Intervención en el programa de radio "Más de uno Sevilla", de Onda Cero

Intervención en el programa de radio "Más de uno Sevilla", de Onda Cero, para conmemorar los 800 años de la Torre del Oro

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lunes, 1 de julio de 2019

La Santa, Metropolitana y Patriarcal Iglesia Catedral de Santa María de la Sede

    Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la Santa, Metropolitana y Patriarcal Iglesia Catedral de Santa María de la Sede, de Sevilla.
   La Catedral de Santa María de la Sede  [nº 1 en el plano oficial del Ayuntamiento de Sevilla; y nº 1 en el plano oficial de la Junta de Andalucía], se encuentra en la avenida de la Constitución, 13; con portadas secundarias a las calles Fray Ceferino González, plaza del Triunfo, plaza Virgen de los Reyes, calle Cardenal Carlos Amigo, y calle Alemanes (aunque la visita cultural se efectúa por la Puerta de San Cristóbal, o del Príncipe, en la calle Fray Ceferino González, s/n, siendo la salida por la Puerta del Perdón, en la calle Alemanes); en el Barrio de Santa Cruz, del Distrito Casco Antiguo.
   Conocida como Magna Hispalensis, se edificó a lo largo del siglo XV sobre el lugar que ocupaba la mezquita aljama de Sevilla, construida durante la dominación almohade por el arquitecto Ibn Basso (1172-76). La mezquita tenía una dirección en planta de norte a sur y poseía 17 naves, situándose su mihrab en la actual Capilla de la Virgen de la Antigua y mirando su muro de la quibla al actual sector del Archivo de Indias. De ella sólo se conserva parte del patio de las abluciones o shan y el alminar, hoy conocido como Giralda. El lugar desde donde llamaba el muecín a la oración se construyó entre 1184 y 1198 por dos arquitectos: Ibn Basso (cimientos y parte baja realizada en sillares), y Alí de Gomara, que la terminaría en ladrillo siguiendo modelos parecidos del Norte de África.

   La coronación mediante un yamur, con bolas de bronce dorado, se vino abajo por el terremoto en 1356. Se sustituyó por una sencilla espadaña cristiana, hasta que en 1558 el Cabildo de la Catedral decidió encargar un remate más lujoso al arquitecto de origen cordobés Hernán Ruiz II, que la acabó en 1568. La escultura que corona que representa a la Fortaleza o a la Fe, y es conocida como el Giraldillo, aunque originalmente fue nombrada como Giralda (la que gira). Es todo un símbolo de la ciudad salido de tres manos: Luis de Vargas, pintor que la diseñó; Juan Bautista Vázquez el Viejo, escultor que realizó el molde sobre el que se realizó el vaciado; y Bartolomé Morell, afamado broncista que la fundió y al que el cabildo catedralicio llegó a pagar sus deudas para que pudiera salir de la cárcel.

   El actual Patio de los Naranjos se corresponde al shan de la antigua mezquita. Su acceso es por la Puerta del Perdón, de origen almohade, aunque la decoración de yeserías  que tiene fue realizada por Bartolomé López en 1532. Corona la puerta un relieve escultórico de barro cocido por Miguel Florentín, que representa la expulsión de los mercaderes del templo. La puerta del crucero que da al Patio de Los Naranjos es la llamada de la Concepción, terminada en 1887 en estilo neogótico.
   La historia de la catedral comienza con la reconquista de Sevilla en 1248. Entonces apenas se modificó la estructura de la mezquita, simplemente se adaptó para el culto cristiano, variándose la orientación  de las naves que pasó de oeste a este, a la que se añadieron nuevas pinturas murales y añadidos escultóricos cristianos. En 1401, debido al estado de ruina que presentaba el edificio almohade, se decide su demolición y la construcción de un nuevo templo. Las obras empiezan en 1403, curiosamente por los pies (zona actual de la Avenida) y es entonces cuando parece que surgió la famosa frase de uno de los canónigos catedralicios: “Hagamos una iglesia tan grande que los que la vieren nos tengan por locos”. Las obras tardaron un siglo. Aunque recientemente se encontró el proyecto original, se sigue desconociendo el autor de las trazas, siendo varios los maestros mayores que se sucedieron a lo largo de su construcción. Juan Gil de Hontañón realizó el cimborrio hundido en 1511. Lo acabó en 1519. Nuevas salas anexas (sacristía, sala capitular…) se realizaron a lo largo del dislo XVI, ya en estilo renacentista. El cimborrio del crucero se volvió a hundir en 1888, y en el mismo siglo se acabaron la portada principal y la de los brazos del crucero.  

 La fachada principal está orientada hacia poniente, actual avenida de la Constitución. Presenta tres portadas. La del Bautismo (izquierda) es de la segunda mitad del siglo XV. Consta de un relieve en el que se muestra el bautismo de Cristo y de varias esculturas en las jambas, todas estas obras son del escultor Lorenzo Mercadante de Bretaña y están realizadas en barro cocido originalmente policromado. La puerta principal es la llamada de la Asunción y fue concluida en 1827 por Francisco Rosales. A su derecha, la puerta del Nacimiento es obra de Lorenzo Mercadante de Bretaña (1464-1467), aunque las pequeñas esculturas de las arquivoltas son obra del escultor gótico local Pedro Millán.
   En la cabecera, junto a la actual plaza de la Virgen de los Reyes, se sitúan obras dos portadas de estilo gótico, aunque con esculturas renacentistas. La conocida como Puerta de Campanillas presenta un grupo escultórico realizado por Miguel Florentín en 1520 con el tema de la Entrda en Jerusalén. Pasando el ábside catedralicio se sitúa la conocida como Puerta de Palos, coronada con un grupo escultórico de Miguel Florentín que representa la adoración de los Reyes Magos. En el brazo del crucero del lado sur, frente al Archivo de Indias, está la Puerta de San Cristóbal o del Príncipe, construida en 1887.

   El interior de la catedral presenta espaciosa planta de salón con cinco naves, la central es más alta (36 metros) que las laterales (26 metros). Las bóvedas son de crucería simple, excepto las que señalan el crucero, que son estrelladas. La bóveda central del crucero se construye después de 1888, año en el que se volvió a hundirse el cimborrio central. Es una planta rectangular con cabecera plana y deambulatorio, con cierta inspiración en las catedrales alemanas de la época. Tiene 116 metros de longitud y 76 de anchura y en las naves laterales presenta capillas entre los contrafuertes. Las excepcionales vidrieras son en su mayoría del siglo XVI, muchas fueron restauradas en 1930, continuando el proceso en la actualidad.

   La capilla mayor está cerrada por tres rejas de hierro doradas del siglo XVI; la frontal fue realizada por Francisco de Salamanca (1529), al igual que los púlpitos (1532); las rejas laterales son de Sancho Muño (1518-1522). El soberbio altar mayor es el más grande de la cristiandad. Se realizó en sucesivas fases a lo largo de casi medio siglo. Comenzó la obra en 1482 el escultor flamenco Pyeter Dancart. A partir de 1497 le sucedió el maestro Marco, también flamenco, hasta 1505. Entre 1507-1508 participó Pedro Millán, y desde ese año dirigió la obra Jorge Fernández Alemán (talla), junto a su hermano Alejo Fernández (policromía), hasta 1529. En este año acaba la primera fase constructiva. En 1550 se inició la segunda fase, añadiéndose dos calles al proyecto original, formando ángulo recto con el frente del retablo. Intervinieron los escultores Roque Balduque, Juan Bautista Vázquez el Viejo y Pedro Heredia, culminándose la obra en 1564. El retablo está formado por 44 relieves, con más de 200 figuras de santos en las pilastras. Sobre un dosel aparece una viga con una Piedad flanqueada por un apostolado, obra de Jorge Fernández. Corona el conjunto un calvario gótico del siglo XIV, cuyo crucificado es conocido como el Cristo del Millón. Preside el retablo la imagen de la Virgen de la Sede, titular de la Catedral, escultura de madera revestida de plata que data de la segunda mitad del siglo XIII. Sobre el altar hay un tabernáculo de plata dorada, con sorprendentes columnas salomónicas, una obra del orfebre Francisco Alfaro (1596) autor también de los atriles de plata de los laterales.

   Siguiendo el modelo español de catedral gótica, frente al altar mayor se sitúa el coro, cerrado por una reja realizada por Francisco Salamanca (1518-23). Su sillería consta de 117 sitiales de madera, con esculturas de santos y relieves del Antiguo y Nuevo Testamento. Es un conjunto realizado por Nufro Sánchez, comenzado en 1478 y acabado en el siglo XVI. El facistol del centro, estructura de madera y bronce que sostiene los libros corales, fue realizado por un equipo de artistas: Juan Marín, Francisco Hernández, Juan Bautista Vázquez el Viejo y los relieves de bronce fundidos por Bartolomé Morel (1562-65). Excepcionales en talla y en sonido son los dos grandes órganos (1724), con esculturas de Pedro Duque Cornejo.
   El recorrido por las capillas catedralicias puede comenzar por la cabecera, junto a la Puerta de Palos. Aquí se situarían las siguientes capillas:
   Capilla de San Pedro, cerrada por una verja del siglo XVIII y con vidrieras de la misma época. Tiene un retablo del siglo XVII de Diego López Bueno con pinturas de Francisco Zurbarán de hacia 1630. La pintura del ático es una copia del siglo XVIII, ocupando el muro izquierdo el sepulcro del arzobispo Diego de Deza (1430).

   La Capilla Real está cerrada por una reja de Sebastián van der Borch (1771) y ocupa el espacio del antiguo ábside medieval. Es un espacio cuadrado cubierto por una cúpula. En los espacios laterales hay dos pequeñas capilas con sus sacristías. Fue diseñada por el arquitecto Martín de Gainza (1551-56, año en que muere), siendo concluida por Hernán Ruiz II en 1568. La linterna se hundió con el terremoto de Lisboa y fue reconstruida por Sebastián van der Borch. En los muros laterales hay unos sepulcros donde se encuentran enterrados los monarcas Alfonso X y Beatriz de Suabia; los enmarques son de hacia 1570 y las esculturas son modernas (1948). La capilla está presidida por un retablo realizado por Luis Ortiz de Vargas, realizado entre 1643-46. Este retablo alberga la imagen de la Virgen de los Reyes, imagen medieval de gran devoción considerada patrona de la archidiócesis. A sus pies se sitúa la urna de plata con el cuerpo incorrupto del rey San Fernando, obra labrada a finales del siglo XVII por Juan Laureano de Pina.
   La Capilla de la Concepción "Grande" presenta una reja del siglo XVII y en su interior una vidriera representando el martirio de San Pablo. Su retablo principal es de Francisco Dionisio de Rivas (1656) y la escultura de la Inmaculada es de Alonso Martínez.
   Junto a la Puerta de Campanillas se sitúa el pequeño altar de Santa Justa y Rufina, con una pintura de Miguel Esquivel (1620). El grupo de las santas patronas, con la Giralda al centro, es una obra de Pedro Duque Cornejo (1728) que procesiona en el cortejo del Corpus.

   Pasaríamos desde aquí al lado sur de la Catedral, donde se sitúan las dependencias añadidas en el Renacimiento y que se corresponde, aproximadamente, a lo que fue el antiguo muro de la quibla de la mezquita aljama. La sucesión de estancias sería:
   La Capilla del Mariscal, con reja de 1555 y excelente retablo pintado por Pedro Campaña (1555) con el tema de la Purificación de la Virgen y otras escenas realizadas sobre tabla. Contigua está la sala de Ornamentos a la que se accede desde una portada diseñada hacia 1565 por Hernán Ruiz II. Anteriormente fue la Contaduría de la Catedral, hoy acoge valiosas piezas del tesoro como la corona de la Virgen de los Reyes. La preside un San José esculpido por Pedro Roldán (1664).
   El Antecabildo fue construido siguiendo el diseño de Hernán Ruiz II entre 1561-63, siendo acabado por Asensio de Maeda en 1582. Presenta un programa iconográfico que exalta las virtudes que debían tener los eclesiásticos que tenían que ocuparse de la economía del templo. La decoración escultórica se atribuye a Diego de Pesquera (1575-80).

  La Sala Capitular fue comenzada por Hernán Ruiz II (1558) y concluida por Asencio de Maeda (1592). Presenta una original planta elíptica, inspirada en creaciones del italiano Miguel Ángel, con una acústica excepcional. La decoración muestra un complejo programa iconográfico con la virtudes que debían poseer los miembros del cabildo catedralicio. Su contenido fue diseñado por el canónigo Francisco Pacheco (tío del afamado pintor). Entre los pedestales aparecen representadas virtudes simbolizadas por diferentes santas pintadas por Pablo de Céspedes. Los relieves entre las columnas fueron realizadas por Juan Bautista Vázquez y Diego Velasco (1582-84); los otros relieves, de formato rectangular, fueron esculpidos por Marcos Cabrera en 1590. En la bóveda se distribuyen cuadros de Bartolomé Esteban Murillo (1667), que representan a ocho santos sevillanos, estando presididos por una Inmaculada pintada sobre tabla.
   La Sacristía Mayor está precedida por unos armarios que fueron realizados por Pedro Duque Cornejo en 1743. Fue diseñada por Diego de Riaño y desde 1534 a 1543 dirigió su construcción Martín de Gainza. Presenta planta de cruz griega, con cúpula sobre pechinas. La cúpula están adornada por una serie de anillos que representan el Juicio Final. En las bóvedas aparecen imágenes de apóstoles y obispos. En su frente central aparece la tabla pintada por Pedro de Campaña que representa el Descendimiento de la Cruz (1547), una obra que estuvo en la antigua parroquia de Santa Cruz. En los laterales aparecen representaciones pictóricas de Santa Teresa de Zurbarán y del Martirio de San Lorenzo, de Lucas Jordán. Sobre los muros hay una amplia representación pictórica entre la que destaca un San Isidoro de Murillo (1655) y una Aparición de Cristo a San Ignacio, de Alonso Vázquez (1600). en la sala se sitúan algunas piezas del tesoro catedralicio, destacando la talla de San Fernando de Pedro Roldán (1671), un crucifijo de marfil atribuido a Alonso Cano, la magnífica Custodia de Juan de Arfe (1580-87), las llamadas Tablas Alfonsíes, obra del siglo XIII y la Custodia de Plata de Francisco Alfaro (fines del siglo XVI).

   La Capilla de San Andrés está ahora presidida por el Cristo de la Clemencia, una de las obras cumbres de Juan Martínez Montañés (1603), imagen esculpida para la Cartuja y que, tras la desamortización de 1835, pasó a la Catedral. Acoge también unos sepulcros góticos de 1400 y dos importantes pinturas de fines del siglo XVII que muestran escenas del Antiguo Testamento. Son obras de Lucas Jordan o de su seguidor Francisco Solimena.
   La Capilla de los Dolores muestra un retablo con estípites de la segunda mitad del siglo XVIII. La escultura central es un crucificado del siglo XVI. En el muro izquierdo se encuentra el sepulcro del cardenal Marcelo Spínola, obra de Joaquín Bilbao (1912). Destaca la pintura de Los Desposorios de la Virgen y San José, obra de Valdés Leal (1657).
   La acogedora Sacristía de los Cálices tiene planta rectangular cubierta con bóvedas de nervadura góticas. Se inició en 1509 y se acabó en 1537; en ella intervinieron: Gil de Hontañón, Diego de Riaño y Martín de Gaínza. La preside un lienzo de Santa Justa y Rufina de Francisco de Goya (1817).
   El brazo del sur del crucero presenta un conjunto de vidrieras de Arnao de Flandes (1544-46) y un rosetón de Arnao de Vergara (1536). En este sector destaca la colosal pintura al fresco que representa a San Cristóbal, obra de Mateo Pérez de Alesio (1584).

     El Altar de la Piedad se sitúa tras una reja del siglo XVI, con un retablo de 1527 realizado por Alejo Fernández que representa a la Piedad rodeada de las tres Marías, San Juan y José de Arimatea.
   En este sector, de forma exenta, se sitúa el monumento funerario de Cristóbal Colón, que fue realizado por Arturo Mérida en 1891. Sigue modelos medievales, con cuatro maceros que portan el catafalco con los emblemas de la corona de Castilla. En un principio estaba destinado para La Habana, aunque la independencia cubana impidió el traslado.
   El Altar de la Concepción se cierra con una reja del siglo XVI, diseñada por Hernán Ruiz II, que precede a un retablo pintado por Luis de Vargas (1561). Representa una alegoría de la Inmaculada, a través de la genealogía de Cristo simbolizada por el árbol de Getsé. Esta obra es conocida popularmente como La gamba, una deformación del término italiano que hace alusión a la pierna de uno de los personajes representados. Sobre la tribuna aparece un gran reloj de estilo neoclásico construido en 1789.
   La Capilla de la Virgen de la Antigua se sitúa sobre el mihrab de la antigua mezquita y se cierra con una monumental reja que diseñó Hernán Ruiz. Se construyó entre 1565-1601. En un principio tenía la misma altura y anchura que el resto de las capillas laterales pero, cuando el cardenal Diego Hurtado de Mendoza decidió enterrarse allí, se duplicó su anchura y se hizo más alta. La bóveda actual se hizo en 1738 por Diego Antonio Díaz. Está presidida por un retablo de mármoles de colores de 1738, con esculturas de mármol obra de Pedro Duque Cornejo. Preside el retablo la pintura de la Virgen de la Antigua, pintura mural de fines del siglo XIV que fue la gran devoción sevillana de siglos pasados que se exportó a América, siendo retocada en el siglo XVI y en el siglo XX, cuando se le añadió la corona de orfebrería que simboliza su coronación canónica. Otra pieza importante de la capilla es el sepulcro del cardenal Hurtado de Mendoza, obra de Domenico Fancelli (1510), situada en el muro izquierdo. En el muro derecho aparece el sepulcro del arzobispo Luis Salcedo y Azcona (1738-40) obra de Pedro Duque Cornejo, y que presenta la misma disposición del anterior. Las pinturas de los muros son obra de Domingo Martínez, y muestran la historia de la Virgen de la Antigua.

   La Capilla de San Hermenegildo fue fundada por el cardenal Cervantes, destacando su excepcional sepulcro, obra de 1453 realizada por Lorenzo Mercadante de Bretaña. Preside la capilla un retablo del siglo XVIII con una escultura de San Hermenegildo del mismo siglo, custodiada por dos tallas de Santiago el Mayor y el Menor, siendo ésta obra de Pedro Millán (hacia 1500) y la primera de mediados del siglo XVI.
 La Capilla de San José tiene un retablo neoclásico (hacia 1800), con esculturas de de santos de la misma época. Acoge el sepulcro del cardenal Joaquín Tarancón (1862) y pinturas del siglo XVII.
   La Capilla de Santa Ana o del Cristo de Maracaibo presenta un retablo anónimo de 1498-1504. Del año 1914 es otro retablo realizado por Joaquín Bilbao, en su centro aparece una tabla que representa al Cristo conocido como de Maracaibo, fue pintada por Pedro Villegas y Marmolejo en 1560. en el muro derecho aparece un sepulcro del cardenal de Lastra (1880).
   La Capilla de San Laureano se cree que fue la primera que se construyó en la nueva Catedral. En 1412 ya se celebraba culto en ella. Su reja es de 1712, siendo el retablo con escenas de la vida de San Laureano de principios del siglo XVIII. Aparecen también unas pinturas de Matías de Arteaga (1700-1702) con escenas de la vida del mismo santo. En esta capilla se encuentra el sepulcro del cardenal Lluch (1885).
   Ya en el muro de los pies, el que da a la actual avenida de la Constitución, y el más antiguo de la Catedral, se sitúan:
   El Altar del Nacimiento, precedido por una reja del siglo XVI. Su retablo acoge pinturas de Luis de Vargas (1555), siendo la escena principal la Adoración de los Pastores.
   El Altar de la Virgen de la Cinta. Su retablo es del siglo XVII, aunque la imagen de la Virgen es de Lorenzo Mercadante de Bretaña (1470), una notable imagen gótica realizada en barro policromado.
   La Capilla de San Isidoro se cierra con reja del siglo XVII, apareciendo en el interior una decoración de yeserías de 1660; y un retablo del último cuarto del siglo XVII realizado por Bernardo Simón de Pineda.

  El Altar de la Virgen del Madroño acoge un grupo escultórico gótico de Lorenzo Mercadante de Bretaña (2ª mitad del siglo XV). Le sigue el altar del Ángel de la Guarda, con una pintura de Murillo que, aunque originalmente estaba en el convento de los Capuchinos, fue regalada a la Catedral en 1814.
   La Capilla de San Leandro presenta portada barroca realizada por Matías de Figueroa en 1733, siendo también su retablo del siglo XVIII, con esculturas de Duque Cornejo. En los laterales aparecen pinturas del siglo XVIII que muestran la vida de San Leandro. Contigua está la capilla de los Jácomes. Su nombre proviene del apellido de los marqueses de Tablante, patronos de la capilla desde el siglo XVII. El retablo es de hacia 1675 y lo preside una pintura de la Piedad obra de Juan de Roelas (1609).
   En los muros externos del coro central se disponen varias capillas de gran interés:
   El Altar del Trascoro es obra de gran calidad, tanto por los materiales: mármoles, jaspes, bronces, esculturas y pinturas; como por el diseño de Miguel de Zumárraga (1619-35). Su obra se retrasó porque hubo opiniones contrarias al empleo de estos materiales. Entre sus piezas destaca la pintura de la Virgen de los Remedios, de hacia 1400; y sobre el altar, la pequeña pintura sobre cobre que representa a San Fernando entrando en Sevilla, obra de Francisco Pacheco de 1634.

   En los dos laterales del coro se sitúan las Capillas de los Alabastros, así llamadas por su material constructivo. En la Capilla de la Inmaculada destaca el retablo con la imagen de la Inmaculada de Martínez Montañés de 1629, que es conocida como La cieguecita, y que creó un modelo iconográfico repetidamente imitado durante siglos. Entre esta capilla y la siguiente, bajo un dosel, aparece la Virgen de Génova, imagen gótica en alabastro de hacia 1370 que era titular de la hermandad de Mercaderes de Génova. La contigua Capilla de la Encarnación presenta un retablo cercano a los modelos montañesinos o de Francisco de Ocampo. Ambas capillas fueron diseñadas por Juan Gil de Hontañón (1515) en un estilo tardogótico. Ya en el otro lado del coro se sitúan la Capilla de la Virgen de la Estrella, con retablo de finales del siglo XVII que acoge a la titular, una obra anónima de hacia 1530. Cierra el conjunto de las capillas de alabastro la Capilla de San Gregorio, con imagen titular del siglo XVIII.
   El recorrido continúa por las capillas del muro norte, que linda con el Patio de los Naranjos. A sus pies se sitúa la portada del Sagrario, que comunica con la parroquia del mismo nombre. Se construyó en 1682 y se corona por varios santos sevillanos en la parte superior. A partir de aquí se suceden las siguientes capillas:  

 La Capilla de San Antonio, capilla bautismal catedralicia, con una pila bautismal de mármol realizada en el siglo XVI. Enmarcada por una amplia moldura de Bernardo Simón de Pineda aparece la pintura que representa la Visión de San Antonio, obra de Murillo. La figura de San Antonio fue recortada en 1874 y llevada a Nueva York, siendo vendida a un anticuario que la devolvió a la Catedral. En el ático se muestra el Bautismo de Cristo, también de Murillo. En esta capilla se acoge también a la Virgen de los Olmos, escultura gótica de la Virgen con el Niño que estuvo tradicionalmente en el acceso al antiguo corral de los Olmos y que, posteriormente, se colocó en una hornacina de la Giralda.
   La Capilla de Scalas fue fundada por el obispo Scalas, cuyo sepulcro, realizado en 1541. se encuentra en su interior. La reja es del siglo XVI mientras que el retablo está realizado en mármol, representándose en él la venida del Espíritu Santo y, en el banco, la Multiplicación de los panes y los peces. Curiosamente, el comitente de la obra murió en Italia y sus restos no llegaron nunca a la capilla que patrocinó. Destaca también en la capilla una representación en barro vidriado de la Virgen de la Granada, realizada por Andrea della Robbia (siglo XV).
   Le sigue la Capilla de Santiago, con un retablo marco de Bernardo Simón de Pineda que rodea la representación de Santiago en la Batalla de Clavijo, pintado por Roelas en 1605. En su ático aparece el Martirio de San Lorenzo, obra de Valdés Leal (1663). En el interior se encuentra el sepulcro de alabastro del arzobispo Gonzalo de Mena (1401). En el muro la Virgen del Cojín del taller de Andrea della Robbia.
   La Capilla de San Francisco vuelve a tener un retablo de Bernardo Simón de Pineda, con lienzo central que representa el Éxtasis de San Francisco, obra de Francisco Herrera el Mozo (1657). En el remate se sitúa La imposición de la casulla a San Ildefonso, de Valdés Leal (1661).

   Ya en la zona del crucero se sitúa el Altar de Nuestra Señora de Belén, con lienzo de Alonso Cano (hacia 1635). En este sector las vidrieras son del siglo XVI, obra de Arnao de Flandes. En la parte superior se muestra la pintura que representa la Proclamación del dogma de la Inmaculada, de Alfonso Grosso (1966), que reprodujo el rosto de la Esperanza Macarena en una de las escasas obras del siglo XX que acoge el templo. Junto a la puerta que da al Patio de los Naranjos se sitúa la Capilla de las Doncellas, que tuvo como finalidad acoger una cofradía dedicada a otorgar dotes a las doncellas que no tuviesen dinero para casarse. El retablo es de José Rivera (1771) y muestra un relieve de la Anunciación en el centro. Se conservan unas pinturas del retablo primitivo (siglo XVI), obra de Cristóbal de Morales.
   La Capilla de los Evangelistas fue fundada en 1555. Acoge notables pinturas sobre tabla de Hernando de Sturmio (mitad del siglo XVI). En el muro frontero del altar se muestran unas pinturas de los cuatro evangelistas, del siglo XVII. Ya junto al acceso a la Giralda se sitúa la Capilla de la Virgen del Pilar que fue fundada originariamente por aragoneses que reconquistaron Sevilla con Fernando III. A partir del siglo XVI estuvo bajo el patronazgo de los Pinelo, que la usaron como enterramiento. El retablo del XVII muestra una escultura de la Virgen del Pilar obra de Pedro Millán de hacia 1500.
   El recorrido por la Catedral puede completarse con el ascenso por las rampas de la Giralda. Quizás desde las alturas se puedan intuir mínimamente las grandezas de una catedral con uno de los patrimonios artísticos más vastos y variados de la cristiandad. A ello añade una amplia actividad cultural, litúrgica y una masiva presencia de turistas. Todo en la Magna Hispalensis es superlativo. Grandeza de una ciudad que simplifican, típicamente, algunos guías turísticos: "aquí el oro se pesa por kilos y la plata por toneladas" (Manuel Jesús Roldán, Iglesias de Sevilla. Almuzara, 2010).
     En 1172 el arquitecto Ahmad ben Baso inició la construcción de la nueva mezquita mayor sevillana, pues la anterior, denominada de Ibn Adabbas, resultaba insuficiente. El edificio estaba constituido por diecisiete naves, dispuestas en sentido norte-sur, de las cuales las dos extremas de cada lado se prolongaban hasta rodear el patio de las abluciones. En la construcción se empleó sistemá­ticamente el ladrillo, realizándose la decoración con yeserías. El tipo de arco empleado fue el de herradura apuntado, y los soportes, pilares. De esta obra almohade se conserva en la actualidad el denominado Patio de los Naranjos y la Giralda, antiguo alminar del oratorio islámico. Al patio se accede por la Puerta del Perdón, que en su cara externa presenta decoración de yeserías renacentistas, ejecutadas en 1522, un relieve de la Expulsión de los Mercaderes del Templo, un grupo de la Anunciación y las esculturas de San Pedro y San Pablo, todas realizadas por Maestre Miguel entre 1519 y 1520. Las hojas de la puerta, de madera revestida de chapa de bronce, van decoradas con lacerías, atauriques e inscripciones cúficas, en las que sobresalen los dos aldabones de bronce fundido y cincelados. Es una importante obra almohade del siglo XII. En el centro del patio se alza una fuente cuya taza superior es visigoda.
     Este recinto conservó su unidad hasta 1618, en que el ala oeste fue derribada para levantar la Capilla del Sagrario. La Giralda se comenzó a construir en 1184 por deseo del sultán Abu Yacub Yusuf, empleándose en su cimentación y arranque sillares procedentes de monumentos romanos y abbadíes. La muerte del sultán ocasionó un giro definitivo a la obra, pues su hijo y heredero encomendó la dirección de las mismas a Alí de Gomara, quien prefirió emplear ladrillo en vez de sillería. Cada uno de sus cuatro frentes presenta decoración de sebqa y una serie de ventanas con parteluz central cobijadas por grandes arcos angrelados. El remate original lo constituían cuatro manzanas doradas, desiguales y superpuestas, que se colocaron en marzo de 1198 y que, en 1356, a causa de un terremoto, se desplomaron. Para sustituirlas, ya en época cristiana, se erigió un pequeño campanario, hasta que en 1558 el arquitecto Hernán Ruiz inició la construcción del actual cuerpo de campanas. La obra duró diez años y con ella se quiso expresar el triunfo de la religión cristiana, erigiéndose, para rematar el conjunto, una grandiosa estatua de la Fe, que sirve de veleta. Esta estatua fue probablemente diseñada por Luis de Vargas y modelada por Juan Bautista Vázquez el Viejo, correspondiendo su fundición a Bartolomé Morel. Para completar este programa triunfal, los frentes de la torre se decoraron con pinturas de Luis de Vargas, que representaban a los apóstoles, a los santos patronos y protectores de Sevilla, pin­turas que en la actualidad están perdidas.
     El gran templo gótico surgió por acuerdo capitular de 8 de julio  de 1401 ante el estado ruinoso en que se encontraba la antigua mezquita almoha­de, que se venía utilizando como catedral desde los días de la reconquista. La construcción se inició hacia 1433 por los pies, ya que el rey Enrique III no permitió el derribo de la Capilla Real, situada en el sector meridional de la mezquita. En la etapa inicial desempeñó un papel decisivo Maestre Carlín, constatándose también la presencia de Isambret. Con posterioridad dirigieron la fábrica Juan Norman, Juan de Hoces, Simón de Colonia, Alonso Rodríguez y Juan Gil de Hontañón.
     La iglesia presenta planta de salón, con cinco naves, la central más ancha y alta, y capillas entre los contrafuertes. Tiene testero plano y un tránsito tras el altar mayor que hace las veces de deam­bulatorio. Presenta tres portadas en la fachada de los pies, dos en la cabecera, una en cada brazo del crucero y otra en uno de los extremos de la seudogirola. Los soportes son pilares de sección romboidal y envolvente de sillares, aunque el núcleo esté realizado en mampostería y ladrillos. Sus bóvedas son de nervaduras, cuatripartitas en las naves y sexpartitas en las capillas, adoptando disposición estrellada las correspondientes al crucero. Una estrecha galería, a modo de triforio, corre sobre las capillas laterales en la zona de la cabecera y en los dos ejes  principales del templo. Diversas de­ pendencias construidas a partir del siglo XVI se adosan al mu­ro sur, desvirtuando la línea rectangular del contorno.
     De las tres portadas existentes en la fachada oeste, sólo las más pequeñas, situadas en ambos extremos, se realizaron en el siglo XV. Se llaman del Bautismo y del Nacimiento o de San Miguel por el colegio de este nombre que existió en sus inmediaciones, y se decoran con esculturas de barro cocido. En la primera aparecen representados el Bautismo de Cristo, las santas Justa y Rufina, San Leandro, San Isidoro, San Fulgencio y Santa Florentina, obras en su mayoría de Loren­zo Mercadante de Bretaña, más una serie de ángeles y profetas que se deben a Pedro Millán. En la otra portada figura el Nacimiento, los cuatro evangelistas, San Laureano y San Hermenegildo, realizados por Mercadante, y varios santos ejecu­tados por Millán. La puerta principal, denomina­ da de la Asunción, fue realizada en el pasado siglo en dos etapas, una de 1829 a 1831, bajo la dirección del arquitecto Femando Rosales, y otra de 1877 a 1898, en que Ricardo Bellver hizo el relieve del tímpano y las figuras de los apóstoles.
     Las grandes portadas, situadas en los brazos del crucero, son obras de fines del siglo XIX y de comienzos del XX, y fueron levantadas bajo la dirección del arquitecto Fernández Casanova. La correspondiente al muro sur, denominada de San Cristóbal o del Príncipe, se construyó entre 1887 y 1895, mientras la contraria, abierta al Patio de los Naranjos y titulada de la Concepción, fue construida entre 1895 y 1927. Las puertas del sector oriental de la catedral son la de los Palos y la de las Campanillas, nombres que tomaron de otras desaparecidas que comunicaban con el Corral de los Olmos, primitiva sede del Cabildo y con diversas dependencias catedralicias. En la primera se representa la Adoración de los Reyes y en la segunda la Entrada en Jerusalén, completándose el programa iconográfico de ambas con diversas esculturas de ángeles y profetas. Tanto los relieves como las imágenes de bulto redondo fueron realizadas en barro cocido por Maestre Miguel a partir de 1520.
     Entre ambas portadas aparece el ábside triconque de la Capilla Real, articulado por medio de dos órdenes superpuestos, decorado con escudos reales e imperiales, y rematado por una balaustrada, sobre la que aparece la cúpula con su linterna. Por encima de las bóvedas, pináculos y remates góticos, destaca el cuerpo del cimborrio. Originalmente tuvo mayor altura pero tras el derrumbamiento ocurrido en 1511 el arquitecto Juan Gil de Hontañón diseñó el actual cuerpo más rebajado. La mencionada caída obligó a construir de nuevo las bóvedas del crucero por lo que éstas presentan un esquema estrellado con mayor riqueza ornamental que las restantes. La bóveda correspondiente a la capilla mayor es de terceletes y se cerró en 1513; dos años más tarde se acabó la del coro, y en 1517 se finalizaron las del crucero (Alfredo J. Morales, María Jesús Sanz, Juan Miguel Serrera y Enrique Valdivieso. Guía artística de Sevilla y su provincia. Tomo I. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2004).
   Templo gótico comenzado a edificar en 1403 sobre la antigua Mezquita Mayor de Sevilla, obra almohade de la que se conserva el Patio de los Naranjos y la Giralda. Al patio se accede por la puerta del Perdón decorada con yeserías renacentistas cuyas hojas son de madera revestidas con chapa de bronce, con inscripciones cúficas almohades y dos aldabones de bronce de la primitiva construcción. El patio conservó su estructura completa hasta 1618 en que se construyó la Capilla del Sagrario en el lado oeste.
   La Giralda se comenzó en 1184, y está compuesta por un prisma central de base cuadrada, rodeada por los cuatro muros externos. Entre ambas estructuras se sitúan las rampas de subida, que en el caso de esta torre y por su gran tamaño, permitía incluso el acceso a caballo. La torre está formada por varios cuerpos perfectamente imbricados, mostrando un ejemplo perfecto de la riqueza del crisol de culturas existente en la ciudad.
   En sus cuatro caras presenta decoración de sebka y una serie de ventanas geminadas enmarcadas por alfices y arcos angrelados. La Giralda cuenta con un total de 24 campanas, de las que 18 son de volteo y 6 de badajo. El cuerpo de campanas fue erigido en 1558 fue sustituido por el deterioro sufrido en el siglo XVI por Hernán Ruiz mediante un remate renacentista sobre el que gira una estatua femenina de bronce de unos cuatro metros de altura que representa ¿la fe victoriosa? llamada el Giraldillo que da nombre a la torre. La Giralda mide 97,5 metros de altura y 101 incluido el Giraldillo, que mide 3,5 metros.
   La decoración exterior se basa en ajimeces, bien con arcos de herradura semicirculares o polilobulados, rodeados por alfiz y acogidos por otro gran arco lobulado apuntado. En las calles laterales existen arcos murales que vistos de lejos parecen una red de rombos. La gran altura de este alminar la hace destacar de entre todas las demás influyendo su decoración en franjas verticales.
   La iglesia es de planta de salón, de cinco naves, más ancha y alta la central, capilla en las laterales y testero plano. A los pies presenta tres portadas, dos en la cabecera, una en cada brazo del crucero y otra en uno de los extremos de la seudogirola. Los soportes son pilares romboidales y las cubiertas son de nervaduras y estrelladas las del crucero. Las portadas de los pies denominadas del Bautismo y Nacimiento son del siglo XV y se hallan decoradas con esculturas de barro cocido debidas a Lorenzo Mercadante de Bretaña y Pedro Millán. La del centro es obra del siglo XIX. Las portadas de la cabecera, llamadas de Palos y Campanillas, se encuentran decoradas con relieves de Miguel Florentín (1520). Las del crucero han sido construidas a finales del XIX y principios del XX.
   El edificio se remata con pináculos góticos y entre ellos sobresale el cuerpo del cimborrio construido en 1511 por Juan Gil de Hontañón, tras el derrumbamiento del primitivo, a dicha época pertenecen también las bóvedas del crucero. La Capilla Real, situada en lo que fue el ábside gótico, la diseñó en 1551 Martín de Gainza. Es de planta cuadrada con cabecera semicircular a la que se adosan dos capillas y sacristías de formas rectangulares. La cubierta es una cúpula sobre pechinas en la zona central y bóvedas vaídas en las laterales. Los soportes son pilastras adosadas; el acceso es un gran arco de medio punto. La cúpula fue construida por Hernán Ruiz y la linterna fue rehecha totalmente a partir de 1754 por el ingeniero Van der Borcht. En la decoración intervinieron los tallistas Pedro de Campos y Lorenzo de Bao y los escultores Diego de Pesquera y Jerónimo Roldán. En su interior se venera la imagen de la Virgen de los Reyes, escultura gótica del siglo XIII, y alberga en una urna de plata debida al platero Juan Laureano de Pina el cuerpo incorrupto del Rey San Fernando.
   A partir del siglo XVI a la catedral gótica se le adosaron diversas dependencias en el muro sur que desvirtuaron su traza original. Entre ellas destacan: la Sala Capitular, la Sacristía Mayor y la Sacristía de los Cálices. La Sala Capitular, de planta elíptica, fue proyectada por Hernán Ruiz y terminada por Juan de Minjares entre 1584-1591. En la decoración escultórica del interior intervinieron Juan Bautista Vázquez, Diego de Velasco y Marcos Cabrera, y en las pinturas Pablo de Céspedes y Bartolomé Esteban Murillo.
   La Sacristía Mayor fue diseñada en 1528 por Diego de Riaño y continuada su construcción por Martín Gainza, hasta 1543, en que se terminó. Es un recinto con planta de cruz griega, presentando el brazo que está frente a la puerta una prolongación separada por un triple arco. Se cubre con una cúpula sobre pechinas rematada con una linterna que se apea sobre columnas. La cabecera se divide en tres partes cubiertas con bóvedas casetonadas, las laterales, y elíptica, la central. Los brazos van cubiertos con bóvedas de abanico, en las cuales, y en las pechinas, se representan apóstoles y obispos. La sacristía de los Cálices es un recinto de planta rectangular, con dos pequeñas capillas en la cabecera, cubierto con bóveda de nervadura apoyada sobre trompas y articulado por cuatro pilares góticos con baquetones. Fue diseñada por el maestro Alonso Rodríguez y construida por Juan Gil de Hontañón, Diego de Riaño y Martín Gainza, quién la terminó en 1537.
   La UNESCO (https://whc.unesco.org/en/list/383), en la declaración como patrimonio mundial de la humanidad dice que, juntos (La Catedral, el Alcázar, y el Archivo de Indias), estos tres edificios forman un notable conjunto monumental en el corazón de Sevilla. La catedral y el Alcázar, que datan de la Reconquista de 1248 al siglo XVI e imbuidos de influencias musulmanas, son un testimonio excepcional de la civilización de los almohades y de la Andalucía cristiana. La Giralda (alminar) es la obra maestra de la arquitectura almohade. Se encuentra junto a la catedral con sus cinco naves; El edificio gótico más grande de Europa, alberga la tumba de Cristóbal Colón. La antigua Lonja, que se convirtió en el Archivo de Indias, contiene valiosos documentos de los archivos de las colonias en las Américas.
   Juntos, la Catedral, el Alcázar y el Archivo de Indias, forman un conjunto monumental en el corazón de Sevilla. Personifican a la perfección la "Edad de Oro" española, incorporando vestigios de la cultura islámica, siglos de poder eclesiástico, soberanía real y el poder comercial que España adquirió a través de sus colonias en el Nuevo Mundo.
   Fundada en 1403 en el sitio de una antigua mezquita, la Catedral, construida en estilo gótico y renacentista, abarca siete siglos de historia. Con sus cinco naves es el edificio gótico más grande de Europa. Su campanario, la Giralda, fue el antiguo alminar de la mezquita, una obra maestra de la arquitectura almohade y ahora es un importante ejemplo de sincretismo cultural gracias a la parte superior de la torre, diseñada en el Renacimiento por Hernán Ruiz. Su "casa capitular" es el primer ejemplo conocido del uso del plano elíptico en el mundo occidental. Desde su creación, la Catedral ha seguido siendo utilizada con fines religiosos. El Conjunto Monumental, o grupo de edificios históricos que abarca la Catedral/Giralda, el Alcázar y el Archivo de Indias, constituye un testimonio notable de las principales etapas de la historia urbana de la ciudad (islámica, cristiana y la de Sevilla con sus relaciones con el Nuevo mundo), además de simbolizar una ciudad que se convirtió en la capital comercial de las Indias durante dos siglos, una época en la que Sevilla fue el centro de la monarquía española y desempeñó un papel importante en la colonización de América Latina tras su descubrimiento por Colón. Cada uno de estos monumentos está asociado con el proceso de colonización. La tumba de Colón se conserva en la catedral. La Sala de los Almirantes en el Alcázar era la sede de la Casa de Contratación, desde la cual operaba el monopolio con las Indias, y donde, como sede de aprendizaje, generó parte de las Expediciones más importantes de exploración y descubrimiento de ese período. Y el Archivo de Indias, desde el siglo XVIII, alberga los documentos más valiosos e importantes que proporcionan una visión de este evento histórico.
   Entre los criterios que han primado para su declaración como patrimonio mundial, están:
   I.- La Giralda constituye un logro artístico único, una obra maestra de la arquitectura almohade. La inmensa catedral con cinco naves que reemplazó a la mezquita es el edificio gótico más grande de Europa. El espacio elíptico del Cabildo, creado por Hernán Ruiz, es una de las obras arquitectónicas más bellas del Renacimiento.
   II.- La Giralda influyó en la construcción de numerosas torres en España y, después de la conquista, en las Américas.
   III.- La Catedral, el templo gótico más grande de Europa, y el Alcázar de Sevilla son un testimonio excepcional de la civilización de los Almohades y de la Andalucía cristiana que data de la reconquista de 1248 al siglo XVI, que fue completamente imbuido de influencias islámicas.
   IV.- La Catedral, el Alcázar y la Lonja están unidas y relacionadas con un evento de importancia universal: el descubrimiento del Nuevo Mundo por Cristóbal Colón en 1492/1493 y la colonización de América Latina. La tumba de Cristóbal Colón se encuentra en la catedral.
   Las trazas se deben a Alonso Martínez, de 1403. Los directores de obra que se sucedieron desde 1439 fueron: Maestre Carlín, Juan Norman, Pedro de Toledo, Francisco Rodríguez, Juan de Hoces, Simón de Colonia y Alonso Rodríguez.
   La Capilla de los Alabastros y los Cálices es de 1519 a 1534, de Diego de Riaño.
   La Sacristía Mayor se ejecutó entre 1535 y 1543 según trazas de Siloé (según López Moreno) con adiciones de Martín de Gainza y Gil de Hontañón.
   La Capilla Real es de 1552-1575 a partir de las trazas de Martín de Gainza que empezó su ejecución, que siguieron Hernán Ruiz II, Díaz Palacios y Juan de Maeda.
   La Giralda se amplió en 1560-1568 por Hernán Ruiz.
   En el antecabildo de la Sala Capitular se sucedieron en la ejecución Hernán Ruiz y Alonso de Maeda según trazas del primero, entre 1558 y 1583; para la Sala se siguieron las trazas de Francisco del Castillo, después de 1571, con intervención posterior de Asensio de Maeda y Juan de Minjares.
   La parroquia del Sagrario se construyó entre 1619 y 1634 bajo la ejecución de Miguel de Zumárraga, Alonso de Vandelvira y Cristóbal de Rojas.
   El trascoro de 1619-1634 se hizo según trazas de Miguel de Zumárraga y Pedro Sánchez Falconete. En cuanto a las portadas, la principal es del primer tercio del siglo XIX y las laterales, San Cristóbal y Concepción, son de 1895 y 1917, de Antonio Fernández de Casanova.
   La restauración del crucero y la ejecución del nuevo cimborrio en 1888-1893 se deben a Antonio Fernández de Casanova y Fernández Ayarragaray. Las últimas obras significativas datan del primer tercio del siglo XX y son de Javier de Luque (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     La avenida de la Constitución lleva, como antes se ha visto, desde la plaza Nueva a la puerta de Jerez. Al día de hoy es una avenida luminosa, con notables edificios civiles de principios del siglo XX. Fue desde lo más antiguo calle principal. En su día, se llamó de los Genoveses, porque fueron, principalmente, los de esta ciudad italiana, comerciantes en su mayoría, quienes la ocuparon. Vía cosmopolita y comercial, a la que los sevillanos conocen, simplemente, como la Avenida, conduce hasta uno de los espacios monumentales más densos de Europa, fantástico corazón latino y musulmán que enorgullece a los ciudadanos y llena de admiración a todo el que la ciudad visita, y cuyo hito de mayor enjundia es la catedral.
Avatares históricos
      Con objeto de procurar la mayor claridad en el relato, se trata a continuación la historia y la descripción del principal templo de Sevilla y en un apartado posterior las de su torre. "Hagamos una iglesia tan grande que los que vengan detrás nos tengan por locos". Todo el mundo conoce la célebre frase con que el 8 de marzo de 1401 concluyó la reunión del cabildo de la Iglesia de Sevilla en la que se acordó la construcción de una nueva catedral para sustituir a la existente, que se encontraba en ruinas. Ciento cincuenta y tres años después de la conquista de la ciudad por Fernando III, aquel templo en ruinas era aún la mezquita aljama que habían construido los almohades. Con estos, que habían llegado a España en 1146, alcanzó Sevilla las cumbres más altas de la etapa islámica. La mezquita de Adabbás, ya comentada, que era la mayor de la ciudad, se había quedado pequeña, y el califa Abu Yakub Yusuf ordenó la construcción de una nueva en el lugar que ahora ocupa la catedral, diciéndose la primera jubta o sermón desde el alminar en 1182. Sesenta y seis años más tarde, tras la conquista de la ciudad, los cristianos se limi­taron a bendecir el oratorio, convirtiéndolo de este modo en su catedral. Aunque, en puridad, las obras perdurarían hasta el mismo siglo XX, no es ilícito afirmar que la catedral estaba terminada poco más de cien años después. Empezaron la construcción los maestros Carlín e Isambret, trabajando posteriormente Juan Norman, Juan de Hoces, Simón de Colonia, Alonso Rodríguez y Juan Gil de Hontañón . El templo es básicamente gótico, de un gótico majes­tuoso y espectacular, aunque por la duración de los trabajos aparece también el Renacimiento y, más tarde, en las capillas, los diversos estilos que con posterioridad predomina­ron en la arquitectura.
Las puertas exteriores
     El templo aparece exento, ocupando una superficie de 23.457 m2. Aunque no tan espectacular en pináculos y arbotantes como otras construcciones góticas, el edificio resulta a la vista realmente magnífico en sus proporciones, una verdadera montaña que, luego, al interior, se verá hueca, en acertada apreciación de Teófilo Gautier. Avanzando por la acera izquierda de la avenida de la Constitución desde la plaza Nueva hacia la puerta de Jerez, se alcanza la calle Alemanes. En ella, dando cara a la calle Hernando Colón, se sitúa la puerta del Perdón, primera de las que cuenta el edificio, gran arco mudéjar de herradura que da paso al patio de los Naranjos y que, al parecer, era la principal de acceso a la antigua mez­quita, aunque las yeserías que muestra en la cara externa datan de 1522 y fueron realizadas por Bartolomé López. Miguel Florentín, por su parte, modeló las imágenes de San Pedro, San Pablo, la Virgen y el Arcángel Gabriel, así como el gran relieve de la Expulsión de los Mercaderes, situado sobre el arco de la puerta. Almohades y del siglo XII son las hojas, de madera forrada de bronce, decoradas con atauriques y leyendas cúficas. Desde este muro parten también las famosas gradas en las que, durante los primeros tiempos posteriores al Descubrimiento, los mercaderes llevaban a cabo sus transacciones. Hoy, ante estas gradas y rodeando todo el edificio corre una fila de columnas unidas por una gruesa cadena, que sólo de tanto en tanto permiten el paso. Al final de este muro se alcanza la calle Placentines. En ella, ju nto a la Giralda, está la puerta del Lagarto, que también da al patio de los Naranjos, y que se denomina así por­ que sobre ella se colocó, disecado, el lagarto o cocodrilo del Nilo que, junto a otros presentes, regaló el sultán de Egipto a Alfonso X el Sabio con ocasión de solicitarle la mano de su hija Berenguela. Junto al lagarto, se ven también un freno de caballo, un colmillo de elefante y una vara de alguacil. Algunos dicen que estos cuatro elementos son una representación de las virtudes cardinales: Prudencia, Templanza, Fortaleza y Justicia, pero, en realidad, se trata de exvotos de peregrinos medievales. Pasada la torre, aparece la puerta de los Palos, que aún conserva el nombre del arco islámico que, en su lugar, se abría entre el muro y la torre. Su nombre oficial es el de la Adoración de los Magos, aunque en las primeras décadas del siglo XVI era conocida como del Corral de los Olmos. Esta puerta se sitúa a un lado de la cabecera del templo; al otro, está la puerta de las Campanillas, nombre que no encierra una motivación religiosa, sino el hecho de que en este lugar hubo una campana con la que, durante la construcción del edificio, se avisaba a los obreros del comienzo de la jornada. A la vuelta de la esquina, en el muro meridional, se abre la puerta de San Cristóbal, también llamada de los Príncipes. A pesar de su imponente aspecto gótico, es moderna, de finales del siglo XIX. Ya en el muro siguiente, el occidental, se alcanza primeramente la puerta de San Miguel, así llamada por encontrarse frente al antiguo colegio de San Miguel, fundado por Alfonso X. Se llama también del Nacimiento, por el relieve que figura en el tímpano. Esta hermosa portada ojival luce en las arquivoltas una serie de imá­genes realizadas en barro cocido por Lorenzo Mercadante de Bretaña. Por esta puerta entran en la catedral los pasos que procesionan en Semana Santa. Un poco más abajo está la puerta de la Asunción. Se sitúa a los pies del templo y es su entrada principal, aunque no se concluyera hasta el siglo XIX, concretamente, 1884. La puerta del Baptisterio, a continuación, sí es del tiempo que su traza gótica evoca, siendo las imágenes de las arquivoltas también de barro cocido, modeladas, en este caso, por Lorenzo Mercadante y por Pedro Millán. Todavía hay una puerta más en este muro, la de la iglesia del Sagrario, denominada en su día portada de las Gradas, cuando la catedral ejercía las funciones de parroquia de la collación de Santa María la Mayor.
Interior
     Si imponente resulta el templo desde fuera, es en el interior donde realmente asombra al visitante. Consagrado a la Asunción de la Virgen y con el título de Santa María la Mayor, se trata de un enorme salón rectangular de 116 m de largo por 76 m de ancho, dividido en cinco naves, la central más ancha y más alta, con otra más de capillas en cada uno de los laterales. Estas naves las forman un total de sesenta pilares, veintiocho adosados y treinta y dos exentos, muy gruesos, de base romboidal, con el núcleo de ladrillo y la envoltura de sillería, sobre los que apean sesenta y ocho bóvedas ojivales, de estrella en el crucero, cuatripartitas en las naves y sexpartitas en las capillas. Su altura máxima es de 37 m en el crucero, siendo la de las naves de 32,30 m en la central y 24,50 m en las laterales. Los muros de esta Magna Hispalensis, no son demasiado grue­sos, si se tiene en cuenta la magnitud del edificio. Tampoco la luz que recibe es muy abun­dante, circunstancia que se debe a las reducidas dimensiones de las vidrieras.
     Independientemente de su grandiosidad y majestuosidad, así como de su carácter sagrado, la catedral de Sevilla es un auténtico museo en el que se conservan un número extraordinario de obras de arte de incalculable valor. El acceso individual para la visita se realiza por una pequeña entrada situada a la izquierda de la puerta de San Cristóbal, al otro lado de la cual están las taquillas y una tienda de recuerdos. Se pasa a continuación por una sala de exposiciones, en la que, temporalmente, pueden verse determinadas piezas guardadas en otros lugares del edificio. A la derecha de esta sala va quedando el patio de las Lápidas, espacio liberado en el siglo XVIII, mediante el derribo de diversas dependencias adosadas al muro catedralicio desde el siglo XV. Siguiendo el pasillo, a la izquierda está el patio de la Fuente, por la que en él se ubica desde mediados del siglo XIX. Inmediatamente se alcanza el interior del templo (Rafael Arjona, Lola Walls. Guía Total, Sevilla. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2006).
   Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la Santa, Metropolitana y Patriarcal Iglesia Catedral de Santa María de la Sede, de Sevilla. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la ciudad.

Horario de apertura de la Santa, Metropolitana y Patriarcal Iglesia Catedral de Santa María de la Sede:
     Lunes: de 11:00 a 15:30
     Martes a Sábado: de 11:00 a 17:00
     Domingos: de 14:30 a 18:00

     En los meses de Julio y Agosto (excepto 17 y 25 de julio)
     Lunes de 10:30 a 16:00 (taquilla hasta las 15:30)
     Martes a Sábado de 10:30 a 18:00  *(taquilla hasta las 17:00)
     Domingos de 14:00 a 19:00  *(taquilla hasta las 18:00)

     *El desalojo de la Catedral y la Giralda comienza 30 minutos después del cierre de las taquillas

     El templo permanecerá cerrado los días 1 y 6 de enero, y el 25 de diciembre.

     Horario reducido (11:00h a 13:00h), los días 5 de enero, y 24 y 31 de diciembre.

Página web oficial de la Santa, Metropolitana y Patriarcal Iglesia Catedral de Santa María de la Sede:  www.catedraldesevilla.es

La Catedral de Santa María de la Sede, al detalle:
        Órganos
        San Eloy, obispo
        San Martín, obispo
010. Capilla penitencial
011. Sacristía Alta o Sacristía del Altar Mayor / Vestuario
012. Capilla Yanduri
014. Nave Mayor, de los Reyes, o de los Remedios
015. Rectoría
016. Brazo Norte del Crucero
                                            San Isidoro, de Duque Cornejo y Guerrero de Alcántara
                                            San Leandro, de Duque Cornejo y Guerrero de Alcántara
017. Atrio del Coro del Arcediano
020. Planta del Monumento          
029. Nave colateral de San Roque
030. Capilla de Santa Bárbara 
031. Nave lateral de San Pablo
032. Nave lateral de San Pedro
                San Lucas Evangelista
        Martirio de San Pedro Arbués 
059. Capilla de las Doncellas
        Retablo de la Anunciación
            San Gregorio Magno
        Sepulcro del Obispo Baltasar del Río
                        Tondo escultórico "Nuestra Señora de Consolación"
         Vidriera "La Venida del Espíritu Santo", de la casa Zettler
                    (Lateral Izquierdo):
                                San Lorenzo, de Ricardo Bellver
                                San Bernabé, apóstol, de Ricardo Bellver
                                Santo Domingo de Guzmá, de Ricardo Bellver

                     (Frontal):
                                 San Lucas, evangelista, de Ricardo Bellver
                                 San Mateo, apóstol y evangelista, de Ricardo Bellver
                                 San Benito, de Ricardo Bellver

                      (Lateral Derecho):
                                  San Simón, apóstol, de Ricardo Bellver
                                  San Bartolomé, de Ricardo Bellver
                                  San Buenaventura, de Ricardo Bellver
                                  San Juan Crisóstomo, de Ricardo Bellver

Arquivolta Izquierda:
                                  Santiago el Menor, de Ricardo Bellver
                                  San Juan Evangelista, de Ricardo Bellver
                                  Santiago el Mayor, de Ricardo Bellver
                                  San Pedro, de Ricardo Bellver
                                  San Jerónimo, de Ricardo Bellver
                                  San Gregorio Magno, de Ricardo Bellver
                                  Santa Ana, de Ricardo Bellver
                                  San José, de Ricardo Bellver

Tímpano:
                                  Asunción de la Virgen María, de Ricardo Bellver

Arquivolta Derecha:
                                  San Pablo, apóstol, de Ricardo Bellver
                                  San Andrés, de Ricardo Bellver
                                  Santo Tomás, apóstol, de Ricardo Bellver
                                  San Felipe, de Ricardo Bellver
                                  San Joaquín, de Ricardo Bellver
                                  Santa María Magdalena, de Ricardo Bellver
                                  San Ambrosio, de Ricardo Bellver
                                  San Agustín, de Ricardo Bellver

Apilastrado Derecho:
                    (Lateral Izquierdo):
                                  San Judas Tadeo, apóstol, de Ricardo Bellver
                                  San Matías, apóstol, de Ricardo Bellver
                                  San Basilio, de Ricardo Bellver
                                  Santo Tomás de Aquino, de Ricardo Bellver
                    
                    (Frontal):
                                  San Esteban, de Ricardo Bellver
                                  San Marcos, de Ricardo Bellver
                                  San Francisco de Sales, de Ricardo Bellver
                                  San Bernardo, de Ricardo Bellver

                    (Lateral Derecho):
                                  San Clemente, de Ricardo Bellver
                                  San Vicente, de Ricardo Bellver
                                  San Francisco de Asís, de Ricardo Bellver
                                  San Pedro Nolasco, de Ricardo Bellver

        San Fulgencio 
076. Sacristía Baja de la Antigua
077. Sala de los Azulejos
078. Central de teléfonos y recepción (Taquillas)
079. Pasillo de Mayordomía (Acceso para la visita cultural)
080. Aula Hernán Ruiz (Librería - Tienda)
081. Administración de la Catedral
Sala del Pabellón
        082. Mayordomía        
        083. Carpintería
        084. Sala de Beneficiados
        085. Secretaría
        Inmaculada Concepción, de Alonso Martínez
        Virgen de las Batallas 
092. Vestíbulo del Antecabildo
094. Tránsito de la Sala Capitular
095. Subida a la Contaduría Alta
096. Necesaria
098. Sala de las Columnas
099. Subida a las azoteas
101. Paso de la Alcarracera
102. Antecabildo
        El Rey David
103. Presbiterio de la Sacristía Mayor
105. Antigua puerta (?) del Ocino (?)
106. Oratorio de San Francisco de Paula
107. Escalera del Patio de los Óleos
108. Oratorio del Rosario
109. Sacristía de la Capilla Real
110. Coro bajo de la Capilla Real
112. Capilla del "Ecce Homo"
113. Sala Capitular de la Capilla Real
114. Giralda 
115. Capilla de la Granada o San Onofre
        Retablo del Nacimiento de la Virgen, anónimo
116. Nave del Lagarto
122. Tribuna del Señor con la Cruz
123. Capilla de la Ascensión
124. Tribuna de la Inmaculada (de los Sederos)
128. Sala de Juntas
129. Puerta del Lagarto (Vieja) o de la Granada
130. Tránsito del Lagarto
131. Portada de la Capilla de San Nicolás
132. Portada de la Capilla de San Martín
133. Portada de la Capilla de San Jorge
134. Portada de la Capilla de Santa Catalina la Vieja
135. Portada de la Capilla de Santa Catalina la Nueva
136. Despachos de la Biblioteca Colombina
137. Depósito de la Biblioteca Colombina
138. Brocal de tercer aljibe
139. Púlpito
140. Portada de la Caridad
141. Oficinas del Sagrario
142. Subida a la Sala de Juntas de la Hermandad Sacramental del Sagrario
143. Portada de la Sacristía
144. Sacristía del Sagrario
145. Trasaltar del Sagrario
146. Capilla Mayor del Sagrario
        Retablo Mayor
150. Capilla de la Virgen de los Reyes
151. Portada de las Gradas
153. Acceso a las Tribunas de Poniente
154. Parroquia del Sagrario        
155. Acceso a las Tribunas de Levante
157. Capilla del Niño Jesús
158. Capilla de San Antonio y San Miguel
159. Puerta del Patio de los Naranjos, o del Patio de los Naranjos
160. Capilla de la Virgen del Rosario
161. Capilla de Nuestra Señora del Carmen?
162. Tránsito del Sagrario
163. Gradas de San Miguel
164. Gradas de la Lonja
165. Gradas de los Cantos
166. Gradas del Hospital Real
167. Gradas del Corral de los Olmos
168. Puerta del Patio de la Aljama (II)
169. Puerta del Patio de la Aljama (I)
170. Gradas de la Torre
171. Gradas de Placentines
172. Gradas de Alemanes
173. Gradas de Génova

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