Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Cádiz, déjame ExplicArte los principales monumentos (Castillo; Iglesia de San Francisco; Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria; Santuario de Nuestra Señora de los Ángeles; Iglesia de la Misericordia; Iglesia de Santa María Coronada; Real Fábrica de Artillería; y Abrigos rocosos) de la localidad de Jimena de la Frontera, en la provincia de Cádiz.
La riqueza mineral del subsuelo del término atrajo a distintos grupos humanos desde el neolítico. Prueba de ello son los abrigos rocosos que se conservan pintados. La fértil llanura situada entre los ríos Guadiaro y Hozgarganta, fue explotada agrícolamente por los romanos, que habían fundado la ciudad de Oba, que llegó a acuñar moneda propia. Algunas inscripciones reaprovechadas en los edificios de la localidad atestiguan la importancia del asentamiento. Fue un punto fortificado de los musulmanes desde el siglo VIII, que alcanzó notoria importancia durante el siglo XV, en la guerra de Granada. En 1456 pasó al señorío de Beltrán de la Cueva y a continuación al ducado de Medina Sidonia, al que perteneció hasta el siglo XIX. El pintoresco casco histórico de Jimena fue declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1983 (Juan Alonso de la Sierra, Lorenzo Alonso de la Serra, Ana Aranda Bernal, Ana Gómez Díaz-Franzón, Fernando Pérez Mulet, y Fernando Quiles García. Guía artística de Cádiz y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
La población se asienta en la ladera sur de una estribación de la Sierra de los Gazules, rodeada por los ríos Hozgarganta y Guadiaro. Su Casco Histórico se encuentra a los pies del Castillo el cual se sitúa en lo alto de una colina muy escarpada.
El centro histórico posee un estructura Lineal, adaptada a la topografía. Calles de típico asentamiento en ladera, adaptándose horizontalmente a las curvas de nivel, y uniéndose por cortas calles transversales de fuertes pendientes, que en determinados puntos se escalonan. Las manzanas son alargadas y estrechas con edificación a una o dos caras.
Se distinguen dos zonas claramente diferenciadas: Casco Antiguo consolidado y Arrabales.
La tipologías residencial más común es la de viviendas unifamiliares entre medianeras, cuya agrupación conforma en el interior espacios libres de uso público y privado, visibles desde la lejanía por su vegetación. Son de 1 o 2 plantas y se cubren con tejas curvas dispuestas a dos aguas que se prolongan por delante de las fachadas con amplio vuelo. La fachada de las casas presentan en planta baja un hueco central de acceso y dos laterales cerrados con rejas de hierro. A veces, presentan a ambos lados pilastras adosadas y en la parte superior un friso con molduras lisas o curvas que le sirven de cornisa. El paramento liso de las fachadas aparece siempre blanqueado desde el alero hasta el bordillo.
Generalmente están organizados en torno a un patio columnado.
La tipología doméstica de carácter popular suele ser de una planta a la que se le añade un sobrado, cuyo hueco, situado sobre la puerta, puede ir cerrado a modo de cierro o con una simple reja. La puerta adintelada queda envuelta por una moldura plana coronada por una ligera cornisa y a sus lados, los vanos pueden ser simples ventanas o bien cierros. Otras variantes tipológicas presentan cierros semicirculares e incluyen una planta semisótano o bien tienen plantas circulares.
Los desarrollos más recientes ocupan terrenos más llanos, siguiendo la carretera de la Estación (y el enlace con la carretera general).
Es difícil establecer el proceso urbano inicial dada la desaparición de los archivos municipales durante la invasión francesa, sin embargo, la lectura de la actual planta de la ciudad, así como la existencia de la arruinada iglesia de Santa María como eje de conexión entre el castillo y la ciudad, permiten deducir que el crecimiento durante los siglos XV y XVI se extendió en torno a un trazado triangular formado por las calles San Francisco, Misericordia, Cruz, Alta, Fuente de la Cruz y Jincaleta. La disposición de estas manzanas y el trazado triangular del área reseñada, hace pensar en la influencia que las vías de acceso de la ciudad tuvieron sobre la conformación urbana.
En el siglo XVI se funda por los franciscanos mínimos el convento de la Victoria, antigua capilla de Santa Ana y actual iglesia de la Santa Misericordia- Santa María la Coronada, en las afueras y en las proximidades de las vías de comunicación, adquiriendo la condición de hito urbano que originó la formación de un sector del tejido urbano.
Una hipótesis sobre la extensión de la trama urbana durante el siglo XVI se basa en la presencia de cuatro ermitas, citadas por Madoz: San Francisco, Consuelo, Misericordia y Concepción. Tan sólo se mantiene la del Consuelo, si bien transformada en vivienda y la de la Misericordia, que podría identificarse con la iglesia de Santa María. San Francisco tal vez se ubicaba en el actual solar de la Iglesia de Santa María Coronada y la de la Concepción se ha podido ubicar en la calle Sevilla.
Durante el siglo XVII se funda la iglesia de San Sebastián, que en el Ultimo tercio del siglo XVIII pasaría a denominarse de Santa María la Coronada, de la que actualmente sólo queda su torre, desplazando a la iglesia de Santa María (próxima al castillo) como centro parroquial de la villa. De esta manera, se convirtió en un punto de confluencia urbana que facilitó y ordenó la expansión urbana hacia esta zona, marcando uno de los límites de crecimiento de la villa y convirtiéndose en asentamiento de buena parte de los inmuebles domésticos de mayor relevancia. En los últimos años del siglo y primeros del siguiente, estaba conformado el margen del casco urbano. En el transcurso el siglo XVIII se produce la consolidación del casco urbano, ya trazado en los años anteriores, con la colmatación del espacio y el relleno de manzanas, muy condicionada por la orografía del terreno, que se desarrolla en pendiente. Tres zonas conforman los elementos esenciales de la ciudad: el área de la iglesia y la plaza de San Sebastián, convertida en el núcleo residencial principal; la calle Sevilla, arteria principal de la ciudad, que adquiere el carácter de centro de la ciudad y lugar de asentamiento de la actividad pública; y el Convento de la Victoria, con un crecimiento urbano en torno al mismo e inmuebles como la Pescadería, la Carnicería o los Corrales de Santa Ana.
Durante el siglo XIX no existen alteraciones en el trazado urbano, salvo la desamortización de los conventos de la Victoria (antigua capilla de Santa Ana y actual iglesia de la Santa Misericordia-Santa María la Coronada) y el de Nuestra Señora de los Ángeles, que liberó terrenos para el crecimiento de la trama. La llegada del ferrocarril en 1892, en las proximidades del Santuario de Ntra. Sra. de los Ángeles, supuso la expansión de la ciudad más allá de los límites del casco histórico, creándose una zona urbana nueva denominada Barrio de la Estación (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Grata ciudad serrana, cuyo caserío trepa por las faldas del monte San Cristóbal, entre los ríos Guadiaro y Hozgarganta, en un paisaje de excepcionales belleza y variedad.
Historia
Las últimas investigaciones llevadas a cabo por el estudioso don José Reguera ponen de relieve que los antecedentes de Jimena se encuentran en la mítica Oba, ciudad casi con toda seguridad tartesa, localizada en la cumbre del monte San Cristóbal.
Los árabes la llamaron Ximena, seguramente debido a la implantación en ella de los Banu Kinana, un clan de origen bereber.
El apelativo de la Frontera le sería añadido más tarde a causa de su situación fronteriza durante un dilatado periodo de la Reconquista. Tras una primera ocupación en 1431 cayó definitivamente en manos cristianas en 1456, en tiempos de Enrique IV.
En 1879, bajo el reinado de Alfonso XII, se le concedió el título de ciudad.
Gastronomía
En su cocina de tierra adentro sobresalen platos como el gazpacho majado o caliente, con ñoras y zumo de naranja amarga; el gazpacho de espárragos; la olla de tagarninas, un contundente cocido; el guiso de patas, de cerdo; el revuelto de chantarela, seta de Los Alcornocales, y los caracoles, igualmente silvestres.
La influencia musulmana queda patente de forma especial en el piñonate, un dulce a base de harina, huevos, aceite de oliva, miel, aguardiente, almendras, piñones, ajonjolí, canela y otras especias.
Fiestas
En febrero, el Carnaval es especialmente interesante en la pedanía de San Pablo de Buceite. A mediados de mayo se celebra una importante feria de ganado que incluye apartados dedicados a la caza, a la taxidermia, etc.
El Festival Internacional de Música es un acontecimiento que gana resonancia cada año y que se celebra en distintos marcos durante la segunda quincena de julio.
En octubre revisten gran interés las Jornadas de Historia y Arqueología y en noviembre las Jornadas Micológicas.
Visita
El caserío, declarado Conjunto Histórico Artístico, constituye una estampa bellísima, con sus casitas blancas de pequeñas ventanas, en las que la cal y la madera, el hierro de las rejas y las tejas árabes de los tejados se combinan a la perfección.
La calle Sevilla es la arteria principal. Arranca de la amplia plaza de la Constitución, en la que aún se conserva la torre de la antigua iglesia de Santa María de la Coronada. Hacia la mitad se sitúa el Ayuntamiento, un poco más arriba del cual se abre un mirador que ofrece bellas vistas de la serranía. En la cumbre del cerro se levanta el castillo, formidable fortaleza declarada Monumento Histórico Artístico en 1931. Lo levantaron los musulmanes en el siglo XIII, sobre los restos de otro anterior romano. El camino más fácil para subir hasta él es seguir la calle Sevilla y coger a la izquierda la calle La Loba, que tiene casas preciosas, como las número 25, 27, 35 y 82. En la fortificación, desde la que se obtienen inmensas vistas que llegan hasta el mar, destaca la torre del homenaje, bastión de cantería de 13 m de altura.
Debajo del castillo se encuentra la iglesia de la Misericordia, primer templo cristiano de la ciudad, construido sobre una anterior mezquita. Fuera de culto y restaurada recientemente, en la actualidad se ubican en ella la Oficina de Turismo y un Punto de Información del Parque Natural de los Alcornocales.
Las calles que bajan del castillo, como Misericordia, Cruz del Rincón o Caminete de Luna, son de las más bellas del pueblo. En la de San Francisco está la iglesia del mismo nombre, único resto, aunque muy reformado, del convento que los franciscanos fundaron en el siglo XV.
En la agradable plaza del Llano de la Victoria, con casas realmente hermosas, como la número 28, está la iglesia de Nuestra Señora de la Victoria, que en su día formó parte de un convento de Mínimos, fundado en los primeros años del siglo XVII.
Sin embargo, la joya más valiosa de la localidad es el Santuario de Nuestra Señora de los Ángeles, situado en la barriada de la Estación. Se trata de una edificación de fuerte sabor mudéjar levantada por los franciscanos, al parecer, en la octava década del siglo XVI a partir de una anterior ermita construida en el siglo XV para conmemorar la aparición de la Virgen. El claustro, al que se llega a través de un amplio atrio, es de dos plantas, a base de arcos de medio punto y rebajados. La iglesia, que fue saqueada en 1936, presenta bóveda de cañón con lunetos y arcos fajones, destacando el camarín de la Virgen, en la capilla mayor, barroco, cuajado de espléndidas yeserías.
Alrededores
Los parajes que rodean al pueblo son espectaculares. Hay numerosos senderos que los recorren. Junto al río Hozgarganta se encuentran los restos de la Real Fábrica de Artillería fundada por Carlos III. En el entorno de la población se han localizado 18 cuevas y abrigos rocosos decorados con pinturas rupestres. El más sobre saliente de todos es el de Laja Alta, situado a unos 12 km por la CA 3331, que lleva de Jimena al puerto de Galis (Rafael Arjona, y Lola Wals. Guía Total, Cádiz, Costa de la Luz. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2008).
Grata ciudad serrana, cuyo casco urbano trepa por la falda del monte San Cristóbal, entre los ríos Guadiaro y Hozgarganta, en un paisaje de gran belleza y variedad.
Historia
Por los últimos vestigios encontrados, la ciudad tiene al menos una antigüedad de tres mil años. Probablemente fue la Oba ibera de la que hablan algunos historiadores y es casi seguro que, como señala Elio Capitolino, en ella nació, ya bajo la dominación romana, Aenio Varon, bisabuelo del emperador Marco Antonio. Los árabes la bautizaron como Ximena, ganándose el apelativo "de la Frontera" por su situación a lo largo de la Reconquista. Tras una primera conquista en 1431 cayó definitivamente en manos cristianas en l456, en tiempos de Enrique IV. En 1492, tropas de Jimena al mando de Rodrigo Ponce de León participaron en la toma de Granada. En 1879, bajo el reinado de Alfonso XII, se le concedió el título de ciudad.
Gastronomía
Sobresalen el gazpacho majado, con pimiento seco y añadiéndole el zumo de naranjas amargas, la olla de tagarninas, cocido a base de tagarninas y garbanzos y el piñonate, dulce de la localidad, de origen árabe, elaborado con harina, huevos, aceite de oliva, miel, aguardiente, almendras, piñones, ajonjolí, canela...
Artesanía
Se realizan bellos e interesantes trabajos en cerámica y en corcho.
Fiestas y festivales
Entre el 15 y el 17 de mayo tiene lugar una importante feria de ganado con exposición de las razas bovinas destinadas a carne. Del 13 al 17 de agosto se celebra la feria, con gran cabalgata de majorettes, y gigantes y cabezudos. En los últimos años tiene lugar en la localidad un interesante Festival Internacional de Música en el que participan orquestas y músicos de carácter internacional y artistas locales.
Visita
Por su espléndida belleza natural y buena conservación, el casco urbano posee la declaración de Conjunto Histórico Artístico. Sus calles, pendientes y empedradas, se elevan llenas de encanto hacia lo más alto del cerro, donde se encuentra el castillo, poderosa fortaleza visible desde una gran distancia y desde la que se divisa un extensísimo paisaje que llega hasta el mar. A su alrededor, descendiendo en callecitas oblicuas de casas inmaculadas, ha crecido la población. Muy deteriorado a pesar de su declaración como Monumento Histórico Artístico en 1931, fue construido por los árabes en el siglo XIII sobre los restos de otro anterior de origen romano.
Fuera de la muralla se sitúan las ruinas de la iglesia de la Misericordia, del siglo XVIII, construida sobre una antigua mezquita y junto a la cual estuvo en su día el cementerio del pueblo. En la barriada de la Estación se localiza el santuario de la Reina de los Ángeles, patrona de la ciudad, que forma parte del antiguo convento de franciscanos, obra de 1450 muy reformada en el siglo XVII. La tradición cuenta que la imagen de la Virgen fue tallada por San Lucas y traída hasta aquí hacia el año 190. Es una valiosa talla en piedra del siglo XV.
Alrededores
En el lugar denominado Los Barracones, en la cueva de Laja Alta, se han encontrado pinturas rupestres con unos tres mil años de antigüedad. Su principal particularidad consiste en ser las únicas conocidas que representan escenas marítimas.
En el término abunda la caza, tanto mayor como menor, y se pueden recorrer hermosas rutas a pie o a caballo (Rafael Arjona. Guía Total, Andalucía. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2005).
Castillo
En el siglo VII se pusieron las primeras piedras sobre el solar de la primitiva ciudad de Oba, alcanzando mayor esplendor un siglo más tarde, con los musulmanes, quienes acabarían integrándola en la línea de defensa de la frontera nazarí. Fortaleza construida sobre una base musulmana a partir de 1431, del recinto se conserva la muralla exterior, torreada, con puerta en acodo. Ésta se complementa con la Torre del Reloj, de arco de herradura apuntado. Los sillares bien escuadrados del muro proceden de una construcción romana, lo mismo que las inscripciones latinas. En muy buen estado y accesible se encuentra la torre albarrana. El alcázar posee una gran plaza de armas en cuyo centro se levanta la Torre del Homenaje, que es de planta circular y envuelve a otra más antigua de sección poligonal. Aunque este sector se encuentra muy afectado por las reformas cristianas, es posible que la torre sea obra nazarí. Por último, hay que estimar la dimensión y variedad de los aljibes abovedados. En la arquería de uno de ellos se han apreciado las maneras del arte almohade (Juan Alonso de la Sierra, Lorenzo Alonso de la Serra, Ana Aranda Bernal, Ana Gómez Díaz-Franzón, Fernando Pérez Mulet, y Fernando Quiles García. Guía artística de Cádiz y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
El recinto murado de la antigua villa abarcaba un área extensa y alargada. De él solo se conserva el arranque de los muros y cubos en múltiples puntos. El interior está desmantelado y ocupado en parte por el cementerio. Se conserva íntegra la puerta de acceso al patio de armas que se conforma mediante dos arcos de herradura, situándose el superior más avanzado que el inferior. En éste se conservan algunos restos de decoración pintada a base de motivos geométricos. El remate es almenado, y en un lateral se levanta la llamada torre del reloj de planta rectangular. Entre los sillares de este conjunto, se encuentran dos cipos y una basa de origen romano.
El Alcázar se sitúa en un extremo rodeado por una doble muralla almenada en la zona correspondiente al patio de armas, en cuyo centro se sitúa la torre del Homenaje, de planta circular, con cubierta de bóveda de paños, cuyo acceso se realiza mediante escalera de caracol.
El recinto exterior alberga los aljibes, construcciones de origen romano, cuyo aspecto actual corresponde al periodo islámico, compuesta de varias naves paralelas cubiertas por bóvedas de cañón y sustentadas por arcadas sobre pilares.
Todo el conjunto tiene origen en el siglo XIII, con reformas de los siglos posteriores, aunque su fisonomía responde al periodo Nazarí con algunos aditamentos de época cristiana.
Por otra parte, también se ha documentado un yacimiento romano con cerámica campaniense, escultura, restos arquitectónicos y epigrafía del siglo II d. C. y vestigios de época bajomedieval cristiana.
El castillo de Jimena fue conquistado por los castellanos en 1431 y restaurado a fines del siglo XV. En 1454 volvieron a recuperarlo los nazaríes, pasando de nuevo a manos de los cristianos en 1456, con Enrique IV. Fue vendido al Duque de Medina-Sidonia en 1471. Del castillo al que pertenecen estas murallas se conserva, en regular estado, la puerta de acceso directo al patio de armas bajo dos arcos de herradura apuntados, construidos en fábrica de ladrillo, que gravitan sobre jambas de grandes sillares. El primer arco, de mayor altura y desarrollo, se sobrepone al segundo, que presenta los salmeres desbastados, lo que lo hace aparecer ligeramente apuntado, sin describir la herradura. Los paramentos de la puerta conservan restos de su revestimiento en estuco. A la izquierda, se alza un torreón formando escuadra con la puerta. Este torreón, de planta rectangular, es ligeramente troncocónico y su fábrica se compone de sillarejos dispuestos irregularmente. Por haber tenido hace tiempo un reloj, se le conoce bajo el nombre de "Torre del Reloj". Parece obra posterior a la puerta, dada la fábrica de sus paramentos. Los muros de ambos arcos van construidos a base de mampostería y en su parte superior conservan algunas almenas con aspilleras muy deterioradas. En la parte derecha de la puerta, persisten lienzos de muros a base de sillarejo en su parte inferior y mampuesto en el resto.
Queda del castillo de Jimena un grueso torreón islámico sin ornato arquitectónico y rodeado de un doble anillo de murallas flanqueadas por algún cubo y apenas sin almenado. Fue conquistado a los árabes en 1431 (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Iglesia de San Francisco
Único elemento que se conserva de un antiguo convento franciscano fundado en el siglo XV. Ha sufrido una reforma muy profunda en los últimos años del siglo XX y, quizá en un intento de interpretar la fábrica primitiva, ha sido cubierta por una techumbre de madera. En su interior no guarda imágenes de interés, pero sí algunas piezas de platería que merecen ser destacadas. Son los casos de un cáliz rococó, cuyo astil se ha decorado con cabezas de querubines y pie de perfil sinuoso, con la marca de platero cordobés Santacruz y Zaldúa (1782) y otro más moderno, sobredorado, con grabados de la Pasión. Y otros dos del siglo XIX, uno de ellos con decoración de palmetas y un texto grabado en la pestaña del pie: «Sto Christo del Rosº de 1819». Un copón de la primera mitad del XIX, con decoración de gajos e iconografía de la Pasión y franciscana. Y, por último, una custodia de metal dorado, del siglo XIX, con piedras de colores (Juan Alonso de la Sierra, Lorenzo Alonso de la Serra, Ana Aranda Bernal, Ana Gómez Díaz-Franzón, Fernando Pérez Mulet, y Fernando Quiles García. Guía artística de Cádiz y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Único elemento que se conserva de un antiguo convento franciscano fundado en el siglo XV. Ha sufrido una reforma muy profunda en los últimos años del siglo XX y, quizá en un intento de interpretar la fábrica primitiva, ha sido cubierta por una techumbre de madera. En su interior no guarda imágenes de interés, pero sí algunas piezas de platería que merecen ser destacadas. Son los casos de un cáliz rococó, cuyo astil se ha decorado con cabezas de querubines y pie de perfil sinuoso, con la marca de platero cordobés Santacruz y Zaldúa (1782) y otro más moderno, sobredorado, con grabados de la Pasión. Y otros dos del siglo XIX, uno de ellos con decoración de palmetas y un texto grabado en la pestaña del pie: «Sto Christo del Rosº de 1819». Un copón de la primera mitad del XIX, con decoración de gajos e iconografía de la Pasión y franciscana. Y, por último, una custodia de metal dorado, del siglo XIX, con piedras de colores (Juan Alonso de la Sierra, Lorenzo Alonso de la Serra, Ana Aranda Bernal, Ana Gómez Díaz-Franzón, Fernando Pérez Mulet, y Fernando Quiles García. Guía artística de Cádiz y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria El antiguo convento de mínimos de la Victoria, fundado a principios del siglo XVII, sufrió una importante reforma en la segunda mitad del siglo XVIII, a la que se debe gran parte de la fábrica actual. Una profunda restauración efectuada en 1982 recuperó en parte las dependencias dañadas por el incendio de 1936. La fachada es original y ofrece una imagen sencilla, con el vano de entrada flanqueado por dos columnas de ladrillo de orden jónico, sobre las que apoya el friso y un tímpano roto por una ventana, con dos pináculos a eje con los soportes. Pero el resto del inmueble está muy modificado; el interior de la iglesia ha quedado reducido a una diáfana nave, sin apenas decoración y con varios tramos perdidos, que aún pueden contemplarse en el arranque de los arcos que sobresalen en la terraza colindante. Un Crucificado moderno recibe culto en el testero y merece resaltarse la corona decorada con rocallas de la Virgen de la Victoria. El claustro ha sido muy reformado y presenta dos plantas, la baja abierta en galería de arcos de rosca de ladrillo sobre machones, y la superior con ventanas (Juan Alonso de la Sierra, Lorenzo Alonso de la Serra, Ana Aranda Bernal, Ana Gómez Díaz-Franzón, Fernando Pérez Mulet, y Fernando Quiles García. Guía artística de Cádiz y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Santuario de Nuestra Señora de los Ángeles
Está situado a 2 kilómetros de la localidad y es uno de los edificios más interesantes del Campo de Gibraltar. Asentado en un llano -«la vega»- que se extiende al pie del pueblo, tiene su origen en una ermita levantada para celebrar la aparición milagrosa de la Virgen, a principios de 1500. Se tiene como segura la fecha de 1543, cuando se contrata al entallador Andrés Castillo y al pintor Juan Enrique, para hacer el retablo mayor de la ermita. Los franciscanos se hacen cargo del edificio en 1588 y construyen el santuario.
Está situado a 2 kilómetros de la localidad y es uno de los edificios más interesantes del Campo de Gibraltar. Asentado en un llano -«la vega»- que se extiende al pie del pueblo, tiene su origen en una ermita levantada para celebrar la aparición milagrosa de la Virgen, a principios de 1500. Se tiene como segura la fecha de 1543, cuando se contrata al entallador Andrés Castillo y al pintor Juan Enrique, para hacer el retablo mayor de la ermita. Los franciscanos se hacen cargo del edificio en 1588 y construyen el santuario.
El acceso principal se produce a través de un espacioso atrio. Una puerta con un marco de ladrillo, con pilastras dóricas y ático, permite la entrada al claustro. Tiene dos plantas, la inferior con columnas ochavadas de ladrillo sobre las que cabalgan arcos de medio punto con alfices y la superior con arcos rebajados y barandas. Pese a las fechas barajadas, el conjunto parece mudéjar del siglo XV. En uno de los ángulos del patio se abre una sacristía construida en el siglo XVIII, con bóvedas de aristas y arcos que apoyan sobre ménsulas decoradas, destacando la gran macolla que cuelga en el centro. La iglesia es de una sola nave, cubierta con bóveda de cañón con lunetos y arcos fajones y cúpula sobre el altar mayor. En el camarín hay unas bellas yeserías barrocas.
En 1936 fue despojada la iglesia de todos sus enseres artísticos y tan sólo conserva algunas piezas de plata, entre las que cabe destacar un atril con decoración de rocallas y un copón de plata sobredorada, con querubines en el astil y esmaltes rectangulares y ovales. Un cáliz marcado por el sevillano Miguel Palomino (M. PALOMINO), de palmetas plateadas sobre plata sobredorada y otro cáliz de 1791 realizado en Córdoba por Antonio José de Santacruz, con las marcas de ciudad, el león rampante, y del fiel (MARTÍNEZ 91) así como el del artífice (CRUZ). Es de bellos perfiles con nudo piriforme y copa de campana, la base circular decorada con cuatro medallas con temas eucarísticos: vid, león, cordero y pelícano (Juan Alonso de la Sierra, Lorenzo Alonso de la Serra, Ana Aranda Bernal, Ana Gómez Díaz-Franzón, Fernando Pérez Mulet, y Fernando Quiles García. Guía artística de Cádiz y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Se trata de un complejo constructivo conventual que conserva todas sus dependencias. El acceso se realiza a través de un vano de medio punto flanqueado por pilastras toscanas y rematado por almenas. La iglesia es de una nave, cubriéndose por bóvedas de cañón con lunetos, situándose a los pies el coro en alto. La capilla mayor se cubre por cúpula semiesférica sobre pechinas, y a ella se abre el camarín con el mismo tipo de cubierta decorada por abundantes yeserías. En el lado derecho de la nave se abre una capilla de planta cuadrada cubierta por cúpula semiesférica sobre pechinas. La torre consta de un sólo cuerpo rectangular, rematado por una espadaña de dos cuerpos articulados por pilastras y rematados por frontón triangular.
A las dependencias conventuales se accede mediante una portada compuesta por un vano de medio punto flanqueado por sendas pilastras toscanas. De estas destacan la sacristía y el claustro. La primera es de planta cuadrada y se cubre por cuatro bóvedas de aristas que descansan sobre capiteles compuestos, quedando el central suspendido. El claustro es de planta rectangular y se resuelve mediante una doble galería de arcos de medio punto inscritos en alfiz y sustentados por pilares octogonales con capitel toscano.
Aunque fue fundado en el siglo XV, las construcciones actuales pertenecen a los siglos XVII y XVIII, y responden a la estética barroca, si bien el claustro presenta elementos de tradición mudéjar.
El Santuario Ntra. Sra. de los Ángeles está enclavado en el núcleo de la Estación de Jimena, apenas a 2 kilómetros del centro de la ciudad. Su construcción se remonta al año 1.450 y fue posteriormente reformado en el siglo XVII. Es más conocido por el "Convento", pues allí residieron largos años los Padres Mínimos, pertenecientes a las órdenes religiosas fundadas por San Francisco de Paula, hasta la Ley de Desamortización de 1.820.
La Imagen de Ntra. Sra. de los Ángeles, según documentos encontrados en el archivo del Convento de la Rábida (Huelva), se remonta al año 190 de nuestra Era Cristiana y traída desde Antioquía a España. Con la llegada de los moros a la península, dos sacerdotes huyeron y escondieron la imagen en una cueva cercana a Jimena, donde permaneció oculta hasta que fue descubierta casualmente por un monje de la Orden Benedictina del Cister. Desde entonces quedó en estas tierras. El día 8 de octubre de 1.865 el Obispo de Cádiz, prestó solemne juramento de fidelidad y devoción a su Patrona.
Devoción que se renueva cada año cuando llega el primer domingo de septiembre (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Otros lugares de interés
La primera iglesia de Jimena fue la Misericordia, que está a los pies del castillo, construida en el siglo XV, después de reconquistada la ciudad, sobre la primitiva mezquita. Convertida en oficina de turismo, apenas conserva los muros perimetrales de la vieja fábrica, obra de cantería, con una sola nave que abre a través de un arco apuntado gótico a una gran cabecera. En la plaza de la Constitución se mantiene en pie el campanario de la antigua iglesia parroquial de Santa María Coronada, compuesto de una caña de sección cuadrada coronado por una pronunciada cornisa, sobre la que se dispone un cuerpo de campanas ochavado con arcos flanqueados por pilastras y rematado por un friso dórico. Es obra del XVII con reformas de principios del XIX. Las Reales Fábricas de Artillería, que produjeron bombas y balas de cañón, se empezaron a construir en 1778, atendiendo a la iniciativa del francés Eduardo Boyetet (1761). Dos siglos después de la clausura, que se produjo en 1789, aún se conserva en el recinto amurallado más de una veintena de edificios, entre los industriales y accesorios, además de una iglesia parroquial. El conjunto se complementa con el embalse y las conducciones de agua, que proporcionaban la energía precisa para mover la maquinaria. Tras el castillo se hallan los restos de una construcción en piedra, conocida como el Baño de la Reina Mora. Sobre una pared rocosa hay abiertas diversas hornacinas, una de las cuales podría ser un ara. Se ha sugerido la posibilidad de que se trate de los restos de una iglesia mozárabe de los siglos IX a X.
La primera iglesia de Jimena fue la Misericordia, que está a los pies del castillo, construida en el siglo XV, después de reconquistada la ciudad, sobre la primitiva mezquita. Convertida en oficina de turismo, apenas conserva los muros perimetrales de la vieja fábrica, obra de cantería, con una sola nave que abre a través de un arco apuntado gótico a una gran cabecera. En la plaza de la Constitución se mantiene en pie el campanario de la antigua iglesia parroquial de Santa María Coronada, compuesto de una caña de sección cuadrada coronado por una pronunciada cornisa, sobre la que se dispone un cuerpo de campanas ochavado con arcos flanqueados por pilastras y rematado por un friso dórico. Es obra del XVII con reformas de principios del XIX. Las Reales Fábricas de Artillería, que produjeron bombas y balas de cañón, se empezaron a construir en 1778, atendiendo a la iniciativa del francés Eduardo Boyetet (1761). Dos siglos después de la clausura, que se produjo en 1789, aún se conserva en el recinto amurallado más de una veintena de edificios, entre los industriales y accesorios, además de una iglesia parroquial. El conjunto se complementa con el embalse y las conducciones de agua, que proporcionaban la energía precisa para mover la maquinaria. Tras el castillo se hallan los restos de una construcción en piedra, conocida como el Baño de la Reina Mora. Sobre una pared rocosa hay abiertas diversas hornacinas, una de las cuales podría ser un ara. Se ha sugerido la posibilidad de que se trate de los restos de una iglesia mozárabe de los siglos IX a X.
En Jimena han sido catalogados hasta 18 abrigos rocosos con pintura murales. De todos ellos el más notable es el de la Laja Alta, situado a unos 7 kilómetros de Jimena. Junto a los diversos motivos antropomorfos y geométricos hay que destacar la representación de ocho barcos de distintos tipos, que ilustran la presencia de los fenicios en la zona y el contacto al menos visual con los pobladores de la zona a fines del Bronce (Juan Alonso de la Sierra, Lorenzo Alonso de la Serra, Ana Aranda Bernal, Ana Gómez Díaz-Franzón, Fernando Pérez Mulet, y Fernando Quiles García. Guía artística de Cádiz y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Real Fábrica de Artillería. Fundición de hierro y forja con un sistema de ingeniería hidráulica (canales, súas). La obra de ingeniería está compuesta presa que atraviesa transversalmente al río Hozgarganta, canal de la conducción de las aguas, depósitos paralelos para la conducción de agua al pueblo y edificio donde se instalaba la fábrica. Está construida con sillares y argamasa (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Cádiz, déjame ExplicArte los principales monumentos (Castillo; Iglesia de San Francisco; Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria; Santuario de Nuestra Señora de los Ángeles; Iglesia de la Misericordia; Iglesia de Santa María Coronada; Real Fábrica de Artillería; y Abrigos rocosos) de la localidad de Jimena de la Frontera, en la provincia de Cádiz. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la provincia gaditana.
Más sobre la provincia de Cádiz, en ExplicArte Sevilla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario