Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Córdoba, déjame ExplicArte los principales monumentos (Iglesia de Nuestra Señora de las Flores, Ermita de Nuestra Señora de la Salud, Ermita de la Vera Cruz, Torre del Ochavo, Torre Guadacabrillas, Portada de la Iglesia del Convento de San Basilio, Ermita de Santiago, Ermita de la Caridad, y Palacio de los Marqueses de Villaseca y Fernández de Córdoba) de la localidad de Posadas, en la provincia de Córdoba.
Surgido junto al Guadalquivir y al viejo camino de Córdoba a Sevilla. Pueblo caminero surgido a la vera del Guadalquivir, junto al viejo camino de Córdoba a Sevilla, Posadas evoca en su nombre una tradición hospitalaria que se mantiene hoy en su carácter acogedor y abierto. Su blanca horizontalidad, apenas alterada por la torre medieval, devenida en campanario de la parroquia, se acuna en una suave curva del Guadalquivir.
Posadas, a la orilla del Guadalquivir, cuyos barrio moruno, iglesia, del mismo nombre que la de Hornachuelos, y paseo de Pedro Vargas, merecen una visita (Rafael Arjona. Guía Total, Córdoba. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2009).
Surgido junto al Guadalquivir y al viejo camino de Córdoba a Sevilla. Pueblo caminero surgido a la vera del Guadalquivir, junto al viejo camino de Córdoba a Sevilla, Posadas evoca en su nombre una tradición hospitalaria que se mantiene hoy en su carácter acogedor y abierto. Su blanca horizontalidad, apenas alterada por la torre medieval, devenida en campanario de la parroquia, se acuna en una suave curva del Guadalquivir.
Villa situada al oeste de la provincia, junto a la carretera N-431.
Distancia a Córdoba: 32 Km.
Altitud: 85 m.
Extensión: 159,1 Km2
Habitantes: 7.360.
Gentilicio: Malenos.
En época musulmana existía una población conocida ya como al-Fanadiq, que significa Las Posadas, sin duda por las que había en el lugar, situado en el camino de Córdoba a Sevilla. Aquel núcleo se fue despoblando antes de que Fernando III conquistara la zona, repoblada por Alfonso X y conocida desde entonces por Las Posadas del Rey. Desde 1264 pasó a depender del concejo de Córdoba, y en 1629 Felipe IV la vendió en señorío a Diego Fernández de Córdoba. En Posadas o sus inmediaciones sitúan algunos historiadores la población romana de Detumo.
Oficina de Turismo de Posadas
+34 957 630 378
+34 957 630 807 (Diputación Provincial de Córdoba).
Documentada esta villa en época musulmana, perdió su población al fin de esta etapa, pero fue repoblada por Alfonso X en 1262 con el nombre de Las Posadas del Rey. En 1629 la adquirió Diego Fernández de Córdoba, luego con de Posadas, pasando posteriormente al marquesado de Estepa y Casa-Palma, y finalmente a la Casa de Polentinos. La necesidad de proteger los caminos llevó a la construcción de dos torres dentro de término, la del Ochavo, del siglo XII y renovada en el XIV, y la de Guadacabrilla, de 1414 (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).Posadas, a la orilla del Guadalquivir, cuyos barrio moruno, iglesia, del mismo nombre que la de Hornachuelos, y paseo de Pedro Vargas, merecen una visita (Rafael Arjona. Guía Total, Córdoba. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2009).
Iglesia de Nuestra Señora de las Flores.- La primitiva fabrica medieval se construyó sobre los restos del castillo, pero fue reedificada a mediados del XVI, en el episcopado de Leopoldo de Austria. Concebida en gótico humanista, conserva el remate de la torre y la bóveda estrellada de la cabecera, atribuidas a Hernán Ruiz el Viejo, y la puerta de los pies, diseñada por Hernán Ruiz II, hacia 1554. Tiene tres naves de arcos apuntados, pero las bóvedas son de la reforma de 1962. Está sometida a restauración en 2005.
Los retablos neogóticos de posguerra son de Antonio Leña Gomáriz. De las imágenes, merece destacarse el Cristo de la Vera Cruz, retallado por Rafael Barbero Medina en 1957 a partir de un crucificado catalán de serie. Interesantes son las piezas de orfebrería que se conservan, entre las que sobresalen la sobria cruz parroquial y dos cálices del siglo XVII, una custodia de mano, marcada en l731 por García de los Reyes, y un copón de Damián de Castro (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Se cree que el templo se levanta sobre el solar de una antigua mezquita que posteriormente fue adaptada a fortaleza.
Sus naves se construyeron sobre el patio de armas del castillo y el campanario sobre una de las torres de defensa. Hoy solo queda en pie esta torre y la puerta de levante de la fortaleza, más conocida como “el Arquito”.
El castillo de acabó de construir en 1320 y tenía planta de un cuadrado irregular de 95 a 100 metros de lado, con puertas al norte, este y sur.
La del norte pudo ser la actual “puerta de los novios” de la iglesia, la del sur estaría en la desembocadura de la calle Amargura con la calle Morería, y la del este sería el Arquito. Los últimos torreones del castillo fueron derribados en 1791.
El castillo se erigió en este lugar estratégico, a unos 400 metros de donde estarían situadas las posadas que darían nombre a la villa, para defender la zona de ataque de las razzias musulmanas (benimerines).
Por la puerta del norte se salía a la fuente de Triana, la puerta del sur daba salida a la Morería y al Guadalquivir.
La iglesia ha sufrido muchas reformas, en 1554 se colocó el campanario de estilo gótico sobre la torre.
El templo, también de estilo gótico, tiene planta basilical, sin ábside ni crucero, bóvedas de arista en sus tres naves, pilares lisos y accesos al altar mayor por tres lados. Dicho altar está labrado con mármol y guarda reliquias de los santos cordobeses San Próspero y Santa Perpetua.
Preside el altar un crucifijo que tiene por fondo un grandioso retablo neogótico de la posguerra. Muestra en un expositor su platería, de entre la que destaca una hermosa custodia dieciochesca.
La fachada principal es renacentista con aportaciones barrocas, con un gran arco de medio punto y elegantes columnas acanaladas. Sin embargo, se encuentra en desuso por la estrechez de la calle.
Tiene dos puertas laterales: la del norte o “puerta de los novios” que es utilizada en actualidad y la del sur o “puerta del sol”.
El nombre de la parroquia procede de las gentes de Hornachuelos que repoblaron esta zona y poseen una con el mismo nombre.
Cuenta la leyenda que allá por 1849, el conocido bandolero Curro Jiménez, murió en un enfrentamiento con la Guardia Civil (creada en aquellos tiempos), y fue enterrado en el antiguo cementerio de Posadas. Se cuenta que durante varios años su lugarteniente “ El Mochuelo” acudió disfrazado de Buhonero para ver al párroco de la Iglesia de Santa María de los Flores y entregarle unas monedas, al tiempo que le decía: “Padre acuérdese el Día de los Difuntos de un hombre al que la sociedad lo echó a la sierra”
Más Información: http://turismoposadas.es/historia/monumentos/sta-maria-flores/ (Diputación Provincial de Córdoba).
Ermita de Nuestra Señora de la Salud.- La Ermita de Nuestra Señora de la Salud tiene las imágenes de la patrona y de la cofradía de Jesús Nazareno, debidas al imaginero Antonio Castillo Lastrucci y realizadas en 1937 y 1938. En otros altares están Nuestra Señora de los Dolores, de 1937, el Señor del Huerto, de 1950, y el Señor de la Humildad, de 1938 (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
La ermita de Jesús se encuentra situada en un espacioso lugar, en un extremo de la población y precedida de un paseo con jardines y arboleda.
La Ermita barroca, consta de planta de cruz latina con crucero. La nave principal se divide en tres tramos y se cubre con bóveda de medio cañón con lunetos, mientras que el crucero se cierra mediante una cúpula semiesférica sobre pechinas.
Es de destacar las potentes columnas de superficie ondulada, así como la cornisa que recorre la nave.
La decoración de la nave se centra fundamentalmente en la bóveda y enmarques arquitectónicos con motivos de placas recortadas y temas vegetales en yeso.
El camarín de planta cuadrada, se ornamenta con motivos geométricos policromados, donde se alternan espejos y temas florales.
La fachada, de un solo cuerpo de gran altura y remate que se prolonga hasta la espadaña. El vano de acceso se encuentra flanqueado por dos pilastras que sustentan un frontón curvo partido que alberga una representación de la Virgen de la Salud, con enmarque arquitectónico. La espadaña, en eje con la portada, es de dos cuerpos, el inferior de dos vanos y el superior de uno, rematado con cruz de cerrajería.
Las fiestas de la ermita tienen lugar del 8 al 11 de septiembre, con solemne procesión de la imagen de Nuestra Señora de la Salud. El Viernes santo de madrugada, sale a la calle la Cofradía del Nazareno (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Ermita de la Vera Cruz.-
La Ermita de la Vera Cruz guarda imágenes de Nuestra Señora de la Soledad, San Juan Evangelista y el Yacente, obras de Rafael Barbero de 1953 y 1954 (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
La Ermita de la Vera Cruz guarda imágenes de Nuestra Señora de la Soledad, San Juan Evangelista y el Yacente, obras de Rafael Barbero de 1953 y 1954 (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
La Ermita consta de una sola nave de planta rectangular y ábside en la cabecera. Se divide entres tramos articulados por pilastras jónicas, entre las que se sitúan pequeñas hornacinas con altares laterales. La cubierta es de medio cañón con lunetos y arcos fajones que se unen a las pilastras, una cornisa volada rodea toda la nave. El coro de madera se sitúa a los pies dela ermita.
La fachada, de reciente factura, presenta un gran vano rectangular rematado por un frontón partido y óculo central.
La Ermita de la santa Cruz, se encuentra situada en el núcleo de la población de Posadas, concretamente en la calle Gaitán, zona perteneciente al patronato del mismo nombre, que tenía como finalidad el bien asistencial y religioso.
Cuando desapareció el citado Patronato, sólo se conservó la iglesia, donde se instaló la Hermandad de la Vera Cruz, nombre que tomó la ermita durante algún tiempo. En la Guerra Civil fue utilizada como almacén de trigo.
La ermita se encuentra abierta al culto durante todo el año. En la tarde del Viernes Santo, sale en procesión el Cristo Yacente y la Dolorosa (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Torre del Ochavo.- Esta torre se sitúa en el vértice Sureste de la Loma del Toril, por cuya ladera oriental desciende el arroyo de la Fuente de la Torre, afluente del arroyo de la Torre, constituyendo ambas cuencas el foso natural de esta fortificación., que defiende minas de galena argentífera explotadas en época romana y árabe, llamadas actualmente Casiano del Prado, y dos villares próximos: el de la Loma del Toril y el de Asencio, lugares donde vivían los mineros de la explotación.
Fue erigida cerca del cruce de caminos que van a Villaviciosa, Hornachuelos y Posadas en plena Sierra Morena, como parte de un sistema de torres vigía. Esta torre comunicaba, por el norte, con los torreones del Castaño y de la Torre y los castillos de Névalo y El Bacar; por el este, con el castillete de Santa María de Trassierra; por el sur, con el castillo de Almodóvar, la Torre de la Cabrilla y la fortaleza de Posadas y, por el este, con el Castillo de Hornachuelos, el Castillete del Guadalbacarejo y la Atalaya.
Su posición domina los accesos por el sur y oeste a la zona minera de La Plata, defendiendo las minas de galena argentífera explotadas en época romana y andalusí, llamadas actualmente Casiano del Prado, y dos villares próximos: el de la Loma del Toril y el de Asencio. Estos lugares estuvieron habitados por el personal minero que realizaba los trabajos de explotación de esta mina.
Se trata de una torre de planta rectangular, con dimensiones de 8,8 x 7,5 metros. Actualmente conserva una planta y el arranque de la segunda. En época más reciente se le ha añadido un habitáculo en la cara sur, posiblemente como corral, realizado con mampostería. La torre posee un sótano.
Al estar desmochada, no se sabe si la parte superior ofrecería almenas o merlones y algún hueco, además de la puerta, que se abre a mediodía. En el interior hay una cámara baja cubierta con bóveda circular de ladrillo y parece que sobre ella había otro piso. Estas características la asemejan con la Torre de Guadacabrilla, la cual aún mantiene una terraza almenada con matacán.
Sus paredes están construidas con sillares irregulares dispuestos en hilera, alternándose con hiladas de losas de piedra.
A pesar de la erosión sufrida, se aprecia un aparejo más regular como refuerzo de las esquinas, a base de sillares a soga y tizón. Parece que las piedras que constituyen los cuatro ángulos de sustentación son ruedas de molino salientes del resto. La parte superior del muro oeste tiene una oquedad abierta hacia arriba, posiblemente relacionada con el acceso a las plantas superiores.
Desde el habitáculo añadido se accede al interior de la torre a través de una tosca oquedad practicada en el muro. El espesor del muro es de 3,10 metros y el espacio interior de la torre es de 3,30 x 3,35 metros. Embutidas en cada pared hay dos pilastras sobre las que apoya un arco ciego de medio punto y, sobre ellos, una bóveda vaída de ladrillo desde las pechinas, dejando un orificio central cubierto por una losa, posiblemente el único acceso al recinto interior, pues no existen vestigios de escalera o pasillo que comunique la cámara con la planta superior. Las características de ese recinto interior y su bóveda de ladrillo responden a época almohade y fueron empleadas posteriormente por los castellanos. La cámara con chimenea se repite en otras construcciones como en la Torre de Teba (Ategua).
La primera referencia que se tiene sobre esta torre fue en 1352 cuando "la torre de Arias Cabrera que dicen Villar de Asensio" fue visitada con motivo de un ordenamiento del territorio que hizo Gómez Fernández de Soria, promovido por Pedro I.
Por aquel entonces se refirió que Cabrera poseía un haza de tierra en Hornachuelos lindante con el río Guadalcavarejo, y que el heredamiento de Doña Urraca, en el mismo término, estaba próximo a esta torre, constatada en la primera mitad del siglo XIV, probablemente remozada por Arias Cabrera aprovechando el desescombro del Villar de Asencio. Su hijo, Pedro Cabrera, también poseyó este heredamiento, por lo que igualmente se la conoció como "Torre de Pedro Cabrera".
Desde la segunda mitad del siglo XV ya era conocida como "Torre del Ochavo" debido a las nuevas ordenanzas promovidas para el aprovechamiento de una octava parte del cortijo para pastos para el ganado del propietario, de acuerdo a una ordenanza sobre tierra cerealista que modificaba los abusos de los ganaderos de otra anterior, autorizando a los dueños de los cortijos para que adehesaran la octava parte de la superficie labrada donde pastaran exclusivamente sus propios ganados, distinguiendo así estas tierras del ochavo de otras de privilegio. Este nombre perdurará desde entonces en la toponimia local y permitirá diferenciarla de la torre de Arias Cabrera, que se encuentra en la campiña cordobesa, cerca de la actual Santa Cruz. En esta época pertenecía a Hernán Cabrera.
En 1515, el jurado de la colación de San Miguel de Córdoba, Luis Bañuelos, funda mayorazgo de sus bienes entre los que figuran "el heredamiento y tierras que dicen de la Torre del Ochavo con su encinar y montes, término de la villa de Las Posadas". El heredamiento continúa actualmente perteneciendo a los descendientes de la antigua familia cordobesa de Cabrera, y la torre se encuentra en una finca privada.
La Torre del Ochavo ha venido considerándose como una torre "árabe con subterráneos" (Bernier Luque, 1987: 23), aunque se refirió a "sus constructores cristianos del siglo XIV o XV". Según M. Valverde y F. Toledo, su misión pudo ser, como ya se ha apuntado, la de defender las cercanas minas de galena argentífera. Sin embargo, en opinión de Juan Bernier Luque (1978: 107) esta torre constituía la defensa del camino de Posadas a Villaviciosa contra los bandoleros hasta los Reyes Católicos, momento en que decayó esta actividad subversiva en la sierra para volver a verse incrementada en el siglo XIX. También se ha señalado que la misión de esta torre era poner en comunicación los castillos de Almodóvar y Névalo (García Benavides: 10).
Puesto que desde la Torre del Ochavo se divisa el castillo de Almodóvar, ésta puede constituir una avanzadilla defensiva no sólo de este castillo y del de Névalo -a través de otra torre desaparecida, como indicó Bernier Luque (1978: 181)-, sino también de Las Posadas (antigua población andalusí de Alfanadiq) y de la propia Córdoba, ante posibles ataques por su región serrana occidental. Igualmente, tampoco se debe olvidar que, como indica J. M. Escobar Camacho (1993: 1256), cerca estaba el camino de Córdoba a Sevilla por la margen derecha del Guadalquivir, el más importante entre ambas ciudades en detrimento del arrecife (al-Ras-if) o antigua Vía Augusta de época romana (sobre la que luego se configuraría la carretera Nacional IV) (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Es una edificación erigida en el s. XIV cerca del cruce de caminos que iban y van a Villaviciosa, Hornachuelos y Posadas en plena sierra, como parte de un sistema de señales.
Esta torre comunicaba, por el norte, con los torreones del Castaño y de la Torre y los castillos de Névalo y El Bacar; por el este, con el castillete de Santa María de Trassierra; por el sur, con el castillo de Almodóvar, la torre de la Cabrilla y la fortaleza de Posadas y, por el este, con el castillo de Hornachuelos, el castillete del Guadalbacarejo y la Atalaya.Está declarada Bien de Interés Cultural desde 1985.La primera referencia que se tiene sobre ella fue en 1352 cuando «la torre de Arias Cabrera que dicen Villar de Asensio» fue visitada con motivo de un ordenamiento del territorio promovido por Pedro I. Su hijo Pedro Cabrera también poseyó este heredamiento, por lo que igualmente se le conoció como «torre de Pedro Cabrera».En la segunda mitad del s. XV se la conoce como «torre del Ochavo» debido a las nuevas ordenanzas promovidas para el aprovechamiento de una octava parte del cortijo para pastos para el ganado del propietario. Este nombre perdurará desde entonces en la toponimia local.
Su posición fortificada domina los accesos por el sur y oeste a la zona minera de La Plata y defiende el antiguo Villar de Asensio, asentado en este espolón, y a otro villar que estuvo asentado en la Loma del Toril. Ambos villares estuvieron habitados tanto en la época romana como en la árabe por el personal minero que realizaba los trabajos de explotación de los filones argentíferos de esta mina, hoy llamada de Casiano del Prado o de La Plata.
La torre tiene plata cuadrada, de unos 8,80 x 7,5 m, y alzado a base de sillares sin labrar. Como está desmochada no se sabe si la parte superior ofrecería almenas o merlones y algún hueco, además de la puerta, que se abre a mediodía sin estructura de acceso. En el interior hay una cámara baja cubierta con bóveda circular de ladrillo y parece que sobre ella había otro piso, y quizá tuvo hasta azotea, como la torre de la Cabrilla.
Está bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
En el año 1993 la Junta de Andalucía otorgó reconocimiento especial a los castillos de la Comunidad Autónoma de Andalucía (Diputación Provincial de Córdoba).
La Torre de Guadacabrillas, llamada también Torre de la Cabrilla se encuentra en el término municipal de Posadas, en el lateral sur de la carretera A-431, entre esta localidad y Almodóvar del Río. Durante las obras de la mejora de dicha carretera se han encontrado a los pies de la citada torre algunos restos arqueológicos.
Se trata de una atalaya o torre de almenara de planta casi cuadrada. Mide 10 metros de altura, 7,15 metros de anchura por el muro de la puerta de entrada y 6,70 por el muro oeste. Los muros son de mampostería, estando reforzados en las esquinas por sillares de tamaño medio-grande colocados a soga y tizón. También tiene sillares en la plataforma de apoyo de los muros, colocados a soga. Posee dos saeteras, una sobre la puerta y otra en el lado de Levante. La puerta, estrecha y baja (75 x 1,70 centímetros.), se abre a mediodía, hacia el río, y aún conserva los agujeros donde encajaban los goznes que hacían girar la hoja u hojas.
La torre posee dos pisos. El bajo consta de una sola cámara, de buenas proporciones. El techo es de bóveda de ladrillo en forma circular, que contrasta con el cuadrado de la planta y deja al descubierto en un lado un espacio reservado para la escalera de subida al segundo piso, escalera de la que no se conserva ningún peldaño pero sí sus huecos en el muro. Ya en el segundo piso, que es de las mismas proporciones que el inferior, se sube a la azotea por una escalera de peldaños.
La azotea, que debió de ser añadida con posterioridad, está rematada por almenas y merlones acabados en forma piramidal al estilo común de otras fortificaciones, como el próximo castillo de Almodóvar o la muralla de Córdoba. La parte superior de la fachada está coronada por una ladronera destinada a controlar la vertical de la puerta de entrada al recinto y similar a una que se observa en el vecino castillo de Almodóvar. En algunas zonas de los paramentos se observan grafitos, como el que hay junto a la puerta, a su derecha, consistente en una cruz dentro de un óvalo.
Según L. M. Ramírez de las Casas-Deza, la Torre de la Cabrilla se levantó en 1320, durante el reinado de Alfonso XI, pero en opinión de J. L. Rodríguez Lara es posible que este escritor se confundiera con la erección de la fortaleza de Las Posadas (actual pueblo de Posadas) y que haya que situar su construcción en el reinado de Enrique III (1390-1406). Se ha postulado que fuese construida bajo el mando del segundo corregidor de Córdoba, el doctor Luis Sánchez, posiblemente entre 1403 y 1406, "para guarda del camino de Sevilla" y del vado del Guadalquivir.
Esta torre ocupa una posición dominante en el territorio, y pudo ser construida aprovechando los restos de una anterior que existía ya en 1267, con el nombre de la Atalayuela.
La torre formaba parte de la línea de defensa del camino real de Córdoba a Sevilla por la orilla derecha del Guadalquivir, línea que formaban los torreones del Guadalmellato, el Castillo de Almodóvar, la fortaleza de Las Posadas, el Castillo de Moratalla, el de Almenara, la Torre de Villadiego, la de Lora, etc. El sistema defensivo se extendía también por la sierra con el Castillo de Névalo (Villaviciosa), la Torre del Ochavo, el Castillo de Hornachuelos, etc.
La inseguridad de la zona desde su conquista en 1240 por Fernando III hasta la caída de Granada en 1492 justificaba este aparato defensivo, pues las algaradas de los nazaríes tras la conquista castellana fueron numerosas.
Se dice que en 1414 ocupaba la torre el ermitaño Juan de Buenavista "excusando muchos robos y muertes de hombres y muchos males que allí se hacían y podrían hacerse, de cuya obra se seguía mucho servicio de Dios y provecho y bien de la comarca y guarda de ella".
Aparte de lugar de observación y medio de comunicación de las torres entre sí, con la posibilidad de dominar una vasta extensión de terreno, estas construcciones defensivas venían a traer tranquilidad a los repobladores cristianos que se asentaron en la zona, funcionando como lugares de refugio para ellos y para el ganado. La Torre de La Cabrilla, en concreto, se ha utilizado hasta hace poco como albergue por los pastores en caso de tormenta (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
La actual torre de Guadacabrilla o de la Cabrilla fue mandada a construir en el s. XV por el segundo corregidor de Córdoba, el doctor Luís Sánchez, en tiempos de Enrique III (posiblemente entre 1403 y 1406) «para guarda del camino de Sevilla» y del vado del Guadalquivir.
Esta torre ocupa una posición dominante y fue construida aprovechando los restos de una anterior que existía ya en 1267, que con el nombre de la Atalayuela era designada como mojón situado entre el camino de Córdoba a Sevilla y el río Guadalquivir. En 1985 fue declarada Bien de Interés Cultural, máxima protección al monumento que otorga la Ley de Patrimonio Histórico Español.
Ya en 1414, prestaba sus servicios al caminero el ermitaño Juan de Buenavista «excusando muchos robos y muertes de hombres y muchos males que allí se hacían y podrían hacerse, de cuya obra se seguía mucho servicio de Dios y provecho y bien de la comarca y guarda de ella».
Igualmente no se escapa de las referencias literarias y leyendas populares acerca de venteros, bandidos y malhechores.
De planta prácticamente cuadrada, con medidas de 6,70 x 7,32 metros, siendo su lado mayor el que corresponde a la puerta, orientado al sur; consta de dos plantas y azotea. Está construida con hiladas de mampuesto y a intervalos losas de piedra estando las mochetas constituidas por sillares a soga y tizón.
Se accede al interior por una puerta de arco carpanel con dovelas de piedra, protegido por un sillar que apoya en jambas de sillares embutidos en el muro sin sobresalir de la fachada, pero con salientes al pasillo para que la puerta apoye en el resalte. Hay unas cajeras a media puerta para el alojamiento de la tranca.
Adosada al muro oriental existía una escalera con techo de bóveda de cañón de ladrillo, excepto el ángulo, en que hay una oquedad para pasar a la planta superior. En el centro de cada fachada de la 2ª planta hay una ventana alargada, saetera o tronera, con jambas y dintel de sillares. La fachada oriental no posee ventana.
De la azotea sale un alero, a modo de moldura donde comienza el antepecho. Está rematado con almenas de casquete piramidal. En la parte superior de la fachada sur hay un matacán apoyado en cuatro ménsulas labradas, por donde se podían arrojar proyectiles para defensa de la puerta (Diputación Provincial de Córdoba).
Los restos conservados del antiguo Convento de San Basilio en posadas se reducen a una portada lateral de la antigua iglesia conventual, correspondiente en concreto al lado de la epístola. Dicha portada daba acceso al interior de la nave de la iglesia.
La portada presenta un ancho total de 4,70 metros, mientras que la luz del arco es de 2,50 metros; la altura total de la portada es de 6,22 metros aproximadamente, mientras que la altura hasta el arranque de la línea del frontón es de 4,9 metros aproximadamente.
Labrada en piedra caliza, dicha potada está formada por un vano escarzado sobre pilastras, coronado por frontón triangular abierto. Las enjutas y pilastras que jalonan el arco presentan una labor de almohadillado típicamente manierista. Las pilastras exteriores que soportan el frontón superior presentan una labor de cajeado y una moldura con gútulas de raigambre clásica, presentando una anchura de 110 cm cada una de ellas. Destaca la labor escultórica de la clave central del arco, que presenta un relieve con una cara de un personaje mitológico, con flores de acanto. Por su parte, el frontón triangular abierto muestra una cornisa sencilla, de líneas severas, en tanto el tímpano acoge decoración alegórica alusiva a la iconografía de San Basilio.
El convento de la Orden de San Basilio Magno tiene su origen en el cenobio que esta orden tenía desde la 2º mitad del siglo XVI en la finca del Torilejo. En el siglo XVII se trasladaron a Posadas, sin conocerse la fecha precisa, aunque figura la de 1642 en la portada de la antigua iglesia conventual, aunque la iglesia ni llegó a terminarse hasta 1705, consagrándose a Nuestra Señora de Gracia.
A principios del siglo XIX el convento se vio afectado por la invasión francesa, y en 1835 fue clausurado con la desamortización de Mendizábal. Desde entonces el edifico pasó a manos municipales y fue objeto de sucesivos despropósitos que terminaron por arruinarlo. Durante la Guerra Civil española fue utilizado como almacén de víveres, y posteriormente se usó como plaza de toros, cine, molino de aceite y escuela. En 1957 se instaló en la iglesia el hogar parroquial de Pío XII y en el convento el mercado municipal de abastos. El convento fue finalmente demolido en 1981 para construir en su lugar un bloque de viviendas de VPO, quedando como testimonio del viejo convento la portada lateral de la iglesia (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Ermita de Santiago.-
La Ermita se encuentra en la actualidad unida a otros edificios. Se accede a ella mediante un patio con entrada lateral a la fachada.
La Ermita se encuentra en la actualidad unida a otros edificios. Se accede a ella mediante un patio con entrada lateral a la fachada.
El edificio es de una sola nave de planta rectangular. Se cubre con bóveda de cañón en la nave y de media naranja sobre pechinas en el presbiterio.
La fachada es de un solo cuerpo, presenta un vano de acceso con arco rebajado flanqueado por pilastras dobles superpuestas, unidas en su parte superior por una pequeña moldura a la altura de la cornisa. Se remata por un gran frontón triangular con un pequeño óculo central. Sobre la fachada, partiendo de un basamento rectangular, se levanta la espadaña, de un solo cuerpo, con un vano y rematada por frontón triangular.
La Ermita de Santiago, actualmente se encuentra ubicada en el núcleo de la población de Posadas, antes formaba parte del antiguo Camino Real. Junto a la ermita existía una fuente, lo que convirtió ese lugar en estación obligada para los peregrinos.
Durante la Guerra Civil Española fue saqueada y destruida por lo que actualmente carece de bienes muebles, solo conserva una imagen de Santiago de escaso valor.
La festividad de la ermita se celebra el día del patrón, el 25 de julio, durante la cual tiene lugar una verbena en el patio de entrada a la ermita. Algunos años ha salido el santo en procesión (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Ermita de la Caridad.- La Ermita de la Caridad, se encuentra situada en el núcleo de la población. Actualmente se encuentra cerrada al culto, por las obras de restauración que se están llevando a cabo en ella. Se encontraba hundida en su totalidad, conservándose de la primitiva solamente la portada y la espadaña. Prácticamente se encuentra abandonada desde la guerra civil con múltiples usos de almacén, vivienda, careciendo por lo tanto de bienes muebles.
La portada presenta un vano de medio punto con doble rosca y pilastras adosadas que se unen en la parte superior por una pequeña cornisa, todo realizado en ladrillo limpio estilo popular, al igual que la espadaña de un solo vano que se levanta en el lado derecho de la fachada.
En el lateral derecho de la fachada y sobre un arco peraltado se levanta un balcón donde se encuentra una pequeña imagen de la Virgen.
A pesar de estar cerrada al culto, actualmente se celebra una animada verbena popular (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Ubicado en el casco urbano de Posadas, frente al Ayuntamiento de la localidad, es un ejemplo de construcción nobiliaria y actualmente aloja dependencias oficiales.
Se trata de un edificio de la Edad Moderna, del primer tercio del siglo XVII, de estilo Protobarroco. Destaca por sus artesonados, especialmente el de la primera planta, y por su portada barroca en piedra natural, adornada con los tres escudos.
Sólo se conserva la nave de la izquierda y la entrada principal, ya que para 1851 se encontraban ambas alas del Palacio segregadas y con distinto propietario, y recientemente derruida el ala derecha y construida una vivienda particular.
La fachada del palacio se articula en dos pisos: el inferior, con grandes ventanales y el superior, con balcones. Pero sin duda destaca el binomio puerta-balcón central, que marca el eje de simetría del conjunto.
El vano de la portada es adintelado y queda entre jambas acanaladas, mientras que dos anchas pilastras cajeadas soportan un dintel sobre el que cabalga el balcón, con similar esquema al anterior, sólo que las pilastras sustentan un entablamento con metopas, triglifos y mútulos. Por encima, se halla el frontón que alberga el escudo.
Tras la portada se halla un amplio zaguán, con dos columnas y, al parecer, los amplios salones se cubrían con artísticos artesonados. En la actualidad, su carácter primitivo y aspecto se han visto alterados al servir durante la última centuria para distintas funciones.
El escudo nobiliario más destacado de este edificio, casi con toda probabilidad, corresponde a Don Diego Fernández de Córdoba, Virrey de México, a quién le fue concedida la Villa de Posadas por Felipe IV en 1629, primero en calidad de señorío y posteriormente como condado.
Este escudo se encuentra en el frontón que corona la portada del Palacio. Con boca ovalada, sobre campo cortado, consta de tres fajas (Armas de Fernández de Córdoba) y cinco hojas de higuera en sotuer (Armas de Figueroa). Está emplazado sobre cartela sostenida entre dos sencillas orejetas.
Las armas de Figueroa ya aparecían en el Palacio de Viana, en Córdoba, pues fue la casa solariega de los Suárez de Figueroa, cuyo tronco primigenio es el linaje de los Córdoba; uno de los más esclarecidos de la ciudad y que más ramas tuvo, contando con personajes de gran peso en la historia de la ciudad. No es extraño, pues, que aparezcan aquí en el mismo blasón las Armas de Córdoba y Figueroa unidas.
De Diego Fernández de Córdoba, fue Virrey de Nueva España, del 18 de octubre de 1612 al 14 de marzo de 1621 y Virrey del Perú del 25 de julio de 1622 al 14 de enero de 1629.
Nacido en Sevilla, hijo de Francisco Fernández de Córdoba y Manrique, y de Francisca Melgarejo de las Roelas. En 1629 el Rey Felipe IV le concedió la Villa de Posadas, primero en calidad de de señorío y, más tarde, como condado. Tuvo tres hijos entre los que destaca Francisco Antonio Fernández de Córdoba y Riederer de Paar, primer conde de Posadas.
En 1598, a la edad de 20 años, recorrió Centroeuropa como Embajador. Posteriormente fue nombrado Virrey de Nueva España por Felipe III, para quien había servido de ayudante de cámara. Durante este cargo mandó construir numerosas infraestructuras y también mejoró el saneamiento y abastecimiento de agua de la Ciudad de México, completando en 1620 el acueducto de Chapultepec, formado por 900 arcos. Estableció un tribunal para regular la compra y venta de mercurio, utilizado en la producción del oro y la plata en las minas de la Nueva España. Debido a sus grandes obras, recibió el apodo del "Buen Virrey".
En el Virreinato del Perú, Diego Fernández de Córdoba reformó el sistema fiscal y acabó con las luchas entre familias rivales que ensangrentaban el virreinato, también defendió Lima de los ataques de los piratas.
En 1629 renunció a su cargo y regresó a España, donde murió al año siguiente.
El Señorío de Villaseca fue creado en 1437 por D. Martín Alfonso de Villaseca, tatarabuelo de D. Gómez Fernández de Córdoba, Figueroa y Villaseca, a quien se le puede atribuir el nombre de la calle y el huerto.
Por otra parte, Diego Alfonso de Sousa creó el Marquesado de Guadalcázar que heredó en 1559 D. Gómez Suárez de Figueroa y Córdoba, su nieto, a la muerte de su padre D. Antonio Alfonso de Sousa y de su madre Dña. Marina Suárez de Figueroa y Córdoba junto con los mayorazgos de Fuencubierta y Villaseca. Este D. Gómez también puede ser al que se refiere el nombre de la calle y el huerto.
Aunque el Marquesado aún no había sido creado con estos dos últimos personajes es más que probable que se refieran a alguno de ellos teniendo en cuenta que las propiedades de la Casa de Villaseca se encontraban a orillas del cercano arroyo Guadalmazán que desemboca en el Guadalquivir a escasos kilómetros de la Villa (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Más sobre la provincia de Córdoba, en ExplicArte Sevilla.
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