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Intervención en el programa de radio "Más de uno Sevilla", de Onda Cero, para conmemorar los 800 años de la Torre del Oro

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jueves, 28 de noviembre de 2024

Los principales monumentos (Museo Interactivo de la Música, Museo Acuario Aula del Mar, Centro de Arte Contemporáneo C.A.C., Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, y Museo de la Cofradía de la Expiración) de la localidad de Málaga (IX), en la provincia de Málaga

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Málaga, déjame ExplicArte los principales monumentos (Museo Interactivo de la Música, Museo Acuario Aula del Mar, Centro de Arte Contemporáneo C.A.C., Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, y Museo de la Cofradía de la Expiración) de la localidad de Málaga (IX), en la provincia de Málaga.


Museo Interactivo de la Música

     Sobre parte del Convento de San Francisco y de su iglesia se instaló el Liceo Artístico y Literario de Málaga, el centro cultural y recreativo más importante de la ciudad en el siglo XIX, actualmente también sede del Real Conservatorio de Música María Cristina, que, fundado en 1856, se encuentra aquí desde 1885. Con el paso de los años y ya extinguido el Liceo en 1899, el edificio fue degradándose y cuando el Conservatorio pasó, en 1971, a las nuevas instalaciones construidas en El Ejido, el viejo edificio quedó sin uso, aumentando su ruina hasta que a fines de 1975 la Caja de Ahorros de Ronda se hizo cargo de su restauración, que llevó a cabo el arquitecto Enrique Atencia, inaugurándose en octubre de 1976. Actualmente mantiene su uso como sala de conciertos y centro cultural, con el nombre de Antiguo Real Conservatorio María Cristina.
     Al edificio se accede a través de un profundo compás que cierra una bella reja decimonónica procedente del Palacio del Marqués de Valdecañas, que se encontraba junto al convento. Al fondo una austera portada de mármol, barroco­ clasicista, trasladada de otra edificación, da paso al Conservatorio.
     En su interior destaca el llamado Salón mudé­jar, hoy vestíbulo, con columnillas de fundición y cubierta con decoración neomudéjar. El Salón de los Espejos ocupa el lugar del antiguo coro de la capilla y está decorado con ornamentación pseudorrococó y espejos, sobre los que José Nogales pintó unos deliciosos ramos de flores para disimular las grietas producidas por el terremoto de 1884; en el techo se encuentra una Alegoría de la Música, pintada por Javier Cappa.
     Un arco sobre columnas abre paso al Salón de Conciertos en el espacio de la antigua capilla, la sala más rica del edificio. El eclecticismo de su decoración interior combina la sobriedad de los elementos de recuerdo clásico con una más am­pulosa de regusto barroco.
     La cubierta plana del salón articula tres composiciones alegóricas y de carácter mitológico que representan a La Aurora y El tocado de Venus, realizadas por José Denis Bel­grano. El espacio central, de mayor sobriedad, está pintado por Joaquín Martínez de la Vega, quien realizó una alegoría de la Cultura personificada en La Coronación de Dante.
     Al fondo a la derecha se situaba el Salón del Senado, en el que se procuró, como zona noble, una  cuidada decoración. Con las nuevas funciones del edificio este salón, llamado de exposiciones, es en realidad una sala más de las muchas que rodean el Salón de Conciertos, y en él se integró un lienzo con danza de angelitos procedente del Palacio de Valdecañas que se atribuye a Denis Belgrano. También contaba el Liceo con una importante biblioteca que albergaba, en 1894, unos 2.530 volúmenes.
     Desaparecido el centro cultural en 1899, esas obras fue­ron a los salones del Círculo Mercantil, en la nueva calle del Marqués de Larios y, muchos de ellos se quemaron en el incendio de 1936.
     El edificio está incoado por su declaración como Monumento desde 1985.
     En el aparcamiento subterráneo de la Plaza de la Marina se conservan restos de la muralla nazarí (s. XIV-XV), del antiguo castillo de los genoveses (s. XV) y de un lienzo el puerto del siglo XVII, así como parte de una construcción abaluartada aparecidos en las obras de remodelación, que fueron declarados Monumento en 1995. Entre ellos se ha integrado un gran muro vitrina y con un pavimento de espejo que refleja los muros históricos, se ha instalado el Museo Interactivo de la Música, después de la intervención llevada a cabo en 1998 por el arquitecto José Luis Daroca (Rosario Camacho Martínez, Isidoro Coloma. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo I. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).  
     El antiguo Conservatorio de Música de Málaga se encuentra ubicado en la plaza de San Francisco, uno de los espacios fronterizos de la ciudad intramuros, plaza que ocupa parte de lo que fuera el compás y convento franciscano. 
     La fachada principal está precedida por un estrecho y alargado patio que funciona como compás. Se accede traspasando una excelente reja de forja, procedente del palacio del Marqués de Valdecañas, compuesta con elementos de estética neogótica y neorrenacentista. La portada, situada al otro extremo del patio, procede también del mencionado palacio y está realizada en mármol blanco, según el estilo barroco. Esta magnífiIca portada, muy depurada en sus formas ornamentales y similar a otras presentes en la ciudad, como la del palacio Zea Salvatierra o la del conde de Villalcázar, presenta vano adintelado flanqueado por pilastras toscanas cajeadas con retropilastras que sostienen un entablamento muy movido y un cuerpo de ático ligeramente volado. 
     En la primera crujía del inmueble aún pueden reconocerse los muros del primitivo convento y su antiguo torreón gótico-mudéjar, el cual fue restaurado en 1975 y se eleva sobre el salón de actos. 
     Tras el vestíbulo se encuentra el denominado «salón mudéjar», un amplio espacio cuadrangular, con ornamentación historicista y neomudéjar, cuyo magnífico techo artesonado está decorado alternativamente con tableros cuadrangulares en cuyo interior se inscriben octógonos y estrellas de ocho puntas, policromados en colores rojo y azul, junto a otros estrechos paneles donde se ubican las delgadas columnillas de fundición que sostienen la estructura. Las puertas que sirven de acceso al salón contienen decoración neomedieval de arcos apuntados. En el tercio inferior de la pared se dispone un zócalo de madera con decoración alterna de cruces rojas y azules inscritas en cuadrados, mientras que la mitad superior del muro se divide en grandes paneles bícromos en los que cuelgan pinturas sobre cristal con motivos figurativos de hombres y mujeres vestidos a la usanza medieval. El suelo es de baldosa hidráulica. 
     El espacio contiguo es el elegante y refinado «salón de los espejos» que ocupa el correspondiente al antiguo coro de la iglesia conventual. Es de planta cuadrangular y en sus paredes cuelgan espejos, de mediano y gran formato de estilo pseudorrococó, cuya decoración fue realizada por el pintor José Nogales Sevilla tras el terremoto de 1884. Son una serie de pinturas de carácter foral, sobre todo de rosas de gran efectismo, que ocultan los desperfectos producidos en los cristales. El techo se encuentra decorado con una gran pintura al óleo sobre lienzo, que representa la Alegoría de la Música, debida al pintor Javier Cappa. 
     Tras pasar por un arco sostenido por columnas, se accede al denominado «salón de conciertos», el más emblemático de todos, situado en lo que fuera la antigua capilla del edificio conventual. Los muros presentan un ambiente clásico, mediante la disposición de pilastras corintias que alternan con amplios paneles sin decorar y cuyo entablamento lo compone un friso corrido interceptado por ménsulas. El magnífico techo está dividido en tres partes: en la central se dispone la pintura con la escena de La Coronación de Dante del pintor Joaquín Martínez de la Vega y en las laterales, La Aurora, de Joaquín Martínez de la Vega, y El Tocado de Venus, de José Denis Belgrano. 
     A continuación se encuentra una serie de salas paralelas con usos auxiliares, como la sala de exposiciones de recuerdos románticos del Conservatorio, bar, aseos, etc. y tras estas dependencias, atravesando un pasillo, se accede al llamado «palco de luto», antiguo «salón del senado», con vista directa al podium del salón principal. 
     Destacan las puertas de ingreso a las diferentes salas, todas con similares diseños, y la decoración del resto de las habitaciones, con la misma tónica general que el salón principal y con una unidad decorativa que refuerza el interés artístico del conjunto.
     El origen del antiguo Conservatorio de Música de Málaga fue un monasterio de la orden franciscana, fundado por los Reyes Católicos en 1489, construido a extramuros bajo la advocación de San Luis el Real, cuya superficie en el siglo XVIII se extendía por el oeste hasta el cauce del río Guadalmedina, por el este hasta la calle Ollerías, por el norte hasta las calles Don Rodrigo y Los Cristos, y por el sur hasta la plaza de San Francisco. Un complejo conventual estructurado en torno a varios patios y con una extensa zona de huertas y jardines. Tras su desamortización, en 1836, tanto el inmueble como las huertas sufrieron una profunda transformación que conllevaría a la secularización, desmembramiento y parcelación de sus propiedades, conservándose solo algunos elementos del primitivo cenobio masculino, como una parte de la primera crujía, la capilla y la torre que queda embutida en añadidos posteriores. 
     La configuración actual del inmueble del antiguo Conservatorio se corresponde con la etapa del antiguo Liceo, una sociedad cultural fundada en 1843 por iniciativa del alcalde don Pedro Gómez Sancho, institución que llegó a tener una gran influencia en la vida política y cultural de la sociedad malagueña, el cual se ubicó en 1871 sobre los restos del antiguo edificio conventual. A principios del siglo XX, una vez extinguido el Liceo, se trasladó a este inmueble el Conservatorio de Música, denominado por el apoyo de la reina María Cristina, Real Conservatorio de Música «María Cristina».
     La instalación del Liceo en el antiguo convento y en parte de la residencia de las Madres Reparadoras, hoy desaparecida, transformó definitivamente el inmueble, dotándolo de una importante decoración pictórica, destacando la del salón mudéjar, la del salón de los espejos y la del salón de conciertos. Decoración de estilo ecléctico y academicista debida a los pintores más representativos de su época, como José Denis Belgrano, Joaquín Martínez de la Vega o José Nogales Sevilla. 
     Tras la construcción en la plaza de El Ejido, en 1971, de una nueva sede para el Conservatorio de Música, el edificio fue ocupado por la comunidad religiosa de Hermanas Nazarenas. En 1975 fue adquirido por la Caja de Ahorros de Ronda que lo rehabilitó, mediante proyecto del arquitecto Enrique Atencia, para uso como sede cultural. Actualmente se denomina Sala María Cristina y es propiedad de la Fundación Obra Social Unicaja (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     En sus orígenes fue el denominado Convento de San Francisco, construido a finales del siglo XV y deshabitado tras la desamortización de Mendizábal. Luego, el edificio lo ocupó el Liceo de Málaga y la Sociedad Malagueña de Ciencias, y ya en 1880 fue sede del Conservatorio de Música María Cristina, hasta su traslado en 1971. Cuenta en su interior con murales de Nogales Sevilla, Sixto Cappa, Martínez de la Vega, Denis Belgrano, Moreno Carbonero, Emilio Ocón, Muñoz Degrain, Ponce, Nogales, Alvarado, Blanco Coris, Merino y Simonet.
     Del exterior destaca su hermosa torre mudéjar. Fue reconstruido por el arquitecto Enrique Atencia Molina y forma parte actualmente de la Fundación Unicaja teniendo lugar en ella diversas actividades culturales.
     En este Liceo, verdadero museo pictórico y biblioteca del XIX, en una de sus piezas llamada 'El Senado', se celebraron las tertulias de sus socios más distinguidos, y fue aquí donde Pablo Picasso sería bautizado con champán por Martínez de la Vega, con motivo del éxito obtenido por el joven artista en las exposiciones Nacional y Provincial de Bellas Artes de 1897, con su obra 'Ciencia y Caridad.
     El Museo Interactivo de la Música, ubicado en el Palacio Conde de las Navas de la calle Beatas, en pleno centro histórico de la ciudad de Málaga, es un centro participativo, interactivo y que genera nuevas experiencias en sus visitantes. Su premisa es la contraria a la acostumbrada en estos espacios, "Se ruega tocar, Please play". El objetivo de este museo es llegar a todo tipo de público y para ello, además de su exposición permanente, organiza actividades educativas y musicales.
     La colección Miguel Ángel Piédrola Orta abarca más de 400 piezas en exposición permanente y casi mil en su totalidad, de diferentes épocas, países y culturas, agrupados de la siguiente manera: orígenes de la música; instrumentos (primitivos, de cuerda, de viento, y de percusión); historia del sonido grabado; música y cine, y la radio.
     A través de los distintos instrumentos se puede realizar un recorrido por la cultura musical y el folklore de los cinco continentes, abarcando un amplísimo período que comprende desde la prehistoria del hombre hasta nuestros días. Una auténtica ocarina precolombina, un Huara Puara o flauta de piedra de los incas, flautas construidas con fémures, un Kissar o lira africana hecha con calavera y utilizada en ceremonias fúnebres o un laúd chino del siglo VIII son algunos ejemplos de los originales instrumentos que podrá encontrar el visitante en el MIMMA.
     El museo cuenta con varios tipos de espacios diferenciados por colores. El blanco se utiliza para las instalaciones e instrumentos de gran formato, pianos, la Mano Guidoniana o la Pasarela de las Musas, la sala de exposiciones temporales y restos arqueológicos de época romana y de la antigua muralla medieval de la ciudad. En las salas de color negro se expone la colección permanente, en la que se puede personalizar la visita a través de los puestos interactivos. Las paredes rojas albergan los espacios más característicos del MIMMA, en los que el público puede tocar instrumentos y experimentar con la música con la ayuda de un profesor virtual que les explica cómo tocar el violín, el udú, el violonchelo o el cajón flamenco, por ejemplo.
     El MIMMA, que nació como consecuencia del proyecto Música en Acción, iniciado en La Casa de las Ciencias de A Coruña en 1996, abrió sus puertas en Málaga en 2003. Su primera sede fue el subterráneo de la Plaza de la Marina hasta su traslado al Palacio Conde de las Navas (Diputación Provincial de Málaga).

Museo Acuario Aula del Mar
     El Museo Alborania-Aula del Mar es un espacio expositivo, cultural y de información turística que promueve esta asociación y que se encuentra situado en El Palmeral de las Sorpresas, en el muelle 2 del puerto, en un edificio de unos 400 metros cuadrados cedido por la Junta para los próximos 28 años.
     El objetivo del museo es dar a conocer a los visitantes los diferentes ecosistemas que componen el mar de Alborán, uno de los ámbitos de mayor biodiversidad del Mediterráneo; llamar la atención sobre la fragilidad de éstos últimos y sobre la importancia de su conservación, así como resaltar las relaciones culturales e históricas que unen los pueblos mediterráneos, especialmente entre España y África.
     Para ello, el Aula del Mar, que recibe anualmente la visita de unos 20.000 escolares, pero también viajeros y visitantes de la ciudad de Málaga, prevé acoger, además del museo, un acuario y un Centro de Información de Actividades de Ecoturismo, que tendrá como objetivo dar a conocer la biodiversidad de la costa andaluza y fomentar un turismo responsable que contribuya a la conservación de su patrimonio natural y cultural. Este Centro ofrecerá datos actualizados sobre los valores naturales y culturales de los casi 1.000 kilómetros de costa andaluza atlántica y mediterránea, así como sobre sus equipamientos de restauración, de alojamiento y de ocio. El Centro servirá para mostrar la oferta de actividades recreativas que impliquen una mayor concienciación y experiencia con nuestra costa, tales como itinerarios costeros en barco, recorridos para senderismo o cicloturismo, submarinismo, piragüismo, avistamiento de cetáceos y aves, o visitas a paisajes costeros singulares y a enclaves históricos como yacimientos fenicios, romanos y árabes o torres vigía medievales.
     El nuevo Museo hereda del anterior Museo Aula del Mar gran parte de sus contenidos en cuanto a acuarios y salas relacionadas con restos de animales marinos de más de 1.000 especies se refiere (caparazones, conchas, estructuras oseas, etc.), respecto de vertebrados (peces, tortugas y cetáceos) e invertebrados, así como de tiburones y rayas, sin olvidar piezas relacionadas con este mundo (náutica, pesquerías, arqueología submarina, acuicultura, etc.) (Diputación Provincial de Málaga).

Centro de Arte Contemporáneo. C.A.C.

     El  Centro  de  Arte  Contemporáneo  de  Málaga (cacMálaga) abrió sus puertas en febrero 2003. De propiedad municipal, la gestión se adjudica a empresas particulares tras un concurso previo, y sus objetivos son acercar a los malagueños las nuevas tendencias del arte. Instalado en el antiguo Mercado de Mayoristas, esta obra está reconocida por su valor tipológico y arquitectó­nico en el primer registro de obras (1996) del DOCOMOMO, así como en el Catálogo Andaluz de Arquitectura Moderna (1997) elaborado por el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico. Asimismo, tiene incoado expediente para su declaración de Monumento desde 1987.
     El antiguo Mercado de Mayoristas fue proyectado en 1939 por Luis Gutiérrez de Soto e inaugurado en 1942. Es el edificio más representativo de la arquitectura racionalista en la ciudad, al que se añadieron los emblemas franquistas pro­pios del período autárquico.
     La estructura de hormigón armado, con multitud de pilares que dibujan una planta trapecial con los lados paralelos curvos, se levanta en dos plantas de altura más un sótano y soporta un edificio definido por líneas rectas y netos volú­menes cúbicos.
     El conjunto se asienta, al exterior, sobre una base pétrea en la que se integran, como dientes de sierra, los muelles de descarga, elemento característico de su antigua función y que le prestan especial singularidad. El cuerpo prin­cipal, de horizontales acentuadas por terrazas, marquesinas y cornisas, se contrapone a la facha­da principal, formada por una portada monumentalista, muy sencilla y la torre que aporta la contraposición vertical al edificio. En portada y torre se acoplan los emblemas del régimen anterior (águila) y del partido único, la Falange (yugo y flechas). Los paramentos estaban cubiertos de un revoco en rojo almagra que ofrecían un fuerte contraste con las líneas horizontales de piedra blanca que también embocaban los vanos.
     En el interior la amplia y funcional lonja de contratación se organiza en sección escalonada. Las paredes, perforadas por multitud de peque­ños vanos cuadrados dispuestos en bandas horizontales, aseguraban una correcta y cambiante iluminación con las horas del día. La zona de fachada y torre estaba ocupada por oficinas y otros recintos de servicios.
     Concluida la función de mercado, Rafael Mo­neo hizo una propuesta de reforma del edificio para usos múltiples en 1984, e Isidoro Coloma el proyecto museológico para Museo de la Ciudad de Málaga en 1989, a la vez que se incoaba expe­diente para su declaración como Bien de Interés Cultural, en 1987.
     Es en 1999 cuando Miguel Ángel Díaz Romero completa un proyecto de rehabilitación para uso del edificio como Centro de Arte Contemporáneo, con ayuda de la empresa municipal PRO­ MÁLAGA y la Fundación UNICAJA. Las obras concluyeron en 2002 y devolvieron un edificio muy parecido al primigenio: color exterior al­ magra, espacios interiores diáfanos, etc.
     A los pocos meses el edificio sufrió nuevas transformaciones en las que se perdió mucha de su singularidad para estandarizarse en lo que algunos entienden es un Centro de Arte Contemporáneo: fachadas exteriores pintadas de blanco sin marcar vanos, ocultación de los emblemas históricos de fachada y torre, cegamiento de va­nos lumínicos y bajada de las luminarias artificiales a unos pocos metros del suelo, construcción de un tabicado hasta la altura de las luminarias que parecía móvil y se ha quedado estable, etc. A pesar del nombre de la institución el cacmálaga alberga una colección permanente de más de cuatrocientas obras que posibilitan un recorrido multidisciplinar por la evolución artística del siglo XX y en la que están representados artistas próximos (malagueños y andaluces) y no faltan los internacionales o emergentes. Alex Katz, Ruscha, Susana Solano, Cherna Cobo, Juan Muñoz, Peter Halley, Juan Uslé, T Struth, T Hirsch Horn, Victoria Civera, Miguel Barceló, J. Piensa, Rogelio López Cuenca, Cristina Martín Lara son algunos de los más interesantes. No sabemos si esta colección superará el período de contrata de la actual campaña de exposiciones o sólo ocupa un espacio que hace más asequible el programa de exposiciones.
     En la plaza que se abre ante el cacmálaga se han instalado dos esculturas: Sombra azul (2003), de Cherna Alvargonzález, es una pieza en acero pintado, de gran tamaño y sobriedad geométrica en la que se desarrolla la interpenetración de los espacios; Man moving 2 (2003), obra de Stephen Balkenhol, es una representa­ción figurativa, zigzagueante y nerviosa, realiza­da en bronce policromado, versión posmoderna del expresionismo (Rosario Camacho Martínez, Isidoro Coloma. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo I. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).  
     El CAC Málaga está ubicado en el antiguo Mercado de Mayoristas de Málaga, un edificio histórico proyectado en 1927 por Luis Gutiérrez de Soto y construido en 1939 sobre una planta triangular, con dos alturas y definido con espacios cúbicos y líneas rectas. El museo está destinado a la divulgación y reflexión del arte contemporáneo. Exposiciones, publicaciones, conferencias, programas pedagógicos, talleres y seminarios son algunas de las múltiples actividades que hacen del CAC Málaga un centro vivo, un lugar dinámico, innovador y abierto a todo tipo de propuestas artísticas y culturales de la vanguardia internacional.
     La colección permanente, que cuenta con más de 400 piezas, está en constante evolución, además de nuevas adquisiciones por parte del Ayuntamiento de Málaga, propietario del museo, ha introducido el sistema de cesión por el que coleccionistas privados ceden sus obras por un tiempo determinado.
     El visitante podrá realizar un recorrido por los movimientos y tendencias artísticas del siglo XX, en especial de las últimas décadas, desde los años 50 a la actualidad. Louise Bourgeois, Art & Language, Olafur Eliasson, Thomas Hirschhorn, Damian Hirst, Julian Opie, Thomas Ruff o Thomas Struth son algunos artistas que disponen de obras en el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga.
     En estos fondos tienen cabida todas las disciplinas artísticas, desde la pintura y la escultura, hasta la fotografía, la instalación, la videocreación o la mezcla de lenguajes expresivos. Cuenta con una librería especializada en temas artísticos y cinematográficos. Se encuentran libros de arte, cine y fotografía; revistas especializadas y una sección para público infantil.
     El espacio, que dejó de ser utilizado como mercado en los años 80 y abrió sus puertas como museo en 2003, cuenta con 6.000 metros cuadrados de superficie total, de los que 2.400 se dedican a exposiciones y el resto para conferencias y otros actos culturales.
     El centro cuenta con otra sala de exposiciones, CAC Málaga La Coracha (subida a La Coracha, 25, distrito Centro, 29016), anexa al Museo del Patrimonio Municipal pero que forma parte de la programación expositiva de su centro matriz (Diputación Provincial de Málaga).

Iglesia de Nuestra Señora del Carmen

     Esta iglesia fue la del convento de los carmelitas descalzos. Su fundación se remonta al 1584, concediéndoles el corregidor Diego Ordóñez la ermita de San Andrés y los almacenes de las Torres de Fonseca, junto a la playa. La primitiva iglesia quedó muy dañada por la inundación de 1628 y casi totalmente destruida por el terremoto de 1680; debió realizarse entonces una gran obra, pues su estructura permite situarla en la etapa final del siglo XVII. Nuevas restauraciones sufrió la iglesia a lo largo del siglo XVIII que afectaron a su estructura y ornamentación.
     Con la Desamortización los carmelitas fueron expulsados y las dependencias del convento vendidas y adaptadas a muy diferentes fines. En 1856 se instaló en ella la sede parroquial de San Pedro, aunque el Ayuntamiento era propietario del inmueble; éste, a petición de los vecinos, en 1841 había solicitado del Gobierno su cesión, como recuerdo histórico de Torrijos y sus compañeros, mártires por la causa de la libertad, que pasaron allí su últi­ma noche en la víspera de su muerte, en 1831. Fue incendiada en 1931, y durante la guerra civil convertida en almacén, habiendo desaparecido de ella todos sus retablos y altares primitivos. La restauración que se realizó posteriormente, aun­que ha conservado su carácter espacial, la ha revestido de un sentido más clásico, adaptando el piso superior de las naves laterales, cegado a la iglesia, en zona de residencia para los padres redentoristas que cuidan del culto y de la pastoral de este sector.
     La iglesia tiene tres naves con capillas en el lado de la Epístola y amplio crucero. La capi­lla mayor, de planta rectangular, y los brazos del crucero se cubren con bóvedas de medio cañón con lunetos, fajones y marcos de yeserías, como en la nave central, abriéndose a aquélla un pequeño camarín que ha perdido su primitiva de­coración. Pero se han conservado doce pinturas del S. XVIII que representan santos carmelitas, en las cuatro pechinas y en los tímpanos de los brazos del crucero, testimonio iconográfico de su primitiva pertenencia a la Orden del Carmelo. Como era habitual en las iglesias carmelitas presenta el coro alzado sobre un amplio atrio exterior, con lo que el interior resulta más amplio y desahogado.
     La iglesia está situada en el centro de las de­pendencias conventuales de modo que la fa­chada principal se eleva al final de un compás formado por dos alas del convento que avanzan hasta cerrar en una reja. Esta fachada, de regusto manierista y un tanto arcaizante dado que en la clave de la ventana central se encuentra la fecha de 1745, se levanta tras el compás y trasluce las tres naves rehundiendo la calle central en la que se abre la portada de medio punto, re­matada con la característica ventana coral. Los tramos laterales, destacados ligeramente del plano de la fachada, imprimen a ésta una mayor verticalidad, y mediante un resalto de table­ros enfatizan la sensación de fortaleza del paramento como si fueran torres, aunque rematan en airosas espadañas. Alrededor de la portada, en piedra blanca, se ha recuperado, en 2003, una hermosa decoración pictórica, de temas florales, de la mediación del siglo XVIII.
     Preside la capilla mayor una imagen de vestir de la Virgen del Carmen, realizada hacia 1945 por el escultor granadino José Navas Parejo.
     La capilla de la Cofradía de la Misericordia, ubicada en el lado de la Epístola presenta diferentes espacios. Tiene planta octogonal cubierta con bóveda de media naranja con decoración de yeserías carnosas, muy restauradas, y en su testero se abre un interesante camarín, hexagonal, decorado con el mismo tipo de yeserías, y con sacristía propia; bajo ella se dispone una interesante cripta que conserva restos de pinturas mu­rales del siglo XVIII. Por su ornamentación, que han mantenido en parte las restauraciones, esta capilla se asemeja al camarín de la Victoria y a la capilla del Pilar de Santiago, por lo que puede situarse en los primeros años del siglo XVIII, y relacionarse con el maestro Felipe de Unzurrunzaga.
     En ella reciben culto los titulares de la citada Cofradía. La imagen de Jesús Nazareno de la Misericordia, «El Chiquito», es talla del imaginero granadino José Navas Parejo, de 1944, que reproduce a la desaparecida en 1931, atribuida al círculo de los Mora. La Virgen del Gran Poder es una imagen de vestir del círculo malagueño del s. XVIII, restaurada y transformada por el escultor sevillano Luis Álvarez Duarte.
     La sacristía se abre a la derecha de la capilla mayor y es una estancia cuadrada cubierta con cúpula sobre pechinas.
     A la izquierda se encuentra la llamada Sala de Torrijos, más pequeña pero de similar disposición, donde es tradición que el General pasó la víspera de su ejecución. Sin embargo otra sala del convento, conservada en mal estado, parece ser, con más fundamento, la que lo alojó (Rosario Camacho Martínez, Isidoro Coloma. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo I. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).  
     Esta Iglesia, sigue, en su composición arquitectónica y espacial, el tipo de iglesias carmelitas barrocas, con planta basilical y un coro elevado a los pies sobre un gran atrio, conseguida por sus tres naves y su amplio crucero, pero ello parece deberse a su ubicación en uno de los barrios más populosos de la ciudad. Las tres naves se encuentran separadas por arcos de medio punto sobre pilares cuadrados a los que se adosan pilastras cajeadas; sostienen un entablamento con friso, una bóveda de medio cañón con lunetos y fajones y unos recuadros centrales decorados con yeserías. Las naves laterales se cubren con bóvedas de arista. La capilla mayor es cuadrada, y en ella se abre un pequeño camarín. En el lado de la Epístola se encuentra la Sacristía cubierta con casquete esférico sobre pechinas, y la Capilla de la Misericordia, en la que destaca su decoración muy semejante a la del Camarín de la Victoria, aunque está muy intervenida. 
     La fachada es de corte manierista, con dos torres que la franquean, una composición poco usual en nuestra ciudad, y que otorga al inmueble un aspecto muy singular.
     La fachada principal, abierta tras de un amplio compás hoy carente de carácter conventual, deja translucir las tres naves, rehundiendo la calle central y destacando las laterales que se coronan de espadañas idénticas, siguiendo el modelo de iglesia de la Santa en Ávila. En la calle central se abre se abre arco de medio punto guarnecido, al igual que el muro del primer cuerpo, de un frío almohadillado negativo. Encima se abre una alta ventana rematada en medio punto y una hornacina de fecha más reciente. Las calles laterales muestran en ambos casos un triple apilastrado dórico decorándose los entrepaños con cuadros resaltados. Encima se levantan las dos espadañas, cada una con dos cuerpos y tres claros coronándose los de arriba con frontones triangulares. Tras el arco de entrada se abre un amplio vestíbulo con bóveda de medio cañón muy rebajada y, más adentro, una portada en piedra con arco de medio punto, de clave e imposta resaltada, entre pilastras toscanas dobladas sobre altos pedestales.
     En cuanto al Convento de San Andrés, del mismo sólo se conservan un patio, que posiblemente fuera el claustro del convento y unas dependencias anexas, entre las que se encuentra la utilizada como refectorio. El estado de conservación de estos elementos es muy deficiente, pero aún dejan ver claramente como seguían las directrices de la Orden de Santa Teresa en el empleo de materiales muy pobres y en una gran sencillez decorativa.
     Nada se sabe del primitivo templo que fue destruido a raíz del terremoto de 1680. Tras éste se llevó a cabo una gran obra que queda patente en la estructura del templo, que sigue las líneas de las edificaciones del siglo XVII. Con posterioridad, el inmueble ha ido sufriendo varias transformaciones, que sin embargo han ido respetando su estructura primitiva. Así, a mediados del siglo XVIII, e realizó una nueva restauración que en la fachada quedó patente con la apertura de una ventana donde aparece la fecha de 1745. Hacia 1776 sufrió una nueva intervención como consecuencia de un incendio que sufrió y que llegó hasta la media naranja del crucero. En el año 1931 el templo fue incendiado, perdiendo gran parte de sus bienes muebles, y en 1944 se procedió a su restauración, teniendo como base un proyecto del arquitecto E. Atencia, que en líneas generales respetó la estructura del inmueble, pero le añadió sobre las naves laterales un cuerpo superior para residencia de religiosos (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

Museo de la Cofradía de la Expiración
     Esta iglesia, de 1629, se levantó por el cantero Pedro de Astudillo según planos del maestro ma­yor de la catedral, Pedro Díaz de Palacios, aun­que ha sido transformada. La primera reforma data de 1658 al erigirla el obispo Martínez de Zarzosa en ayuda de la pa­rroquia de San Juan. En 1791 se estableció ella la co­fradía de la Expiración. De­signada parroquia en 1838, aunque trasladado el culto a la parroquia del Carmen, fue arruinándose quedando destrozada en 1931 y 1936, pero con su fábrica en pie. Fue reconstruida por el Obispado según proyecto del arquitecto diocesano D. Enrique Atencia, reestableciéndose el culto en  1945. Ha sido declarada Monumento en 2005.
     El templo tiene una sola nave cubierta por armadura de lazo con tirantes, muro de la cabecera recto y coro elevado a los pies. En el lado del Evangelio destaca la recoleta y artística capilla del Sagrario del siglo XVIII, junto a las moder­nas capillas de la Cofradía de la Expiración, realizadas entre 1943-46 por Atencia.
     Al exterior la portada primitiva, de piedra rojiza, resalta sobre el enjabelgado del muro, con pilastras dóricas flanqueando el arco de acceso, coronada con hornacina avenerada y frontón partido para encajar el escudo episcopal; junto a ella la sencilla torre de fuste cuadrado. En el lado izquierdo se encuentra una gran portada que da acceso directo a las capillas de la Cofradía de la Expiración.
     Las dos capillas del Cristo de la Expiración y de Ma­ría Santísima de los Dolores Coronada, abiertas a la iglesia, son cuadradas y pueden funcionar como una sola; se decoran con pinturas al temple de temas de la Pasión de Cristo, ejecutadas en el año 1951 por el artista sevillano Wenceslao Chamorro. En ellas hay sendos altares para los titulares de la Cofradía: el Santísimo Cristo Crucificado de la Expiración, es una talla de gran belleza plástica de Mariano Benlliu­re, de 1940, y la Virgen de los Dolores imagen de candelero, de Vicente Asensio de la Cerda (1775-83).
     La capilla del Sagrario es la pieza de mayor interés artístico del templo. Construida hacia 1720, puede relacionarse con el estilo del maestro Felipe de Unzurrunzaga. De planta hexagonal, con pilastras de orden compuesto en los ángulos, se decora con hojarasca barroca y se remata por bóveda semiesférica sobre linterna y reforzada con seis nervios en los que continua la decoración del cuerpo inferior. En los plementos de la bóveda hay escenas pintadas al temple sobre temas de la vida de la Virgen (Desposorios, Anunciación, Visitación, Adoración de los Pastores, Adoración de los Reyes, y Presentación de Jesús en el templo), realizadas en torno a la segunda década del s. XVIII, atribuidas, por su estilo, a Diego de la Cerda aunque recientemente se apunta la intervención de Pedro de Hermo­silla, ligado a los jesuitas quienes tuvieron misión de adoctrinamiento en esta iglesia.
     La preside un lienzo de la Inmaculada, obra anónima del siglo XIX (restaurado y transformado por Luis Molledo), cuya composición es copia de la de Alonso Cano del Oratorio de la sacristía de Granada. También destaca el Sagrario, en madera dorada del siglo XVIII, que entronca con el resto de la decoración, en cuya puerta se pinta al Niño Jesús como Pastor, iconografía usual en los Sagrarios españoles del barroco.
     En el muro de la Epístola se cuelga un óleo so­bre lienzo de un Ecce-Homo rodeado de los atributos de la Pasión, obra anónima devocional del círculo malagueño del siglo XVIII. En la sacristía se guarda una casulla bordada y una custodia neogótica, ambas piezas del siglo XIX, y un cáliz de plata sobredorada, del siglo XVIII.
     Adosada a la cabecera de la iglesia de San Pedro, entre 1964-67 se realizaron las obras de la Casa- Museo de la Cofradía de la Expiración, según proyecto del arquitecto diocesano Enrique Aten­cia. El edificio, funcional, con cinco plan tas y ático, respondía a un diseño moderno que no se logró enteramente, quizá más por el contraste con la obra de la iglesia cuyos perfiles rompía, pero en 1999 ha sido transformado en una especie de palacete, integrando molduras en el fenestraje y balcones así como una torre, que lo acercan al pastiche.
     En la planta baja se muestra permanentemente el patrimonio artístico y cofrade de la Hermandad. Son notables los dos espléndidos y monumentales tronos: el de la Virgen, en plata cincelada y estilo neobarroco, es obra excepcional del orfebre sevillano Manuel Seco Velasco, y el del Cristo, de estilo neorre­nacentista en metal dorado y calado, es pieza de gran calidad artística y acertada simbología de los talleres madrileños del padre Félix Granda y  Buylla. En las vitrinas se exhiben los enseres de culto y de procesión (jarras, insignias, guiones, estandartes, paños de bocinas, cruz-guía, mazas, báculos, faroles). También es excepcional el monumental manto de la Virgen de los Dolores (8 x 4,75 m.), en terciopelo negro profusamente bordado en filigrana de oro, obra neobarroca ejecutada en el taller sevillano de Manuel Elena Caro, que se estrenó en la Semana Santa de 1955. El resto del edificio presenta diversas dependencias para archivo, salón de actos, almacenes, etc. de la Cofradía (Rosario Camacho Martínez, Isidoro Coloma. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo I. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).  
     La Iglesia de San Pedro se ubica en el antiguo barrio del Perchel de Málaga. Su construcción comienza en el año 1629 y a pesar del largo proceso llevado a cabo en su edificación, en el que el inmueble ha sufrido diversas transformaciones en su fábrica, conserva gran parte de los elementos originales. 
     Actualmente el templo presenta una construcción muy sencilla, de una sola nave, cubierta con armadura de par y nudillo, reforzada con tirantes de lazo que apoyan en pares de canes empotrados en los muros laterales. El muro piñón de la cabecera se reviste de madera mientras en los pies aparece desnudo, en cuyo frente se abren tres óculos. En los muros perimetrales se adosan grandes arcos de medio punto, doblados, en su mayor parte ciegos, soportados por pilastras de orden dórico. En la zona superior de los mismos se abren vanos abocinados cubiertos de vidrieras. La capilla mayor presenta la cabecera con testero plano, compuesto de un arco de medio punto ciego y adosado, de similares características que en los muros perimetrales de la nave. En el lado izquierdo del presbiterio se ubica la pila bautismal. 
     Está realizada entre 1600 y 1699, en piedra caliza, tallada y pulimentada. Se compone de un pie cilíndrico sobre base de sección octogonal y pila de forma circular con interior y exterior avenerado. 
     A los pies de la nave se encuentra el coro, realizado en madera, elevado sobre cuatro jacenas, de las cuales la primera apoya sobre dos canes y soporta un antepecho de balaustres. En el muro lateral izquierdo de la nave se abren tres capillas. La primera, contando desde los pies del templo, es la del Cristo de la Expiración. Tiene planta cuadrangular cubierta con falsa bóveda de ocho paños, óculos en sus lados exteriores y linterna superior. El acceso a la capilla desde la nave se realiza a través de un vano de medio punto cubierto con reja de fundición y forja, compuesta de balaustres y un friso decorado con motivos de candilieri y roleos. Le sigue la capilla de la Virgen de los Dolores, de planta rectangular cubierta con techo plano decorado con pinturas doradas. Estas dos capillas fueron realizadas por el arquitecto Enrique Atencia Molina en 1943, y están decoradas con pinturas al temple en composiciones trapezoidales, representando temas de la Pasión de Cristo, ejecutadas en 1951 por Wenceslao Chamorro. La tercera, denominada capilla del Sagrario, se abre a la nave a través de un vano de medio punto coronada su clave con cartela oval rodeada de hojarasca e intradós cajeado con carnosos acantos dispuestos en guirnalda. Está cubierto con reja de fundición y forja compuesta de balaustres dorados y negros, crestería superior decorada con roleos, Candilieri, florones e iconografía con temas eucarísticos y referentes a San Pedro, titular de la iglesia. La capilla tiene planta hexagonal cubierta con bóveda semiesférica sobre tambor. Su alzado presenta pilastras corintias, cajeadas, entre arcos carpaneles y entablamento superior, volado, decorado con ménsulas de hojarascas. El tambor muestra ventanas rectangulares entre pilastras y exuberante decoración de yeserías, sobre él descansa la bóveda semiesférica, reforzada con pilastras que encuadran espacios trapezoidales en los que aparecen notables pinturas al fresco con el tema iconográfico de la vida de la Virgen: Desposorios, Anunciación, Visitación, Adoración de los pastores, Adoración de los reyes y Presentación de Jesús en el templo. 
     En el costado derecho de la nave se ubican: la sacristía, con acceso al presbiterio, salas de reuniones, despacho y torre. 
     El exterior del templo presenta una serie de añadidos arquitectónicos que entorpecen su estructura primitiva, fruto de la reforma llevada acabo en la década de los años cuarenta. Sólo cabe destacar en la fachada principal o de los pies del templo la portada primitiva, realizada en piedra rojiza. Se estructura a modo de retablo, con dos cuerpos, compuesto el primero, de un vano de medio punto con ménsula en la clave y puntas de diamante en las enjutas, flanqueado por pilastras toscanas y entablamento superior terminado en ambos lados con pináculos de bola. El segundo cuerpo o ático presenta sobre el entablamento una hornacina avenerada flanqueada con pilastras, desarrollo lateral de roleos y frontón superior partido que alberga el escudo episcopal. En la zona superior de esta composición se abren tres óculos. El vano que da acceso al interior de la nave está cubierto con puerta de madera, de doble hoja con postigo y remaches de hierro. 
     Está realizada entre 1750 y 1799 y mide 4,65 x 3,47 x 0,15 m. 
     En el lado izquierdo de la fachada se abre una gran portada de corte neoclásico, que da acceso a la capilla de la Cofradía del Cristo de la Expiración. Está compuesta de un vano de medio punto, cubierto con puerta de madera de dos hojas, con remaches de hierro, flanqueado por pilastras en los laterales y entablamento superior coronado por un frontón triangular. 
     Asimismo, en el lado derecho de la fachada, se encuentra un mosaico con la representación de las dos imágenes de la hermandad, guarnecido por un tejaroz. El resto de la fachada por su costado derecho se corresponde con el cuerpo de la torre, en cuyo frente se abren vanos rectangulares, superpuestos, terminando la zona superior con dos arcos de medio punto en sus cuatro lados.
     La parroquia de San Pedro Apóstol del malogrado barrio de los Percheles, es una construcción levantada en la primera mitad del siglo XVII, pero muy transformada con posterioridad.
     En los primeros tiempos, tras la conquista de Málaga por los Reyes Católicos, el barrio de los Percheles pertenecía a la parroquia de San Juan y fue en los primeros años del siglo XVII cuando se determinó erigir la Iglesia de San Pedro a fin de poder administrar los sacramentos de urgencia. El encargo del proyecto lo recibió el maestro mayor Pedro Díaz de Palacios. Este retomó las obras recién iniciadas, elaborando un nuevo proyecto en 1629.
     La vida de la parroquia de San Pedro se desarrolló a través de las cofradías allí radicadas y que agrupaban a buena parte de la feligresía de los Percheles. 
     Un cambio de categoría aconteció en 1831, con el nuevo arreglo de las parroquias malagueñas, pasando San Pedro, como parroquia independiente y no filial de San Juan, a tener una jurisdicción propia.
     En Mayo de 1931 tuvo lugar el incendio de la Iglesia de San Pedro, con la pérdida de casi todo los bienes muebles que contenía, quedando en estado ruinoso. En 1942 se decretó la separación de las parroquias de San Pedro y Nuestra Señora del Carmen, con lo que en 1943 dio comienzo la restauración del templo bajo la dirección del arquitecto diocesano Enrique Atencia Molina, cambiando totalmente la fisonomía de la iglesia (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     La Iglesia de San Pedro es un templo católico situado en el antiguo barrio de El Perchel de Málaga, siendo una de las pocas construcciones que restan del mismo en lo que la actualidad es la Alameda.
     El origen del inmueble se remonta a un ambicioso proyecto inacabado, de Pedro Díaz de Palacios, entonces maestro mayor de la catedral de Málaga, al que se le encarga en 1629 la construcción de la Iglesia de San Pedro en el barrio del Perchel, como apoyo a la antigua parroquia de San Juan. Para ello se proyecta una iglesia de tres naves, capilla mayor, sacristía y torre, en la que se combinan elementos ornamentales clásicos, heredados del renacimiento, junto con el mudejarismo de la magnífica armadura de par y nudillo que cubre la nave. Por diversas causas, este proyecto no se concluyó, llevándose a cabo sólo la construcción de una nave, así como la simplificación de otros elementos, en la cabecera, y quedando la proyectada torre en una espadaña, eliminada posteriormente por la torre-campanario vigente. En el primer cuarto del siglo XVIII se construyó la monumental capilla del Sagrario, de claro estilo barroco, atribuida al maestro Unzurrunzaga. Destaca en ella su rica ornamentación, compuesta de exuberantes yeserías y pinturas, próximas al pintor malagueño Diego de la Cerda.
     A comienzos del siglo XX y después de los sucesos acaecidos en 1931 y 1936, al encontrarse el inmueble en estado ruinoso, se decide su reconstrucción, según los proyectos presentados en 1942 y 1943 por el arquitecto Enrique Atencia. En la memoria de la restauración, se respetaba la estructura de la iglesia pero añadiéndole dos capillas para albergar las imágenes de la cofradía del Cristo de la Expiración. En la actualidad el inmueble destaca por la sobriedad y monumentalidad de sus formas, junto a la sencillez que presenta su magnífica portada, realizada en piedra rojiza que resalta sobre el enjabelgado del muro. Asimismo se pueden señalar los valores identitarios, incrementado en los últimos cincuenta años por la presencia de la cofradía del Cristo de la Expiración, cuyas imágenes titulares poseen un gran poder de devoción y concentración para buena parte de la población malagueña
     El templo presenta una construcción muy sencilla, de una sola nave, cubierta con armadura de par y nudillo, reforzada con tirantes de lazo que apoyan en pares de canes empotrados en los muros laterales.
     El muro piñón de la cabecera se reviste de madera mientras en los pies aparece desnudo, en cuyo frente se abren tres óculos. En los muros perimetrales se adosan grandes arcos de medio punto, doblados, en su mayor parte ciegos, soportados por pilastras de orden dórico. En la zona superior de los mismos se abren vanos abocinados cubiertos de vidrieras.
     La capilla mayor presenta la cabecera con testero plano, compuesto de un arco de medio punto ciego y adosado, de similares características que en los muros perimetrales de la nave.
     En el lado izquierdo del presbiterio se ubica la pila bautismal. Está realizada entre 1600 y 1699, en piedra caliza, tallada y pulimentada. Se compone de un pie cilíndrico sobre base de sección octogonal y pila de forma circular con interior y exterior avenerado.
     A los pies de la nave se encuentra el coro, realizado en madera, elevado sobre cuatro jacenas, de las cuales la primera apoya sobre dos canes y soporta un antepecho de balaustres.
     Las capillas laterales:
     En el muro lateral izquierdo de la nave se abren tres capillas.
     La primera, contando desde los pies del templo, es la del Cristo de la Expiración. Tiene planta cuadrangular cubierta con falsa bóveda de ocho paños, óculos en sus lados exteriores y linterna superior. El acceso a la capilla desde la nave se realiza a través de un vano de medio punto cubierto con reja de fundición y forja, compuesta de balaustres y un friso decorado con motivos de candilieri y roleos.
     Le sigue la capilla de la Virgen de los Dolores, de planta rectangular cubierta con techo plano decorado con pinturas doradas.
     Estas dos capillas fueron realizadas por el arquitecto Enrique Atencia Molina en 1943, y están decoradas con pinturas al temple en composiciones trapezoidales, representando temas de la Pasión de Cristo, ejecutadas en 1951 por Wenceslao Chamorro.
     La tercera, denominada capilla del Sagrario, se abre a la nave a través de un vano de medio punto coronada su clave con cartela oval rodeada de hojarasca e intradós cajeado con carnosos acantos dispuestos en guirnalda. Está cubierto con reja de fundición y forja compuesta de balaustres dorados y negros, crestería superior decorada con roleos, Candilieri, florones e iconografía con temas eucarísticos y referentes a San Pedro, titular de la iglesia. La capilla tiene planta hexagonal cubierta con bóveda semiesférica sobre tambor. Su alzado presenta pilastras corintias, cajeadas, entre arcos carpaneles y entablamento superior, volado, decorado con ménsulas de hojarascas.
     El tambor:
     El tambor muestra ventanas rectangulares entre pilastras y exuberante decoración de yeserías, sobre él descansa la bóveda semiesférica, reforzada con pilastras que encuadran espacios trapezoidales en los que aparecen notables pinturas al fresco con el tema iconográfico de la vida de la Virgen: Desposorios, Anunciación, Visitación, Adoración de los pastores, Adoración de los reyes y Presentación de Jesús en el templo.
     En el costado derecho de la nave se ubican: la sacristía, con acceso al presbiterio, salas de reuniones, despacho y torre.
     El exterior:
     El exterior del templo presenta una serie de añadidos arquitectónicos que entorpecen su estructura primitiva, fruto de la reforma llevada acabo en la década de los años cuarenta. Sólo cabe destacar en la fachada principal o de los pies del templo la portada primitiva, realizada en piedra rojiza.
     Se estructura a modo de retablo, con dos cuerpos, compuesto el primero, de un vano de medio punto con ménsula en la clave y puntas de diamante en las enjutas, flanqueado por pilastras toscanas y entablamento superior terminado en ambos lados con pináculos de bola. El segundo cuerpo o ático presenta sobre el entablamento una hornacina avenerada flanqueada con pilastras, desarrollo lateral de roleos y frontón superior partido que alberga el escudo episcopal. En la zona superior de esta composición se abren tres óculos.
     El vano que da acceso al interior de la nave está cubierto con puerta de madera, de doble hoja con postigo y remaches de hierro. Está realizada entre 1750 y 1799 y mide 4,65 x 3,47 x 0,15 m.
    En el lado izquierdo de la fachada se abre una gran portada de corte neoclásico, que da acceso a la capilla de la Cofradía del Cristo de la Expiración. Está compuesta de un vano de medio punto, cubierto con puerta de madera de dos hojas, con remaches de hierro, flanqueado por pilastras en los laterales y entablamento superior coronado por un frontón triangular. Asimismo, en el lado derecho de la fachada, se encuentra un mosaico con la representación de las dos imágenes de la hermandad, guarnecido por un tejaroz.
     El resto de la fachada por su costado derecho se corresponde con el cuerpo de la torre, en cuyo frente se abren vanos rectangulares, superpuestos, terminando la zona superior con dos arcos de medio punto en sus cuatro lados (Diputación Provincial de Málaga).

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