Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Córdoba, déjame ExplicArte los principales monumentos (Iglesia de San Sebastián, Ermita de la Virgen de la Estrella, y Castillo del Vacar) de la localidad de Espiel, en la provincia de Córdoba.
Desde la sinuosa carretera descendente, el viejo Espiel, blanco como una novia, escala el cerro por sus calles quebradas y pendientes, de cimientos rocosos y "calzás". Las aristas desdoblan la cal en planos de sol y de sombra. Y en el pétreo campanario parroquial, la hermana cigüeña ya no se siente ave de paso; tanto la complace el paisaje cercano, cálido y protector.
Villa situada en el valle del Guadiato, en la carretera N-432.
Distancia a Córdoba: 50 Km.
Altitud: 547 m.
Extensión: 441,4 Km2
Habitantes: 2.422.
Gentilicio: Espeleños
Mancomunidad: Valle del Guadiato.
A principios del siglo XIII existió un recinto fortificado en el Cerro del Castillo, que Fernando III donó a Córdoba en 1237 y que probablemente se despobló en la centuria siguiente. Fue el antecedente de la actual población, que debió surgir a finales del XV ligada a Belmez. Más tarde pasó a depender como aldea de Villanueva del Rey, hasta que a mediados del siglo XVI alcanzó su independencia administrativa con el nombre de Bodonal, que años más tarde cambió por el de Espiel, cuyo desarrollo durante la contemporaneidad está ligado al auge de la cuenca minera (Diputación Provincial de Córdoba).
Nacida en torno a un castillo, tras la reconquista fue adscrita al Concejo de Córdoba. Fijó su término el obispo Fernando de Mesa en 1272. En 1449 el rey Juan II donó a Gutierre de Sotomayor estos lugares, que pasaron en 1460 al maestre de Calatrava Pedro Girón. Finalmente, en 1461, Enrique IV devolvió el término a Córdoba, y en 1530 logró la independencia con el nombre de Bodonal, que luego cambiaría por el de Espiel. En los alrededores se encuentran la ermita de la Virgen de la Estrella, construcción del siglo XVI reformada en el XVIII, con retablo de 1710, y el castillo de El Vacar, fechado entre fines del siglo XI y comienzos del XII (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Iglesia de San Sebastián.-
Esta iglesia tiene una nave con cubierta abovedada moderna sobre arcos diafragma, y capillas laterales; la torre se halla a los pies y se alza sobre la capilla bautismal. En una de sus portadas lleva la fecha de 1592. El presbiterio está presidido por el Cristo del Dolor, talla de crucificado realizada en 1941 por Amadeo Ruiz Olmos y donada por Leontina Ruiz Maya.
Esta iglesia tiene una nave con cubierta abovedada moderna sobre arcos diafragma, y capillas laterales; la torre se halla a los pies y se alza sobre la capilla bautismal. En una de sus portadas lleva la fecha de 1592. El presbiterio está presidido por el Cristo del Dolor, talla de crucificado realizada en 1941 por Amadeo Ruiz Olmos y donada por Leontina Ruiz Maya.
Del escaso patrimonio iconográfico puede mencionarse la Dolorosa de vestir, realizada por Enrique Ruiz Flores en 2002, y el Nazareno, restaurado por el mismo. La imagen de vestir de San Sebastián es popular, del siglo XIX. En la capilla del Sagrario se han colocado en 2004 vidrieras, diseñadas por Egea Azcona, con los santos Benilde, Pelagio, Leovigildo, Rafael, Eulogio y Acisclo. Entre las piezas de platería que conserva, del siglo XVII, destacan la cruz parroquial y una cruz de altar de cabujones con reliquia del lignum crucis. Del XVIII son un ostensorio de Damián de Castro y un cáliz de 1779, realizado por Antonio de Santacruz (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
La iglesia parroquial, dedicada a la advocación de San Sebastián, se encuentra edificada en la parte más elevada de la población, con orientación Este a Oeste.
No se encuentra documentada la fecha de su construcción, pero, teniendo en cuenta que hasta finales del siglo XV no se abandona el antiguo emplazamiento de Espiel, junto a su castillo, y se establece la población en el lugar actual, es fácil presumir que debió de erigirse por estas fechas.
La construcción pertenece al tipo característico de iglesias del Valle de Los Pedroches, con grandes arcos diafragmas apuntados que se contrarrestan al exterior por contrafuertes y cubierta plana de madera a dos aguas, que en este edificio fue sustituido en la reforma llevada a cabo en 1921 por una bóveda de cañón con lunetos, a la que también responden las capillas abiertas en los tramos inmediatos al presbiterio.
De 1591 se conserva una descripción con gran semejanza a la actual. En 1583 se el añadió un pequeño campanario nombrada en la documentación como "torrecilla de las campanas". Dentro de esta década, concretamente en 1589 se propuso por parte de los eclesiásticos agrandar el templo por resultar pequeña y dotarlo de campanario. De esta documentación se deduce que se le realizó un campanario del tipo torre-fachada, similares a otros existentes dentro de la provincia de Córdoba. Según el Libro de Visitas generales del Obispado, en 1591, se había comenzado a hacer un arco con su portada y campanario en la parte de poniente, frente al altar mayor, que según dicha documentación estaba finalizado en 1592.
La iglesia es de una sola nave con ocho tramos, sin ábside diferenciado y testero plano. El templo, terminado en 1592, según aparece inscrito en una de las portadas de acceso. Consta de una gran nave central formada por arcos apuntados desiguales en sus peraltes y en sus arranques. Estos arcos apean sobre pilares de piedra cuadrados, que se adentran en la nave, de muy poca altura, con moldura en el arranque, acusándose al exterior por robustos contrafuertes.
El presbiterio se encuentra cubierto por bóveda elíptica, situándose al fondo del mismo el baptisterio. La iglesia cuenta con varias capillas ubicadas entre los grandes arcos apuntados, situándose en una de ellas la sacristía. Estas capillas se encuentran cubiertas por bóvedas de distintas formas, siendo tres de ellas de arista, dos de media esfera y destaca una con forma octogonal.
El ingreso a la iglesia se realiza por medio de dos puertas, una al Sur y otra al Norte, concretamente abiertas una al lado del muro del Evangelio y otra al lado del muro de la Epístola.
La segunda de ellas se encuentra realizada en piedra. Consta de un vano central de medio punto adovelado apoyado en pilastras toscanas, sobre el arco se apoya un entablamento simple que sustenta un frontón triangular con tímpano moldurado, en cuyo centro se encuentra la lápida fundacional "Esta obras se acabó, año de 1592". Las fuentes documentales no mencionan esta puerta, en cambio hacen referencia a una que se construyó al pie de la torre, por lo que se deduce que esta portada fue trasladada en época incierta al lugar que hoy ocupa, siendo cegada la de los pies de la torre.
En el testero Norte hay otra portada muy parecida a la anterior, de similares características, con la salvedad de que el frontón triangular partido, cuyo centro lo ocupan unas molduras curvilíneas y una piedra lisa. Puede tratarse de la Puerta del Perdón que se realizó en 1596.
La torre está constituida por un prisma cuadrangular, que se adelante al hastial de los pies de la única nave del templo. Se encuentra realizada de sillares de mampostería, en cuyo fuste aparecen dos vanos, uno cuadrado y otro apuntado. Sobre el fuste encontramos una serie de molduras que recuerdan a las partes de un entablamento que recorren la torre en sus cuatro frentes. Cada frente cuenta con un gran vano de medio punto donde se alojan las campanas. Sobre el cuerpo de campanas una doble cornisa da paso a un chapitel a cuatro aguas, decorado con copetes piramidales en sus extremos, destacando en el centro un pequeño cuerpo cuadrifonte, llamado también linterna, de un vano en cada frente, rematándose el conjunto por un pequeño chapitel piramidal de caras cóncavas y coronado por una cruz y veleta de forja.
A lo largo de su historia ha sufrido alteraciones y saqueos. La última rehabilitación fue llevada a cabo en 1921 cuando le fueron suprimidas las techumbres de madera por otras de yeso, a modo de bóveda de cañón con lunetos.
El 20 de Enero es el día de San Sebastián, patrón de la localidad. Desde el año 2000, se ha recobrado la tradición de sacar su imagen en procesión por las calles de Espiel (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
El derribo de su campanario a principios de siglo por ruina, resta presencia exterior a la parroquia de San Sebastián, templo gótico-mudéjar de finales del siglo XV.
Consta de tres naves separadas por grandes arcos ojivales y cubiertas por techumbres de madera, mientras que la capilla mayor lleva bóveda gótica.
En los pies se alza una sólida torre de granito, truncada al haber perdido su campanario primitivo.
La portada más interesante es la del lado del evangelio, con arco apuntado y abocinado (Diputación Provincial de Córdoba).
Ermita de la Virgen de la Estrella.-
A corta distancia de la población se encuentra la ermita de Nuestra Señora de la Estrella, situada en un entorno rural, en lo que se denomina Camino de la Estación. Exteriormente presenta el aspecto típico de una ermita situada en el disperso local, objeto de romería popular.
A corta distancia de la población se encuentra la ermita de Nuestra Señora de la Estrella, situada en un entorno rural, en lo que se denomina Camino de la Estación. Exteriormente presenta el aspecto típico de una ermita situada en el disperso local, objeto de romería popular.
La estructura es similar al de otras ermitas andaluzas. Su construcción no presenta una arquitectura de gran envergadura sino que se muestra relacionada con la arquitectura religioso popular de entornos medios. Sus volúmenes se acentúan en el entorno rural que le rodea, destacando los tejados de la nave, a dos aguas, la espadaña, el pórtico y la cabecera o camarín de la virgen, todo ello resaltado con el blanco de la cal.
Su planta es de una sola nave rectangular a la que se une un presbiterio cuadrangular de cabecera plana. La nave se encuentra dividida en cinco tramos que se articulan mediante arcos ojivales de ladrillo, que arrancan de los muros a media altura, aunque exteriormente son sostenidos por pilares. Toda la estancia se encuentra rodeada por un banco corrido de ladrillos.
La cabecera, donde se encuentra el camarín, es de planta cuadrada, y corresponde a un añadido posterior, posiblemente fue realizada durante los siglos XVII al XVIII. La nave se encuentra cubierta por vigas de madera a dos aguas, mientras que la cabecera se cubre mediante bóveda semiesférica sobre pechinas.
Al edificio se accede mediante un pórtico de entrada, tras el cual se encuentra un arco ojival de ancha arquivolta trasdosada por moldura y otras molduras en la línea de la imposta crean el alfiz. Este conjunto aporta solemnidad al edificio configurando la portada que da acceso al templo, sobre la que se levanta la espadaña. De líneas sencillas, presenta un solo cuerpo con un vano de medio punto donde se aloja la campana, rematándose el conjunto por un frontón triangular con veleta de forja.
En el exterior se adosan diversas dependencias utilizadas en época de romerías. El pórtico de entrada y las construcciones aledañas a los costados de la nave de la ermita, para albergue de la cofradía y para los romeros, originan tejados de enormes faldones de los que emerge la blanca espadaña, a los pies, y la caja de la capilla mayor en la cabecera, constituyendo el conjunto una de las estancias más típicas de la geografía serrana.
Las primeras noticias que se tienen acerca de esta ermita se remontan al siglo XVI, concretamente en 1564, fecha en la que aparece la figura del ermitaño fray Bartolomé de Trujillo. Posteriormente, entre 1589 y 1591 se hicieron reformas en las dependencias pertenecientes al santero.
La cabecera, donde se encuentra situado el camarín de la virgen, es una construcción que puede fecharse en torno a los siglos XVII y XVIII.
El último fin de semana de abril se celebra la romería de la Virgen de la Estrella, patrona de Espiel, dirigiéndose la localidad entera en romería hasta la ermita, que se encuentra situada a tres kilómetros de la población, desde donde trasladan la imagen a la localidad. En el transcurso de la romería los vecinos bailan una danza de origen remoto denominada patatún (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Castillo del Vacar.- Esta fortificación se asienta sobre un espolón de la Sierra Morena de unos 600 metros de altitud sobre el nivel del mar, que lo hace visible desde el sur 5-6 kilómetros antes de llegar a él o 1-2 kilómetros desde el norte. Desde su emplazamiento se domina el valle del Guadiato y el actual pantano de Puente Nuevo así como la central térmica de este mismo río.
Tiene forma de un polígono cuadrilátero cuyas dimensiones interiores son de 65 metros de longitud en el muro Este, 59,60 en el Oeste, 50,10 en el Norte y 49,50 en el Sur. Todo esto da una superficie útil interior de unos 3.132,50 metros cuadrados.
Los muros de cerramiento están constituidos por tapial de rico mortero de cal, amasado con arena, grava y algunos cascotes de cerámica, con un espesor de 1,70 metros, elevados sobre cimientos que sobresalen por la parte exterior en 60 centímetros. La altura de los muros fue conseguida por la superposición sucesiva de tongadas mediante el relleno y apisonado de la argamasa en unos cajones o encofrados, alcanzando en la actualidad su mayor elevación, en el exterior, siete de estas tongadas de unos 80 centímetros, por lo que en total tiene una altura de algo más de 5,50 metros. Por el interior, al estar el piso más elevado unos 2 metros, sólo se aprecia en la mayor parte cuatro tongadas y algo de otra, siendo su altura máxima de unos 3,50 metros. Estos muros están fortalecidos en sus esquinas y partes intermedias del exterior por cubos macizos del mismo material, que en la mayoría de los casos alcanzan los 3,80 metros de lado, sobresaliendo del paramento algo más de 2,50 metros los de los ángulos, excepto el del Sureste, que para evitar el desplome y consiguiente derrumbamiento debido a encontrarse en una ladera -los demás se hallan en terreno nivelado-, fue construido retranqueando escalonadamente cada una de las tongadas al objeto de obtener una mayor base de sustentación y contrarrestar el empuje ejercido por los muros de dicho ángulo. Los cubos intermedios avanzan del paramento exterior unos 3,50 metros, salvo el del noroeste, que sólo lo hace en 2,70 metros.
Los muros este y oeste - en su parte norte - tienen practicadas sendas saeteras a unos 30 centímetros del suelo por el interior. Miden 60 centímetros de anchura por 80 de altura. Por estas aspilleras conseguirían batir desde el interior los flancos de la parte septentrional que es para donde tienen orientados los derrames; en el muro norte hay cuatro de ellas, dos en cada uno de los lienzos intermedios de los cubos; una, la más a poniente, tiene el derrame promediado, esto es, en su eje de simetría, en cambio las restantes lo tienen hacia uno de sus lados, todas ellas con una anchura de 1,60 metros aproximadamente al exterior.
Al sur del muro occidental se encuentra la puerta de ingreso, con una anchura mínima de 1,80 metros, careciendo del dintel o arco de que estaría dotada.
Una vez salvada la puerta, en el muro sur, se aprecia el refuerzo de dicho muro con otro de 7 metros de longitud por 1,20 de anchura -debió de ser más largo, pero se encuentra cortado-, refuerzo que R. Gracia Boix cree que debió de pertenecer a la escalera o rampa de subida al adarve; esta disposición de las escaleras o rampa inmediatamente después de la puerta de entrada debe, según Gracia, tener su explicación en que, al ser dada la señal de alarma ante la proximidad de algún enemigo, el ascenso a la coronación del muro por los defensores del exterior es rapidísimo, y con un bien organizado sistema de despliegue irían tomando sin obstáculo sus puestos en los muros este y sur -los más vulnerables debido a sus suaves pendientes que no dificultan la fácil llegada hasta ellos; ello igualmente debió de originar la carencia de aspilleras en estas partes Sureste, Sur y Suroeste del castillo- que supondrían unas brechas por donde penetrar en el interior - después, ocuparían sus lugares en los muros norte y oeste, con lo que quedaría totalmente guarnecido y perfectamente defendida toda la fortaleza desde las alturas con la mínima pérdida de tiempo.
Los paramentos exteriores estaban enlucidos con mortero de cal, pintados de ocre y delimitados por franjas blancas de cerca de 2 metros, que simulaban el despiece de sillares de 2,15 a 2,50 por 0,70 metros, hecho que es característico de las obras califales y que ya advirtió en su tiempo Rafael Castejón para las murallas de Córdoba e incluso de Madinat al Zahra.
Los diversos nombres con que se conoce a esta fortificación, según los autores que la describen, son topónimos próximos a Vacar, como Dar-al-Bacar, Daralbaçar, Aqabat-al-bacar, Acabalbacar, Dorallar, o algo más distantes, como Aljazar e incluso con significado desconocido actualmente, como es el de castillo de Mano de Hierro. Por su parte, Pascual Madoz, aparte de copiar los datos de la Corografía de Casas-Deza, indica que Acbat-Albacar ó Acabatalbazar, como le llaman algunos de nuestros historiadores, estaba situado a corta distancia de Córdoba, en el camino de Toledo.
Después se llamó Albacar. Hoy es el castillo de Bacar sobre el rio Guadiato, como a unas 4 leguas al Oeste de Córdoba... (p. 9).
Según apuntaba Claudio Sánchez Albornoz, por sus características éste es un recinto fortificado que se debió de edificar en el período califal, posiblemente bajo el reinado de al-H"akam II o algo antes según Gracia Boix. Si esto es así, no es posible, como indican M. Valverde y F. Toledo, que intentara ser conquistado en el 889 por Umar Ibn Hafsun, como apuntaron algunos autores (J. Valverde Madrid, citado por J. Bernier, 1978, p. 72). Aunque R. Ramírez de Arellano lo consideró como una fortificación posterior al califato de Córdoba, por Ibn Idr (recogido por A. Arjona) sabemos que en sus inmediaciones, durante la segunda ocupación del trono de Him II (1009-1013), el 22 de mayo de 1010, Muhammad al Mahd, biznieto de Abd al-Rahmn III, con un refuerzo de tropas cristianas y catalanas "tropas del conde de Barcelona Ramón Borrel III y su hermano Armengol, conde de Urgel- (30.000 musulmanes y 9.000 cristianos en total), aplastó la insurrección beréber de Sulayman al-Musta"in. Aunque al principio los bereberes de Sulayman llevaron ventaja, pronto éstos se desorganizaron ante el fuerte ataque de los francos y emprendieron la retirada al huir su jefe, refugiándose con sus familias en Madi"nat al-Zahra, y luego se dirigieron hacia el sur. La plebe cordobesa aprovechó la ocasión para atacar Medina Azahara, matar a los pocos bereberes que quedaban y saquear sus casas. Al día siguiente de la marcha de Zawi b. Zir con sus bereberes, Muhammad II al- Mahd entraba en Córdoba y daba comienzo a su reinado.
A mediados del siglo XIX L. M. Ramírez de las Casas-Deza dice sobre "el castillo del Bácar, que también llaman de Aljazar y de Mano de Hierro que "juzgan algunos que este castillo es al que se refugió Isen II Rey de Córdoba huyendo de los que le perseguian después de haberle privado del reino, los cuales habiendole cogido, le pusieron en prisiones. Mas otros creen que el castillo á que se refugió Isen no fué este, sino el de Córdoba la vieja; empero si atendemos á la espresion del arzobispo D. Rodrigo, el cual dice que se retiró "ad qoddam castrum quod in montanis Cordubae erat situm" parece mas conforme creer que fué el castillo de Bácar, que está situado en lugar montuoso de la sierra, lo que no conviene al de Córdoba la vieja".
Por último, más recientemente el profesor Manuel Acién ha indicado al respecto de las fortificaciones del califato que "los datos seguros vienen dados por la epigrafía, reduciéndose a los casos de Tarifa y Baños de la Encina, más lo que la tipología ha podido encuadrar entre el conventual de Mérida y el aludido de la población giennense, con lo cual el inventario se amplía con el Vacar, Marbella y poco más"(1992, p. 266). A estos castillos califales quizás habría que añadir otros árabes de tipología similar, como el de la población islámica de Gafiq (Belalcázar), Névalo y Bujalance, todos en la provincia de Córdoba (VVAA, 1992, p. 593).
En época almorávide (octubre de 1134), el emir Tn entró en combate en este lugar contra una razzia cristiana, que sorprendió la noche anterior a la concertada para el combate, ocasionando a los musulmanes una gran matanza y ahuyentando una gran parte de dichas tropas (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
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