Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte las Murallas, Torres y Puertas de Sevilla.
Las Murallas, Torres y Puertas de Sevilla [nº 51 en el plano oficial del Ayuntamiento de Sevilla; y nº 67 en el plano oficial de la Junta de Andalucía], se encuentran, fundamentalmente en la llamada Ronda, que rodea el casco histórico de la ciudad.
Las Murallas, Torres y Puertas de Sevilla [nº 51 en el plano oficial del Ayuntamiento de Sevilla; y nº 67 en el plano oficial de la Junta de Andalucía], se encuentran, fundamentalmente en la llamada Ronda, que rodea el casco histórico de la ciudad.
Del recinto amurallado que en otros tiempos rodeó a Sevilla, son escasos los restos que se conservan en la actualidad. Atendiendo a su técnica constructiva puede asegurarse que fueron levantadas en la primera mitad del siglo XII por los almorávides, si bien en épocas posteriores, almohades y cristianos recrecieron los muros y ampliaron el sistema defensivo. La fábrica está realizada en tapial, con cal y guijarros, alcanzando un grosor de dos metros. El trazado del contorno era ondulante, facilitando, mediante los entrantes y salientes, la defensa del recinto. Un número considerable de puertas y postigos daban acceso a la ciudad, comunicándola con los principales núcleos agrícolas y las más importantes vías de comunicación. Actualmente el sector más completo es el comprendido entre el Arco de la Macarena y la Puerta de Córdoba, que aparece precedido por una barbacana. Este sector de murallas presenta en su trazado siete torreones cuadrados, proyectados hacia fuera del paramento y colocados con regularidad a una distancia próxima a los cuarenta metros, más una torre poligonal llamada Torre Blanca. Los torreones cuadrados son macizos hasta la altura del paseo de ronda que los atraviesa, contando con un departamento abovedado en el que se aloja la escalera de acceso a la azotea. La Torre Blanca tiene planta hexagonal, dos pisos abovedados y decoración de fajas de ladrillo.
La Puerta de Córdoba, adosada a la iglesia de San Hermenegildo, constituye uno de los límites de la muralla conservada, y ha sido restaurada recientemente devolviéndole en parte su estructura primitiva. El Arco de la Macarena, que pone fin al lienzo de murallas en el extremo contrario, es un buen ejemplo de las sucesivas reformas que se realizaron en las puertas de la ciudad a partir del siglo XVI, para adaptarlas a las nuevas necesidades urbanas. Perdido ya el sentido defensivo primitivo, se las dotó de un aspecto monumental, de arcos triunfales, que hacían más factible el tráfico y el desenvolvimiento de las actividades mercantiles que tenían lugar a su alrededor. El aspecto actual de la antigua Puerta de la Macarena, con un gran arco enmarcado por pilastrones y remate con jarrones, corresponde a la obra llevada a cabo por el arquitecto José Echamorro a comienzos del siglo XÏX.
Otro lienzo de murallas, relativamente próximo al anterior, que aún se conserva en un estado aceptable, es el situado a espaldas de la calle Sol, en el jardín del antiguo Colegio del valle. Permanecen en pie no sólo los muros, sino también algunos torreones, aunque éstos se encuentran algo más maltratados y casi desprovistos de sus almenas.
Del mismo lienzo de muralla formó parte la Torre de la Plata que presenta planta octogonal con dos cámaras superpuestas cubiertas con bóvedas de nervaduras, lo que indica una intervención de época cristiana. Aún conserva, aunque restauradas, las almenas con capuchón de su remate y una serie de fajas ornamentales realizadas en ladrillo, que corresponden a la obra islámica. En sus inmediaciones se conservan restos de la muralla que levantaron los almohades en 1169 tras derribar las aguas del Guadalquivir, durante una inundación, la cerca que habían construido los almorávides. En 1221, para completar el sistema defensivo se levantó una barbacana y un foso, además de la coracha que finalizaba en la Torre del Oro, edificada entonces y cuyo nombre se debe al revestimiento exterior de azulejos dorados que poseyó. Su misión defensiva como torre albarrana es bien clara, pues desde su pie y hasta la otra orilla del río se disponía una gruesa cadena que cerraba la entrada al puerto. La torre está construida en tapial sobre un basamento de sillería, empleándose también los sillares como refuerzos angulares. Presenta tres cuerpos, de planta dodecagonal el inferior, hexagonal el intermedio y circular el superior, siendo éste una una obra añadida por Sebastián van der Borcht en 1760. En el cuerpo bajo de la torre se superponen tres plantas que se cubren con ingeniosas bóvedas de aristas. Exteriormente los muros presentan una serie de vanos semicirculares y troneras, situándose en el remate del cuerpo bajo arcos ciegos lobulados con columnilla central. El segundo cuerpo lleva paños rectangulares con decoración de sebqa y una serie de arcos ciegos.
No lejos de este sector sobreviven otros fragmentos de la cerca sevillana. Están situados en torno al Postigo del Aceite o de los Azacanes y a la Plaza del Cabildo. La denominación popular de Postigo del Aceite se debe a que esta puerta constituía la entrada habitual del mencionado producto a la ciudad. El aspecto actual se debe a la reforma y ampliación del arco, acometida en 1573, durante el gobierno ciudadano del Conde de Barajas, por el arquitecto Benvenuto Tortello, tal y como recoge una inscripción situada bajo el escudo de Sevilla, en la cara este de la puerta [Alfredo J. Morales, María Jesús Sanz, Juan Miguel Serrera y Enrique Valdivieso. Guía artística de Sevilla y su provincia I. Diputación de Sevilla y Fundación José Manuel Lara, 2004].
No lejos de este sector sobreviven otros fragmentos de la cerca sevillana. Están situados en torno al Postigo del Aceite o de los Azacanes y a la Plaza del Cabildo. La denominación popular de Postigo del Aceite se debe a que esta puerta constituía la entrada habitual del mencionado producto a la ciudad. El aspecto actual se debe a la reforma y ampliación del arco, acometida en 1573, durante el gobierno ciudadano del Conde de Barajas, por el arquitecto Benvenuto Tortello, tal y como recoge una inscripción situada bajo el escudo de Sevilla, en la cara este de la puerta [Alfredo J. Morales, María Jesús Sanz, Juan Miguel Serrera y Enrique Valdivieso. Guía artística de Sevilla y su provincia I. Diputación de Sevilla y Fundación José Manuel Lara, 2004].
El Recinto Amurallado de Sevilla, al detalle:
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