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miércoles, 8 de enero de 2025

Los principales monumentos (Iglesia de Santiago apóstol, Calvario, Fuente de la Jaula, Casa-Museo Mari Gloria, Calzada romana y Puente del Arroyo de la Teja, y Castillo de la Villeta) de la localidad de Monda, en la provincia de Málaga

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Málaga, déjame ExplicArte los principales monumentos (Iglesia de Santiago apóstol, Calvario, Fuente de la Jaula, Casa-Museo Mari Gloria, Calzada romana y Puente del Arroyo de la Teja, y Castillo de la Villeta) de la localidad de Monda, en la provincia de Málaga.
Datos geográficos
     Comarca de la Sierra de las Nieves
     Superficie: 58 km2
     Altitud: 377 m
     Latitud: 36º 38'  -  Longitud: -4º 50'
     Distancia a Málaga capital: 45'8 km
Datos demográficos
     Población: 2.981
     Gentilicio: Mondeños
Ayuntamiento
     c/ Valdescoba, 1, 29110
     952457069 - 952457180     www.monda.es
     A los pies del cerro de la Veleta y bajo la mirada atenta del Castillo de Al-Mundat se extiende Monda, un precioso municipio de la comarca de la Sierra de las Nieves declarado Paraje Pintoresco, Sitio Histórico y Bien de Interés Cultural. De origen romano, este municipio fue, según algunos historiadores, el escenario de la batalla para conseguir Roma que enfrentó a Julio César contra Cneo y Pompeyo en el año 45 a.C. La historia, las leyendas moriscas, la gran tradición gastronómica y su entorno natural harán de tu visita a Monda unas vacaciones únicas.
     En Monda no puedes perderte sus monumentos: 
     Antes de llegar a Monda y desde el cerro de la Veleta te saluda uno de los monumentos más destacados de este municipio, su Castillo de Al-Mudat. El castillo fue construido durante el siglo IX sobre las ruinas de una fortaleza de origen romano. Sin embargo, las diferentes reformas que se aplicaron durante los reinos taifas y el periodo nazarí y el desmantelamiento del Castillo por los cristianos, hace que hoy día no se conserve apenas nada de la construcción original. Encontrarás en este monumento un hotel de estética castrense.
     De 1505 es la iglesia parroquial de Santiago Apóstol, una interesante edificación de tres naves con un destacado artesonado de la bóveda central de estilo mudéjar. Las bóvedas de las naves laterales con remates del siglo XVIII.
     El agua es un elemento crucial en la vida de los municipios de la Sierra de las Nieves, en el interior de la provincia de Málaga. Prueba de ello, son la Fuente y Lavadero de la Jaula, situada en una hondonada del arroyo de La Lucía que atraviesa todo el municipio. Su nombre viene del término en árabe "al-Haura", "las afueras".
     Otros espacios de interés artístico, cultural y monumental son el altar de El Calvario, con sus tres templetes coronados con cruces, la Plaza de la Ermita, hoy presidida por la estatua de un carbonero y la Casa Museo Marigloria, arquitectura típica andaluza donde descubrirás útiles para la elaboración del pan, enseres, aperos y muebles de la Monda de otro tiempo.
     Si salimos de Monda en dirección a Coín se puede admirar un tramo de la antigua Calzada romana de Monda. Y para conocer otro trocito de historia reciente, no puedes perderte la Chimenea del cocedero de corcho de principios del siglo XX. Se encuentra en el paraje de Moratán, a los pies de sierra Canucha (Diputación Provincial de Málaga).
      La historia de Monda permanece asociada a la Munda romana y a la batalla, que lleva su nombre, entre César y Pompeyo en el año 45 a. C. Sin embargo, se descarta esta hipótesis a favor de aquella que la vincula a El Mundal, castillo levantado, como en Coín, para frenar la insurrección mozárabe de Bobastro. Las ruinas, no de éste, sino de la reconstrucción hammudí del siglo XI, son las que han sido dudosamente recuperadas como parte del hotel que hoy día ocupa sus inmediaciones. Su legado islámico, tamizado en un esplendoroso mudéjar, así como sus arquitecturas y elementos populares, se acompañan de modestas aunque trascendentes piezas artísticas (Rosario Camacho Martínez [dirección], Aurora Arjones Fernández, Eduardo Asenjo Rubio, Francisco J. García Gómez, Juan Mª Montijano García, Sergio Ramírez González, Francisco José Rodríguez Marín, Belén Ruiz Garrido, Juan Antonio Sánchez López, y María Sánchez Luque. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo II. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006). 
      Monda, declarado en 1971 Paraje Pintoresco, que muestra al visitante su castillo de la Villeta, en la actualidad convertido en u n lujoso hotel, el Cal­ vario, del siglo XVIII , y el notable edificio del Ayuntamiento, la iglesia de Santiago (siglo XVI) y los restos de una calzada romana (Rafael Arjona. Guía Total, Andalucía. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2005).
     
Iglesia de Santiago apóstol
     Este templo, levantado a finales del siglo XVI, se estructura en tres naves determinadas por arcos  de medio punto do­blados, que apean sobre pilares de sección rectangular. A las naves laterales, arquitrabadas, se suma la gran nave central cerrada con una bóveda de artesa de obra, que viene a ocultar la armadura original, de la cual se ha conservado una interesante viga maestra, hoy ubicada en el coro, con la inscripción: «Siendo Bernardo de Godoy Maestro de este Obispado de Málaga, me fecit a principio ubsque ad finem año de 1680». Ésta es una de las grandes reformas que se acometen a partir del si­glo XVII, época en la que también se abren en la cabecera dos capillas: la del lado de la Epístola, cuya bóveda de gajos aparece abundantemente decora­da con yesería, y la de la nave del Evangelio, también gallonada pero con composiciones más depuradas y geométricas. Remata el conjunto la capilla mayor del presbi­terio, cubierta con bóveda de medio cañón.
     Al exterior sobresale la portada de los pies, abierta con arco de medio punto entre pilastras, coronado por ático con un medallón del titular. La torre, a los pies del lado de la Epístola, es cuadrada y alta, de cuatro cuerpos abiertos con arcos de medio punto.
     En su interior destacan las figuras del Nazareno y la Virgen Dolorosa, a los lados del presbiterio, ambos de Navas Parejo, de los años cuarenta. Destaca, además del ajuar procesional del primero, una túnica del XIX, probablemente realizada por algún bordador de la localidad. Asimismo, cabe mencionar, en el lado de la Epístola, el Crucificado de Pérez Hidalgo, de 1947, y la figura pequeña de vestir de la Virgen de los Dolores, de finales del siglo XVIII (Rosario Camacho Martínez [dirección], Aurora Arjones Fernández, Eduardo Asenjo Rubio, Francisco J. García Gómez, Juan Mª Montijano García, Sergio Ramírez González, Francisco José Rodríguez Marín, Belén Ruiz Garrido, Juan Antonio Sánchez López, y María Sánchez Luque. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo II. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006). 
     La iglesia fue construida en el último tercio del siglo XVI, si bien ha sufrido con posterioridad numerosas reformas. Tiene tres naves separadas por arcos de medio punto doblados sobre pilares rectangulares, cubriéndose la nave central con bóveda en forma de artesa -que esconde la primitiva armadura-, las naves laterales con techos rasos y bóvedas de arista y el presbiterio con medio cañón. En ambos tesoros de las naves se añadieron, a comienzos del siglo XVIII dos capillas, destacando la de la nave de la Epístola que se cubre con bóveda de gajos sobre pechinas y decorada con profusión de yeserías.
     En su exterior sobresalen las portadas de los pies y de la nave de la Epístola. La primera se estructura en dos cuerpos presentando arco de medio punto flanqueado por pilastras que sostienen entablamento denticulado; encima, ático con edículo central y medallón de cerámica de Santiago, coronado por frontón triangular. Dos líneas cóncavas rematan lateralmente en pilares con jarrones de cerámica. La portada de la nave de la Epístola, bastante más sencilla, es adintelada y jalonada de pilastras, apareciendo un óculo oval sobre el entablamento. La torre, situada a los pies del lado de la Epístola es de planta cuadrada y eleva cuatro cuerpos, abriendo arcos de medio punto en el de campanas y rematando en tejadillo a cuatro aguas.
     La iglesia parroquial de la villa de Monda figura bajo la advocación de Santiago Apóstol y fue mandada construir a sobre el solar que dejó la destruida mezquita.
     Originariamente sólo constaba de una única nave y de la torre a los pies de ésta, siguiendo el patrón de las primeras mezquitas musulmanas, al ser sus constructores los vecinos moriscos. Posteriormente se le añadirán las dos naves laterales y otras diversas reformas y añadidos que le dieron su configuración actual. Pero tal vez su remodelación más notable fue la realizada hacia 1605 por Pedro Díaz de Palacios, maestro mayor de la Diócesis de Málaga (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía). 
     Construida en el siglo dieciséis, aunque sufrió muchas reformas en el dieciocho. El interior consta de tres naves y en la epístola destaca el artesanado y la exuberante decoración de su bóveda de gajos. Las tres naves están separadas por pilares unidos por arcos de medio punto. El presbiterio está cubierto con bóveda de medio cañón y sus capillas anejas se decoran con yeserías del siglo dieciocho.
     En el exterior destaca la torre de cuatro cuerpos, con arcos de medio punto en el campanario. La portada se abre en un arco de medio punto entre pilastras, sobre el que se dispone el ático presidido por un medallón con la imagen de Santiago (Diputación Provincial de Málaga).

Calvario

     Muestra de la religiosidad popular, a caballo entre la expresión plástica y las soluciones arquitectónicas, Monda, en la salida del pueblo hacia Coín, dispone de un Calvario, del siglo XVIII, configurado en tres cuerpos levantados sobre un plinto, donde destaca el central, el más importante, que consta de una gran hornacina, la cual condiciona toda su composición (Rosario Camacho Martínez [dirección], Aurora Arjones Fernández, Eduardo Asenjo Rubio, Francisco J. García Gómez, Juan Mª Montijano García, Sergio Ramírez González, Francisco José Rodríguez Marín, Belén Ruiz Garrido, Juan Antonio Sánchez López, y María Sánchez Luque. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo II. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006). 
     Monumento religioso del siglo dieciocho, se eleva sobre una era que lleva su nombre, como última estación de un Vía Crucis. Ejemplo de arquitectura dieciochesca malagueña de ladrillo encalado, una hornacina central se constituye como elemento principal sobre el que sobresalen tres remates, culminados cada uno por una cruz de hierro forjado.
     Se cree que fue mandado construir por la familia Cozár que visitó los Santos Lugares (Diputación Provincial de Málaga).

Fuente de la Jaula
     Uno de los emblemas que mejor vienen repre­sentando la localidad cara al visitante, es el lavadero público conservado. Su construcción data del siglo XVI, y se abre al exterior mediante arcos (Rosario Camacho Martínez [dirección], Aurora Arjones Fernández, Eduardo Asenjo Rubio, Francisco J. García Gómez, Juan Mª Montijano García, Sergio Ramírez González, Francisco José Rodríguez Marín, Belén Ruiz Garrido, Juan Antonio Sánchez López, y María Sánchez Luque. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo II. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006). 
     Lavadero con fuente adosada en el exterior, situado junto al río y el puente que cruza éste. Es un edificio de mampostería con verdugadas de ladrillo, con cubiertas a un sólo agua. La fachada que da al río está compuesta de arcos, y las demás son ciegas. La estructura de la cubierta es de madera.
     Tiene planta rectangular, estando parcialmente abierta en su lado sur, cerrada en sus lados menores, aunque presenta ojos de buey en estos lados, y abierta en su totalidad en su flanco norte que es donde tiene la entrada. El lavadero consta de una gran pila rectangular ubicada en su parte central y de dos flas de piedras de lavar, una a cada lado mayor del pilar. 
     La fachada que da a la calle principal posee una fuente de cuatro caños, en mármol negro; sobre ella una cruz en mármol blanco rematada en una hornacina. La base de la cruz tiene una inscripción que dice:  "MONDA. AÑO DE 1.788".
     El lavadero ha quedado situado entre dos calles y el puente, espacio idóneo para crear una plaza urbana de proporciones recoletas. El río está cubierto con bóveda de hormigón.
     La fuente y lavadero de La Jaula toma su nombre del topónimo árabe al- Haura, que signifca "las afueras", pues se encuentra en una hondonada que produce el arroyo de La Lucía, que atraviesa el pueblo. Tras la conquista castellana de la villa de Monda, sus vecinos mantuvieron su nombre pero castellanizado, denominándola fuente de La Jaura, mutando a lo largo de la última centuria a su actual nombre: La Jaula.
     Ya en el siglo XVI aparece mencionada en documentación de la época y el agua de este manantial se ha usado desde hace siglos para consumo humano y para abrevar el ganado, yendo el caudal remanente al lavadero anexo, primero, y a sendas acequias que riegan los huertos y pagos de huertas de los Huertos y Pitalata, después.
     Posiblemente hacia finales del siglo XIX o principios del XX a la fuente se le adosó un lavadero público con cubierta a un agua de tejas árabes, sustentada por arcadas de medio punto erigidas con ladrillos (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía). 
     Lavadero público techado donde vierte el agua remanente de la fuente. Esta fuente, abierta al exterior mediante arcos, data del siglo dieciséis, y fue reconstruida en 1868. Con una gran cruz de mármol en su fachada, conserva su morfología original. Su nombre procede de Jaura, que significa hondura, por el lugar donde se encuentra ubicada (Diputación Provincial de Málaga).

Casa-Museo Mari Gloria

     Monda cuenta, en el entramado de su casco antiguo, con un interesante museo de ambiente etnográfico, donde se ilustran las formas de vida populares, además de todo el utillaje y cultura material asociada a la vida cotidiana de esta an­tigua localidad (Rosario Camacho Martínez [dirección], Aurora Arjones Fernández, Eduardo Asenjo Rubio, Francisco J. García Gómez, Juan Mª Montijano García, Sergio Ramírez González, Francisco José Rodríguez Marín, Belén Ruiz Garrido, Juan Antonio Sánchez López, y María Sánchez Luque. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo II. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006). 
     Casa típica andaluza ubicada en el centro del pueblo, una de las mas bonitas de Monda. En su interior se exhibe lo que fue la vida de principio de siglo. En ella se encuentran herramientas de carboneros y labradores, junto a una gran colección de útiles caseros y de las antiguas cocinas (Diputación Provincial de Málaga).

Calzada Romana y Puente del Arroyo de la Teja
     Se trata de un tramo de la calzada romana de Monda, se conserva el empedrado de la misma, así como diversas canalizaciones que transcurren bordeando su trazado. Se desarrolla desde la carretera Guaro-Monda, hasta el cauce del arroyo de la Teja, donde desaparece (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía). 
     Restos de la calzada romana que unía Monda con Cártama. En ella se pueden diferenciar tres zonas: la primera y la más cercana al pueblo es la que conserva el trazado de su época romana; en la segunda, muy bien conservada, se observan las reparaciones que sufrió en época medieval; y por último, de la tercera, la más pendiente, hay que destacar que aún conserva unos escaloncitos que servían para calzar los carros. Junto a esta calzada se encuentran restos de un puente de un solo arco de origen romano (Diputación Provincial de Málaga).

Castillo de la Villeta
     El castillo de la Villeta se sitúa en Monda (Málaga), sobre un promontorio calizo a más de trescientos metros sobre el nivel del mar. Se trata de una construcción cuyas primeras fases se originan en entre los siglos IX-X, pero no es hasta el siglo XII cuando los almohades construyan su recinto principal, dotado de dos elementos: albacar al oeste y celoquia al este, con algunas torres y un aljibe. En época nazarí el albacar y la celoquia reciben una importante reestructuración por motivos prácticos, por un lado, al objeto de hacer frente a una amenazante pirobalística que todavía está en pañales y, por otro lado, ideológicos, al emplear la mampostería enripiada sobre la obra anterior almohade. Son los nazaríes quienes también terminen de completar el conjunto pues en la falda norte del cerro donde se asienta el castillo, que desde época almohade se fue concentrando la población hasta configurar una alquería con casi un centenar de viviendas, levantaron una muralla de más de trescientos metros de desarrollo con torres y algunos accesos que hoy día se encuentra en un grave estado de conservación.
     Las obras de restauración que comenzaron en los años setenta con un proyecto de Francisco Prieto- Moreno que guardaba cierta fidelidad con la fortaleza original, se vieron frenadas a finales de esa misma década por cuestiones adversas a su promotor, quedando varias estructuras constructivas en lo alto del cerro que afeaban el conjunto. Más tarde, entre 1989 y 1991, unos promotores extranjeros construyeron el hotel El Castillo de Monda. Previamente se realizó una excavación de urgencia que puso de relevancia el interés de los restos aparecidos, pero el proyecto siguió adelante sin contemplar ni la integración de los restos ni la puesta en valor del resto de elementos (torres, murallas, aljibe...).
     El castillo de la Villeta se compone de dos elementos principales, el recinto superior y el inferior. El superior, a su vez, se divide en albacar y celoquia que se vieron muy afectados por la construcción del hotel y las obras previas, así como por el abandono y el descuido durante siglos. Y el recinto inferior, donde se encuentran la alquería y la muralla que la envuelve.
RECINTO SUPERIOR:
     El albacar, en su extremo occidental, posee el que quizás sea el elemento más interesante del conjunto: se trata de dos torres, una poligonal de época almohade, con zócalo de sillarejo y alzado de tapial que conserva parte del antiguo enfoscado donde se aprecia la decoración de cordones de eternidad, y una torre nazarí de planta cuadrangular que la envuelve, que la forra. En marzo de 2018 parte de esta torre se desprendió sobre el parking del hotel, quedando el resto del conjunto en grave riesgo de desplome. Del albacar quedan algunos restos de muros invisibilizados por la obra del hotel en su cara sur, pero que al no haber sido consolidados corren grave riesgo de desplome. Hubo una torre en el albacar, la torre suroeste, que se desprendió durante las primeras obras acontecidas en el castillo, allá por los años setenta de la pasada centuria, y que pervive en la memoria de lo más mayores y de algunas viejas fotografías. 
     En la celoquia se conserva más elementos, pero por el contra es donde hoy se encuentra la cafetería, los jardines, la piscina y varias habitaciones del hotel. Bajo la cafetería del hotel se mantiene un lienzo de muro ejecutado en sillarejo que ha perdido su enlucido y gran parte de su argamasa. También se conserva una torre de planta cuadrada, la más recia del conjunto, construida con una rica argamasa de cal, lo que le profiere su robustez. Tradicionalmente ha sido conocida como la Torre Cuadrada o la Casa del Moro, por los vecinos. Estaba rematado por un arco apuntado, fruto de las obras realizadas por los cristianos al poco de su conquista a finales del siglo XV. En una de sus jambas conserva parte de un grabado hasta ahora no identificado y en el interior podemos ver dos saetaras, hoy cegadas.
     En la celoquia encontramos también el antiguo aljibe, que no mantiene su cubierta de medio cañón, pero que se adivina por los arranques de las paredes. Este espacio se emplea actualmente como bodega del hotel. 
     En la cara norte de la celoquia se mantiene en pie un gran tramo de muro, de varias decenas de metros parcialmente oculto por una construcción, a desigual altura, recrecido con obra nueva, donde encontramos una torre de planta cuadrangular que presenta un enlucido que aun conserva una serie de vitolas con formas de lágrimas que puede datarse en época almohade o nazarí. Estos dos elementos, al verse muy integrados en las obras del hotel, presentan una mejor estabilidad.
RECINTO INFERIOR:
     El recinto inferior se encuentra en un estado de conservación deplorable; en la zona de la alquería hay cultivos desde hace siglos, habiéndose dotado la zona de numerosos bancales para contrarrestar la pendiente de lugar, habiéndose empleado material constructivo procedente de las antiguas viviendas. Éstas fueron destruidas en 1570, durante la revuelta morisca.
     La muralla que envuelve a la alquería se va adaptando a la irregularidad y pendiente del terreno de la ladera norte del cerro donde se asienta el castillo de la Villeta. Como consecuencia de su desmantelamiento parcial a finales del siglo XV, de las afecciones por las destrucciones y el incendio de 1570 así como su abandono y descuido durante siglos, presenta una gravísima conservación: muchos de los cimientos se han desprendido quedando grandes paños prácticamente al aire y hay lugares donde parte de la muralla se ha desplomado mientras que otras que amenazan con hacerlo.
     No existe documentación escrita del castillo de la Villeta hasta su toma por las fuerzas cristianas en el proceso de conquista del Reino Nazarí de Granada y la información que se ofrece es breve y concisa. En el Libro de Apeo y Repartimiento, de 1572, se recoge algunos testimonios del estado en que quedó la fortaleza y la alquería tras su destrucción, pero no se ofrecen grandes detalles. Se conserva testimonios de eruditos (Pérez Bayer), viajeros (Francis Carter) o algún que otro investigador ocasional (Domingo Belestá), especialmente en el siglo XVIII, que hacen sucintas referencias al castillo, así como algunos dibujos de los siglos XVI y XVIII, la mayoría simples esbozos, salvo alguno, algo más fiel que representan unos interesantes testimonios gráficos.
     Los primeros estudios que sobre el castillo se realizaron tuvieron lugar en los años setenta y ochenta de la centuria pasada, en relación al proyecto de restauración de Francisco Prieto-Moreno y de la realización de la tesis doctoral del profesor Sebastián Fernández López, respectivamente. Este último fue el primer investigador que abordó el estudio de la fortaleza desde una perspectiva historiográfica y arqueológica. A sus trabajos siguió el del eminente arqueólogo medievalista y profesor universitario Manuel Acién Almansa, que junto a J. Antonio Rambla Torralbo dirigió la excavación de urgencia del castillo de la Villeta previa a la construcción del hotel.
     Gracias a todos esos estudios y trabajos, especialmente la intervención arqueológica de Manuel Acién y J. Antonio Rambla Torralbo sabemos que en el cerro de la Villeta hubo una primera ocupación entre los siglos IX-X, un hins-refugio relacionado con la revuelta de Omar Ibn Hafsún. Tras su derrota por Abderramán III y el período de paz que sucedió, el cerro quedó deshabitado hasta que los almohades, hacia el siglo XII, lo reocupen y levanten en él una fortaleza compuestas por dos elementos, un albacar y una celoquia, dotados de torres y murallas donde destacaría por su singularidad la torre poligonal del ángulo oeste (en la provincia de Málaga sólo existen dos de estas torres, la del castillo de Monda y la del castillo de Bentomiz), compuesta por un zócalo de sillarejo y un alzado de tapial, en la que se conserva parte de los enlucidos y de la decoración a base de cordones de eternidad.
     Tras la caída de los almohades y el avance de la frontera cristiana, es la dinastía nazarí con capital en Granada la que logra configurar un nuevo estado islámico, el Reino Nazarí de Granada, y reestructurar todo el aparato militar del último estado islámico de la Península Ibérica. Numerosas fortalezas son reestructuradas y refortificadas, recibiendo algunas unas profundas transformaciones relacionadas, en gran medida, con el desarrollo de la pirobalística. Entre esas fortalezas se encuentra el castillo de la Villeta, cuya torre poligonal recibe un forro cuadrangular de mampostería, además de reforzarse el conjunto con una zapata semicircular. El resto del albacar y de la celoquia se reconfigura a base de mampostería, tanto torres como murallas, y se dota al conjunto por su ladera norte de una gran muralla que envuelve el caserío de viviendas, la vieja alquería o villa vieja, como viene recogida en las fuentes. Esta muralla, que se adapta a la irregularidad del terreno, poseía varias torres y al menos una entrada. El acceso desde la celoquia a la alquería se realizaba a través de un pequeño vano realizado al efecto del que apenas ha quedado su huella contenida en una gran piedra gorronera.
     El imparable avance cristiano a finales del siglo XV consiguió la rendición de Ronda, la ciudad más importante del entorno, por lo que decenas de pequeñas poblaciones se rindieron a las tropas invasoras, Monda entre ellas. Tras unos años de ocupación por los militares cristianos, se decidió su desmantelamiento, al igual que decenas de fortalezas, del difunto Reino Nazarí de Granada, para evitar posibles levantamientos de la población mudéjar sometida(Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía). 
     Aunque se plantea un posible origen en el s. X, tras su abandono, no fue refortificado hasta el s. XII, cuando se construye la torre oeste y las partes más altas de la fortaleza. En época nazarí se vuelve a reedificar y se construye la alquería al-Mundat en la ladera norte del mismo.
     Sus orígenes se remontan a los íberos. A finales del siglo noveno, cuando la península era dominada por los árabes, Omar Ben Hafsun, reconstruye para su defensa el castillo de Al Mundat, cuyos vestigios aún perduran hoy. Posteriormente fue denominado La Villeta y, tras ser arrasado por el caudillo Sab Ibn Almundir, los hammudíes lo reconstruyeron hacia el siglo undécimo. Actualmente está declarado Bien de Interés Cultural, y se ha convertido en un lujoso y confortable hotel (Diputación Provincial de Málaga).

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