Joven ciudad nacida en la «línea» fortificada construida para defensa de la Bahía de Algeciras, entre 1730 y 1735. En 1810, durante la Guerra de Independencia, el cinturón defensivo fue destruido por los ingleses. Entre la calle Real, las plazas de la iglesia y de la Constitución o Explanada comienza a organizarse la nueva ciudad, que en 1873 se separa de San Roque como municipio independiente. Su historia está salpicada de hechos que tienen que ver con su situación fronteriza (Juan Alonso de la Sierra, Lorenzo Alonso de la Serra, Ana Aranda Bernal, Ana Gómez Díaz-Franzón, Fernando Pérez Mulet, y Fernando Quiles García. Guía artística de Cádiz y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
La Línea de la Concepción, otra gran ciudad, con prácticamente 60.000 habitantes, nacida tras el Tratado de Utrecht, que dejaba el peñón de Gibraltar en manos de los ingleses. También ha crecido mucho en los últimos años y se ha dotado de amplias avenidas y largos paseos, así como de luminosos y perfumados jardines.
El casco histórico de La Línea, sin embargo, responde a las ideas de la Ilustración, en boga en el momento de su creación, motivo por el que presenta un trazado en retícula, de casas no muy altas y, en general, de muros inmaculados. Situada a la sombra del Peñón y a orillas del mar, cuenta con cinco playas, y la frontera, que hasta no hace mucho estaba firmemente cerrada, es hoy un paso mínimamente controlado que permite el trasiego continuo de personas de un lado a otro. Se encuentra al final de la avenida Veinte de Abril, frente al parque Princesa Sofía, en el que aparecen un buen número de búnkers, sustitutos de las viejas fortificaciones defensivas durante la segunda guerra mundial. Antes del parque, en la plaza de la Constitución, en la antigua Comandancia Militar, está el Museo del Istmo, de carácter principalmente arqueológico. Muy cerca, en la plaza de Fariñas, se sitúa el Museo Cruz Herrera*, en el que se expone la espléndida colección de pinturas que el gran pintor linense José Cruz Herrera (La Línea, 1890- Casablanca, 1972) donó a su ciudad natal.
Al lado mismo, en la plaza de la Iglesia, se levanta la parroquia de la Inmaculada Concepción, templo inaugurado en 1879, cuya fachada muestra la influencia del barroco colonial. Presidiendo el altar mayor aparece la Inmaculada Concepción, una preciosa imagen en madera policromada tallada por el escultor de San Roque Luis Ortega Bru.
El mercado de abastos está muy cerca de aquí, en la calle Isabel la Católica. Tampoco queda lejos el puerto deportivo, al borde de la avenida Príncipe de Asturias. En la calle Mateo Inurria tiene un gran interés el Museo Taurino, uno de los más importantes de España en su género (Rafael Arjona, y Lola Wals. Guía Total, Cádiz, Costa de la Luz. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2008).
Gran ciudad situada en el extremo meridional de la bahía de Algeciras, frente al peñón de Gibraltar, de cuya colonia inglesa es frontera.
Historia
Tras elTratado de Utrecht del 13 de julio de 1713 por el que se ponía fin a la Guerra de Sucesión con el triunfo de Felipe V, el peñón de Gibraltar pasó a poder de la corona británica. Con objeto de defender el territorio peninsular se construyó una línea de contravalación que iba desde el fuerte de Santa Bárbara al de San Felipe, edificados en 1727 y 1731, respectivamente. La ciudad nació al amparo de esta línea y de ahí procede su nombre.
Hasta 1870 perteneció al municipio de San Roque, con el nombre de La Línea de Gibraltar. El 20 de Julio de este año se convierte en municipio independiente y diez días más tarde cambia su nombre por el actual.
En 1913, bajo el reinado de Alfonso XIII, recibe el título de ciudad.
Gastronomía
Los abundantes productos del mar componen la materia prima de una cocina que no desdeña ni la caza ni los frutos de la huerta. El rape, el mero, la urta, los lenguados, fritos, a la sal o en guisos, se alternan con los populares espetones de sardinas, que se toman sobre todo en la playa. Perdices, conejos, jabalíes y venados aparecen puntualmente en la temporada de caza ocupando su lugar junto a los espárragos, la coliflor o las berenjenas. El arroz con leche y los tocinos de cielo endulzan deliciosamente los postres.
Fiestas
En el mes de febrero reviste gran importancia el Carnaval, con concursos de chirigotas y comparsas y gran participación popular. Entre el 14 y el 23 de julio tienen lugar la feria y las fiestas de la Virgen del Carmen.
El trazado de la población responde plenamente a las ideas de la Ilustración, de este modo, el conjunto es reticular, con calles rectas, de casas bajas y blancas, aunque la aparición y desarrollo del turismo ha favorecido también la construcción de edificios de pisos y núcleos más modernos. El mar constituye hoy por hoy su principal atractivo. La ciudad cuenta con las playas de Santa Bárbara, la Atunara, Sobrevela, Torrenueva y Los Portichuelos, que se suceden, desde la frontera con Gibraltar, a lo largo de 10 km de fina arena bañada por el Mediterráneo.
En el casco urbano, muy cerca del Ayuntamiento, que se levanta en la avenida de España, en la plaza de Fariñas se encuentra la Casa de la Cultura y, en ella, ocupando las plantas segunda y tercera el Museo Cruz Herrera*, en el que se expone la amplia colección de pinturas que el magnífico pintor linense José Cruz Herrera (La Línea, 1890-Casablanca, 1972) donó a su ciudad.
Muy cerca del museo, en la plaza de la Iglesia, se levanta la iglesia de la Inmaculada Concepción, inaugurada en 1879, templo de delicada factura, cuya graciosa espadaña recuerda el estilo colonial. La plaza de toros, inaugurada el 20 de mayo de 1883, es una de las más antiguas de España. En sus proximidades se encuentra el Museo Taurino (Rafael Arjona. Guía Total, Andalucía. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2005).
Iglesia de la Inmaculada Concepción
Este templo, inaugurado en 1880, se estructura en una planta de salón con tres naves, la central más elevada, con cubierta adintelada que sostienen pilares toscanos, entre los que cabalgan arcos de medio punto y sobre los que corre una tribuna. En fachada presenta una disposición clasicista, con un ático flanqueado por aletones, un esquema que reproduce la espadaña que corona el conjunto y le otorga un aspecto sobrecargado. En la capilla mayor hay un retablo barroco donado por la duquesa de Parcent en 1916 y que sustituyó a un baldaquino neogótico. Se compone de banco, cuerpo único con tres calles separadas por columnas salomónicas y ático. Está flanqueado por dos pequeños altares agregados recientemente. La escultura de la Inmaculada que lo centra, regalada por el Ayuntamiento a la parroquia en 1954, es obra del imaginero sanroqueño Luis Ortega Bru. En el ático y en las calles laterales hay pinturas de la época del retablo que representan el Bautismo de Cristo, el Martirio de San Andrés y La Adoración de los Reyes.
En las capillas se disponen, en retablos de escaso valor, algunas imágenes procesionales modernas. En la nave de la izquierda, un altar con la titular de la cofradía del Nazareno, un Cristo con la cruz a cuestas, tallado por Antonio Castillo Lastrucci (1940), hermandad a la que pertenece el estandarte que se guarda en la sacristía, obra del pintor linense José Cruz Herrera. En el altar contiguo se expone otro estandarte, éste de plata y de la Virgen del Rocío, realizado en los talleres del sevillano Fernando Marmolejo. En este lateral de la iglesia se encuentra una copia fiel del Cristo de San Plácido, de Velázquez, realizada por Cruz Herrera, que suscito una fuerte polémica entre el autor y el párroco, al borrar éste los dos ángeles situados a los flancos del crucifijo.
En la nave de la derecha hay un lienzo de la Inmaculada, en el que Cruz Herrera reproduce uno de sus característicos modelos femeninos (1963). El grupo escultórico de la Piedad, titular de la cofradía de las Angustias, fue ejecutado por Ortega Bru. Más modernas son las esculturas de candelero de la Virgen de la Amargura, de Pineda Calderón, y el Cristo de la Misericordia, de Gironés. La Soledad, que también procesiona, es una imagen de candelero atribuida al malagueño Fernando Ortiz, datable en la segunda mitad del siglo XVIII.
En la Sacristía hay otras tres obras de Cruz Herrera, el Monaguillo y la Misión, así como el citado estandarte del Nazareno. También hay una Inmaculada de talla que procede de la antigua capilla de la guarnición militar de la ciudad (Juan Alonso de la Sierra, Lorenzo Alonso de la Serra, Ana Aranda Bernal, Ana Gómez Díaz-Franzón, Fernando Pérez Mulet, y Fernando Quiles García. Guía artística de Cádiz y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
El Museo fue creado con los fondos donados por el propio pintor y ocupa las plantas segunda y tercera de la Casa de la Cultura, compartiendo espacio con exposiciones temporales y encuentros culturales de toda índole. El itinerario por la vida y obra del artista linense se organiza en cuatro capítulos, correspondientes a las respectivas salas. La primera muestra el comienzo de su producción, con evidentes guiños a lo aprendido en las escuelas de Sevilla y Madrid, compartiendo con otros artistas de su generación los temas más habituales, desde la imagen de la mujer a la descripción de escenas populares, pasando por el retrato. De entre los cuadros de esta primera etapa destaca «Hagan juego», donde representa el ambiente de un casino de principios del siglo XX.
A continuación se exponen los dibujos y retratos, con la evocación de las figuras de su época. Como dibujante Cruz Herrera muestra una gran soltura expresiva, con un trazo ágil y ocasionalmente nervioso. En la «sala andaluza y árabe» se funden los temas que más popularidad han dado al artista. Presenta el tipo de mujer con atuendo típico, mantilla y peineta. Muy vivos y con toques de genio son los cuadros pintados en su periplo marroquí (1927). Algunas manifestaciones de este periodo alcanzan las cumbres de su arte, con obras como El mercado o la galardonada Tres moritas.
Por último, en la sala de desnudos se abre un abanico de imágenes cargadas de sensualidad, acentuada por un sabio manejo de las luces y del color (Juan Alonso de la Sierra, Lorenzo Alonso de la Serra, Ana Aranda Bernal, Ana Gómez Díaz-Franzón, Fernando Pérez Mulet, y Fernando Quiles García. Guía artística de Cádiz y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Museo del Istmo
Fue abierto en el año 2000 con la pretensión de mostrar el patrimonio natural y cultural de la comarca. Inicialmente contó con la colección del Archivo Histórico Municipal de La Línea y en la actualidad se estructura en tres salas, relativas a Arqueología General, Prehistoria e Historia Medieval y Moderna.
Las piezas han sido reunidas por varios coleccionistas particulares, en su mayor parte procedentes de yacimientos europeos, americanos y africanos (Juan Alonso de la Sierra, Lorenzo Alonso de la Serra, Ana Aranda Bernal, Ana Gómez Díaz-Franzón, Fernando Pérez Mulet, y Fernando Quiles García. Guía artística de Cádiz y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
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