Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Málaga, déjame ExplicArte los principales monumentos (Palacio de Villalcázar, Museo Revello de Toro - Casa de Pedro de Mena, Palacio Episcopal, Iglesia del Sagrario, y Museo Picasso - Palacio de los Condes de Bellavista) de la localidad de Málaga (IV), en la provincia de Málaga.
El primer conde de Buenavista, D. José Francisco Guerrero, tenía su residencia en la placeta de la Alcazaba cuando residía en Málaga. Su hijo D. Antonio Tomás Guerrero, aumentó la propiedad familiar construyendo otra casa junto a la anterior, que se realizaba en 1725 y es la que constituye este palacio que heredó posteriormente el conde de Villalcázar de Sirga.
Declarado Monumento en 1976, este palacio descrito en el Catastro de Ensenada como uno de los principales de Málaga, con sus cuadras, almacenes, oratorio con sacristía, torre y muy diferentes dependencias, conserva un pequeño patio cuadrado sobre columnas toscanas de mármol y una interesante escalera, situada en un ángulo de éste.
Exteriormente destaca la fachada, ligeramente quebrada y definida por un balcón que la recorre de un lado a otro, emergiendo sobre la cornisa la torre cuadrada y pequeñas mansardas. La portada, con dintel y jambas almohadilladas, está enmarcada por pilastras cajeadas y destacado entablamento. La fachada estaba totalmente cubierta con interesantes pinturas geométricas que no se han conservado al rehabilitarse el edificio para sede de la Cámara de Comercio (Rosario Camacho Martínez, Isidoro Coloma. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo I. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
Este Palacio se sitúa en la Cortina del Muelle nº 95. El Palacio de Villacázar es un amplio caserón de fachada ligeramente curvada con sótano y tres plantas, aprovechándose también las cámaras bajo los tejados que se proyectan hacia el exterior mediante buhardas, alzándose en el ángulo occidental una pequeña torre cuadrada. Destaca la portada de piedra arenisca con jambas almohadilladas y dintel de igual traza, encajado entre dos pilastras dóricas cajeadas y un entablamento con arquitrabe, friso con triglifos y metopas, y el escudo en el centro y cornisa apeada por canecillos. Las ventanas del entresuelo son rejas voladas de hierro forjado.
En el piso principal, un gran balcón, corrido en toda su longitud, apea en tornapuntas retorcidas que junto a altos arbotantes recogidos en el muro, dan estabilidad al largo barandal. Una imposta separa este piso del superior, donde se alternan los cierros con balcones aislados, en perfecta simetría, con los vanos del principal. En la cubierta destacan las buhardillas, tan características de la arquitectura francesa en aquella época, y una torre, de proporciones cuadradas, en la parte izquierda del edificio.
Antes de la rehabilitación de 1990, la planta del edificio era bastante caótica, con habitaciones a diferentes niveles, posiblemente por la incorporación de otras casas durante la construcción. Lo más notable del interior es la escalera y el patio. Este, es cuadrado, con bellas columnas toscanas de mármol en tres de sus lados, sobre las que cabalgan arcos de medio punto de rosca moldurada y lo centra un pilón circular de mármol. La existencia de cuatro plantas sobre el reducido espacio hace que resulte angosto y los huecos rectangulares que a él se asoman son completamente lisos.
La escalera, situada en un ángulo del patio, compone su frontis con uno de los lados de éste, es amplia y de traza irregular con tramos de ida y vuelta y arcos rampantes sobre pies derechos de madera rematando alguno de aquellos en graciosos pinjantes, y decorándose su trasdós con molduras geométricas. Los tejados de la galería presentan bóvedas de ladrillos de unos treinta centímetros de ancho, separadas por maderas, mientras que los de los salones llevan pinturas al fresco o maderas vistas, molduradas.
La estructura del edificio es mixta. Se compone de muros de carga procedente de la obra original y pilares de hormigón incorporados en la restauración de 1990. Con estos últimos se consigue un espacio más diáfano en el salón de actos, planta baja y entreplanta
El primer Conde de Buenavista, hijo de un comerciante genovés que llegó a Málaga a finales del siglo XVII, y que compró las primeras casas que formarían el núcleo de lo que constituirá en el futuro el Palacio de Villalcázar. El Conde mandó labrar dos edificios, señalados con los números 95, para su propia mansión, y 97, para residencia de sus familiares, casa contigua que fue demolida para ensanche de la calle y sólo se ha conservado su portada, privada del blasón en 1934. Las casas que fueron compradas entonces no han llegado a la actualidad, por lo que es imposible hacer una comparación estilística que permita situar el momento de su construcción. El segundo Conde de Buenavista murió sin descendencia, por lo que su título fue heredado por su sobrino, José Echéverri y Guerrero, Conde de Villalcázar. Con este, es cuando el palacio, independiente de la vieja casa, comienza a ser relacionado con el nombre de Villalcázar. Sin pruebas documentales, es difícil de precisar el autor del edificio, pero existen una serie de circunstancias que apuntan a Felipe de Unzurrúnzaga como arquitecto principal del edificio.
También se atribuye, hacia 1786, al arquitecto José Martín de Aldehuela, que trabajó por esas fechas intensamente en Málaga (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
La actual sede de la Cámara de Comercio ha sido conocida durante más de dos siglos como Palacio de Villalcázar, a pesar de que fuera construido por el Conde de Buenavista. Después de la muerte del Conde estas construcciones fueron heredadas por el Conde de Villalcázar. Es difícil apreciar su trazado original, ya que es un edificio que ha sufrido numerosas restauraciones, la ultima de las cuales se ha debido a su adaptación como sede de la Cámara de Comercio. En su interior destacan las enormes columnas de mármol de su patio portificado y en el exterior la portada de piedra, el balcón corrido de la planta principal y la torre mirador en un ángulo, desde donde sus propietarios podían divisar el mar y el puerto por encima de la muralla. Tras el derribo de este sector de la muralla de Málaga y la construcción de la Aduana, la fachada adquiere mayor empaque al poder ser contemplada desde mayor distancia (Diputación Provincial de Málaga).
Museo Revello de Toro - Casa de Pedro de Mena
El Museo Revello de Toro está concebido como un espacio expositivo dotado de la más avanzada tecnología y que se propone cumplir tres objetivos. En primer lugar, su finalidad esencial es exponer permanentemente la cesión que el afamado retratista y pintor figurativo malagueño Félix Revello de Toro ha realizado a su ciudad natal. De las ciento cuarenta y dos obras se muestran al público ciento trece entre óleos, bocetos y dibujos que forman la colección permanente del Museo.
El Museo Revello de Toro está concebido como un espacio expositivo dotado de la más avanzada tecnología y que se propone cumplir tres objetivos. En primer lugar, su finalidad esencial es exponer permanentemente la cesión que el afamado retratista y pintor figurativo malagueño Félix Revello de Toro ha realizado a su ciudad natal. De las ciento cuarenta y dos obras se muestran al público ciento trece entre óleos, bocetos y dibujos que forman la colección permanente del Museo.
Pero también se ha logrado recuperar y poner en valor la Casa-taller de Pedro de Mena, uno de los pocos inmuebles domésticos que se conservan en Málaga de aquel periodo. Finalmente, pero no en último lugar, potenciar la figura del simpar imaginero del siglo XVII Pedro de Mena divulgando el conocimiento de su obra y de su trayectoria vital y artística.
En el diseño del proyecto museológico se ha tenido un cuidado especial en visualizar y poner en valor a Pedro de Mena y Medrano, cumbre de la imaginería religiosa del s. XVII. Junto al monumento que se ha erigido delante de la fachada, obra de Virgilio, destaca la SALA MEMORIAL a él dedicada, dotada de la tecnología más avanzada. Un audiovisual de diez minutos ofrece al visitante, de forma amena y rigurosa, los principales hitos de su vida y de su producción. Su nacimiento y formación en Granada junto a su padre, el también imaginero Alonso de Mena, y su maestro Alonso Cano; su establecimiento definitivo en Málaga a partir de 1658 para completar la Sillería del Coro de la Catedral; la difusión de sus creaciones devotas en madera policromada por España y América; y sobre todo, sus Ecce Homos y Dolorosas de busto y devoción doméstica.
Una recreación portentosa de su mítico y desaparecido Crucificado de la Buena Muerte del Convento de Santo Domingo completa el contenido de esta sala a la que se accede directamente desde el patio principal de la casa. Una mesa de información interactiva dirige al visitante interesado hacia los lugares donde se localiza la obra de Mena en Málaga (Abadía de Santa Ana, Catedral, Santuario de la Victoria…) y en el resto de España (Museo Revello de Toro).
La Casa de Pedro de Mena ocupa una parcela en forma de L, próxima a la Catedral, en el sector sudeste del casco histórico de Málaga.
El edificio presenta fachada a dos espacios públicos; el adarve de la calle Afligidos y la calle Juan de Málaga, siendo su acceso principal por la calle Afligidos. La parcela se ocupa con dos construcciones distintas separadas por un patio de servicio o espacio abierto. En primer término se desarrolla un edificio de tres plantas, estructurado en torno a un patio rectangular y parcialmente rodeado de galerías en las plantas baja y primera. En segundo término adosada a la medianera sur de la parcela se levanta una nave auxiliar de una planta, de construcción precaria usada actualmente como almacén.
A nivel de usos el edificio se compartimenta actualmente en cinco zonas independientes; tres locales destinados a almacén dos viviendas y un café denominado Café- Teatro que ocupa una parte sustancial de la superficie total del inmueble.
La fachada del edificio hacia la calle Afligidos se retranquea en planta primera, prolongándose este retranqueo en forma de L, a lo largo de la medianera oeste; se configura así un espacio abierto a través del cual se ilumina el edificio. El primer plano de esta fachada se abre la entrada principal al inmueble, compuesta por una estrecha puerta de madera de doble hoja; sobre esta puerta se abre una ventana protegida por una reja de cuadradillo conformando un único hueco vertical enmarcado entre pilastras; rematando superiormente este hueco se dispone una cubierta de tejas.
El patio, situado en el centro del solar, es de planta casi cuadrada y aparece rodeado de galerías cubiertas, en tres de sus flancos. La cubierta de la galería se resuelve con entrevigado de madera que descansan sobre cuatro columnas de mármol blanco con capiteles de molduras simples y basa de piedra. En segunda planta las galerías se cierran al patio mediante tabiques en los que se abren ventanas de dos hojas correderas, de madera y vidrio esmerilado. En planta baja se dispone de una dependencia que ocupa parte de la primera crujía del edificio y se usa como almacén. En la segunda crujía se dispone otro local y un pequeño patio de luces adosado a la esquina de la medianera. El resto de la crujía sur, la crujía oeste y parte de la crujía norte conforman un ámbito continuo y diáfano, con planta en forma de U rodeando el patio.
En primera planta las galerías aparecen parcialmente absorbidas por las dependencias que se desarrollan en las crujías perimetrales. La planta se compartimenta en tres zonas independientes, de las cuales sólo se ha podido registrar la que ocupa las crujías sudoeste y noroeste que se comunican con las dependencias de la planta inferior mediante una escalera de servicio
La casa donde vivió y murió Pedro de Mena es un edificio situado en una de las zonas más antiguas de la ciudad de Málaga. El valor histórico del inmueble se ve acrecentado por el hecho de haber sido la casa- taller del renombrado escultor Pedro de Mena, el cual vivió y trabajó en ella desde 1679 hasta su muerte en 1688. Las primeras viviendas que Pedro de Mena habitó en Málaga fueron las provistas por el cabildo Catedral, en función de lo estipulado en el contrato para la terminación de la sillería del coro de la Catedral. En 1679 adquirió el artista esta casa a doña María Bueso. A su muerte, en 1688 dejó en herencia a su esposa esta casa y la colindante de la plazuela Juan de Málaga. En 1979 los miembros de la Academia de San Telmo de Málaga propusieron el edificio como Monumento Histórico Artístico, así como la demolición de la contigua casa nº 3 de la calle Afligidos, a fin de dejar exenta la Casa de Pedro de Mena. En el BOE del 30 de Mayo de 1979 apareció el acuerdo de incoación del expediente de Declaración de Monumento Histórico Artístico de Interés provincial a favor de la casa.
En Febrero de 1983, los arquitectos Luis Machuca y Román Fernández Baca emprendieron las obras de adecuación de la planta baja del edificio para su uso como café-teatro. Además de este, el edificio alberga en la actualidad otros usos como almacenes y viviendas.
El interés artístico de este edificio, de autor desconocido y construido a principios del siglo XVII pero muy transformado posteriormente, viene dado por su consideración como uno de los últimos ejemplos de casa patio tradicional que se conserva en esta zona céntrica de Málaga.
El estilo del inmueble incorpora elementos clásicos y mudéjares, pudiéndose encuadrar dentro de una tipología enraizada en el modelo de tradición islámica (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Creado en 2010, el Museo Revello de Toro pretende poner en valor la obra artística del pintor figurativo malagueño Félix Revello de Toro en un edificio histórico que fue la casa-taller del escultor y famoso imaginero del siglo XVII Pedro de Mena. El edificio consta de tres plantas que albergan tres salas de exposiciones. De las 142 obras que forman parte de la cesión realizada por el artista al Ayuntamiento de Málaga, se muestran al público 113 entre óleos, bocetos y dibujos, que forman parte de la colección permanente del Museo.
Se distinguen cinco espacios dentro del museo. En las salas 1 y 2, situadas en la planta baja del inmueble, se puede admirar al Revello más íntimo, el que dio sus primeros pasos en el mundo de la pintura, así como algunas obras del ámbito del bodegón y las naturalezas muertas. Entre las obras expuestas en estas salas destacan ‘Autorretrato’ (1990), ‘Mi madre’ (1950), ‘Elementos de pervivencia’ (1978) o ‘La pérgola y la cascada’ (1937).
En las salas 3 y 4, los espacios más amplios del edificio situados en la primera planta, están dedicadas a figuras femeninas, con obras de gran formato donde se aprecia la evolución estilística del pintor desde los años sesenta hasta principios del siglo XXI. Merecen una especial mención ‘Una cita fugaz’ (1969), ‘Donde el silencio duerme’ (1973) o ‘Vuelvo a ti’ (2006).
Un conjunto de dibujos y bocetos son los protagonistas de las salas 5 y 6, que aprovechan el espacio abuhardillado del inmueble. En estas salas se puede admirar una de las obras más queridas del propio pintor, ‘Sumida en el sueño’ (1989), además de otras como la serie ‘Doce rostros de mujer’.
El museo Revello de Toro cuenta también con una Sala de Exposiciones Temporales o de obra invitada. Situada en la primera planta, al fondo del patio principal y en un cuerpo de nueva construcción anexo al edificio histórico, se dispone un espacio expositivo de treinta y dos metros cuadrados.
Por último, la Sala Memorial Pedro de Mena (1628-1688), dedicada al imaginero que desarrolló su obra durante el siglo XVII, alberga un audiovisual con los principales hitos de su vida y su producción. El Museo ha logrado recuperar uno de los pocos inmuebles domésticos que se conservan en Málaga de aquel periodo y potenciar la figura artística de este singular escultor (Diputación Provincial de Málaga).
Este palacio lo constituye un conjunto de edificios, de diferentes épocas, que ocupa una amplia manzana y tiene su fachada principal hacia la Plaza del Obispo, centrada por una airosa fuente del s. XVIII.
El más antiguo (c/ Santa María nº 20) fue construido por el segundo obispo de Málaga, D. Diego Ramírez de Villaescusa de Haro (1500-25), pero siendo pronto insuficiente Fray Bernardo Manrique construyó uno nuevo, con un patio jardín y fachada con galería de arcos de ladrillo flanqueada por dos torres, que se construía en 1558, siendo su autor Diego de Vergara, maestro mayor de la Catedral.
Contiguo a éste, el núcleo correspondiente a las oficinas de la Diócesis y Tribunales Eclesiásticos, es un palacio de fines del s. XVI, propiedad de la familia Quilty, incorporado al obispado en 1819, ante sus necesidades de espacio. Las dependencias se desarrollan en torno a un hermoso patio de influencia italiana, con arcos de medio punto en el nivel inferior, que alternan con zonas adinteladas abiertas con óculos en el superior.
El núcleo más interesante se construyó en el s. XVIII siendo el obispo D. José Franquis Lasso de Castilla, su promotor, costeado con las rentas de su Dignidad, y fue su maestro el arquitecto Antonio Ramos, quien comenzó la obra en 1762. Se disponía de una amplia superficie, hasta c/ Fresca, con la que se intentaba paliar los espacios que se habían cedido para la extensión de la Catedral, y Ramos la dividió en dos sectores, uno de uso administrativo y el otro residencial. En el primero el patio, cuadrado, es sobrio sin más ornato que placas recortadas sobre las enjutas de los arcos, que sostienen columnas toscanas. La pieza más importante es la escalera, de tipo imperial, con arquerías rampantes en los laterales y cubierta con casquete el elíptico en el que se representa El triunfo de la Eucaristía, obra anónima de finales del XVIII; el conjunto se decora con rocallas y medallones pendientes con símbolos marianos, que recuerdan más el estilo de José Martín de Aldehuela, quien se haría cargo de las obras a la muerte de Ramos (1782).
La fachada principal es una de las obras más importantes de Ramos. En ella dispone cinco calles con tres pisos, con balcones sobre peanas bulbosas decoradas con elegantes rocallas, integrando en el eje central una espléndida portada-retablo de mármoles rosa, gris y blanco, cuyas columnas dispuestas al sesgo introducen movimiento, y se remata en la zona superior por un nicho con la imagen en piedra de la Virgen de las Angustias, que inició Fernando Ortiz y terminó Manuel Agustín Valero.
El núcleo residencial trasluce, en parte, el estilo de Aldehuela. Las dependencias, en forma de U, abrazan un pequeño jardín dividido en tres espacios, resueltos con notable habilidad. El primero, con una pequeña fuente, hace las veces de vestíbulo, mientras que el jardín propiamente dicho tiene dos niveles separados por una balaustrada rematada por jarrones de tipo francés, con pilones de agua en el frente y una pequeña escalinata. El testero, más relacionable con otros diseños de Ramos, forma un pórtico con columnas de mármol y doble arquería, cuyos huecos centrales presentan un arco mixtilíneo, y el superior dos arcos encontrados en un pequeño pinjante; las paredes de la galería inferior están revestidas de azulejos sevillanos representando temas de la época.
En este palacio estuvo instalado un Museo Diocesano y hoy sus salas, después de la rehabilitación llevada a cabo por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, son espacio expositivo. El palacio fue declarado BIC en 1979 (Rosario Camacho Martínez, Isidoro Coloma. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo I. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
En su planta se conjugan dos patios, uno en eje con la entrada de acceso al palacio, que centra las dependencias en torno a un claustro de orden toscano. Al fondo y a la derecha de este se sitúa una escalera con amplio ingreso, meseta y desembarcos, cubierta con bóveda elíptica, así como una interesante, aunque mal intervenida, decoración pictórica mural. A la izquierda del citado patio, otro sector del mismo estuvo dedicado a dependencias de la vida familiar del prelado, con planta en forma de U, cuyo interior alberga un jardín.
La fachada principal se combina en cinco calles y tres pisos, a la que se superpone una portada retablo realizada en mármol. El vano de entrada de forma adintelada, así como el del piso primero que accede a un amplio balcón, están enmarcadas con columnas corintias. En el segundo piso termina la portada una hornacina con la Virgen de las Angustias en su interior, advocación que evidencia la procedencia granadina del Obispo Franquis Lasso de Castilla . El resto de la fachada presenta decoraciones propias del último barroco.
Agregado a dos palacios ya existentes desde el siglo XVI, forma con ellos una gran manzana. Se construye en tiempos del Obispo Don José Franquis Lasso de Castilla (1756-1776). Es obra del barroco tardío a la que se asoman atisbos rococó, aunque en su diseño prevaleció la proyectiva historicista bajo la dirección de Antonio Ramos. A su muerte prosigue las obras José Martín de Aldehuela (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Se conoce con este nombre a un conjunto de edificios que delimitan una amplia manzana comprendida entre las calles de Santa María, Molina Lario, Salinas, Fresca y Plaza del Obispo.
Se trata de un conglomerado de construcciones diversas, de distintas formas y estilos, que han experimentado innumerables transformaciones a lo largo del tiempo en función de las necesidades de uso.
El edificio.
El edificio del Palacio Episcopal se levanta en la Plaza del Obispo muy próximo a la Catedral de Málaga, bajo el patrocinio del arzobispo José F. Lasso de Castilla, a partir del año 1762.
Sus trazas se deben al arquitecto Antonio Ramos, quien a la muerte de José de Bada en 1756 continúa con las obras que éste realizaba para la catedral.
La realización de este palacio supone la obra más importante de su autor y uno de los mejores ejemplos de la arquitectura civil malagueña, y en ella Ramos distribuye los espacios alrededor de dos patios sucesivos, agrupando en torno al primero de ellos la zona pública del conjunto y levantando un cuerpo bajo con arquerías, mientras que en el segundo dispone sus frentes abiertos con balcones, ubicando sobre un costado una escalera de tipo imperial de doble tiro que comunica con la zona alta del palacio.
Alrededor del segundo patio también organizado en dos plantas de altura con una ligera estructura de arquería, se distribuyen las dependencias privadas que se destinan al prelado.
Muy importante por su alta calidad compositiva es el diseño de su fachada principal, de tres plantas de altura, que se articula a través de pilastras pareadas y simples de bajo resalte entre las que se disponen grandes huecos a modo de balcones en las plantas superiores y de ventanales en la inferior.
De un barroco clasicista donde destacan los frontones rectos y curvos de los huecos superiores, sobresale en esta fachada su magnífica portada-retablo que se le superpone en el centro, en tres cuerpos de altura, combinando mármoles en colores gris para el fondo y rosa en las columnas, cuyo número decrece progresivamente en cada planta superior.
En ella destaca el gran balcón de movido diseño sobre la puerta de acceso, los elegantes remates con que se coronan pilastras y columnas, y los escudos que se muestran sobre la puerta de ingreso. Asimismo es de destacar en el último cuerpo de esta portada la profunda hornacina enmarcada entre pilastras con guirnaldas que aloja en su interior una imagen de la Virgen de las Angustias, obra de Fernando Ortiz.
A la muerte de Antonio Ramos en 1782, las obras de este palacio las continúa su sucesor José Martín de Aldehuela, quizá el autor de la balaustrada de piedra con que se acaba superiormente el edificio, añadido en un momento posterior.
Bien de Interés Cultural, este Palacio Episcopal está catalogado como monumento en el año 1991.
Desde octubre de 2019 el edificio es el Centro Cultural Fundación Unicaja de Málaga y que acoge una programación de actuaciones culturales de esta institución (Diputación Provincial de Málaga).
Iglesia del Sagrario Fue erigida por la misma bula que se erigió la Catedral (12-2-1488), instalándose en el espacio cuadrado con armadura mudéjar que hay en una esquina del patio de los Naranjos, la amplió Fray Bernardo Manrique, alargándose por sucesivas reformas hasta englobar la primitiva portada de la Catedral (ya citada), y se comunicaba con el palacio episcopal. Por el deterioro en que presentaba a comienzos del s. XVIII, la Hermandad Sacramental promovió la construcción de un nuevo templo que fue financiado por el obispo Fray Francisco de San José, terminado en 1714.
Es una iglesia muy sencilla de planta de cajón, cabecera plana y cubierta con bóveda de medio cañón con fajones y lunetos. En el exterior hay que destacar además de la magnífica portada estilo Reyes Católicos, ya comentada, la pequeña portada que abre al patio, muy sencilla, con decoración de guirnaldas pintadas en las enjutas; pero sobre todo, el ornato de los muros a los que cubre decoración pictórica fingiendo hiladas y verdugadas de ladrillo que delimitan recuadros de mampostería con decoración geométrica a base de octógonos superpuestos con diferentes secuencias de color que responde a una tendencia extendida en Málaga que, como recurso de pobreza o por gusto ornamental, cubrió ampliamente la ciudad, y sobre ellos otros motivos de simbología religiosa de intención devocional.
En el interior destaca el magnífico retablo del altar mayor, procedente de la iglesia de S. Pedro de Becerril de Campos (Palencia), instalado aquí en 1944. De estilo plateresco, con amplia variedad de balaustres y grutescos, pertenece al círculo de Juan de Balmaceda, escultor castellano cuyo estilo está próximo al de Alonso Berruguete y está fechado en 1565. Dedicado a San Pedro y San Pablo, destacan las escenas de la calle central, con éstos, la Virgen coronada, la Piedad y el Calvario, así como las figuras de Apóstoles y los relieves, de fuerte dramatismo. El primer retablo del lado del Evangelio procede, asimismo, de Becerril y fue donación de una familia malagueña. Mucho más pequeño y más tardío, realizado a finales del XVI bajo fórmulas más manieristas, son notables las esculturas de la Virgen del Sagrario, S. Sebastián y S. Blas, así como los temas pictóricos.
En el otro lado, la figura de un Cristo que está mutilado, y el Padre Eterno que hay sobre la puerta, son los únicos restos conservados del antiguo retablo mayor realizado entre 1710-13 por Jerónimo Gómez. La iglesia ha conservado un Apostolado y dos grandes cuadros ovales, que representan un milagro de San Pedro y su crucifixión, ambas obras de Diego de la Cerda, fechadas en el respaldo en 1713.
También hay que reseñar en este interior la cara interna de la portada de la Catedral, del mismo estilo, recuperada recientemente, y el coro que se alza a los pies, obra barroca de movido perfil y adornos de rocalla, que construyó el arquitecto de la Catedral, Antonio Ramos, en el año 1749. Fue declarada Monumento en 1951 (Rosario Camacho Martínez, Isidoro Coloma. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo I. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
La iglesia es sencilla, de una sola nave, con el presbiterio elevado y cubierta con bóvedas de medio cañón con fajones y lunetos. En los diversos tramos, pilastras cajeadas rematadas en macollas vegetales a manera de capitel. A los pies una tribuna de perfil muy movido, fechada en 1749. Los paramentos exteriores del muro se realizan en ladrillo y mampostería, y sobre ella se esgrafían y colorean unos dibujos geométricos formados por alfardones, crucetas, discos, etc., de tradición mudéjar, que renuevan el exterior del inmueble tras la reformas del XVIII, en unión a la cantidad de edificios que se decoran con pintura mural durante esa centuria.
Bajo la iglesia hay una cripta, en la que se percibe el arranque del alminar de la primitiva mezquita.
Muy interesante es la portada de Calle Santa María, llamada del Perdón, magnífico ejemplar gótico tardío con detalles renacentistas. La portada con un derroche de cardinas, angrelados, doseles, elementos del vocabulario gótico que convive con algunos mudéjares, se abre con un arco de medio punto, presentando en las jambas el tema de la Anunciación entre los Evangelistas y figuras de Apóstoles en las arquivoltas. En el cuerpo principal, presidido por el Salvador, se encuentran los escudos de los obispos absentistas, los Riario y los Padres de la Iglesia, mientras que en el ático aparecen las figuras orantes de Fray Hernando de Talavera y el cardenal Mendoza, acompañados de un ángel y Santiago, y en el centro un torso que, por su situación y posición representa a la Virgen, mutilada, como todo el remate, por la obra del siglo XVIII.
Contigua a la Catedral, debió ocupar el ángulo NE del patio de la mezquita. Su construcción comenzó en 1488 por don Pedro de Toledo, primer obispo de Málaga, recibiendo las obras gran impulso con su sucesor don Diego Ramírez de Villaescusa. El viejo Sagrario sufrió desperfectos en un terremoto ocurrido en 1680, por lo que el obispo Fray Francisco de San José decidió en 1714 la construcción de un nuevo Sagrario más amplio y que englobaría la portada del siglo XVI. La iglesia se reedificó totalmente en 1714, siendo interesante en la actualidad por los retablos que en ella se instalaron de los siglos XVI al XVIII. De la construcción primitiva subsiste la portada, concluida en los primeros años del pontificado de don César Riario (1519-1540), a quien corresponden los blasones y, probablemente, las diez imágenes de los estribos laterales. Es de estilo gótico, de última época, con algún indicio renacentista, muy galana, de talla valiente y con muchas imágenes de cierto mérito. En 1862 se derribaron las escaleras del siglo XVIII, que le daban acceso desde la calle. Fue el ingreso principal del Patio de los Naranjos de la mezquita mayor, llamándosela Puerta del Perdón (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Se encuentra junto a la Catedral. Lo más destacable en ella es su portada, que da a calle Santa María, frente al hospital de Santo Tomé.
Es de estilo gótico isabelino y en su parte superior aparecen el cardenal Pedro de Mendoza y el confesor de la reina Isabel la Católica, Hernando de Talavera, ofreciendo a la Virgen la mezquita ya consagrada. También es digno de mención el retablo plateresco.
La iglesia de Santa María del Sagrario se construyó gracias a la bula del 12 de Febrero de 1488, al igual que la Catedral. Su original ubicación fue una esquina del Patio de los Naranjos. Durante el obispado de Diego Ramírez de Villaescusa (1500-1516), se comenzó la portada de la calle Santa María, pero se finalizó en el episcopado de César Riario. En esta portada se hizo una representación escultórica muy bella, en ella aparecen imágenes vegetales, sellos, escudos y una compleja representación iconográfica constituida por la Virgen, el Todopoderoso y varios orantes. Posteriormente se añadieron en el siglo XVIII a la portada dos pirámides rematadas con bolas y una cruz de piedra.
En el siglo XVIII se derribó el edificio y se construyó de nuevo, ya que se hallaba en muy mal estado. Actualmente, la iglesia tiene planta de cajón con cabecera plana y cubierta de medio cañón con arcos fajones y lunetos.
El coro, de estilo barroco, se construyó en 1749, a cargo del aparejador de la Catedral, Antonio Ramos.
OBRAS ARTÍSTICAS
Retablo Mayor, procedente de la iglesia de San Pedro, en Becerril de los Campos. Este retablo, instalado en la iglesia del Sagrario en el año 1944, pertenece al estilo Plateresco con figuras de los Apóstoles, la Virgen Coronada, la Piedad, el Calvario y el Padre Eterno.
El primer retablo del lado del Evangelio, de la segunda mitad del siglo XVI, al estilo manierista, donde podemos encontrar también ciertos elementos clásicos (columnas, pilastras, frontón triangular, etc.).
Púlpito de mármol rojo, que destaca, sobre todo, por su colorido, es del siglo XVII.
Retablo de la Virgen de Lourdes, del siglo XVII. Retablo de la Virgen del Rosario, del siglo XVIII.
Retablo dedicado al Corazón de Jesús, fechado en los años centrales del siglo XVII, y que destaca por sus columnas salomónicas. La iconografía de este retablo está dedicada a la Virgen.
Retablo de San José, del siglo XVIII, decorado con estípites y columnas salomónicas.
Retablo del Cristo Mutilado, de producción más moderna a manos de José Navas Parejo. Éste, junto con el Padre Eterno, son las dos únicas obras que sobrevivieron al incendio del antiguo retablo mayor.
Las pinturas más destacadas son: Salvador, la Virgen, y otros cuadros con varios apóstoles y dos santos obispos (Diputación Provincial de Málaga).
El Museo Picasso Málaga es la gran apuesta cultural del nuevo milenio para dotar definitivamente a la ciudad de un referente estable de la obra y actividad de su hijo más conocido en el mundo. Su programa cultural se apoya en la custodia de 155 obras estables y en el dinamismo que proporciona una compleja, variada y ambiciosa política de depósitos y prestamos a corto, medio y largo plazo que han dado a luz un organismo mezcla de museo y sala de exposiciones temporales con evidentes beneficios para los ciudadanos.
Los orígenes del museo hay que buscarlos en las exposiciones Picasso Clásico (1992) y Picasso, Primera mirada (1994). Sobre el éxito de visitantes y crítica de ambas exposiciones se apoya Christine Picasso para embarcarse junto a su hijo Bernard Ruiz-Picasso en el proyecto de establecer una presencia permanente de la obra de Pablo Picasso en Málaga. El respaldo de la Junta de Andalucía solucionó todos los problemas económicos y administrativos que se pudieron presentar.
La fundación administrativa tiene fecha de 20 de Noviembre de 1997, momento en que se inscribe la Fundación Picasso de Málaga en el Registro de Fundaciones Privadas de carácter cultural y artístico, Asociaciones y Entidades análogas de Andalucía. Al año siguiente se constituye la Fundación Paul, Christine y Bernard Ruiz-Picasso. La primera fundación gestiona el edificio, cedido por la Junta de Andalucía durante 50 años, y se ocupa del mantenimiento de los servicios del museo. La segunda fundación gestiona la colección, cedida por los familiares de Picasso. El encargado último de la gestión y actividades del museo es el Consejo Ejecutivo del Museo Picasso Málaga constituido por miembros designados por ambas fundaciones y presidido por Bernard Ruiz-Picasso. Está previsto que otras fundaciones culturales relacionadas con los familiares de Picasso hagan depósitos temporales a medio y largo plazo de sus colecciones en un régimen de gratuidad de la que se excluyen los derechos de imagen.
El Museo Picasso Málaga fue inaugurado el día 27 de Octubre de 2003 por SS.MM. los Reyes de España.
El edificio. El Museo Picasso Málaga está instalado en varios edificios antiguos adaptados a las funciones museísticas y otros de nueva construcción. Los estudios de Richard Gluckman, de Gluckman Mayner Architects, y Cámara/Martín Delgado Arquitectos han sido los responsables de la actividad constructiva y de adaptación de edificios.
Arquitectónicamente el Museo Picasso Málaga se organiza en tres grandes zonas: La zona de exposición permanente instalada en el antiguo Palacio de Buenavista remodelado para los nuevos usos, la zona de exposiciones temporales y servicios a visitantes para la que se emplean edificios de nueva planta con las ultimas tecnologías de presentación e iluminación de piezas, y la zona logística (oficinas, almacenes, talleres, etc.) instalada en varios edificios de la antigua judería malagueña vaciados pero conservando su imagen exterior.
El Palacio de los Condes de Buenavista, declarado Monumento Histórico Artístico en 1939, ha sufrido muchas trasformaciones, ampliaciones y restauraciones en su centenaria existencia. En su conjunto el edificio refleja la organización de un palacio nobiliario de principios del s. XVI levantado por D. Diego de Cazalla sobre uno morisco del que se conservan algunos restos. En su construcción pudo intervenir Pedro López, maestro mayor de la Catedral y vinculado con D. Diego. En el siglo XVII el palacio pasó a ser propiedad del Conde de Mollina y en el s. XIX a los Condes de Villalcázar de Sirga que también ostentaban el título de Condes de Buenavista. En el s. XX pasó a la Condesa de Luna, que lo arrendó al Estado para instalar en él la sección de Bellas Artes del Museo de Málaga. A finales del siglo XX el edificio es adquirido por la Junta de Andalucía e instala el Museo Picasso Málaga.
En la actualidad el Palacio de los Condes de Buenavista conserva su fachada original, totalmente en piedra, de gran austeridad constructiva y decorativa. La portada, de recios sillares con dintel adovelado, se compone con un friso de grutescos recogiendo la cornisa y un balcón cuyo vano se cubre también con dintel adovelado flanqueado por pilastras suspendidas, rematadas en medallones con bustos. La fachada se complementa con una torre mirador de planta rectangular, con finos pretiles, característica de una vivienda acomodada de época .
La parte más destacada del Palacio es el patio cuadrado, porticado, de dos pisos. Las galerías, con arcos rebajados sobre columnas de fuste liso y capiteles corintios estilizados, están cubiertas por alfarjes de madera y se protegen con balaustrada de mármol, hoy repuesta. El aspecto general es de un gran espacio, amplio y diáfano, con un cierto aire italiano que conserva algunas notas mudéjares como las molduras verticales a modo de alfiz, las armaduras de madera, o los descentramientos de accesos a la planta alta y a la parte posterior del edificio ocupada en su tiempo por una huerta, tras las restauraciones de los años 50 por el llamado «patio mudéjar» o «claustro blanco», y en la actualidad por las construcciones de las salas de exposiciones temporales superpuestas. También al estilo mudéjar pertenece la pequeña torre rectangular con pilares de ladrillo que se levanta casi enfrente de la antigua entrada. Se cubre con una armadura de parhilera con cuadrales y tirantes de lazo sobre ménsulas. Las necesidades de adaptación del edificio a las funciones museológicas han propiciado la apertura de un segundo gran vano de acceso a la parte trasera del edificio rompiendo el descentramiento antes mencionado y un cambio en las proporciones de los órdenes que enturbia la visión de las arquerías con el corte horizontal de las armaduras posteriores.
En la actual sala de taquillas se encuentra un magnífico artesonado de polígonos hexagonales alternando con estrellas de cuatro puntas. Adquirido en Valencia por Muñoz Degrain, cubrió su estudio en un primer momento y, como parte del Legado Degrain, entró a formar parte del Museo de Málaga donde se instaló adaptando una sala a sus dimensiones.
El acceso del patio a la galería superior se realiza mediante una gran escalera cubierta con una espléndida armadura mudéjar de lacería de madera. Con planta cuadrada, pasa a través de trompas acanaladas a una estructura de ocho paños siendo cuatro de ellos cuadrados y los otros cuatro triangulares. Con técnica apeinazada combina un bello lazo de 11 puntas en los ángulos del almizate, de 7 en los faldones cuadrados, y de 9 en los triangulares.
En la segunda planta, rincón noroeste, se pueden contemplar restos de la antigua cubierta. Se trata de un bello taujel con lazo y piña de mocárabes en el centro. Siguiendo su pauta se han realizado otras en tiempos modernos que unifican los techos de todo el edificio.
También es moderna la armadura que cubre la sala nº VIII hecha a imitación de la perdida en el incendio ocurrido el 8 de marzo de 2002.
En el sótano se ha organizado un recorrido por los restos aparecidos en las obras de remodelación del museo que nos muestra el nivel de la calle en el siglo XVI y los antiguos medieval islámico, romano y fenicio. Se pueden contemplar un ánfora grecolatina (s. II a. de C.), restos de las murallas del s.VI a. de C. cimientos de viviendas, y restos romanos y musulmanes de los s. X al XV.
En la zona de exposiciones temporales, totalmente nueva, destaca la gran sala del primer y segundo piso en las que el ambiente lumínico y la discrección en el mobiliario, decoración y aparataje técnico otorgan un sentido unitario y grandioso digno de ser sentido con parsimonia.
La colección. El dinamismo expositivo del Museo Picasso Málaga se basa en el enriquecimiento de los fondos estables, no siempre expuestos, con depósitos a l y l0 años que permiten reorganizaciones expositivas frecuentes. Por todo ello haremos mención en esta guía a los objetos destacados entre los fondos estables y los depósitos a 10 años.
En la sala I destacan Figura de hombre (1895), Niña con muñeca (1896), las obra del período azul Mateu Fernández de Soto (1901) y Casagemas y la Cabeza de mujer (Fernande) realizada en bronce en 1906.
En la sala II se encuentran la famosa Oiga Koklova con mantilla (1917) y el evocador Retrato de Paulo con gorro blanco (1923). Acompañan a estas obras otro retrato de Olga (1923), Paulo subido en un asno y dos Maternidades (ca. 1932-1922). Una interesantísima Cara escultórica (1931) concebida en la desintegración de vanos y macizos se encuentra en la sala IV junto a otra Cabeza (1929) y varias versiones de Mujeres tumbadas (1932).
En la sala V se exponen dos obras maestras que se realzan mutuamente por contraposición del lenguaje empleado: Mujer con brazos levantados, quizás Dora Maar (1936) y Retrato de mujer con vestido de cuello verde (Marie-Thérese Walter) (1938).
En la sala VII encontramos Mujer sentada en un sillón (François Gillot) (1946) y en la siguiente Jacqueline sentada (1945) dos de los tesoros del museo. También hay que destacar Desnudo azul y gato y una Mujer sentada, ambos de los años sesenta, pero sobre todo la Bañista jugando (1958) quintaesencia de la creación lúdica y de la percepción fantasiosa del artista.
Las obras en cerámica y esculturas ocupan las últimas salas de manera especial. Hay que señalar Cabeza de fauno (ca. 1947), Cántaro en forma de pájaro (ca. 1947) y de manera especial Bañista (1971) y Cabeza de mujer. Perfil (1961).
Estas son algunas obras destacadas del MPM, pero seguro que cuando el lector lea estas líneas habrá novedades dignas de mención (Rosario Camacho Martínez, Isidoro Coloma. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo I. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
Es el más importante ejemplo de arquitectura señorial realizado tras la conquista de Málaga por los Reyes Católicos. Su arquitectura es básicamente renacentista, con fachada plateresca y soluciones mudéjares.
Desde el punto de vista tipológico el edificio se inscribe claramente dentro de la arquitectura palaciega o señorial. Se estructura en torno a un gran patio central de proporciones casi cuadradas, mientras que a la fachada se adosa una robusta torre-mirador. El edificio presenta una altura de dos plantas. El sistema de cubrición está constituido por tejas curvas formando paños a dos aguas.
La fachada principal se halla construida en piedra labrada en sillares bien escuadrados de piedra arenisca los destinados a las esquinas, partes labradas y portada. El resto se halla realizado en una piedra caliza muy deleznable. Descentrada respecto del eje de simetría de la fachada se abre la portada, de grandes dimensiones, adintelada y guarnecida mediante grandes pilastras a cuya mediación se le han labrado tondos circulares rehundidos. Sobre el dintel se halla un friso labrado en relieve con motivos vegetales y jarrones de carácter simétrico muy del gusto renacentista. Sobre el friso se asienta una cornisa que es base del balcón que se abre en el piso superior. Este se halla guarnecido por pilastras que sostienen un doble entablamento, y arrancan de la mediación de su altura de unos tondos circulares decorados con cabezas en relieve. Toda la fachada resulta coronada por una cornisa sobre la que se asientan las tejas curvas de las cubiertas. A la derecha de la portada se halla una inscripción realizada en pintura roja con letras capitales en la que se lee Museo de Bellas Artes.
La torre mirador tiene planta cuadrada y se adosa por uno de sus lados al edificio. Se compone de tres cuerpos de proporciones casi cúbicas, coronándose por un cuarto de menor altura en el que se abren a cada lado una doble arquería de arco rebajado con columna en el centro responsable de su función de mirador. Se cubre con teja curva y a cuatro aguas, usando para ello una armadura de par y nudillo del siglo XVI, con pares y sin lazo, con limas mohammares y cuadrales en los ángulos.
El patio principal, algo más largo que ancho, aparece porticado en sus cuatro lados mediante arcos escarzanos sobre columnas toscanas de mármol blanco en número de cuatro en cada uno de sus lados. En un lateral del patio se halla la escalera de acceso a la galería superior. Esta galería superior usa igualmente arcos escarzanos o rebajados sobre columnas. En las cuatro esquinas del patio unos arcos transversales se integran en la pared, apoyándose sobre zapatas generando unos espacios cuadrados.
Casi frente a la entrada al patio resulta visible una torre mudéjar, resto de la primitiva edificación sobre la que se asentó el actual palacio. Se cubre con armadura de par y nudillo rectangular con lima bordón y pares gramilados que data del XVI.
En el ala sur del edificio se encuentra el jardín del Museo coincidente en extensión con la huerta- jardín del palacio.
Destacan como elementos que la singularizan la disposición de la torre, avanzada sobre la calle, provocando un quiebro, adquiriendo mayor presencia respecto al contexto urbano que la rodea. También es un elemento de interés la puerta, que al dar a una calle tan estrecha realza sus valores monumentales, y finalmente, el contraste que los elementos decorativos adquieren en una fachada de sillares tan homogénea.
Existía antes de la conquista de la ciudad por los Reyes Católicos, como alhóndiga. Más tarde perteneció a diversos nobles, y en el siglo XVIII pasó a propiedad del Conde de Buenavista. Interesante por fundirse en él elementos árabes y renacentistas, aunque por destinarse a impropios fines su disposición ha sido notablemente alterada. Durante muchos años ha sido la sede del Museo de Bellas Artes, pero actualmente se encuentra en él el nuevo espacio museístico de la ciudad, dedicado a la la obra del pintor malagueño Pablo Picasso (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Este museo tiene su sede en el Palacio de Buenavista, edificio renacentista del siglo XVI, el más importante ejemplo de arquitectura señorial de la época.
La colección permanente es muestra de la extraordinaria mirada artística de Picasso. Más de 200 obras entre pinturas, dibujos, esculturas, cerámicas y grabados dan fe de la magnitud de su larga y prolífica carrera, desde sus inicios académicos hasta las últimas pinturas de los años setenta. En su interior también pueden visitarse restos fenicios hallados durante la reforma del palacio.
El Palacio.
El Palacio de los Condes de Buenavista en Málaga (España), declarado Monumento Nacional en 1939, es un magnífico edificio de la arquitectura civil española del siglo XVI. Fue construido hacia 1530-1540 por Diego de Cazalla.
Desde el punto de vista arquitectónico, consta de baja y primera planta, además de ser un edificio exento. Su fachada plateresca muy maciza, con aparejo de sillares, donde se trabajan con sencillez pero de forma rotunda los elementos decorativos que enmarcan los huecos. Estas son de grandes dimensiones y se sitúan asimétricamente.
La puerta principal se diseña como un todo con el balcón superior. El interior organiza en torno a un patio de doble galería. A través de la escalera, al fondo a la derecha se accede a la planta primera que repite el esquema de planta baja.
Esta era su configuración original, hasta que las obras del Museo Picasso Málaga la han modificado.
Es el más importante ejemplo de arquitectura señorial realizada tras la conquista de Málaga por los Reyes Católicos. Su arquitectura es básicamente renacentista, con fachada plateresca y soluciones mudéjares. La torre tiene estrecha relación con algunos de casas granadinas en el guardapolvo y las arcas bajo alfiz de su parte superior, aunque el aparejo sillares y sus grandes dimensiones parecen alejarla del modelo.
Fue la casa de los Condes de Buenavista.
Su estratégica ubicación, la calle San Agustín, junto a la catedral y en plena judería del centro histórico de la ciudad malagueña, ofrece un fácil acceso a los amantes del arte.
El palacio se convirtió en Museo de Bellas Artes a raíz del Real Decreto de 1913 que reorganizaba los este tipo de museos. Sus fondos son especialmente ricos en pintura del siglo XIX.
Alquilado durante años por su propietario al Estado, fue elegido para ser sede del Museo Picasso Málaga.
En 2009 se aprobó la cesión del edificio a la fundación resultante de la fusión de la Fundación Picasso (creada por la Junta de Andalucía) y la Fundación Paul, Christine y Bernard Ruiz-Picasso
El Palacio de Buenavista, gran ejemplo de la arquitectura andaluza del siglo XVI, en el que se mezclan elementos renacentistas y mudéjares, es la sede del Museo Picasso Málaga, inaugurado en 2003 por los Reyes de España. El pintor quería que su obra estuviera presente en su ciudad natal y fue su nuera Christine Ruiz-Picasso la que reactivó el proyecto medio siglo después.
El núcleo de la colección permanente de obras de Pablo Picasso está formado por la donación de Christine y Bernard Ruiz-Picasso, unas 233 obras, que periódicamente se complementa con el préstamo de una selección de obras procedentes de los fondos de la Fundación Almine y Bernard Ruiz-Picasso (FABA) y otros préstamos ocasionales.
Sus colecciones no sólo son privadas, sino que son personales. Este es el arte que Picasso regaló a su familia, el arte que guardó para sí, y que pasó a sus herederos después de su muerte. Las obras del Museo Picasso Málaga se exponen por orden cronológico y son reflejo de cada fase de su desarrollo como artista.
Son doce salas y 630 metros cuadrados. Diferentes estilos, temáticas y soportes. Desde 1.894 (fecha de la primera pieza que se exhibe) hasta 1972 (un año antes de su muerte) la visita se convierte en una sorprendente biografía visual, casi fotográfica, de un artista cuya trayectoria personal y profesional quedó definitivamente marcada por cuatro pilares: las mujeres (la figura femenina es el motor esencial de su creación), la familia, los amigos y sus obsesiones.
Además de la rica muestra permanente, en renovación y estudio constante, el Museo Picasso alberga interesantísimas exposiciones temporales que ponen en relación la obra del genio con otros autores y que han logrado traer hasta Málaga a los principales nombres de las vanguardias y el arte contemporáneo mundial. En los poco más de 20 años de vida del museo, lo han visitado casi 9 millones de personas y ha organizado 77 exposiciones y producido 68 publicaciones (Diputación Provincial de Málaga).
Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Málaga, déjame ExplicArte los principales monumentos (Palacio de Villalcázar, Museo Revello de Toro - Casa de Pedro de Mena, Palacio Episcopal, Iglesia del Sagrario, y Museo Picasso - Palacio de los Condes de Bellavista) de la localidad de Málaga (IV), en la provincia de Málaga. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la provincia malagueña.
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