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domingo, 15 de diciembre de 2024

Los principales monumentos (Iglesia de San Juan Bautista, Villa romana del Ruedo, Museo Histórico-Arqueológico, Torre del Reloj, y Poblado ibérico de "El Cerro de la Cruz") de la localidad de Almedinilla, en la provincia de Córdoba

     Por Amor al Arte
, déjame ExplicArte la provincia de Córdoba, déjame ExplicArte los principales monumentos (Iglesia de San Juan Bautista, Villa romana del Ruedo, Museo Histórico-Arqueológico, Torre del Reloj, y Poblado ibérico de "El Cerro de la Cruz") de la localidad de Almedinilla, en la provincia de Córdoba.
     Al pie del Cerro de la Cruz, de raíces ibéricas extiende Almedinilla su blanco caserío arrullado por el río Caicena. Al pie del Cerro de la Cruz, de raíces ibéricas extiende Almedinilla su blanco caserío arrullado por el río Caicena, que fertiliza huertas. Bajar sin prisa por calles como Río o Calvario, abrazado por la cal que inflama el sol, mientras los riscos de los cercanos Castillejos se asoman por encima de los tejados como rapaces protectoras, es un placer inolvidable para los buenos catadores de paisajes.
     Villa situada al sureste de la provincia, junto a la carretera C-336.
     Distancia a Córdoba: 114 Km.
     Altitud: 622 m.
     Extensión: 56,7 Km2
     Habitantes: 2.536.
     Gentilicio: Almedinillenses.
     Mancomunidad: Subbética Cordobesa
     Almedinilla, conocida como Wasqa en época musulmana, estaba habitada en el siglo X por los Banu Hasn. Conquistada por los cristianos, que le dieron su actual nombre, perteneció a la orden de Calatrava desde 1246, a la abadía de Alcalá la Real desde 1341 y a la Casa de Aguilar a partir de 1370. En 1844 se constituyó en Ayuntamiento, independizándose administrativamente de Priego, al que había pertenecido hasta entonces como aldea.
     Oficina de Turismo de Almedinilla
     +34 957 703 317
     https://www.almedinillaturismo.es (Diputación Provincial de Córdoba).
     Esta población, conocida desde época romana, fue denominada Wasqa en el periodo islámico y perteneció a la cora de Elvira. Tras la reconquista, a partir de 1246, se le cambió el nombre por el actual y fue cedida a la orden de Calatrava, pasando en 1341 a la abadía de Alcalá la Real. En 1370, Enrique II la cedió, junto a Priego, a Gonzalo Fernández de Córdoba, formando parte de la Casa de Aguilar. Durante la Edad Moderna perteneció al marquesado de Priego, hasta 1844 en que se constituyó en municipio independiente (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
     A once kilómetros de Priego de Córdoba, por la carretera A 340 al pie del cerro de la Cruz, cuyas pesadas rocas cuelgan sobre el caserío, se encuentra Almedinilla, una pequeña población dotad de un paisaje soberbio, con parajes como las Colas de Caballo, en dirección a Fuente Grande. Este pueblito tuvo gran importancia en el pasado y es conocido internacionalmente por sus yacimientos arqueológicos. Fue población íbera, como lo demuestran los hallazgos -entre ellos 253 tumbas con suntuosos ajuares, hoy repartidos por todo el mundo- del cerro de la Cruz. Fue enclave romano, de cuya época conserva, muy dispuesto para su visita, el conjunto de la ciudadela o villa romana de El Ruedo, en un extremo de la población. En el otro extremo, en edificio que fuera de un antiguo molino, a orillas del río, se ha dispuesto un Ecomuseo muy interesante (Rafael Arjona. Guía Total, Córdoba. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2009).

Iglesia de San Juan Bautista.-
     El templo actual lo construyó en 1978 el arquitecto Francisco Montoro Ballesteros. Es una nave adintelada con la capilla del Sagrario adosada al lado izquierdo. Las pilastras van forradas de ladrillo y el techo de madera con casetones. Las vidrieras con temas litúrgicos se deben al párroco Enrique Díaz Oria, lo mismo que la decoración reciente del templo. La puerta del cancel se labró en 1773, siendo capellán Tomás Antonio Moyano.
     El presbiterio tiene un Crucificado de estética sevillana de mediados del XVII, restaurado en 1995 por Cristóbal López. A la derecha se halla una peana, cobijada por un tornavoz del viejo púlpito del XVIII, con la imagen de San Juan Bautista, talla salida del taller de Alonso de Mena hacia 1630.
     A la izquierda hace de ambón el antiguo púlpito, en madera dorada. En la primera hornacina del muro de la derecha se encuentra una hermosa talla policromada de San Francisco, del siglo XVII, en tamaño académico.
     Paralela a la nave de la iglesia se abre en el lado izquierdo una capilla, que tiene igualmente la cubierta adintelada, pero con el techo más bajo, decorada con tres vidrieras que representan el Tetramorfos, la Pesca Milagrosa y el Cordero Místico. El altar tiene un camarín, recientemente enriquecido con mármoles blancos y rojos, en el que se veneran las imágenes de Nuestro Padre Jesús Nazareno, de fines del XVII, obra de un anónimo seguidor de José de Mora, y la Virgen de los Dolores, original del XVIII muy retocada. A los pies de la iglesia se ven varios lienzos del XIX con San Cayetano, la Divina Pastora, inspirada en la versión de Alonso Miguel de Tovar, y el Bautismo de Cristo (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
     Tuvo una iglesia construida en 1769 de la que se conserva sólo la espadaña de sillería, usada como humilladero en el atrio de la actual parroquia. El edificio actual es obra del arquitecto Francisco Montoro Ballestero, al derribarse el antiguo en la década de los setenta. La nueva iglesia fue inaugurada el 24 de septiembre de 1978. 
     Está configurado como un salón de planta casi cuadrada. Esta se compartimenta gracias a una grada, en una nave rectangular que ocupa toda la anchura del presbiterio. Los grandes ventanales están cerrados por vidrieras diseñadas por el párroco.
     Su fachada es muy sobria, con cubierta a dos aguas, ósculo central y espadaña al lado izquierdo, con tres tramos y presbiterio, también adintelado y forrado de madera decoración con casetones. El testero plano se adorna con tres paños verticales, los laterales de ladrillo visto y el central enlucido, separados con fajas de vidrieras de símbolos relativos a la creación, pecado original y rendición, obra, como todas las del templo. 
     En el presbiterio destaca el crucificado de tamaño natural (anónimo del s. XVII) y estética sevillana de mediados del XVII, mientras la imagen de San Juan Bautista, talla de madera estofada y policromada, salida del taller de Alonso de Mena hacia 1630. 
     La iglesia está presidida por su Nazareno, s. XVIII, del círculo de José de Mora. 
     La Parroquia de San Juan Bautista está situada en la calle Iglesia. Es de época contemporánea . Perteneció a la jurisdicción del Abad de Alcalá la Real (Jaén) hasta 1835 en que pasó a depender de Priego, ciudad a la que estuvo adscrita Almedinilla hasta 1844 en que se constituyó como municipio (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

Villa romana del Ruedo.-
          La villa romana de El Ruedo fue una explotación agropecuaria con una zona residencial o "pars urbana" (que reproduce las comodidades de una vivienda aristocrática de la ciudad) y una zona productiva o "pars rustica" (con almacenes, lagares, almazara de aceite, hornos cerámicos, cuadras, viviendas de colonos y esclavos¿) para la explotación agropecuaria. 
     La villa romana de El Ruedo debió estar asociada en un principio a una mediana propiedad (mediados del siglo I - siglo III después de Cristo) hasta que va transformándose con el tiempo en un gran latifundio con una zona residencial de carácter ya aristocrático (siglo IV) que contiene una serie de espacios privados (dormitorios o "cubicula") y otros espacios lujosos y de recepción decorados con un importante conjunto escultórico, aunque desde un principio el edificio principal se distribuyó en torno al patio central con peristilo.
     Así la zona residencial gira alrededor de un patio con fuente biabsidiada en el centro, siguiendo el modelo de casa helenística o mediterránea de patio central, cuya impronta llega hasta nuestro días en la típica casa de patio andaluz. 
     Destacan también la cantidad de estucos con pinturas conservadas, que originalmente cubrían todas las paredes y los techos con frescos que imitan las incrustaciones de mármol "crustae".
     Además de la Sala de los Baños con sistema de calefacción por "hipocastum" , la villa de El Ruedo posee una sala de recepción muy original que corresponde con la Sala del Comedor o "Triclinium" con un stibadium o mesa semicircular que haría las veces de "triclinium" para comer recostados (realizada con ladrillos y cubierta con un mortero de cal, arena y cerámica machacada) que posee una fuente cuya agua procedía de la estructura que queda más al fondo: un ninfeo o fuente monumental de agua por donde, a manera de cascada simulada, el agua entraría en la habitación.
     El mundo ideológico aristocrático se vislumbra por tanto a través de la zona residencial "pars urbana" y también a partir de un conjunto de esculturas que se pueden contemplar en el Museo Histórico de la localidad (Dionisos, Apolo, Perseo y Andrómeda, Hermafrodita, Attis, Sileno, Venus, genio estacional...) que suponen uno de los aspectos más espectaculares y originales de esta villa. La mayor parte de las mismas hacen referencia a la mitología grecorromana y a los cultos religiosos que poseían los habitantes de la villa, y probablemente por este motivo se fracturaron intencionadamente en un momento posterior en relación con el asentamiento del cristianismo (mediados del siglo V), dispersándose u ocultándose los fragmentos. 
     Entre todas las esculturas encontradas cabe destacar la pieza en bronce que representa al dios del Sueño Hypnos o Somnus, personifcación del Sueño, que debió decorar esta la Sala del Comedor.
     A mediados del siglo V la zona residencial se abandona coincidiendo con la rotura violenta e intencionada de las esculturas que decoraban la casa, expresión de la riqueza y el culto pagano del propietario, quedando bajo los escombros o en las distintas fuentes de la vivienda (donde se encontraron), al tiempo que el espacio residencial se transforma en un espacio productivo con hornos de pan, batanes, lagares, y tal vez viviendas modestas en lo que antes habían sido habitaciones lujosas. 
     Las tumbas exhumadas en la necrópolis asociada se organizaban en hileras más o menos paralelas, creando alienaciones más o menos densas con espacios libres intercalados en una distribución que no sólo serviría para facilitar el acceso a la tumba sino para dar continuidad en el tiempo a la misma, al ir extendiéndose paulatinamente, y con cierto orden progresivo, hacia el Este (donde se encuentran los materiales más tardíos asociados ya claramente a culto cristiano) creando zonas funerarias diferentes.
     Estas zonas funerarias indican una concepción global del espacio funerario que respeta en el tiempo las zonas previas, con probables intercalaciones de tumbas que se debieron suceder en las zonas funerarias inmediatamente anteriores a la que estuviera en uso en un momento determinado reflejo de una población hispanorromana que cambia su religión (del paganismo al cristianismo) de manera paulatina y sin cortes bruscos (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     Ubicada en el mismo núcleo urbano, junto a la carretera A-339.1.
     Declarada Bien de Interés Cultural, data de los siglos I al VII d.C. y cuenta con una de las superficies más completas de las existentes en la Península Ibérica.
     Destaca la monumentalidad de los alzados de sus muros y la riqueza de su elementos arquitectónicos: mosaicos, pinturas, pavimentos,… así, como el conjunto escultórico aparecido en la misma y que puede ser contemplado en el Museo Histórico-Arqueológico.
     En ella se distinguen claramente dos zonas: la “Pars Urbana”, que corresponde con la residencia de los propietarios, con toda clase de lujos y siguiendo los modelos de casas helénicas (mantenidas hasta nuestros días en la casa andaluza), y la zona productiva “Pars Rústica” destinada a las dependencias agrícolas (lagares, pozos de decantación de aceite, albercas…).
     Junto a la Villa y asociada a ella apareció una necrópolis del siglo IV-VII d.C. (Diputación Provincial de Córdoba).

Museo Histórico-Arqueológico.-
          El Museo Histórico Local se sitúa al pie de la Sierra de Albayate, cruzado por la Gran Ruta Senderista, en un paraje natural de interés medioambiental y singular belleza.
     Se asienta sobre un antiguo molino de aceite, harina y gayumba. Actualmente del antiguo molino de aceite sólo se conserva el exterior, ya que interiormente ha sido totalmente transformado aunque sí sigue manteniendo la antigua maquinaria como pieza museística. 
     Lo más destacado es el molino de harina construido en piedra y conservando aún la canalización del agua y parte de la maquinaria.
     Su fachada de tres plantas no ofrece nada reseñable, aparte de una distribución simétrica de vanos adintelados.
     Sus 1200 m2 están distribuidos en cuatro salas:
     Sala del Aceita y del Olivo, aprovechando la maquinaria de la antigua almazara ubicada en el mismo.
     Sala de la Cultura Ibérica. Con materiales del poblado del Cerro de la Cruz, con una colección de cerámicas de uso cotidiano, pesas de telar, utensilios agrícolas, armamento y ajuares funerarios.
     Sala de la Cultura Romana. En esta sala se muestran elementos de uso cotidiano, una rica colección de monedas y el extraordinario conjunto escultórico aportado por la Villa Romana, incluyendo la escultura del dios grecorromano del sueño ¿Hypnos¿ o ¿Somnus¿ la pieza más representativa.
     Sala de los molinos harineros, que la fuerza del río Caicena a lo largo de su recorrido movía antaño, configurándose como el núcleo museístico principal del Ecomuseo, y que nos habla de los orígenes mediterráneos de la cultura andaluza (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     En origen, el edificio fue una almazara y molino harinero, conservando en su interior algunas de las antiguas maquinarias.
     Se sitúa al pie de la Sierra de Albayate, cruzado por la Gran Ruta Senderista Internacional GR-7 y ubicado en un paraje natural de interés medioambiental y de singular belleza.
     Los exteriores del edificio también están acondicionados para actividades culturales.
     Sus 1.200 metros cuadrados están distribuidos en cuatro salas: Sala de los Molinos y del Cereal, sala del Aceite y del Olivo como testigo de la Historia, sala de la Cultura Ibérica, que contiene una amplia colección de materiales del Poblado Ibero destacando la cerámica de uso cotidiano en un perfecto estado de conservación, pesas de telar, utensilios agrícolas, armamento y ajuares funerarios y Sala de la Cultura Romana donde se muestran elementos de uso cotidiano así como el singular conjunto escultórico aportado por la Villa, destacando el dios grecorromano del sueño “Hypnos o Somnus”. (Diputación Provincial de Córdoba).

Torre del Reloj.-
          Torre formada por tres cuerpos y cubierta con tejado a cuatro aguas de teja vidriada. El cuerpo inferior abierto, correspondiente a los cuatro pilares cuadrangulares de apoyo del edificio, con arcos escarzanos. El segundo de tres plantas cada una con una ventana apuntada en sus cuatro frentes. De inspiración mudéjar. 
     El tercer cuerpo se corresponde con el del reloj. Cubierto con tejado a cuatro aguas de cerámica vidriada verde, rematada con pequeño cuerpo de campana también cubierto a cuatro aguas. El material utilizado es el ladrillo visto (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     En la Plaza del Ayuntamiento de Almedinilla se encuentra ubicada la emblemática Torre del Reloj.
     Este monumento, el más característico de Almedinilla, data de la II República y se compone de una Torre de ladrillo coronada por tejas vidriadas de color verde, que sobresalen por encima de todos los tejados de la localidad (Diputación Provincial de Córdoba).

Poblado íbero de "El Cerro de la Cruz".-

          El yacimiento del Cerro de la Cruz se ubica en el área geográfica de la Sierra de las Subbéticas, que se continúan por territorio jiennense y granadino. Ocupa uno de los típicos anticlinales calizos que conforman la orografía de esta zona. 
     Domina Almedinilla por el Suroeste, ofreciendo una ladera al Norte de muy difícil acceso.
     En si, no conserva restos de murallas ni estructuras defensivas adscribibles a época ibérica. Las distintas campañas de excavación arqueológica, que fueron emprendidas sucesivamente por Maraver, Paris, Engel, Navascués, Santa-Olalla y Vaquerizo, han puesto de manifiesto que se trata de un poblado fortificado de Baja Época Ibérica, dispuesto en terrazas escalonadas que han sido directamente excavadas en la roca, aprovechando su superficie.
     Posee un urbanismo complejo y planificado caracterizado por diferentes terrazas artificiales, que se realizaron para salvar la pendiente del cerro a partir de grandes muros de aterrazamiento con calles, que se sitúan entre estos muros y espacios de vivienda y trabajo que suelen repetir la combinación de almacenes, zona de molienda, telares y aljibes. La construcción de las viviendas parten de un zócalo de piedra y un alzado de ladrillos de adobes y de tapial que se han conservado en muchos casos hasta los 2 metros de altura. 
     Los resultados de las últimas excavaciones confirman la destrucción violenta que sufrió el poblado a finales del siglo II, con niveles de incendio muy potentes, abandono del poblado. Esta destrucción permitió, asimismo, en muchos casos, recuperar estructuras de habitación completas de enorme importancia para los estudios de tipo microespacial y la reconstrucción de la vida doméstica del poblado dado que conservaban la totalidad de su ajuar doméstico, no recuperado ni removido tras el incendio a gran escala que causó la destrucción. Incluso con la documentación de cadáveres de la época en estos niveles de incendio o sobre el pavimento de las calles (restos óseos con huellas claras de cortes de espada). 
     Además, el sitio arqueológico posee una fase emiral, correspondiente a una pequeña alquería islámica del siglo IX-X, y un conjunto de trincheras y construcciones de una de las posiciones del Frente que durante la Guerra Civil (1936-39) se estableció en la localidad.
     De los restos hallados en el yacimiento sobresalen por su interés las falcatas con nielados de plata, cuchillos, soliferro y peines, datados en los siglos V y IV a. C. De igual modo, es de destacar la cerámica ática del siglo IV a. C.: kylix, cráteras y cerámicas de figuras rojas; así como la cerámica ibérica: vasos y cráteras. La necrópolis está formada por una gran concentración de tumbas, con urnas cinerarias.
     El Cerro de la Cruz constituye uno de los más interesantes poblados de época ibérica de la provincia de Córdoba que han podido estudiarse científicamente. Los 650 metros cuadrados de superficie excavada lo convierten en uno de los escasos ejemplos de asentamientos de baja época excavados de manera intensiva en toda Andalucía, a lo que debe añadirse su buen estado de conservación.
     Según Ignacio Muñiz Jaén, arqueólogo municipal, la historia que guarda el cerro esconde un drama en tres actos, separados curiosamente casi por 1.000 años entre sí, correspondientes con la destrucción violenta de un poblado ibérico a manos del ejército romano, en el contexto de las revueltas de Viriato y las guerras lusitanas (en torno al año 140 antes de Cristo); un poblado de época andalusí-emiral coincidente con las revueltas de Omar Ben Hafsún contra el poder central del Emirato de Córdoba (alrededor del año 900); y las trincheras y huellas dejadas por la posición del Frente de Guerra que hubo en este cerro durante la Guerra Civil Española (1936-1939) entre republicanos y franquistas.
     El poblado ibérico es un ¿oppidum¿ o poblado fortificado que se ha fechado en el siglo II antes de Cristo, uno de los pocos poblados fortificados del periodo final de la cultura ibérica, la llamada Baja Época Ibérica, que nos habla del contacto indígena con Roma, pero que sin embargo aún conserva toda su especificidad y su entronque con lo que, dentro de los distintos pueblos ibéricos, parece haber sido el espacio físico de los bastetanos, aquellos iberos que ocuparon lo que hoy es el Sur de la provincia de Córdoba, parte de la de Málaga, Granada, Jaén, Almería y Murcia (más o menos las Sierras Subbéticas).
     El poblado del Cerro de la Cruz (tal vez la antigua Osca o Escadia nombrada por los historiadores griegos y romanos) es conocido de antiguo a raíz de las excavaciones que se llevaron a cabo en la necrópolis a finales del siglo XIX por Luis Maraver y Alfaro (primer director del Museo Arqueológico de Córdoba) y principios del siglo XX por Pierre Paris y Arthur Engels. Los ajuares encontrados en las tumbas de incineración (sobre todo ajuares cerámicos y bélicos formados por espadas o falcatas, lanzas, jabalinas¿), fruto de aquellas intervenciones, podemos encontrarlos expuestos en muchos museos: Museo Arqueológico Nacional de Madrid, Museo Arqueológico de Córdoba, Museo de Saint-Germain en Paris, Alcázar de Toledo.
     En el 2019 el Museo Histórico de Almedinilla con la Universidad de Granada localizaron el lugar exacto de la necrópolis y pudieron documentar algunas tumbas y depósitos votivos que no arrasó ni la erosión ni la actividad furtiva.
     Muchos años después, entre 1985 y 1989, la Universidad de Córdoba comenzó a excavar el poblado, excavaciones que después de un prolongado freno se volvieron a activar en 2008 hasta hoy a través del Convenio de Colaboración que el Museo Histórico de la localidad tiene firmado con la Universidad Autónoma de Madrid.
     El poblado estaba dispuesto en terrazas artificiales con grandes muros de aterrazamiento. Las calles estrechas, entre aterrazamiento y aterrazamiento, permitían el acceso a las viviendas a través de una especie de patio o porche donde se ubican profundos aljibes (de 8 mts. de profundidad) para almacenar el agua de lluvia, zonas de molienda (con molinos de cereal) y espacios de hogar para la cocina. 
     Llama la atención la conservación de algunos muros originales (hasta 2 mts. de altura) y el almacén donde se encontraron 44 ánforas de tipo ibero-púnico (se exponen reproducidas algunas de ellas).
     El poblado estaba en plena efervescencia (almacenes llenos, zonas de trabajo en producción, ampliación de calles, construcción de nuevos aljibes y casas¿) cuando sobrevino su destrucción violenta, documentada a través de un nivel de incendio que cubre todo el yacimiento, y de restos óseos humanos con huellas de muerte violenta. El contexto de la destrucción (fechado por cerámicas y monedas a mediados del siglo II antes de Cristo) coincide con las represalias que los ejércitos romanos llevaron a cabo en esta zona sobre los poblados que se aliaron con Viriato en su rebelión (y que nos menciona, por ejemplo, el historiador Apiano). 
     Se han recreado a la entrada del yacimiento 5 viviendas ibéricas con las técnicas constructivas documentadas en las excavaciones (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     Declarado Bien de Interés Cultural, es uno de los pocos poblados de Baja Época Ibérica (siglos II-III a.C.) excavados en Andalucía. Nos habla de la sociedad, economía y medioambiente de entonces. Muestra el urbanismo de la época distinguiéndose las estancias según el uso que tuvieran: almacenes o talleres de artesanos presentando lugares de hábitat y de trabajo (molinos de harina, aljibes, almacenes de ánforas, pesas de telar, etc.).Las construcciones poseen un zócalo de piedra y un alzado de ladrillos de adobes o tapial, conservándose en algunos casos la impronta de la ventana, la puerta o los agujeros de los postes que sustentaban el segundo piso de estos edificios. Más Información:
     Somnus – Desarrollo de Almedinilla S.L.
     Dirección: Ctra. A- 339  Km, 37  14812 – Almedinilla
     Teléfono: 957 703317 – 606 972070
     Fax: 957 702165 (Diputación Provincial de Córdoba).

     Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Córdoba, déjame ExplicArte los principales monumentos (Iglesia de San Juan Bautista, Villa romana del Ruedo, Museo Histórico-Arqueológico, Torre del Reloj, y Poblado ibérico de "El Cerro de la Cruz") de la localidad de Almedinilla, en la provincia de Córdoba. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la provincia cordobesa.

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