Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Córdoba, déjame ExplicArte los principales monumentos (Iglesia de Santiago, Iglesia conventual de San José y Santa Teresa, Iglesia de Ntra. Sra. del Carmen, Iglesia de San Juan de Dios, Iglesia de los Filipenses, Ermita de Dios Padre, Colegio de la Purísima Concepción, Santuario de Nuestra Señora de Araceli, e Iglesia de San José (Jauja)) de la localidad de Lucena (III), en la provincia de Córdoba.
Ubicada extramuros y fundada en 1503, se constituyó parroquia en 1891. La iglesia sufrió transformaciones en el siglo XVII y especialmente tras el terremoto de 1755, en que recibió la fisonomía barroca que mantuvo hasta la transformación de 1980, obra de Rafael Manzano Martos. El interior presenta características del gótico mudéjar, con tres naves cubiertas con armadura de par y nudillo. La cabecera sufrió menos en la restauración, manteniéndose las tres capillas, fruto de las reformas del XVIII y del XIX. El retablo de fines del XVIII lo preside una imagen moderna de Santiago Peregrino; las restantes son de la fecha del retablo. A los lados del presbiterio cuelgan varios lienzos de valor devocional.
La cabecera izquierda es la capilla de Nuestra Señora de la Soledad, con reja de Juan de Gálvez del año 1744. La Virgen fue realizada por Luis Álvarez Duarte en 1987 y el Yacente es obra de Pedro de Paz de 1651, documentado tras la restauración de 1999. En la nave se ven imágenes de Jesús Caído, de taller local de hacia 1719, y María Santísima de la Salud. A los pies se encuentra la imagen de Santiago Matamoros, de hacia 1780, retirada del altar mayor.
La cabecera de la nave derecha guarda el Señor atado a la Columna, obra culminante de la imaginería pasionista lucentina, tallada en 1675 por el sevillano Pedro Roldán, con policromía de Bernabé Jiménez de Illescas. Nuestra Señora de la Esperanza es de Miguel Ángel González Jurado de 1992. A los pies de la nave está el Cristo de la Confianza, de hacia 1600, reformado. (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Se fundó sobre una antigua sinagoga. Presenta estructura basilical. Es de planta rectangular dividida en tres naves separadas por arquerías sobre pilares ochavados de piedra que pasan a cuadrados mediante un capitel cimacio. Los arcos son de medio punto, posiblemente eran apuntados. La nave central se cubre con un artesonado de madera con tirantes de lazo y laterales a la molinera, mientras que el presbiterio se cubre con bóvedas vaídas.
Al exterior acusan su hastial, labrándose una bella portada gótico-tardía, de época de los Reyes Católicos. En el costado se le labra a finales del XVII una gran espadaña sobre base angular.
Entre los elementos interiores destacan las bóvedas dieciochescas, producto de la reforma barroca en el presbiterio y ábsides.
Presenta importantes lienzos y tallas de imaginería en su interior.
La ciudad de Lucena fue uno de los centros sefardíes más importantes de España, hasta la expulsión de los judíos por los Reyes Católicos. De sus muchas sinagogas sólo subsiste en la actualidad una de ellas, que por su organización en planta es semejante a la de Santa María la Blanca de Toledo, y por su situación, la más meridional de España. Está adaptada hoy al culto cristiano como Parroquia del Señor Santiago y su fundación, según nos cuenta Ramírez de Luque, fue del primer marqués de Comares Comendador de la Orden de Santiago Garcí Méndez de Sotomayor, que derribó la antigua mezquita-sinagoga, empezando la construcción entre 1494 y 1498. La conclusión de las obras se mantiene en el misterio, al igual que las de inicio, en torno a 1533 o 1544. La capilla del Sagrario es obra de 1722 (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
A través de la calle Flores de Negrón se accede a uno de los barrios más antiguos de la ciudad “el barrio de Santiago”, tradicional emplazamiento de la judería lucentina o posible arrabal de la época del esplendor de la Lucena judía. Pasada la parroquia de Santiago, nos adentramos en el Llano de la Tinajerías, lugar donde estaban concentradas la mayoría de las alfarerías y tinajerías de Lucena. Allí podemos visitar algunas alfarerías artesanas, cuya tradición se pierde en el tiempo.
La parroquia de Santiago de estilo gótico-mudéjar, se inició en 1503, por disposición testamentaria de García Méndez de Sotomayor, el Comendador de la Orden de Santiago. Tradicionalmente se ha considerado como antigua sinagoga judía, pero posiblemente en su construcción se reutilizaron los materiales del entonces recién demolido viejo templo de San Mateo, dónde realmente pudo estar la antigua sinagoga y mezquita.
La iglesia es de planta rectangular, presenta tres naves divididas por pilares octogonales que soportan arcos apuntados de ladrillo con alfiz. Las tres naves se cubren con artesonado reconstruido siguiendo el modelo del original.
Hoy, decorada en armonía con el estilo mudéjar del resto del templo, se venera en ella el Cristo de la Columna, obra del insigne escultor sevillano Pedro Roldán, realizada en el siglo XVII, y Nuestra Señora de la Esperanza (Diputación Provincial de Córdoba).
Iglesia conventual de San José y Santa Teresa.-
Las carmelitas descalzas, llegadas a Lucena en 1612, residen hoy en un convento proyectado por José Ramón Garnelo López de Vinuesa y terminado en 1972 por Carlos Palanca Guash. El retablo mayor lo hizo Antonio Primo en 1738. En la hornacina principal se venera la hermosa talla de San José con el Niño, obra granadina del estilo de José Risueño, que tiene alrededor pequeñas tallas de San Mateo y San Juan Evangelista, la Virgen del Carmen, santos del Carmelo, San Joaquín y Santa Ana. El frontal del altar es un moderno guadamecí realizado por Bernier. Una hornacina de mediados del XVII tiene en el remate un pequeño Calvario y guarda un busto del Ecce Homo, obra popular del siglo XVII. Por los muros del templo cuelgan las estaciones del Vía Crucis en relieve, realizadas en escayola pintada por Luis Aguilera Bernier en 1972 (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Las carmelitas descalzas, llegadas a Lucena en 1612, residen hoy en un convento proyectado por José Ramón Garnelo López de Vinuesa y terminado en 1972 por Carlos Palanca Guash. El retablo mayor lo hizo Antonio Primo en 1738. En la hornacina principal se venera la hermosa talla de San José con el Niño, obra granadina del estilo de José Risueño, que tiene alrededor pequeñas tallas de San Mateo y San Juan Evangelista, la Virgen del Carmen, santos del Carmelo, San Joaquín y Santa Ana. El frontal del altar es un moderno guadamecí realizado por Bernier. Una hornacina de mediados del XVII tiene en el remate un pequeño Calvario y guarda un busto del Ecce Homo, obra popular del siglo XVII. Por los muros del templo cuelgan las estaciones del Vía Crucis en relieve, realizadas en escayola pintada por Luis Aguilera Bernier en 1972 (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Iglesia parroquial de Nuestra Señora del Carmen.- El antiguo convento de San José de Carmelitas Descalzos fue fundado en 1600 y la iglesia se inauguró en 1605, pero tuvo reformas hasta 1635. El convento sufrió exclaustración en 1835 y la iglesia pasó a ser parroquia en 1891. Fue profundamente restaurada en 1984.
El interior presenta un espacio en cruz latina de brazos inscritos, con nave única privada del coro. El crucero se cubre con media naranja sobre pechinas. Las capillas laterales forman hoy dos naves corridas cubiertas por bóvedas de arista. El retablo mayor responde a esquemas carmelitanos de hacia el año 1635. Los registros para lienzos tienen pasajes de la vida de Santa Teresa. Otros de la vida de San José están en el banco y San Juan de la Cruz y Santas Mártires, en los pedestales. En el ático hay una talla de San José con el Niño, de la fecha del retablo. La calle central, muy transformada, tiene imagen de la Inmaculada en el manifestador y la Virgen del Carmen en el camarín, labrada en 1795 por el académico de Granada Felipe González. En los muros laterales del presbiterio se ven cuatro lienzos con el Llanto por Cristo Muerto, la Sagrada Familia, la Inmaculada y la Virgen con el Niño.
En los frentes de los brazos del crucero se disponen dos retablos semejantes, de hacia 1635; el de la izquierda, con la Transverberación de Santa Teresa, talla del XVIII, y en el ático pintura de la Anunciación, de Leonardo de Castro; el de la derecha, con San José, talla de escuela granadina, y un lienzo del Salvador, de hacia 1630. En el testero de este brazo hay un calvario, con el Crucificado del XVII y la Virgen de las Penas y San Juan, de vestir, de hacia 1700. En el crucero, nave y antiguo coro hay varios lienzos de distinta mano, del siglo XVII y muy deteriorados, con escenas de la Infancia y la Vida de Cristo y San Martín partiendo la capa.
En las capillas de la nave izquierda, se encuentra el retablo de la Virgen Madre, bella imagen granadina del XVIII, inspirada en la estética de José Risueño. Le sigue el retablo de Nuestro Padre Jesús Nazareno, también del XVIII. Al fondo de la nave se ve un templete con la Virgen de Araceli y un altar con el Señor de la entrada en Jerusalén, obra de Diego Márquez Vega de 1769 reformada por Muñoz de Toro en 1827, y la Virgen de los Dolores, interesante imagen del XVII, cercana a Pedro de Mena.
En la nave derecha destaca el retablo de Nuestra Señora de la O, que fue titular de su ermita, imagen de vestir del siglo XVI con Niño añadido en el XVIII; a los lados tiene las tallas barrocas de San Joaquín y Santa Ana, procedentes del desaparecido convento de dominicas de Santa Ana. Sigue un retablo atribuido a Francisco José Guerrero, de hacia 1750, con Santa Bárbara, San Blas y San Antonio. El siguiente muestra una hermosa talla granadina de San Elías, de fines del XVII. Finalmente, en un hueco acristalado, está la bella imagen del Señor de la Humildad, sentado y apoyado en la columna de los azotes, del taller de Pedro de Mena, de hacia 1680.
En el pasadizo que lleva a la sacristía, se encuentra el Nazareno de los Pino, imagen del XIX debida a Pedro Muñoz de Toro. En la sacristía hay un gran lienzo de Leonardo Antonio de Castro, con la Transverberación de Santa Teresa, de hacia 1725, una de las más logradas de su autor. En el salón parroquial merecen destacarse una talla pequeña de la Virgen del Carmen muy retocada, de hacia 1635, del círculo de Alonso de Mena, y varios lienzos del XVIII, destacando la Magdalena y otros de Leonardo de Castro, entre ellos, una Gloria con San José y la Virgen adorando al Niño (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Edificio construido en 1630 para los Carmelitas. Convertido en parroquia en 1891. Ha sufrido transformaciones constructivas y de estilo.
Iglesia de planta en cruz latina y tres naves. Crucero con cúpula simulada de cañizo, el crucero de bóveda de cañón y naves laterales con bóvedas de crucería resueltas de igual forma.
Interesante la situación de la edificación (propia de la época).
Valor significativo de las obras de arte conservadas.
Cubierta reformada consistente en estructura metálica, sobre zuncahado perimetral que afianza los muros de la Iglesia.
Portada que refleja la estructura de tres naves al exterior. Tímpano triangular con óculo enmarcando la entrada principal que se realiza bajo arco de medio punto con apilastrado en piedra. Motivo homaridado flanqueado por pequeños huecos de ventanas. Lateralmente aparecen a ambos lados un enmarcado de piedra de hueco rectangular adintelado y picantes en las esquinas. Espadaña situada en el lado derecho de la nave central.
Este antiguo Convento de San José de Carmelitas Descalzos fue fundado en 1600. La iglesia se inauguró en 1630. En 1891 el templo se erigió en parroquia de Nuestra Señora del Carmen (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
La parroquia de Nuestra Señora del Carmen construida en 1630, localizada en un altozano sobre el tradicional barrio de la Barrera, es un claro ejemplo de la evolución arquitectónica del manierismo al barroco y de la notable influencia de lo herreriano en la arquitectura de la primera mitad del siglo XVII.
Su planta es de cruz latina con capillas laterales comunicadas entre sí y sobre su crucero se alza una cúpula semiesférica decorada al fresco con motivos fitomórficos y gran florón central, todo ello sobre pechinas decoradas con los blasones heráldicos de las casas de Comares y de Segorbe y Cardona.
En su interior destaca el retablo mayor que puede considerarse contemporáneo a la portada de la iglesia, cuyos elementos decorativos de corte escurialense se repiten en su estructura. En su arquitectura incluye una importante colección de pinturas y algunas de notoria influencia de Zurbarán, con posible atribución a Bartolomé de Ayala (Diputación Provincial de Córdoba).
Iglesia de San Juan de Dios.-
La iglesia con su hospital anejo fue fundada en 1565 por fray Jerónimo Frutos de San Pedro. El actual edificio se llevó a cabo entre 1747 y 1754, con proyecto de José de Bada y Navajas y dirección del hermano Francisco Álvarez. Se cubre el templo con tres tramos de cañón con lunetos y otro cuadrado con media naranja sobre pechinas rematada en linterna, todo profusamente ornamentado. Tiene zócalo de mármol gris con embutidos en blanco de labor geométrica. Tras una lenta restauración, se abrió de nuevo al culto en mayo de 2003.
La iglesia con su hospital anejo fue fundada en 1565 por fray Jerónimo Frutos de San Pedro. El actual edificio se llevó a cabo entre 1747 y 1754, con proyecto de José de Bada y Navajas y dirección del hermano Francisco Álvarez. Se cubre el templo con tres tramos de cañón con lunetos y otro cuadrado con media naranja sobre pechinas rematada en linterna, todo profusamente ornamentado. Tiene zócalo de mármol gris con embutidos en blanco de labor geométrica. Tras una lenta restauración, se abrió de nuevo al culto en mayo de 2003.
Todos los retablos fueron realizados por Francisco José Guerrero en 1755. Destaca el mayor, que tiene en el primer nivel imágenes de San Juan Bautista y San Miguel. En el segundo preside la Inmaculada, flanqueada por San Joaquín y Santa Ana. En el ático se ve un calvario, con Cristo de talla y la Virgen y San Juan pintados sobre lienzo. Sobre los estípites rematan cuatro ángeles pasionarios.
A los lados del presbiterio se ven dos cuadros con la Anunciación y la Visitación; en las pilastras hay dos bellos ángeles lampareros. Las pilastras se adornan con una serie de cuadros de santos pertenecientes a distintas órdenes religiosas.
A la izquierda del crucero está el retablo dedicado a San Juan de Dios, imagen de vestir de escuela granadina, como todas, y dos pequeñas tallas a los lados de Santa Elena y San Juan Nepomuceno. En al ático, pintura de la Virgen con el Niño. En el sagrario hay una urna acristalada con un portaviático, un relicario y un cáliz, todos de plata.
El retablo de la derecha es semejante, con muy bella escultura de San Rafael limosnero con hábito de la orden, acompañado de ángeles que le llevan el bordón, el pez y una filacteria. A los lados tiene imágenes pequeñas de Santo Tomás de Villanueva y San Antonio de Padua. En el ático, lienzo de San Agustín. Repartidas en los testeros del crucero hay dos series de lienzos, una con Apostolado y la otra con la Epifanía, Cristo con San Pedro, la Inmaculada y San Juan Bautista predicando, atribuidos a José Francisco de Vargas.
En el muro izquierdo están los retablos de San Carlos Borromeo, que se acompaña de Santa Lucía y Santa Teresa, con tondo de San Pedro en el ático, y de San José, con San Francisco de Paula a la derecha y tondo de San Bartolomé en el ático. Sobre ellos hay dos grandes lienzos de buena factura con la Imposición de la Casulla a San Ildefonso y San Carlos y los apestados de Milán. En el muro derecho se ve el retablo de Ecce Homo, imagen del círculo de José de Mora, que tiene encima un cuadro de la Virgen de Belén y un tondo con San Pablo en el ático. A la derecha, una talla mutilada de San Rafael. En el muro hay un cuadro con escena de la Vida de San Juan de Dios. Sobre la puerta del claustro se ve la Anunciación, compuesta por dos cuadros.
En el arco del coro están El Salvador y la Virgen leyendo, lienzos parejos del Apostolado. En el coro se ve la Apoteosis de San Juan de Dios, entre los papas Pío V y Urbano VIII. En el sotocoro hay dos medios puntos con lienzos de la Misa de San Gregorio y de la Virgen de Ánimas con San Juan de Dios y San Rafael (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
El conjunto arquitectónico del Hospital de San Juan de Dios de Lucena, se organiza alrededor de un patio cuadrangular irregular con galerías perimetrales. Un patio posterior debió ser la antigua huerta. El templo, con su sacristía adyacente a la cabecera, ocupa el lado norte del claustro, dando fachada a la Plaza de la Calzada.
Adosada a la fachada de los pies de la iglesia y tras un pequeño atrio cerrado con pilares y rejas, se ofrece la portada principal de ésta que se proyecta del plano de fachada con una planta trapezoidal. Ejecutada por el cantero lucentino Lorenzo Vicente del Pino Ascanio, tiene dos cuerpos. El bajo se estructura con un arco abocinado central flanqueado por dobles columnas corintias de fustes estriados sobre pedestales cajeados con decoración de placas, que se disponen en chaflán. El intercolumnio, en retranqueo, consta de un pedestal similar en decoración al de las columnas y una faja superior con jarrones de azucenas en embutidos de mármoles, placas recortadas y mascarones en relieve. Separando el cuerpo bajo del superior hay un entablamento con arquitrabe y cornisa curvada de jaspe negro entre los que se intercala un friso de mármol blanco decorado con rosetas de jaspes multicolores embutidos. Ocupa su centro un medallón de mármol blanco enmarcado por hojarasca que ostenta un bajorrelieve con la iconografía de San Juan Bautista, titular de la iglesia.
El cuerpo superior de la portada reduce su anchura y se compone con una hornacina, entre pilastras y columnas, cubierta con venera. Dicha hornacina está destinada a albergar una escultura de mármol de San Juan de Dios. Este cuerpo se corona con un frontón partido destinado a la ostentación del emblema de la Orden hospitalaria.
En la misma fachada de la iglesia se encuentra su torre, construida en ladrillo y rematada con chapitel piramidal con cobertura de teja vidriada.
A continuación, se desarrolla la sobria fachada del convento-hospital, cuya puerta de acceso, con hueco adintelado entre pilastras dóricas y coronamiento de frontón recto partido, también está realizada en mármoles de colores.
La iglesia es de una sola nave dividida en tres tramos, crucero y coro alto a los pies. Recorre la parte inferior de los muros un zócalo de jaspe negro con embutidos de mármol blanco formando dibujos geométricos, a partir del cual se alzan pilastras corintias sobre las que se dispone un entablamento con una cornisa volada sobre canes. La nave se cubre con bóveda de cañón con lunetos y el crucero con cúpula sobre pechinas. En éstas se concentran yeserías vegetales de notable relieve que enmarcan óvalos conteniendo pinturas con escudos de la Orden Hospitalaria y de Fray Alonso de Jesús y Ortega. Golpes de yeserías se disponen en el anillo de la cúpula y, en la media naranja, las yeserías forman guirnaldas y marcos para cuatro óvalos pintados. El anillo de la linterna se riza dando paso a una concentrada ornamentación a base de cabezas de ángeles y pequeños óvalos.
En el resto del templo las yeserías están dispersas en los marcos de las ventanas y en el entablamento. En las dos tribunas para enfermos que flanquean el retablo mayor en el presbiterio se conservan pinturas murales de ángeles y flores de estilo rococó y dos óleos sobre lienzo con las escenas de la Anunciación y la Visitación, todas ellas atribuidas a Tomás Ferrer. En las pilastras que marcan la separación del presbiterio cuelga una pareja de ángeles lampadarios.
El templo cuenta con dos puertas. La principal, situada a los pies, dispone de un gran cancel de madera de nogal y pino, con estructura de casetones y decorado con molduras y tallas con símbolos de la Orden. La puerta secundaria se abre desde el segundo tramo de la nave al claustro y sobre ésta se levanta una tribuna con gran peana gallonada para el órgano, del que se conserva la caja rococó.
A los pies, a ambos lados del cancel, se encuentran dos confesionarios de madera de nogal y dos piletas de mármol rojo para agua bendita.
En el coro se dispone la sillería, en madera de nogal, con trece estalos y sobria decoración reducida a una crestería calada. Por encima de la cornisa, y terminadas en medio punto, hay tres pinturas. La central, de mayor tamaño, recoge el episodio del «Tránsito de San Juan de Dios», y las laterales las efigies de San Pío V y Urbano VIII, pontífices que aprobaron y confirmaron la Orden.
En el interior de la iglesia se conservan los retablos encargados por Fray Alonso de Jesús y Ortega a Francisco José Guerrero, que realizó su trabajo, sobre trazas de Bada, entre 1751 y 1754. Los cinco retablos, de madera tallada, dorada y policromada y en los que se emplea el estípite como soporte, responden a tres diseños: el del altar mayor, el de los dos existentes en el crucero y el de los tres que se disponen en la nave. Las esculturas que en ellos figuran se han atribuido a Torcuato Ruiz del Peral.
En el primer tramo de la iglesia, bajo el coro, se disponen el altar de las Animas del Purgatorio y el de la Misa de San Gregorio, conformados por una mesa de mármol rojo de Cabra y un óleo de importantes dimensiones (4,25 x 3,50 m.) terminado en medio punto con una moldura de madera talla- da decorada con motivos florales y parcialmente dorada.
Las pinturas se deben, respectivamente, a Sánchez Saravia y Tomás Ferrer.
A la sacristía, ubicada tras el presbiterio, se accede desde el templo a través de las dos pequeñas puertas existentes en la parte baja del retablo mayor y desde la galería baja del claustro por una puerta lateral. La componen dos estancias de reducidas dimensiones cubiertas por bóvedas de crucería, con paramentos enlucidos y zócalos de cerámica de Manises.
Adaptándose a las bóvedas del recinto mayor se disponen tres pinturas de gran formato rematadas en medio punto, que recogen episodios milagrosos: «San Juan de Dios dando por fiador a Jesús al mercader genovés Espínola», «San Juan de Dios recibiendo a Jesús de manos de la Virgen», ambos atribuidos a Tomás Ferrer, y «El beato Juan Grande resucitando a un muerto», con atribución a Sánchez Saravia. En la misma disposición de las citadas, pero adaptadas a las bóvedas de la estancia pequeña, están las pinturas de «San Juan de Dios en Fuenterrabía», «Los ángeles ayudan a San Juan de Dios a buscar leña» (ambos de Sánchez Saravia), «San Juan de Dios ante Felipe II» (de Tomás Ferrer), y «Jesús calma una tempestad» (Anónimo).
El recinto hospitalario se ordena en torno a un patio trapezoidal con dos plantas, siendo la inferior una galería abierta y presentando la alta cerrada con balcones adintelados, a eje con los arcos de la planta baja. En su centro hay una fuente de mármol con mar octogonal y taza alta con una granada, símbolo de la Orden.
Las arcadas del claustro apoyan sobre pilares cuadrados a los que se adosan pilastras de piedra de orden toscano que se molduran por cajeados en sus caras. La cubrición es de bóvedas de arista. El pavimento de mármoles de color rojo y blanco y posee un zócalo de azulejería de Manises en el que, enmarcados por pilastras y cornisas de jaspe negro, se sitúan los paños con escudos de la Orden entre motivos ornamenta- les. Inscripciones recogen los nombres de los donantes y las fechas de su instalación.
Se accede a la galería alta por una escalera de mármoles rojos. Su planta es cuadrada y se articula en un primer tiro que desemboca en un rellano donde se bifurca en dos.
En el desembarco en la galería alta, hay una triple arquería que apoya en parejas de columnas. Se cubre con cúpula octogonal en cuyos paños figuran pinturas enmarcadas en molduras
La iglesia de San Juan Bautista con su hospital anejo fue fundada en 1565, pero transcurrido el tiempo, el edificio llegó a la ruina, de modo que hubo de construirse uno nuevo, lo que se llevó a cabo entre 1747 y 1754 (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
En 1565, la Orden Hospitalaria llegó a Lucena para fundar un convento-hospital pero en la primera mitad del siglo XVIII el deterioro y ruina del conjunto era notable. Así en 1747 se proyectó un nuevo hospital e iglesia, cuando el general de Orden, el lucentino fray Alonso de Jesús Ortega, pidió su ejecución a los artistas que habían realizado la basílica y el hospital de San Juan de Dios de Granada.
Las trazas del hospital y de la iglesia fueron realizadas por José de Bada y Navajas, natural de Lucena, y las obras fueron dirigidas por fray Francisco Álvarez.
El acceso queda enmarcado por una soberbia portada de mármoles polícromos de la comarca, elaborada por los hermanos Pino Ascanio, prestigiosos canteros locales de mediados del siglo XVIII.
La iglesia presenta una sola nave con bóveda de medio cañón con lunetos, que culmina con una cúpula semiesférica decorada con yeserías. Preside el altar mayor un bello retablo realizado por Francisco José Guerrero, autor también de otros cinco retablos menores.
El hospital, actualmente residencia de ancianos, se articula en torno a un gran patio central, cuyo claustro bajo, con arquerías sobre pilares, está bellamente decorado con azulejos de Manises contemporáneos de la obra, que fue inaugurada en 1754 (Diputación Provincial de Córdoba).
Iglesia de los Filipenses.-
La iglesia de los Filipenses fue construida en 1885 para el colegio de las Escolapias y en 1900 se hizo cargo de ella la comunidad filipense. La única pieza de interés es el retablo, procedente del desaparecido convento de Santa Ana y atribuido al círculo de Leonardo Antonio de Castro, de hacia 1700 (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
La iglesia de los Filipenses fue construida en 1885 para el colegio de las Escolapias y en 1900 se hizo cargo de ella la comunidad filipense. La única pieza de interés es el retablo, procedente del desaparecido convento de Santa Ana y atribuido al círculo de Leonardo Antonio de Castro, de hacia 1700 (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
En el año 1885 se finalizaron las obras de esta iglesia de clara influencia neoclásica. Su fachada es de gran sobriedad con un gran paramento de ladrillo, con portada de piedra y óculo superior, todo el conjunto coronado por un frontón recto y partido, en cuyo centro se alza la espadaña, de un solo cuerpo y con dos huecos para campañas.
Interiormente es un templo de sentido longitudinal, cubierto con bóveda de medio cañón donde destaca su retablo mayor que procedía originariamente de la desaparecida iglesia conventual de Santa Ana. Este retablo se organiza en dos cuerpos donde se entremezclan elementos pictóricos y escultóricos. Todo el conjunto, datable en torno a 1700, muestra la influencia de Leonardo Antonio de Castro en las pinturas y de los modelos decorativos arquitectónicos de Francisco Hurtado Izquierdo (Diputación Provincial de Córdoba).
Ermita de Dios Padre.- La ermita de Dios Padre se hizo en 1718 por la cofradía de la Santísima Trinidad y desde 1989 la tiene la de la Santa Fe. Preside un retablo de 1730 con la Virgen de la Estrella, de hacia 1750, procedente de los mínimos. La imagen de Jesús Preso se trajo de Granada en 1702 y la de San Pedro del Lavatorio es del taller de Pedro de Mena y Medrano (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
La Ermita presenta planta rectangular de cajón, dividida en tres tramos situándose en el primero el coro, más una media naranja apoyada en pechinas y el presbiterio. La cubierta está formada por bóvedas de medio cañón con lunetos y arcos fajones que se prolongan en pilastras toscanas. La media naranja de la cúpula se decora con ricas yeserías barrocas muy carnosas sobre todo las que decoran las pechinas y los marcos de los lienzos situados en la cabecera, donde se sitúa una tribuna. El conjunto de yeserías se ve complementado con pintura mural, también de temas vegetales.
La fachada principal es muy sencilla, dividida en dos cuerpos y rematada en frontón triangular. El primer cuerpo de cantería presenta la portada flanqueada por pilastras que soportan una cornisa con frontón triangular partido que da paso al segundo cuerpo, en esta ocasión de ladrillo, situándose en éste una pequeña hornacina y un poco más arriba dos vanos rematados por frontones triangulares. El remate lo forman un gran frontón con óculo de iluminación sobre el que se levanta una sencilla espadaña para una sola campana.
El actual edificio corresponde a los primeros años del siglo XVIII, si bien las obras se prolongaron durante varios años más. Para ello fue necesario nombrar patronos que sufragaran los gastos. En un primer momento tomaron el patronato las casas de Ahumada y Mendoza, y posteriormente la familia Bruna, quien sería quien concluyera la obra (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Esta ermita fue construida en 1718 siguiendo las trazas de Leonardo Antonio de Castro bajo el patrocinio de la familia Bruna y Ahumada, cuyos blasones campean en las pechinas de su cúpula interior. La iglesia de nave única dividida en cinco tramos y con cúpula en el antepresbiterio, presenta también una severa fachada de sillares de piedra y ladrillo, culminada con frontón y espadaña.
El retablo mayor, muestra las influencias de Leonardo Antonio de Castro y fue realizado por Francisco José Guerrero en el año 1762. Destacan también su magnifico conjunto de pinturas murales a base de motivos fitomórficos y un lienzo votivo de la Anunciación, obra también de Leonardo Antonio de Castro.
En cuanto a la imaginería destacan el grupo escultórico del Sagrado Lavatorio, de Pedro de Mena, y la imagen de Nuestra Señora de la Estrella, obra de José Verdiguier (Diputación Provincial de Córdoba).
Colegio de la Purísima Concepción.-
El colegio de la Purísima Concepción, fundado en 1697, tiene una iglesia de 1715-20, obra de Leonardo Antonio de Castro y Jerónimo Ramírez de Quero. Los retablos son neoclásicos, de fines del XVIII, y lienzos de interés de Leonardo de Castro y, especialmente, San Ignacio presentando a la Virgen las Constituciones de la Compañía, obra local de buena factura, fechada en 1756 (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
El colegio de la Purísima Concepción, fundado en 1697, tiene una iglesia de 1715-20, obra de Leonardo Antonio de Castro y Jerónimo Ramírez de Quero. Los retablos son neoclásicos, de fines del XVIII, y lienzos de interés de Leonardo de Castro y, especialmente, San Ignacio presentando a la Virgen las Constituciones de la Compañía, obra local de buena factura, fechada en 1756 (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Este templo se realizó en el 1718 por Jerónimo Ramírez de Quero siguiendo las trazas del renombrado artista lucentino Leonardo Antonio de Castro.
El templo es de planta rectangular y marcado sentido longitudinal, con cinco tramos, cubiertos con bóveda de medio cañón, excepto el inmediato al presbiterio en que ostenta la cúpula sobre pechinas decoradas con hojarascas en torno a blasones heráldicos de los fundadores.
Exteriormente presenta una fachada de sillares, constituida por un paramento rectangular coronado por frontón triangular con óculo, repitiendo modelos inspirados en los esquemas herrerianos.
El retablo mayor, presidido por la imagen de la Inmaculada, fue realizado hacia 1800. Presenta claras influencias neoclásicas en su estructura y se organiza en los tres cuerpos tradicionales: banco, muy elevado, incluyendo las puertas de la sacristía, hermosamente talladas y doradas, de estilo geométrico, así como un sagrario, rematado por un frontón recto; el principal y el ático. Por último destacar la existencia de varias tallas entre las que merece destacarse la imagen de San Miguel de posible origen colonial (Diputación Provincial de Córdoba).
Santuario de Nuestra Señora de Araceli.- A seis kilómetros de Lucena y en una elevación de la Sierra de Aras, a 863 m. de altura, se encuentra el santuario de Nuestra Señora de Araceli. Es el segundo enclave que ha tenido este centro de culto a la venerada imagen de la Virgen, traída de Roma por el segundo marqués de Comares, don Luis Fernández de Córdoba, en 1562. El templo se construyó en lo esencial entre 1600 y 1603, pero sufrió reformas ya desde el último cuarto del siglo XVII.
El centro del crucero recibe una bóveda de media naranja sobre pechinas profusamente ornamentada por yeso entallado. La reja de bronce está firmada por Antonio García en 1746. Tras ella se encuentra una zona fastuosamente decorada por el presbítero artista Leonardo Antonio de Castro. Suyos son los dos lienzos con la Natividad y la Epifanía, de hacia 1700, y el proyecto del retablo en 1692, terminado por Acisclo José Gigante. Nuestra Señora de Araceli es imagen de talla del siglo XVI y el Niño, obra barroca; la peana se debe a Pedro de Mena Gutiérrez en 1759.
Los brazos del crucero alojan dos retablos de Francisco Esteve y Juan Cazorla en 1732, restaurados en Priego en 2005. El de la izquierda se dedica a San José con el Niño, flanqueado por San Joaquín y Santa Ana, con relieve de la Huida a Egipto en el ático. El frontero tiene a Santa Bárbara, talla anterior al retablo, San Rafael y San Miguel y en el ático, un relieve de San Pablo Ermitaño.
El camarín constituye una completa capilla alta, con dos ámbitos. El conjunto original fue realizado por Leonardo Antonio de Castro en el año 1699. En las pechinas figuran pintadas la Visitación, la Adoración de los Pastores, la Presentación al Tempo y Jesús entre los Doctores. El retablo es salomónico y las puertas van decoradas con sedas, espejos, relicarios, y zócalos de azulejos valencianos.
En las urnas se guardan las imágenes infantiles de San Juan Bautista y Jesús Pasionario, de escuela granadina del siglo XVIII. Los ángeles de las esquinas son de Pedro de Mena Gutiérrez. En los muros destacan un lienzo setecentista de la Anunciación y la pintura mural de la Visión de Constantino. El segundo ámbito se decora con hojarasca y espejos y las paredes completan toda una teoría de cohortes angélicas. Se construyó en 1752, siendo capellán Manuel Gutiérrez, por el maestro mayor Antonio Osuna y la pintura mural es de Tomás Ferrer, que la firmó en 1761.
En la sacristía se conservan algunos lienzos dignos de mención, entre ellos, un busto anónimo del Ecce Homo, de fines del XVII; un interesante San Onofre, de la misma centuria, con influencias de Ribera; la Inmaculada Concepción, firmada en Messina por Antonio Filocamo en 1743; la Visión de Constantino, del siglo XVIII, procedente del camarín; y una curiosa Disputa de Santiago y Santa Teresa de Jesús por el patronazgo de España (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
El Santuario de la Virgen de Araceli se encuentra en la Sierra de Aras, perteneciente al término municipal de Lucena, en dirección sur, a seis kilómetros de distancia del casco urbano, con una altura de 863 metros sobre el nivel del mar.
El edificio actual presenta planta rectangular con tres naves y crucero con camarín, siendo la central más ancha y elevada. La separación de las naves se hace por medio de arcos de medio punto que descansan en columnas toscanas de jaspe. La nave central se cubre con bóveda de cañón y lunetos que se prolongan en el presbiterio, si bien en este último y en la cúpula de media naranja queda oculta la estructura por la rica decoración de yeserías que se prolongan por las pechinas y el arco toral. Idéntica decoración presenta el camarín que presenta planta rectangular dividida en dos tramos separados por arco toral de medio punto.
El primer tramo es el más antiguo, ejecutado en los años finales del siglo XVII por Leonardo de Castro Hurtado y cubierto por bóveda elíptica que descansa en pechinas, decorada con pinturas al fresco. El segundo tramo, construido a mediados de la centuria siguiente, cubierto con cúpula sobre pechinas y decorado el conjunto con yeserías y pinturas al fresco los paramentos de las paredes.
En el exterior sobresale la portada de cantería precedida de una escalinata con tres vanos, el central de medio punto y los laterales peraltados. En un ángulo se levanta la espadaña, fechada junto con la portada, en el siglo XVIII. Precede la ermita un calvario formado por sencillas cruces sobre pedestales labradas en piedra granítica.
Alberga en su interior una talla de la Virgen de Araceli, la cual es bajada en romería al casco urbano el penúltimo domingo de abril y subida de nuevo a su templo habitual el primer domingo de junio. En la Bajada tiene lugar en el interior del inmueble la misa de romeros, cantada por un coro, siendo posteriormente ocupados los alrededores para el tradicional desayuno o almuerzo en familia y en grupos de amigos y resto de parajes de la sierra de Aras, hasta producirse al mediodía el rezo del rosario y disparos de salvas en honor a la Virgen antes de iniciar la romería.
El origen de esta devoción se remonta a la segunda mitad del siglo XVI, cuando el Marqués de Comares trajo de Roma una imagen de Ntra. Sra. de Araceli. A raíz de esto se construyó una ermita a 6 kilómetros de la población, en la cima de la sierra, donde recibiría culto la imagen. El primitivo edificio, hoy desaparecido, debió ubicarse en las cercanías del actual.
En los primeros años del siglo XVII ésta quedó pequeña debido al incremento de la devoción a la Virgen de Araceli, si bien los trabajos de construcción se alargaron hasta finales de la centuria, prolongándose la labor decorativa y reformas en el exterior durante el siglo XVIII. También en el siglo XVIII se levantó la nueva espadaña y la portada actual, realizada en 1765 por Martín de Rojas (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Situado en lo más alto de la Sierra de Aras, a 6 km. del casco urbano desde dónde se divisa una de gran y bella panorámica, pues permite la visión de 5 provincias andaluzas y más de 30 pueblos.
El Santuario se construyó a principios del siglo XVII y fue barroquizado en el XVIII. Destaca su vistosa cúpula y su retablo mayor, tras el cual, se abre uno de los más grandiosos camarines de la provincia que acoge a la Virgen de Araceli. Se constituye como un templo de tres naves con crucero. La nave central que alberga un coro es más ancha y elevada que las laterales comunicándose con ellas por medio de series de cuatro arcos de medio punto sobre columnas toscanas de jaspe de aguas meladas.
El interés de esta iglesia radica no obstante en la cúpula sobre pechinas y en el tramo de bóveda, de medio punto con lunetos, que cubre el presbiterio. En estos espacios la densidad decorativa oculta casi totalmente los elementos puramente constructivos, derramándose amplia y generosamente fuera de la media naranja a través de las pechinas y los arcos torales y descendiendo por los pilares que sustentan el ámbito. Sobre la cornisa, que aparece a intervalos regulares penetrada por la carnosa hojarasca, las flores y los angelotes de estuco, la cúpula presenta ocho bandas radiales, iniciadas y terminadas con cabezas de querubines, con guirnaldas de flores y frutas que convergen en el gran florón central.
En cada una de las cuñas de la cúpula los elementos ornamentales, en la órbita de los que prodigó el lucentino Francisco Hurtado Izquierdo, se convierten en marcos barrocos cuyos límites cierran sólo las bandas y la cornisa, para los óvalos de pintura con símbolos marianos.
En esta apoteosis de formas el tránsito del arco toral correspondiente al tramo del presbiterio hasta la bóveda se realiza prolongando las yeserías de la cúpula y situando en la clave del arco un grupo de angelotes que enmarcan un escudo con una María.
En otra cuyo diseño es atribuible al presbítero Leonardo Antonio de Castro contratista de la misma, constituye desde su sintonía de curvas y contracurvas donde la luz juega con las profundas carnosidades de las hojas y los ángeles, donde al blanco de los yesos se unen unos muy concretos toque de azul o de rojo, el preludio de un barroco definible como lucentino que hallará su expresión más grandiosa en el Sagrario Mayor de San Mateo (Diputación Provincial de Córdoba).
Iglesia de San José (Jauja).-
La hermosa iglesia neoclásica de San José de Jauja se construyó en un periodo estimado entre 1780 y 1820. Es de cruz latina cubierta por cañón con lunetos y crucero con semiesfera sobre pechinas, decoradas con hojarasca y escudos de los Medinaceli, patronos de la iglesia. El retablo mayor, procede de la parroquial cordobesa de Santiago. Una dedicatoria informa de que se hizo en 1811 a expensas de José de Rosillo. Lo adorna un lienzo con la Sagrada Familia, de fines del XVIII, restaurado en 2005 por Anabel Barrena. En el banco se ven dos lienzos de Santo Domingo de Guzmán y otro dominico no identificado.
La hermosa iglesia neoclásica de San José de Jauja se construyó en un periodo estimado entre 1780 y 1820. Es de cruz latina cubierta por cañón con lunetos y crucero con semiesfera sobre pechinas, decoradas con hojarasca y escudos de los Medinaceli, patronos de la iglesia. El retablo mayor, procede de la parroquial cordobesa de Santiago. Una dedicatoria informa de que se hizo en 1811 a expensas de José de Rosillo. Lo adorna un lienzo con la Sagrada Familia, de fines del XVIII, restaurado en 2005 por Anabel Barrena. En el banco se ven dos lienzos de Santo Domingo de Guzmán y otro dominico no identificado.
En el medio punto del testero hay un lienzo de San Rafael caminante, de escuela barroca cordobesa de fines del XVII. A la derecha del presbiterio se halla otro con Santa Inés, de igual filiación. Los retablos del crucero tienen, de izquierda a derecha, a Jesús Nazareno, de estética granadina de segunda mitad del Setecientos; la Virgen del Carmen y Ánimas Benditas, lienzo de fines del XVIII; San José con el Niño, imagen de escuela granadina de hacia 1750; y Nuestra Señora del Rosario, de vestir. En las naves destacan la talla de San Rafael peregrino, atribuible a Jerónimo José López, y la imagen del Señor de la Humildad, talla popular del XIX que sigue tipología de hacia 1700 y Nuestra Señora de los Dolores, de vestir (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
La Iglesia, de estilo Neoclásico, es de planta de cruz latina con tres naves y crucero. La nave central se cubre con bóveda de cañón con lunetos sobre una cornisa que descansa en pilastras de capiteles corintios: las naves laterales, de menor altura, se comunican con la central por medio de arcos de medio punto y se cubren con pequeñas boveditas elípticas, mientras que el crucero lo hace con una bóveda esférica sobre pechinas. Esta se decora con yeserías de tipo barroco y los escudos de las Medinaceli.
Exteriormente el templo presenta dos cuerpos, siendo el inferior de cantería y el superior de ladrillo. Las dos portadas que presenta el edificio están enmarcadas por pilastras adosadas y un friso de triglifos y metopas que se prolonga por todo el perímetro del edificio. La portada principal se remata con un frontón triangular sobre el que se sitúa una hornacina terminada en cruz que alberga una imagen de San José, flanqueada por dos jarrones. A continuación se levanta el segundo cuerpo del edificio en forma de frontón triangular rematado por una sencilla espadaña y dos jarrones en los vértices. El conjunto se flanquea por dos espadañas de las mismas características que las del remate superior.
La parroquia de la Aldea de Jauja, dependiente de Lucena, se encuentra bajo la advocación de San José. La construcción del edificio actual corresponde a los años de transición entre el siglo XVIII y XIX y se levantó bajo el patronazgo de los Duques de Medinaceli (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Más sobre la provincia de Córdoba, en ExplicArte Sevilla.
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