situada a 5 Km. de la localidad en dirección a Trigueros, y junto a la casa cortijo de esta finca se levanta una modesta capilla: La Capilla de la Finca de la Torre.
     Estación y Casilla de Riotinto: Constituye otro de los edificios emblemáticos relacionado con la histórica línea del ferrocarril de Riotinto que llegó a transitar por nuestro pueblo desde 1875 hasta 1974, y que actualmente está en proceso de restauración.
Fiestas y tradiciones
     Fiestas Patronales de San Juan Bautista, del 18 al 24 de junio
     Certamen de cartas de amor, 14 de febrero
     Carnaval Finales de febrero, primeros de Marzo
     Feria del Libro, mes de mayo
     Semana de la Juventud, en mayo
     Fiesta de la Cruz, mes de mayo
     Fiestas de la Virgen del Carmen, el 16 de julio
     Semana Cultural 25 al 31 de agosto
     Romería San Isidro Labrador, del 12 al 14 de Septiembre en la Finca "La Torre"
     Día de la bicicleta, 8 de noviembre
     Gala del deporte, finales de diciembre
Gastronomía
     La riqueza gastronómica en San Juan del Puerto es altamente variada en cada época del año. Destacamos la siguiente selección de productos:
     PLATOS: Cabezas de cordero al horno, caldereta de cordero y revoltillos con tomate, que se consumen preferentemente en los meses de abril, mayo y junio.
     DULCES y POSTRES: Chupepillas, pestiños, hornazos y roscos fritos, que se preparan básicamente para Navidad y Semana Santa (Diputación Provincial de Huelva).
        Recibe su nombre en honor del santo precursor de Cristo, San Juan Bautista, y patrono del fundador de la villa, don Juan de Guzmán. El determinativo lo toma del embarcadero del río Tinto, que favoreció la ubicación de la nueva villa y su posterior desarrollo. Situada a 14 m. sobre el nivel del mar, se halla a 15 Km. de la capital. Tiene una población de 6.881 habitantes. Está asentada en un nudo de comunicaciones. Su economía es diversificada, parte basada en la industria de trasformación de la madera, parte en la agricultura de secano, parte en los servicios. La villa de El Puerto de San Juan, más tarde denominada San Juan del Puerto, fue fundada  en virtud de la carta puebla otorgada por el conde de Niebla, don Juan de Guzmán, y su hijo don Enrique de Guzmán, en Villarrasa el 10 de enero de 1468 (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).

Iglesia de San Juan Bautista
     La iglesia parroquial de San Juan Bautista, cuyo origen se ha datado hacia 1500, es un edificio gótico-mudéjar, que presenta planta basilical, sin volúmenes que sobresalgan del rectángulo cerrado. Consta de tres naves, de cuatro tramos (el de los pies añadido en 1783), con triple cabecera de testero plano sin crucero.
       Las naves laterales tienen cubierta de colgadi­zo de madera, con ladrillos vidriados por tablas, mientras que la central oculta su estructura de par y nudillo con una bóveda de cañón con lunetos, que obedece a la reforma de José Álvarez de 1784. Las puertas abren a los lados sur y norte, en el tramo segundo. Se ilumina por óculo central y dos ventanas abocinadas de arco rebajado al pie de cada nave, y con dos ventanas de iguales características en el lado del evangelio, y dos en la de la epístola, una de ellas cegada, realizadas en el periodo antes indicado. Los zócalos de la nave de la epístola son, en parte, de lacería, del XIX.
     En el tramo de los pies, debido a la ampliación de José Álvarez, se sitúan el coro bajo y la tribuna del coro y del órgano en los intercolumnios, y a sus lados la capilla bautismal y un cuarto almacén. La cabeceras de las tres naves, de testero plano, se cubren con bóvedas muy sencillas: la mayor, de crucería, con nervaduras simples, y las laterales con bóvedas vaídas. La cabecera de la capilla mayor es algo más profunda que las laterales, y al exterior se apoya en estribos. La capilla mayor abre a las naves por un arco toral de medio punto, sobre pilar con semicolumnas adosadas y coronadas por capitel dórico con el ábaco muy volado. Un vano con arco de medio punto abocinado se abre en el lado del evangelio, mientras que en el lado opuesto aparece fingida en la decoración pictórica. Comunica con las capillas laterales por medio de arcos de me­dio punto abocinados. Al presbiterio se accede por una escalera de seis gradas, bajo el cual se encuentra la cripta para el enterramiento de los clérigos, obra de Tomás Botani. El presbiterio fue decorado con pinturas murales en 1781 por el artista José Corbalán. La capilla del Nazareno presenta el mismo tipo de arco en su comunicación con la nave del evangelio y se cubre con bóveda vaída.
     La capilla del Sagrario ocupa el primer cuerpo de la torre. Se cubre con bóveda vaída. Su embocadura tiene un arco también de medio punto, pero con perfil mixtilíneo que se prolonga en sus jambas hasta el suelo.
     Por la capilla del Nazareno se accede a la espaciosa Sacristía, de planta cuadrada, cubierta con madera e iluminada por dos óculos aboci­nados, con marcos de rica decoración floral de yesería, de fines del s. XVIII. Puede apreciarse la forma de uno de los contrafuertes. Sobre ella se encuentra el granero, al que se sube por una escalera helicoidal.
     Los volúmenes exteriorizan la distribución interior. Tanto el lado sur que da a la plaza de la Iglesia como el norte, presentan  las puertas de acceso al templo, que fueron enriquecidas por indicación de Fernando Rosales, en julio de 1784. La portada meridional se compone de basamento, medias columnas sobre pilastras, entablamento con triglifos y metopas, cornisa, y un frontón curvo partido, cuyo centro se remata con un pequeño frontón triangular. Sobre los ejes de las pilastras y de la misma puerta se eleva un remate sobre pedestal. A un lado se ha colo­cado una lápida de mármol conmemorativa del IV Centenario del humanista y escritor Juan de Robles, bautizado en esta iglesia el 13 de agosto de 1575. En lado opuesto se ha situado un cuadro de cerámica con la efigie de la Virgen del Carmen, celebrando la declaración de su patronazgo canónico sobre la comunidad parroquial, el 21 de noviembre de 1987.
     La puerta norte sustituye las medias columnas por pilastras rectangulares, reduce los triglifos a los ejes de las pilastras y de la puerta, y se corona con frontón triangular. El portón de madera conserva los clavos de metal, con la inscripción «Ecce Agnus Dei 1726». Sobre ambas puertas se abrieron en 1784 las buhardillas, por orden de José Álvarez, ejecutando el maestro Francisco Romero el sencillo diseño que el arquitecto indicó.
     En la cabecera aparece la diversidad de funciones de las dependencias. En primer lugar, la torre, ubicada a la izquierda de la capilla mayor. De singular aspecto, destaca en el conjunto de torres de la provincia por la robustez de sus volúmenes y por la ausencia total de decoración. La torre se compone de caña, de planta cuadrangular, cuerpo de campanas, banco y chapitel. La caña consta de tres cuerpos superpuestos. El in­ferior, abierto a la nave de la epístola del tem­plo, se ha transformado en capilla sacramental, iluminada por una saetera con arco de medio punto. Al intermedio se accede gracias a una escalera de caracol. Abre a la plaza por medio de un vano rectangular, cuyo dintel es sostenido por una finísima columnilla de mármol blanco de Génova, a modo de parteluz. Al superior o cuerpo de campanas, se sube por otra escalera, adosada al muro. Cada lado tiene un vano con arco de medio punto. Este último cuerpo se cierra con media naranja sobre pechinas. Rematando el total, despunta el facetado chapitel, sobre su correspondiente banco. El chapitel está revestido externamente de azulejería polícroma.
     Puede apreciarse también en la cabecera, además del fuste de la escalera de caracol, la mayor altura de la cubierta del presbiterio, sobreelevada la techumbre para salvaguardar el trasdós de la bóveda. Igualmente destaca la cubierta piramidal del granero y sacristía. Al final de la nave del evangelio está el cuarto almacén del monumento del Jueves Santo, realizado hacia 1900. Seguidamente vemos el retablo de la Inmaculada, trabajado en madera y yeserías polícromas. La imagen de la Purísima, fechable en el siglo XVI, es imagen de candelero para vestir, con cabeza de marcada frontalidad, cuello rígido y ojos de madera. Sobre una ménsula lateral el Niño Jesús de Praga, de barro cocido, que conserva en la peana la inscripción: Delin Freres. Paris, de hacia 1905.
     Le sigue el retablo de Ntra. Sra. de los Dolores y del Cristo yacente. El Cristo yacente es una magnífica escultura en madera policromada obra sevillana de fines del s. XVII, acorde con la estética roldaniana del momento. La imagen de la Virgen de los Dolores, de candelero para vestir fue realizada por Juan Abascal, en 1983. Sustituye a la anterior, obra anónima sevillana de fines del s. XVIII, que pereció en un incendio fortuito ocurrido el Sábado Santo, de 1982.
     El retablito del Corazón de Jesús, dorado y decorado con hojarasca, cartelas, flores y frutos, alberga a la imagen titular, en madera policromada. La efigie del Corazón de Jesús es de hacia el año 1892.
     El simpecado de la Virgen del Rocío ocupa un retablo-vitrina, de sencilla traza, en blanco y fileteado en oro. El simpecado, de terciopelo verde, bordado en oro por Esperanza Elena Caro, entre 1973 y 1975. La Virgen, en plata y marfil, es obra de Fernando Marmolejo Camargo.
     En el retablo de Ánimas, jaspeado y dorado, aparece un lienzo de medio punto, con la Santísima Trinidad y las benditas Ánimas, firmado por Rafael Blas Rodríguez. En el ático, un óvalo con la Virgen del Carmen, y en la portezuela del Sagrario un Buen Pastor, ambas pinturas del mismo autor que el lienzo principal. A ambos lados del altar se encuentran, en sendas repisas, la imagen del arcángel San Rafael (1765), de José Sánchez, y la de Santa Teresa, obra de mediados del siglo XVII.
     En la capilla que preside la nave del evangelio hay dos retablos. El retablo de San José es un sencillo marco recompuesto con fragmentos del que perteneció a Santa Ana. Sobre la mesa de altar, hay una pequeña escultura en madera policromada de Santo Domingo, fechable en los últimos decenios del siglo XVIII. El retablo del Nazareno está compuesto con piezas doradas del primitivo altar y trozos de otros. Nuestro Padre Jesús del Gran Poder es imagen de vestir, obra de Manuel Castilla Jiménez realizada en Valverde del Camino en 1937.
     La capilla mayor está presidida por el Santo titular del templo y de la villa, San Juan Bautista, en su retablo mayor, obra de los talleres salesianos de La Trinidad, Sevilla, dirigida por José Geronés Vallés en 1955. Consta de banco, dos cuerpos de tres calles y ático semicircular, todo dorado. En la hornacina central se venera la imagen de San Juan Bautista, magnífica escultura en madera policromada, obra de Diego López Bueno (1610). A los lados de San Juan Bautista, en sendas repisas, las figuras de San Telmo, escultura en madera policromada de los últimos decenios del siglo XVIII, y la de Santa Ana con la Virgen Niña, obra anónima sevillana de hacia 1800. En la hornacina central del segundo cuerpo hay una escultura, en madera policromada, de la Virgen de Consolación, obra sevillana de hacia 1540-1550, que iconográficamente puede denominarse Virgen del Racimo, por la fruta que porta, y que alude al misterio de la Pasión. A los lados están Santa Rita de Casia y San Nicolás de Bari, ambas tallas policromadas. En el frontal de los pedestales que soportan las columnas del primer cuerpo, se conservan los antiguos relieves de los estípites del retablo mayor de 1765.
     Llaman la atención las pinturas que decoran la capilla mayor, obra de José Corbalán (1781), con arquitecturas y ventanas fingidas, cartelas orla­das de rocallas, en las que aparecen los Evangelistas, los Padres de la Iglesia, emblemas, ánge­les, etc. Dos escenas del Génesis se representan en los espacios mayores: el Sacrificio de Isaac y la lucha de Jacob con el ángel. Hay dos clases de figuras simbólicas, de contenido netamente euca­rístico: unas alusivas a la materia del sacramento, y otras recibidas de la emblemática barroca. La capilla mayor queda protegida por unas rejas de hierro que fueron forjadas por el maestro cerrajero de San Juan del Puerto, Francisco Ibáñez, en el año 1764.
     Antes de pasar a la nave de la epístola, reparemos en el púlpito que se sitúa en el primer pilar del lado del evangelio. Se trata de otra pieza de cerrajería del maestro Francisco Ibáñez. Su astil, de metal dorado, certifica la fecha de construcción, en el año 1757. El pequeño crucifijo fue encarnado en 1781 por el maestro pintor José Corbalán.
     En la cabecera de la nave de la epístola, ocupando el cuerpo bajo de la torre, se encuentra la Capilla Sacramental. Preside la capilla el retablo de la Virgen del Carmen, de la casa Gil de Sevilla en el año de 1939. El tabernáculo eucarístico tiene el frontis de plata, obra de Fernando Marmolejo Camargo, de 1955. En el interior hay un esmalte ovalado de la Virgen del Carmen, montado en plata. Sobre él, un crucifijo de marfil. La Virgen del Carmen, imagen de candelero para vestir, puede remontarse a los años de la funda­ción del convento de PP. Carmelitas, 1529, según revelan la severidad y proporción arcaizante de sus facciones. La hechura de la imagen del Niño Jesús, en cambio, se debe a una disposición testamentaria de Juan Mauricio Galindo, en 1831. En las repisas laterales se encuentran las peque­ñas figuras de la Virgen y San José, de fines del s. XVIII, que forman grupo escultórico, con el Niño Jesús, son de José Sánchez (1765). En el ático semicircular hay un lienzo de Cristo Salvador. La lámpara del Sagrario ostenta un plato de plata, con una moneda de 1821.
     Una vez en la nave de la epístola vemos en primer lugar el retablo de la Inmaculada  Concepción. El retablo dorado, fue hecho en Huelva por Enrique Gómez del Castillo (1943). La Inmaculada, escultura en madera policromada, según tradición, es obra de Felipe Martínez, del año 1676, y procede del convento de PP. Car­ melitas. Fue restaurada en 1940 por José Rivera García. Hay, además, una pequeña escultura del Niño Jesús sobre nube de tres querubines, del siglo XIX.
     A continuación del cancel, está el retablo de la Virgen de Fátima, construido por Enrique Gó­mez del Castillo en 1955. La imagen mariana es obra de un artista portugués. En las repisas de las calles laterales aparece San Antonio de Padua, y San Francisco de Asís, de 1716. Después de este retablo hay un estípite dorado, parte del retablo mayor de 1765.
     El Cristo de la Misericordia, escultura en ma­dera policromada, es obra de Juan de Oviedo el Viejo en 1591. Restaurado por Manuel Castilla Jiménez en 1937, se venera con el título de la Misericordia. A pesar de su tamaño menor que el natural, impresiona por la monumentalidad de sus proporciones. La Virgen y San Juan, que componen el Calvario, son obra de Diego López Bueno, de 1610. El altar, que cobija este Calvario, se compuso con piezas procedentes del antiguo retablo mayor. María Auxiliadora, que aparece en una ménsula, es de telas encoladas, anterior a 1920. Tanto la Madre como el Hijo ostentan coronas de la primera mitad del siglo XVIII, que eran de la Virgen de los Remedios.
     Al fondo de la nave, se encuentra la Capilla Bautismal, terminada de construir por Fernando Rosales en 1784. Está decorada con un azulejo del Bautismo de Cristo, firma­do por Antonio Kiernam Flores (1968). La pila es de mármol blanco. El fuste adopta la forma de balaustre estriado, sobre basamento cuadrado.
     En 1754, Francisco Ibáñez cobró por las rejas del coro, con sus campanilleros y remates, 3.392 reales. Las cabezas de madera de las campanillas fueron labradas por el maestro carpintero Francisco del Valle, el mismo año.
     Se accede a la Sacristía por la capilla del Nazareno, gracias a una pequeña puerta profusamente tallada. Preside la estancia el Cristo del Amor, escultura en madera policromada, crucificado de tres clavos sobre cruz plana, que se hallaba en el Calvario del retablo mayor, obra de Diego López Bueno. Entre el mobiliario de la sacristía destaca una cajonera, con decoración geométrica de taraceas, obra de José Sánchez, maestro entallador de Sevilla, realizada en 1771.
     La orfebrería conservada es notable, con interesantes ejemplares de casi todas las épocas artísticas. Del Bajo Renacimiento tenemos el admirable cáliz de plata sobredorada del último cuarto del siglo XVI. De la misma época es el copón de plata sobredorada y la concha bautismal.
     De fines del siglo XVI es un portapaz de pla­ta con el tema de la Piedad. A la primera mitad del siglo XVII corresponde el ostensorio de cobre dorado, y plata sobredorada, de formas puristas. En el cáliz de plata, de la segunda mitad de aquel siglo, se observa la evolución de los temas decorativos florales. De la segunda mitad de siglo es el copón de plata liso, donación de Pedro de Lepe y Dorantes, obispo de Calahorra. Muestra los punzones de Cárdenas, que corresponden a una compostura o reforma de la segunda mitad del siglo XVIII. Del siglo XVIII es un portaviático de plata, de forma circular, decorado con ostensorio de rayos agudos y flameantes. De la segunda mitad del mismo siglo, es un cáliz de base circular y nudo periforme; las cantoneras y apliques de plata con el tema del Agnus sobre terciopelo rojo de dos misales fechados en 1769 y 1776 y un epistolario. Se conserva también un salero de plata realizado por Vicente Gargallo y Alexandre en 1790, al que se añadió con posterioridad un elevado basamento acam­panado con estrías helicoidales y guirnaldas de principios del XIX. De finales del XVIII o principios del XIX es la corona de la Virgen del Carmen, con punzón de Pinto.
     Al siglo XIX corresponden: un hisopo de plata, cuyo cañón se decora con flores cuadrifolias; un atril de cobre plateado con la cruz de Malta; un incensario de plata; unas crismeras de plata, fechada en 1827 y marcada con los punzones cordobeses de Vega 27, y A. Ruiz. De avanzado el siglo son las piezas de orfebrería que ostenta la Virgen del Carmen: media luna, con los pun­zones del sevillano Franco, ráfaga, cetro y poten­cias del Niño.
     Son del siglo XX unas crismeras en forma de cofre, fechadas en 1902. De 1906 es el Sagrario para la reserva del monumento, donado por doña Juana Santamaría Morales para esta finalidad; en él figuran los punzones sevillanos de G. Rojas y V. Franco. En 1943 Fernando Marmo­lejo hizo el portaviático en forma de cofre con un coponcito en su interior. El mismo orfebre hizo en 1964 la ampliación de la aureola de San Juan Bautista, cuyo núcleo central es del s. XVIII; así como el resplandor y la decoración de la banderola, ésta última con punzón de Olavide. Por último, señalaremos el ostensorio de plata dorada de Villarreal, 1968.
     Desde la sacristía se puede subir a la torre, que tiene cuatro campanas. La mayor, que da al lado de poniente, está dedicada a la Santísima Virgen, Mater Purísima, y consta que se hizo en 1738. La segunda en antigüedad es la del lado sur, dedicada a la Inmaculada Concepción; la fundió en 1880 José Marcos Rosas. La campana del lado de levante se dedicó a San Juan al hacerse en 1925. Por último, la última se hizo en 1969, dedicándola a Santo Domingo (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
     Posee planta basilical de tres naves.
     Data de principios del siglo XVI. Relacionada con el grupo de iglesias de Carmona por la forma de sus pilares, con medias columnas en los extremos.
     Las cabeceras de las tres naves, que son de testero plano, se encuentran cubiertas por otras tantas bóvedas muy sencillas de dos nervios cruzados.
     La bóveda de la nave central es de cañón, con lunetos y las laterales van cubiertas a un agua, presentando artesonado de ladrillo por tabla.
     Posee dos portadas, la del Sol y la dela sombra. La torre se alza en el lado de la Epístola, sobre el ábside derecho, rematada con chapitel piramidal cubierto de azulejos.
     Los pilares parecen conservarse en estado primitivo y presentan las medias columnas y los baquetones de ángulo.
     En el siglo XVIII se amplió por los pies del edificio medieval.
     La capilla mayor presenta frescos y pinturas.
     Adosada a la torre y a la sacristía se encuentra una vivienda que desentona notablemente con el conjunto.
     En su interior, ocupando el centro del retablo del altar mayor, se conserva la imagen San Juan Bautista.
     Este templo adquiere una significación especial durante la Fiestas de San Juan Bautista, celebrándose aquí los actos litúrgicos en honor al patrón de la villa y desde donde sale en procesión el 24 de junio, onomástica del santo (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

Ermita de Nuestra Señora de los Remedios
     La ermita está situada en la calle Toledo, a la entrada de la villa desde Niebla. Fue reedificada en 1961, conservando los pilares antiguos. Se hizo nueva la fachada hacia 1985. Consta de una sola nave. En el primer tramo del lado del evangelio, se expone la antigua Cruz del Toleo, cruz de mayo tapizada en brocatel blanco, con orla de flores de talco. En una hornacina, se halla la Virgen de la Esperanza, imagen dolorosa de candelero para vestir, del círculo de Juan de Astorga, de la primera mitad del XIX. Las manos son de Joaquín Moreno Daza, 1987. Tiene corona de plata de fines del siglo XVIII, que era antiguamente de la Virgen del Rosario.
     En el presbiterio la imagen de Nuestra Señora de los Remedios, escultura en madera policromada de corte hispano-flamenco del primer cuarto del siglo XVI. También se venera una imagen de vestir, de Jesús Cautivo, obra de Joaquín Moreno Daza, de 1987.
     En el lado de la epístola, hay una hornacina, con el Cristo Resucitado, imagen, adquirida en 1937, al escultor valenciano Pío Mollar (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).

Edificios civiles
     En la finca denominada La Torre, en el término municipal de San Juan del Puerto, se halla enclavada una torre fortaleza árabe, testimonio de la presencia musulmana en dicho término, con anterioridad al proceso repoblador.
     El Ayuntamiento preside la Plaza de España. Edificio de dos cuerpos, trabajado en ladrillo limpio, en cuyo escudo aparece la fecha de 1902, del arquitecto Manuel Pérez González, y el contratista José del Valle y Pérez.
     Entre la reciente arquitectura onubense, destaca el nuevo «Centro de Salud Campiña Norte», situado a la entrada oeste de la población, desde la antigua carretera de Huelva. Es obra de los arquitectos Emilio Albarracín e Ignacio Capitán. El edificio, de gran desarrollo horizontal, llama la atención por lo atrevido de sus líneas, por la movida contraposición de las grandes pantallas rectas y curvilíneas.
     La arquitectura doméstica de estilo barroco popular cuenta con algunos ejemplos. En la esquina de la calle Real y la calle del Río, hay una antigua casona con techumbre de tejas árabes y balcón angular. En origen era la casa solariega de los García de Valladares, hidalgos, oriundos de Higuera de la Sierra, asentados en esta localidad en el siglo XVIII. Conserva en la fa­chada el escudo heráldico en piedra. Según la tradición, en el balcón de esquina predicó fray Diego José de Cádiz. En  la calle Toneleros, nº 26, está la casa de los Morales Santamaría. Ahora bien, la mayor parte del caserío obedece a la época de mayor florecimiento económico de la villa, a fines del siglo XIX y principios del XX, y se concentra, sobre todo en la calle Real. En dicha calle, se hallan las casonas señoriales, de impronta decimonónica, de las familias Hernández Pinzón, Garrido Domínguez, y Santamaría. Más adelante, en la misma calle, se encuentra la casa donde residió los últimos años de su vida el escritor José Nogales.
     En la arquitectura industrial destacan la esta­ción de ferrocarril de Riotinto (s. XIX) y la de MZA, que fue inaugurada en 1880, gemela en su diseño neomudéjar a la estación de La Palma. Las bodegas, surgidas a raíz de la construcción del ferrocarril, se sitúan, lógicamente, en torno a la estación. Próxima a ella se conserva la mayor de las bodegas de San Juan, la llamada La Juanita.
     Monumentos públicos dignos de reseñar son el dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, obra de José Rivera García, en 1941, situado en la pla­za de la Iglesia. En la Plaza de la Marina, junto al apeadero del ferrocarril, hay un monumento, realizado en hormigón armado, que representa una nave con marineros, firmado por Antonio Ramos, dedicado a los descubridores y conquistadores sanjuaneros. En el centro de la Plaza de España se alza, sobre pedestal de ladrillo y azulejería, una cruz de cerrajería, obra del maestro de forja Francisco Ibáñez, de los años de 1750.
     A la entrada del pueblo desde Sevilla, por levante, se encuentra un crucero, de formato ci­líndrico, rematado con cruz de forja. En un rectángulo rehundido, aparece un azulejo de San Sebastián.
     Ante el nuevo Centro de Salud, se conserva un pilar de ladrillo y cerámica polícroma, corona­do por una cruz de cerrajería; en su cara frontal hay un azulejo de San Juan Bautista, dedicado en 1845 por Pedro Casermeyro (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
Castillo - La Torre
. Este sitio arqueológico se encuentra ubicado en la margen derecha de la rivera de la Nicoba, sitio donde convergían tres jurisdicciones territoriales de los señoríos de Niebla, Gibraleón y Huelva. Se sitúa al borde del camino histórico San Juan del Puerto - Gibraleón.
     El castillo es construido en el siglo XIV para el control territorial de tres jurisdicciones o demarcaciones señoriales: Niebla, Huelva y Gibraleón.
     El recinto fortificado es de planta rectangular con orientación Noroeste-Sureste, midiendo 32 x 21 metros. Su fábrica se caracteriza por el empleo de sistema de tapial con ladrillos reforzando las esquinas de las distintas estructuras y en sectores o elementos arquitectónicos concretos.
     Consta de un recinto rectangular compuesto por cuatro lienzos de muralla, de 28 x 17 metros, con muros de 1, 50 - 1, 60 metros de anchura y hasta 6-7 metros de alzado al exterior y 5 - 6 metros al interior. Presenta en la base un zócalo de cimentación de 1,5 metros de altura, construido con mampuestos de piedras, ladrillos, cascotes y mortero de cal muy consistente reforzado con zapatas de cimentación en las esquinas y en los tramos intermedios del recinto, con fábrica de ladrillo y piedras muy bien aparejadas.
     Los muros de recinto presentan un tapial con un módulo o cajón de 1 x 1 metro, construido con tierra local (arcilla / marga terciaria, cantos de río, cascotes de teja y ladrillos y abundante cal), siendo muy consistente. Se conservan los mechinales de las tapias que están construidos con ladrillos.
     El recinto presenta dos torres adosadas a las esquinas Sur y Sureste. La torre Sur conserva prácticamente su volumetría y morfología original, es de planta rectangular, midiendo 7 x 4 metros, siendo una torre hueca construida con un sistema mixto de muros de tapial y muros de fábrica de ladrillo en las esquinas de hasta 2 metros de anchura. En alzado los muros alcanzan al menos hasta 7 metros de altura en los paramentos externos. Seguramente es la primera estructura que se construyó, pudiendo funcionar como torre exenta antes de la reforma que lo convirtió en castillo.
     La torre Sureste, también de planta rectangular sólo conserva su arranque ya que se encuentra soterrada en gran parte.
     En el lado mayor visible hoy día, alcanza 6 metros de longitud y hasta 1,5 metros de alzado, presentando el mismo esquema constructivo que la otra torre.
     Presenta en la base sillares de calcarenita que parecen haberse reutilizado de una construcción romana preexistente o disponerse sobre una edifcación, reutilizando su cimentación.
     En el entorno inmediato, sobre todo en las laderas Norte y Este, que dan al Arroyo Candón y donde se encuentran las pendientes más acusadas, se constata la presencia de abundante material en posición secundaria: bloques de tapial derrumbados, piedras, tejas, ladrillos, productos cerámicos de los siglos XIV - XV y también material de época romana como tégulas e ímbrices.
     Del Castillo se conserva en la actualidad de manera fragmentaria tres lienzos de muralla del recinto, la torre hueca del ángulo Sur y restos de la Torre del flanco Sureste. Aunque ha perdido su volumetría original, se conserva y se observa su morfología y trazado, sobre todo por el uso y explotación sostenible de la finca (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

Cementerio
     El cementerio municipal fue construido en 1875. La portada, abierta en el cerramiento, es la original. Tiene una cancela, que está fechada en 1933. La distribución espacial interior adopta la forma de planta de crucero. La capilla, antigua ermita de San Sebastián, está ubicada al fondo del camposanto. El nuevo recinto, de 1987, está concebido a modo de pantalla del anterior (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
     El cementerio se sitúa al noreste del pueblo, junto a la N-345. Dispone de un recinto originario bastante tradicional, de espacio central, con la Ermita de San Sebastián, dividido en cuarteles ajardinados y rodeado de nichos en su perímetro, que ha sido ampliado varias veces y al que se adosa una última ampliación en uno de sus lados. El cerramiento antiguo es una tapia seguida enjabelgada, el actual, un muro en talud de ladrillo visto con elementos decorativos metálicos. El acceso se realiza por un pilono de fábrica de ladrillo, con la leyenda "Hic situs est sit tibi terra cevis". Aun cuando el conjunto es discreto, bien conservado y ajardinado, este cementerio viene aquí por la ampliación de 1987, enraizada en lo compositivo con lo egipcio en el aspecto exterior y con el Renacimiento o el Barroco en el interior, dispone de un espacio central, dividido en dos por el eje de recorrido, rodeado de pandas de nichos, el conjunto aporta un "post" enérgico pero respetuoso, de interés entre las intervenciones recientes. El cementerio original se levantó por iniciativa popular en 1876, y ha tenido varias ampliaciones. La que describimos se efectúa con proyecto del arquitecto de la Diputación D. Antonio Martín Vázquez en 1987. La primera sepultura corresponde a D. Yldefonso Pérez Toscano en 1875. Hay dos fosas comunes con enterramientos de la Guerra (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

     Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Huelva, déjame ExplicArte los principales monumentos (Iglesia de San Juan Bautista; Ermita de Nuestra Señora de los Remedios; Castillo - La Torre; y Cementerio) de la localidad de San Juan del Puerto, en la provincia de Huelva. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la provincia onubense.

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