Cada 24 de septiembre se celebra a la Virgen de la Merced que significa “misericordia”, advocación que se remonta al siglo XIII cuando la Virgen se le aparece a San Pedro Nolasco y lo anima a seguir liberando a los cristianos esclavos. Ante este deseo, se funda la orden de los Mercedarios el 10 de agosto de 1218 en Barcelona, España, y San Pedro Nolasco fue nombrado por el Papa Gregorio IX como Superior General. Más adelante, en el año 1696, el Papa Inocencio XII fijó el 24 de septiembre como la Fiesta de la Virgen de la Merced en toda la Iglesia.
Y que mejor día que hoy, para ExplicArte la Iglesia de la Merced, en Morón de la Frontera (Sevilla).
La Iglesia de la Merced; se encuentra en la calle Marchena, 53; en Morón de la Frontera (Sevilla).
Edificio erigido durante el primer tercio del siglo XVII que presenta una sola nave con planta de cruz latina. El cuerpo de la nave, compartimentado por medio de pilastras toscanas, y los brazos del crucero, se cubren con bóvedas de cañón con arcos fajones y lunetos, situándose en el crucero una bóveda semiesférica sobre pechinas. La sacristía, de planta rectangular y cubierta por medio de bóvedas de arista, se sitúa tras el presbiterio, habiéndose remodelado en el último tercio del siglo XVIII. Sobre ella se sitúa el camarín de la Virgen de la Merced, fechable en la misma época. Al igual que la sacristía, es de planta rectangular si bien está compartimentada en dos ámbitos cuadrangulares separados por medio de una columna de mármol. El primero, al que se accede a través de una escalera que parte de la sacristía, hace de antecamarín y se cubre con una bóveda oval rebajada. El segundo, destinado a camarín de la Virgen, se cubre con una bóveda semiesférica sobre pechinas. Todo el conjunto aparece profusamente decorado con yeserías entre las que figuran rocallas. La portada de la iglesia, situada a los pies de la nave, corresponde a la etapa fundacional. Se compone de un arco de medio punto flanqueado por parejas de columnas adosadas sobre pedestales. Por encima de las columnas se sitúa un entablamento quebrado decorado con triglifos, que da paso a un frontón recto y roto, en cuyo tímpano se sitúa una hornacina con una escultura en barro de la Virgen de la Merced. Remata la fachada una espadaña de moderna construcción.
El retablo mayor consta de banco y de dos cuerpos de tres calles compartimentadas por estípites. Fechable a mediados del siglo XVIII, está sin dorar, situándose en la hornacina central una imagen de candelero de la Virgen de la Merced, del momento del retablo. A esa misma época corresponden las restantes esculturas del conjunto, a excepción de la de San Agustín, situada en el lado izquierdo del primer cuerpo, fechable a principios del XIX.
El retablo central del brazo izquierdo del crucero es de mediados del siglo XVIII. Compartimentado por medio de estípites, está dorado sólo en su mitad, presentando una escultura de la Dolorosa, del último tercio del siglo XVII, aunque repolicromada en el XVIII. En la parte superior se sitúa una escultura de papelón del Crucificado. En el lado derecho de este mismo brazo del crucero se halla un retablo de fines del siglo XVIII en cuya hornacina central, flanqueada por estípites, se encuentra un grupo escultórico de la Sagrada Familia, del último tercio del XVII. En el brazo derecho del crucero se sitúan dos retablos. En el del centro, fechable en el primer cuarto del siglo XIX, se sitúa una imagen de candelero de la Virgen de la misma fecha. El del lado izquierdo, también sin dorar, se fecha a finales del XVIII, y presenta una escultura de San Ramón del segundo cuarto del XVII.
Entre las piezas de orfebrería con que cuenta la iglesia destacan un ostensorio de bronce dorado, del primer cuarto del siglo XVII, y un cáliz de plata liso, fechado en 1791, que presenta los punzones de la ciudad de Córdoba y de los plateros Martínez y Santa Cruz (Alfredo J. Morales, María Jesús Sanz, Juan Miguel Serrera y Enrique Valdivieso. Guía artística de Sevilla y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2004).
Materiales inorgánicos: sillares, piedras, mármoles, arena, cal y yeso; materiales orgánicos: maderas; materiales manufacturados: ladrillos, tejas, baldosas, cristal e hierro.
Muros maestros de mampostería y ladrillos; refuerzo de pilastras de ladrillos en la fachada.
Los elementos sostenidos son: cubiertas de tejas árabes; pórtico de entrada en arcos de medio punto en el acceso a la zona parroquial; columna de jaspe rojo en la sala principal del camarín; falsa bóveda de cañón con lunetos y cúpula sobre pechina en el crucero. La sacristía se cubre con bóveda de arista.
El camarín está compuesto de antesala, cubierta por bóveda vaída ochavada y decorada con listeles y ménsulas, uniéndose a la sala principal del camarín por medio de un arco rebajado geminado apoyado en columna de jaspe rojo. La sala se cubre con cúpula de escayola con pinjante central y dos laterales cubiertos por bóvedas nervadas de aristas, comunicados por arcos geminado con pinjante. Todo el conjunto se decora con ricas yeserías a base de rocallas, cartelas, ángeles y pájaros.
La dependencias recientemente reformadas son de materiales nuevos y con estructuras arquitectónicas también modernas.
Mármol en la nave, ladrillo en la sacristía, escalera y camarín, baldosas de terrazo en las dependencias nuevas.
Fachada: portada de cantería que se abre con arco de medio punto entre columnas toscanas pareadas sobre pedestales; se remata con entablamento quebrado decorado con triglifos que da paso a un frontón partido y hornacina que contiene una imagen de la Virgen de la Merced. Sobre ella se sitúa una espadaña moderna.
La nave abre vanos hacia el exterior en su parte superior.
Detalle de la portada, decoración de las cúpulas del camarín y de la antesala en color albero, así como de la cúpula sobre pechina del crucero.
La bóveda de arista de la sacristía está decorada con aristas en color almagra.
La escalera de acceso al camarín es muy interesante con columnas y arcos que dan acceso a la escalinata. Sacristía y camarín de la Virgen (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Su nombre proviene de la Orden de los Mercedarios Descalzos, quienes la edificaron en el siglo XVII.
Tiene una sola nave con planta de cruz latina y en la portada destaca la imagen de la Virgen de la Merced y su bonita espadaña. Dentro de la iglesia son apreciables las tallas de la Virgen de la Merced, del siglo XVII, y el Niño Jesús, del XVII. En el retablo mayor, la Virgen Dolorosa y la Sagrada Familia, ambas del siglo XVII y realizadas en madera estofada y policromada.
Desde esta iglesia procesiona la Hermandad del Calvario, que posee unas bonitas imágenes realizadas recientemente (Turismo de la provincia de Sevilla).
Conozcamos mejor la Festividad de la Virgen de la Merced o Nuestra Señora de las Mercedes;
La Virgen de la Merced o Nuestra Señora de las Mercedes es una advocación, que deriva del latín merces, que significa: dádiva, gracia, por lo que puede entenderse como Nuestra Señora de la Misericordia. San Pedro Nolasco, un joven mercader de telas de Barcelona, empezó a actuar en la compra y rescate de cautivos, vendiendo cuanto tenía en 1203. Se dice que el uno de agosto de 1218, fiesta de San Pietro ad Vincula, tuvo una visita de la Santísima Virgen, dándose a conocer como La Merced, que lo exhortaba a fundar una Orden religiosa con ese fin principal de redimir a cristianos cautivos de los musulmanes y piratas sarracenos. San Pedro Nolasco consumó la creación de la Orden de la Merced en la Catedral de Barcelona con el apoyo del rey Jaime I el Conquistador y el asesoramiento del dominico canonista San Raimundo de Peñafort, el diez de agosto de ese mismo año 1218: recibieron la institución canónica del obispo de Barcelona y la investidura militar del rey Jaime I el Conquistador. El Papa Gregorio IX de Segni, quien aprobó la orden el diecisiete de enero de 1235, con la Regla de San Agustín. En 1245, muere el fundador. Se tienen testimonios de esta advocación mariana en medallas desde mediados del siglo XIII. En las primeras Constituciones de la Orden, de 1272, redactadas en Capítulo General, la Orden recibe ya el título de Orden de la Virgen de la Merced de la Redención de los cristianos cautivos de Santa Eulalia de Barcelona.
La devoción a la Virgen de la Merced se difundió a partir de la fundación de la Orden como un reguero de pólvora por Cataluña y por toda España, incluida Cerdeña, por Francia y por Italia, con la labor de redención de estos religiosos y sus cofrades. Con la evangelización de América, en la que la Orden de la Merced participó desde sus mismos inicios, la devoción se extendió y arraigó profundamente en todo el territorio americano. La fiesta dedicada a su patrona fue instituida a instancias de los mercedarios como acción de gracias por la fundación de la Orden. La primera concesión a los mercedarios de un Oficio para esta fiesta se hizo el cuatro de abril de 1615. Inocencio XI Odescalchi la extendió a la Iglesia española en 1680 e Inocencio XII Pignatelli a toda la Iglesia Latina el doce de febrero de 1696. Reducida en 1960 a simple conmemoración en la reforma del Beato Juan XXIII, fue suprimida del calendario universal e incluso nacional de España en el del uso ordinario de 1969 (Ramón de la Campa Carmona, Las Fiestas de la Virgen en el año litúrgico católico, Regina Mater Misericordiae. Estudios Históricos, Artísticos y Antropológicos de Advocaciones Marianas. Córdoba, 2016).
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La Virgen de la Merced o Nuestra Señora de las Mercedes es una advocación, que deriva del latín merces, que significa: dádiva, gracia, por lo que puede entenderse como Nuestra Señora de la Misericordia. San Pedro Nolasco, un joven mercader de telas de Barcelona, empezó a actuar en la compra y rescate de cautivos, vendiendo cuanto tenía en 1203. Se dice que el uno de agosto de 1218, fiesta de San Pietro ad Vincula, tuvo una visita de la Santísima Virgen, dándose a conocer como La Merced, que lo exhortaba a fundar una Orden religiosa con ese fin principal de redimir a cristianos cautivos de los musulmanes y piratas sarracenos. San Pedro Nolasco consumó la creación de la Orden de la Merced en la Catedral de Barcelona con el apoyo del rey Jaime I el Conquistador y el asesoramiento del dominico canonista San Raimundo de Peñafort, el diez de agosto de ese mismo año 1218: recibieron la institución canónica del obispo de Barcelona y la investidura militar del rey Jaime I el Conquistador. El Papa Gregorio IX de Segni, quien aprobó la orden el diecisiete de enero de 1235, con la Regla de San Agustín. En 1245, muere el fundador. Se tienen testimonios de esta advocación mariana en medallas desde mediados del siglo XIII. En las primeras Constituciones de la Orden, de 1272, redactadas en Capítulo General, la Orden recibe ya el título de Orden de la Virgen de la Merced de la Redención de los cristianos cautivos de Santa Eulalia de Barcelona.
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