Un paseo por la calle Lumbreras

     Por amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la calle Lumbreras, de Sevilla, dando un paseo por ella. 
     La calle Lumbreras es, en el Callejero Sevillano, una vía que se encuentra en los Barrios de San Gil, y San Lorenzo, del Distrito Casco Antiguo; y va de la plaza Alameda de Hércules, a la avenida Torneo.
      La  calle, desde  el punto de vista urbanístico, y como definición, aparece perfectamente delimitada en  la  población  histórica  y en  los  sectores  urbanos donde predomina la edificación compacta o en manzana, y constituye el espacio libre, de tránsito, cuya linealidad queda marcada por las fachadas de las  edificaciones  colindantes  entre  si. En  cambio, en  los  sectores  de periferia donde predomina la edificación  abierta, constituida por bloques exentos, la calle, como ámbito lineal de relación, se pierde, y el espacio jurídicamente público y el de carácter privado se confunden en términos físicos y planimétricos. En las calles el sistema es numerar con los pares una acera y con los impares la opuesta.

     También hay una reglamentación establecida para el origen de esta numeración en cada vía, y es que se comienza a partir del extremo más próximo a la calle José Gestoso, que se consideraba, incorrectamente el centro geográfico de Sevilla, cuando este sistema se impuso. En la periferia unas veces se olvida esta norma y otras es difícil de establecer.
     Desde fines del s. XV es conocida con el nombre actual. Este se le daba a los registros de las cloacas o caños, y a lo largo de esta calle corría una de las más importantes de la ciudad, que servía para desaguar la Alameda y todo el sector norte hacia el río. En la primera mitad del s. XIX el último tramo, desde Santa Clara, es conocido como Barrio Nuevo, quizás por alguna operación urbanística llevada a cabo en él; en 1845 se in­corpora a Lumbreras. A veces, el topónimo aparece bajo la forma corrompida de Um­breras.

     Es calle de mediana anchura y sensiblemente recta, aunque la acera de los impares es algo irregular. Inicialmente era más corta, pues arrancaba a la altura de las actuales Crédito y Jesús del Gran Poder; en la segunda mitad del s. XIX se levantan las manzanas que la prolongan hasta la Alameda. Está cruzada por Jesús del Gran Poder y Santa Clara; desembocan por la derecha Crédito y Arte de la Seda, y por la izquierda, Becas. Lo más destacado de su infraestructura es el haber estado recorrida ya en los siglos medievales por la mencionada cloaca o husillo, de la que desde el s. XV hay frecuentes noticias sobre la necesidad de su reparación, por los hundimientos y atascos que sufría. También hay noticias documentales de que en dicha centuria estaba empedrada; el sistema se mantiene hasta 1877, en que se aprueba el embaldosado. En la década de 1910 existen acuerdos para adoquinarla y para asfaltarla, llevándose a efecto el adoquinado, que se encuentra bajo la capa de asfalto que hoy posee. Las aceras, de cemento, datan de 1935. En la iluminación se emplean farolas sobre brazos de fundición adosados a las fachadas.

     El caserío es bastante heterogéneo, con casas de dos plantas, en su mayoría de la pasada centuria y primeras décadas de la actual, junto con otras de cuatro plantas de reciente construcción, que predominan en la acera de los pares, entre las que destaca el núm. 24, obra de A. Cruz Villalón y A. Ortiz García (1980). En la frontera existen algunos almacenes, sobresaliendo el modernista, obra de J. Espíau Muñoz (1912-13), que hasta fechas próximas conservó unos interesantes azulejos del mismo estilo. En sus comienzos estuvo el cuartel de los Guardias de Asalto luego de la Policía Armada; tras su traslado, se ha convertido en un solar para actividades diversas, de tipo recreativo [ocupado actualmente por la Comisaría Centro de la Policía Nacional]. Entre las viviendas populares destacaron varios corrales, de los que se conserva uno (núm. 27); el más conocido fue el de los Chicharros, construido en la segunda mitad del s. XIX, y hoy desaparecido. Desde el pasado siglo se localizaba allí la mayor parte de la pequeña comunidad judía sevillana, con su sinagoga, dedicada a la artesanía del calzado y al pequeño comercio ambulante; recordada por Chaves Nogales (La Ciudad) y por R. Laffón (Sevilla del buen recuerdo). Predomina el uso residencial, la actividad económica se reduce a algunos bares y pequeñas tiendas de alimentación. Al ser una de las salidas desde la Alameda hacia Torneo, canaliza un trafico de vehículos relativamente intenso [Antonio Collantes de Terán Sánchez, en Diccionario histórico de las calles de Sevilla, 1993].

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La calle Lumbreras, al detalle:
Edificio c/ Lumbreras, 24; de Cruz y Ortiz

Corral de vecinos, en Lumbreras, 27

Almacenes Singer, de Espiau Muñoz