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viernes, 10 de enero de 2025

Los principales monumentos (Iglesia de la Inmaculada Concepción, Ermita de Nuestra Señora de los Remedios o la Cabeza, Puente sobre el Genil, Santuario de Nuestra Señora de Gracia, Museo de la Duquesa de Benamejí, Ruta de las Norias, Grieta, Castillo de Gómez Arias, y Capilla del Cristo de la Misericordia) de la localidad de Benamejí, en la provincia de Córdoba

     Por Amor al Arte
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     Sorprende Benamejí, al borde de la temida Grieta, falla que se desliza de tarde en tarde, por su cuadriculado plano callejero. Sorprende Benamejí, al borde de la temida Grieta, por su cuadriculado plano callejero, trazado con racional espíritu renacentista por el segundo Hernán Ruiz. En sus calles rectilíneas, que respiran por la espaciosa plaza de la Constitución, las ventanas bajas invaden las aceras, mientras sus rejas proyectan laberintos de sombra sobre las fachadas de suaves tonalidades.
     Villa situada en el vértice sur de la provincia, junto a la carretera N-331.
     Distancia a Córdoba: 98 Km.
     Altitud: 497 m.
     Extensión: 53,9 Km2
     Habitantes: 5.072.
     Gentilicio: Benamejillenses
     Mancomunidad: Subbética Cordobesa. 
     La actual población de Benamejí data de 1549, año en que Diego de Bernuy traslada su emplazamiento desde el castillo de Gómez Arias -adquirido poco antes a Carlos I- y levanta el pueblo de nueva planta. Según R. Morán, para atraer nuevos habitantes redacta una carta puebla y reparte tierras y casas entre las familias que acuden. El costo de esta empresa origina el endeudamiento del promotor y de sus descendientes, que habrán de afrontar numerosos pleitos de acreedores y vecinos. Pese a ello, los Bernuy son nombrados marqueses en 1675. Antecedente de la población es la fortaleza de Bani Bashir construida por el emir Abd Allah y fortificada por Abd al-Rahmán III, que en 1362 conquistó definitivamente Pedro I. (Diputación Provincial de Córdoba).
     El nacimiento de este núcleo urbano está ligado a la fortaleza de Banu Bashir, construida en el siglo IX por el emir Abd- Allah, como apoyo militar en la lucha contra los muladíes malagueños. Tras el Califato, Benamejí estuvo bajo la soberanía de Granada, y después de conquistada por Fernando III, Alfonso X la cedió a la orden de Santiago. A mediados del siglo XVI, la reclamo la Corona, que la vendería en 1548 a Diego de Bernuy Orense, cuyos descendientes fueron, desde 1675, marqueses de Benamejí (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
     Benamejí, asomada desde las alturas al río Genil con su magnífico puente renacentista, obra de Hernán Ruiz II, por el que sigue la carretera. Tiene Benamejí un caserío sereno, un bello parque y una plaza amplia en la que se alza el edificio del Ayuntamiento y, sobre todo, la iglesia de la Inmaculada Concepción, notable edificio de sillares de piedra caliza en el que sobresale la torre campanario, edificada en el siglo XVIII, de base cuadrada en sus primeros cuerpos y octogonal en el de campanas. En el interior, de carácter barroco, destaca la cúpula del crucero, con un anillo ondulado que descansa sobre pechinas muy decoradas (Rafael Arjona. Guía Total, Córdoba. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2009).     

Iglesia de la Inmaculada Concepción.-
     La primera iglesia que tuvo la villa desapareció pronto al ser sustituida por la actual, cuya construcción se realizaría en dos fases, la primera en 1670, y una segunda que acabó hacia 1740.
     El espacio interno es de cruz latina, con crucero abierto por bóveda gallonada, obra del maestro Cristóbal García, activo también en Antequera y Estepa. En 2005 se encontraba cerrada por obras de restauración.
     El retablo mayor es obra neoclásica, simulando jaspes, realizada por Jerónimo José López hacia el año 1800. Lo preside la imagen de la Inmaculada Concepción, buena escultura de fines del siglo XVIII, muy retocada.
     A los lados están las de San José y San Juan Bautista, muy repintadas y de taller local de segunda mitad del siglo XVII. El testero va decorado con pinturas ornamentales y escudos de los patronos.
     A la izquierda del presbiterio está la antigua tribuna de los marqueses, convertida desde 1914 en altar para la Virgen del Carmen, imagen de vestir venerada en un templete de fines del XVIII. A la derecha cuelgan tres lienzos, el central con la Imposición del cíngulo a Santo Tomás de Aquino, de la segunda mitad del XVII, y a los lados, San Pedro Penitente, firmado en Marchena, febrero de 1670, y San Francisco de Paula, de fines del XVII.
     El brazo izquierdo del crucero tiene dos retablos del XVIII, con San Rafael y el Ecce Homo, y cuadros del mismo siglo de San Juan Nepomuceno, Santiago a caballo y la Virgen de Belén. El del Cristo de Ánimas, está firmado por José María Labrador en 1936. Aquí se abre la capilla del Sagrario, de mediados del siglo XVIII, reformada en 1930, que tiene retablo de rocalla del XVIII y hornacinas para imágenes procesionales, entre ellas el Nazareno, obra granadina de hacia 1700. Los retablos del brazo derecho son también del XVIII, destacando la imagen de San Blas, del XVII. Los lienzos del Bautismo de Cristo y la Visión de San Antonio de Padua son de taller cordobés de hacia 1650.
     La nave comienza con dos retablo gemelos de hacia 1800, uno dedicado a San José y otro a Santa Teresa. El primero lleva relieves en barro de la Huida a Egipto y el Sueño de San José; el segundo, de Teresa y Rodrigo niños y la Transverberación de la Santa. En el muro de la izquierda hay un cuadro de la Dolorosa, del XIX y en el frontero, una Piedad del XVIII. Las capillas de la izquierda tienen imaginería procesional de serie, excepto la bautismal, que guarda una urna de madera dorada de hacia 1738, con un Niño Jesús de vestir, y un grabado de la Virgen del Carmen de la misma fecha. Por el lado derecho, tras la capilla de San Juan, hay un arcosolio de 1891 con la Virgen de la Soledad, pequeña imagen de vestir. Bajo el coro se ven dos cuadritos, uno del Cristo de Zalamea y otro del de Medinaceli.
     En la sacristía, sobre la cajonera hay una urna barroca con imagen de la Virgen con el Niño Dormido, de escuela castellana del primer tercio del XVII y en las paredes, lienzos con los Misterios Gozosos, inspirados en grabados de fines del XVII. Aquí se ha dispuesto el Tesoro con las piezas cuidadosamente presentadas y documentadas. Entre ellas destacan una naveta fechada en 1597, un cáliz con cabujones del XVII, un portaviático del XVIII y la custodia neoclásica realizada por Manuel Aguilar en 1805 (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
     El templo actual, barroco con tendencias renacentistas en su nave fue comenzado en 1670 y terminado en 1740. Un Proyecto de reforma (1.863) cuyos planos existen en la parroquia, consistente en alargar la nave sobre la cabecera y añadir unos pórticos y varias dependencias no llegó a realizarse. La planta de cruz latina de brazos y cabeza cortos con nave única de cuatro- tramos. Varias capillas se han abierto posteriormente aprovechando los muros laterales, no macizos, sino con arcos entre pilastras. Ábside cuadrado sobre el que se dispone cúpula sobre pechinas, cornisa de arranque, cortándose la media naranja en la mitad para sostener otra de menor diámetro-, siendo toda la caja exterior de ladrillo con arcos ciegos y pilastras cajeadas del s. XVIII. De la misma época es la torre, de ladrillo visto, con primer cuerpo cuadrado, sobre él, cuerpo octogonal de igual anchura y otro también octogonal más es-trecho y abombado en su mediación, coronado por un chapitel piramidal cuyo revestimiento de color blanco pretende desmontar el ayuntamiento, para restituir su originaria coloración rojo cerámica.
     La cubierta es bóveda de cañón con fajones y lunetos. Del s. XVIII es la capilla del Sagrario de planta circular con cúpula donde se puede notar una disonante puerta de carpintería de aluminio. La fachada de sillares de piedra, sencilla, con portada de medio punto y -hornacina. Muros laterales también de sillería, hoy encalados.
     Cabe destacar la sacristía y otras dependencias, labradas y cubiertas por bóvedas de ricos diseños. El Altar mayor es neoclásico, imitando ricos mármoles (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     Crucero, de original cúpula, y la capilla octogonal del Sagrario, que se abre en el brazo del evangelio.
     La airosa torre de ladrillo, con campanario octogonal, data de 1767. Conserva el templo dos retablitos barrocos y otros dos neoclásicos, éstos procedentes -como otras obras artísticas- del antiguo convento de Carmelitas Descalzos, edificado en 1682, del que subsiste la portada plateresca.
     Cerrando la calle Remedios se halla la ermita de esta advocación (antes, Nuestra Señora de la Cabeza), del siglo XVIII.
     Guardan ambos templos interesantes imágenes de los siglos XVII y XVIII.
     En el Ayuntamiento se puede apreciar una colección de pinturas de José María Labrador, hijo del pueblo (Diputación Provincial de Córdoba).

Ermita de Nuestra Señora de los Remedios o la Cabeza.-
     Se construyó a expensas de los marqueses de Benamejí a mediados del siglo XVIII, probablemente sobre otra originaria del XVII. Tiene una nave con el testero plano, decorado con tres arcos de albañilería y oro superior con el camarín. Se ven en ellos imágenes de la Virgen de los Remedios, de taller local del XVIII, muy repintada, San Sebastián y San Roque, éste talla policromada de principios del XVII, y en el camarín Nuestra Señora de la Cabeza. A los lados hay lienzos con Santa Lucía, Santo carmelita y la Virgen de Guadalupe.
     En el lado izquierdo de la nave se abre una capilla con un retablo camarín al frente y otro a la derecha. El primero está dedicado a Jesús Preso, y el segundo a Jesús recogiendo las vestiduras después de la flagelación, de hacia 1700, que procede del desaparecido convento de carmelitas. Al lado derecho de la nave otra capilla semejante, con Nuestra Señora de la Soledad, del siglo XVIII, y San Juan de la Cruz, de hacia 1700. Merece citarse la Santa Ana de la hornacina izquierda, talla de hacia 1620 muy repintada (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
     Hoy dentro del núcleo urbano, la ermita de S. Sebastián fue construida en el S. XIV sobre antigua mezquita y remozada en diversas épocas. Posee planta de cruz latina cuyo ábside se cubre con cúpula sobre pechinas, siéndolo la nave con bóveda de cañón fajonada.
     La fachada, que da a un área peatonal con recientes obras de pavimentación y urbanización ejecutadas por el ayuntamiento, tiene portada de medio punto y tímpano en ladrillo visto, rematándose con frontón y campanario lateral izquierdo.
     La existencia de humedades en los paramentos verticales, ha motivado el revestimiento en zócalos con materiales poco adecuados (láminas de plástico). Los zócalos en los laterales de la portada de fachada, con ladrillo perforado a cara vista industrializado no acorde con e1 ladrillo de tejar empleado en la portada original. Los muros son de mampostería y mortero de arena y cal sin revestir. actualmente encalados al exterior (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

Puente sobre el Genil.-

     La arquitectura civil de Benamejí cuenta con una obra emblemática de la ingeniería del Renacimiento, que es el Puente sobre el Genil, financiado por Diego de Bernuy y construido por Hernán Ruiz el Joven entre 1550 y 1556 (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
     El puente está situado en un tramo antiguo de la carretera nacional de Córdoba a Málaga (CN-331), entre los municipios de Benamejí y el Tejar. 
     En su conjunto se revela como un diseño de tradición medieval, aunque con proporciones que se atienen a conceptos renacentistas. El tablero se sitúa a unos veinte metros sobre el nivel del río, manteniendo prácticamente horizontal el trazado del camino en esta zona, a pesar de lo profundo del cauce. El puente consta de dos grandes estribos desiguales apoyados en las laderas del cauce, dos pilas centrales de planta rectangular con tajamares semicirculares, dispuestas con los lados mayores al hilo de la corriente, y tres arcos desiguales. 
     Los arcos laterales, entre estribos y pilas, son de medio punto y avanzan sobre una línea de imposta que recorre los elementos sustentantes. Tienen una luz de 8,80 m y su rosca está ligeramente rehundida. El arco central, de 30 m de luz, es también de medio punto, con arranque al nivel del agua y con rosca igualmente rehundida, presentando en los arranques, sólo en el intradós, una moldura de resalte. A cierta altura, se reconocen unos grandes mechinales que probablemente correspondan a los anclajes de las cimbras para su construcción. Los tres arcos se trasdosan con una sencilla moldura achaflanada. 
     La fábrica del puente es de sillares regulares, de tamaño medio, bien labrados y de color homogéneo, de piedra fosilífera. 
     El pretil, que carece de molduras y presenta sus aristas achaflanadas, recorre perimetralmente ambos lados de la calzada. Sobre los tajamares se ensancha la calzada, generándose una especie de miradores o apeaderos protegidos. 
     Originalmente, el ancho de la calzada era de 6,5 m. Fue ampliado por una reforma hacia 1940. Con tal objeto se construyeron unos andenes volados, entre pilas y estribos, apoyados sobre una densa línea de ménsulas formadas por canes de hormigón armado, elevando ligeramente la cota del pavimento y dotándose de acerado. Los únicos elementos ornamentales de que dispone esta esta construcción, al margen de las sobrias molduras, son los escudos de armas situados en ambas caras de la clave del arco central. Reproducen el mismo tipo heráldico y parecen corresponder a las armas de Diego de Bernuy, primer señor de Benamejí. 
     Se trata de un puente del siglo XVI, proyectado y ejecutado por el arquitecto Hernán Ruiz II, que salva el cauce del río Genil siguiendo el antiguo camino de Antequera. Encargado por Diego de Bernuy a Hernán Ruiz II en 1550, se terminan las obras en 1566 (según inscripción en la clave central) (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

Santuario de Nuestra Señora de Gracia.-
     La patrona, Nuestra Señora de Gracia, es una imagen de talla de hacia 1600, que generalmente está en su santuario extramuros, obra del arquitecto Manuel Roldán del Valle, de 1977, aunque temporalmente pase a la ermita de los Remedios (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
     La actual ermita ha sido construida en 1972. Se celebra romeria el 13 de Septiembre. El lugar es conocido como ermita 
de Jesús el Alto, aunque el santuario está dedicado a Nuestra Señora de la Gracia (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

Museo de la Duquesa de Benamejí.-
     El centro temático La Duquesa de Benamejí forma parte de la red de centros temáticos Tierras de José María el Tempranillo. En él se puede realizar un recorrido histórico por el bandolerismo romántico decimonónico, conocer la influencia de este fenómeno en las artes escénicas a través de la música, la pintura, el teatro, el cine y la literatura con especial atención a la obra teatral de los hermanos Machado La Duquesa de Benamejí, obra cumbre del subgénero literario del bandolerismo (Diputación Provincial de Córdoba).

Ruta de Las Norias del río Genil.-

     Ruta de Las Norias del río Genil es circular, transita entre pinares de repoblación, olivares, huertas, frutales y bosque de ribera del río Genil, mientras se contempla los meandros del río Genil y se visitan las norias de origen árabe de la Huerta de las Cruces, de la Isla de San Miguel y del Campo del Castillo.
     Esta ruta comprende el trazado del PR-A 160 (sendero del camping) y parte del sendero Paisajes con Historia: Ruta de las Norias del Río Genil, las cuales componen un singular grupo de ingenios hidráulicos de gran interés. Durante el paseo se disfrutan panorámicas del Cerro del Hacho donde se ubica el castillo de Gómez Arias, puente de Hernán Ruiz II y los dos viaductos monumentales de la A-45.

La Grieta.-
     En el borde sureste del casco urbano se puede apreciar la curiosidad geológica de la Grieta, falla que se desliza de tarde en tarde y se ha comido ya algunas casas.
     La Grieta es también un buen mirador sobre el paisaje del entorno, amenizado por el Genil (Diputación Provincial de Córdoba).

Castillo de Gómez Arias.-
     Este castillo se levanta al sur de Benamejí, sobre un mogote de yeso de unos 390 metros de altitud en la margen derecha del río Genil, dominando el viejo camino de Córdoba a Málaga. Gozaba de una excelente situación estratégica, vigilando el paso de ese camino.
     La planta del castillo es cuadrangular, flanqueada en su origen por tres torres y la del homenaje, en el ángulo Noroeste. A menor altura, se elevan los restos de la torre del acceso. El patio de armas se encuentra horadado por cuatro aljibes o almacenes, tres de ellos hundidos y en posible comunicación, y el otro, en el ángulo Sureste, independiente y abovedado, como los otros con bóveda de cañón de ladrillo.
     Hoy quedan escasos restos de sus murallas, de dos de sus torres, así como los restos de la bóveda de cañón que cubre el aljibe y un gran lienzo del acceso. Construido en fábrica de mampostería con piedras en hiladas y abundante mortero de arena y cal, sólo la mocheta del ángulo Noreste de la torre del homenaje es de sillaretes. Subsisten dos paredes de la torre del homenaje: la de la cara Oeste es plana, salvo en la parte inferior que tiene ciertos relieves, posiblemente de la escalera de acceso a plantas superiores. En la cara Norte existen tres ventanas que delimitaban dos plantas. La ventana del primer piso tiene trompa y las dos del segundo presentan arranques de bóveda de ladrillo. Entre las piedras del mampuesto existe una gran profusión de piedras verdes, plutónicas de aluvión, semejantes a la serpentina.
     Hoy sólo se conservan los restos de un gran lienzo con torreón cuadrado, hecho de hiladas de mampostería. En el interior del recinto existen cámaras subterráneas con paredes de hormigón y abiertas en el suelo por arcos de medio punto hechos de ladrillo y semiderruidos, correspondientes posiblemente al aljibe de la fortificación. En una pequeña ladera de lado Oeste del castillo se asentaba la antigua población de Benamejí - trasladada de sitio en el siglo XVI -, con abundantes restos de cerámicas. Aparte del castillo, el pueblo contaba con la protección del Genil como defensa natural. 
     El único camino de acceso lo tenía por el lado Noroeste y éste sumamente dificultoso y empinado. Los lados Sur y Oeste de la fortaleza eran prácticamente inexpugnables dada la fortísima pendiente del cerro sobre el que se asienta. Como indicaba J. Bernier, en lo poco que queda en pie se adivinan varias épocas de reconstrucciones y reparaciones, y muestra una arquitectura poco sólida, de mampuesto muy irregular y abundante mortero, difícil de fechar. Aunque parece obra medieval cristiana, indica este autor que todo es un ingente montón de ruinas, que necesitaría una metódica excavación para poder poner a la luz los elementos necesarios para su estudio. Además de los restos del Castillo se localizan restos ibéricos y romanos.
     El solar donde hoy se asienta este castillo, como sucede en otros muchos casos similares, se encontraba ya poblado desde tiempos muy remotos. Las exploraciones de Juan Bernier primero, y de Alfonso Sánchez después, han permitido registrar a través de la cerámica la existencia de asentamientos prehistóricos, ibéricos, romanos, islámicos y cristianos en el lugar.
     En época islámica Benamejí aparece en las fuentes con el nombre de Bani Bashir. La primera cita aparece en la Crónica anónima de Abd al-Rahmán al-Nasir. Más tarde aparece en la obra de un escritor malagueño del siglo XIV, al-Nubahi, quien nos ofrece los límites de la cora de Rayya antes de la caída del Califato: "Antiguamente tenía su límite oriental en al-Hamma (Alhama de Granada), donde están las maravillosas termas, por el oeste limitaba con el Hisn al-Ward, llamado ahora Munt Mayur (Montemayor) cerca de Marbella (Marbella). Al norte limitaba con el Wadi Shanil (Río Genil), por Hisn Bani Bashir (Benamejí) y al-Ranisul (Castil Anzur). Después sigue la divisoria por la tierra llamada de Al-Junus (Aljonós o Alhonoz), por Qarya Yilyana (Gilena), cerca de Istabba (Estepa) hasta el término de Mawrur (Morón de Coín)".
     Por los estudios de A. Arjona sabemos que será en el momento de dominio islámico en España cuando se construya en Benamejí el castillo que hoy vemos, llamado de Gómez Arias, no sabemos si de nuevas o sobre los restos de otro anterior. Según la Crónica anónima de Abd al-Rahmán al-Nasir, el castillo de Bani Bashir fue erigido por el emir Abd-Allah para cercar la población de Belda (hoy despoblado en Cuevas de San Marcos, Málaga) en el contexto de la rebelión muladí de al-Andalus, en la segunda mitad del siglo IX, siendo posteriormente fortificado por el propio Abd al-Rahmán III. 
     En esa época este núcleo perteneció a la cora de Rayya (Málaga), pero después del Califato se integraría en el reino de los Banu Zirí de Granada. Este castillo, por emplazarse al pie de la antigua vía de Córdoba a Málaga, que sería también la vía de acceso a Córdoba desde Algeciras utilizada por sucesivos invasores africanos, vería desfilar por sus aledaños tanto a los almorávides como a los benimerines, pasando por los almohades. Todos ellos utilizaron este camino en su viaje hacia la antigua capital del Califato.
     En 1240 el Benamejí islámico es conquistado por Fernando III mediante pacto, apareciendo en los primeros documentos cristianos como Benmexí o Benamexir. El 23 de marzo de 1254 fue donado por Alfonso X a la orden militar de Santiago y a su maestre don Pelay Pérez, junto a la fortaleza de Biervén. Ese mismo año el monarca había concedido al obispo y Catedral de Córdoba el diezmo de su almojarifazgo, existiendo un concierto particular entre la orden militar y el obispo cordobés. Su castillo, punto clave para el control del sur de Córdoba y como paso hacia la Campiña, quedó dentro de la frontera granadina, por lo que se verá envuelto en todos los cambios que afectaron a ésta hasta que se conquistó Antequera en 1410.
     En el último cuarto del siglo XIII Benamejí volverá a poder de los musulmanes, llegando a acampar en él las tropas benimerines en 1277, desde donde pasaron hacia Córdoba, rodeándola y saqueando sus campos, y tomando por asalto el castillo de Zahra, según nos informa Ibn Abi Zar en su Rawd al- Quirtás. Vemos, pues, que Benamejí en poder pasajeramente de los granadinos constituía una pieza importante para el control de la zona meridional de la actual provincia de Córdoba. A principios del siglo siguiente fue recuperado por los cristianos, realizándose en 1303 una colecta para su defensa. Posteriormente, en 1307, se delimitan los términos entre Benamejí y Lucena y entre aquélla y Castillo Anzur (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

Capilla del Cristo de la Misericordia.-
     El edificio se compone de una sola planta totalmente regular, formando un rectángulo. Hay una sola crujía en forma rectangular de aproximadamente 4 metros de largo por 3 de ancho y 2,5 metros de alto. El edificio es de reducidas dimensiones. Por lo que respecta a la fachada hay que señalar una pequeña cruz de hierro en la misma puerta y otra rematando la misma. Los laterales de la fachada presentan falsos pilares que se rematan con elementos cerámicos en forma de piña. Entre ambos pilares la fachada culmina con un recercado en forma de línea quebrada. En cuanto a la pintura se combina el blanco del paramento con el ocre claro de los elementos que conforman el recercado de la misma fachada. La portada se conforma por una hilada de ladrillo visto, presentando los tizones. En el parte inferior, un zócalo de losas rojas imitando el ladrillo visto. Los materiales constructivos son: cemento y ladrillo en todo el edificio; hierro y cristal en la puerta; hierro en la cruz que remata la fachada. Los muros de carga son de cemento y ladrillo; arco de medio punto rebajado en la portada. La cubierta de teja árabe, a una sola agua con orientación de la vertiente en sentido opuesto a la fachada. El techo es de vigas de hormigón con bovedillas intercaladas; el techo se presenta enlucido. El suelo es de losas hidráulicas blancas y negras formando bandas. Los vanos son únicamente dos: la puerta de entrada, de carpintería metálica con barrotes y vidrio transparente para poder ver el interior de la capilla, el remate de la puerta que ocupa el espacio del arco es también de barrotes de hierro con vidrio naranja posterior; inmediatamente encima de la puerta se presenta un pequeño ventanuco de ventilación con forma de trébol de cuatro hojas. En el interior el único elemento a mencionar es que las paredes y el techo se pintan en blanco. La fachada presenta una inscripción encima del ventanuco que indica la fecha de construcción del edificio. El remarque de la fachada supone un intento de "dignificar" ornamentalmente un edificio de composición bastante simple (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

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