Intervención en el programa de radio "Más de uno Sevilla", de Onda Cero

Intervención en el programa de radio "Más de uno Sevilla", de Onda Cero, para conmemorar los 800 años de la Torre del Oro

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lunes, 30 de septiembre de 2019

El antiguo Monasterio de San Jerónimo de Buenavista


     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte el antiguo Monasterio de San Jerónimo de Buenavista de Sevilla.        
   Hoy, 30 de septiembre, Memoria de San Jerónimo, presbítero y doctor de la Iglesia, el cual, nacido en Dalmacia, estudió en Roma, ciudad en la que cultivó con esmero todos los saberes y recibió el bautismo cristiano. Después, seducido por el valor de la vida contemplativa, se entregó a la existencia ascética al ir a Oriente, donde se ordenó de presbítero. Vuelto a Roma, fue secretario del papa Dámaso, hasta que, tras fijar su residencia en Belén de Judea, vivió una vida monástica dedicado a traducir y explicar las Sagradas Escrituras, revelándose como insigne doctor. De modo admirable fue partícipe en muchas necesidades de la Iglesia y, finalmente, llegado a una edad provecta, descansó en la paz del Señor (420) [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II].
Y que mejor día que hoy, para ExplicArte el antiguo Monasterio de San Jerónimo de Buenavista de Sevilla

   El antiguo Monasterio de San Jerónimo de Buenavista, se encuentra en la calle Marruecos, 31; en el Barrio de San Jerónimo, del Distrito Norte.
   El Monasterio de San Jerónimo de Buenavista fue fundado en 1414 por Juan Esteban, Jurado de la ciudad de Sevilla, con el auxilio de Nicolás Martínez, tesorero y contador del Rey, y de su mujer e hijo, Diego Martínez de Medina. El embrión del primitivo convento lo constituyen las propias edificaciones de la hacienda, a las que se le fueron añadiendo otras dependencias a lo largo de varias fases. La primera fase de construcción corresponde a la primera mitad del siglo XV, la segunda fase al primer tercio del siglo XVI, y la tercera a finales del siglo XVI hasta los primeros años del XVII.
En la primera fase se edifica la iglesia, entre 1414 y 1450, y uno de los claustros, en la segunda se amplía la iglesia hacia poniente, y se construye el claustro de levante, contiguo al claustro existente y separado del lado oriental de éste por el refectorio, a la tercera fase de la construcción pertenecen el resto de dependencias. Las obras de la planta baja se prolongan hasta 1581, año en el que se inician las obras de la planta alta, encargadas a Miguel de Zumárraga.
   Fundación monacal jerónima del siglo XV, levantada en su tiempo extramuros de la ciudad de Sevilla, a 2 kilómetros al Norte de la puerta de la Macarena y muy próximo al río Guadalquivir. El monasterio se enclavó al Norte de la ciudad, alejado de ésta, en un paraje próximo a un recodo del río, con hermosas vistas y junto al camino real hacia la Corte. En el proceso edificatorio de San Jerónimo de Buenavista, se levantó primero la iglesia, eje vertebrador de la comunidad, y orientada en sentido este- oeste con los pies a poniente, aprovechando el muro maestro sur se delimitó un claustro cuadrado, al que posteriormente se le fueron adosando otras edificaciones para satisfacer las necesidades de la comunidad. Entre estas edificaciones estaban, otro claustro situado al este del primitivo y separado de aquel por el refectorio, la sala capitular en el ala sur, un nuevo refectorio al oeste, la sacristía nueva y las celdas en los lados norte y sur, respectivamente, del segundo claustro y frontera con este por el norte la imprenta de Indias con sus dependencias y su espacio libre central configurando un tercer patio. Muchas de las dependencias del monasterio han desaparecido, y no han llegado hasta nosotros ni tan siquiera sus trazas. Entre los restos conservados destacan dos capillas del lado de la Epístola de la iglesia y el muro del mimo lado, que es a su vez el testero norte del claustro herreriano que también permanece, la torre, el patio y parte de las edificaciones de la Imprenta de Indias, escalera al coro, anterefectorio, mirador, y restos de la escalera de subida a éste.

   La iglesia era de estilo gótico flamígero, contaba con tres naves, ábside poligonal, portada a los pies, bajo el coro, y capillas laterales de planta cuadrada en los muros del Evangelio y la Epístola. De éstas, las dos que se conservan cuentan con una anchura libre de 4,90 m. y una altura de 8,40 m. El templo se comunicaba con mediante puertas con los dos claustros. El más antiguo de ellos aún se conserva hoy, se inscribe en un recinto casi cuadrado de unos 160 pies de lado (46,30 x 45,40 m), siendo algo mayores los lados perpendiculares a la iglesia. Cada uno de los alzados al patio, de dos plantas, están formados por siete módulos iguales, compuestos por una doble arcada, la inferior de medio punto y la superior de arcos carpaneles. Los pilares son de planta cuadrada y a ellos se adosan semicolumnas con pedestal, siendo éstas de mayores dimensiones en los laterales, y menores en los frontales, sobre las que apoyan los arcos. El orden empleado es el toscano en planta baja y el jónico en la primera. Se remata la composición con un antepecho de lacería morisca en piedra martelilla. Las galerías contaron con balaustradas de mármol blanco que se han perdido Los arcos transversales del deambulatorio, al igual que los frontales, son de medio punto en la planta baja y carpaneles en la primera y se apoyan en ménsulas con decoración diversa. Las galerías perimetrales se cubren con bóvedas vaídas, y de ellas sólo se conservan las de la planta baja y algunas del costado norte de la alta.

   Al gran espacio claustral abren diez portadas, ocho de ellas en el piso bajo, distribuidas en todos sus costados, y dos en el piso alto. Las más antiguas son tres de estilo plateresco, ubicadas en el ala norte del deambulatorio. Dos en la planta baja idénticas, en los extremos este y oeste. La portada al este comunica con la escalera principal y la del oeste saldría en un principio al compás y portería, y posteriormente a la cocina. La otra se encuentra en la planta superior y da paso a una estancia inmediata a la torre, con bóveda elíptica, a través de la cual se accede al coro alto. Inmediatamente posteriores son otras dos portadas del piso bajo, una al norte, junto a los pies de la iglesia, y otra al sur, por donde ahora se accede a la escalera suroeste. Les siguen en el tiempo dos nuevas portadas, también iguales y enfrentadas, en los laterales extremos del costado sur y simétricas de las platerescas primitivas. Fechadas hacia 1600, daban acceso, la una al anterefectorio de poniente y la otra, a la que fue cocina del claustro de levante. De la misma época, aunque más sencillas de diseño, son las también iguales entre sí y enfrentadas, que se ubican, una dando acceso a la escalera norte y otra a la nueva sala capitular al sur. La última de las puertas es claramente barroca, se encuentra en el piso alto y da paso a un cuerpo de edificación hoy desaparecido, que se adosó durante el XVI a los pies de la iglesia y al testero norte del claustro mayor ya través del cual se accedía a éste desde el compás. 

   De todas las dependencias que rodearon tan espléndido claustro sólo se conserva en pie la escalera que conducía al coro. Ocupa una estancia rectangular de 15 x 4,35 m a continuación de las últimas capillas de la Epístola, a los pies de la iglesia. Se accede a ella desde una de las portadas anteriormente descritas, a través de un vestíbulo cubierto por una bóveda vaída casetonada. La doble altura del espacio de subida se cubre por una cúpula con casetones de media naranja sobre pechinas. El vestíbulo superior, que da paso hacia el coro, la torre y el claustro alto, se cubre con una bóveda muy rebajada en óvalo sobre pechinas, y decoración de nervios concéntricos.
   La torre, de formas góticas en su primer cuerpo, se abría a la nave central de la iglesia como tribuna. En la segunda mitad del XVI se prolonga la torre, dotándola del cuerpo de campanas que hoy es una de las señas de identidad del convento. Ésta prolongación arranca de un basamento ancho, decorado con motivos geométricos de azulejos, sobre el que se dispone un cuerpo en el que se abren tres vanos en cada cara. En el centro se dispone el hueco mayor, un arco de medio punto al que flanquean dos pilastras, una a cada lado, entre éstas y las esquinas de la torre donde aparecen pilastras pareadas, se abren los otros dos huecos de menores dimensiones. Rematando este cuerpo se dispone un entablamento muy elaborado con triglifos y metopas de azulejo azul cobalto. Sobre el entablamento y a eje del hueco mayor, se sitúa un arco de triple inflexión, rematando la composición una pequeña balaustrada de motivos geométricos. La coronación de la torre se hace mediante un chapitel apiramidado, que se levanta sobre una bóveda cónica de ladrillo, recubierto por azulejos de dibujos estrellados azules y blancos. Durante su utilización como fábrica de cristales, la torre se vació interiormente para emplearse como secadero de las piezas recién elaboradas, sustituyendo la escalera original por otra estrecha y empinada, que es la que vemos hoy.

   Como ya dijimos, otros de los restos conservados pertenecen a la Imprenta de Indias que se levantaba al nordeste del claustro de levante y contigua al ábside de la iglesia. La edificación de la imprenta de Indias estaba compuesta por dos alas en «L» que rodeaban a un patio, cuyos otros dos lados cerraban el ábside y uno de los lados del claustro de levante, y que hoy sólo se conserva parcialmente. De los dos cuerpos que la componían, el del norte ha permanecido en pie en planta baja, y el otro, ha desaparecido (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Conozcamos mejor la Historia, Leyenda, Culto e Iconografía de San Jerónimo, presbítero y doctor de la Iglesia;
HISTORIA Y LEYENDA
   Uno de los cuatro grandes doctores de la Iglesia latina.
   Nació en Estridón, cerca de Aquilea, en Venecia (y no en Dalmacia o en Panonia) en 347; y en Roma fue alumno del famoso gramático Donato.
   Retórico consumado, como San Agustín, además era políglota. Como había aprendido el griego y el hebreo, se jactaba de ser trilingüe.
   Bautizado a los diecinueve años de edad, en 373 partió en peregrinación hacia Tierra Santa. Entre los años 375 y 378 se retiró en el desierto de Siria para llevar una existencia de anacoreta. Fue allí donde escribió la Vida de San Pablo ermitaño.

   De vuelta en Roma en 382, después de residir en Antioquía, se convirtió en el colaborador del papa Dámaso quien le encargó revisar la traducción latina de la Biblia según el original hebreo y la versión griega de los Setenta. Después de la muerte del papa, prefirió regresar a Palestina y en 386 se radicó en Belén, donde terminó la traducción de la llamada Vulgata. Allí murió, en el año 420.
   Sobre este cañamazo, la Leyenda Dorada bordó una novela que proveyó a los artistas un material menos ingrato que la historia: los temas más populares son la Flagelación de San Jerónimo por los ángeles, sus Tentaciones en el desierto y sobre todo la fábula del león domesticado.
1. Durante un acceso de fiebre, soñó que era conducido ante el tribunal de Cristo que le preguntó si era cristiano o ciceroniano y lo condenó a ser azotado por los ángeles. Jerónimo despertó con contracturas, y jurando que no volvería a leer libros profanos.
2. Durante su retiro en el desierto, su piel se volvió negra como la de de un africano. A pesar de sus ayunos y mortificaciones, estaba obsesionado por sueños lascivos de danzas de muchachas desnudas. Para hacer penitencia se mortificaba el pecho día y noche.
3. Un día, cuando explicaba la Biblia a los monjes de su convento, vio llegar hacia él un león que cojeaba. Le extrajo una espina de la pata herida y lo mantuvo a su servicio encargándole que cuidara a su asno mientras éste pacía. Un grupo de caravaneros, aprovechándose de su sueño robaron el asno. Algún tiempo después el león encontró la caravana de mercaderes que volvía por el mismo camino con el asno robado, que usaban, según la costumbre, para guiar a los camellos cargados de mercancías. Con sus rugidos, el león puso a los ladrones en fuga y devolvió triunfalmente el asno al monasterio, y por añadidura, entregó los camellos.
   San Gerásimo, cuyo nombre pudo fácilmente confundirse con el de San Jerónimo.

Los hagiógrafos copiaron estas leyendas de las vidas de otros santos. Las Tentaciones de San Jerónimo en el desierto de Siria son réplicas de las de San Antonio en el desierto de Egipto. En cuanto a la leyenda del león, se tomó de la historia de un anacoreta de Palestina,
   He aquí como puede explicarse el génesis de esta fábula. Los cuatro doctores de la Iglesia se pusieron en paralelo con los cuatro evangelistas. Ahora bien, San Jerónimo formó pareja con San Marcos quien tiene como atributo un león. Un hagiógrafo, que no comprendía el sentido de dicho atributo, y que recordaba que San Jerónimo había pasado muchos años en el desierto, le habría aplicado la leyenda del león herido, y curado por un santo ermitaño, que había encontrado en la vida de San Gerásimo.
CULTO
Lugares de culto

   San Jerónimo es el patrón de Dalmacia, su pretendida patria, y en consecuencia, de los habitantes de Esclavonia o Schiavoni, como se los llamaba en Venecia, que lo habían adoptado a causa de su atributo, el león, que es también el de San Marcos. Las ciudades de Lyon, Pesaro y la universidad de Salamanca difundieron el culto al santo en Francia, Italia y España.
   Doctor de la Iglesia, además, como San Agustín, es un fundador de órdenes monásticas. Su culto se ha extendido sobre todo gracias a los jerónimos y más tarde a los jesuatos (Gesuati) que adoptaron su regla.
   La orden de los jeronimianos o jerónimos es de origen español. La casa matriz de los jerónimos, como se les llama en España, es Nuestra Señora de Guadalupe, en Extremadura. Los otros monasterios de la orden eran Yuste donde se retiró Carlos V después de la abdicación, el Escorial, creación de Felipe II, El Parral cerca de Segovia, Guisando en Castilla y Santiponce en Andalucía, cerca de Sevilla.
   El establecimiento más célebre de los jerónimos en Portugal era el monasterio de Belem fundado en 1497 a orillas del Tajo por el rey Dom Emmanuel. Fue en conmemoración de la estadía de San Jerónimo en Belén, que los jerónimos de Lisboa dieron tal nombre a su monasterio.
   La orden se había asentado en Italia donde existían conventos jerónimos en Milán y en Roma, cerca de la iglesiade San Onofre, sobre la colina del Janículo. Además, Roma conservaba sus reliquias en la capilla del Pesebre, en Santa María la Mayor, y puso bajo su advocación la iglesia de San Girolamo degli Schiavoni.
Patronazgos

   En toda la cristiandad se lo veneraba con el título de gemma clericorum, stella doctorum, que le aplicaban todos los clérigos, teólogos, eruditos, sobre todos aquellos que tenían la vista fatigada, porque San Jerónimo está representado en su despacho con quevedos. En el Renacimiento se convirtió en el patrón de los humanistas. Es el santo favorito de Erasmo, quien publicó sus obras.
   En nuestros días, a causa de su versión latina de la Biblia, se convirtió en el santo patrón de los traductores, y Valéry Larbaud, en 1946, tituló su colección de ensayos acerca del arte de la traducción, Bajo la invocación de San Jerónimo (Sour l'invocation de Saint Jérome).
ICONOGRAFÍA
   La iconografía de San Jerónimo no tiene en cuenta los datos históricos, tal como sucede con la de San Pablo. En su carta a Eustoquia cuenta que había perdido un ojo: e duobus oculis unum perdidi. No obstante, jamás un artista tuvo la idea de representarlo tuerto.
   La fuente principal de su iconografía es la compilación de un jurisconsulto de Bolonia en 1348. Giovanni d'Andrea (Johannes Andreas), que en su Hiéronymianus, impreso en Basilea en 1516, reunió todos los textos relativos al ilustre doctor de la Iglesia.
   La piedra que el santo emplea para golpearse el pecho y la calavera sobre la cual medita en el desierto, son los símbolos de su penitencia en el desierto. Con San Gregorio Magno, otro doctor de la Iglesia latina, comparte el atributo de la paloma inspiradora. Pero sus emblemas más descriptivos son el capelo cardenalicio y el león domesticado, aunque en realidad no tenga derecho ni a uno ni a otro.
   Nunca fue cardenal, simplemente ejerció funciones de secretario del papa Dámaso. El capelo cardenalicio se le concedió como atributo a partir del siglo XIV, después de la publicación de Hiéronymianus por Giovanni d'Andrea, y además, el capelo cardenalicio no era rojo en sus tiempos, lo fue a partir de 1245. Por otra parte, el león domesticado (leo mansuetus), a quien retira una espina de la pata, está copiado de su casi homónimo San Gerásimo.
   Para indicar que es un estudioso, a partir del siglo XV, con frecuencia se lo representó con quevedos sobre la nariz. El anacronismo es flagrante, puesto que las lentes correctoras fueron inventadas por R. Bacon hacia 1280, más de ocho siglos después de su muerte (Louis Réau, Iconografía del Arte Cristiano. Ediciones del Serbal. Barcelona, 2000).   
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domingo, 29 de septiembre de 2019

Procesiones y Romería de hoy, domingo 29 de septiembre

      Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte las procesiones de hoy, domingo 29 de septiembre en Sevilla.      

   Hoy, domingo 29 de septiembre, continúa el ciclo de las Glorias de Sevilla procesionando las Hermandades del Inmaculado Corazón de María (Torreblanca), en su anual Romería y la de Santa Lucía.   

   Hdad. del Inmaculado Corazón de María: La Hermandad del Inmaculado Corazón de María; es ésta una corporación fundada en 1958, con sede canónica en la iglesia parroquial del Inmaculado Corazón de María, siendo su imagen titular el Inmaculado Corazón de María, obra anónima contemporánea probablemente de los talleres de Olot, o bien de Antonio Castillo Lastrucci.


   Hdad. de Sta. Lucía: La Hermandad de Santa Lucía, Virgen y Mártir; es ésta una corporación fundada en 1931, con sede canónica en la iglesia de Santa Catalina de Alejandría, siendo su imagen titular Santa Lucía, talla anónima barroca del siglo XVIII.   

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La desaparecida Iglesia de San Miguel


     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la desaparecida Iglesia de San Miguel, de Sevilla.  
   Hoy, 29 de septiembre, Fiesta de los santos arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. En el día de la dedicación de la basílica bajo el título de San Miguel, en la via Salaria, a seis millas de Roma, se celebran juntamente los tres arcángeles, de quienes la Sagrada Escritura revela misiones singulares, y que sirviendo a Dios día y noche, y contemplando su rostro, a Él glorifican sin cesar [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II].
   Y que mejor día que hoy, para ExplicArte la desaparecida Iglesia de San Miguel, de Sevilla.
   La antigua parroquia de San Miguel ocupaba la manzana hoy delimitada por las calles Jesús del Gran Poder (antes Palmas), Aponte (hasta 1845 San Miguel), Trajano (antes Puerco) y plaza del Duque. Aunque su fundación se remonta a época fernandina (Anales de Ortiz de Zúñiga), será tras el terremoto de 1356, durante el reinado de Pedro I de Castilla "el Cruel" o "el Justiciero" y a instancia del Arzobispo don Nuño, cuando la levanten de nuevo, desde los cimientos, el celo y la hacienda de don Martín Yánez de Aponte, señor de Chillas, alcaide de las atarazanas y tesorero mayor de Andalucía.

   Don Félix González de León, cristianado en su pila bautismal, describe el templo de una forma bastante minuciosa en su Noticia Artística de Sevilla (1844) . Resalta que es "edificio de hermosa construcción, de arquitectura gótica, todo de piedra de robustos pilares y cercado de fuertes bóvedas, sobre las que hay espaciosas azoteas. Consta de tres naves, la del medio con la capilla mayor es magnífica, ancha y dilatada: las laterales son más cortas, y la del lado del Evangelio, aún lo es más porque a sus pies está la torre." Don José Amador de los Ríos, en Sevilla pintoresca (1844) se muestra más crítico con el edificio: "ha sufrido grandes e importantes alteraciones que han contribuido a desfigurarlo de todo punto. Tiene cortados los pilares, que debieron darle en otro tiempo más suntuosidad y gallardía, y apenas ha quedado vestigio alguno de las palmas que servían a aquellos de ornamento."
   En la profunda reforma de la parroquia de San Miguel que llevó a cabo en 1827 el "cura Vega", muy criticada por González de León, se construyó una capilla para la Soledad en la cabecera de la nave del Evangelio "derribando lo que era sacristía se formó una nueva capilla bastante capaz, abriéndose dos grandes arcos que se cerraron con puertas de rejas, uno a la capilla mayor, y otro a la cabeza de la nave." También se restauró la imagen de la Soledad "simulacro muy antiguo y respetable que fue estofado de nuevo, de lo que no tenía necesidad, con lo que perdió el carácter respetable de antigüedad y mérito" y se vistió más al gusto de la época "quitándole una túnica o sobrevesta blanca que antes le ponían sobre la túnica negra." 

   Un inventario parroquial de 1834 nos describe puntualmente la capilla: "Un altar de madera estofado y en el la Stma. Virgen de vestir, la cual tiene un manto de terciopelo negro con forro de tafetán blanco, saya de lo mismo, un almohadón sre. que está de rodillas, de terciopelo negro bordado todo de plata con las insignias de la Pasión, corona hermosa de plata y corona de espinas de lo mismo en las manos de la Sra. y un cíngulo de tisú, ocho candeleros, los seis grandes y otros dos más pequeños, cruz, todo de madera y plateado, dos atriles y tres sacras con marcos dorados. Dicha Sta. Imagen está con unas puertas cristales hermosas, y el altar tiene dos cortinas desde la bóveda hasta abajo, de olandilla morada, para la Semana Santa. Toda la Capilla, como la mayor está colgada de damasco, y en una ventana una cortina grande de tafetán carmesí."
   En la lista de Hermandades de la parroquia de San Miguel, realizada en 1842 con carácter general en toda la Archidiócesis por orden del Gobernador del Arzobispado, sólo figuran en activo en el templo de la plaza del Duque las del Amor (que había llegado a la parroquia en 1811 procedente de la iglesia de Nuestra Señora de la Consolación, vulgo "Los Terceros"), la Sacramental (fusionada con la de Nuestra Señora del Rosario y Animas), y Pasión (cuyo titular arribó en junio 1841 procedente de una casa particular tras haber sido cerrado un año antes el convento de la Merced, hoy Museo de Bellas Artes). Con las Reglas en paradero desconocido se citan en la lista las Hermandades de la Soledad, Santa Bárbara, Santa Ana y Vera Cruz.
   El 6 de abril de 1860, Viernes Santo, la Soledad efectuó su primera salida procesional desde la parroquia de San Miguel en un paso cedido por la Hermandad trianera de la Expiración. El 10 de abril de 1868 salió por última vez la Soledad de San Miguel.

   La revolución de "La Gloriosa", la más romántica de todas las revoluciones españolas en palabras recientes del profesor Álvarez Santaló, principió Cádiz el 18 de septiembre de 1868 con el pronunciamiento de Prim y Topete, y al día siguiente triunfó en Sevilla. La Junta Revolucionaria de la Ciudad, en la que estaban entre otros don Manuel de la Puente y Pellón, don Federico Rubio, don Antonio Machado, don Federico de Castro y el Marqués de la Motilla, acordó el 6 de octubre la supresión de doce parroquias -entre las que estaba San Miguel- y veintitrés templos que no poseían tal rango. A pesar de las inútiles quejas del canónigo don Francisco Mateos Gago, vocal de la Comisión Provincial de Monumentos Artísticos, la piqueta especuladora y anticlerical surgida de "La Gloriosa" derribó San Miguel en noviembre de ese año, si bien aún en 1871 quedaban restos de la vieja parroquial en el solar donde poco más tarde se levantó el Teatro del Duque.
   De su interior, la actual reja que cierra la capilla de la Hermandad de la Soledad, en la parroquia de San Lorenzo, procede de San Miguel.
   Los pocos restos que se rescataron se encuentran esparcidos principalmente entre las iglesias de San Antonio Abad y La Magdalena (Conocer Sevilla).
Conozcamos mejor la Historia, Leyenda, Culto e Iconografía de San Miguel, arcángel;
Los  arcángeles  individuales
   Los arcángeles forman una clase aparte en la jerarquía celeste, porque entre las cohortes innumerables de los ángeles, son los únicos no anónimos.
   Por esa razón son los más importantes desde el punto de vista iconográfico. Pero no debe creerse por ello, como el nombre de arcángeles podría sugerir, que ocupen la cima de la jerarquía. En realidad son sólo el penúltimo escalón del Orden Inferior.
   Los teólogos cuentan generalmente siete, número sagrado. Miguel y Gabriel son conocidos por el Libro de Daniel, Rafael por el Libro de Tobías, Uriel por el Libro apócrifo de Henoc y por el cuarto Libro de Esdras.
   El nombre de los otros tres varía según las fuentes: Baraquiel se convierte a veces en Maltiel, Jehudiel en Jofiel, Sealtiel en Zeadkiel. Se los suma o sustituye en ciertos textos por Peliel y Raziel.
   Todos sus nombres terminan en el que significa Dios. Son nombres teofóricos.
a) Funciones y atributos
   Los clérigos de la Edad Media ingeniaron distinguirlos por sus acciones y con emblemas apropiados.
   Michael victoriosus, princeps militiae caelestis, pugnat cum dracone.
   Gabriel nuntius, ad Mariam missus.
   Raphael medicus: Tobiae oculos sanavit.
   Uriel fortis socius, qui Esdram instituebat.
   Barachiel (Malthiel), adjutor, qui Moysem in flamma praecedebat.
   Jehudiel remunerator, praeceptor Semis, filii Noachi.
   Sealtiel (Zeadkiel), orator, in immolatione Issaci gladium prohibebat.
   A esta lista se agregan:
   Peliel qui luctabatur cum Jacobo.
   Raziel a quo Adam e Paradiso ejectus.
   Así, Miguel es el jefe de la milicia celeste, Gabriel el mensajero enviado a la Virgen, Rafael el médico que cura al viejo Tobías, ciego.
   Uriel habría sido el preceptor de Esdras y Jehudielel de Sem. Raziel habría expulsado a Adán del Paraíso, Sealtiel fue quien detuvo el sacrificio de Isaac, Peliel quien luchó con Jacob. Maltiel quien precedía a Moisés y a los israelitas en fuga con una columna de fuego.
   A este reparto de funciones corresponden atributos característicos. Miguel, vic­torioso contra el dragón, blande la espada o la lanza; Gabriel, el mensajero, sostiene una linterna encendida y un espejo de jaspe verde sobre el cual se inscriben las órdenes de Dios; Rafael, el sanador, lleva un recipiente de ungüento y da la mano derecha al joven Tobías encargado del pez milagroso.
   Uriel, cuyo nombre se interpreta con el significado de luz o llama de Dios (Lux vel Ignis Dei), y que por esta razón se ha identificado con el ángel que empuña una espada llameante en la entrada del Paraíso, se reconoce por la espada y las llamas que brotan bajo sus pies.
   Jehudiel, el "remunerator", aquel que recompensa y castiga, lleva una corona de oro y un látigo de tres tiras; Sealtiel, el intercesor, tiene las manos juntas en actitud de plegaria; Baraquiel (Bendición de Dios) descubre rosas blancas en un pliegue de su túnica.
b)  Grupos o sinaxis de siete, cuatro o tres arcángeles
     l) No es habitual, al menos en el arte de Occidente, encontrar el ciclo completo de los siete arcángeles porque la Iglesia romana, al considerar apócrifo el Libro de Henoc, excluyó a Uriel. En 746 el concilio de Letrán limitó el culto de los arcángeles a los tres primeros: Miguel, Gabriel y Rafael.
   No obstante, en un fresco hallado en la iglesia de San Ángel, de la Orden de los Carmelitas (Palermo, 1516) se veía a la Trinidad rodeada por los siete arcángeles. Un grabado de Hieronymus Wierix nos ofrece una copia libre de esta cohorte de arcángeles agrupados de tres en tres alrededor de San Miguel, considerado su jefe. En Roma, la iglesia Santa María de los Ángeles, instalada en el siglo XVI en las Termas de Diocleciano, estaba consagrada a la Virgen y a los siete arcángeles. En Alemania, los siete arcángeles eran los patrones de los siete Electores del Sacro Imperio Romano Germánico. 
   2) El cuarteto de los cuatro grandes arcángeles es frecuente en el arte bizantino puesto que el Libro de Henoc gozaba en Oriente de una autoridad igual a la de los canónicos, y allí, Uriel está situado en el mismo plano que Miguel, Gabriel y Rafael.
   Relacionados con los cuatro puntos cardinales, los cuatro arcángeles se prestan de maravilla para la decoración de las pechinas de las cúpulas donde parecen, como los cuatro evangelistas, montar guardia alrededor del Pantocrátor.
   Este tema, específicamente bizantino, está o estaba ilustrado por numerosas manifestaciones pertenecientes al arte copto, eslavo y siciliano.
     3) El grupo de los tres primeros arcángeles: Miguel, Gabriel y Rafael es, por el contrario, común al arte de Oriente y al de Occidente.
   En la Iglesia ortodoxa el tema se conoce por el nombre de Sinaxis de los Arcángeles (Synaxis tôn Arkhaggelôn). Los tres arcángeles llevan la imagen de Cristo alado en una aureola formada por la intersección de numerosos triángulos. Abundan los ejemplos en la pintura del monte Athos: Monasterio de Dochiariu, mesa del convento de Dionisiu (1547). El nombre de los arcángeles está representado por la primera letra de éste inscrita en lo alto del nimbo. Rafael, vestido de sacerdote, ocupa el lugar de honor: está en el centro, entre Miguel el guerrero y Gabriel el pacífico. Simbolizan los poderes religioso, militar y civil.
   Uno de los ejemplos más antiguos en Occidente es el antipendio de oro repujado de la catedral de Basilea. Los arcángeles acompañan a Cristo. El guerrero, San Miguel, tiene una lanza, Gabriel y Rafael, más pacíficos, largos bastones con pomo. En el arte italiano de los siglos XV y XVI, el joven Tobías, en vez de estar acom­pañado sólo por Rafael, con frecuencia camina bajo la protección de los tres arcángeles.
San Miguel, arcángel
   Miguel, el más popular de todos los arcángeles, es también el que tiene una personalidad más definida. Es un guerrero, un caballero, el archiestratega o el condestable de las milicias celestiales (princeps militiae angelorum, prince of the heavenly host). A este título, es él quien dirige el combate contra los ángeles rebeldes que precipita en el abismo, y quien, en el Apocalipsis, salva a la Mujer que acaba de parir, símbolo de la Virgen y de la Iglesia, combatiendo contra el dragón de siete cabezas. La Iglesia romana lo considera su defensor (custos Ecclesiae romanae).
   También es el santo psicopompo, el conductor de los muertos cuyas almas pesará el día del Juicio. En inglés se lo llama «The Lord of Souls» (El Señor de las almas).
a) Culto
   Su culto reemplazó al de las divinidades paganas, al del dios egipcio Anubis y en particular al de Mercurio, el Hermes psicopompo, que en la mitología tenía una función análoga. Una colina de la Vendée aún se llama Saint-Michel-Mont-Mercure (San Miguel monte Mercurio). En Gottesberg, cerca de Colonia, una capilla de San Miguel reemplaza a un templo de Mercurio. En un cuadro de Signorelli (Museo Metrop., Nueva York), san Miguel Arcángel lleva un caduceo cincelado sobre la pechera de la coraza.
Lugares de culto
     1º En Oriente. Sea o no San Miguel el Hermes cristiano, lo cierto es que en todo caso la cuna de su culto se encuentra en el Oriente helenizado, donde se le consagraron los primeros santuarios. El emperador Constantino construyó en Bizancio un Michaelion; a principios del siglo IV, en Alejandría, se fundó una iglesia bajo la advocación de San Miguel. En Constantinopla y en sus arrabales europeos y asiáticos se contaban unos treinta santuarios dedicados al archiestratega. En los Balcanes, su santuario más célebre es la iglesia del monasterio de Lesnovo, en Serbia, dedicada en el siglo XIV «al gran voivoda y archiestratega Miguel».
     2° En Occidente, a finales del siglo V, el culto de San Miguel se implantó en el monte Gárgano (o Galgano), en Apulia, en esa Italia meridional que recordaba haber sido la Magna Grecia. El 8 de mayo de 492 el arcángel se manifestó sobre ese promontorio del Adriático que con San Nicolás de Bari se convertiría en el lugar de peregrinación más celebre de Italia meridional. El 8 de mayo quedó como el día de su fiesta.
   Es indudable que los primeros santuarios italianos de San Miguel surgieron en la zona de colonización griega y de influencia bizantina. Por ello no pueden tenerse en cuenta las tesis de ciertos arqueólogos alemanes que quieren asimilarlo al dios germánico Wotan, y convertirlo en el santo nacional de los lombardos.
   El relato de esta  angelofanía aparece en la Leyenda Dorada: un tal  Garganus, al ver que uno de los toros de su tropa escapaba y se introducía en una caverna de la montaña, lo persiguió y le disparó una flecha. Pero en vez de golpear al toro ésta se volvió en su contra.
   El obispo de Sipontum (Manfredonia), asombrado por el prodigio ordenó tres días de ayuno, a su término, San Miguel apareció en la entrada de la caverna y de­claró que ésta sería de allí en adelante su santuario.
   Esta leyenda del toro es también la del origen de un santuario rupestre no menos famoso, el del monte Saint Michel, en Normandía. El arcángel se aparece a San Auberto, obispo de Avranches, y le ordena consagrarle una iglesia en el sitio donde encuentre un toro oculto por ladrones. La cripta dedicada en 709 reproducía la gruta del monte Gárgano. La imitación es flagrante. Por otra parte, en la Francia de la Edad Media, ¿acaso no se decía «Michiel de Gargan»?
   Desde el monte Gárgano y desde el monte Saint Michel, desde los confines de Pouillé y Normandía, el culto del arcángel, matador del dragón, surgido como San Jorge del Oriente helenizado, brilla en toda la cristiandad occidental. En Italia, Rávena y Roma son las primeras que lo acogen. La iglesia de San Michele in Affricisco de Ravena fue consagrada  en 546. En Roma, el papa San Gregorio Magno vio aparecer encima del mausoleo de Adriano al arcángel celeste que secaba su espada san­grante y la volvía a enfundar después de una epidemia de peste. Le dedicó una ca­pilla en el Mausoleo Imperial que tomó el nombre de Castillo de Sant' Angelo.
   Los lombardos consagraron a San Miguel basílicas en Pavía y en Monza, si­guiendo el ejemplo de Ravena.
   Francia llevó aún más lejos la devoción a Monseñor San Miguel a quien convirtió en un santo nacional. En 709, el conde Wulfoald aportó a Saint-Mihiel, en la diócesis de Verdun, reliquias del monte Gárgano. En 792 se le dedicó una capilla aérea en Saint-Michel d'Aiguilhe, en Puy-en-Velay, en la cima de un promontorio de basalto. En Poitou, cerca de Luçon, se levanta la abadía de Saint-Michel-en l'Herm. Los reyes franceses de la dinastía de los Valois pusieron bajo su protección al reino de la flor de lis. Carlos V, Carlos VII y Luis X1 fueron en peregrinación al mon­te Saint Michel. Luis XI fundó en 1469 la orden de caballería de San Miguel. Borgoña, cuyos duques estaban consagrados a San Andrés, patrón de la orden del Toisón de Oro, acogió en el siglo XVI al patrón de los Valois y en l529 se erigió una iglesia dedicada a San Miguel en Dijon.
   San Miguel es el protector de Bruselas donde comparte con Santa Gúdula el título de patrón de la colegiata.
   En Alemania -Baviera- era particularmente venerado. La iglesia de los jesuitas de Munich estaba consagrada a él, al igual que la de Berg-am-Laim.
   Aunque Inglaterra estuviera consagrada a San Jorge, Comwall (o Comualles inglesa), también posee un monte «San Miguel».
   Sin duda se habrá advertido que la mayoría de los santuarios del arcángel, al menos en la época medieval, están situados en las cimas (in summitate): monte Gárgano, monte Saint Michel, Aiguille de Puy. Cuando tiene una capilla dedicada en una iglesia, se trata generalmente de una capilla alta, dispuesta en el nivel del púlpito, preferentemente encima del pórtico o del nártex. San Miguel era considerado, en efecto, el guardián por excelencia de la puerta de los santuarios, encargado de impedir con la espada la entrada al demonio. Tal era el caso anterior de la abacial carolingia de Saint Riquier, en Picardía y el de la abadía de Cluny. Aún pue­den verse ejemplos en Saint Philibert  de Tournus, en Saint Bénoit sur Loire, en el púlpito de Semur-en-Brionnais. La capilla alta del Castillo de Sant' Angelo se lla­maba S. Angelus inter nubes. Una imagen del arcángel coronaba frecuentemente las flechas de los campanarios. Por ello podemos hablar de un culto aéreo de san Miguel, análogo al del profeta Elías, también venerado «in excelsis».
   El culto de San Miguel no está localizado sólo en las capillas altas sino también en las de los cementerios. Su intercesión se invocaba allí a causa de la función de pesador de almas que desempeña  en el Juicio Final. Casi todos los osarios tenían una capilla dedicada a San Miguel: las del cementerio de los Inocentes y la del Saint Martín des Champs en París han desaparecido; pero entre los santuarios de este género que perduran pueden citarse la iglesia de Saint Michel de Burdeos, edificada sobre una antigua necrópolis cuya tierra tenía la propiedad de momificar los cadáveres. Las cofradías consagradas al amortajamiento lo elegían de buena gana como patrón. El Oriente bizantino ofrece ejemplos análogos. No es por azar que la iglesia funeraria del Kremlin de Moscú, donde están enterrados los zares, estuviera consagrada al arcángel Miguel.
   Patronatos.- Numerosas corporaciones estaban bajo el patronato de san Miguel. Todos esos patronazgos de origen iconográfico derivan de sus atributos: la espada o la balanza.
     l. Su armadura y espada le valieron la clientela de los esgrimistas, maestros de armas, pulidores y también doradores porque su armadura era dorada;
     2. A causa de las balanzas del Juicio, es patrón de todos los oficios que se sir­ven de la balanza: pasteleros, barquilleros, boticarios, especieros, merceros, pesadores de granos, y maestros bañistas o agüistas, porque en el pesaje de las almas se ven pequeñas figuras que simbolizan las almas sumergidas en los platos de la balanza como en una bañera.
La contrarreforma y la actualización  del culto de San Miguel
   En el siglo XVII el culto de san Miguel adquiere un nuevo impulso y también un nuevo carácter por influencia de la Contrarreforma. El jefe de la milicia divina que triunfa contra Lucifer y los ángeles rebeldes, para los jesuitas simboliza el triunfo de la Iglesia católica contra el dragón de la herejía protestante: por esa razón se pusieron bajo su advocación magníficas iglesias en Munich y en Viena.
   Un grabado de Jan Galle titulado Diaboli Haereticique Lapsus simillimus repre­senta a San Miguel arrojando a Lucifer desde lo alto del cielo y paralelamente a la Iglesia precipitando a Lutero a las llamas del Infierno.
b) Iconografía
   La extensión del culto del arcángel San Miguel explica la riqueza de su iconografía.
1. Figuras
   Durante la Edad Media varió el tipo iconográfico de san Miguel. En Bizancio lleva clámide purpúrea o el loros de la corte imperial; en el mosaico del arco del triunfo de San Apolinar in Classe, cerca de Ravena, sostiene un asta larga rematada por una tablilla con la triple aclamación: Agios, Agios, Agios. En Occidente viste en principio una larga túnica, y además, cota de malla y casco de caballero. Sus armas son ya una lanza, ya una espada flamígera. En la mano izquierda sostiene a veces un escudo de cristal espejeante. Sobre el escudo se lee esta inscripción: Quis ut deus. En ocasiones presenta la cabeza del dragón como David la del gigante Goliat.
   A causa de la peregrinación marítima al monte Saint Michel, lleva conchas como atributos, como el apóstol Santiago. A veces, la pechera de su coraza adopta la forma de una concha.
   Generalmente se lo representa de pie, sobre la tierra o en el aire. Entre los escasos ejemplos conocidos de San Miguel a caballo, puede citarse un fresco del siglo XII, de Saint Savin, en Poitou y el fresco de Lesnovo (Serbia ), pintado en el siglo XIV, hacia 1345.
2. Ciclos
3. Escenas
   Las escenas de la gesta de San Miguel preferidas por el arte cristiano son: 1º El combate contra el dragón; 2° El pesaje de las almas; 3° Sus tres apariciones en el monte Gárgano, en el monte Saint Michel y en el mausoleo de Adriano o Castillo Sant' Angelo; 4° Sus milagros.
     San Miguel vence al dragón 
   El tema se ha tomado del Apocalipsis 12, 7-9: «Hubo una batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles peleaban con el dragón, y peleó el dragón y sus ángeles ( ...) Fue arrojado el dragón grande, la antigua serpiente, llamada Diablo y Satanás ( ...) y fue precipitado en la tierra, y sus ángeles fueron con él precipitados.»
   San Miguel hundiendo su lanza en las fauces del dragón podría ser confundido con San Jorge. Pero es un San Jorge alado; el combate de San Miguel es una batalla aérea (praelium in coelo). Además, no es un duelo: los dos jefes, Miguel y Satanás, están rodeados por sus ángeles que toman parte en la lucha.
   Este tema iconográfico, creado en el siglo VII en la caverna del monte Gárgano, fue imitado en la cripta del monte Saint Michel y difundido en sellos y miniaturas.
   El arte francés del siglo XIII hizo de San Miguel un caballero de la cruzada.
   Se deben distinguir dos versiones, según que el arcángel combata a pie o a caballo. 
     San Miguel pesando las almas
   Según Künstle, es por error que se reconoce a San Miguel en el ángel que pesa las almas en el Juicio Final. Se ha confundido conductor de almas (Seelenführer) con pesador de almas (Seelenwager). El error provendría de la representación del ángel anónimo que vigila la balanza, armado con una lanza o una espada para echar al diablo, que reemplazó a la Mano de Dios o al Cristo Juez. Se llegó a la conclusión de que se trataba de san Miguel.
   Esta teoría es indefendible. La prueba de que la Edad Media identificaba al pesador de almas del Juicio Final con el arcángel guerrero, vencedor de Satanás, es que San Miguel es el patrón de la corporación de los balanceros. Y por añadidura, es fácil citar un considerable número de obras de arte románicas y góticas en que el pesador de almas es sin lugar a dudas San Miguel. Un frontal o antipendio catalán del siglo XIV, conservado en el Museo de Artes Decorativas de París, nos presenta un santo que sostiene la balanza del Juicio Final y que al mismo tiempo hiere al dragón. No es posible dudar acerca de la identidad de una figura semejante. En el siglo XV, en un grupo de piedra policromada de la iglesia champanesa de Mussy-sur-Seine, el arcángel traspasa con su lanza al dragón al tiempo que pesa las almas con la balanza.
   Es cierto que San Miguel fue en principio considerado conductor y guía de las almas (psicopompo) porque había disputado a Satanás el alma de Moisés; pero posteriormente se le atribuyó la función de pesador de almas en el Juicio Final. A veces la balanza está suspendida de la Mano de Dios que aparece en una nube.
   San Miguel está allí sólo para vigilar el platillo derecho y recibir las almas de los justos al tiempo que enfrente, el demonio intenta torcer la balanza e inclinarla de su lado.
   Pero lo más habitual es que el propio San Miguel sostenga la balanza. Después de Cristo, es el personaje más importante del Juicio Final. Es por ello que los artistas primitivos le otorgaron un tamaño desmesurado (tímpano de Autun, políptico de Beaune).
   En alabastros ingleses del siglo XIV, junto al arcángel pesador de almas, aparece la Virgen misericordiosa inclinando la balanza en favor de un alma que implora, apoyando el rosario sobre el extremo del astil.
     Las apariciones de San Miguel
     I. La aparición al obispo de Siponte en el monte Gárgano y el milagro del toro
   Gárgano dispara contra un toro escapado una flecha que invierte el sentido y regresa a su ojo. El obispo de Siponte extrae la flecha, y de acuerdo con las instrucciones del arcángel, le consagra el monte. Este tema está particularmente presente en el arte español de finales de la Edad Media.
     II. Aparicicón de San Miguel a San Auberto, obispo de Avranches.
     III. Aparición del arcángel San Miguel en el mausoleo de Adriano (castillo Sant' Angelo) 
   Durante una epidemia de peste que diezmaba a la población de Roma, el papa Gregario Magno ordenó una procesión para implorar el fin de la plaga. Él mismo vio aparecer al arcángel San Miguel sobre el mausoleo de Adriano, enjugando la sangre que le enrojecía la espada: era el signo del final de la prueba. A partir de entonces el mausoleo recibió el nombre de Castillo de Sant' Angelo.
     Los milagros de San Miguel
   Este ciclo fue representado en el siglo XIV sobre los muros de la iglesia de Lesnovo, en Serbia, dedicado a los arcángeles Miguel y Gabriel.
   El arcángel San Miguel rechaza a la flota sarracena, cura a siete jóvenes leprosos, exorciza a un monje demoníaco. Josué se prosterna frente a él. Protege a los tres jóvenes  hebreos en el horno.
   Se le atribuye también un milagro relativo a la peregrinación al monte Saint Michel, en la cual también se profesa el culto de Nuestra Señora.
   Una mujer y su hijo fueron sorprendidos por la resaca entre la costa y la isla del monte Saint Michel, parecían condenados a morir ahogados cuando San Miguel intervino para detener las olas que formaron una suerte de cúpula a cuyo abrigo pudieron esperar que el mar se retirase (Louis Réau, Iconografía del Arte Cristiano. Ediciones del Serbal. Barcelona, 2000).
        Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la desaparecida Iglesia de San Miguel, de Sevilla. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la ciudad.

sábado, 28 de septiembre de 2019

Procesiones de hoy, sábado 28 de septiembre


       Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte las procesiones de hoy, sábado 28 de septiembre, en Sevilla.     
   Hoy, sábado 28 de septiembre, sigue el ciclo de las Glorias de Sevilla procesionando las Hermandades de Valvanera, Pasión y Muerte (Virgen del Buen Aire), Mercedes de la Puerta Real y los Sastres, y la extraordinaria de la Hdad. de la Sed por su L aniversario fundacional.   

     Hdad. de las Mercedes - Pta. Real: La Real, Antigua, Venerable, Ilustre y Fervorosa Hermandad Mercedaria del Patrocinio de Nuestra Señora, Santo Cristo de la Redención, Nuestra Señora de las Mercedes Coronada, San Pedro Nolasco y San Fernando Rey; es ésta una corporación fundada en 1725, con sede canónica en su capilla propia de la Puerta Real, siendo sus imágenes titulares Nuestra Señora de las Mercedes Coronadas, talla anónima remodelada profundamente por Luis Álvarez Duarte en 1969; el Santo Cristo de la Redención, obra de Antonio Joaquín Dubé de Luque en 1987; San Pedro Nolasco, talla anónima del siglo XVIII; y San Fernando Rey, obra de Manuel Hernández León en 1987.


      Hdad. de Pasión y Muerte: La Hermandad de Santa María del Buen Aire y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de Pasión y Muerte, Resurrección de Nuestro Señor y Nuestra Señora del Desconsuelo y Visitación; es ésta una corporación fundada en 1991, con sede canónica en la parroquia de Nuestra Señora del Buen Aire, siendo sus imágenes titulares Santa María del Buen Aire, talla anónima del siglo XVIII, el Santísimo Cristo de Pasión y Muerte, obra de José Antonio Navarro Arteaga en 1996, y Nuestra Señora del Desconsuelo y Visitación, talla también de José Antonio Navarro Arteaga en 2001.   


     Hdad. de los Sastres: La Primitiva, Real, Muy Antigua y Fervorosa Hermandad de Nuestra Señora de los Reyes, Patrona de los Sastres, San Mateo Apóstol y Evangelista, y San Fernando Rey; es ésta una corporación fundada en 1248, con sede canónica en la parroquia de San Ildefonso, siendo su imagen titular Nuestra Señora de los Reyes, talla anónima gótica, aunque reformada en el siglo XVI y el Niño Jesús es ya barroco.

          Hdad. de Valvanera: La Hermandad de Nuestra Señora de Valvanera, Patrona del Barrio de la Calzada, San Benito Abad y San Fernando Rey; es ésta una corporación fundada en 1725, con sede canónica en la parroquia de San Benito Abad, siendo sus imágenes titulares Nuestra Señora de Valvanera, talla anónima barroca.   


     Hdad. de la Sed: La Hospitalaria Hermandad Sacramental de Congregantes de la Concepción Inmaculada de la Santísima Virgen María y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Sed, Santa María de Consolación Madre de la Iglesia, San Juan Evangelista y San Juan de Dios; es ésta una corporación fundada en 1969, con sede canónica en la parroquia de la Concepción Inmaculada, siendo sus imágenes titulares el Santísimo Cristo de la Sed, obra de Luis Álvarez Duarte en 1970;  y Santa María de Consolación Madre de la Iglesia, talla de Antonio Joaquín Dubé de Luque en 1969. 

          Si quieres, Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte las procesiones de la tarde del sábado 28 de septiembre en Sevilla. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la ciudad.

El Azulejo Conmemorativo de la obra de Cervantes en la calle Adriano, 23


     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte el azulejo conmemorativo de la obra de Cervantes en la calle Adriano, de Sevilla.  
    La calle Adriano es una vía que se encuentra en el Barrio de El Arenal, del Distrito Casco Antiguo; y va de la calle Antonia Díaz al paseo de Cristóbal Colón
   En el barrio del Arenal, tomando la acera derecha, bordeando la plaza de toros de la Real Maestranza por su parte menos visible, llegaremos al número 23 de esta calle dedicada al sevillano que fuera Emperador de Roma, para encontrarnos en la fachada con la segunda cita cervantina, en este caso dedicada a recordar que esa zona, citada en la novela Rinconete y Cortadillo, se conocía como el lugar del “Malbaratillo”, en referencia a un lugar donde además de acumularse muchas basuras e inmundicias se hacía comercio, a modo de mercadillo, de baratijas, objetos y alimentos robados. También se conoció la zona como Monte del Malbaratillo o simplemente el Baratillo, tal como hoy se sigue denominando. Estos Paneles conmemorativos se colocaron con ocasión del III Centenario de la muerte de Miguel de Cervantes (1616-1916), siendo realizados por José Recio del Rivero y operarios de la Fábrica José Mensaque y Vera, mediante la técnica mixta de azulejo plano pintado y cuerda seca. (www.retabloceramico.net).

   Los paneles de azulejos conmemorativos que se instalaron en 1916 (en la parte inferior de la cenefa encontramos la inscripción MCMXVI) en diversos puntos de la ciudad y que evocan los lugares en los que se inspiró el escritor para sus «Novelas ejemplares». La iniciativa partió de una figura relevante de la historia sevillana como es José Gestoso, ateneísta experto en cerámica que se encargó de diseñar los azulejos, realizados por la Fábrica de Mensaque, constando de 32 piezas, y por el también ateneísta y cronista de la ciudad Luis Montoto Rautenstraucht. El texto, según indica la recién editada guía «Cervantes en Sevilla y su provincia» (Turismo de la Provincia), corrió a cargo del escritor Rodríguez Marín. 
   Estos paneles cerámicos fueron de los primeros ejemplos de azulejos conmemorativos de lugares sevillanos, iniciando una costumbre que aún hoy pervive. Todos los azulejos cervantinos aparecen encabezados de la misma manera: «El príncipe de los ingenios españoles Miguel de Cervantes Saavedra...» y en ellos se hace referencia al espacio donde se ubicaba la placa y a la obra en la que aparece recogido. Están enmarcados por una cenefa con motivos vegetales y presentan en la parte superior el escudo del Ayuntamiento Hispalense y un retrato de Cervantes.

   El texto completo dice así:
EL PRÍNCIPE DE LOS INGENIOS ESPAÑOLES
MIGVEL DE CERVANTES SAAVEDRA
MENCIONA ESTE LVGAR "DONDE EN VN TIEMPO SE
HACÍA MALBARATILLO"
EN LA NOVELA EJEMPLAR
RINCONETE Y CORTADILLO
      Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte el azulejo conmemorativo de la obra de Cervantes en la calle Adriano, de Sevilla. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la ciudad.
  
Más sobre la calle Adriano, en ExplicArte Sevilla.

viernes, 27 de septiembre de 2019

La Iglesia de Nuestra Señora de la Consolación, vulgo de "Los Terceros"


     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la Iglesia de Nuestra Señora de la Consolación, vulgo de "Los Terceros", de Sevilla.    
     Hoy, 27 de septiembre, en París, en Francia, Memoria de San Elzearo de Sabran, conde de Arian, que vivió la virginidad y todas las virtudes con su esposa, la beata Delfina, y murió en la flor de la edad (1323) [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II].   
      Y que mejor día que hoy, para ExplicArte la Iglesia de Nuestra Señora de la Consolación, vulgo de "Los Terceros", de Sevilla, ya que fueron San Elzearo de Sabran junto a su esposa Beata Delfina quienes recibieron el documento fundacional de la Orden Tercera, de manos de San Francisco
      La Iglesia de Nuestra Señora de la Consolación, vulgo de "Los Terceros" se encuentra en la calle Sol, 10; en el Barrio de Santa Catalina, del Distrito Casco Antiguo.
     Un aire hispanoamericano parece soplar por la calle Sol en torno a la iglesia de Nuestra Señora de la Consolación, popularmente conocida como Los Terceros en recuerdo de su pertenencia a la Orden Tercera de San Francisco, asentada en la collación de Santa Catalina desde 1602 y proveniente de Bollullos del Condado. 

   El nuevo templo y conjunto conventual se comenzó a construir en 1648. Sufrió la invasión francesa en 1810 y el expolio de las pinturas de su claustro por las tropas del mariscal Soult, llegando a residir en el conjunto las monjas agustinas expulsadas del convento de la Encarnación. Volverían los terciarios, pero la desamortización del templo los exclaustró definitivamente. Desde 1887 fue colegio de los padres escolapios hasta el traslado de sus instalaciones a Montequinto en 1975. El conjunto conventual sufrió un derribo parcial en aquellos años, salvándose los patios, algunas dependencias y la monumental escalera interior, al transformarse en un inmueble protegido en el que se instalarían las dependencias de EMASESA. En 1973 fue cedida la iglesia, por decreto del cardenal Bueno Monreal, a la hermandad de la Sagrada Cena. En el año 2002 la Consejería de la Junta de Andalucía catalogó el templo como Bien de Interés Cultural.
   Su original portada, se suele atribuir a fray Manuel Ramos, aunque no haya documento que lo prueba. Se estructura como un gran retablo de tres calles, con gran profusión de una imaginativa decoración estructurada mediante estípites realizados en ladrillo y barro cocido, con unas formas que se suelen comparar con las del barroco hispanoamericano. Iconográficamente  acoge las imágenes de San Francisco, Santa Isabel de Hungría, Santa Rosa de Viterbo y San Elseario, presidiendo desde el ático superior la imagen de la Virgen de Consolación.

   El interior se presenta como una gran nave cubierta con un reciente techo plano, levantándose una airosa bóveda semiesférica en la zona de crucero. En los laterales se abren diversas capillas, situándose a los pies un coro alto cuyo sotocoro se adorna de originales yeserías con emblemas marianos, ángeles, flores, frutas y guirnaldas; un auténtico compendio del Barroco sevillano de la segunda mitad del siglo XVII.
   Domina la iglesia el espectacular retablo mayor, considerado como uno de los mejores de la arquitectura retablística del siglo XVII, siendo el punto focal más importante del interior, a la altura de la grandeza de espacio del presbiterio. Fue realizado por Francisco Dionisio de Ribas en 1669 y se hizo por Baltasar de Barahona hacia 1700, momento en el que se añadió el camarín barroco donde se alojó a la titular del edificio, Nuestra Señora de Consolación. En la historia de la obra habría que anotar el añadido, a finales del siglo XX, de una gran plataforma en la que se colocaría el gran conjunto escultórico de los apóstoles que participan en la Cena, grupo que fue la obra póstuma de Luis Ortega Brú. El retablo mayor se configura como un gran cuerpo central enmarcado por potentes columnas salomónicas que lo ordenan en tres calles, coronando el conjunto un ático de grandes dimensiones. La iconografía de las calles laterales presenta diversos santos relacionados con la Orden Tercera: San Conrado de Piacenza (con una bandeja de peces en sus manos), San Ivo (famoso abogado francés del siglo XIII que aparece togado), San Luis de los Franceses (que sigue la iconografía de San Fernando) y San Elseario (noble francés del siglo XIV que porta el pan). La gran hornacina central la ocupa en la actualidad el conjunto del misterio de la hermandad de la Cena, siendo el Cristo obra de Sebastián Santos y el apostolado obra de Luis Ortega Bru. En la pequeña hornacina superior del primer cuerpo se sitúa la pequeña imagen de la Virgen de Consolación, interesante talla en la que se funden el rostro de la Virgen y el del Niño, un conjunto de posible procedencia onubense y que se fecha en época bajomedieval. Ya en el segundo cuerpo se sitúan las tallas de Santa Isabel de Hungría y de Santa Isabel de Portugal, que enmarcan un grandioso altorrelieve que representa la fundación de la Orden Tercera, San Elseario y Santa Delfina que, arrodillados, toman de San Francisco el documento fundacional. 

   En el brazo izquierdo del crucero se sitúa un retablo de principios del siglo XVIII con la imagen de Nuestra Señora del Subterráneo, obra de Juan de Astorga (hacia 1815) titular de la hermandad penitencial de la Cena. El retablo perteneció a la hermandad del Amor, que residió antaño en este templo, conservando su estructura en forma de cruz donde se cobijaba al crucificado del Amor y un altorrelieve con el tema de la Sagrada Entrada en Jerusalén. En el mismo testero aparece otro retablo barroco de finales del siglo XVII, con una escultura de San Miguel Arcángel de 1727. Destaca también en esta zona el retablo dedicado a Nuestra Señora de la Encarnación, imagen del siglo XVII procedente de la llamada Esclavitud de Nuestra Señora de la Encarnación, que llegó a contar con capilla propia. En el brazo derecho del crucero se sitúa un retablo similar que acoge al Arcángel San Rafael, talla pareja del frontero, siendo ambas realizadas por el escultor José Fernando de Medinilla, autor del retablo contiguo. Lo preside la imagen del Cristo de la Humildad y Paciencia, titular de la hermandad penitencial de la Cena, devota imagen del siglo XVI cuya iconografía se inspira en los misterios teatrales de origen medieval , mostrando a Cristo pensativo antes de ser crucificado. Fue una escena que representó Alberto Durero en una de las estampas de “La Pasión”, lo que ayudó a su difusión por toda Europa. La imagen, que procesiona en un paso de caoba en la tarde del Domingo de Ramos, tiene la particularidad de estar realizada en pasta de madera. Fue el origen de una hermandad penitencial en la parroquia de Omnium Sanctorum, con reglas conocidas ya en 1580, institución que luego se fusionaría con la hermandad del Subterráneo. Destaca también en este testero un retablo de columnas salomónicas, con talla anónima de un Nazareno de comienzos del siglo XVIII.

   En el muro del Evangelio destaca la Capilla Sacramental, de planta rectangular y profusamente decorada con pinturas murales de comienzos del siglo XVIII. Está presidido por la imagen de una Inmaculada del siglo XVIII, en un retablo neoclásico que también cobija tallas de Santa María Egipciaca y San Antonio de Padua, ambas de comienzos del siglo XIX. En la misma capilla se sitúa una imagen de San Francisco de Asís del siglo XVII, vestida con ropajes naturales. Ya en el muro de la nave se puede observar también un deteriorado lienzo de la Virgen de los Reyes (siglo XVIII) y, ya junto a la puerta de entrada, el Crucificado de la Buena Muerte, interesante talla anónima de comienzos del siglo XVIII que ha sido en alguna ocasión pretendida por diferentes hermandades penitenciales. Proviene de un encargo de la Confraternidad de la Pía Unión y fue proyectada para un retablo, lo que motiva la sumaria terminación de su parte posterior.   
   En el muro de la Epístola permanece cerrada la capilla de la Encarnación, distribuyéndose por sus muros un discreto grupo de Santa Justa y Rufina, un moderno San José con el Niño y un San Francisco del siglo XVII.
   Además de la Hermandad del Amor, radicaron en el templo la hermandad de la Entrada en Jerusalén (su fusión se produjo en este templo) y la hermandad de la Columna y Azotes, conocida como las Cigarreras, habiendo acogido temporalmente a otras corporaciones como la de los Gitanos o la Exaltación (Manuel Jesús Roldán,  Iglesias de Sevilla. Almuzara, 2010).
     El convento de los Terceros perteneció a los padres Terceros de la Orden Franciscana. Más tarde fue colegio de los Escolapios y más recientemente se demolió buena parte de él, res­tando sólo la iglesia y la pieza rectangular, que incluye los dos patios con fachada a la calle Sol.
     El edificio se replantea en los primeros años del siglo XVII, desarrollándose las obras a todo lo largo de él y finalizando hacia 1697 (año en que termina la construcción de la escalera). Lo que queda en pie del convento es una potente pieza casi rectangular, con dos patios separados por un tránsito, al que abre una gran sala rec­tangular y que se remata con la soberbia escalera. El patio principal, de planta trapezoidal, se organiza con galerías en sus cuatro frentes, de arquerías en planta baja con arcos semicirculares sobre columnas de mármol y en la alta con balcones separados por pilastras, cuyos capiteles adoptan la forma de ménsulas que recogen la cornisa, sobre la que apoya el alero del tejado. En torno a este patio sólo existe la crujía de fachada con una planta más.
     El segundo patio, de tres plantas de altura, posee arquerías en la baja, de arcos escarzanos sobre pilares rectangulares, a los que se adosan pilastras dóricas; en las restantes plantas se sitúan balcones entre pilastras. Este patio se rodea de una crujía en tres de sus lados. Entre uno y otro patio se encuentra una gran sala rectangular primitivamente cubierta con bóveda falsa de cañón (hoy techo plano con cubierta a dos aguas) que se remata con la escalera. Ésta, que se erige en protagonista indiscutible de este edificio, fue construida de 1690 a 1697 por el fraile portugués Manuel Ramos. Posee dos arranques independientes, desde un ángulo de cada uno de los dos patios, y se desarrolla cada unidad en tres tramos, instalándose en un soberbio recinto de cuatro plantas de altura. Se apoya en esbeltas columnas de mármoles rojos de excepcional calidad; el último cuerpo se constituye en una tribuna elíptica, apoyada sobre pechinas, al igual que la esplendida cúpula que la cubre. Se trata, pues, de una magnifica pieza (la escalera más importante de toda Andalucía para Sancho Corbacho), que servirá de modelo a otras muchas que habrán de prodigarse en Andalucía durante el siglo XVIII. De ellas destacaremos la del hospital de mujeres de Cádiz, del maestro Afanador.
     La Iglesia del convento -hoy sede de la Cofradía de la Santa Cena- es de una sola nave cubierta con bóveda de cañón con lunetos y cúpula sobre el crucero. A ambos lados de la nave se abren las capillas laterales y a los pies se instala el coro alto, destacando la bóveda del sotocoro, con yeserías de gran calidad. La portada de la iglesia, fechable en el primer tercio del siglo XVIII, es de tres cuerpos, adosada al muro limpio de ladrillo, con profusa decoración de relieves en barro cocido y con raros motivos ornamentales que sugieren ciertas resonancias con el barroco colonial americano.
     La fachada del ex-convento a la calle Sol es un fuerte plano continuo recorrido por el zócalo, las impostas y la cornisa y dividido en calles verticales por pilastras, situando los huecos en­tre éstas (huecos que a veces son reales y otras sólo dibujados por el recercado). En la planta segunda se duplican los vanos en algunas entre­calles. La escalera está adosada a esta fachada abriendo sus huecos a la misma. De la potente cornisa que remata la edificación, sólo el cuerpo de la escalera, a modo de torreón, supera su altura.
     La pieza rectangular que resta de la antigua construcción del convento ocupa una superficie en planta baja de 1.870 m2. La superficie total construida de la edificación, excluyendo ambos patios, podría estimarse en 3.600 m2 (Guillermo Vázquez Consuegra, Cien edificios de Sevilla: susceptibles de reutilización para usos institucionales. Consejería de Obras Públicas y Transportes. Sevilla, 1988).
     El convento de Nuestra Señora de Consolación vulgo de los Terceros se encuentra situado intramuros de la ciudad concretamente entre la calle Sol, aledaño a la Plaza de los Terceros y la antigua Plaza de la Paja. Además se presenta adosado al palacio de los Duques de Arcos, llamado Palacio de los Ponce de León con el que forma un conjunto edilicio de gran importancia y monumentalidad. Su ubicación es realmente estratégica ya que se ubica aledaño a las principales vías de comunicación que ponían en contacto las puertas de la ciudad con el centro de la misma, como el caso de la calle real hoy de San Luis, que unía la puerta de la macarena con los reales Alcázares. Se encuentra dentro de la feligresía de la parroquial de Santa Catalina, cercana a las parroquias de San Pedro, San marcos y San Román, así como a la Casa de las Dueñas.
     De todo el conjunto el espacio que ha sufrido menos transformaciones ha sido el de la iglesia ya que ha mantenido desde su origen su uso religioso para el que había sido diseñada. La edificación arquitectónica responde en su configuración a la tipología de iglesias conventuales propias del siglo XVII. En planta, la iglesia queda articulada en el extremo del convento hacia la Plaza de los terceros.
     Desde el punto de vista volumétrico, el edificio sobresale en altura del resto del caserío que lo constriñe y delimita, destacando los elevados muros del templo y del convento en la calle Sol, de los que destacan los tejados a dos aguas, la cúpula encamonada del crucero a cuatro aguas, la caja de escaleras y la espadaña.
     Del antiguo convento de la Orden Tercera Franciscana se conservan una serie de elementos arquitectónicos importantes, en el templo encontramos la sacristía, una serie de capillas adosadas a ambos lados de la única nave, el coro alto, portada principal y espadaña; del convento se conservan dos claustros separados por una crujía central y conectados por un gran cuerpo o caja de escaleras y otras dependencias como la biblioteca, refectorio, etc., estos últimos han perdido su funcionalidad originaria. En la actualidad la iglesia cuenta con dos puestas de acceso una desde la calle Sol y otra desde la Plaza Ponce de León.
     El templo es de planta de cruz latina, con una sola nave de grandes dimensiones, a la que abren capillas laterales, con cabecera plana y amplio coro a los pies. La nave central estuvo cubierta por bóveda de cañón con lunetos, que fue derribada en el siglo XIX, sustituida por techumbre plana con vigas que alternan con elementos decorativos pintados de factura moderna. Los brazos del crucero y el presbiterio se cubren con bóveda de cañón con lunetos, mientras que el centro se cubre con media naranja sobre pechinas, sin tambor ni linterna, iluminada mediante óculos en el casquete.
     El sotocoro se cubre con bóveda de cañón rebajada con lunetos y decoradas al igual que los brazos del crucero y cúpula con profusa decoración de yeserías barrocas.
     Las capillas se encuentran situadas a ambos lados de la nave, abriéndose a ella mediante vanos de medio punto flanqueados por pares de pilastras toscanas sobre las que corre un entablamento que sirve de apoyo a vanos rectangulares a modo de balcón con celosía, que se disponen a eje con los vanos de las capillas. Éstos se presentan flanqueados por pares de pilastras sobre las que campea un entablamento con una gran cornisa, de la que arrancaba en origen la bóveda de cañón con lunetos.
     En el lado del Evangelio, a través de un arco abierto en el sotocoro, se accede a la capilla de los Santos Reyes, con decoración pictórica de bustos de santos, todas del siglo XVIII.
     Contigua a la anterior se sitúa la capilla de la Confraternidad de la Pía-Unión, hoy capilla sacramental. Es de planta rectangular, cubierta por bóveda de cañón con lunetos y arcos fajones que la dividen en tres tramos. Interiormente se presenta profusamente decorada con pinturas murales barrocas. A ella se accede mediante dos vanos de medio punto desde la nave que se protegen con una interesante rejería.
     Anexa al lado del Evangelio del crucero se encuentra situada la sacristía, de planta rectangular cubierta por bóveda de cañón con lunetos y arcos fajones, que cabalgan sobre pinjantes decorados con roleos vegetales.
     En el lado de la Epístola destaca la capilla de Nuestra Señora de la Encarnación, con clara similitud a la capilla sacramental e idéntico acceso. Es de planta rectangular cubierta con bóveda de cañón con lunetos.
     Situado en el lado del Evangelio de la iglesia se encuentran las dependencias que se conservan del convento. Se configura mediante un amplio espacio rectangular que delimitaba el perímetro del convento, cuyos patios centrales se erigían como centros neurálgicos del edificio.
     El interior del templo se presenta enfoscado utilizando el blanco de la cal para los paramentos y el amarillo albero para los elementos estructurales verticales y horizontales.
     El mayor de los claustros, paredaño al lado del Evangelio de la iglesia, presenta planta rectangular con arcos de medio punto sobre columnas toscanas elevadas sobre pedestales con rombos en sus cuatro frentes. Las galerías se cubren con bóvedas de arista apoyadas en los muros sobre ménsulas y, hacia el espacio abierto interior, los arcos se decoran con molduras y claves resaltadas en color almagra, pilastras e incisiones horizontales en las enjutas. En la planta superior, por cada arco de la inferior, hay un balcón adintelado enmarcado y separado del siguiente por pilastras, sobre las que se asienta un entablamento en el que apoya el tejado.
     En el centro se dispone una fuente en un nivel inferior al resto del pavimento del claustro, probablemente para facilitar el abastecimiento de agua.
     Detrás del claustro mayor del convento se abre un patio de planta aproximadamente triangular al que dan dependencias del antiguo Palacio de los Ponce de León. De este importante inmueble persisten escaso restos: Una galería porticada de dos plantas y una torre que alberga una escalera imperial realizada en el siglo XIX reutilizando columnas renacentistas, posiblemente procedente de talleres italianos, con capiteles de gran calidad.
     El segundo claustro, también de planta cuadrada, es de menor dimensión al anterior. La planta baja presenta tres galerías abiertas por arcos de medio punto sostenidos por pilares, a los que se adosan pilastras en cada uno de sus frentes, y dos plantas con balcones adintelados separados por pilastras molduradas. Las galerías se cubren con bóvedas de arista separadas por arcos de medio punto que descansan sobre ménsulas. En las plantas superiores se ubicaban las habitaciones privadas del convento y el la baja se situaba la cocina, bodega y demás dependencias de uso doméstico.
     En el lado derecho del claustro principal y separándolo del claustro secundario o de las cocinas, se encuentra la escalera principal, construida entre 1690 y 1697 por el fraile Manuel Ramos. Alabada por la crítica como magnífico ejemplar del barroco andaluz, se eleva en las tres plantas del edificio partiendo de dos tramos de arranque independientes desde ambos claustros. El juego del doble orden de columnas toscanas pareadas evita la presencia de muros de carga y permite una visión diáfana de los balconajes de los pisos superiores y de la bóveda oval sobre pechinas de cerramiento, con decoración gallonada y elementos vegetales.
     Las dependencias conventuales están actualmente muy remodeladas debido al estado de deterioro en que se encontraban y por su adaptación al uso de oficinas, debiendo mencionarse un artesonado de casetones, procedente del palacio de los Ponce de León, que cubre un salón de reuniones situado en la crujía de fachada.
     Al exterior se ofrece una sobria fachada que se adapta al perfil ligeramente curvo de la calle, con tres alturas delimitadas por cornisas y vanos adintelados recercados entre pilastras. Presenta sólo dos puertas que no destacan apenas en el conjunto por la ausencia de elementos decorativos. En este contexto resalta la concentración ornamental de la portada de la iglesia.
     La iglesia queda señalada en altura por una espadaña de dos cuerpos y su ingreso principal se efectúa por una portada-retablo con tres calles separadas por gruesas pilastras compuestas a base de la superposición de volúmenes muy cúbicos en los que abunda la decoración geométrica junto con otra de tipo vegetal. En la calle central se abre el gran vano adintelado de la puerta coronado por un tímpano mixtilíneo en cuyo interior campea el escudo de la Orden Tercera.
     Sobre él, en una hornacina se sitúa la imagen de la Virgen de Consolación, sobre la que vuela la paloma del Espíritu Santo. Una escultura de San Miguel Arcángel remata la calle central.
     Por último la espadaña, colocada en la parte frontal del templo engrandece su portada. Consta de dos cuerpos, el inferior se configura mediante dos vanos de medio punto flanqueados por pilastras toscanas con moldura saliente, sobre las que apoya un entablamento. El segundo cuerpo, más pequeño que el inferior, presenta un solo vano de medio punto, flanqueado por pares de pilastras rematado por un frontón curvo coronado por perinolas y una cruz de forja al centro.
     Este cuerpo se presenta flanqueado por sendos pilares rematados por perinolas cerámicas en azul y blanco. En la actualidad, este complejo de edificaciones históricas cuenta con varios usos: La iglesia mantiene el religioso, con la Hermandad de la Sagrada Cena, el convento es sede de una empresa del Ayuntamiento de Sevilla y los restos del palacio están insertos en un edificio de viviendas en régimen de propiedad horizontal.
     Los religiosos de la Orden tercera Franciscana arribaron a Sevilla por segunda vez en 1602, siendo sus objetivos el de fundar un convento. Una vez en la ciudad tomaron contacto con la familia Céspedes, titular del marquesado de Villafranca del Pítamo y Carrión de los Céspedes, propietaria de una casa principal lindante con una capilla con la advocación de San Cosme y San Damián.
     Pronto iniciaron las labores de construcción que se prolongaría hasta la primera mitad del siglo XVIII. Es posible que en las primeras trazas del convento fuesen de Juan de Oviedo, obras que posteriormente completara Leonardo de Figueroa, destacando la caja de escaleras que realizó el fraile franciscano Fray Manuel Ramos, construida entre 1690 y 1697.
     El edificio, en conjunto, se replantea en los primeros años del siglo XVII, desarrollándose las obras a todo lo largo de él y finalizando hacia 1697.
     Como otros edificios conventuales de Sevilla sufrió las consecuencias de la invasión francesa, siendo expulsados los frailes en 1810 reutilizando el edificio como cuartel. En 1811 se instalaron en sus dependencias las monjas agustinas procedentes del Convento de la Encarnación, que fue derribado para construir una plaza de abastos.
     En 1819 regresaron los frailes Terceros donde permanecieron hasta la desamortización de 1835. Tras llevarse a cabo esta medida, el convento y sus dependencias fueron cedidas al ejército, que lo adaptó a sus necesidades, creándose el llamado Cuartel del Tránsito.
     La iglesia siguió teniendo actividad cultual, aunque fue cerrada en 1845 debido al hundimiento de la bóveda de la nave central, siendo restaurada y reabierta en 1848. El paso del tiempo volvió a provocar desperfectos volviéndose a abandonar en 1880. Con posterioridad fue cedida como sede canónica a la Hermandad de la Santa Cena.
     El aledaño Palacio de los Ponce de León y el convento fueron adquiridos por la Orden de San José de Calasanz, instalándose el conocido Colegio de los Escolapios, en funcionamiento hasta 1975. Ese año el edificio fue vendido a una inmobiliaria que pretendía hundirlo y construir viviendas. El edificio se salvó gracias a la quiebra de la empresa propietaria, siendo adquirido por la Empresa Municipal de Aguas (EMASESA), que llevó a cabo la restauración y rehabilitación del conjunto edilicio.
     Las reformas realizadas a finales del siglo XX por la empresa URSESA en el conjunto monumental, con la demolición del antiguo palacio de los Ponce de León, afectaron también en parte al convento ya que transformaron la disposición de las dependencias que formaban la planta del convento (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Conozcamos mejor la Historia, Leyenda, Culto e Iconografía de San Elzearo de Sabran;
   Santo provenzal nacido cerca de Aviñón en 1295. Esposo de Santa Delfina (los nombres de pila Eleázaro y Delfina en el siglo XVIII todavía eran hereditarios en Sabrán. Con ellos bautizó a su hijo e hija la condesa de Sabrán, amiga del caballero de Boufflers y del príncipe Enrique de Prusia, cuyo busto modelara Houdon). Ingresó como terciario en la orden franciscana. Fue nombrado embajador de Nápoles en la corte de Francia y murió en París en 1325.

   La leyenda le atribuye numerosos milagros, entre ellos el salvamento de un ahogado y la curación de un leproso.
CULTO
   Fue canonizado en 1369 por su ahijado, el papa Urbano V. Su culto se localizó en Provenza, sobre todo en Apt y Digne.
   En la iglesia de Notre Dame de Bourg, antigua catedral de Digne, Eleázaro (Elzéar) de Villeneuve, obispo de Digne, puso una capilla bajo su advocación hacia 1335.
   El solemne traslado de sus reliquias a una tumba monumental en forma de pirámide, que hiciera construir el cardenal Grimoard, hermano del papa Urbano V, en la iglesia de los padres franciscanos de Apt, tuvo lugar en 1381.
ICONOGRAFÍA
   Sus atributos son un estandarte crucífero y un lirio, símbolo de pureza. Había hecho voto de castidad.
   Los fragmentos de sus reliquias se han repartido entre la catedral de Apt y dos museos norteamericanos, el Museo Metropolitano de Nueva York y la Galería Walters de Baltimore (Louis Réau, Iconografía del Arte Cristiano. Ediciones del Serbal. Barcelona, 2000).
Conozcamos mejor la Festividad de Nuestra Señora de la Consolación;
   Esta advocación es muy antigua en el seno de la Orden agustina y fue declarada su Patrona. Según la leyenda, Santa Mónica derramaba muchas lágrimas ante Dios en favor de su hijo San Agustín, desviado de la fe que ella le transmitiera en su infancia, y la Virgen la consoló en su oración ferviente anunciándole la vuelta de su hijo a la Iglesia y le exhortó a expresar su penitencia vistiendo hábito negro y ciñéndose con una correa del mismo color.  Según los datos históricos, en su origen, ningún lazo especial relaciona a esta advocación con la Orden Agustiniana. Consta que a mediados del siglo XV los agustinos veneraban en el norte de Italia una imagen de María bajo este nombre.  En 1439 obtuvieron los agustinos la facultad de erigir para los laicos la Cofradía de la Cintura. En 1575 el Prior General Tadeo Guidelli unió la cofradía fundada en Bolonia para dar culto a la Virgen de Consolación, que había sido fundada en 1495, a la de los Cinturados de San Agustín, con la ratificación de Gregorio XIII Buoncompagni. La archicofradía adoptó entonces el título de Cinturados de San Agustín y de Santa Mónica bajo la advocación de Nuestra Señora de la Consolación.  Al año siguiente el mismo papa, boloñés de nacimiento, le otorgó numerosas indulgencias y el título de archicofradía con poder de agregar a otras cofradías, reservando la concesión de las patentes de agregación al General de la Orden. Se le concedió así mismo a la Orden fiesta de este título mariano con misa y Oficio propios. A partir de entonces la devoción y el culto a esta advocación se propagaron constantemente, favorecidos por los papas y por el celo de los agustinos, aún en lugares donde no había conventos de la Orden. 

  La iconografía tradicional nos muestra a la Virgen con el Niño en brazos, ofreciendo la correa del hábito agustino a San Agustín y a su madre Santa Mónica, ambos arrodillados a sus pies.  La Orden de San Agustín en sus tres ramas celebra en su liturgia propia la festividad de la Virgen bajo su advocación de Nuestra Señora de la Consolación el día cuatro de septiembre, una semana después de la solemnidad de San Agustín, con el rango de solemnidad (Ramón de la Campa Carmona, Las Fiestas de la Virgen en el año litúrgico católico, Regina Mater Misericordiae. Estudios Históricos, Artísticos y Antropológicos de Advocaciones Marianas. Córdoba, 2016).
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Horario de apertura de la Iglesia de Nuestra Señora de la Consolación, vulgo de "Los Terceros":
            Lunes y Jueves: Cerrado.
            Martes y Miércoles: de 19:00 a 20:30
            Viernes y Domingos: de 12:00 a 14:00
            Sábados: de 11:00 a 13:00, y de 19:00 a 20:30

Horario de Misas de la Iglesia de Nuestra Señora de la Consolación, vulgo de "Los Terceros":
             Jueves y Sábados: 20:00
             Domingos: 12:30

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