Por amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la calle Almirante Hoyos, de Sevilla, dando un paseo por ella.
Hoy, 17 de mayo es el aniversario del nacimiento (17 de mayo de 1786) de Francisco de Hoyos y de Larabiedra, el Almirante Hoyos, así que hoy es el mejor día para ExplicArte la calle Almirante Hoyos, de Sevilla, dando un paseo por ella.
La calle Almirante Hoyos es, en el Callejero Sevillano, una vía que se encuentra en los Barrios de la Alfalfa, y de San Bartolomé, del Distrito Casco Antiguo; y va de la confluencia de las calles Muñoz y Pabón, Corral del Rey, Augustos Plasencia, y Cabeza del Rey Don Pedro, a la calle Vírgenes.
La calle, desde el punto de vista urbanístico, y como definición, aparece perfectamente delimitada en la población histórica y en los sectores urbanos donde predomina la edificación compacta o en manzana, y constituye el espacio libre, de tránsito, cuya linealidad queda marcada por las fachadas de las edificaciones colindantes entre si. En cambio, en los sectores de periferia donde predomina la edificación abierta, constituida por bloques exentos, la calle, como ámbito lineal de relación, se pierde, y el espacio jurídicamente público y el de carácter privado se confunden en términos físicos y planimétricos. En las calles el sistema es numerar con los pares una acera y con los impares la opuesta.
También hay una reglamentación establecida para el origen de esta numeración en cada vía, y es que se comienza a partir del extremo más próximo a la calle José Gestoso, que se consideraba, incorrectamente el centro geográfico de Sevilla, cuando este sistema se impuso. En la periferia unas veces se olvida esta norma y otras es difícil de establecer.
A principios del s. XVIII, junto con el comienzo del actual Corral del Rey, era conocida como Correo y Correo Viejo porque en ella estuvo durante algún tiempo la administración de Correos; en 1869 se cambió por el de Prim, uno de los jefes militares de la revolución de 1868 y más tarde jefe del Gobierno, incorporando también la de Corral del Rey que constituía su prolongación. En 1873 y para conmemorar la fecha de la disolución por el gobierno del Cuerpo de Artillería, se la rotuló como Ocho de Marzo, para volver de nuevo a denominarse Prim y, finalmente, en 1875 se cambió por el de Almirante Hoyos en homenaje a Francisco de Hoyos y Larreviedra, que fue director del Colegio Naval de San Telmo (1840 1843) y vivió en esta calle. Posteriormente, en fecha imprecisa y por poco tiempo, fue denominada Don Francisco Castañeda, para recuperar a continuación su actual nombre. Presenta ligera curvatura en forma de S, con un chaflán en su comienzo y cierta inclinación. A partir de 1867 ha sufrido procesos de ensanche y alineación que le han dado su fisonomía actual; ya González de León (1839) la describió como "angosta y corta" y en 1867 se decidió cerrarla al tráfico por su estrechez. Confluye por la derecha la barreduela de Diamela y otra más pequeña, sin nominar, separada por una cancela, en cuyo fondo hay una casa rotulada con el núm.6. En los s. XVII y XVIII estuvo empedrada y en 1914 fue pavimentada con asfalto. En la actualidad presenta adoquín pequeño en la calzada y aceras de losetas que en ocasiones queda reducida al bordillo de granito. Se ilumina con farolas de fundición adosadas.
El caserío presenta gran homogeneidad en la acera de la derecha, con viviendas unifamiliares de tres plantas de gran altura, balcones y cierros en su segundo piso y guardaejes de hierro; el de la acera izquierda, que ha sido levantado de nueva planta en los últimos años, está formado por bloques entre medianeras también de tres plantas. Cumple funciones residenciales v carece de comercios, salvo en la confluencia con Muñoz y Pabón y Cabeza del Rey Don Pedro, que constituye el área comercial de la zona. En el pasado formaba uno de los ejes principales que unía el centro administrativo y comercial con la Puerta de Carmona; debió tener cierto prestigio, lo que llevó a rotularla con ocasión de los sucesos revolucionarios con el nombre de uno de los generales que destronaron a Isabel II. Sus casas, de gran porte, así como la concentración de consultas de médicos, confirman la importancia que tuvo en el pasado. A finales del XVII y comienzos del XVIII se establecieron las imprentas de Tomás López de Haro y Francisco Seefdael, respectivamente [Salvador Rodríguez Becerra, en Diccionario histórico de las calles de Sevilla, 1993].
Almirante Hoyos, 10. En este número se conserva una cancela con rica decoración y patio de columnas con capiteles corintios [Francisco Collantes de Terán Delorme y Luis Gómez Estern, Arquitectura Civil Sevillana, Excmo. Ayuntamiento de Sevilla, 1984].
Conozcamos mejor la Biografía del Almirante Hoyos, a quien está dedicada esta vía;
Francisco de Hoyos Larabiedra, (Araduenga, Santa María de Llano, Burgos, 17 de mayo de 1786 – Sevilla, 6 de septiembre de 1854). Marino y caballero laureado de San Fernando.
Hijo de los hidalgos Manuel de Hoyos Luengas y Francisca de Larabiedra Angulo. Casado. Sentó plaza de guardia marina el 14 de julio de 1800, y embarcó sucesivamente en el navío Atlante, la fragata Sabina, la balandra Pitt y el navío Santo Domingo, con el que navegó a Veracruz, retornando en abril de 1804 a la Península; entre tanto, fue promovido a alférez de fragata en octubre de 1802. Embarcado en la urca Presentación desde 1803, en 1804 hizo servicio de batallones en Cádiz, y en 1805 embarcó en el navío San Rafael, con el que viajó a la Martinica, hallándose en el asalto del fuerte del Diamante. A su regreso a Europa cayó prisionero de los ingleses en el combate de Finisterre (22 de julio de 1805), siendo liberado en diciembre y restituyéndose a Cádiz. Durante el año de 1806 hizo servicio de batallones y fue ayudante del arsenal de La Carraca, y en el inicio de la guerra contra Napoleón participó activamente en la rendición de la escuadra francesa (del 9 al 14 de julio de 1808). Embarcó entonces sucesivamente en los navíos Príncipe de Asturias y San Fulgencio; con éste hizo un viaje hasta Lima. Alférez de navío en febrero de 1809, pasó al navío San Pedro Alcántara, con el que viajó de nuevo a Lima, sirviendo allí constantemente en la campaña contra los insurgentes a bordo de la corbeta Cástor y del bergantín Potrillo. Se distinguió durante la reconquista de Chile, ascendió a teniente de fragata en mayo de 1815 y, a bordo de la corbeta Descubierta, navegó hasta Manila, desde donde regresó a Cádiz en mayo de 1816. Al año siguiente embarcó en el navío Asia, y en febrero de 1818 condujo a Rusia a las dotaciones que iban a hacerse cargo de los buques comprados al Zar —que le concedió la Cruz de la Orden de San Wladimiro—, y ya de vuelta a Cádiz tomó el mando de la fragata rusa Viva.
Teniente de navío desde octubre de 1818, fue segundo de la fragata Prueba, en la que volvió a Lima; en aquellos mares se distinguió en el combate contra la fragata bonaerense Rosa de los Andes, obligada a embarrancar (mayo de 1820). Sirvió como ayudante del Apostadero de Lima desde mayo de 1820 hasta noviembre de 1821, hallándose en los dos fracasados bloqueos y ataques de la escuadra chilena. Vuelto a la Península, desde mayo de 1822 aprovechó su licencia por enfermo, siendo luego nombrado ayudante de Marina de Sevilla. Retirado del servicio desde diciembre de 1824 hasta agosto de 1829, dedicó esos años a redactar una obra sobre su viaje a Rusia, así como a formar los derroteros del Canal de la Mancha, mar del Norte, paso de Categat, mar Báltico y estrecho de Finlandia. En el verano de 1829, en que fue nombrado 2.º astrónomo del Observatorio de San Fernando, y en virtud del nuevo reglamento, no formó parte de la Armada desde mayo de 1831 hasta mayo de 1840; mientras tanto, fue distinguido con los nombramientos de capitán de fragata honorario (octubre de 1837), y de capitán de navío honorario (abril de 1839). Capitán de navío efectivo en mayo de 1840, en marzo de 1841 fue nombrado director del sevillano Colegio Naval de San Telmo, y un año más tarde pasó al Tercio Naval de Sevilla. En noviembre de 1844 fue nombrado 2.º del Colegio Naval Militar, en San Fernando (Cádiz), y ascendió a brigadier en octubre de 1848. Poco después fue nombrado por segunda vez director del Colegio Naval de San Telmo; y en Sevilla mostró un valor heroico cuando, en la noche del 13 de mayo de 1848, batió a los revolucionarios sublevados; por este hecho se le concedió la Cruz de 3.ª Clase de la Orden Militar de San Fernando (19 de agosto de 1848). Posteriormente pasó a la Junta Consultiva, y se dedicó a redactar diversos reglamentos y ordenanzas, hasta que en junio de 1848 fue nombrado mayor general de la Armada, cargo que sirvió hasta abril de 1851, en que ascendió a jefe de escuadra (Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila, en Biografías de la Real Academia de la Historia).
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La calle Almirante Apodaca, al detalle:
Edificio c/ Almirante Hoyos, 10.
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