Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Córdoba, déjame ExplicArte los principales monumentos (Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, Iglesia de Santa Ana, Iglesia de San Marcos, Ermita de Nuestra Señora del Castillo, Minas del Cerro Moro y Calvario, Castillo de Algar, Monumento al Emigrante, Aljibe, Puente Califal de Piedra, Castillo, Museo Histórico, Fuente del Pilar, Templete de la Virgen de las Angustias, y Ermita del Calvario) de la localidad de Carcabuey, en la provincia de Córdoba.
Carcabuey nace en un asentamiento romano, según los restos encontrados, que después ocuparon los árabes. El corazón urbano de la plaza de España ordena las calles principales -Majadilla, Castillo, Pilar y Santa Ana-, entre las que se enredan quebrados dédalos; unas y otros deparan sorpresas como el altar callejero de las Angustias, el barroco Pilar con su fresca agua del Lobatejo, la escalonada calle Castillo o casas señoriales de labrados dinteles. Arriba, vigilando tanto prodigio, la Asunción y el castillo. Y en el entorno, un anillo de sierras.
Llamada Karkabul en época musulmana, dependió unas veces de la cora de Elvira y otras de Priego, jugando un destacado papel durante la sublevación muladí de Ibn Mastana, en el siglo IX. Ganada por los cristianos el año 1246, pasó de nuevo a poder musulmán hasta su definitiva recuperación en 1341 por Alfonso XI. En 1385 Juan I entregó Carcabuey a Rui Díaz de Berrio, cuyos descendientes la vendieron en 1465 a don Alfonso de Aguilar. en el XVI la población experimenta un notable auge bajo el señorío de los marqueses de Priego. Después de abolido el régimen señorial permaneció sujeta a la jurisdicción eclesiástica de la Abadía de Alcalá la Real, hasta que en 1874 pasó a la diócesis de Córdoba (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Carcabuey nace en un asentamiento romano, según los restos encontrados, que después ocuparon los árabes. El corazón urbano de la plaza de España ordena las calles principales -Majadilla, Castillo, Pilar y Santa Ana-, entre las que se enredan quebrados dédalos; unas y otros deparan sorpresas como el altar callejero de las Angustias, el barroco Pilar con su fresca agua del Lobatejo, la escalonada calle Castillo o casas señoriales de labrados dinteles. Arriba, vigilando tanto prodigio, la Asunción y el castillo. Y en el entorno, un anillo de sierras.
Villa situada al sureste de la provincia, en el corazón de las Sierras Subbéticas, junto a la carretera C-336.
Distancia a Córdoba: 94 Km.
Altitud: 642 m.
Extensión: 80,7 Km2
Habitantes: 2.775.
Gentilicio: Alcobitenses.
Las inscripciones halladas permiten situar aquí el municipio romano de Ipolco-bulcula, lugar que siglos más tarde conquistaron los árabes, cambiando su nombre por el de Karkabul. A fines del siglo IX Ben Mastana se sublevó contra el emir Abd Allah, que pactó su libertad a cambio de la destrucción del castillo en el que se había hecho fuerte. Su situación fronteriza hizo cambiar de manos varias veces a Carcabuey, que Martín Fernández de Portocarrero conquistó definitivamente en 1341. A finales de esta centuria perteneció como señorío a Ruy Díaz, y sus descendientes la vendieron más tarde a la Casa de Aguilar, cuyos titulares, los Fernández de Córdoba, controlaron la vida local en la Edad Moderna.
Oficina de Turismo de Carcabuey
Teléfono: +34 661 86 40 16
E-mail: turismo@carcabuey.es
Horario: Lunes y Martes alternos cerrada, Lunes a Viernes de 9 a 15, Sábados de 10 a 14 y de 15 a 17, Domingos de 10 a 14
https://www.carcabuey.es (Diputación Provincial de Córdoba).Llamada Karkabul en época musulmana, dependió unas veces de la cora de Elvira y otras de Priego, jugando un destacado papel durante la sublevación muladí de Ibn Mastana, en el siglo IX. Ganada por los cristianos el año 1246, pasó de nuevo a poder musulmán hasta su definitiva recuperación en 1341 por Alfonso XI. En 1385 Juan I entregó Carcabuey a Rui Díaz de Berrio, cuyos descendientes la vendieron en 1465 a don Alfonso de Aguilar. en el XVI la población experimenta un notable auge bajo el señorío de los marqueses de Priego. Después de abolido el régimen señorial permaneció sujeta a la jurisdicción eclesiástica de la Abadía de Alcalá la Real, hasta que en 1874 pasó a la diócesis de Córdoba (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Con su castillo en la cumbre, sus agrestes parajes y sus sierras en las que crecen el olivo, las alcaparras y también la flor de la peonía. El nombre le viene al pueblo de la romana Ipocobulcula, que los árabes transformaron en Karkabul o Karkabuliya, pero tanto la localidad como sus alrededores estuvieron habitados al menos desde el Epipaleolítico, es decir, desde hace unos 9.000 años. Hoy, sobre su blanco caserío, acunado entre las lomas, sobresalen la robusta silueta de la iglesia de la Asunción y la más alegre y clara de la de San Marcos, donde se venera el Cristo de Ánimas, un excelente crucificado de Alonso de Mena (Rafael Arjona. Guía Total, Córdoba. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2009).
Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.- Este conjunto, que ha visto muy transformado su aspecto con el paso del tiempo, ofrece al interior planta de nave única en cruz latina con capillas laterales. Las obras comenzaron hacia 1545, pero no acabaron hasta 1664. Destaca la portada lateral, probable obra de Juan de Ávila, abad de Alcalá la Real. La torre y la capilla del sagrario se concluyeron en el XVIII; tras un incendio en 1908, el templo tuvo que ser restaurado, inaugurándose nuevamente en 1914.
Los retablos son en su mayoría neobarrocos o neogóticos, adornados con imágenes de Olot. El mayor, con toda su imaginería, es obra de Pío Mollar, de 1935. Cabe destacar únicamente, en el frente del lado izquierdo del crucero, la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno que, aunque restaurada en 1998, es pieza de interés, de hacia 1650; por su diseño iconográfico ha figurado en Semana Santa también como Cristo atado a la Columna. En la pared frontera está un cuadro de hacia 1640 con la Aparición de la Virgen a San Felipe Neri, pintado con rasgos de verdadero retrato. En el frente del brazo derecho está la imagen de Jesús Cautivo, talla sevillana de Augusto Morilla, de 2002. El retablo del testero, de hacia 1750, procedente de la ermita de San José, tiene una Inmaculada de estilo barroco granadino, pero retocada al gusto valenciano de comienzos del XX.
Al lado izquierdo de la nave destaca la capilla del Sagrario. El retablo neoclásico, de la primera mitad del XIX, se trajo hacia 1980 de Santa Marina de Córdoba y lo restauró en Priego Niceto Mateos. Al centro se colocaron las imágenes del Cristo de las Ánimas y el busto de la Dolorosa, obras ambas de Alonso de Mena, la primera de hacia 1627 y la segunda, procedente de San Marcos, de hacia 1624. A los lados están la Virgen María y San José, la primera del taller de Alonso de Mena de hacia 1615-20, procedentes de la ermita de San José y dolorosamente repintadas. El ático tiene un lienzo con Santa Marina intercesora de las Ánimas. En la pared izquierda se ve un retablo del XVIII con la Virgen del Rosario, de vestir, procedente de San José.
De nuevo en la nave, en la primera capilla de la derecha se venera la imagen de Nuestra Señora de los Dolores, de vestir, de fines del XIX. En el suelo está la imagen de vestir de San Juan Evangelista, realizado por el taller de Arjona en 2002.
En la sacristía primera hay sobre la cajonera un retablito con doselete de rocalla del último tercio del XVIII, con una imagen más temprana del Crucificado, de estética próxima a Mora, pequeña pero de muy buena factura. A los pies hay una urna de la segunda mitad del Setecientos con terracota policromada de la Divina Pastora. La sacristía segunda tiene una cajonera del siglo XVIII y una imagen de San Martín firmada por Vicente de Arenas de la segunda mitad del XVIII, restaurada en 2005.
Entre las piezas de platería destacan el ostensorio y un copón, del siglo XVII, y varias obras del XVIII, entre ellas un cáliz dorado de 1797, punzonado por Luque, el portaviático de Santacruz Zaldúa, de forma de pelícano, y el arca eucarística, de 1795, procedente de las clarisas de San Antonio de Padua de Priego. En el salón parroquial se encuentra la talla de San Miguel Arcángel venciendo al demonio, fuertemente restaurada, de segunda mitad del XVIII, procedente de la capilla del Sagrario (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción es un templo de una sola nave dividida en cuatro tramos separados por arcos fajones sustentados por medias columnas. Cada tramo da lugar a un vano de medio punto que conforma cada una de las capillas laterales. El crucero está cubierto por una cúpula semiesférica asentada sobre pechinas y el resto de la nave por una bóveda de cañón con lunetos. La ornamentación es escasa y sobria, reducida, casi, a una cornisa que recorre todo el perímetro y a las medias columnas que, parece ser, sirvieron de sostén a la antigua techumbre de madera.
En el interior se guardan numerosas imágenes, algunas de ellas de gran valor y belleza, así como pinturas y valiosas piezas de arte suntuario. Es justo resaltar la presencia imponente del "Cristo de Ánimas", obra del escultor granadino Alonso de Mena, imagen de madera policromada, realizada en 1624 y estilísticamente enmarcada en el proceso de su autor del manierismo al realismo.
Al exterior, la fachada principal está compuesta por dos poderosos contrafuertes que sustentan un arco de medio punto rematado por un tejadillo o cubierta a dos aguas. La portada lateral, único elemento, junto a la nave, que se conserva de la construcción primitiva, es de estética renacentista plateresca, obra del arquitecto vasco Martín Bolívar, muy afamado en su época (S. XVI). Está formada por dos pilastras finísimas que enmarcan un arco de medio punto, rematado por diversos motivos ornamentales, entre ellos una corona de laurel con el escudo de Don Juan de Ávila, abad de Alcalá la Real, patrocinador de la obra.
La torre, de planta cuadrangular es en su base de piedra, (s. XVI) como el resto de la construcción, y acabada en ladrillo (S. XVIII). El campanario está formado por cuatro arcos de medio punto enmarcados por pilastras y coronando el conjunto un chapitel de cuatro aguas.
Al pie del Cerro del Castillo, en un lugar divisado y desde el que se percibe todo el pueblo, se alza, con porte majestuoso, la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.
No se sabe con certeza el origen de esta construcción pero pudiera ser que la antigua Iglesia Mayor de Santa María, a la que hacía referencia en su testamento Ruy Díaz de Berrio, ya en 1.383, tal vez se correspondiera con el emplazamiento de la actual iglesia, que no con la construcción, modificada a lo largo de los siglos y de estética muy apartada de la que imperaba en aquellos tiempos. Pero esto no pasa de simple conjetura porque de la primitiva construcción nada queda.
Rafael Osuna Luque, en su "Historia de Carcabuey", nos dice que aquella estuvo finalizada hacia mediados del siglo XVI, sin embargo, de esos momentos sólo se conserva la portada lateral; el resto de la construcción actual corresponde a realizaciones llevadas a cabo a lo largo del siglo XVII y principios del XVIII. Esas obras posteriores son: la torre, concluida, como reza una inscripción que se halla al pie de la misma en 1780, y el retablo mayor, así como la capilla del Sagrario y las bóvedas de cañón con lunetos que cubren interiormente el edificio.
En 1.908 sufrió un incendio y muchas de las partes, sobre todo en las que predominaba la madera, como el coro o el retablo mayor, hubieron de ser reconstruidas. Se trata de una construcción de piedra, mampuesto y ladrillo, de planta de cruz latina, como es habitual, salvo excepciones, en todas las construcciones de índole religiosa (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Al pie del Cerro del Castillo, en un lugar divisado y desde el que se percibe todo el pueblo, se alza, con porte majestuoso, la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. No se sabe con certeza el origen de esta construcción pero pudiera ser que la antigua Iglesia Mayor de Santa María, a la que hacía referencia en su testamento Ruy Díaz de Berrio, ya en 1.383, tal vez se correspondiera con el emplazamiento de la actual iglesia, que no con la construcción, modificada a lo largo de los siglos y de estética muy apartada de la que imperaba en aquellos tiempos.
Pero esto no pasa de simple conjetura porque de la primitiva construcción nada queda. Rafael Osuna Luque, en su ‘Historia de Carcabuey’, nos dice que aquella ‘estuvo finalizada hacia mediados del siglo XVI, sin embargo, de esos momentos sólo se conserva la portada lateral; el resto de la construcción actual corresponde a realizaciones llevadas a cabo a lo largo del siglo XVII y principios del XVIII’. Esas obras posteriores son: la torre, concluida, como reza una inscripción que se halla al pie de la misma en 1780, y el retablo mayor, así como la capilla del Sagrario y las bóvedas de cañón con lunetos que cubren interiormente el edificio (Diputación Provincial de Córdoba).
Iglesia de Santa Ana.-
Dedicada a la antigua patrona de Carcabuey, es un pequeño edificio de carácter popular, construido en 1583 pero muy reformado hacia 1900. El interior es una sencilla nave cubierta por cañón rebajado, con testero plano. El retablo mayor es obra anónima de 1780, dorada en 1791. Preside la imagen de vestir de Santa Ana, del tiempo del retablo, y en las repisas laterales pequeñas tallas del XVIII de San Juan Bautista y San Joaquín. En el primer arco de la izquierda se ve un cuadro de la Inmaculada, de escuela granadina del último cuarto del siglo XVII. Sigue el retablo salomónico de San Francisco, de hacia 1720, con imagen de la misma fecha. Enfrente se destaca el retablo de Nuestra Señora de la Aurora, contratado por Francisco José Guerrero en el año 1757; la imagen de la titular con corona, cetro y estandarte, es talla de primer tercio del Setecientos, cercana al estilo de Diego de Mora (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Dedicada a la antigua patrona de Carcabuey, es un pequeño edificio de carácter popular, construido en 1583 pero muy reformado hacia 1900. El interior es una sencilla nave cubierta por cañón rebajado, con testero plano. El retablo mayor es obra anónima de 1780, dorada en 1791. Preside la imagen de vestir de Santa Ana, del tiempo del retablo, y en las repisas laterales pequeñas tallas del XVIII de San Juan Bautista y San Joaquín. En el primer arco de la izquierda se ve un cuadro de la Inmaculada, de escuela granadina del último cuarto del siglo XVII. Sigue el retablo salomónico de San Francisco, de hacia 1720, con imagen de la misma fecha. Enfrente se destaca el retablo de Nuestra Señora de la Aurora, contratado por Francisco José Guerrero en el año 1757; la imagen de la titular con corona, cetro y estandarte, es talla de primer tercio del Setecientos, cercana al estilo de Diego de Mora (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Dedicada a la antigua patrona de Carcabuey, es un pequeño edificio de carácter popular, construido en 1583 pero muy reformado hacia 1900.
Consta de una sencilla nave cubierta por cañón rebajado con testero plano. Tiene una pequeña sacristía en la cabecera.
La imagen de la Virgen de la Aurora es talla del primer tercio del siglo XVI, cercana al estilo de Diego de Mora.
Se celebra procesión el último domingo de septiembre o el primero de octubre (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Es una pequeña construcción de carácter popular, cuyo origen data, según Mª Ángeles Raya ‘de 1583, fecha en que se concede licencia para su fundación’. Está desde un principio dedicada a Santa Ana, que es copatrona de la villa junto a la Virgen del Castillo.
Su única puerta está constituida por la portada en forma de arco rebajado y una pequeña espadaña fabricada de ladrillo en rosca de herradura. El interior es una pequeña nave de 6×4 mts. Cubierta por una bóveda de cañón rebajado. La cabecera nos presenta un retablo de madera, de autor desconocido, realizado en 1770, según reza en su banco una inscripción fechada, en el que se expone la imagen de Santa Ana, de la misma fecha que el retablo. En las calles laterales se encuentran San Joaquín y San Juan Bautista.
En otro retablo interior de la ermita, lateral podemos ver una singular talla de San Francisco de Asís. Por último destacar la imagen de la Virgen de la Aurora, que cuenta con gran devoción en el pueblo, siendo procesionada cada año, como titular de unas fiestas (Diputación Provincial de Córdoba).
Iglesia de San Marcos.- Construida en el XVII, tuvo aquí su sede desde 1671 la Escuela de Cristo de la Congregación de San Felipe Neri. En el XVIII recibió notables mejoras, como la terminación de la torre. Tiene planta de cruz latina de brazos cortos y la nave aloja entre las pilastras pequeñas capillas cerradas por medio punto.
El retablo mayor, tallado en yeso, fue mutilado para arriostrar el actual, procedente de Priego y labrado por Juan de Dios Santaella hacia 1750. La capilla mayor estuvo siempre presidida por el Cristo de San Marcos, de cuatro clavos, obra maestra de esta ermita. Fue realizado en 1616 por el granadino Alonso de Mena y restaurado en 2002 por Enrique Ortea y Rosa Cabello, gracias a los oficios del párroco Fernando Cruz-Conde. Desde la restauración se encuentra en la parroquia. En las hornacinas laterales figuran tallas pequeñas de San Felipe Neri y San Marcos Evangelista, de comienzos del XVIII.
A los lados de la nave se ven seis capillas hornacina, algunas con resto de pintura mural. En el lado izquierdo, pueden mencionarse un San Antonio de Padua, talla popular del XVII inspirada en las formas de Pedro de Mena, y la Virgen de la Soledad. En el derecho, una imagen de talla, repintada, de Jesús a la Columna, de hacia 1600, un cuadro de la Virgen del Carmen, del XVII, con marco que fue el remate de un retablo y una cruz guión del siglo XVIII (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Situada en la calle de su nombre, se localiza al extremo de la población; a ella se accede a través de una suave pendiente que conduce a la puerta de la ermita.
La ermita del siglo XVII debió ser muy reformada en el siglo XVIII, cuando se consolidó en ella la cofradía de San Felipe Neri, momento en que también se llevaría a cabo la torre, de planta cuadrangular, construida en sillería y fue restaurada en 1980, por el arquitecto diocesano Carlos Luca de Tena.
La torre recuerda la de la parroquial, pero su campanario es mucho más moldurado, como corresponde a una estética propia de la segunda mitad del XVIII. Se compone de un basamento rectangular liso, sobre el que se alza un alto prisma ciego y apilastrado rematado en cornisa sobre él, el cuerpo de campanas, también apilastrado, con cuatro huecos de medio punto en sus frentes. Como remate, un bonito juego de molduras y pináculos, terminado en chapitel a cuatro aguas. Sus perfiles quebrados y sus esbeltas formas, recuerdan las formas de trabajar de los maestros prieguenses, sobre todo a Juan de Dios Santaella.
En el interior presenta una sola nave, de cuatro tramos, cubierta con bóveda rebajada con lunetos. Los tramos están sostenidos por arcos fajones que apoyan en guardamalleta y cornisa corrida. Entre los tres primeros contrafuertes, hay capillas no muy profundas, cubiertas con bóvedas de cañón, el último tramo está ocupado por el coro alto. La cabecera es plana y va cubierta por una bóveda semiesférica con ocho fajas sobre pechinas y brazos muy cortos.
El frente principal, va cubierto por un retablo de madera policromando en verde y oro tallado por Juan de Dios Santaella hacia 1750. Está formado por banco, con sagrario y manifestador, cuerpo dividido en tres calles por medio de estípites y remate. La calle principal del retablo está adaptada a la imagen del Crucificado. Probablemente este retablo no pertenezca a esta ermita sino que fue trasladado a la ermita de San Marcos en el siglo XIX, ya que debajo de él, se conserva el retablo original. Es éste una pieza barroca realizada en yeso.
El retablo estaba presidido por un Crucificado de cuatro clavos realizado en 1616 por el granadino Alonso de Mena, como ha demostrado el profesor Villar Movellán; fue restaurado por Enrique Ortega en 2002, gracias al interés del párroco don Fernando Cruz Conde, con lo que la imagen ha recobrado toda su belleza.
El exterior de este oratorio es muy sobrio y sencillo, destaca la fachada principal, muy lisa, terminada en hastial, y perforada por un vano circular sobre la portada del siglo XIX, de medio punto, enmarcada por pilastras y coronada por el escudo de Diego Castell y Ros de Medrano, abad de Alcalá la Real, que debió colocar su escudo a comienzos del XVII.
Debió construirse en los últimos años del siglo XVI ya que en el Primer Acta del Libro de Matrimonios aparece en 1594 un tal Juan López Rey, de San Marcos por lo cual, para esta fecha, ya debía estar construido San Marcos, revelando en su interior un esquema de constructivo muy sencillo propio de los años en que se lleva cabo.
En la ermita de San Marcos se creaba el 16 de octubre de 1671 la Escuela de Cristo bajo la protección de Nuestra Señora y San Felipe Neri, congregación creada por Andrés Peralbo, en unas casas cercanas a la ermita.
En 1834 la Congregación de San Felipe Neri fue exclaustrada, momento en que la ermita debió sufrir una fuerte intervención (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Situada en la calle de su nombre, se localiza al extremo de la población; a ella se accede a través de una suave pendiente que conduce a la puerta de la ermita. Debió construirse en los últimos años del siglo XVI ya que en el Primer Acta del Libro de Matrimonios aparece en 1594 un tal Juan López Rey, ‘de San Marcos’ por lo cual, para esta fecha, ya debía estar construido San Marcos, revelando en su interior un esquema de constructivo muy sencillo propio de los años en que se lleva cabo. En la ermita de San Marcos se creaba el 16 de octubre de 1671 la Escuela de Cristo bajo la protección de Nuestra Señora y San Felipe Neri, congregación creada por Andrés Peralbo, en unas casas cercanas a la ermita.
En 1834 la Congregación de San Felipe Neri fue exclaustrada, momento en que la ermita debió sufrir una fuerte intervención. El exterior de este oratorio es muy sobrio y sencillo, destaca la fachada principal, muy lisa, terminada en hastial, y perforada por un vano circular sobre la portada del siglo XIX, de medio punto, enmarcada por pilastras y coronada por el escudo de Diego Castell y Ros de Medrano, abad de Alcalá la Real, que debió colocar su escudo a comienzos del XVIII (Diputación Provincial de Córdoba).
Ermita de Nuestra Señora del Castillo.- Monumento característico de Carcabuey es su estratégico castillo, fechado entre los siglos XIII y XIV, y su interesante aljibe. En honor de la Virgen del Castillo se edificó en el interior de la fortaleza esta ermita popular barroca, que hubo de ser reconstruida en 1952 a causa de los daños sufridos por el terremoto de 1951.
La planta es de cruz latina con nave única de cañón alargado con lunetos. El retablo mayor, de rocalla en verde y oro, lo talló hacia 1770 Francisco Javier Pedrajas y lo doró en 1773 Eusebio Jaramillo. En el camarín se venera Nuestra Señora del Castillo, vestida a la usanza del XVI, con rostrillo y corona dorados. Ha sido restaurada por Enrique Ortega en 2002. En las repisas laterales hay tallas de San Nicolás y San Blas y en el remate, un relieve de la Santísima Trinidad.
En el crucero forman pareja los retablos de estípites de Santa Catalina y Santa Bárbara, anónimos de hacia 1770. La primera es talla popular de estética manierista, muy retocada; Santa Bárbara es de hacia 1750. A la izquierda de la nave hay un lienzo del XVII con el Martirio de San Lorenzo y a los pies, un retablo de rocalla, de fines del XVIII, con pequeñas imágenes, a los lados, de San Juan de Mata y San Juan Nepomuceno y un lienzo de escuela granadina que representa la Aparición de la Virgen a San Cayetano; está firmado "Jurado me fecit" y procede de la ermita de San José (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
La portada está situada en el lado derecho de la iglesia, es muy sencilla, está formada por un arco de medio punto de ladrillo, enmarcado por pilastras y entablamento coronado por pequeños pinjantes. Sobre el brazo derecho del crucero se alza la sencilla espadaña de un sólo vano.
El interior es una planta de cruz latina, formada por un cuerpo de dos tramos cubierto con bóveda de cañón con lunetos, crucero con bóveda semiesférica sobre pechinas y brazos del crucero ya cabecera, con bóveda de cañón con lunetos. La decoración a base de rocalla, se concentra en el crucero, con fajas radiales y lunetos en los cuatro paños con ventanas.
El retablo mayor, adaptado al medio punto, está formado por banco con sagrario, un cuerpo dividido en tres calles por medio de estípites y ático decorado con un relieve que representa a la Santísima Trinidad. En su interior luce la imagen de Nuestra Señora del Castillo, vestida a la usanza del siglo XVI, con rostrillo y corona dorados, que fue coronada como patrona de Carcabuey en 1982.
En el crucero, en el lado de la izquierda, sobre el muro hay un lienzo que representa a la Inmaculada rodeada de los símbolos marianos. Es obra de carácter popular del siglo XIX. En el testero hay un retablo con hornacina central enmarcada con estípites y penacho muy moldurado.
En el centro del crucero, colgando de la cúpula, gran lámpara de plata con decoración a base de hojarasca.
En el interior del castillo se alza un templo en honor de la Virgen, la cual tomó la advocación del Castillo por el lugar en que está situada. Probablemente esta iglesia, que se levanta durante los años del Medievo, fuera la primera parroquia de esta localidad.
El abandono de la fortaleza y la construcción de un nuevo templo fuera del Castillo, hizo que esta iglesia quedara reducida a ermita. En el siglo XVIII la ermita sufrió una fuerte intervención que le dio su impronta popular barroca. En 1952, a causa de los daños sufridos por el terremoto del 19 de mayo de 1951, fue renovada por el pueblo de Carcabuey.
Se celebra romería el 8 de septiembre. El domingo anterior, la imagen de la Virgen, patrona del pueblo, se traslada a la iglesia parroquial (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
En el interior del castillo se alza un templo en honor de la Virgen, la cual tomó la advocación del Castillo por el lugar en que está situada. Probablemente esta iglesia, que se levanta durante los años del Medievo, fuera la primera parroquia de esta localidad. El abandono de la fortaleza y la construcción de un nuevo templo fuera del Castillo, hizo que esta iglesia quedara reducida a ermita.
En el siglo XVIII la ermita sufrió una fuerte intervención que le dio su impronta popular barroca. En 1952, a causa de los daños sufridos por el terremoto del 19 de mayo de 1951, fue renovada por el pueblo de Carcabuey. La portada está situada en el lado derecho de la iglesia, es muy sencilla, está formada por un arco de medio punto de ladrillo, enmarcado por pilastras y entablamento coronado por pequeños pinjantes. Sobre el brazo derecho del crucero se alza la sencilla espadaña de un sólo vano.
El interior es una planta de cruz latina, formada por un cuerpo de dos tramos cubierto con bóveda de cañón con lunetos, crucero con bóveda semiesférica sobre pechinas y brazos del crucero ya cabecera, con bóveda de cañón con lunetos. La decoración a base de rocalla, se concentra en el crucero, con fajas radiales y lunetos en los cuatro paños con ventanas (Diputación Provincial de Córdoba).
Minas del Cerro Moro y Calvario.-
El Cerro Moro y el Calvario constituyen una zona de numerosos afloramientos mineros, relacionados con la riqueza geológica de la zona, que tendrían una repercusión especial a finales del s. XIX con la revolución industrial hasta principio del s. XX. Con el duro y peligroso trabajo de los mineros se abrieron varias minas como la de la Virgen del Tránsito, de hierro, o la de San Joaquín, de carbón (Diputación Provincial de Córdoba).
Este castillo está situado en la cota 740, al sur de la aldea de Algar, entre altas e imponentes rocas que lo circundan por el norte y este -una de las cuales se ha desprendido del conjunto y ha avanzado unos metros- y avisan del riesgo del ascenso bastante escarpado. Para Sarthou se trata de una fortificación romana, pero en su emplazamiento no se aprecian restos cerámicos o al menos se han agotado en su superficie; cree que se trataría de un Castella - montana, como tantos otros que abundan en las proximidades -Zambra, Carcabuey, Rute- o que han desaparecido, como Riberas, Tiñosa y Bella. Son castillos fundamentalmente árabes, de época nazarí y con reconstrucciones cristianas debido a las vicisitudes fronterizas tan prolongadas. Da frente a la sierra de la Horconera, donde se sitúa una fortificación, la conocida como Jardín del Moro, en la cota 1.200; más allá, en la misma dirección, la Tiñosa, al sureste Rute, al norte la sierra de Cabra y al oeste la sierra de Araceli, todos puntos de referencia con los que se puede contactar. Este castillo era vigilante del antiguo camino y del arroyo Algar. Según R. Carmona Ávila, Arqueólogo Municipal de Priego de Córdoba, la población de Algar estaría asentada en la ladera más suave (sur), a tenor de los restos que aún se observan en ella, ocupando el castillo la cota más alta del lugar.
Lo que queda de esta fortificación de frontera es muy poco. Una torre rectangular, en gran parte abierta y derrumbada, de dos plantas, se continúa por un muro de casi 1,20 metros de espesor del que falta su parte intermedia y se completa con otra torre de iguales proporciones a la anterior, de la que sólo se adivinan los cimientos. Todo mide unos 39 metros de longitud y es de fábrica de mampostería, aunque la parte baja de la torre mejor conservada va reforzada con sillares y una piedra de molino recientemente sustraída. Es posible que esto fuese un zócalo de mampostería continuado por tapial a partir de determinada altura. El cuerpo de mampostería, como aún se puede apreciar, iba enlucido de mortero. Según Valverde y Toledo, da la impresión que esto es todo lo construido, quizás porque la altura de las rocas subyacentes fuera un impedimento para ascender por allí. Sin embargo, Corte y Ruano indicó en 1842 que el lado opuesto al conservado se había derrumbado hacia un profundo valle que dominaba y defendía, dejando ver los estribos de las otras dos torres que lo flanqueaban. De modo que sería un recinto completamente cerrado, como cualquier otra fortificación de la época.
No hay noticias del origen de la población ni del sentido del topónimo. Tampoco la época de construcción del castillo está clara. No se han encontrado restos romanos en sus proximidades y, en opinión de R. Carmona Ávila, la torre del extremo oeste es una construcción típicamente nazarí, por lo que su origen más probable puede corresponder, como también indica R. Osuna Luque, a la época nazarí. No obstante, esto no excluye que se hayan producido posteriores reconstrucciones cristianas, ya que, como señala R. Carmona, el emplazamiento sería luego una villa cristiana. Los primeros datos históricos de que disponemos sobre Algar, recogidos por M. Nieto en el tomo I de su Corpus Mediaevale Cordubense, están referidos al 28 de marzo de 1253, día en que el maestre de Calatrava da a Arias Pérez, mientras viva, el castillo de Algarín, situado entre Pesquera y Priego, para que lo pueble y labre según el fuero de Priego, reservándose el diezmo que pagarían los pobladores. Se sospecha que tal Algarín puede corresponder a Algar, ya que no vuelve a aparecer este castillo en época medieval y la toponimia y situación coincide con Algar. Lo mismo ocurre con Pesquera, lugar próximo, del cual eran unos moros que fueron enviados por el rey de Granada, a petición de Alfonso X, para resolver una cuestión de límites entre Priego, Algar y Carcabuey con Tiñosa, contienda, de 1262, entre el cabildo de la catedral de Córdoba y la orden de Calatrava. Con este litigio la orden militar pretendía confirmar el término de su villa "Tiñosa - en relación con los colindantes. Para zanjar el pleito, Alfonso X ordena por carta fechada en la cerca de Niebla (Huelva), el domingo 12 de febrero de 1262, que los alcaides de Santaella y Écija, llamados Ordón Pérez y Aben Porcoz respectivamente, así como el moro de Écija llamado Alhaiari y otros moros enviados por el rey de Granada pero naturales de Rute, Iznájar, Pesquera y Cabra, como conocedores de los términos tal como estaban "en tiempos de los moros", amojonasen de nuevo los términos entre Priego y Tiñosa, Carcabuey y Tiñosa y Algar y Tiñosa. Este documento sería de gran utilidad para conocer algunos de los límites de Algar, en concreto, los límites suyos con Vichira (o Tiñosa, hoy Jardín del Moro) y Carcabuey, pero la difícil identificación de los topónimos mencionados hace complicada la tarea de fijar hoy sobre el papel esos límites. En el documento se dicen que éstos iban desde la Sierra llamada Cabras hasta la Sierra de Biscot, pasando por Besmece, la Cabeza de la Sierra, el lugar llamado Alquinez, Cudiat Espariel y el "otero de las encinas".
Además del documento citado, la toponimia Algar, tal cual, aparece con anterioridad en un documento de 1256. Se trata, concretamente, de una carta fechada en Martos (Jaén) el día 6 de mayo de ese año por la que el obispo de Jaén, don Pascual, establece una concordia con el maestre de Calatrava don Pedro Iváñez sobre los derechos episcopales que dicha orden tenía en ciertos lugares del obispado de Jaén, entre los que se encontraba Algar (junto a Priego, Zambra, Zarga, Algar, Carcabuey, Albendín y otros más), pacto en virtud del cual los vecinos habrían de pagar los diezmos a la orden militar en vez de al obispado, como venían haciendo hasta ahora. La orden de Calatrava recibiría esos diezmos tanto en aceite como en ganado, corderos, lana, queso y minucias. También se acuerda que los freiles de la orden residentes en estos lugares no tendrían que entregar al obispo diezmos de sus tierras y ganados. En cuanto a los diezmos de los criados y vasallos de acostamiento de la orden, estarían obligados a entregar un tercio al obispo de Jaén, mientras que los otros dos tercios se entregarían al comendador de Calatrava. Éste se reservaba el derecho a percibir el diezmo a que estaban obligados los moros vecinos de estos lugares con el consentimiento del obispo (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
El Castillo de Algar se localiza entre las poblaciones de Carcabuey y Rute, en el Poblado de Algar.
La fortaleza se encuentra en lo alto de un cerro con restos arqueológicos, pues en su entorno se encuentran restos cerámicos tanto de la edad del Bronce, como de época romana.
Se puede fechar el castillo actual en época nazarita, aunque reconstruido diversas veces por cristianos, tuvo cierta importancia defensiva según los materiales empleados, con grandes sillares de piedra unidos por argamasa, capaces de resistir los ataques enemigos.
De esta primitiva construcción sólo queda la ruina abierta de una torre de dos plantas y un muro que se unía con otra torre y que guardaba una fuente interior que abastecía la fortaleza (Diputación Provincial de Córdoba).
Monumento al Emigrante.-
Monumento dedicado al emigrante, que se encuentra al final de la Calle Arenal.
Inaugurado en el año 2013, tiene de fondo las vistas del Castillo, junto se encuentra el Centro de Descendientes un mural con placas dónde aparecen los nombres de personas de Carcabuey que siglos atrás emigraron a Rafaela una ciudad de Argentina (Diputación Provincial de Córdoba).
Aljibe.-
Este aljibe se encuentra al oeste del castillo, en la ladera que vierte al pueblo y lo más probable es que sirviera de abastecimiento a la población que habitaba las proximidades de la fortaleza.
De planta rectangular, sus medidas internas son 10.5 m x 4m en sus lados y 6.60m en la altura superior de su bóveda de medio punto. Su capacidad máxima está calculada en 275 mts cúbicos (Diputación Provincial de Córdoba).
El Puente Califal del Arroyo Palancar se ubica dentro del Parque Natural Sierras Subbéticas, sobre el que discurren, solapándose, las vías pecuarias «Vereda del camino de Cabra a Priego» y «Colada de las Palomas a los Mármoles». Este puente formaba parte de la infraestructura de la red viaria medieval, en concreto califal, que a su vez perpetuaba en esencia la de época alto imperial romana. Esta última se mantuvo con algunas reordenaciones, pero sin nuevos trazados en la comarca.
Se localiza en el camino que une Cabra y Priego, vía que empieza a tener importancia a partir de principios del siglo X, momento en el que se convierte en el eje primordial de la red comarcal debido a la necesidad de comunicar la cora Baguh (Priego) con la capital del califato, Qurtuba (Córdoba). Posteriormente, durante la Edad Moderna se convierte en la ruta alternativa hacia Granada por Alcalá la Real. Las fuentes indican que con el tiempo, en concreto en 1830, funcionaba como enlace de herradura para la posta de ruedas de Cabra a Alcalá la Real.
Los estudios realizados indican que el origen del puente se podría remontar a los años treinta del siglo X, debido a la técnica utilizada en su construcción, pero se detecta una gran reforma a mediados del siglo XVI, datada esta última por la fábrica utilizada y los paralelos que se han encontrado de ella. Este puente se caracteriza por tener un solo arco ligeramente peraltado, cabalgado sobre una imposta en voladizo, manteniendo un tablero de rasante plana sin pretiles.
Fundamentalmente de la obra original se conserva el estribo izquierdo completo, así como las hiladas de sillería del estribo derecho, y las impostas atizonadas de ambos.
Posteriormente se acometió una gran reforma en la que se reforzaron los estribos originales y se realizó un nuevo arco.
El estribo izquierdo se apoya sobre un lecho de cimentación formado por sillarejos regulares, mientras que el derecho se asienta directamente sobre el cauce, aprovechando en parte un aforamiento rocoso. Con el tiempo el pie de este estribo se sustituyó así como la primera hilada de sillarejo por un cimiento de mampostería.
Por encima de ambos estribos se localiza una imposta con sillares dispuestos a tizón, sobre la que se observa directamente el arranque del arco. El estudio de las dovelas de éste indica dos módulos distintos de piedra, así como dos lechos de colocación diferentes, cuyo fin era la estabilización de la estructura del puente. En este caso se ha usado arenisca de color amarillo, reutilizando material del puente original, mientras que en esta fase moderna de construcción se utiliza por lo general arenisca, pero de carácter ferruginoso. En cuanto a la parte superior del puente, en la actualidad se observa que el tablero tiende a la rasante plana, aunque con ligera pendiente en los extremos, conservando un empedrado de cantos.
Saliendo de Carcabuey por la carretera que lleva a Priego, a unos 2 Km discurre plácidamente el rio Palancar, sobre él se levanta un puente, conocido como el Puente Piedra. Esta construcción, como otras de la villa, plantea problemas a la hora de su datación. Se encuentra emplazado en unos de los lugares estratégicos dentro de las vías de comunicación, en un sitio donde, probablemente, en época romana discurriera una vía, camino que sería aprovechando posteriormente por los árabes.
No sería muy aventurado pensar que pudo haber existido, con anterioridad al puente que ha llegado hasta nosotros, otro construido por los romanos y que sería reutilizado en época musulmana. Las características del puente, coinciden con las formas constructivas propias de los árabes, está formado por un solo ojo y se han utilizado grandes sillares, con la distribución alterante de soga y dos tizones, propia del siglo X (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Situado sobre el río Palancar, es la única construcción de la época califal que se conserva en el sur de la provincia de Córdoba. Paso obligado en la vía de comunicación entre Córdoba y Priego, este puente, con más de mil años, es una muestra del sistema viario empleado en la edad media.
Video Nube de Puntos; https://www.youtube.com/watch?v=9n0f01qthz8 (Diputación Provincial de Córdoba).
La planta del recinto es un polígono irregular de 12 lados, adaptada a la agreste orografía del lugar. La fortaleza cuenta con cinco torres distribuidas a lo largo de la muralla, de las que dos son cuadradas y tres circulares, en el interior del recinto amurallado aún se conserva la torre del homenaje. En la parte alta del patio de armas encontramos la ermita de la Virgen del Castillo, construcción del s. XVIII en la que alberga la imagen de la Virgen del Castillo, patrona de la localidad, que celebra su festividad el día 8 de Septiembre de cada año.
La puerta actual de acceso a la fortaleza está levantada sobre un muro de contención que podría estar construido con mampuestos reutilizados de la fortaleza, no es probablemente la original. Existe otra en el lienzo sur, que es más bien un portillo de acceso oculto, que ha estado cegada durante mucho tiempo y ha sido descubierta en su parte interior mediante una excavación efectuada recientemente.
Este Castillo por tanto, no es adscribible a un único periodo histórico; escenario de complejos avatares políticos y religiosos, de duras batallas y, también de leyendas singulares, los restos que hoy conocemos son el resultado de numerosas construcciones, demoliciones y reconstrucciones.
El castillo de Carcabuey ha sido a lo largo de la historia lugar privilegiado desde el punto de vista estratégico y militar para el control de todas las vías de comunicación de la comarca de la Subbética, ya que en el confluían los caminos que servían de comunicación a cinco provincias andaluzas.
Se eleva sobre un promontorio rocoso que domina el pueblo y al que le da su nombre, el Cerro del Castillo, en el que se han encontrado restos y vestigios de ocupación humana en todos los periodos históricos, pudiendo remontarnos en el tiempo hasta, al menos, el Bronce Pleno como lo atestigua el hallazgo de una espada de bronce (1200 a C) conservada actualmente en el Museo Británico de Londres o una urna de cerámica del tipo Cruz del Negro (800 a C) que se halla en el Museo Histórico de Priego de Córdoba.
En época islámica fue objeto de incursiones de Ibn Hafsun, a finales del Emirato, siendo dominado y demolido por el emir Add-Allah en el 892. Conquistada la plaza por Fernando III, fue reedificado según modelos de otras fortificaciones, como las de Fuengirola o Iznájar. Desde mediados del siglo XIII perteneció a la Orden de Calatrava, hasta que en 1333 fue conquistado por Muhammad IV de Granada y reconquistado y modificado poco después por Alfonso XI, integrándose, tras múltiples donaciones en el Señorío de Aguilar (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
El castillo de Carcabuey ha sido a lo largo de la historia lugar privilegiado desde el punto de vista estratégico y militar para el control de todas las vías de comunicación de la comarca de la Subbética, ya que en el confluían los caminos que servían de comunicación a cinco provincias andaluzas.
Se eleva sobre un promontorio rocoso que domina el pueblo y al que le da su nombre, el Cerro del Castillo, en el que se han encontrado restos y vestigios de ocupación humana en todos los periodos históricos, pudiendo remontarnos en el tiempo hasta, al menos, el Bronce Final como lo atestigua el hallazgo de una espada de bronce (1200 a C) conservada actualmente en el Museo Británico de Londres o una urna de funeraria del tipo Cruz del Negro (800 a C) que se halla en el Museo Histórico de Priego de Córdoba.
Vídeo Nube de Puntos; https://www.youtube.com/watch?v=KAe5-yoNieM&t=3s (Diputación Provincial de Córdoba).
Recorre sus salas y descubre la historia de un pueblo que hunde sus raíces en tiempos remotos.
Dibuja en tu mente un paisaje que antaño fue un mar antiguo y graba en tu retina la imagen de animales petrificados.
Presencia la evolución de los primeros grupos humanos que habitaron la zona y emprende junto a ellos el camino del desarrollo tecnológico.
Contempla la llegada de pueblos precedentes del Mediterráneo y recibe de ellos la sabiduría atesorada durante siglos.
Vive en primera persona nuestra historia y forma parte de ella, sólo de esta forma podrás conocer los modos de vida de las comunidades, que desde época prehistórica hasta la actualidad, han ido conformando nuestra identidad cultural.
El museo está estructurado en 7 salas, diferenciadas por colores y por etapas históricas:
• Sala 1: Sala del Medio Natural
Formas karsticas y la riqueza geológica y paleontológicas. Los paisajes que nos rodean son el resultado de sorprendentes procesos geológicos que acontecieron hace millones de años. La secuencia de estas transformaciones ha quedado grabada en las rocas margas, yesos, calizas, dolomías persistiendo las improntas de amonites, erizos. El parque natural Sierras Subbéticas, desde 2006 pertenece a las redes europea y mundial de Geoparques, avaladas por la UNESCO.
• Sala 2: Sala Prehistoria
Se recogen en las vitrinas los restos de la Edad de Piedra- paleolítico y neolítico y Edad de los Metales, Cobre y Bronce. Las comunidades prehistóricas obtuvieron de la naturaleza las materias primas (hueso, madera, cobre, sílex,etc) con las que elaborar recipientes, vestidos y útiles para su vida diaria.
• Sala 3: Sala de la Protohistoria
Exhibe restos pertenecientes al periodo Tartésico e Ibérico. Hacemos referencia a la urna de cerámica del tipo “Cruz del Negro” del S. VII. (Periodo Orientalizante) Encontrada en el cerro del Castillo.
• Sala 4: Sala Romana
Se exponen restos de Época Romana, siendo muy interesante la epigrafía, que demuestra la importancia del municipio romano de Ipolcobúlcola (Carcabuey) así cómo pies de prensa de molinos aceiteros, contenedores cerámicos tipo dolium, materiales cerámicos, etc.
• Sala 5: Sala Medieval
Consta de dos apartados; el visigodo representado por material metálico y la época árabe-Andalusí y de época Cristiana. Se complementa con 2 maquetas del Castillo y de Puente Piedra.
• Sala 6. Sala Moderna
Se documenta especialmente con paneles informativos, complementándose con una visión de las construcciones del barroco y una maqueta de la Iglesia de la Asunción.
• Sala 7: Sala Contemporánea:
Sala correspondientes (XIX, XX, XXI ) dedicada no sólo a la historia y patrimonio cultural contemporáneo de Carcabuey sino también a su identidad y singularidad (campos de olivos, huertas, fiestas, tradiciones y gastronomía) y lo más importante sus gentes, entre las que destacan nuestros ilustres Carcabulenses.
Visita Virtual; https://my.matterport.com/show/?m=Sa4eP7zvxpk (Diputación Provincial de Córdoba).
Se trata de una fuente dieciochesca de cuatro caños y cuatro pilones. El material constructivo fundamental en toda la fuente es la piedra; tiene también hierro en los caños y en el remate. Los pilones se adornan con elementos mixtilíneos en bajo relieve. Tiene un remate esférico con elemento de hierro (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Al final de la Calle Pilar, frente a la calle de Las Parras, actual Obispo Pérez Muñoz, se encuentra emplazada una fuente llamada actualmente de El Pilar, antes fuente de los Caños, situada en una plazoleta que queda embellecida con su presencia. Construida en el siglo XVIII, como muchas de las casas más singulares de Carcabuey en un afán de aquella época, de cierto crecimiento demográfico y económico, de dar a la villa un aspecto de ciudad relevante.
Se trata de una construcción de planta circular formando cuatro lóbulos labrada a mano sobre roca caliza en una sola pieza, cuatro pilones que se abastecen del agua de cuatro caños que manan desde una pilastra central de varios cuerpos diferenciados por su grosor y ornamentación.
El conjunto, decorado de forma sencilla con placas geométricas recortadas en la piedra, está rematado por unas volutas que sustentan una esfera en la que se engarza un armazón de hierro cuya función, quizás fue, la de asegurar la sujeción de alguna imagen religiosa o posteriormente de alguna farola (Diputación Provincial de Córdoba).
En la antigua calle de las Parras, hoy Obispo Pérez Muñoz, formando esquina en la Plazoleta de la Cruz de los Mozos, hay un altar bajo la advocación de Nuestra Señora de las Angustias, único en la provincia de Córdoba por su valor artístico y calidad de materiales, como por la peculiaridad de que carece de dueños al no pertenecer al ayuntamiento ni a la iglesia. Fue construido, según testimonios orales de los vecinos, por el antiguo dueño de la casa colindante, quien lo mandaría levantar por devoción a la imagen, en una fecha sin determinar.
Tras el fallecimiento del propietario, fueron los vecinos quienes se encargaron del mantenimiento y las limpiezas periódicas, aunque el inmueble en sí carece de propietarios. En su interior alberga La imagen de la Virgen de las Angustias es una talla de madera policromada atribuida a la escuela granadina y fechable en torno al último tercio del siglo XVIII.
La Virgen de las Angustias tiene gran fervor popular, no en vano era desde su plaza, La Cruz de los Mozos, donde se despedían los Mozos llamados a Quintas (Diputación Provincial de Córdoba).
Ermita del Calvario.- Se trata de un monte calvario excepcional, uno de los más hermosos de la provincia de Córdoba. En el encontramos uno de los mejores ejemplos de bosque mediterráneo existentes en Andalucía contando con encinas milenarias.
Coronando el Monte Calvario de Carcabuey, del siglo XVIII, está la Ermita del Santo Cristo del Calvario. Se trata de una nave de reducidas dimensiones con cabecera casi semicircular, seis metros de largo por tres de ancho, en la que sobresale el lugar en el que esta enclavada. No tiene un estilo neto y el pavimento era de ladrillo cocido. Se cubre con bóveda de medio cañón, trasdosándose en un tejado a dos aguas. en la cabecera presenta tres hornacinas, que en 1917 se enmascaran en madera con remate mixtilíneo.
El único dato que conocemos sobre la fecha de su construcción es que en un testamento realizado a principios del siglo XVIII se deja una cantidad importante cantidad de dinero para este fin.
Se accede a ella por una ruta jalonada de cruces muy singulares. Las cruces combinan en su realización la piedra y el hierro en formas distintas unas de otras formando un conjunto de una gran y excepcional belleza. Se tratar de un vía crucis con las catorce cruces o estaciones de penitencia necesarias para realizar el recorrido.
Actualmente la ermita se halla en abandono total (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Coronando el Monte Calvario de Carcabuey, del siglo XVIII, está la Ermita del Santo Cristo del Calvario.
Se trata de una nave de reducidas dimensiones, seis metros de largo por tres de ancho, en la que sobresale el lugar en el que esta enclavada. No tiene un estilo neto y el pavimento era de ladrillo cocido. El único dato que conocemos sobre la fecha de su construcción es que en un testamento realizado a principios del siglo XVIII se deja una cantidad importante cantidad de dinero para este fin. Se accede a ella por una ruta jalonada de cruces muy singulares.
Las cruces combinan en su realización la piedra y el hierro en formas distintas unas de otras formando un conjunto de una gran y excepcional belleza. Se tratar de un vía crucis con las catorce cruces o estaciones de penitencia necesarias para realizar el recorrido (Diputación Provincial de Córdoba).
Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Córdoba, déjame ExplicArte los principales monumentos (Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, Iglesia de Santa Ana, Iglesia de San Marcos, Ermita de Nuestra Señora del Castillo, Minas del Cerro Moro y Calvario, Castillo de Algar, Monumento al Emigrante, Aljibe, Puente Califal de Piedra, Castillo, Museo Histórico, Fuente del Pilar, Templete de la Virgen de las Angustias, y Ermita del Calvario) de la localidad de Carcabuey, en la provincia de Córdoba. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la provincia cordobesa.
Más sobre la provincia de Córdoba, en ExplicArte Sevilla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario