Intervención en el programa de radio "Más de uno Sevilla", de Onda Cero

Intervención en el programa de radio "Más de uno Sevilla", de Onda Cero, para conmemorar los 800 años de la Torre del Oro

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sábado, 30 de noviembre de 2024

La Provincia de Córdoba

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, y déjame ExplicArte la Provincia de Córdoba.    
     Hoy, 30 de noviembre, es el aniversario de la creación (30 de noviembre de de 1833), mediante Real Decreto, de la Provincia de Córdoba, que se formó uniendo las localidades del Reino de Córdoba y los siguientes lugares de Extremadura: Belalcázar, Fuente la Lancha, Hinojosa del Duque y Villanueva del Duque. Sin embargo Chillón y su aldea de Guadalmez,3​ lugares pertenecientes al reino, pasaron a formar parte de la provincia de Ciudad Real. Asimismo la nueva provincia incorporó dos enclaves del Reino de Jaén que existían en el reino de Córdoba: Bélmez (que incluía Peñarroya-Pueblonuevo, segregada en 1886) y Villafranca de Córdoba.
     Y que mejor día que hoy para ExplicArte la Provincia de Córdoba.
     Situada entre Sierra Morena por el norte y la Subbética por el sur, y dividida por la depresión del Guadalquivir, la provincia de Córdoba se beneficia de un clima mediterráneo, de contrastes muy acusados entre la cálida estación estival y la fría invernal.
     Una red de carreteras excelente conecta a la provincia con cualquier otro punto de comunicación (aéreo, ferroviario o marítimo) en menos de dos horas.
     Además su capital acoge una terminal de la línea de Alta Velocidad de RENFE.
     Ciudades monumentales, una naturaleza exuberante, actividades para todos los gustos, y unas fiestas y gastronomía que son un deleite para los sentidos, son los grandes atractivos turísticos con los que Córdoba seduce a todos aquellos que la visitan.
Arte y Cultura
     La riqueza natural y minera de los suelos cordobeses ha seducido a diversos pueblos como fenicios,  cartagineses y romanos. La Corduba romana brilló con luz propia como lo demuestran diversos restos: la villa romana El Ruedo de Almedinilla, las cisternas romanas de Monturque o la zona arqueológica de Cercadillas en Córdoba. Tras esta cultura, habría que esperar hasta la ocupación musulmana para conocer un nuevo periodo de esplendor. Córdoba fue capital de la España musulmana y de esta etapa conserva los grandes monumentos que la han convertido en un referente del turismo cultural: la Mezquita de Córdoba, declarada junto a parte del centro histórico de la ciudad Patrimonio de la Humanidad y la ciudad palatina de Medina Azahara. Con la conquista cristiana las antiguas mezquitas serán reemplazadas por iglesias, ermitas y conventos, y aparecerán castillos como el de Almodóvar del Río poblando el paisaje. El barroco se desarrolló con una fuerza especial en Priego de Córdoba, Cabra y Lucena. Joyas de este estilo son el Sagrario de la Iglesia de la Asunción en Priego, así como algunas casas señoriales y palacetes de estas localidades.
Artesanía
        Dos oficios ancestrales heredados del pasado histórico y artístico cordobés siguen siendo hoy las principales actividades artesanas en la provincia: el cuero y la platería. El cuero sigue trabajándose con las técnicas tradicionales del cordobán, material curtido sin labrar que se utilizaba en su color natural; y el guadamecíl, piel curtida, labrada y policromada sobre un fondo de plata, que tanta fama ha dado a los artesanos cordobeses. Los plateros han tenido una presencia continuada en la provincia, especialmente en la capital, donde se concentra el mayor número de talleres de España. A los trabajos de filigrana en plata y orfebrería tradicional, han incorporado diseños y metales nuevos que han originado una gran variedad de objetos.
     Otras actividades artesanas que gozan de muy buen estado de salud en la provincia son la cerámica califal, siendo La Rambla su mayor referente; la artesanía del mueble, donde destacan localidades como Lucena, Castro del Río (especializado en el trabajo con madera de olivo), Villa del Río y Palma del Río; la tonelería, con Montilla a la cabeza, y la elaboración de guitarras, entre otros oficios.
Fiestas y Tradiciones  
     El panorama festivo cordobés es extenso y variado. La Semana Santa encuentra en esta provincia uno de los escenarios más bellos y de original estética. Con mayo, la provincia se convierte en fiesta y celebran las tradicionales Cruces de Mayo, algunas tan interesantes como la de Áñora. La capital, que no es ajena a las Cruces, abre durante este mes sus patios, que se convierten así, en el corazón festivo de la provincia. Romerías como la de los Gitanos, en Cabra, o la celebrada durante las Fiestas Aracelitanas, en Lucena, cuentan también con gran arraigo popular. Las ferias, verbenas, veladas... pueblan durante los meses de estío la mayor parte de la geografía cordobesa. La Fiesta de la Vendimia en Montilla o el tradicional Baile de los Locos y Baile del Oso en Fuente Palmera y Fuente Carretero, son algunas de las citas más peculiares del calendario festivo. El programa cultural de la provincia cuenta con festivales de gran renombre y fama como el Festival Internacional de Piano Ciudad de Lucena, la Feria de Teatro en el Sur, en Palma del Río, el Festival Internacional de Mú­sica, Teatro y Danza de Priego de Córdoba o el Festival de Guitarra en Córdoba ca­pital, entre otros muchos.
Gastronomía
     La cocina cordobesa se nutre tanto de los productos de la Sierra como de la Campiña, además de participar de olores y sabores heredados de romanos, árabes y judíos. El aceite de oliva es de extraordinaria calidad como lo de­ muestra el hecho de contar con dos denominaciones de origen, que se circunscriben a las localidades de Baena y Prie­go de Córdoba y sus zonas de influencia. Además, este oro líquido es la base de platos típicos como el salmorejo y el gazpacho. El Valle de los Pedroches proporciona a la gastro­nomía provincial una excelente carne de vacuno, corderos de gran calidad y cerdos, criados en las dehesas con dieta de bellota, de los que se obtiene un jamón exquisito, además de otros embutidos, que se ampara bajo la Denominación de Origen Los Pedroches. Carnes de venado, jabalí, muflón, conejo o perdiz son suministradas gracias a los numerosos cotos de caza. Los vinos de Montilla-Moriles, que también cuentan con denominación de origen, son perfectos para acompañar algunas de las especialidades cordobesas: el flamenquín y el estofado de rabo de toro. Los anises de Rute y una repostería con influencias árabes y judías completan esta buena mesa.
Ruta del Alto Guadalquivir
     Por el sector oriental de la provincia discurre esta ruta vertebrada por el río Guadalquivir, el protagonista indiscutible de su paisaje junto con el Parque Natural Cardeña-Montoro (con numerosos cotos de caza mayor y menor) y los embalses del río Yeguas, El Salto o Martín Gonzalo, idóneos para las actividades acuáticas o la observación de aves. Los amantes de la cultura no deben perder la oportunidad de admirar la monumental Montoro y el puente romano sobre el arroyo Porcuna o el Castillo musulmán, ambos en Villa del Río.
Ruta de la Campiña Sur
     Enclavada entre las Sierras Subbéticas y el Valle del Guadalquivir esta comarca cordobesa se beneficia de valiosos humedales protegidos. Está conformada por pueblos blancos con un pasado histórico muy vinculado al Señorío de los Fernández de Córdoba y un patrimonio artístico muy interesante, destacando los restos romanos de Monturque y las fortalezas de Puente-Genil,  Montemayor o Aguilar de la Frontera, entre otros. Sus vinos, con Denominación de Origen Montilla Moriles, son conocidos internacionalmente.
Ruta del Guadajoz­ - Campiña Este
     Regada por el Guadajoz y situada entre las Sierras del Sur de Jaén, la Subbética y la Campiña Cordobesa, tiene en el aceite de oliva su principal seña de identidad. Con Denominación de Origen "Baena", en él se fundamenta un próspero turismo que cuenta con museos, almazaras y hasta una específica Ruta del Aceite por los municipios de Baena, Castro del Río, Espejo, Nueva Carteya y Valenzuela.
Ruta de la Subbética
     Se extiende al sur de la provincia de Córdoba y tiene como principal reclamo turístico la simbiosis Naturaleza­ Cultura, con productos consolidados como el Parque Natural de las Sierras Subbéticas, la Ruta del Barroco (siendo sus mejores exponentes Priego de Córdoba, Lucena y Cabra), la Cueva de los Murciélagos de Zuheros, de gran interés arqueológico y espeleológico, y la Vía Verde de la Subbética.
Ruta de los Pedroches
     Ubicada en la frontera entre Andalucía, Extremadura y Castilla la Mancha, es la comarca más extensa de la provincia de Córdoba. En sus dehesas se alimenta el animal emblemático de la tierra, del que se obtiene el afamado jamón ibérico con Denominación de Origen Los Pedroches, protagonista de la denominada Ruta del Ibérico. De interés son los castillos musulmanes, las casas señoriales con escudos blasonados y la Iglesia de San Juan Bautista de Hinojosa del Duque, conocida como la "Catedral de la Sierra".
Ruta de Sierra Morena
     Se extiende por el centro de la provincia, de este a oeste, participando de dos parques naturales: Sierra  de Hornachuelas y Cardeña­ Montoro. Su riqueza minera, natural y cinegética, las posibilidades de turismo activo y su arquitectura tradcional la configuran como un destino único para el turismo de interior.
Ruta del Valle del Guadiato
     Enclavada al noroeste dela provincia toma su nombre del río que discurre por ella, el Guadiato. La riqueza natural, su arquitectura tradicional (con calles empedradas en las que aún es frecuente el tránsito de ovejas), las tradiciones y el legado histórico (hasta 14 Castillos declarados Bien de Interés Cultural) la han situado en la vanguardia del turismo rural de Andalucía. La minería, recurso básico desde la Antigüedad, ha pasado a convertirse también en atractivo turístico, siendo una buena muestra el Museo Histórico de Bélmez y del Territorio Minero.
Ruta de la Vega del Guadalquivir
     Articulada por el curso medio del Guadalquivir, esta ruta se caracteriza por la diversidad de paisajes, aunando campiña, vega y sierra. Al Parque Natural de la Sierra de Hornachuelas (incluido dentro de la Reserva de la Biosfera "Dehesas de Sierra Morena") que es todo un paraíso para los cazadores, suma una riqueza monumental de la que es máximo exponente el Castillo de Almodóvar del Río, de origen íbero aunque su configuración actual data del s. XIV. Muy interesantes resultarán también las visitas al Palacio y Jardines de Moratalla (Hornachuelos), el Museo de Ciencias Naturales de Guadalcázar y el recinto amurallado de Palma del Río.
Naturaleza y Turismo Activo
      Dehesas, bosques mediterráneos de encinas y alcornoques, fuertes elevaciones y profundos y estrechos valles surcados por ríos como el Yeguas, Bembézar, Retortillo o Guadiato, son los paisajes que ofrece la provincia de Córdoba repartidos por los parques naturales de Sierra de Cardeña y Montoro, Sierras Subbéticas y Sierra de Hornachuelos, incluido éste último dentro de la Reserva de la Biosfera "Dehesas de Sierra   Morena".
     En estos espacios convive una variada fauna y flora, destacando especialmente la presencia de especies cinegéticas Jabalíes, gamos, ciervos... que ha convertido el medio natural cordobés en un auténtico paraíso para los amantes de la caza. El lobo, lince, gato montés, zorro, nutria son algunas presencias habituales, junto a aves rapaces como el águila real e imperial, buitre negro y leonado, mochuelo, búho real...
     Las reservas naturales de la Laguna Amarga, Laguna de Tíscar, Laguna de Zóñar, Laguna del Rincón, Laguna de los Jarales y Laguna Salobral, forman parte del conjunto de humedales conocido como Zonas Húmedas del Sur de Córdoba. Estos complejos endorreicos gozan de unos valores especiales como lugares de invernada y nidificación para  aves migratorias, entre las que se encuentra la curiosa malvasía.
     El río Guadalquivir, eje vertebrador de la provincia, constituye un importante corredor natural para especies vegetales y animales. Además es una importante fuente para aquellos que deseen practicar alguna actividad en contacto con la naturaleza, destacando sobre todo su idoneidad para los deportes acuáticos (piragüismo, canoa a vela...) y como lugar para la observación de aves. 
     Otras formas de turismo activo que pueden desarrollarse en la provincia son el senderismo y cicloturismo, con la presencia de las vías verdes de la Campiña y la Subbética, paseos a caballo, vuelos en globo, escalada y espeleología (con la fascinante Cueva de los Murciélagos de Zuheros), entre otras muchas disciplinas (www.andalucia.org).   
   Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la Provincia de Córdoba. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la provincia cordobesa.

     Enlace a la web oficial de la provincia de Córdoba: Portal de Turismo de la Provincia de Córdoba (cordobaturismo.es)

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La Provincia de Córdoba, al detalle:
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Villaviciosa de Córdoba
El Viso
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La escultura "San Andrés", de Ricardo Bellver, en la Puerta de la Asunción, de la Catedral de Santa María de la Sede

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la escultura "San Andrés", de Ricardo Bellver, en la Puerta de la Asunción, de la Catedral de Santa María de la Sede, de Sevilla
     Hoy, 30 de noviembre, Fiesta de San Andrés, apóstol, natural de Betsaida, hermano de Pedro y pescador como él. Fue el primero de los discípulos de Juan el Bautista a quien llamó el Señor Jesús junto al Jordán y que  le siguió, trayendo consigo a su hermano. La tradición dice que, después de Pentecostés, predicó el Evangelio en la región de Acaya, en Grecia, y que fue crucificado en Patrás. La Iglesia de Constantinopla lo venera como muy insigne patrono (s. I) [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II].   
     Y que mejor día que hoy para Explicarte la escultura "San Andrés", de Ricardo Bellver, en la Puerta de la Asunción, de la Catedral de Santa María de la Sede, de Sevilla.
     La Catedral de Santa María de la Sede  [nº 1 en el plano oficial del Ayuntamiento de Sevilla; y nº 1 en el plano oficial de la Junta de Andalucía], se encuentra en la avenida de la Constitución, 13; con portadas secundarias a las calles Fray Ceferino González, plaza del Triunfo, plaza Virgen de los Reyes, y calle Alemanes (aunque la visita cultural se efectúa por la Puerta de San Cristóbal, o del Príncipe, en la calle Fray Ceferino González, s/n, siendo la salida por la Puerta del Perdón, en la calle Alemanes); en el Barrio de Santa Cruz, del Distrito Casco Antiguo.  
     En la Catedral de Santa María de la Sede, podemos contemplar la Puerta de la Asunción [nº 067 en el plano oficial de la Catedral de Santa María de la Sede]; Ha tenido los nombres de puerta del "Perdón", "Perdón Nueva", "Principal" y "Grande", con obras que van desde 1481 hasta 1884 (Alfonso Jiménez Martín, Cartografía de la Montaña hueca; Notas sobre los planos históricos de la catedral de Sevilla. Sevilla, 1997).
     En la portada de la Asunción de la Catedral de Santa María de la Sede encontramos en su lateral derecho, en las archivoltas, en su cuerpo inferior, a San Andrés, maniatado a la cruz en aspas. Éste, como toda la decoración escultórica de dicha portada fue realizado, en este caso en 1887, en cemento por Ricardo Bellver. 
     La distribución de todas las esculturas se corresponde con un programa iconográfico preestablecido y que, resumidamente, es el siguiente: en el cuerpo inferior de las archivoltas se sitúan los Apóstoles; en los frontales de los apilastrados, también en su cuerpo inferior, los Evangelistas y a continuación de los mismos cuatro Santos Mártires. En el cuerpo superior de las archivoltas centrales, la Familia de la Virgen, (Madre, Padre, y Esposo) así como a María Magdalena. A continuación, a ambos lados, los Padres de la Iglesia, seguidos de los Doctores de la Misma; y por último, en los frontales y laterales exteriores de los apilastrados, se han representado, a los Santos Fundadores de Órdenes Religiosas.
     Señalar que no cabe duda que la envergadura del encargo de esta decoración escultórica puso en una situación difícil al artista, ya que por una parte se le exigía ajustarse al estilo del resto de la fábrica catedralicia, es decir, desarrollar un programa goticista; o bien, la otra solución que le quedaba era elaborar una obra personal, lo cual desentonaría sensiblemente con el conjunto. Ante tal disyuntiva, Bellver optó por una solución intermedia que le condujo hacia una obra ecléctica y un tanto fría, y a pesar de ser un escultor decididamente naturalista no consigue, en esta obra, reflejar tal característica, inclinándose por un particular neogoticismo en la elaboración del relieve central, y no consiguiendo en el resto de la estatuaria la fuerza realista y dramática propia de otras obras por él ejecutadas. Resultado que no es producto de la estilística del escultor, sino de las exigencias, estéticas y materiales, de unas instituciones y de una época que se ancló en el pasado y que, en lo que se refiere al panorama artístico, no destacó especialmente por su nivel creativo [José Antonio García Hernández, La Decoración Escultórica de la Portada Principal de la Catedral de Sevilla (1882-1899)].
Conozcamos mejor la Historia, Leyenda, Culto e Iconografía de San Andrés, apóstol;
     Hermano mayor de san Pedro, y como él, simple pescador de Galilea, su nombre, que es griego y no judío, significa viril.  Fue el primero en seguir a Cristo. Por ello los griegos lo motejaron Protokletos o Protoclite (el primer llamado) y los rusos Pervozvanny.
     En los Evangelios se lo menciona dos veces, a propósito de las vocaciones de los dos primeros apóstoles y del milagro de la Multiplicación de los pa­nes. Su leyenda sólo cuenta con la garantía de los Hechos apócrifos.
     Después de la muerte de Cristo habría sido designado para evangelizar la Escitia, es decir, la actual Rusia. Ese apostolado es tan fabuloso como la evangelización de España por el apóstol Santiago. A lo sumo podría admi­tirse que hubiese estado en Ucrania, a orillas del mar Negro; pero se pretendió que había llegado a Roma por «la ruta de los varegos», pasando por Kiev, un itinerario que supera los límites de la credulidad.
     Al tiempo que predicaba en Escitia, un ángel se le apareció y le dijo: «Ve hacia Mateo.» Fue milagrosamente guiado hacia Etiopía donde el apóstol y evangelista san Mateo había sido cegado y metido en prisión. Las puertas de la cárcel se abrieron ante él, se arrodilló junto al mártir, se puso a orar, y al pun­to los ojos reventados de san Mateo volvieron a abrirse a la luz.
     Cumplida su misión, llegó a Grecia y luego a Asia Menor, donde consumó una serie de milagros. Expulsó de la ciudad de Nicea siete demonios metamorfoseados en perros, y en Tesalónica apagó un incendio.
     Encarcelado por el procónsul romano Quirino, gobernador de Macedonia, que lo acusaba de incitar a la destrucción de los templos y desviar al pueblo del culto de los dioses, fue arrojado a las fieras. Lo respetaron un jabalí, un toro y hasta un tigre, que en vez de devorarlo, saltó a la tribuna del circo y trituró con los dientes la cabeza del hijo del gobernador.
     Cuando visitó el Peloponeso, en Patras, que gobernaba el procónsul Egeas, curó a su mujer, Maximila. No obstante Egeas, quien le reprochaba predi­car la desobediencia al  emperador, lo hizo azotar con varas, luego ordenó que lo ataran con cuerdas a una cruz con forma de X (crux decussata), sin cla­varlo, para que la muerte se demorara más. Habría agonizado dos días en la cruz y expirado en el tercero. Fue enterrado por Maximila. En cuanto a Egeas, fue estrangulado por dos demonios.
     Su crucifixión, de la que se habla por primera vez en los Hechos gnósticos, fue imaginada para igualar a la de su hermano san Pedro. Pero al mismo tiem­po era necesario diferenciarla, por ello se le atribuyó un modo diferente de crucifixión que cabeza abajo en una cruz latina. Se supuso, sin la menor prue­ba, que había sido descuartizado sobre una cruz en forma de X, letra que recordaba la inicial griega del nombre de Cristo.
CULTO
     Su culto también se explica, en Oriente al menos, por el deseo de competir con san Pedro que había sido acaparado por la Iglesia de Roma. Por ello Andrés fue reivindicado por la Iglesia griega.
1. Culto en Oriente
     En 357 las reliquias de san Andrés habrían sido trasladadas de Patras a Constantinopla centro que, falto de poder para procurarse las osamentas de los príncipes de los apóstoles, san Pedro y san Pablo, quería poseer el cuer­po de uno de los primeros discípulos de Cristo.
     Pero los habitantes de Patras pretendían haber conservado el cuerpo auténtico del apóstol y hacia 1850 lo cedieron al gobierno ruso a cambio de una canalización de agua potable de cuya financiación se hizo cargo éste. Fue así como san Andrés, a quien se suponía evangelizador de la Escitia y muerto en Patras, se convirtió en patrón de Grecia y también de Rusia. De acuerdo con el cronista Néstor, habría plantado una cruz en el emplaza­miento de Kiev y predicho la grandeza futura de esa ciudad.
     Una de las principales iglesias de Kiev, construida en el siglo XVIII por Rastrelli, en estilo rococó, está puesta bajo su advocación.
2. Culto en Occidente
     Sin embargo la Iglesia latina no quería dejarse confiscar por los griegos cismáticos un apóstol de primera categoría, el propio hermano de san Pedro. Tres países, Escocia, Italia y Francia hicieron valer sus reivindicaciones con­tradictorias.
     Se imaginó que las reliquias de san Andrés habían sido llevadas desde Patras hasta Escocia. De ahí el nombre de la ciudad universitaria de Saint Andrews, adonde habrían llegado, y la introducción en las armas de Escocia de una cruz de san Andrés que está junto a la cruz de san Jorge sobre la Union Jack del Reino Unido de Gran Bretaña.
     Esas pretensiones concordaban mal con las de Italia donde se afirmaba que el cuerpo del apóstol había sido transferido en 1210 desde Constantinopla a la catedral de Amalfi, cerca de Nápoles. Por otra parte, la cabeza de san Andrés (o al menos una de las cabezas de este apóstol policéfalo) fue depo­sitada en Roma en 1462, por el papa Pío II que ambicionaba reunir los restos de los dos hermanos. Junto al Volto santo de santa Verónica, la lanza de Longinos y un fragmento de la Vera Cruz, es una de las cuatro grandes reli­quias veneradas en San Pedro de Roma.
     Roma le dedicó una de sus principales iglesias bajo la advocación de S. Andrea della Valle. Además, San Andrés es el patrón de Pesara, Vercelli, Mantua, Brescia y Rávena, ciudad ésta que le consagró una iglesia muy an­tigua llamada S. Andrea dei Goti.
     Pero el principal centro de su culto sigue siendo Amalfi cuya catedral le está dedicada y expone en su cripta, para la veneración  de los peregrinos, la pretendida osamenta del apóstol de la que rezuma un aceite milagroso que se llama maná de san Andrés.
     La ciudad de Santander, en España, es el antiguo Fanum sancti Andreae.
     Inglaterra le consagró las catedrales de Rochester y de Wells.
     En Alemania, su sandalia es una de las piezas principales del tesoro de la ca­tedral de Tréveris.
     En Francia, el apóstol se convirtió en patrón de la Casa ducal de Borgoña, porque se lo consideraba evangelizador de la Escitia de la que creían proceder los burgundos. Felipe el Bueno puso bajo su protección a la orden del Toisón de Oro cuyos caballeros llevaban como insignia una cruz en X. El grito de guerra de los borgoñones era Montjoie saint Andrieu.
     Además de Borgoña, en el reino de Francia deben citarse la catedral de Saint André de Burdeos, fundada por san Marcial al mismo tiempo que la de Saint Pierre de Poitiers, la iglesia de Saint André de Ruán y la abadía de Saint André en Villeneuve, Aviñón, frente al palacio de los papas. En París, la iglesia Saint André des Arts fue edificada sobre el emplazamiento de una capilla dedicada a su casi hornónimo san Andeolo, apóstol del Vivarais. El hueso braquial del santo se conservaba en un relicario de Notre Dame de París.
     Además, San Andrés había sido adoptado como patrón por las corporaciones emparentadas de los pescadores de agua dulce (de coulce yaue), los pescaderos y los cordeleros que proveen a los pescadores la cuerda para las redes. Lo invocaban las mujeres casaderas que deseaban encontrar un marido, quizá porque el nombre Andrés evocaba en griego (andros) la idea de un macho, como san Colomán (Mann) en los países de lengua alemana.
     Como curador, era invocado contra la gota, calambres, tortícolis, (stiffneck), erisipela y disentería que se llamaba el mal de san Andrés.
ICONOGRAFÍA
     El atributo más popular de san Andrés es la cruz aspada de brazos oblicuos en forma de X, que los latinos llamaban crux decussata (de decem o decussis: diez, en números romanos, se expresa X), y que tornó el nombre de cruz de san Andrés. También se la llamaba cruz de Borgoña, porque en 1433, el duque Felipe el Bueno, habiendo recibido de Constantinopla un fragmento de la cruz que se habría empleado en la crucifixión del apóstol en Patras, la con­virtió en la insignia de su orden del Toisón de Oro.
     Esta tradición no se apoya en texto alguno. La Patrología griega (t.II,col.1238) sólo nos dice que el cuerpo de san Andrés fue «distendido con juncos», que la leyenda interpretó diciendo que el procónsul lo hizo atar a la cruz con cuer­das para hacerle sufrir más tiempo. En ninguna parte se habla de una cruz con forma de X.
     De hecho, el arte cristiano de la Edad Media ha vacilado mucho tiempo antes de adoptar la cruz en X como atributo de san Andrés. Hasta el siglo XV, la mayoría de las veces se lo representa sobre una cruz latina de brazos hori­zontales, en todo semejante a la de Cristo.
     Los ejemplos abundan.
     En el arte italiano del Quatroccento, la cruz latina todavía es la regla, como lo prueban las pinturas de Fiorenzo di Lorenzo, en Perusa, de Pinturicchio en Spello, de Fra Angelico en Florencia, la Virgen de la Victoria de Mantegna (Louvre) y el tondo de terracota esmaltada de Luca della Robbia en la capilla de los Pazzi, en Santa Croce de Florencia.
     ¿En qué momento aparece la cruz en X? Según E. Mille, el ejemplo más antiguo se encontraría en una vidriera del siglo XIII, en la catedral de Tours. En sus Caracteristiques des saints, el padre Cahier pretende, por otra parte, que «la cruz oblicua o en X, que lleva hoy entre nosotros el nombre de cruz de san Andrés, no se remonta más allá del siglo XIV».
     Esas dos afirmaciones son inexactas. En realidad, la cruz de san Andrés aparece a partir del siglo X en el Tropario de Autun. Debe dejarse de lado el capitel de Saint Pons (Hérault), actualmente conservado en la Universidad de Montpellier, que ha sido reproducido con una leyenda errónea por el ar­queólogo norteamericano Kingsley Porter en su Corpus de la escultura romana. Ese capitel no representa en modo alguno el martirio de san Andrés sino la crucifixión de san Pons, patrón de la abadía del Languedoc.
     Fue a partir del siglo XV cuando la cruz en X se convirtió en parte integrante de la iconografía de san Andrés, posiblemente por la influencia de la insignia de la orden del Toisón de Oro. Esta innovación apareció simultánea­mente en Francia, los Países Bajos y Alemania. Entre otros ejemplos, pue­den citarse en el arte francés una vidriera de la catedral de Ruán, la minia­tura de Jean Fouquet en el Libro de Horas de Étienne Chevalier, una pintura de Holbein el Viejo, un grabado de Lucas Cranach; y en el arte alemán, la estatuilla de bronce de Peter Vischer adosada al relicario de la iglesia de San Sebaldo, en Nuremberg. Al mismo tiempo, la cruz, que era portátil, se con­virtió en gigantesca.
     En el siglo XII, la cruz en X triunfó definitivamente, como lo prueban las pinturas de Ribera, Murillo (Museo del Prado), Cario Dolci (Gal. Pitti), Rubens o la estatua colosal de François Duquesnoy bajo la cúpula de San Pedro de Roma. No obstante, hacia 1610, Caravaggio representaba todavía a san Andrés con las muñecas atadas con cuerdas al travesaño horizontal de una cruz latina.
     ¿Cómo explicar esta sustitución de la cruz latina por la cruz en X cuando los textos no precisan la forma del instrumento del suplicio de san Andrés? Es posible que se haya querido diferenciar la crucifixión de los apóstoles de la de Cristo y que, así como San Pedro había querido ser crucificado cabeza abajo por humildad, se haya tenido la idea de representar a su hermano no sólo atado con cuerdas como los dos ladrones, sino descuartizado sobre la cruz. En principio se había supuesto que había sido crucificado horizontalmente, per transversum. 
     El capitel de la iglesia de Besse (Auvernia) que lleva la extraña inscripción en acusativo: Passionem sancti Andreä Apostoli, copiada literalmente de la primera frase de la leyenda del santo en un manuscrito de la Biblioteca de Clermont, sugiere otra hipótesis. Se observa en efecto, que sobre ese capitel, san Andrés está atado a una cruz latina mediante cuerdas anudadas en forma de X alrededor de brazos y piernas. Quizá esas cuerdas entrecruzadas hayan dado a los artistas la idea de representar al apóstol ligado a una cruz con los brazos en diagonal. Ya se sabe cuantas leyendas deben su nacimiento a imá­genes malinterpretadas.
     Los pies y las manos del mártir están casi siempre atadas con cuerdas. La miniatura del Menologio de Basilio donde está clavado sobre la cruz es una excepción.
     Señalemos, también a título de excepción,  un segundo atributo de san Andrés que alude al oficio que ejercía antes de su vocación: una gran red de pescador de la cual a veces emergen cabezas de peces, como en las pintores­cas sillas del coro de la catedral de San Pedro de Ginebra (siglo XV). Una es­tatua de piedra del siglo XVI, en la colegiata de Saint Vulfran de Abbeville presenta la misma particularidad (Louis Réau, Iconografía del Arte Cristiano. Ediciones del Serbal. Barcelona, 2000).
Conozcamos mejor la Biografía de Ricardo Bellver, autor de la obra reseñada;
     Ricardo Bellver y Ramón, (Madrid, 23 de febrero de 1845 – 20 de diciembre de 1924). Escultor.
     Pertenecía a una famosa dinastía de escultores de origen valenciano. Su abuelo Francisco Bellver y Llop, estudió en la Real Academia de San Fernando y, más tarde, estuvo trabajando en la Corte.
     Su padre, Francisco Bellver, ilustre escultor y académico, fue su primer maestro en el arte de la escultura.
     Posteriormente entró como alumno en la Real Academia de San Fernando, y destacó en las asignaturas de Anatomía Pictórica y Dibujo del Antiguo, copia del Natural y Paños.
     A los diecisiete años presentó su primera obra para la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1862, el cacique Tucapel. Dos años más tarde, en 1864, para esta misma Exposición expuso dos bajorrelieves: Sátiro tocándose las tibias y Faunos jóvenes jugando con una cabra.
     De 1866 es su magnífica obra La Virgen del Rosario, con destino a la iglesia de San José de Madrid, de soberbia ejecución y factura. Para la Exposición Nacional de 1867, realizó su extraordinario grupo de la Piedad, de gran tradición desde el siglo xv, con la que consiguió una mención honorífica de 1.ª clase. Para la Exposición Nacional de 1871, mostró tres bustos en yeso: Goya, José Bellver y Una señora.
     En el año 1874, para el concurso abierto para las plazas de pensionado de Roma, presentó su obra: David teniendo en la mano la cabeza del gigante Goliat.
     En Roma permaneció pensionado los años 1875, 1876 y 1877. En 1875 realizó el magnífico busto del Gran Capitán, copia en yeso de la estatua que talló en madera, en el siglo XVI, el escultor y arquitecto burgalés Diego de Siloé.
     Al año siguiente, en 1876, presentó su segunda obra de pensionado el bajorrelieve titulado: El Entierro de Santa Inés, para el interior de la basílica de San Francisco el Grande de Madrid.
     Finalmente, como trabajo de tercer año de pensionado, en 1877, mostró su obra más famosa y que más gloria le dio: El Ángel Caído, modelada en yeso y más tarde fundida en bronce. Medalla de Oro en la Exposición Nacional de Madrid, y en la Internacional de París. De 2,65 metros de altura, con notables influencias clásicas, helenísticas y barrocas, representa a Lucifer caído sobre unas rocas, retorciéndose por el dolor que le causa una serpiente enroscada en su cuerpo.
     En el año 1880, ejecuta el boceto para el ilustre marino y navegante del siglo XVI: Juan Sebastián Elcano, encargado por el Ministerio de Ultramar, fue presentado en la Exposición Nacional de 1881, obteniendo primera medalla, siendo esculpida en mármol blanco de Carrara.
     Acabado su plazo de pensión en Roma, permaneció en la ciudad, donde continuó vinculado hasta 1882.
     En este intervalo de tiempo esculpió el imponente monumento al Cardenal de la Lastra y Cuesta, Arzobispo de Sevilla, en un purísimo y finísimo mármol de Carrara, con influencias de estilo plateresco.
     Para la portada principal de la catedral de Sevilla realizó en yeso, en 1883, un bajorrelieve de la Asunción de la Virgen, más tarde pasado a piedra de Mónovar (Alicante), de tamaño colosal. Posteriormente para decorar la mencionada fachada talló cuarenta estatuas de apóstoles y santos, en las que trabajó hasta el año 1899, de tamaño mayor que el natural en piedra cemento Portland.
     Durante los años 1883-1884, esculpió en mármol de Carrara dos colosales estatuas, de 2,65 metros de altura, de los apóstoles San Andrés y San Bartolomé, para la rotonda interior de la basílica de San Francisco el Grande de Madrid; la obra le fue encargada por la Obra Pía de Jerusalén; por sendos modelos cobró la cantidad de tres mil pesetas. Esta obra fue ejecutada en claro estilo neobarroco.
     El día 10 de noviembre de 1879 fue designado en Sesión Ordinaria académico correspondiente de la Academia de San Fernando. En atención a esto y al haber sido nombrado profesor ayudante de la Escuela de Artes invocando Oficios, y que los artículos 7.º y 8.º de los Estatutos, y el 77 y el 78 del Reglamento, los académicos Federico de Madrazo, José Barral, Antonio Ruiz de Salces, Francisco Asejo, Barbieri y los escultores Sabino de Medina y Elías Martín, lo proponen el 5 de mayo de 1884 como académico de número.
     El 20 de octubre de 1884, es elegido académico de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, su discurso de apertura fue: La Escultura en Miguel Ángel.
     Por estas fechas el obispo de Cádiz, Vicente Calvo, le encarga tres imágenes en madera policromada y de tamaño natural: San Pedro, Santo Tomás de Aquino y San Alfonso María de Ligorio.
     Durante esta época llevó a cabo otro excelente sepulcro de estilo neoplateresco, el del Cardenal Martínez Silíceo, para la iglesia-colegio de Doncellas Jóvenes de Toledo, inspirado en los sepulcros renacentistas del cardenal Tavera y el de Cisneros.
     De 1877 son el Monumento Funerario a Goya, el Monumento a Meléndez Valdés y Donoso Cortés, con la famosa estatua de la Fama, en el cementerio monumental de San Isidro de Madrid.
     A comienzos del siglo XX, esculpió en piedra blanca el Escudo colosal de España, para el Ministerio de Fomento, actual de Agricultura en Madrid.
     A partir de 1904, R. Bellver se dedica casi por entero a su labor docente, en las clases de la Academia de San Fernando, también como jurado calificador en exposiciones nacionales e internacionales. También como jurado calificador en la Academia Española de Bellas Artes de Roma, sustituyendo en 1904 al célebre escultor valenciano Mariano Benlliure, compañero suyo en la Academia.
     Dos días después de su muerte, el 22 de diciembre de 1924, el escultor segoviano Aniceto Marinas se adhiere a las condolencias expresadas por su compañero el también escultor Mariano Benlliure, con motivo de la muerte de nuestro genial artista, ocurrida el 20 de diciembre del citado año.
      Ricardo Bellver ha utilizado a lo largo de su carrera artística todo tipo de materiales para ejecutar su dilatada y extensa labor escultórica: el barro, arcilla, madera de pino, ciprés, policromada, dorada y estofada; el mármol de Carrara, la piedra de Monóvar, Novelda, el cemento Portland, el bronce y otros materiales.
     Sus primeros trabajos de juventud están realizados en barro, arcilla, escayola, yeso y cera. Se trata de estudios preparativos para mostrar a las distintas y variadas Exposiciones Nacionales de Bellas Artes y a los Concursos a Oposiciones de Pensionados a Roma.
     Desde sus primeros comienzos la obra de Ricardo Bellver ha generado grandes elogios por parte de la crítica especializada de la historia del arte. de fuerte personalidad, realismo libre, notable y crítico, es el más personal y original de los escultores.
     Su estilo es ecléctico, academicista y romántico, y en muchas ocasiones se muestra neobarroco y realista.
     Es creativo y original, con una gran fuerza expresiva en sus obras (José Luis Melendreras Gimeno, en Biografías de la Real Academia de la Historia).
      Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la escultura "San Andrés, apóstol", de Ricardo Bellver, en la Puerta de la Asunción, de la Catedral de Santa María de la Sede, de Sevilla. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la ciudad.

Más sobre la Puerta de la Asunción de la Catedral de Santa María de la Sede, en ExplicArte Sevilla.

viernes, 29 de noviembre de 2024

El sitio arqueológico Buenavista, en Coria del Río (Sevilla)

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Sevilla, déjame ExplicArte el sitio arqueológico Buenavista, en Coria del Río (Sevilla)
     Sobre la corona de uno de los cerros situados al sureste del casco urbano de Coria del Río, y muy próximos a la cañada del río Pudio, se localizan restos de una pequeña explotación agrícola romana del siglo I d.C. Sobre ésta, ocupando mayor superficie, se constata una ocupación de época islámica y otra de época moderna. Asimismo, en el sector sureste del yacimiento existe una pequeña concentración de cantos tallados, posiblemente de época paleolítica (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Sevilla, déjame ExplicArte el sitio arqueológico Buenavista, en Coria del Río (Sevilla). Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la provincia.

Más sobre la localidad de Coria del Río (Sevilla), en ExplicArte Sevilla.  

Haz tu ruta con ExplicArte Sevilla: Tú decides la ruta, la fecha y el precio (Free Tour - propina)

     Con ExplicArte Sevilla podrás hacer la ruta que desees por Sevilla (o cualquier localidad de la provincia, o de cualquier lugar), siempre adaptándonos a tu tiempo y a tus necesidades. Hay multitud de ellas, y desde aquí te proponemos algunas de ellas (hay tantas Rutas como tú quieras), en las que ponemos el acento en el aspecto artístico:


     Ruta Leyendas y Curiosidades de Sevilla: Desde ExplicArte Sevilla nos adentraremos en las Leyendas y Curiosidades de Sevilla: el "No8Do" emblema de Sevilla, Doña María Coronel, la Cabeza del Rey Don Pedro, Grace Kelly, el "Negro de Triana",...

     Ruta Sevilla Imprescindible: Desde ExplicArte Sevilla te mostraremos los monumentos y barrios más típicos de Sevilla: Plaza de España, Plaza de Toros, Torre del Oro, Catedral, Giralda, Barrio de Santa Cruz, Reales Alcázares, Ayuntamiento,...

     Ruta Sevilla Patrimonio de la Humanidad: Desde ExplicArte Sevilla te mostraremos los monumentos Patrimonio de la Humanidad: Catedral de Santa María de la Sede, Reales Alcázares, y el Archivo General de Indias.

     Ruta Sevilla Prehistórica: Desde ExplicArte Sevilla te mostraremos en el Museo Arqueológico de la ciudad y en las salas dedicadas a la Prehistoria el devenir de este momento histórico-artístico de la ciudad.

     Ruta Sevilla Prerromana - Ispal: Desde ExplicArte Sevilla te mostraremos en el Museo Arqueológico de la ciudad y en las salas dedicadas al mundo prerromano el devenir de este momento histórico-artístico de la ciudad con especial atención al mundo de Tartessos y a los demás pueblos que se asentaron en la zona.

     Ruta Sevilla Romana - Hispalis: Desde ExplicArte Sevilla te mostraremos los vestigios que podemos encontrar del paso de la cultura romana por la actual ciudad, como los Monolitos de la calle Mármoles, las Columnas de la Alameda de Hércules, restos del Acueducto ("Caños de Carmona"), restos de las Murallas, el Antiquarium, y la obligada visita al Museo Arqueológico. Incluso podremos visitar el cercano enclave arqueológico de la ciudad romana de Itálica en el pueblo de Santiponce.

     Ruta Sevilla Visigoda: Desde ExplicArte Sevilla te mostraremos los vestigios que la cultura visigoda ha dejado en nuestra ciudad, sobre todo en la Catedral y en el Museo Arqueológico y te contaremos las historias de San Hermenegildo, y San Leandro y San Isidoro, personajes históricos imprescindibles de Sevilla.

     Ruta Sevilla Musulmana - Isbiliya: Desde ExplicArte Sevilla te mostraremos los principales vestigios que la cultura musulmana ha legado a Sevilla, comenzando por nuestro símbolo más universal: La Giralda, junto con la Torre del Oro, Los Reales Alcázares,...

     Ruta Sevilla Judía: Desde ExplicArte Sevilla te mostraremos la huella judía en la Sevilla de hoy: las antiguas sinagogas y los barrios judíos de Santa Cruz o de San Bartolomé.

     Ruta Sevilla Mudéjar: Desde ExplicArte Sevilla te mostraremos los innumerables vestigios que la cultura mudéjar dejó en Sevilla, fundamentalmente en los Reales Alcázares, Iglesia de San Marcos, Iglesia de Santa Marina,...

     Ruta Sevilla Gótica: Desde ExplicArte Sevilla te mostraremos nuestra Catedral, el edificio gótico más grande de la cristiandad.

     Ruta Sevilla Renacentista - Nova Roma: Desde ExplicArte Sevilla te mostraremos los imprescindibles vestigios renacentistas de nuestra ciudad, representados por el Ayuntamiento, el remate de la Giralda y la Sacristía Mayor de la Catedral.

     Ruta Sevilla y su río: Desde ExplicArte Sevilla te mostraremos la importancia que ha tenido el río Guadalquivir, el antiguo Betis, en la historia de la ciudad, recorriendo sus puentes, el Barrio de Triana, la Torre del Oro,...

     Ruta Sevilla y América: Desde ExplicArte Sevilla te mostraremos la llamada Sevilla Americana, la Sevilla del siglo XVI y XVII cuando nuestra ciudad se convirtió en la capital del mundo, con edificios tan importantes como el Archivo de Indias o la Casa de la Moneda.
     
     Ruta Sevilla Barroca: Desde ExplicArte Sevilla te mostraremos la esencia de nuestra ciudad, puesto que Sevilla es una ciudad eminentemente barroca en prácticamente todos y cada uno de sus edificios. 

     Ruta Sevilla Neoclásica: Desde ExplicArte Sevilla también te mostraremos las huellas neoclásicas de nuestra ciudad que podemos contemplar en las iglesias de San Ildefonso o San Bartolomé.

     Ruta Sevilla Romántica: Desde ExplicArte Sevilla te mostramos la huella romántica de los Jardines del Parque de María Luisa y del Barrio de Santa Cruz.

     Ruta Sevilla Modernista: Desde ExplicArte Sevilla te mostraremos el legado modernista que también tiene en Sevilla sus ejemplos como las casas que podemos encontrar en las calles Alfonso XII, Feria, Tomás de Ibarra, Felipe II y Adriano, entre otras.

     Ruta Sevilla Regionalista: Desde ExplicArte Sevilla te mostraremos el legado que arquitectos como Aníbal González y sus contemporáneos dejaron en Sevilla con la famosísima Plaza de España.

     Ruta Sevilla y la Expo del 29: Desde ExplicArte Sevilla te mostraremos el legado que la Exposición Iberoamericana de 1929 dejó en Sevilla en modo de pabellones y edificios que conforman el Parque de María Luisa y el Barrio de Heliópolis.

     Ruta Sevilla y la Expo del 92: Desde ExplicArte Sevilla te mostraremos el legado que en la Isla de la Cartuja quedó para nuestra ciudad, llevándola al siglo XXI.

     Ruta Sevilla Cofrade: Desde ExplicArte Sevilla te mostraremos la importancia del mundo cofrade en la historia de nuestra ciudad y sus incontables manifestaciones artísticas en el interior de los templos, las casas de hermandad, y en los actos de culto interno y externos (procesiones).

     Ruta Sevilla, Ciudad de Ópera: Desde ExplicArte Sevilla te mostraremos la importancia de Sevilla en la historia del Bel Canto, puesto que está presente en más de 100 óperas. Podemos elegir varias rutas relacionadas con la Ópera y Sevilla: Sevilla escenario de Ópera ASevilla escenario de Ópera BEl Mito de Carmen, El Mito de Don Juan, y El Mito de Fígaro.

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Un paseo por la calle Boteros

     Por Amor al Arte
, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la calle Boteros, de Sevilla, dando un paseo por ella.    
      La calle Boteros es, en el Callejero Sevilla, una vía que se encuentra en el Barrio de la Alfalfa, del Distrito Casco Antiguo, y va de la calle Pérez Galdós, a la confluencia de la plaza de San Ildefonso con la calle Deán López Cepero
     La  calle, desde  el punto de vista urbanístico, y como definición, aparece perfectamente delimitada en  la  población  histórica  y en  los  sectores  urbanos donde predomina la edificación compacta o en manzana, y constituye el espacio libre, de tránsito, cuya linealidad queda marcada por las fachadas de las  edificaciones  colindantes  entre  si. En  cambio, en  los  sectores  de periferia donde predomina la edificación  abierta,  constituida  por  bloques  exentos,  la  calle,  como  ámbito  lineal de relación, se pierde, y  el espacio jurídicamente público y el de carácter privado se confunden en términos físicos y planimétricos. En las calles el sistema es numerar con los pares una acera y con los impares la opuesta. También hay una reglamentación establecida para el origen de esta numeración en cada vía, y es que se comienza a partir del extremo más próximo a la calle José Gestoso, que se consideraba, incorrectamente el centro geográfico de Sevilla, cuando este sistema se impuso. En la periferia unas veces se olvida esta norma y otras es difícil de establecer.
     El tramo comprendido entre Pérez Galdós y Sales y Ferré era conocido como Peladero o Peladero Alto desde el s. XVI a 1845, porque allí tenía lugar la limpieza de las piezas que se vendían en las antiguas Carnicerías (v. Alfalfa). Al segundo tramo se le conoce como la Odrería desde comienzos del s. XV (1402), porque allí se situaban los fabricantes de odres de cuero, muy próximos a los tratantes de vino (v. Sales y Ferré); más tarde se consolida el de Boteros, de idéntico significado. El pequeño ensanche en el que termina la calle en la confluencia con la plaza de San Ildefonso era conocido como plaza de los Baños, por los que allí existían (v. San Ildefonso); en 1845 tanto el Peladero Alto en un extremo como la plaza de los Baños en el otro pierden su denominación y quedan integrados en Boteros. En 1868 se acordó rotular con la denominación de Santa Elena la barreduela que forman los núm. 7, 9 y 11, que según las actas capitulares de dicha fecha se llamó con anterioridad plaza del Carbón; pero el acuerdo no se llevó a efecto; también es posible que esta barreduela, que hoy aparece innominada, fuese conocida hasta 1845 como plaza o callejón del Ombligo, así llamada por su posición en el centro del Peladero.
     Es una calle de trazado muy irregular, en parte curvilíneo, que ya sufrió una primera transformación a raíz de la de la desaparición de las Carnicerías y remodelación del Peladero, momento en que pudo desaparecer el callejón del Ombligo antes mencionado, el cual los vecinos ya habían solicitado que se cerrara en 1813 porque "en todo el discurso de la noche sirbe de lupanar escandaloso de todo pecado y de avrigo de mal hechores y ladrones" (Sec. 8, t. 3, núm. 7). En el plano de Sartorius (1848) se advierte la existencia de un espacio cuadrado frontero a la actual Golfo, que hoy no existe. Presenta algunos ensanches, producto de operaciones de alineación (1912 y 1922), tramos muy estrechos y fachadas en general no alineadas; al final de la calle se abre en forma de embudo en lo que correspondería al antiguo espacio de la plazuela de los Baños. 
     Confluyen, por los pares, San Juan, Odreros y Cabeza del Rey Don Pedro, y por los impares, Celinda, Sales y Ferré, Espronceda y Alhóndiga. Hay referencias al empedrado de esta calle desde 1588, que simultanean con peticiones de reparación de la pavimentación, por el continuo trasiego de carros que se dirigían a las Carnicerías, y en 1856 se llega a afirmar que está convertida en un lodazal; en 1883 se solicita que se adoquine, lo que solo se realiza en algunos tramos en 1906. Hoy presenta calzada de asfalto y aceras de cemento, de irregular anchura. La luz eléctrica fue introducida en 1941, y hoy se apoya sobre farolas con brazos de fundición adosados a las fachadas. Posee un caserío desigual en fechas de construcción, estado de conservación y tipologías edificatorias, alternando viviendas unifamiliares de patio y casas de escalera de tres plantas, con bloques entre medianeras de cuatro, de las últimas décadas; varias viviendas se encuentran en estado de abandono e incluso ruina, apreciándose una mayor concentración de casas en mal estado en el tramo comprendido entre Espronceda y Cabeza del Rey Don Pedro, mientras que en el ensanche final es donde se concentran las viviendas de mayor calidad. Es de destacar la casa esquina a Espronceda, de estilo regionalista y obra del arquitecto Aníbal González y Álvarez-Ossorio, 1912.
     Las funciones históricas de esta calle han estado relacionadas con su proximidad a la zona de la Alhóndiga por una parte, y a las Carnicerías por otra, así como por la propia localización en la misma de los fabricantes de odres desde el s. XV; también se sabe de la existencia de una albardería en esta calle. Actualmente cumple básicamente una función residencial y cuenta con algunos comercios. Un bar aprovecha el ensanche que hay en la confluencia con Pérez Galdós y Celinda para colocar varios veladores en el acerado, y el resto de los ensanches se encuentran habitualmente ocupados por vehículos aparcados. En Semana Santa la calle cobra particular animación ya que la recorren varias cofradías [Josefina Cruz Villalón, en Diccionario histórico de las calles de Sevilla, 1993].
Boteros, 9. Casa en ruinas, en cuya fachada existe una reja de ventana de interés.
Boteros, 32. Casa de dos plantas y ático, de tipo popular [Francisco Collantes de Terán Delorme y Luis Gómez Estern, Arquitectura Civil Sevillana, Excmo. Ayuntamiento de Sevilla, 1984]
     Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la calle Boteros, de Sevilla, dando un paseo por ella. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la ciudad.

Más sobre el Callejero de Sevilla, en ExplicArte Sevilla.

La calle Boteros, al detalle:
El edificio de c/ Boteros, 9.
El edificio de c/ Boteros, 27.
El edificio de c/ Boteros, 32.

jueves, 28 de noviembre de 2024

Los principales monumentos (Museo Interactivo de la Música, Museo Acuario Aula del Mar, Centro de Arte Contemporáneo C.A.C., Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, y Museo de la Cofradía de la Expiración) de la localidad de Málaga (IX), en la provincia de Málaga

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Málaga, déjame ExplicArte los principales monumentos (Museo Interactivo de la Música, Museo Acuario Aula del Mar, Centro de Arte Contemporáneo C.A.C., Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, y Museo de la Cofradía de la Expiración) de la localidad de Málaga (IX), en la provincia de Málaga.


Museo Interactivo de la Música

     Sobre parte del Convento de San Francisco y de su iglesia se instaló el Liceo Artístico y Literario de Málaga, el centro cultural y recreativo más importante de la ciudad en el siglo XIX, actualmente también sede del Real Conservatorio de Música María Cristina, que, fundado en 1856, se encuentra aquí desde 1885. Con el paso de los años y ya extinguido el Liceo en 1899, el edificio fue degradándose y cuando el Conservatorio pasó, en 1971, a las nuevas instalaciones construidas en El Ejido, el viejo edificio quedó sin uso, aumentando su ruina hasta que a fines de 1975 la Caja de Ahorros de Ronda se hizo cargo de su restauración, que llevó a cabo el arquitecto Enrique Atencia, inaugurándose en octubre de 1976. Actualmente mantiene su uso como sala de conciertos y centro cultural, con el nombre de Antiguo Real Conservatorio María Cristina.
     Al edificio se accede a través de un profundo compás que cierra una bella reja decimonónica procedente del Palacio del Marqués de Valdecañas, que se encontraba junto al convento. Al fondo una austera portada de mármol, barroco­ clasicista, trasladada de otra edificación, da paso al Conservatorio.
     En su interior destaca el llamado Salón mudé­jar, hoy vestíbulo, con columnillas de fundición y cubierta con decoración neomudéjar. El Salón de los Espejos ocupa el lugar del antiguo coro de la capilla y está decorado con ornamentación pseudorrococó y espejos, sobre los que José Nogales pintó unos deliciosos ramos de flores para disimular las grietas producidas por el terremoto de 1884; en el techo se encuentra una Alegoría de la Música, pintada por Javier Cappa.
     Un arco sobre columnas abre paso al Salón de Conciertos en el espacio de la antigua capilla, la sala más rica del edificio. El eclecticismo de su decoración interior combina la sobriedad de los elementos de recuerdo clásico con una más am­pulosa de regusto barroco.
     La cubierta plana del salón articula tres composiciones alegóricas y de carácter mitológico que representan a La Aurora y El tocado de Venus, realizadas por José Denis Bel­grano. El espacio central, de mayor sobriedad, está pintado por Joaquín Martínez de la Vega, quien realizó una alegoría de la Cultura personificada en La Coronación de Dante.
     Al fondo a la derecha se situaba el Salón del Senado, en el que se procuró, como zona noble, una  cuidada decoración. Con las nuevas funciones del edificio este salón, llamado de exposiciones, es en realidad una sala más de las muchas que rodean el Salón de Conciertos, y en él se integró un lienzo con danza de angelitos procedente del Palacio de Valdecañas que se atribuye a Denis Belgrano. También contaba el Liceo con una importante biblioteca que albergaba, en 1894, unos 2.530 volúmenes.
     Desaparecido el centro cultural en 1899, esas obras fue­ron a los salones del Círculo Mercantil, en la nueva calle del Marqués de Larios y, muchos de ellos se quemaron en el incendio de 1936.
     El edificio está incoado por su declaración como Monumento desde 1985.
     En el aparcamiento subterráneo de la Plaza de la Marina se conservan restos de la muralla nazarí (s. XIV-XV), del antiguo castillo de los genoveses (s. XV) y de un lienzo el puerto del siglo XVII, así como parte de una construcción abaluartada aparecidos en las obras de remodelación, que fueron declarados Monumento en 1995. Entre ellos se ha integrado un gran muro vitrina y con un pavimento de espejo que refleja los muros históricos, se ha instalado el Museo Interactivo de la Música, después de la intervención llevada a cabo en 1998 por el arquitecto José Luis Daroca (Rosario Camacho Martínez, Isidoro Coloma. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo I. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).  
     El antiguo Conservatorio de Música de Málaga se encuentra ubicado en la plaza de San Francisco, uno de los espacios fronterizos de la ciudad intramuros, plaza que ocupa parte de lo que fuera el compás y convento franciscano. 
     La fachada principal está precedida por un estrecho y alargado patio que funciona como compás. Se accede traspasando una excelente reja de forja, procedente del palacio del Marqués de Valdecañas, compuesta con elementos de estética neogótica y neorrenacentista. La portada, situada al otro extremo del patio, procede también del mencionado palacio y está realizada en mármol blanco, según el estilo barroco. Esta magnífiIca portada, muy depurada en sus formas ornamentales y similar a otras presentes en la ciudad, como la del palacio Zea Salvatierra o la del conde de Villalcázar, presenta vano adintelado flanqueado por pilastras toscanas cajeadas con retropilastras que sostienen un entablamento muy movido y un cuerpo de ático ligeramente volado. 
     En la primera crujía del inmueble aún pueden reconocerse los muros del primitivo convento y su antiguo torreón gótico-mudéjar, el cual fue restaurado en 1975 y se eleva sobre el salón de actos. 
     Tras el vestíbulo se encuentra el denominado «salón mudéjar», un amplio espacio cuadrangular, con ornamentación historicista y neomudéjar, cuyo magnífico techo artesonado está decorado alternativamente con tableros cuadrangulares en cuyo interior se inscriben octógonos y estrellas de ocho puntas, policromados en colores rojo y azul, junto a otros estrechos paneles donde se ubican las delgadas columnillas de fundición que sostienen la estructura. Las puertas que sirven de acceso al salón contienen decoración neomedieval de arcos apuntados. En el tercio inferior de la pared se dispone un zócalo de madera con decoración alterna de cruces rojas y azules inscritas en cuadrados, mientras que la mitad superior del muro se divide en grandes paneles bícromos en los que cuelgan pinturas sobre cristal con motivos figurativos de hombres y mujeres vestidos a la usanza medieval. El suelo es de baldosa hidráulica. 
     El espacio contiguo es el elegante y refinado «salón de los espejos» que ocupa el correspondiente al antiguo coro de la iglesia conventual. Es de planta cuadrangular y en sus paredes cuelgan espejos, de mediano y gran formato de estilo pseudorrococó, cuya decoración fue realizada por el pintor José Nogales Sevilla tras el terremoto de 1884. Son una serie de pinturas de carácter foral, sobre todo de rosas de gran efectismo, que ocultan los desperfectos producidos en los cristales. El techo se encuentra decorado con una gran pintura al óleo sobre lienzo, que representa la Alegoría de la Música, debida al pintor Javier Cappa. 
     Tras pasar por un arco sostenido por columnas, se accede al denominado «salón de conciertos», el más emblemático de todos, situado en lo que fuera la antigua capilla del edificio conventual. Los muros presentan un ambiente clásico, mediante la disposición de pilastras corintias que alternan con amplios paneles sin decorar y cuyo entablamento lo compone un friso corrido interceptado por ménsulas. El magnífico techo está dividido en tres partes: en la central se dispone la pintura con la escena de La Coronación de Dante del pintor Joaquín Martínez de la Vega y en las laterales, La Aurora, de Joaquín Martínez de la Vega, y El Tocado de Venus, de José Denis Belgrano. 
     A continuación se encuentra una serie de salas paralelas con usos auxiliares, como la sala de exposiciones de recuerdos románticos del Conservatorio, bar, aseos, etc. y tras estas dependencias, atravesando un pasillo, se accede al llamado «palco de luto», antiguo «salón del senado», con vista directa al podium del salón principal. 
     Destacan las puertas de ingreso a las diferentes salas, todas con similares diseños, y la decoración del resto de las habitaciones, con la misma tónica general que el salón principal y con una unidad decorativa que refuerza el interés artístico del conjunto.
     El origen del antiguo Conservatorio de Música de Málaga fue un monasterio de la orden franciscana, fundado por los Reyes Católicos en 1489, construido a extramuros bajo la advocación de San Luis el Real, cuya superficie en el siglo XVIII se extendía por el oeste hasta el cauce del río Guadalmedina, por el este hasta la calle Ollerías, por el norte hasta las calles Don Rodrigo y Los Cristos, y por el sur hasta la plaza de San Francisco. Un complejo conventual estructurado en torno a varios patios y con una extensa zona de huertas y jardines. Tras su desamortización, en 1836, tanto el inmueble como las huertas sufrieron una profunda transformación que conllevaría a la secularización, desmembramiento y parcelación de sus propiedades, conservándose solo algunos elementos del primitivo cenobio masculino, como una parte de la primera crujía, la capilla y la torre que queda embutida en añadidos posteriores. 
     La configuración actual del inmueble del antiguo Conservatorio se corresponde con la etapa del antiguo Liceo, una sociedad cultural fundada en 1843 por iniciativa del alcalde don Pedro Gómez Sancho, institución que llegó a tener una gran influencia en la vida política y cultural de la sociedad malagueña, el cual se ubicó en 1871 sobre los restos del antiguo edificio conventual. A principios del siglo XX, una vez extinguido el Liceo, se trasladó a este inmueble el Conservatorio de Música, denominado por el apoyo de la reina María Cristina, Real Conservatorio de Música «María Cristina».
     La instalación del Liceo en el antiguo convento y en parte de la residencia de las Madres Reparadoras, hoy desaparecida, transformó definitivamente el inmueble, dotándolo de una importante decoración pictórica, destacando la del salón mudéjar, la del salón de los espejos y la del salón de conciertos. Decoración de estilo ecléctico y academicista debida a los pintores más representativos de su época, como José Denis Belgrano, Joaquín Martínez de la Vega o José Nogales Sevilla. 
     Tras la construcción en la plaza de El Ejido, en 1971, de una nueva sede para el Conservatorio de Música, el edificio fue ocupado por la comunidad religiosa de Hermanas Nazarenas. En 1975 fue adquirido por la Caja de Ahorros de Ronda que lo rehabilitó, mediante proyecto del arquitecto Enrique Atencia, para uso como sede cultural. Actualmente se denomina Sala María Cristina y es propiedad de la Fundación Obra Social Unicaja (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     En sus orígenes fue el denominado Convento de San Francisco, construido a finales del siglo XV y deshabitado tras la desamortización de Mendizábal. Luego, el edificio lo ocupó el Liceo de Málaga y la Sociedad Malagueña de Ciencias, y ya en 1880 fue sede del Conservatorio de Música María Cristina, hasta su traslado en 1971. Cuenta en su interior con murales de Nogales Sevilla, Sixto Cappa, Martínez de la Vega, Denis Belgrano, Moreno Carbonero, Emilio Ocón, Muñoz Degrain, Ponce, Nogales, Alvarado, Blanco Coris, Merino y Simonet.
     Del exterior destaca su hermosa torre mudéjar. Fue reconstruido por el arquitecto Enrique Atencia Molina y forma parte actualmente de la Fundación Unicaja teniendo lugar en ella diversas actividades culturales.
     En este Liceo, verdadero museo pictórico y biblioteca del XIX, en una de sus piezas llamada 'El Senado', se celebraron las tertulias de sus socios más distinguidos, y fue aquí donde Pablo Picasso sería bautizado con champán por Martínez de la Vega, con motivo del éxito obtenido por el joven artista en las exposiciones Nacional y Provincial de Bellas Artes de 1897, con su obra 'Ciencia y Caridad.
     El Museo Interactivo de la Música, ubicado en el Palacio Conde de las Navas de la calle Beatas, en pleno centro histórico de la ciudad de Málaga, es un centro participativo, interactivo y que genera nuevas experiencias en sus visitantes. Su premisa es la contraria a la acostumbrada en estos espacios, "Se ruega tocar, Please play". El objetivo de este museo es llegar a todo tipo de público y para ello, además de su exposición permanente, organiza actividades educativas y musicales.
     La colección Miguel Ángel Piédrola Orta abarca más de 400 piezas en exposición permanente y casi mil en su totalidad, de diferentes épocas, países y culturas, agrupados de la siguiente manera: orígenes de la música; instrumentos (primitivos, de cuerda, de viento, y de percusión); historia del sonido grabado; música y cine, y la radio.
     A través de los distintos instrumentos se puede realizar un recorrido por la cultura musical y el folklore de los cinco continentes, abarcando un amplísimo período que comprende desde la prehistoria del hombre hasta nuestros días. Una auténtica ocarina precolombina, un Huara Puara o flauta de piedra de los incas, flautas construidas con fémures, un Kissar o lira africana hecha con calavera y utilizada en ceremonias fúnebres o un laúd chino del siglo VIII son algunos ejemplos de los originales instrumentos que podrá encontrar el visitante en el MIMMA.
     El museo cuenta con varios tipos de espacios diferenciados por colores. El blanco se utiliza para las instalaciones e instrumentos de gran formato, pianos, la Mano Guidoniana o la Pasarela de las Musas, la sala de exposiciones temporales y restos arqueológicos de época romana y de la antigua muralla medieval de la ciudad. En las salas de color negro se expone la colección permanente, en la que se puede personalizar la visita a través de los puestos interactivos. Las paredes rojas albergan los espacios más característicos del MIMMA, en los que el público puede tocar instrumentos y experimentar con la música con la ayuda de un profesor virtual que les explica cómo tocar el violín, el udú, el violonchelo o el cajón flamenco, por ejemplo.
     El MIMMA, que nació como consecuencia del proyecto Música en Acción, iniciado en La Casa de las Ciencias de A Coruña en 1996, abrió sus puertas en Málaga en 2003. Su primera sede fue el subterráneo de la Plaza de la Marina hasta su traslado al Palacio Conde de las Navas (Diputación Provincial de Málaga).

Museo Acuario Aula del Mar
     El Museo Alborania-Aula del Mar es un espacio expositivo, cultural y de información turística que promueve esta asociación y que se encuentra situado en El Palmeral de las Sorpresas, en el muelle 2 del puerto, en un edificio de unos 400 metros cuadrados cedido por la Junta para los próximos 28 años.
     El objetivo del museo es dar a conocer a los visitantes los diferentes ecosistemas que componen el mar de Alborán, uno de los ámbitos de mayor biodiversidad del Mediterráneo; llamar la atención sobre la fragilidad de éstos últimos y sobre la importancia de su conservación, así como resaltar las relaciones culturales e históricas que unen los pueblos mediterráneos, especialmente entre España y África.
     Para ello, el Aula del Mar, que recibe anualmente la visita de unos 20.000 escolares, pero también viajeros y visitantes de la ciudad de Málaga, prevé acoger, además del museo, un acuario y un Centro de Información de Actividades de Ecoturismo, que tendrá como objetivo dar a conocer la biodiversidad de la costa andaluza y fomentar un turismo responsable que contribuya a la conservación de su patrimonio natural y cultural. Este Centro ofrecerá datos actualizados sobre los valores naturales y culturales de los casi 1.000 kilómetros de costa andaluza atlántica y mediterránea, así como sobre sus equipamientos de restauración, de alojamiento y de ocio. El Centro servirá para mostrar la oferta de actividades recreativas que impliquen una mayor concienciación y experiencia con nuestra costa, tales como itinerarios costeros en barco, recorridos para senderismo o cicloturismo, submarinismo, piragüismo, avistamiento de cetáceos y aves, o visitas a paisajes costeros singulares y a enclaves históricos como yacimientos fenicios, romanos y árabes o torres vigía medievales.
     El nuevo Museo hereda del anterior Museo Aula del Mar gran parte de sus contenidos en cuanto a acuarios y salas relacionadas con restos de animales marinos de más de 1.000 especies se refiere (caparazones, conchas, estructuras oseas, etc.), respecto de vertebrados (peces, tortugas y cetáceos) e invertebrados, así como de tiburones y rayas, sin olvidar piezas relacionadas con este mundo (náutica, pesquerías, arqueología submarina, acuicultura, etc.) (Diputación Provincial de Málaga).

Centro de Arte Contemporáneo. C.A.C.

     El  Centro  de  Arte  Contemporáneo  de  Málaga (cacMálaga) abrió sus puertas en febrero 2003. De propiedad municipal, la gestión se adjudica a empresas particulares tras un concurso previo, y sus objetivos son acercar a los malagueños las nuevas tendencias del arte. Instalado en el antiguo Mercado de Mayoristas, esta obra está reconocida por su valor tipológico y arquitectó­nico en el primer registro de obras (1996) del DOCOMOMO, así como en el Catálogo Andaluz de Arquitectura Moderna (1997) elaborado por el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico. Asimismo, tiene incoado expediente para su declaración de Monumento desde 1987.
     El antiguo Mercado de Mayoristas fue proyectado en 1939 por Luis Gutiérrez de Soto e inaugurado en 1942. Es el edificio más representativo de la arquitectura racionalista en la ciudad, al que se añadieron los emblemas franquistas pro­pios del período autárquico.
     La estructura de hormigón armado, con multitud de pilares que dibujan una planta trapecial con los lados paralelos curvos, se levanta en dos plantas de altura más un sótano y soporta un edificio definido por líneas rectas y netos volú­menes cúbicos.
     El conjunto se asienta, al exterior, sobre una base pétrea en la que se integran, como dientes de sierra, los muelles de descarga, elemento característico de su antigua función y que le prestan especial singularidad. El cuerpo prin­cipal, de horizontales acentuadas por terrazas, marquesinas y cornisas, se contrapone a la facha­da principal, formada por una portada monumentalista, muy sencilla y la torre que aporta la contraposición vertical al edificio. En portada y torre se acoplan los emblemas del régimen anterior (águila) y del partido único, la Falange (yugo y flechas). Los paramentos estaban cubiertos de un revoco en rojo almagra que ofrecían un fuerte contraste con las líneas horizontales de piedra blanca que también embocaban los vanos.
     En el interior la amplia y funcional lonja de contratación se organiza en sección escalonada. Las paredes, perforadas por multitud de peque­ños vanos cuadrados dispuestos en bandas horizontales, aseguraban una correcta y cambiante iluminación con las horas del día. La zona de fachada y torre estaba ocupada por oficinas y otros recintos de servicios.
     Concluida la función de mercado, Rafael Mo­neo hizo una propuesta de reforma del edificio para usos múltiples en 1984, e Isidoro Coloma el proyecto museológico para Museo de la Ciudad de Málaga en 1989, a la vez que se incoaba expe­diente para su declaración como Bien de Interés Cultural, en 1987.
     Es en 1999 cuando Miguel Ángel Díaz Romero completa un proyecto de rehabilitación para uso del edificio como Centro de Arte Contemporáneo, con ayuda de la empresa municipal PRO­ MÁLAGA y la Fundación UNICAJA. Las obras concluyeron en 2002 y devolvieron un edificio muy parecido al primigenio: color exterior al­ magra, espacios interiores diáfanos, etc.
     A los pocos meses el edificio sufrió nuevas transformaciones en las que se perdió mucha de su singularidad para estandarizarse en lo que algunos entienden es un Centro de Arte Contemporáneo: fachadas exteriores pintadas de blanco sin marcar vanos, ocultación de los emblemas históricos de fachada y torre, cegamiento de va­nos lumínicos y bajada de las luminarias artificiales a unos pocos metros del suelo, construcción de un tabicado hasta la altura de las luminarias que parecía móvil y se ha quedado estable, etc. A pesar del nombre de la institución el cacmálaga alberga una colección permanente de más de cuatrocientas obras que posibilitan un recorrido multidisciplinar por la evolución artística del siglo XX y en la que están representados artistas próximos (malagueños y andaluces) y no faltan los internacionales o emergentes. Alex Katz, Ruscha, Susana Solano, Cherna Cobo, Juan Muñoz, Peter Halley, Juan Uslé, T Struth, T Hirsch Horn, Victoria Civera, Miguel Barceló, J. Piensa, Rogelio López Cuenca, Cristina Martín Lara son algunos de los más interesantes. No sabemos si esta colección superará el período de contrata de la actual campaña de exposiciones o sólo ocupa un espacio que hace más asequible el programa de exposiciones.
     En la plaza que se abre ante el cacmálaga se han instalado dos esculturas: Sombra azul (2003), de Cherna Alvargonzález, es una pieza en acero pintado, de gran tamaño y sobriedad geométrica en la que se desarrolla la interpenetración de los espacios; Man moving 2 (2003), obra de Stephen Balkenhol, es una representa­ción figurativa, zigzagueante y nerviosa, realiza­da en bronce policromado, versión posmoderna del expresionismo (Rosario Camacho Martínez, Isidoro Coloma. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo I. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).  
     El CAC Málaga está ubicado en el antiguo Mercado de Mayoristas de Málaga, un edificio histórico proyectado en 1927 por Luis Gutiérrez de Soto y construido en 1939 sobre una planta triangular, con dos alturas y definido con espacios cúbicos y líneas rectas. El museo está destinado a la divulgación y reflexión del arte contemporáneo. Exposiciones, publicaciones, conferencias, programas pedagógicos, talleres y seminarios son algunas de las múltiples actividades que hacen del CAC Málaga un centro vivo, un lugar dinámico, innovador y abierto a todo tipo de propuestas artísticas y culturales de la vanguardia internacional.
     La colección permanente, que cuenta con más de 400 piezas, está en constante evolución, además de nuevas adquisiciones por parte del Ayuntamiento de Málaga, propietario del museo, ha introducido el sistema de cesión por el que coleccionistas privados ceden sus obras por un tiempo determinado.
     El visitante podrá realizar un recorrido por los movimientos y tendencias artísticas del siglo XX, en especial de las últimas décadas, desde los años 50 a la actualidad. Louise Bourgeois, Art & Language, Olafur Eliasson, Thomas Hirschhorn, Damian Hirst, Julian Opie, Thomas Ruff o Thomas Struth son algunos artistas que disponen de obras en el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga.
     En estos fondos tienen cabida todas las disciplinas artísticas, desde la pintura y la escultura, hasta la fotografía, la instalación, la videocreación o la mezcla de lenguajes expresivos. Cuenta con una librería especializada en temas artísticos y cinematográficos. Se encuentran libros de arte, cine y fotografía; revistas especializadas y una sección para público infantil.
     El espacio, que dejó de ser utilizado como mercado en los años 80 y abrió sus puertas como museo en 2003, cuenta con 6.000 metros cuadrados de superficie total, de los que 2.400 se dedican a exposiciones y el resto para conferencias y otros actos culturales.
     El centro cuenta con otra sala de exposiciones, CAC Málaga La Coracha (subida a La Coracha, 25, distrito Centro, 29016), anexa al Museo del Patrimonio Municipal pero que forma parte de la programación expositiva de su centro matriz (Diputación Provincial de Málaga).

Iglesia de Nuestra Señora del Carmen

     Esta iglesia fue la del convento de los carmelitas descalzos. Su fundación se remonta al 1584, concediéndoles el corregidor Diego Ordóñez la ermita de San Andrés y los almacenes de las Torres de Fonseca, junto a la playa. La primitiva iglesia quedó muy dañada por la inundación de 1628 y casi totalmente destruida por el terremoto de 1680; debió realizarse entonces una gran obra, pues su estructura permite situarla en la etapa final del siglo XVII. Nuevas restauraciones sufrió la iglesia a lo largo del siglo XVIII que afectaron a su estructura y ornamentación.
     Con la Desamortización los carmelitas fueron expulsados y las dependencias del convento vendidas y adaptadas a muy diferentes fines. En 1856 se instaló en ella la sede parroquial de San Pedro, aunque el Ayuntamiento era propietario del inmueble; éste, a petición de los vecinos, en 1841 había solicitado del Gobierno su cesión, como recuerdo histórico de Torrijos y sus compañeros, mártires por la causa de la libertad, que pasaron allí su últi­ma noche en la víspera de su muerte, en 1831. Fue incendiada en 1931, y durante la guerra civil convertida en almacén, habiendo desaparecido de ella todos sus retablos y altares primitivos. La restauración que se realizó posteriormente, aun­que ha conservado su carácter espacial, la ha revestido de un sentido más clásico, adaptando el piso superior de las naves laterales, cegado a la iglesia, en zona de residencia para los padres redentoristas que cuidan del culto y de la pastoral de este sector.
     La iglesia tiene tres naves con capillas en el lado de la Epístola y amplio crucero. La capi­lla mayor, de planta rectangular, y los brazos del crucero se cubren con bóvedas de medio cañón con lunetos, fajones y marcos de yeserías, como en la nave central, abriéndose a aquélla un pequeño camarín que ha perdido su primitiva de­coración. Pero se han conservado doce pinturas del S. XVIII que representan santos carmelitas, en las cuatro pechinas y en los tímpanos de los brazos del crucero, testimonio iconográfico de su primitiva pertenencia a la Orden del Carmelo. Como era habitual en las iglesias carmelitas presenta el coro alzado sobre un amplio atrio exterior, con lo que el interior resulta más amplio y desahogado.
     La iglesia está situada en el centro de las de­pendencias conventuales de modo que la fa­chada principal se eleva al final de un compás formado por dos alas del convento que avanzan hasta cerrar en una reja. Esta fachada, de regusto manierista y un tanto arcaizante dado que en la clave de la ventana central se encuentra la fecha de 1745, se levanta tras el compás y trasluce las tres naves rehundiendo la calle central en la que se abre la portada de medio punto, re­matada con la característica ventana coral. Los tramos laterales, destacados ligeramente del plano de la fachada, imprimen a ésta una mayor verticalidad, y mediante un resalto de table­ros enfatizan la sensación de fortaleza del paramento como si fueran torres, aunque rematan en airosas espadañas. Alrededor de la portada, en piedra blanca, se ha recuperado, en 2003, una hermosa decoración pictórica, de temas florales, de la mediación del siglo XVIII.
     Preside la capilla mayor una imagen de vestir de la Virgen del Carmen, realizada hacia 1945 por el escultor granadino José Navas Parejo.
     La capilla de la Cofradía de la Misericordia, ubicada en el lado de la Epístola presenta diferentes espacios. Tiene planta octogonal cubierta con bóveda de media naranja con decoración de yeserías carnosas, muy restauradas, y en su testero se abre un interesante camarín, hexagonal, decorado con el mismo tipo de yeserías, y con sacristía propia; bajo ella se dispone una interesante cripta que conserva restos de pinturas mu­rales del siglo XVIII. Por su ornamentación, que han mantenido en parte las restauraciones, esta capilla se asemeja al camarín de la Victoria y a la capilla del Pilar de Santiago, por lo que puede situarse en los primeros años del siglo XVIII, y relacionarse con el maestro Felipe de Unzurrunzaga.
     En ella reciben culto los titulares de la citada Cofradía. La imagen de Jesús Nazareno de la Misericordia, «El Chiquito», es talla del imaginero granadino José Navas Parejo, de 1944, que reproduce a la desaparecida en 1931, atribuida al círculo de los Mora. La Virgen del Gran Poder es una imagen de vestir del círculo malagueño del s. XVIII, restaurada y transformada por el escultor sevillano Luis Álvarez Duarte.
     La sacristía se abre a la derecha de la capilla mayor y es una estancia cuadrada cubierta con cúpula sobre pechinas.
     A la izquierda se encuentra la llamada Sala de Torrijos, más pequeña pero de similar disposición, donde es tradición que el General pasó la víspera de su ejecución. Sin embargo otra sala del convento, conservada en mal estado, parece ser, con más fundamento, la que lo alojó (Rosario Camacho Martínez, Isidoro Coloma. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo I. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).  
     Esta Iglesia, sigue, en su composición arquitectónica y espacial, el tipo de iglesias carmelitas barrocas, con planta basilical y un coro elevado a los pies sobre un gran atrio, conseguida por sus tres naves y su amplio crucero, pero ello parece deberse a su ubicación en uno de los barrios más populosos de la ciudad. Las tres naves se encuentran separadas por arcos de medio punto sobre pilares cuadrados a los que se adosan pilastras cajeadas; sostienen un entablamento con friso, una bóveda de medio cañón con lunetos y fajones y unos recuadros centrales decorados con yeserías. Las naves laterales se cubren con bóvedas de arista. La capilla mayor es cuadrada, y en ella se abre un pequeño camarín. En el lado de la Epístola se encuentra la Sacristía cubierta con casquete esférico sobre pechinas, y la Capilla de la Misericordia, en la que destaca su decoración muy semejante a la del Camarín de la Victoria, aunque está muy intervenida. 
     La fachada es de corte manierista, con dos torres que la franquean, una composición poco usual en nuestra ciudad, y que otorga al inmueble un aspecto muy singular.
     La fachada principal, abierta tras de un amplio compás hoy carente de carácter conventual, deja translucir las tres naves, rehundiendo la calle central y destacando las laterales que se coronan de espadañas idénticas, siguiendo el modelo de iglesia de la Santa en Ávila. En la calle central se abre se abre arco de medio punto guarnecido, al igual que el muro del primer cuerpo, de un frío almohadillado negativo. Encima se abre una alta ventana rematada en medio punto y una hornacina de fecha más reciente. Las calles laterales muestran en ambos casos un triple apilastrado dórico decorándose los entrepaños con cuadros resaltados. Encima se levantan las dos espadañas, cada una con dos cuerpos y tres claros coronándose los de arriba con frontones triangulares. Tras el arco de entrada se abre un amplio vestíbulo con bóveda de medio cañón muy rebajada y, más adentro, una portada en piedra con arco de medio punto, de clave e imposta resaltada, entre pilastras toscanas dobladas sobre altos pedestales.
     En cuanto al Convento de San Andrés, del mismo sólo se conservan un patio, que posiblemente fuera el claustro del convento y unas dependencias anexas, entre las que se encuentra la utilizada como refectorio. El estado de conservación de estos elementos es muy deficiente, pero aún dejan ver claramente como seguían las directrices de la Orden de Santa Teresa en el empleo de materiales muy pobres y en una gran sencillez decorativa.
     Nada se sabe del primitivo templo que fue destruido a raíz del terremoto de 1680. Tras éste se llevó a cabo una gran obra que queda patente en la estructura del templo, que sigue las líneas de las edificaciones del siglo XVII. Con posterioridad, el inmueble ha ido sufriendo varias transformaciones, que sin embargo han ido respetando su estructura primitiva. Así, a mediados del siglo XVIII, e realizó una nueva restauración que en la fachada quedó patente con la apertura de una ventana donde aparece la fecha de 1745. Hacia 1776 sufrió una nueva intervención como consecuencia de un incendio que sufrió y que llegó hasta la media naranja del crucero. En el año 1931 el templo fue incendiado, perdiendo gran parte de sus bienes muebles, y en 1944 se procedió a su restauración, teniendo como base un proyecto del arquitecto E. Atencia, que en líneas generales respetó la estructura del inmueble, pero le añadió sobre las naves laterales un cuerpo superior para residencia de religiosos (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

Museo de la Cofradía de la Expiración
     Esta iglesia, de 1629, se levantó por el cantero Pedro de Astudillo según planos del maestro ma­yor de la catedral, Pedro Díaz de Palacios, aun­que ha sido transformada. La primera reforma data de 1658 al erigirla el obispo Martínez de Zarzosa en ayuda de la pa­rroquia de San Juan. En 1791 se estableció ella la co­fradía de la Expiración. De­signada parroquia en 1838, aunque trasladado el culto a la parroquia del Carmen, fue arruinándose quedando destrozada en 1931 y 1936, pero con su fábrica en pie. Fue reconstruida por el Obispado según proyecto del arquitecto diocesano D. Enrique Atencia, reestableciéndose el culto en  1945. Ha sido declarada Monumento en 2005.
     El templo tiene una sola nave cubierta por armadura de lazo con tirantes, muro de la cabecera recto y coro elevado a los pies. En el lado del Evangelio destaca la recoleta y artística capilla del Sagrario del siglo XVIII, junto a las moder­nas capillas de la Cofradía de la Expiración, realizadas entre 1943-46 por Atencia.
     Al exterior la portada primitiva, de piedra rojiza, resalta sobre el enjabelgado del muro, con pilastras dóricas flanqueando el arco de acceso, coronada con hornacina avenerada y frontón partido para encajar el escudo episcopal; junto a ella la sencilla torre de fuste cuadrado. En el lado izquierdo se encuentra una gran portada que da acceso directo a las capillas de la Cofradía de la Expiración.
     Las dos capillas del Cristo de la Expiración y de Ma­ría Santísima de los Dolores Coronada, abiertas a la iglesia, son cuadradas y pueden funcionar como una sola; se decoran con pinturas al temple de temas de la Pasión de Cristo, ejecutadas en el año 1951 por el artista sevillano Wenceslao Chamorro. En ellas hay sendos altares para los titulares de la Cofradía: el Santísimo Cristo Crucificado de la Expiración, es una talla de gran belleza plástica de Mariano Benlliu­re, de 1940, y la Virgen de los Dolores imagen de candelero, de Vicente Asensio de la Cerda (1775-83).
     La capilla del Sagrario es la pieza de mayor interés artístico del templo. Construida hacia 1720, puede relacionarse con el estilo del maestro Felipe de Unzurrunzaga. De planta hexagonal, con pilastras de orden compuesto en los ángulos, se decora con hojarasca barroca y se remata por bóveda semiesférica sobre linterna y reforzada con seis nervios en los que continua la decoración del cuerpo inferior. En los plementos de la bóveda hay escenas pintadas al temple sobre temas de la vida de la Virgen (Desposorios, Anunciación, Visitación, Adoración de los Pastores, Adoración de los Reyes, y Presentación de Jesús en el templo), realizadas en torno a la segunda década del s. XVIII, atribuidas, por su estilo, a Diego de la Cerda aunque recientemente se apunta la intervención de Pedro de Hermo­silla, ligado a los jesuitas quienes tuvieron misión de adoctrinamiento en esta iglesia.
     La preside un lienzo de la Inmaculada, obra anónima del siglo XIX (restaurado y transformado por Luis Molledo), cuya composición es copia de la de Alonso Cano del Oratorio de la sacristía de Granada. También destaca el Sagrario, en madera dorada del siglo XVIII, que entronca con el resto de la decoración, en cuya puerta se pinta al Niño Jesús como Pastor, iconografía usual en los Sagrarios españoles del barroco.
     En el muro de la Epístola se cuelga un óleo so­bre lienzo de un Ecce-Homo rodeado de los atributos de la Pasión, obra anónima devocional del círculo malagueño del siglo XVIII. En la sacristía se guarda una casulla bordada y una custodia neogótica, ambas piezas del siglo XIX, y un cáliz de plata sobredorada, del siglo XVIII.
     Adosada a la cabecera de la iglesia de San Pedro, entre 1964-67 se realizaron las obras de la Casa- Museo de la Cofradía de la Expiración, según proyecto del arquitecto diocesano Enrique Aten­cia. El edificio, funcional, con cinco plan tas y ático, respondía a un diseño moderno que no se logró enteramente, quizá más por el contraste con la obra de la iglesia cuyos perfiles rompía, pero en 1999 ha sido transformado en una especie de palacete, integrando molduras en el fenestraje y balcones así como una torre, que lo acercan al pastiche.
     En la planta baja se muestra permanentemente el patrimonio artístico y cofrade de la Hermandad. Son notables los dos espléndidos y monumentales tronos: el de la Virgen, en plata cincelada y estilo neobarroco, es obra excepcional del orfebre sevillano Manuel Seco Velasco, y el del Cristo, de estilo neorre­nacentista en metal dorado y calado, es pieza de gran calidad artística y acertada simbología de los talleres madrileños del padre Félix Granda y  Buylla. En las vitrinas se exhiben los enseres de culto y de procesión (jarras, insignias, guiones, estandartes, paños de bocinas, cruz-guía, mazas, báculos, faroles). También es excepcional el monumental manto de la Virgen de los Dolores (8 x 4,75 m.), en terciopelo negro profusamente bordado en filigrana de oro, obra neobarroca ejecutada en el taller sevillano de Manuel Elena Caro, que se estrenó en la Semana Santa de 1955. El resto del edificio presenta diversas dependencias para archivo, salón de actos, almacenes, etc. de la Cofradía (Rosario Camacho Martínez, Isidoro Coloma. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo I. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).  
     La Iglesia de San Pedro se ubica en el antiguo barrio del Perchel de Málaga. Su construcción comienza en el año 1629 y a pesar del largo proceso llevado a cabo en su edificación, en el que el inmueble ha sufrido diversas transformaciones en su fábrica, conserva gran parte de los elementos originales. 
     Actualmente el templo presenta una construcción muy sencilla, de una sola nave, cubierta con armadura de par y nudillo, reforzada con tirantes de lazo que apoyan en pares de canes empotrados en los muros laterales. El muro piñón de la cabecera se reviste de madera mientras en los pies aparece desnudo, en cuyo frente se abren tres óculos. En los muros perimetrales se adosan grandes arcos de medio punto, doblados, en su mayor parte ciegos, soportados por pilastras de orden dórico. En la zona superior de los mismos se abren vanos abocinados cubiertos de vidrieras. La capilla mayor presenta la cabecera con testero plano, compuesto de un arco de medio punto ciego y adosado, de similares características que en los muros perimetrales de la nave. En el lado izquierdo del presbiterio se ubica la pila bautismal. 
     Está realizada entre 1600 y 1699, en piedra caliza, tallada y pulimentada. Se compone de un pie cilíndrico sobre base de sección octogonal y pila de forma circular con interior y exterior avenerado. 
     A los pies de la nave se encuentra el coro, realizado en madera, elevado sobre cuatro jacenas, de las cuales la primera apoya sobre dos canes y soporta un antepecho de balaustres. En el muro lateral izquierdo de la nave se abren tres capillas. La primera, contando desde los pies del templo, es la del Cristo de la Expiración. Tiene planta cuadrangular cubierta con falsa bóveda de ocho paños, óculos en sus lados exteriores y linterna superior. El acceso a la capilla desde la nave se realiza a través de un vano de medio punto cubierto con reja de fundición y forja, compuesta de balaustres y un friso decorado con motivos de candilieri y roleos. Le sigue la capilla de la Virgen de los Dolores, de planta rectangular cubierta con techo plano decorado con pinturas doradas. Estas dos capillas fueron realizadas por el arquitecto Enrique Atencia Molina en 1943, y están decoradas con pinturas al temple en composiciones trapezoidales, representando temas de la Pasión de Cristo, ejecutadas en 1951 por Wenceslao Chamorro. La tercera, denominada capilla del Sagrario, se abre a la nave a través de un vano de medio punto coronada su clave con cartela oval rodeada de hojarasca e intradós cajeado con carnosos acantos dispuestos en guirnalda. Está cubierto con reja de fundición y forja compuesta de balaustres dorados y negros, crestería superior decorada con roleos, Candilieri, florones e iconografía con temas eucarísticos y referentes a San Pedro, titular de la iglesia. La capilla tiene planta hexagonal cubierta con bóveda semiesférica sobre tambor. Su alzado presenta pilastras corintias, cajeadas, entre arcos carpaneles y entablamento superior, volado, decorado con ménsulas de hojarascas. El tambor muestra ventanas rectangulares entre pilastras y exuberante decoración de yeserías, sobre él descansa la bóveda semiesférica, reforzada con pilastras que encuadran espacios trapezoidales en los que aparecen notables pinturas al fresco con el tema iconográfico de la vida de la Virgen: Desposorios, Anunciación, Visitación, Adoración de los pastores, Adoración de los reyes y Presentación de Jesús en el templo. 
     En el costado derecho de la nave se ubican: la sacristía, con acceso al presbiterio, salas de reuniones, despacho y torre. 
     El exterior del templo presenta una serie de añadidos arquitectónicos que entorpecen su estructura primitiva, fruto de la reforma llevada acabo en la década de los años cuarenta. Sólo cabe destacar en la fachada principal o de los pies del templo la portada primitiva, realizada en piedra rojiza. Se estructura a modo de retablo, con dos cuerpos, compuesto el primero, de un vano de medio punto con ménsula en la clave y puntas de diamante en las enjutas, flanqueado por pilastras toscanas y entablamento superior terminado en ambos lados con pináculos de bola. El segundo cuerpo o ático presenta sobre el entablamento una hornacina avenerada flanqueada con pilastras, desarrollo lateral de roleos y frontón superior partido que alberga el escudo episcopal. En la zona superior de esta composición se abren tres óculos. El vano que da acceso al interior de la nave está cubierto con puerta de madera, de doble hoja con postigo y remaches de hierro. 
     Está realizada entre 1750 y 1799 y mide 4,65 x 3,47 x 0,15 m. 
     En el lado izquierdo de la fachada se abre una gran portada de corte neoclásico, que da acceso a la capilla de la Cofradía del Cristo de la Expiración. Está compuesta de un vano de medio punto, cubierto con puerta de madera de dos hojas, con remaches de hierro, flanqueado por pilastras en los laterales y entablamento superior coronado por un frontón triangular. 
     Asimismo, en el lado derecho de la fachada, se encuentra un mosaico con la representación de las dos imágenes de la hermandad, guarnecido por un tejaroz. El resto de la fachada por su costado derecho se corresponde con el cuerpo de la torre, en cuyo frente se abren vanos rectangulares, superpuestos, terminando la zona superior con dos arcos de medio punto en sus cuatro lados.
     La parroquia de San Pedro Apóstol del malogrado barrio de los Percheles, es una construcción levantada en la primera mitad del siglo XVII, pero muy transformada con posterioridad.
     En los primeros tiempos, tras la conquista de Málaga por los Reyes Católicos, el barrio de los Percheles pertenecía a la parroquia de San Juan y fue en los primeros años del siglo XVII cuando se determinó erigir la Iglesia de San Pedro a fin de poder administrar los sacramentos de urgencia. El encargo del proyecto lo recibió el maestro mayor Pedro Díaz de Palacios. Este retomó las obras recién iniciadas, elaborando un nuevo proyecto en 1629.
     La vida de la parroquia de San Pedro se desarrolló a través de las cofradías allí radicadas y que agrupaban a buena parte de la feligresía de los Percheles. 
     Un cambio de categoría aconteció en 1831, con el nuevo arreglo de las parroquias malagueñas, pasando San Pedro, como parroquia independiente y no filial de San Juan, a tener una jurisdicción propia.
     En Mayo de 1931 tuvo lugar el incendio de la Iglesia de San Pedro, con la pérdida de casi todo los bienes muebles que contenía, quedando en estado ruinoso. En 1942 se decretó la separación de las parroquias de San Pedro y Nuestra Señora del Carmen, con lo que en 1943 dio comienzo la restauración del templo bajo la dirección del arquitecto diocesano Enrique Atencia Molina, cambiando totalmente la fisonomía de la iglesia (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     La Iglesia de San Pedro es un templo católico situado en el antiguo barrio de El Perchel de Málaga, siendo una de las pocas construcciones que restan del mismo en lo que la actualidad es la Alameda.
     El origen del inmueble se remonta a un ambicioso proyecto inacabado, de Pedro Díaz de Palacios, entonces maestro mayor de la catedral de Málaga, al que se le encarga en 1629 la construcción de la Iglesia de San Pedro en el barrio del Perchel, como apoyo a la antigua parroquia de San Juan. Para ello se proyecta una iglesia de tres naves, capilla mayor, sacristía y torre, en la que se combinan elementos ornamentales clásicos, heredados del renacimiento, junto con el mudejarismo de la magnífica armadura de par y nudillo que cubre la nave. Por diversas causas, este proyecto no se concluyó, llevándose a cabo sólo la construcción de una nave, así como la simplificación de otros elementos, en la cabecera, y quedando la proyectada torre en una espadaña, eliminada posteriormente por la torre-campanario vigente. En el primer cuarto del siglo XVIII se construyó la monumental capilla del Sagrario, de claro estilo barroco, atribuida al maestro Unzurrunzaga. Destaca en ella su rica ornamentación, compuesta de exuberantes yeserías y pinturas, próximas al pintor malagueño Diego de la Cerda.
     A comienzos del siglo XX y después de los sucesos acaecidos en 1931 y 1936, al encontrarse el inmueble en estado ruinoso, se decide su reconstrucción, según los proyectos presentados en 1942 y 1943 por el arquitecto Enrique Atencia. En la memoria de la restauración, se respetaba la estructura de la iglesia pero añadiéndole dos capillas para albergar las imágenes de la cofradía del Cristo de la Expiración. En la actualidad el inmueble destaca por la sobriedad y monumentalidad de sus formas, junto a la sencillez que presenta su magnífica portada, realizada en piedra rojiza que resalta sobre el enjabelgado del muro. Asimismo se pueden señalar los valores identitarios, incrementado en los últimos cincuenta años por la presencia de la cofradía del Cristo de la Expiración, cuyas imágenes titulares poseen un gran poder de devoción y concentración para buena parte de la población malagueña
     El templo presenta una construcción muy sencilla, de una sola nave, cubierta con armadura de par y nudillo, reforzada con tirantes de lazo que apoyan en pares de canes empotrados en los muros laterales.
     El muro piñón de la cabecera se reviste de madera mientras en los pies aparece desnudo, en cuyo frente se abren tres óculos. En los muros perimetrales se adosan grandes arcos de medio punto, doblados, en su mayor parte ciegos, soportados por pilastras de orden dórico. En la zona superior de los mismos se abren vanos abocinados cubiertos de vidrieras.
     La capilla mayor presenta la cabecera con testero plano, compuesto de un arco de medio punto ciego y adosado, de similares características que en los muros perimetrales de la nave.
     En el lado izquierdo del presbiterio se ubica la pila bautismal. Está realizada entre 1600 y 1699, en piedra caliza, tallada y pulimentada. Se compone de un pie cilíndrico sobre base de sección octogonal y pila de forma circular con interior y exterior avenerado.
     A los pies de la nave se encuentra el coro, realizado en madera, elevado sobre cuatro jacenas, de las cuales la primera apoya sobre dos canes y soporta un antepecho de balaustres.
     Las capillas laterales:
     En el muro lateral izquierdo de la nave se abren tres capillas.
     La primera, contando desde los pies del templo, es la del Cristo de la Expiración. Tiene planta cuadrangular cubierta con falsa bóveda de ocho paños, óculos en sus lados exteriores y linterna superior. El acceso a la capilla desde la nave se realiza a través de un vano de medio punto cubierto con reja de fundición y forja, compuesta de balaustres y un friso decorado con motivos de candilieri y roleos.
     Le sigue la capilla de la Virgen de los Dolores, de planta rectangular cubierta con techo plano decorado con pinturas doradas.
     Estas dos capillas fueron realizadas por el arquitecto Enrique Atencia Molina en 1943, y están decoradas con pinturas al temple en composiciones trapezoidales, representando temas de la Pasión de Cristo, ejecutadas en 1951 por Wenceslao Chamorro.
     La tercera, denominada capilla del Sagrario, se abre a la nave a través de un vano de medio punto coronada su clave con cartela oval rodeada de hojarasca e intradós cajeado con carnosos acantos dispuestos en guirnalda. Está cubierto con reja de fundición y forja compuesta de balaustres dorados y negros, crestería superior decorada con roleos, Candilieri, florones e iconografía con temas eucarísticos y referentes a San Pedro, titular de la iglesia. La capilla tiene planta hexagonal cubierta con bóveda semiesférica sobre tambor. Su alzado presenta pilastras corintias, cajeadas, entre arcos carpaneles y entablamento superior, volado, decorado con ménsulas de hojarascas.
     El tambor:
     El tambor muestra ventanas rectangulares entre pilastras y exuberante decoración de yeserías, sobre él descansa la bóveda semiesférica, reforzada con pilastras que encuadran espacios trapezoidales en los que aparecen notables pinturas al fresco con el tema iconográfico de la vida de la Virgen: Desposorios, Anunciación, Visitación, Adoración de los pastores, Adoración de los reyes y Presentación de Jesús en el templo.
     En el costado derecho de la nave se ubican: la sacristía, con acceso al presbiterio, salas de reuniones, despacho y torre.
     El exterior:
     El exterior del templo presenta una serie de añadidos arquitectónicos que entorpecen su estructura primitiva, fruto de la reforma llevada acabo en la década de los años cuarenta. Sólo cabe destacar en la fachada principal o de los pies del templo la portada primitiva, realizada en piedra rojiza.
     Se estructura a modo de retablo, con dos cuerpos, compuesto el primero, de un vano de medio punto con ménsula en la clave y puntas de diamante en las enjutas, flanqueado por pilastras toscanas y entablamento superior terminado en ambos lados con pináculos de bola. El segundo cuerpo o ático presenta sobre el entablamento una hornacina avenerada flanqueada con pilastras, desarrollo lateral de roleos y frontón superior partido que alberga el escudo episcopal. En la zona superior de esta composición se abren tres óculos.
     El vano que da acceso al interior de la nave está cubierto con puerta de madera, de doble hoja con postigo y remaches de hierro. Está realizada entre 1750 y 1799 y mide 4,65 x 3,47 x 0,15 m.
    En el lado izquierdo de la fachada se abre una gran portada de corte neoclásico, que da acceso a la capilla de la Cofradía del Cristo de la Expiración. Está compuesta de un vano de medio punto, cubierto con puerta de madera de dos hojas, con remaches de hierro, flanqueado por pilastras en los laterales y entablamento superior coronado por un frontón triangular. Asimismo, en el lado derecho de la fachada, se encuentra un mosaico con la representación de las dos imágenes de la hermandad, guarnecido por un tejaroz.
     El resto de la fachada por su costado derecho se corresponde con el cuerpo de la torre, en cuyo frente se abren vanos rectangulares, superpuestos, terminando la zona superior con dos arcos de medio punto en sus cuatro lados (Diputación Provincial de Málaga).

     Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Málaga, déjame ExplicArte los principales monumentos (Museo Interactivo de la Música, Museo Acuario Aula del Mar, Centro de Arte Contemporáneo C.A.C., Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, y Museo de la Cofradía de la Expiración) de la localidad de Málaga (IX), en la provincia de Málaga. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la provincia malagueña.

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