Intervención en el programa de radio "Más de uno Sevilla", de Onda Cero

Intervención en el programa de radio "Más de uno Sevilla", de Onda Cero, para conmemorar los 800 años de la Torre del Oro

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martes, 21 de mayo de 2024

Los principales monumentos (Iglesia de la Inmaculada Concepción, y Museo Municipal Tartessos en Guadalteba) de la localidad de Almargen, en la provincia de Málaga

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Málaga, déjame ExplicArte los principales monumentos (Iglesia de la Inmaculada Concepción, y Museo Municipal Tartessos en Guadalteba) de la localidad de Almargen, en la provincia de Málaga.
Datos geográficos
     Comarca de Guadalteba
     Superficie: 34 km2
     Altitud: 510 m
     Latitud: 37º 00'  -  Longitud: -5º 01'
     Distancia a Málaga capital: 85 km
Datos demográficos
     Población: 1.924
     Gentilicio: Almargeños
Ayuntamiento
     c/ Corredera, 36, 29320
     952182002 - 952182039     www.almargen.es
     Almargen es un municipio de la comarca del Guadalteba, al noroeste de la provincia de Málaga, próximo a las provincias de Sevilla y Cádiz.
     Yacimientos históricos, gastronomía y actividades relacionadas con el entorno natural son los grandes atractivos de este municipio enclavado en el límite norte de la Serranía de Ronda. Almargen cuenta con parajes muy recomendables para la práctica del senderismo y el cicloturismo.
     En Almargen no puedes perderte sus monumentos: 
     La iglesia de la Inmaculada Concepción (siglos XVI y XVII) es una interesante simbiosis de estilos: desde su artesonado mudéjar a sus tablas góticas, pasando por la fachada manierista y la espadaña barroca de su exterior.
     La necrópolis romana de la Sierra de Rebollo es fiel testimonio de la importancia histórica del municipio. A estos restos hay que sumarle las termas romanas en la Sierra de Cañete la Real y otros yacimientos de la Edad del Cobre, íbero-romanos e islámicos.
     Buena parte de las piezas halladas en estos asentamientos las podemos ver en el Museo Municipal (centro de interpretación "Tartessos en el Guadalteba"), donde destacan el famoso ídolo fálico de la fertilidad, la estela grabada tartéssica o la espada de bronce más antigua de la provincia de Málaga. (Diputación Provincial de Málaga).
     Este municipio, situado en el norte de la provincia, posee un paisaje de transición entre la Serranía de Ronda, la zona de Guadalteba y la llanura antequerana, con plantaciones de olivo, cereal y girasol. Los restos arqueológicos más antiguos se remontan a la Edad del Cobre, destacando la necrópolis de cuevas artificiales de El Almirón, donde se han hallado un ídolo fálico, una estela grabada del Bronce y una espada prehistórica. La zona conoció gran esplendor durante la colonización fenicia, al pasar por el término la vía que unía Tartessos con Mainake. Y en tiempos romanos discurría por ahí la vía XI, que conectaba Antikaria con Acinipo; de entonces se conservan la necrópolis de la Sierra de Rebollo y restos de termas en el paraje de Casa Blanca, donde nace el arroyo Salado, con aguas yodadas de propiedades medicinales. Su nombre actual es de origen árabe, y significa «los dos prados». La huella musulmana aún se aprecia en la estructura urbana de la población (Rosario Camacho Martínez [dirección], Aurora Arjones Fernández, Eduardo Asenjo Rubio, Francisco J. García Gómez, Juan Mª Montijano García, Sergio Ramírez González, Francisco José Rodríguez Marín, Belén Ruiz Garrido, Juan Antonio Sánchez López, y María Sánchez Luque. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo II. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
          
Iglesia de la Inmaculada Concepción.-

      Construida en el siglo XVI con una única nave, fue reformada en 1695, cuando se añadió otra nave en el lado de la Epístola. La nave princi­pal y el presbiterio están cubiertos por armaduras mudéjares de lazo, de forma rectangular y ochavada respectivamente. La fachada principal, muy simple, y restaurada a comienzos del siglo XX, presenta una portada manierista con pilastras toscanas y frontón partido, rematando el conjunto una espadaña barroca.
     El altar mayor cuenta con un excelente retablo rococó de madera dorada, originario de un convento de Carmona, del último tercio del XVIII, con buenas esculturas: posee columnas corintias y ángeles con cornucopias en el ático; una Inmaculada en madera policromada, sevillana de mediados del XVII, en la hornacina central; a sus lados, dos esculturas de santas dominicas, del XVIII; y flanqueando el retablo, esculturas de San Cosme y San Damián, del XVIII, muy repintadas. En el lado izquierdo de la nave principal hay un óleo de Santa Rosa de Lima, colonial del siglo XVIII, otro con la Adoración de los Reyes, copia del XVII de cuadro italiano, una talla en madera policromada de la Virgen del Carmen, del XIX, con una curiosa iconografía al situar­se sobre una nube, y una Dolorosa de Modesto Gené Roig, de 1938. En el lado de la Epístola de esta nave, hay un retablo en madera dorada, de finales del XVII, con un interesante San José policromado, del círculo de Pedro Roldán, cuyo Niño Jesús es un añadido posterior.
     En el testero de la nave de la Epístola, sobre­salen seis magníficas tablas góticas de un retablo sevillano -originariamente eran ocho- fechadas a comienzos del XVI y que han sido recientemente restauradas. Enmarcadas por cardinas doradas, representan: Calvario, San Juan Bautista, Santiago el Mayor, Anunciación, Piedad y Martirio de San Bartolomé, destacando los fon­dos de paisaje y el pan de oro de los vestidos. En la nave lateral hay también dos retablos rococós de madera dorada, procedentes de Carmona, con sendas imágenes de Modesto Gené: Cristo de la Vera Cruz, de 1938, y Jesús Nazareno. En la sacristía se halla una pequeña Inmaculada, del XVIII, que sigue el modelo de Martínez Mon­tañés. A los pies del templo se sitúa la estrecha capilla bautismal, con su pila originaria (Rosario Camacho Martínez [dirección], Aurora Arjones Fernández, Eduardo Asenjo Rubio, Francisco J. García Gómez, Juan Mª Montijano García, Sergio Ramírez González, Francisco José Rodríguez Marín, Belén Ruiz Garrido, Juan Antonio Sánchez López, y María Sánchez Luque. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo II. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
     Construcción del siglo XVI, aunque reformada en los siglos XVII y XVIII, en los que respectivamente se ampliaron las naves de la Epístola y se construyó la espadaña de corte barroco.
     La iglesia se compone de nave central, presbiterio, y una nave auxiliar adosada a la Edícola y cubierta con bóveda de aristas. La nave central y el presbiterio conservan las primitivas armaduras mudéjares de lazo, siendo rectangular la primera y ochavada la segunda.
     La fachada de gran sencillez, fue muy reformada en el primer tercio de este siglo. Presenta portadita de pilastras toscanas y frontón partido, situándose encima la espadaña con disposición de disminución de cuerpos.
     La veleta de la citada torre - de forja relativamente moderna- se desprendió en 1.987.
     En la actualidad toda la cubierta del templo es de uralita pintada de rojo oscuro, lo que le concede un aspecto exterior bastante deprimente.
     Los retablos del lado de la Epístola y del Evangelio se encuentran ornamentados con retablos de estilo barroco y rococó, junto con imágenes de gran devoción popular de los siglos XVII y XVIII.
     En 1695 se amplió la nave de la Epístola. En 1770 se produjo otra reforma tasada en 40.750 costeadas con los efectos decimales, momento en el que se construye la espadaña de corte barroco (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     Esta iglesia fue construida en el siglo dieciséis, destacando la fachada principal con una bella portada manierista coronada por una espadaña barroca. Entre su patrimonio artístico cabe resaltar, ya en el interior, su espléndido artesonado mudéjar de madera de lazo que cubren la nave central y el presbiterio. Son de gran valor sus tablas góticas, las cuales han sido recientemente restauradas (Diputación Provincial de Málaga).

Museo Municipal de Almargen Tartessos en Guadalteba.-

         Alberga entre sus piezas singulares dos interesantes hallazgos adscritos al Bronce Final, particularmente frecuentes en Andalucía occidental y Extremadura, base del territorio conocido para la investigación como Tartessos. Se trata de una estela de guerrero, que puede fecharse en torno al siglo IX a.C., y una espada de lengua de carpa, arma empleada como objeto de prestigio por las élites autóctonas, a la que se asigna una cronología entre los siglos X y IX a.C.
     Tartessos en Guadalteba, situado en Almargen, en un antiguo depósito de aguas, ofrecerá al visitante la oportunidad de conocer la época de tránsito entre el final de la prehistoria y el inicio de la historia, entendiendo como tal, la época Tartéssica, representada en Almargen con algunas piezas trascendentales para la arqueología andaluza. Además, el centro expondrá el famoso ídolo bisexual del tercer milenio antes de nuestra era. Una escultura en mármol a la que se le supone propiedades para la fecundación de las mujeres. Realmente, las piezas arqueológicas expuestas permiten al visitante entender el proceso que hizo posible el final de la prehistoria en la comarca del Guadalteba.
     Por ajuste del personal, el centro sólo abre a las citas concertadas al número 695 579 871 (Diputación Provincial de Málaga).

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Más sobre la provincia de Málaga, en ExplicArte Sevilla.

El desaparecido Pabellón del Reino Unido, de Nicholas Grimshaw & Partners, para la Exposición Universal de 1992

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte el desaparecido Pabellón del Reino Unido, de Nicholas Grimshaw & Partners, para la Exposición Universal de 1992, de Sevilla.
     Hoy, 21 de mayo, es el aniversario del Día Nacional (21 de mayo de 1992) del Reino Unido en la Exposición Universal de 1992, de Sevilla, así que hoy es el mejor día para ExplicArte el desaparecido Pabellón del Reino Unido para la Exposición Universal de 1992, de Sevilla.
     El desaparecido Pabellón del Reino Unido, para la Exposición Universal de 1992 [nº 177 en el plano oficial de la Exposición Universal de 1992], se ubicaba en el cruce de la calle Camino de las Acacias (actual calle Leonardo da Vinci) con la avenida de Europa (actual calle Isaac Newton); en el Barrio de Triana Oeste, del Distrito Triana.  
     La visión y el sonido arrullador de la cortina de agua más grande del mundo, comparada a una elegante catedral de agua, constituyen una re­frescante bienvenida al Pabellón bri­tánico.
     Una vez dentro, nuestros navegantes le invitan a unirse a ellos en un viaje de descubrimientos: un viaje de exploración por la auténtica Gran Bre­taña y su conexión con el mundo. Al comienzo de este viaje, un enorme tapiz electrónico traspasa la imaginación del visitante. Gran Bretaña comparte sus tesoros naturales, sus gentes y su nueva tecnología en un viaje vi­sual lleno de intriga y sorpresas.
     Después, por medio de cintas transportadoras, se llega a la zona superior, donde el visitante puede disfru­tar de una excelente vista del Pabellón así como del Recinto de La Cartuja a través de la cortina de agua transparente.
     Al llegar a la cumbre de este recorrido, el visitante se encuentra de fren­te con cuatro enormes planos que cortan el edificio. Estas gigantescas manifestaciones de la Tierra, el Aire, el Fuego y el Agua constituyen el preámbulo de una serie de detalles fascinantes sobre el redescubrimiento del planeta. El momento culminante de la visita se produce al entrar en el Teatro de la Comunicación, mágico e íntimo. Una vez sentados los espectadores, la sala, fresca y confortable, se transforma en un brillante espectáculo de imagen, luz y música que, a buen seguro, será del agrado de los visitantes de todas las edades.
     Acabada esta inolvidable experiencia, el visitante comienza un suave descenso por las cintas transportadoras, volviendo a pasar por los Elementos en el piso inferior para des­cubrir, a continuación, el espíritu británico de aventura, imaginación e iniciativa, inextricablemente unido a los ingredientes básicos de la vida en la Tierra.
     De vuelta al enorme vestíbulo abierto el visitante tiene la oportunidad de degustar una selección de productos británicos y de relajarse en la amplia área de recreo situada justo al lado del lago interior y de la vasta cortina de agua.
     Antes de dejar atrás el Pabellón se puede apreciar de cerca el yate oceá­nico de competición, diseño original de la empresa British Steel.
     Todo el mundo tiene garantizada una especial bienvenida al Pabellón británico y una invitación para ser testigo de sorprendentes descubrimientos acerca de la auténtica Gran Bretaña (Guía Oficial Expo'92. Sevilla, 1992).
       El pabellón de Reino Unido se encontraba situado en el cruce del Camino de las Acacias, actual calle Leonardo Da Vinci y la Avenida de Europa, actual calle Isaac Newton, y se emplazaba entre los pabellones de Nueva Zelanda y de Alemania junto al resto de pabellones de los países miembros de la CEE (La Europa de los doce).
     Este singular edificio, formado por una gran estructura de hierro y cristal, destacaba por la cascada artificial de 70 metros de ancho por 25 de alto que cubría la fachada principal y en la que se dejaba entrever la bandera británica a través del agua. A su vez, el sistema de bombeo de la cascada estaba alimentada por paneles solares fotovoltáicos situados en el techo del pabellón y el agua ayudaba al descenso de la temperatura en el interior y las inmediaciones del pabellón.
     Los contenidos del pabellón británico se dividían en tres plataformas o plantas, a las que se accedían mediante escaleras mecánicas de una dirección, creando una ruta lineal en la que destacó la presentación de modernas técnicas multimedia. En la entrada, 280 pantallas de televisión mostraban al público imágenes sobre la cultura, las comunicaciones y la vida en el país, todo ello acompañado de música.
     A continuación, las escaleras mecánicas llevaban al visitante a la planta superior, dedicada al "Redescubrimiento del mundo". Los cuatro elementos de la naturaleza: Tierra, Fuego, Aire y Agua se representaban mediante cuatro inmensos planos de 16 metros, que se extendían hasta el piso inferior. Aquí se mostraban los avances científicos de la nación, muchos relacionados con temas de actualidad como el calentamiento global o el aprovechamiento energético.
     En esta planta se encontraba también el teatro, una sala de cine con capacidad para 200 personas donde, mediante una mezcla de efectos especiales y artistas de teatro, se proyectaban imágenes tridimensionales, convirtiéndose en una de las grandes atracciones del pabellón. 
     Desde el teatro, el visitante accedía por otras escaleras mecánicas a la segunda planta, donde se hallaba la exposición "Fuera de los elementos". Tierra, fuego, aire y agua eran la temática principal de esta planta.
     Tras la clausura de la Exposición Universal, el pabellón fue desmantelado y trasladado en contenedores a Reino Unido, donde se convertiría en el proyecto "Century City": un centro comercial con viviendas vanguardistas anexas en la ciudad de Londres que nunca llegó a ejecutarse (Blog Pasaporte Expo 92).
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Más sobre la Exposición Universal de 1992, en ExplicArte Sevilla.

lunes, 20 de mayo de 2024

La localidad de Maribáñez (Los Palacios y Villafranca), en la provincia de Sevilla

     Por Amor al Arte
, déjame ExplicArte la provincia de Sevilla, déjame ExplicArte la localidad de Maribañez (Los Palacios y Villafranca), en la provincia de Sevilla.
   Hoy, 20 de mayo (cincuenta días después del domingo de Resurrección), es la Solemnidad de Pentecostés, día en el que se concluyen los sagrados cincuenta días de la Pascua y se conmemoran, junto con la efusión del Espíritu Santo sobre los discípulos en Jerusalén, los orígenes de la Iglesia y el inicio de la misión apostólica a todas las tribus, lenguas, pueblos y naciones [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II].
      También se celebra hoy la Memoria de la Bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia, a quien Cristo encomendó sus discípulos para que, perseverando en la oración al Espíritu Santo, cooperaran en el anuncio del Evangelio [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II].
   Y que mejor día que hoy, para ExplicArte la localidad de Maribáéz (Los Palacios y Villafranca), en la provincia de Sevilla, cuya iglesia parroquial está dedicada a Nuestra Señora de las Marismas
     Textos y fotografías recogidos de: Ricarda López González, y Rosa M. Toribio Ruiz, Los pueblos de colonización de la provincia de Sevilla. Arquitectura y Arte. Diputación de Sevilla y Colegio Oficial de Arquitectos de Sevilla. Sevilla, 2020.
   Maribáñez fue proyectado en 1964 por Daniel Carreras Matas.
     Está situado en la Zona Regable del Bajo Guadalquivir, a 38 kilómetros de Sevilla y a tan sólo 6 de Los Palacios y Villafranca del que depende administrativamente, al igual que los poblados de El Trobal y Chapatales. Su nombre procede del cortijo en el que fue construido.
     Para realizar el diseño urbanístico, el arquitecto ha tenido en cuenta la ubicación del poblado en un terreno completamente plano, sin elementos preexistentes, la orientación, el soleamiento, los vientos, el acceso, la vista del poblado desde la cercana carretera Cádiz-Madrid y la visibilidad en el paisaje, que marcará mediante una esbelta torre campanario, que como faro hace visible el poblado en mitad del llano. Para el proyecto urbanístico el arquitecto se decantó por "una solución de tipo radial y simétrica, aunque no perfecta, por imponerlo la forma del solar".
     Siguiendo las normas del Instituto separó y jerarquizó el viario. En el plano podemos observar unas calles curvas destinadas a carros, maquinaria y bestias, que cierran el espacio urbano a modo de  ronda. Recorren la trasera de los corrales siendo sus muros ciegos blancos de una gran plasticidad. Las demás calles son rectas, la conforman la secuenciación repetitiva de las fachadas de las viviendas. A esta categoría pertenecen las vías principales de acceso al pueblo y las secundarias, perpendiculares entre si destinadas a la circulación mixta de vehículos y peatones, así como las calles peatonales. Crean un entramado ortogonal que se ensancha o retranquea para crear pequeñas plazoletas, que facilitan la convivencia de los vecinos y rompen la monotonía del viario.
     En una primera fase se construyeron 184 viviendas de las 283 proyectadas. Carreras realiza un estudio pormenorizado de la distribución en el plano urbanístico de las viviendas. Creó tres tipologías de casas de colonos y una para obreros. Las fachadas exteriores son de una gran simplicidad, simbiosis entre la arquitectura popular andaluza y el Movimiento Moderno. "Un acierto en las fachadas de las casas es la sencillez con las que una ligera depresión, retranqueando el acceso y dejando una terraza en primera planta, la convierte en juego de luces y sombras, en volúmenes cambiantes antes que en planos compuestos, todo ello además reforzado por efecto de la repetición".
     En el centro de Maribáñez, donde se cruzan las dos vías principales de acceso, se sitúa la Plaza Mayor, verdadero corazón del pueblo, donde se desarrolla la vida social, económica, política, cultural y religiosa. El centro cívico lo conforma un edificio en forma de cuarto de círculo, una construcción de fachada de sencillo diseño, de dos alturas, porticada, que combina el enfoscado con el ladrillo visto, donde se ubican las artesanías, el dispensario médico y el Ayuntamiento. La planta de cuarto de círculo y el sentido rítmico de vanos y pilares le aportan un gran dinamismo a la plaza. El Ayuntamiento, situado en una de las esquinas, es un inmueble funcional, simple y desornamentado, con balcón institucional, reloj y una singular veleta de esfera armilar de remate.
     Al otro lado de los jardines se sitúa el centro religioso, integrado por la iglesia, casa rectoral y dependencias parroquiales, en torno a un patio porticado que hace las veces de claustro. Nos sorprende la monumentalidad del templo y su torre campanario, construidos en ladrillo visto. La torre exenta se une al complejo rectoral mediante una galería. Domina con su altura la plaza y el caserío, sirve de faro para localizar el pueblo en el extenso paisaje de la marisma. El cuerpo de escalera es un paralelepípedo de base cuadrada de paramentos casi ciegos, a excepción de las pequeñas saeteras que le dan luz. Un gran balcón corrido en saledizo separa este cuerpo del de campanas. Se remata con una bella aguja decorada con  cerámica troceada o trencadís de color amarillo, que refracta la luz creando un efecto óptico de gran belleza.
     La iglesia de Nuestra Señora de las Marismas es un edificio de planta rectangular, cubierta a dos aguas, decorado por un friso de cerámica de brillos metálicos que recorre todo el alero. Su fachada de gran simplicidad avanza como la quilla de un barco, creando un pequeño atrio, que sirve de  acceso al templo. Sobre éste se asienta un oratorio abierto, inspirado en las capillas barrocas andaluzas, como dice el arquitecto en la Memoria del Proyecto, con un bello antepecho metálico de cruces inscritas en círculos. Sus paredes estuvieron decoradas por un gran mural cerámico dedicado al Espíritu Santo, obra del artista Hernández Carpe. El arzobispado de Sevilla y los vecinos deberían hacer un esfuerzo por recuperar esta magnífica obra, cuya desaparición ha dejado la fachada vacía de contenido y sin sentido, como ya denunció Fernando Bejines en un artículo en 2007.
     El interior, de planta basilical, posee una sola nave con galería y tribuna en el lado del Evangelio y cubierta plana. Unas bellas vidrieras de hormigón tamizan la luz exterior, crean un bello espacio que invita al recogimiento y singularizan el espacio. Las del lado de la epístola son de carácter abstracto, triunfa el color púrpura en los seis ventanales que acuchillan el blanco muro. Por el contrario, las de la galería del evangelio son de carácter expresionista, triunfa el azul celeste y los ventanales son apaisados. Maravilloso es el gran vitral del presbiterio, similar al del poblado de Sacramento, donde predominan las tonalidades amarillas. Sobre un fondo abstracto se representan los motivos eucarísticos de los panes y los peces. Las vidrieras son una obra colaborativa de Arcadio Blasco y José Luis Sánchez. 
     El presbiterio está presidido por un crucificado de tamaño gigante, flanqueado por dos ángeles orantes. Realizados en altorrelieve, son unas figuras asexuadas de una belleza amable, que en actitud de alabanza despliegan sus irisadas alas cerrando la composición. Es una obra realizada por los Talleres de Arte Granda, atribuidos a P. Martín, que podemos encontrar en diversos pueblos de Extremadura y en Sevilla en El Priorato y Setefilla.
     La imagen del Cristo de la Misericordia, inspirado en modelos góticos, es de una gran modernidad y belleza. Concebido de forma frontal y hierática, es un Crucificado vivo de rostro muy expresionista, que no muestra el dolor del martirio. Realizado con un modelado blando, tiene el pecho henchido y el abdomen rehundido exageradamente. Es de tres clavos, cruz plana, brazos horizontales y piernas sin flexionar. Apoya firmemente los pies, de un bello tratamiento cubista, sobre el supedáneo. Muy singular es el sudario atado con una cuerda que, inspirado en modelos flamencos, deja ver su anatomía plenamente. El lienzo del perizoma, muy largo, cae, de forma muy movida desde el lado derecho al izquierdo hasta llegar a la media pierna. Este crucificado está firmado por el artista José Luis Vicent, imaginero colaborador del INC, cuya obra se mueve entre la tradición y la modernidad. Es similar al existente en el pueblo de Yelbes, Badajoz, estudiado por Moisés Bazán de Huerta en la publicación anteriormente citada.
     La Virgen del Valle, situada en el lado de la epístola, es una talla de Inmaculada sin policromar, de canon alargado y ligero contraposto. Por sus similitudes estilísticas podemos atribuirla a Teresa Eguibar. Es de cuerpo completo de tamaño algo menor al natural. Aparece joven y bella, descalza, vestida con un ligero manto que acentúa su cadencia, mira a los fieles y les ofrece las rosas que porta en sus manos invitándolos a la oración. Su actitud recatada, fervorosa, cándida, pudorosa y humilde debía servir de modelo a las mujeres del poblado.
     Junto a la Virgen se encuentra la pila bautismal de bella forma troncocónica, realizada en piedra artificial, desubicada de su capilla tras las directrices del Vaticano II. La acompaña un relieve con la escena de Pentecostés muy repintado, obra localista posterior a la fecha de la construcción del templo. A los pies del templo podemos observar la antigua capilla del baptisterio, presidida por un expresionista mural musivario. Sobre un bello fondo abstracto, aparecen dos ángeles de pie con las alas desplegadas, que flanquean la fuente de la vida. Son figuras simbólicas, uno porta el agua del  bautismo en  la cuenca de sus manos y el otro una rama de olivo, con el que se elabora el aceite de Crisma, con el que se unge al bautizado.
     Este mural de gran belleza, esquematismo y simplicidad compositiva está realizado con teselas que prepara el propio artista. Consigue un gran expresionismo y plasticidad utilizando una pequeña gama de colores y gruesas líneas negras que siluetean el contorno de las figuras. Tras un análisis estilístico y comparativo podemos afirmar que es una obra de Antonio Suárez cofundador del grupo El Paso, cuya obra es fundamentalmente abstracta. Sus trabajos como muralista son muy poco conocidos. En la provincia de Sevilla hemos consignado además de este los murales del baptisterio y del sagrario de El Trobal, donde también realizó un Viacrucis, similar al de Trajano, Doña Blanca en Cádiz, y poblados de la comunidad extremeña.
     Las paredes de la nave del templo están decoradas por un viacrucis de plafones de cerámica del artista Julián Gil, estando esta obra figurativa muy alejada de su trayectoria netamente abstracta. Los viacrucis, que realizó este artista para los pueblos de colonización, son de carácter expresionista, tratados con cierta ingenuidad algo naïf, consigue una gran fuerza emocional con una gran sencillez. Remarca las figuras con gruesas líneas que rellena de color, donde predominan los ocres y azules, que le confieren solemnidad y dramatismo. Son muy bellas las escenas de la V estación en la que Jesús es ayudado por el Cirineo, la tercera caída de la IX o la XII estación en la que se representa la muerte de Cristo en la cruz. Podemos apreciar otros viacrucis de este mismo artista en Vetaherrado y Sacramento en nuestra provincia, Almería o Extremadura, siendo excepcional por su monumentalidad el de Castellar de la Frontera en la provincia de Cádiz.
     De la dotación original entregada al templo, se han conservado los bancos de madera con armazón de hierro, el sillón del oficiante y acólitos y algunos objetos litúrgicos realizados en hierro. Excepcional es el sagrario obra del artista José Luis Sánchez, un tabernáculo metálico de forma rectangular de original diseño similar al de El Priorato. En ambos la puerta de aluminio de fuertes texturas, provoca juegos de luces y sombras, que contrastan con la banda lisa transversal en dorado en el que aparece la inscripción "Dios con nosotros".
     Maribáñez es un pueblo vivo y dinámico, orgullo de sus habitantes que lo cuidan y preservan. Ha conservado en muy buen estado las escuelas de un moderno diseño racionalista. Y el parque que rodea el pueblo, el antiguo bosquete, una zona verde que lo preserva de los vientos y las temperaturas extremas del verano, convertido en toda una seña de identidad del pueblo.
     Maribáñez, por su valor patrimonial y singularidad, ha sido inscrito por el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía en el Catálogo General del Patrimonio Inmueble de Andalucía e incluida en el Registro Andaluz de Arquitectura Contemporánea, RAAC (Ricarda López González, y Rosa M. Toribio Ruiz, Los pueblos de colonización de la provincia de Sevilla. Arquitectura y Arte. Diputación de Sevilla y Colegio Oficial de Arquitectos de Sevilla. Sevilla, 2020).
Conozcamos mejor la Biografía de Daniel Carreras Matas, arquitecto y autor de las trazas de Maribáñez;
Daniel Carreras Matas. Sevilla 1932 - 1990.
     Daniel Carreras Matas estudió en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, donde obtuvo el título de arquitecto en 1961. Se inscribió en el Colegio de Arquitectos de Sevilla en 1963, cursando baja definitiva en 1990, seguramente por fallecimiento. Fue funcionario por oposición del Instituto Nacional de Colonización desde el 27 de Julio de 1963.
     Citaremos algunos de los proyectos realizados según el registro que nos ha aportado la Fundación FIDAS: calle Feria, 66; Adriano, 1; Marqués de Nervión, 7; Amador de los Ríos, 23; Bailén, 39-A; Amargura, 4; Amor de Dios, 10; Fortaleza, 4; Castilla, 31; Avda. de la República Argentina, s/n; Urbanización Las Almenas (parcela 49); La Barriada Doctor Marañón para Construcciones Bargar S.A.; Urbanización Playa de Matalascañas (parcela 59) en Huelva; el campo de tiro deportivo para la Federación Sevillana de Tiro Nacional; el camping y piscina de la Urbanización de Molinos y el Bar-Playa de Torre de la Higuera en Almonte, Huelva.
     En la provincia de Sevilla realizó el poblado de colonización de Maribáñez en 1964, proyectó ese mismo año el mercado de Esquivel y es obra suya la reconstrucción del Ayuntamiento de este poblado en 1970 (Ricarda López González, y Rosa M. Toribio Ruiz, Los pueblos de colonización de la provincia de Sevilla. Arquitectura y Arte. Diputación de Sevilla y Colegio Oficial de Arquitectos de Sevilla. Sevilla, 2020).
Conozcamos mejor la Historia, Leyenda, Culto e Iconografía de la Solemnidad de Pentecostés:
La Pentecostés 
      Puede parecer ilógico a primera vista incluir la Venida del Espíritu Santo en el cielo de la Glorificación de Cristo, puesto que Cristo está ausente en esta escena, y los Apóstoles se reúnen alrededor de la Virgen.
      Pero es Cristo resucitado quien envía el Espíritu Santo a los apóstoles, y la Virgen, a pesar del lugar que se le atribuye en el centro del grupo, sólo tiene un papel secundario en esta escena de glosolalia, donde ella es la única que se mantiene en silencio. El protagonista invisible es Cristo, quien infunde el Espíritu Santo en los apóstoles, para permitirles hablar todas las lenguas necesarias para la predicación del Evangelio entre los gentiles, aunque no las hayan estudiado nunca.
   Por otra parte, basta leer el Evangelio de san Juan para comprender cuál era el pensamiento de los apóstoles. Jesús les promete que una vez desaparecido de esta tierra, no los dejará huérfanos, sino que les enviará de parte del Padre otro consolador, el Paracleto o el Espíritu de verdad, que estará con ellos eternamente (Juan, 14: 16 y 15: 26). Y en otra conversación que se sitúa después de la Resurrección (20: 21 - 22), vuelve aún más explícitamente acerca de esta  misión: «Como me envió mi Padre, así os envío yo. Diciendo esto, sopló y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.» La misma idea está expresada en el Evangelio de Mateo, a propósito de la predicación de San Juan Bautista  (3: 11): «Yo, cierto, os bautizo en agua con vistas a la penitencia; pero en pos de mí viene otro más fuerte que yo ( ...) él os bautizará en el Espíritu Santo y en fuego.»
   De manera que es Cristo quien en verdad otorga el Espíritu Santo, y el principal personaje de la Pentecostés; pero no aparece en la escena. Salvo raras excepciones está, como los muertos, presente e invisible.
La Misión encomendada a los apóstoles
   Es por un error de interpretación, en efecto, que Émile Mâle creyó reconocer la Pentecostés en el célebre tímpano del nártex de Vézelay, donde un Cristo gigantesco extiende los brazos y muestra las palmas agujereadas de las que irradia luz que ilumina a los apóstoles.
   No es el único ejemplo del tema en el arte francés del siglo XII. Aparece por primera vez en Borgoña, hacia el 1100, en una miniatura del Leccionario de Cluny (B.N., París) que ha podido inspirar al escultor de Vézelay. Pero no es particular de esa región, puesto que en la misma época se lo encuentra en una miniatura del Sacramentario de Limoges (B.N., París) y en un fresco de la iglesia de Saint Gilles de Montoire (Loir et Cher), donde pueden verse claramente los rayos rojos que brotan de las llagas sangrantes de Cristo, que se fijan sobre las cabezas de los apóstoles.
   El tema representado no es en absoluto la escena que tiene lugar en el cenáculo cincuenta días después de la Pascua, y que es la única que merece, estrictamente, el nombre de Pentecostés; se trata de la Aparición de Cristo resucitado a los apóstoles, quienes reciben de su Señor la misión de evangelizar el mundo.
   La fuente no es el relato de los Hechos de los Apóstoles, sino un pasaje del Evangelio según San Mateo (28: 19), reproducido en el suplemento del Evangelio de Marcos (16: 15), donde Cristo dice a sus discípulos: «Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura (Ite et docete omnes gentes).»
   Las naciones cuya evangelización constituye la misión de los apóstoles, están evocadas de manera pintoresca en el dintel y en los marcos del tímpano de Vézelay, y en las obras similares del siglo XII que son seudos Pentecostés.
   También debe procurarse no confundir con la Pentecostés el Descenso del Espíritu Santo sobre los fieles, tema muy infrecuente, cuyo ejemplo más conocido es una página del Libro de Horas de Étienne Chevalier, de Jean Fouquet.
La Pentecostés propiamente dicha
1. Fuentes e Interpretación
   A diferencia de los temas precedentes, el relato del milagro no está en los Evangelios sino en los Hechos de los Apóstoles (2: 1 - 41).
   «Al cumplirse el día de Pentecostés, estando todos juntos en el lugar, se produjo de repente un ruido proveniente del cielo como el de un viento que sopla impetuosamente, que invadió toda la casa en que residían. Aparecieron, como divididas, lenguas de fuego, que se posaron sobre cada uno de ellos, quedando todos llenos del Espíritu Santo; y comenzaron a hablar en lenguas extrañas, según que el Espíritu les otorgaba expresarse.»
   Estupefactos al oír a esos galileos hablar tantos idiomas que les resultaban incomprensibles, los judíos supusieron en principio que se habían embriagado, y que esa súbita glosolalia era el efecto de la borrachera. Pero Pedro replicó que a las nueve de la mañana era demasiado temprano para estar ebrios, y explicó que ese milagro realizaba la profecía de Joel (2: 28): «( ....) derramaré mi espíritu sobre toda carne ( ...)»
   Así, en el origen de la Pentecostés encontramos la consumación de una profecía del Antiguo Testamento. Pero la manifestación del Espíritu en forma de soplo, e incluso de tormenta acompañada de relámpagos, es en verdad una creencia común a todas las sectas espiritistas de la antigüedad y de los tiempos modernos. La llama del relámpago en la lengua hebrea se compara con una lengua de fuego, de allí procede la idea de que el Espíritu Santo se había manifestado por el don de lenguas, y que así había dotado a los apóstoles con las habilidades políglotas indispensables para la evangelización de los gentiles.
   La Pentecostés aparece como la continuación necesaria de la Misión de los apóstoles y el preludio de su acción, que sin ese milagro les habría resultado imposible. Por ello, esta escena inicia lógicamente el relato de los Hechos de los Apóstoles. Por una curiosa inversión de ideas, la Confusión de las lenguas, que en el Génesis se presenta como un castigo del orgullo humano, aquí se convierte en una gracia concedida por el Espíritu Santo.
   En la interpretación prefigurativa de la Biblia, la Venida del Espíritu Santo, que confiere el don de lenguas a los apóstoles, se compara con la Confusión de las lenguas que detiene la construcción de la Torre de Babel.
   El don de lenguas acordado a los apóstoles debe reunir a aquellos a quienes la «torre de la confusión» volviera extranjeros. Por sus esfuerzos se elevará un edificio que sin presunción ni locura podrá pretender subir hasta el cielo, y en lugar de desafiar al Señor, aportará la reconciliación del mundo con su Creador. La nueva torre espiritual de la Gracia ya no será construida, como la de Babel, símbolo de la desmesura y el orgullo humanos, con piedras o ladrillos, sino con las virtudes de Cristo Redentor (non lapidibus, sed de virtutibus Christi).
2. Culto
   La Pentecostés estaba considerada la fiesta colectiva de los apóstoles. Y se celebraba muy especialmente en Saint Sernin de Toulouse, que se jactaba de poseer reliquias del colegio apostólico.
   Además, señalaba la fecha de nacimiento de la Iglesia cristiana (Natale della Chiesa).
   En la Edad Media, en Notre Dame de París y en Saint Jacques la Boucherie, se reconstruía el milagro haciendo descender desde lo alto de la bóveda una paloma y trozos de estopa encendida.
3. Iconografía
   Se distinguen tres tipos principales, con y sin la Virgen.
l. La Pentecostés con la Virgen
   Bizantinos y occidentales coinciden en atribuir a la Virgen el lugar central, aunque no el papel principal.
    El hecho no deja de ser sorprendente, puesto que María, al haber recibido en su persona el Espíritu Santo, el día de la Anunciación, no necesitaba recibirlo una segunda vez, tanto más por cuanto no participaba del apostolado. Además, su presencia no se menciona explícitamente en los Hechos de los Apóstoles.
   La única justificación de esta tradición iconográfica es un pasaje del capítulo que precede al relato de la Pentecostés (Hechos, 1: 13), donde se dice que los apóstoles reunidos en Jerusalén, en el piso alto, es decir, en la habitación principal de la casa, «perseveraban unánimes en la oración con algunas mujeres, con María, la madre de Jesús...». De ello no debe deducirse en modo alguno que la Virgen estuviese con ellos el día de la Pentecostés. Su presencia es una simple suposición que los teólogos admitieron, y que luego se impuso a los artistas, tanto más fácilmente por cuanto éstos tenían la costumbre de representarla en medio de los apóstoles en la escena de la Ascensión.
   Madre adoptiva de San Juan y Reina del cielo, fue considerada muy pronto la reina y la madre espiritual de los doce apóstoles (regina et mater Apostolorum). También puede admitirse que la Virgen sea aquí, como en la escena de la Ascensión, sólo el símbolo de la Iglesia.
   Los apóstoles forman un círculo alrededor de la Virgen que preside la asamblea sin participar en el milagro. Encima de las cabezas planea la paloma del Espíritu Santo, que deja caer sobre ellos una lluvia de pavesas o de lenguas de fuego.
   De inmediato los doce comienzan a hablar todos a la vez, y gesticulan, convirtiendo el cenáculo en una pequeña torre de Babel. Tienen el gesto de alocución, para indicar que están en condiciones de conversar en diversos idiomas.
2. La Pentecostés con los apóstoles solos
   Existen representaciones de la Pentecostés donde los doce apóstoles reunidos en la habitación alta y sobrevolados por la paloma del Espíritu Santo están representados sin la Virgen, cuya presencia no está clara mente señalada en los Hechos de los Apóstoles.
   Además del grupo de los apóstoles deben tenerse en cuenta dos elementos iconográficos importantes: la irradiación del Espíritu Santo y la representación del Mundo, que los apóstoles, convertidos súbitamente en políglotas,  podrán evangelizar.
     1. La irradiación o el don de lenguas
   En las representaciones de la Pentecostés se han empleado, como es natural, los motivos solares o planetarios que ya hemos visto en la iconografía de los Siete Dones del Espíritu Santo.
   El Libro de los Perícopes de la Biblioteca de Munich (siglo XI), simboliza la efusión del Espíritu Santo mediante una rueda inflamada en torno a la cual se agrupan los apóstoles. En la Biblia de Floreffe (siglo XII), los apóstoles están sentados en las molduras inferiores de un enorme disco, y reciben los rayos emitidos por las siete palomas del Espíritu Santo.
   A veces la paloma emisora está reemplazada por la Mano de Dios cuyos dedos separados irradian.
   La inspiración divina generalmente está simbolizada por una lluvia de lenguas de fuego. Muchas veces, esas lenguas inflamadas toman la forma de cintas o cuerdas que descienden sobre la cabeza de cada uno de los apóstoles (Capitel de la Daurade, en Toulouse).
   En ciertas miniaturas bizantinas (Homilías de San Gregorio Nacianceno, B.N., París) se advertirá que el Espíritu Santo no desciende directamente sobre los apóstoles, sino sobre el Trono Venerable (Vacua Sedes, Trono vacío del Juicio Final), donde reposa el libro del Evangelio, y es allí donde rebrotan o rebotan los rayos.
     2. El Cosmos
   Lo que caracteriza a las representaciones bizantinas de la Pentecostés es que los diferentes pueblos que serán evangelizados en sus respectivas lenguas, están personificados colectivamente por la figura del Cosmos, es decir, del mundo con el aspecto de un rey coronado de pie ante la puerta del cenáculo, que tiene en las manos un lienzo con los doce rollos, que corresponden a las predicaciones de los doce misioneros. Esta alegoría del Cosmos, que traduce el pasaje de las Escrituras acerca del Espíritu de Dios llenando el mundo (Spiritus Domini replevit Orbem terrarum), ha permanecido extraña a la iconografía occidental.
   Por error se había creído que ese misterioso personaje representaba al rey David, e incluso al profeta Joel, que hace decir a Yavé (2: 28): «Después de esto derramaré mi espíritu sobre toda carne».
     Catálogo
   Las representaciones de la Pentecostés son numerosas, tanto en el arte paleocristiano (miniaturas y mosaicos) como en el románico y el gótico; pero se multiplicaron sobre todo a finales de la Edad Media, a consecuencia de la fundación de las cofradías del Espíritu Santo, y luego, en el siglo XVI, a causa de la institución de la orden del Espíritu Santo por Enrique III (Louis Réau, Iconografía del Arte Cristiano. Ediciones del Serbal. Barcelona, 2000).
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La Hermandad del Rocío del Cerro del Águila

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la Hermandad del Rocío del Cerro del Águila, de Sevilla.  
     Hoy, 20 de mayo (cincuenta días después del domingo de Resurrección), es la Solemnidad de Pentecostés, día en el que se concluyen los sagrados cincuenta días de la Pascua y se conmemoran, junto con la efusión del Espíritu Santo sobre los discípulos en Jerusalén, los orígenes de la Iglesia y el inicio de la misión apostólica a todas las tribus, lenguas, pueblos y naciones [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II].
      También se celebra hoy la Memoria de la Bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia, a quien Cristo encomendó sus discípulos para que, perseverando en la oración al Espíritu Santo, cooperaran en el anuncio del Evangelio [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II].
     Y que mejor día que hoy, para ExplicArte la Hermandad del Rocío del Cerro del Águila, de Sevilla, que celebra hoy su Solemnidad, en la Aldea del Rocío, en Almonte (Huelva).
     La Hermandad del Rocío del Cerro del Águila, tiene su sede canónica en la Iglesia parroquial de Nuestra Señora de los Dolores, que se encuentra en la calle Nuestra Señora de los Dolores, 72; mientras que la Casa-Hermandad, se encuentra en la misma calle (Nuestra Señora de los Dolores), pero en este caso, en el nº 42; ambas en el Barrio de El Cerro, del Distrito Cerro-Amate.
     La Fervorosa Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Sevilla - Cerro del Águila; es ésta una corporación fundada en 1978, filial nº 70 de la Hermandad Matriz de Almonte y con sede canónica en la iglesia parroquial  de  Nuestra Señora de los Dolores,  siendo  su  Simpecado obra de Francisco Carrera "Paquili" en 1995, y la Carreta es obra de Orfebrería Villarreal en 1987.   
     El Escudo de la Hermandad es la imagen corporativa. En su diseño se contienen todos los símbolos que caracterizan a la Hermandad. Se utiliza en todos los documentos oficiales y sellos de la corporación. La Regla IV define su composición y recoge la explicación simbólica:
     Tres escudo ovalados, dos en la base y uno arriba. El superior trae en campo de azur una paloma con las alas extendidas de las que emergen doce rayos de oro y llamas de fuego en su color. En el diestro, sobre campo de plata, cruz de oro bordeada de gules y sobre ésta corazón flameante en su color, cargado de siete puñales de sable, tres a la derecha y cuatro a la izquierda. En el siniestro, en campo de azur, figura la Torre de la Giralda y a cada lado jarra con azucenas, todo esto en oro. Entre los óvalos de la base, anagrama de María en plata y en la punta, sobre fondo carmesí, anagrama en oro con el NO-MADEJA-DO, por nuestra vinculación con el cuerpo de la Policía Municipal. A ambos lados del superior, varas de azucena en plata, todo orlado por líster en oro con divisa en letras de sinople con el lema «ESTE PUEBLO TE HONRA CON SU FE, MARÍA». Timbra el conjunto águila imperial en vuelo en su color, la cual porta corona real abierta.
     Los tres óvalos simbolizan a la Santa Trinidad, origen de nuestras creencias. Separadamente, el superior representa al Espíritu Santo (Pentecostés), símbolo de todas las Hermandades rocieras. El diestro es el distintivo de la comunidad parroquial en la cual está erigida canónicamente la Hermandad. El siniestro al escudo del Cabildo Catedral, que simboliza a la Iglesia de Sevilla. El anagrama de María en alusión a nuestra titular. Las varas de azucena representan la pureza de la Stma. Virgen. El líster con el lema de la Hermandad, el águila en alusión al nombre del barrio y la corona real representando la realeza de María.
     El origen de la hermandad está en una asociación gestada en 1978. Al año siguiente un grupo de amigos, encabezados por Manuel Fernández, dirige un escrito con fecha 5 de octubre al cardenal Bueno Monreal, con la aprobación del cura párroco, Alberto Tena López. En dicho escrito se solicita una entrevista ante José Gutiérrez Mora, vicario episcopal de laicos. Posteriormente, tras ser atendida dicha solicitud, son recibidos por José Gutiérrez, el cual les alentó a seguir con la idea, aconsejándoles en principio crear una asociación rociera, la cual sirviera como campo de experiencia para la formación de la hermandad solicitada y prestándoles toda la colaboración que le fuera posible. Dicha asociación hace su primera romería en 1980. En 1984 se encarga a Francisco Carrera Iglesias la realización del Simpecado. 
     En 1985 se fundó el primer coro de la hermandad, compuesto por 45 miembros, con la curiosidad de que había tres generaciones (abuelas, madres e hijos) entre sus componentes. Su primera directora fue Josefa Sánchez Plaza. El 19 de abril el arzobispado de Sevilla la reconoce oficialmente como hermandad. Al igual que el año anterior, el Simpecado quedaría depositado en la parroquia de la localidad de Villamanrique de la Condesa, cuya hermandad ejercería de madrina ante la matriz de Almonte, que durante esa misma romería concedió al Cerro del Águila su aprobación como hermandad filial con el número 71, bajo autorización del obispado de Huelva. Durante el mes de noviembre de ese año le corresponde su primera misa en la aldea, a la cual acude portando el Simpecado, que de esa forma hizo su entrada oficial en la ermita. En 1987 tuvo lugar su primera romería, ya reconocida como nueva hermandad, presentándose en la mañana del sábado 7 de junio. Va amadrinada, como ya hemos dicho, por Villamanrique, conjuntamente con la también recientemente creada de Sevilla-Sur.
     En 1994 amadrina a la Asociación de Nuestra Señora del Rocío de Mairena del Aljarafe, que se une a la peregrinación al paso por dicha localidad desde hace tres años. La vida interna cuenta durante este mismo curso con dos novedades importantes: la realización de la capilla del Simpecado y la nueva etapa del coro. La adquisición de los terrenos en la aldea del Rocío para la futura casa-hermandad hace que la corporación atraviese un período de serias dificultades económicas. En 1995 la parroquia, ante el ruinoso estado de fábrica que presentaba. La hermandad no se moverá del barrio, continuando allí sus cultos y actividades.
     El 21 de noviembre de 1998, las cinco hermandades sevillanas con la advocación de Nuestra Señora del Rocío organizaron una caravana solidaria. Desde la Alameda de Hércules y tras la celebración de una misa, salieron en comitiva con carretas tiradas por bueyes para pedir por las calles sevillanas, acompañadas de coros y de bandas de música. Los donativos fueron destinados a paliar los efectos del huracán Mitch en Centroamérica. Otro rasgo valedero para las cinco hermandades es que ese año se enfrentaban ante un camino atípico a causa de la riada tóxica provocada por la rotura de la balsa de la mina de Aznalcóllar. Tras la contaminación sufrida por el río Guadiamar-Quema para todos los rocieros – las autoridades obligaron a seguir un camino alternativo con más asfalto de carretera y menos veredas.
     En 2001 la Hermandad Castrense de Tablada se entrevista con la junta de gobierno y le solicitan el madrinazgo sobre esa nueva corporación. Desde ese año, ambas hermandades realizan unidas el camino hacia la aldea. Ese mismo año, la Hermandad del Rocío del Cerro adquiere unos terrenos en el término de Villamanrique de la Condesa que reciben por nombre “Los tres pinos de Pajares”.
     Seis años después de su cierre, la parroquia abre de nuevo sus puertas. La corporación trasladó allí solemnemente su Simpecado en la noche del domingo 23 de diciembre de 2001, entre luces de bengala, con acompañamiento musical del coro de la corporación. Quedó situado en su primitivo enclave, la nave del evangelio, aunque con mayor vistosidad. La apertura tuvo lugar en la misa de Nochebuena. En 2002 las cinco carretas sevillanas del Rocío, con sus respectivos simpecados, acudieron a la catedral, con motivo de la etapa en Sevilla del Camino Europeo del Rocío.
     En 2004 el simpecado preside el pregón de glorias. El traslado a la catedral tuvo lugar el 8 de mayo, en rosario de la aurora, siendo portado por los hermanos. Un detenido estudio de las posibilidades hizo optar a la junta de gobierno por un traslado privado hasta un templo más próximo al centro para, desde allí, emprender el traslado a mano hacia el templo catedralicio. El 7 de mayo el Simpecado quedó expuesto a la veneración de los fieles en la iglesia del antiguo convento del Valle, hoy sede de la Hermandad de los Gitanos, la cual ofreció una excepcional acogida. Al día siguiente, a las 8 de la mañana, el Simpecado se encaminó desde allí al templo metropolitano, haciendo emotiva parada en la parroquia de San Isidoro, donde se cantó una emocionada salve ante la Virgen del Rocío de la Hermandad del Salvador, que establecida transitoriamente allí, ocupaba el altar mayor para sus cultos. También se rezó ante Nuestra Señora de la Salud, que esperaba su salida en el paso procesional. Otro momento emotivo había sido el que se vivió a las puertas de las Hermanas de la Cruz, donde – ante la sorpresa de todos los presentes – las monjas entonaron una salve rociera compuesta expresamente para ese momento. Por el camino el simpecado fue recibido también por las cofradías ante cuya sede discurría: Sagrada Cena, Sagrada Mortaja y Santa Cruz. El domingo 9 el simpecado regresó en su carreta, después de una misa en la Capilla Real. Tras girar hacia la Plaza del Triunfo para rezar el Ángelus ante el monumento a la Inmaculada por el 150 aniversario de la proclamación de este dogma, emprendió de nuevo un bello recorrido por el centro histórico de la ciudad, dándose la peregrina e irrepetible circunstancia de que conforme el cortejo pasaba por la Plaza de San Francisco para tirar hacia Entrecárceles, por la calle Tetuán casi asomaba ya otra comitiva que acompañaba a la Virgen de la Concepción del Silencio, también en procesión extraordinaria. Durante el itinerario de vuelta el simpecado fue recibido por la Hermandad de la Candelaria en San Nicolás y por la de las Nieves en Santa María la Blanca. posteriormente también visitaron a la Hermandad de San Bernardo.
     En 2005 ante el singular e inusitado aspecto el que ofreció la romería, pues a causa de la epidemia que afecta a la cabaña bovina, hubo que utilizar mulas, la Hermandad del Inmaculado Corazón de María de Torreblanca, cedió su carreta de madera, a la cual se puso un copioso exorno de flores.
     El día 30 de enero de 2011 se presentaron los actos conmemorativos del XXV aniversario de la erección canónica de la hermandad. Se celebró una exaltación literaria a cargo de cinco de los hermanos: Emilio Sánchez Verdugo (presbítero), Francisco Cueto Giráldez y Manuel García Negrete (anteriores hermanos mayores), Francisco Javier Segura Márquez y Mercedes Gonzalo Moya (que intervinieron de manera conjunta). Al acto, presentado por Álvaro Carmona López en el que se presentó también el cartel conmemorativo y el programa de actos, asistieron autoridades militares del acuartelamiento de Tablada y el delegado del Distrito Cerro Amate, Francisco Fernández, quien comunicó oficialmente que había sido concedida a la hermandad la réplica de la medalla de oro de la ciudad que posee el Consejo de Cofradías. La medalla de la Ciudad fue impuesta al simpecado en la mañana de la misa de romeros. En el programa de actos destacó la propia peregrinación en Pentecostés y la de noviembre, a la que asistieron muchas representaciones. Ese mismo domingo falleció José Manuel Álvarez-Ossorio, destacado miembro de junta en anteriores etapas de la corporación (Web oficial del Consejo de Hermandades y Cofradías de la Ciudad de Sevilla).
Conozcamos mejor la Historia, Leyenda, Culto e Iconografía de la Solemnidad de Pentecostés:
La Pentecostés 
      Puede parecer ilógico a primera vista incluir la Venida del Espíritu Santo en el cielo de la Glorificación de Cristo, puesto que Cristo está ausente en esta escena, y los Apóstoles se reúnen alrededor de la Virgen.
      Pero es Cristo resucitado quien envía el Espíritu Santo a los apóstoles, y la Virgen, a pesar del lugar que se le atribuye en el centro del grupo, sólo tiene un papel secundario en esta escena de glosolalia, donde ella es la única que se mantiene en silencio. El protagonista invisible es Cristo, quien infunde el Espíritu Santo en los apóstoles, para permitirles hablar todas las lenguas necesarias para la predicación del Evangelio entre los gentiles, aunque no las hayan estudiado nunca.
   Por otra parte, basta leer el Evangelio de san Juan para comprender cuál era el pensamiento de los apóstoles. Jesús les promete que una vez desaparecido de esta tierra, no los dejará huérfanos, sino que les enviará de parte del Padre otro consolador, el Paracleto o el Espíritu de verdad, que estará con ellos eternamente (Juan, 14: 16 y 15: 26). Y en otra conversación que se sitúa después de la Resurrección (20: 21 - 22), vuelve aún más explícitamente acerca de esta  misión: «Como me envió mi Padre, así os envío yo. Diciendo esto, sopló y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.» La misma idea está expresada en el Evangelio de Mateo, a propósito de la predicación de San Juan Bautista  (3: 11): «Yo, cierto, os bautizo en agua con vistas a la penitencia; pero en pos de mí viene otro más fuerte que yo ( ...) él os bautizará en el Espíritu Santo y en fuego.»
   De manera que es Cristo quien en verdad otorga el Espíritu Santo, y el principal personaje de la Pentecostés; pero no aparece en la escena. Salvo raras excepciones está, como los muertos, presente e invisible.
La Misión encomendada a los apóstoles
   Es por un error de interpretación, en efecto, que Émile Mâle creyó reconocer la Pentecostés en el célebre tímpano del nártex de Vézelay, donde un Cristo gigantesco extiende los brazos y muestra las palmas agujereadas de las que irradia luz que ilumina a los apóstoles.
   No es el único ejemplo del tema en el arte francés del siglo XII. Aparece por primera vez en Borgoña, hacia el 1100, en una miniatura del Leccionario de Cluny (B.N., París) que ha podido inspirar al escultor de Vézelay. Pero no es particular de esa región, puesto que en la misma época se lo encuentra en una miniatura del Sacramentario de Limoges (B.N., París) y en un fresco de la iglesia de Saint Gilles de Montoire (Loir et Cher), donde pueden verse claramente los rayos rojos que brotan de las llagas sangrantes de Cristo, que se fijan sobre las cabezas de los apóstoles.
   El tema representado no es en absoluto la escena que tiene lugar en el cenáculo cincuenta días después de la Pascua, y que es la única que merece, estrictamente, el nombre de Pentecostés; se trata de la Aparición de Cristo resucitado a los apóstoles, quienes reciben de su Señor la misión de evangelizar el mundo.
   La fuente no es el relato de los Hechos de los Apóstoles, sino un pasaje del Evangelio según San Mateo (28: 19), reproducido en el suplemento del Evangelio de Marcos (16: 15), donde Cristo dice a sus discípulos: «Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura (Ite et docete omnes gentes).»
   Las naciones cuya evangelización constituye la misión de los apóstoles, están evocadas de manera pintoresca en el dintel y en los marcos del tímpano de Vézelay, y en las obras similares del siglo XII que son seudos Pentecostés.
   También debe procurarse no confundir con la Pentecostés el Descenso del Espíritu Santo sobre los fieles, tema muy infrecuente, cuyo ejemplo más conocido es una página del Libro de Horas de Étienne Chevalier, de Jean Fouquet.
La Pentecostés propiamente dicha
1. Fuentes e Interpretación
   A diferencia de los temas precedentes, el relato del milagro no está en los Evangelios sino en los Hechos de los Apóstoles (2: 1 - 41).
   «Al cumplirse el día de Pentecostés, estando todos juntos en el lugar, se produjo de repente un ruido proveniente del cielo como el de un viento que sopla impetuosamente, que invadió toda la casa en que residían. Aparecieron, como divididas, lenguas de fuego, que se posaron sobre cada uno de ellos, quedando todos llenos del Espíritu Santo; y comenzaron a hablar en lenguas extrañas, según que el Espíritu les otorgaba expresarse.»
   Estupefactos al oír a esos galileos hablar tantos idiomas que les resultaban incomprensibles, los judíos supusieron en principio que se habían embriagado, y que esa súbita glosolalia era el efecto de la borrachera. Pero Pedro replicó que a las nueve de la mañana era demasiado temprano para estar ebrios, y explicó que ese milagro realizaba la profecía de Joel (2: 28): «( ....) derramaré mi espíritu sobre toda carne ( ...)»
   Así, en el origen de la Pentecostés encontramos la consumación de una profecía del Antiguo Testamento. Pero la manifestación del Espíritu en forma de soplo, e incluso de tormenta acompañada de relámpagos, es en verdad una creencia común a todas las sectas espiritistas de la antigüedad y de los tiempos modernos. La llama del relámpago en la lengua hebrea se compara con una lengua de fuego, de allí procede la idea de que el Espíritu Santo se había manifestado por el don de lenguas, y que así había dotado a los apóstoles con las habilidades políglotas indispensables para la evangelización de los gentiles.
   La Pentecostés aparece como la continuación necesaria de la Misión de los apóstoles y el preludio de su acción, que sin ese milagro les habría resultado imposible. Por ello, esta escena inicia lógicamente el relato de los Hechos de los Apóstoles. Por una curiosa inversión de ideas, la Confusión de las lenguas, que en el Génesis se presenta como un castigo del orgullo humano, aquí se convierte en una gracia concedida por el Espíritu Santo.
   En la interpretación prefigurativa de la Biblia, la Venida del Espíritu Santo, que confiere el don de lenguas a los apóstoles, se compara con la Confusión de las lenguas que detiene la construcción de la Torre de Babel.
   El don de lenguas acordado a los apóstoles debe reunir a aquellos a quienes la «torre de la confusión» volviera extranjeros. Por sus esfuerzos se elevará un edificio que sin presunción ni locura podrá pretender subir hasta el cielo, y en lugar de desafiar al Señor, aportará la reconciliación del mundo con su Creador. La nueva torre espiritual de la Gracia ya no será construida, como la de Babel, símbolo de la desmesura y el orgullo humanos, con piedras o ladrillos, sino con las virtudes de Cristo Redentor (non lapidibus, sed de virtutibus Christi).
2. Culto
   La Pentecostés estaba considerada la fiesta colectiva de los apóstoles. Y se celebraba muy especialmente en Saint Sernin de Toulouse, que se jactaba de poseer reliquias del colegio apostólico.
   Además, señalaba la fecha de nacimiento de la Iglesia cristiana (Natale della Chiesa).
   En la Edad Media, en Notre Dame de París y en Saint Jacques la Boucherie, se reconstruía el milagro haciendo descender desde lo alto de la bóveda una paloma y trozos de estopa encendida.
3. Iconografía
   Se distinguen tres tipos principales, con y sin la Virgen.
l. La Pentecostés con la Virgen
   Bizantinos y occidentales coinciden en atribuir a la Virgen el lugar central, aunque no el papel principal.
    El hecho no deja de ser sorprendente, puesto que María, al haber recibido en su persona el Espíritu Santo, el día de la Anunciación, no necesitaba recibirlo una segunda vez, tanto más por cuanto no participaba del apostolado. Además, su presencia no se menciona explícitamente en los Hechos de los Apóstoles.
   La única justificación de esta tradición iconográfica es un pasaje del capítulo que precede al relato de la Pentecostés (Hechos, 1: 13), donde se dice que los apóstoles reunidos en Jerusalén, en el piso alto, es decir, en la habitación principal de la casa, «perseveraban unánimes en la oración con algunas mujeres, con María, la madre de Jesús...». De ello no debe deducirse en modo alguno que la Virgen estuviese con ellos el día de la Pentecostés. Su presencia es una simple suposición que los teólogos admitieron, y que luego se impuso a los artistas, tanto más fácilmente por cuanto éstos tenían la costumbre de representarla en medio de los apóstoles en la escena de la Ascensión.
   Madre adoptiva de San Juan y Reina del cielo, fue considerada muy pronto la reina y la madre espiritual de los doce apóstoles (regina et mater Apostolorum). También puede admitirse que la Virgen sea aquí, como en la escena de la Ascensión, sólo el símbolo de la Iglesia.
   Los apóstoles forman un círculo alrededor de la Virgen que preside la asamblea sin participar en el milagro. Encima de las cabezas planea la paloma del Espíritu Santo, que deja caer sobre ellos una lluvia de pavesas o de lenguas de fuego.
   De inmediato los doce comienzan a hablar todos a la vez, y gesticulan, convirtiendo el cenáculo en una pequeña torre de Babel. Tienen el gesto de alocución, para indicar que están en condiciones de conversar en diversos idiomas.
2. La Pentecostés con los apóstoles solos
   Existen representaciones de la Pentecostés donde los doce apóstoles reunidos en la habitación alta y sobrevolados por la paloma del Espíritu Santo están representados sin la Virgen, cuya presencia no está clara mente señalada en los Hechos de los Apóstoles.
   Además del grupo de los apóstoles deben tenerse en cuenta dos elementos iconográficos importantes: la irradiación del Espíritu Santo y la representación del Mundo, que los apóstoles, convertidos súbitamente en políglotas,  podrán evangelizar.
     1. La irradiación o el don de lenguas
   En las representaciones de la Pentecostés se han empleado, como es natural, los motivos solares o planetarios que ya hemos visto en la iconografía de los Siete Dones del Espíritu Santo.
   El Libro de los Perícopes de la Biblioteca de Munich (siglo XI), simboliza la efusión del Espíritu Santo mediante una rueda inflamada en torno a la cual se agrupan los apóstoles. En la Biblia de Floreffe (siglo XII), los apóstoles están sentados en las molduras inferiores de un enorme disco, y reciben los rayos emitidos por las siete palomas del Espíritu Santo.
   A veces la paloma emisora está reemplazada por la Mano de Dios cuyos dedos separados irradian.
   La inspiración divina generalmente está simbolizada por una lluvia de lenguas de fuego. Muchas veces, esas lenguas inflamadas toman la forma de cintas o cuerdas que descienden sobre la cabeza de cada uno de los apóstoles (Capitel de la Daurade, en Toulouse).
   En ciertas miniaturas bizantinas (Homilías de San Gregorio Nacianceno, B.N., París) se advertirá que el Espíritu Santo no desciende directamente sobre los apóstoles, sino sobre el Trono Venerable (Vacua Sedes, Trono vacío del Juicio Final), donde reposa el libro del Evangelio, y es allí donde rebrotan o rebotan los rayos.
     2. El Cosmos
   Lo que caracteriza a las representaciones bizantinas de la Pentecostés es que los diferentes pueblos que serán evangelizados en sus respectivas lenguas, están personificados colectivamente por la figura del Cosmos, es decir, del mundo con el aspecto de un rey coronado de pie ante la puerta del cenáculo, que tiene en las manos un lienzo con los doce rollos, que corresponden a las predicaciones de los doce misioneros. Esta alegoría del Cosmos, que traduce el pasaje de las Escrituras acerca del Espíritu de Dios llenando el mundo (Spiritus Domini replevit Orbem terrarum), ha permanecido extraña a la iconografía occidental.
   Por error se había creído que ese misterioso personaje representaba al rey David, e incluso al profeta Joel, que hace decir a Yavé (2: 28): «Después de esto derramaré mi espíritu sobre toda carne».
     Catálogo
   Las representaciones de la Pentecostés son numerosas, tanto en el arte paleocristiano (miniaturas y mosaicos) como en el románico y el gótico; pero se multiplicaron sobre todo a finales de la Edad Media, a consecuencia de la fundación de las cofradías del Espíritu Santo, y luego, en el siglo XVI, a causa de la institución de la orden del Espíritu Santo por Enrique III (Louis Réau, Iconografía del Arte Cristiano. Ediciones del Serbal. Barcelona, 2000).
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Página web oficial de la Hermandad del Rocío del Cerro del Águila: www.rociodelcerro.com

La Hermandad del Rocío del Cerro del Águila, al detalle:
- Día de Salida Procesional: - Miércoles anterior al Domingo de Pentecostés
- Imágenes Titulares: - Simpecado