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jueves, 4 de septiembre de 2025

Un paseo por la plaza de los Terceros

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la plaza de los Terceros, de Sevilla, dando un paseo por ella
     Hoy, 4 de septiembre, la Orden de San Agustín celebra la Solemnidad de Nuestra Señora de la Consolación, una semana después de la solemnidad de San Agustín, con el rango de solemnidad.
     Y que mejor día que hoy para Explicarte la plaza de los Terceros, de Sevilla, que dando un paseo por ella, puesto que la denominación de esta vía hace alusión al cercano convento de Los Terceros, cuyo nombre oficial es Nuestra Señora de Consolación.
     La plaza de los Terceros es, en el Callejero de Sevilla, una vía que se encuentra en los Barrios de la Encarnación-Regina, y de Santa Catalina, del Distrito Casco Antiguo, y formada por la confluencia de las calles Capataz Manuel Santiago, Bustos Tavera, y Sol
     La plaza responde a un tipo de espacio urbano más abierto, menos lineal, excepción hecha de jardines y parques. La tipología de las plazas, sólo las del casco histórico, es mucho más rica que la de los espacios lineales; baste indicar que su morfología se encuentra fuertemente condicionada, bien por su génesis, bien por su funcionalidad, cuando no por ambas simultáneamente. 
       Con todo, hay elocuentes ejemplos que ponen de manifiesto que, a veces, la consideración de calle o plaza no es sino un convencionalismo, o una intuición popular, relacionada con las funciones de centralidad y relación que ese espacio posee para el vecindario, que dignifica así una calle elevándola a la categoría de la plaza, siendo considerada genéricamente el ensanche del viario. 
     Hay una reglamentación establecida para el origen de esta numeración en cada vía, y es que se comienza a partir del extremo más próximo a la calle José Gestoso, que se consideraba, incorrectamente el centro geográfico de Sevilla, cuando este sistema se impuso. En la periferia unas veces se olvida esta norma y otras es difícil de establecer.
     Desde finales del s. XV aparece nombra­da como plaza de las Tablas o de las Carnicerías, en otras de las Freideras (o de las Freidurías), o de forma más regular, de Santa Catalina. La primera se explica por la existencia en ella, desde 1485, de puestos de venta de carne, llamados tablas de carnicerías; también está probada la existencia de freidurías en esta plaza, que en 1602 se solicitó que fuesen trasladadas a la de los Corrales. De todos modos, la denominación que se utiliza de forma más continuada, y que se termina imponiendo, es la de Santa Catalina, por la iglesia de igual advocación que se levanta en sus proximidades (v. Alhóndiga). En 1839 González de León la denomina indistintamente de Santa Catalina, de la Cruz o de los Terceros. A partir de 1845 se impone esta última denominación, por el convento así llamado que se encuentra a comienzos de la calle Sol. Asimismo la acera de esta plaza que comunica Alhóndiga, Capataz Manuel Santiago, y Bustos Tavera fue conocida hasta l868 como calle de Santa Catalina.
     Presenta planta en forma de embudo, con su base entre Bustos Tavera y Sol, y se estrecha progresivamente hacia la confluencia de Gerona, Alhóndiga y Santa Catalina (actual Capataz Manuel Santiago); a finales del s. XVI se derribaron unas casas al objeto de ensanchar la salida de la plaza. Empedrada en los siglos XVI y XVII, fue adoquinada a finales del XIX, y actualmente se encuentra asfaltada. El basamento de la plaza tiene forma triangular, su suelo es de albero, salvo una franja de losetas de cemento en los bordes; está dotada con farolas de pie, cabina telefónica y quiosco de prensa, y posee asimismo tres moreras de buen porte, que dan sombra a la plaza en los meses de estío. En la edificación predominan las viviendas tradicionales, modestas, de tres plantas, ya muy deterioradas, algunas de ellas deshabitadas; existen dos casas de escalera, de finales del XIX, y en algunos casos se ha procedido a la sustitución por viviendas de pisos de cuatro plantas. Es de destacar la núm. 9, convertida hoy en casa de vecinos.
     Más importante que la función residen­cial, ha sido en tiempos históricos la comer­cial. En 1485 se autorizó la venta en esta plaza de "viandas de carne de puerco y cabrón y oueja, y pescado seçial y sardinas frescas" (Sec. 16, núm. 17). Ya se ha hecho referencia a la existencia de freidurías, y también se encontraban allí establecidas, en el s. XVII, panaderías. Morgado, en su Histo­ria de Sevilla, decía que allí se vendían "todas cosas de comer" y además "se hace una feria todos los lunes, jueves y sábados de todas las semanas del año de sus muros adentro y de todas las cavalgaduras a la plaça de Sancta Caterina". Esta función se ha prolongado a lo largo de los siglos, y a finales del XIX (1875) se encontraba en los Terceros el gremio de "tiendas de patatas y huevos". También en la segunda mitad del siglo pasado tenían allí sus talleres un maestro herrador y un maestro herrero, que realizaban en la plaza sus tareas y sacaban a ella, para descontento de los vecinos, rejas, balcones y barrotes de hierro. Famoso fue uno de estos herradores, Pérez de Álamo, a quien A. Palacios Miniño retrata en Estampas de mi tierra. Sevilla y su provincia: "El herrador de placita de los Terceros, con un sombrero de boer y su luenga barba blanca, respetable y respetado, y recuerdo vivo de aquellos tiempos heroicos del romanticismo revolu­cionario, en los que, al frente de una columna de valientes, se lanzó al campo a luchar contra la monarquía". 
     Hoy la plaza conserva una función comercial de carácter tradi­cional y diversificada (tejidos, marroquinería o droguería...) y se ha abierto una sucursal de una entidad bancaria, pero es más no­table la función de ocio, pues varios bares instalan, a partir de la primavera, veladores en la placita, que se encuentra por ello muy concurrida en las horas de las cálidas no­ches sevillanas. Cuenta también con una bodega de vinos. Situada entre varias iglesias y conventos, la plaza de los Terceros ha formado parte de recorridos habituales de los itinerario procesionales, como la Virgen del Carmen, de la iglesia de Santa Catalina ya en el s. XIX, o de las rogativas para pedir lluvias (1750, 1780), y todos los Domingos de Ramos de la cofradía de la Sagrada Cena, con sede precisamente en los Terceros [Josefina Cruz Villalón, en Diccionario histórico de las calles de Sevilla, 1993].
Terceros, plaza de los. 11. Casa de dos plantas, la segunda avitolada, y ático, con vanos separados por pilastras [Francisco Collantes de Terán Delorme y Luis Gómez Estern, Arquitectura Civil Sevillana, Excmo. Ayuntamiento de Sevilla, 1984].
Conozcamos mejor la Festividad de Nuestra Señora de la Consolación;
   Esta advocación es muy antigua en el seno de la Orden agustina y fue declarada su Patrona. Según la leyenda, Santa Mónica derramaba muchas lágrimas ante Dios en favor de su hijo San Agustín, desviado de la fe que ella le transmitiera en su infancia, y la Virgen la consoló en su oración ferviente anunciándole la vuelta de su hijo a la Iglesia y le exhortó a expresar su penitencia vistiendo hábito negro y ciñéndose con una correa del mismo color.  Según los datos históricos, en su origen, ningún lazo especial relaciona a esta advocación con la Orden Agustiniana. Consta que a mediados del siglo XV los agustinos veneraban en el norte de Italia una imagen de María bajo este nombre.  En 1439 obtuvieron los agustinos la facultad de erigir para los laicos la Cofradía de la Cintura. En 1575 el Prior General Tadeo Guidelli unió la cofradía fundada en Bolonia para dar culto a la Virgen de Consolación, que había sido fundada en 1495, a la de los Cinturados de San Agustín, con la ratificación de Gregorio XIII Buoncompagni. La archicofradía adoptó entonces el título de Cinturados de San Agustín y de Santa Mónica bajo la advocación de Nuestra Señora de la Consolación.  Al año siguiente el mismo papa, boloñés de nacimiento, le otorgó numerosas indulgencias y el título de archicofradía con poder de agregar a otras cofradías, reservando la concesión de las patentes de agregación al General de la Orden. Se le concedió así mismo a la Orden fiesta de este título mariano con misa y Oficio propios. A partir de entonces la devoción y el culto a esta advocación se propagaron constantemente, favorecidos por los papas y por el celo de los agustinos, aún en lugares donde no había conventos de la Orden.
   La iconografía tradicional nos muestra a la Virgen con el Niño en brazos, ofreciendo la correa del hábito agustino a San Agustín y a su madre Santa Mónica, ambos arrodillados a sus pies.  La Orden de San Agustín en sus tres ramas celebra en su liturgia propia la festividad de la Virgen bajo su advocación de Nuestra Señora de la Consolación el día cuatro de septiembre, una semana después de la solemnidad de San Agustín, con el rango de solemnidad (Ramón de la Campa Carmona, Las Fiestas de la Virgen en el año litúrgico católico, Regina Mater Misericordiae. Estudios Históricos, Artísticos y Antropológicos de Advocaciones Marianas. Córdoba, 2016).
       Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la plaza de los Terceros, de Sevilla, dando un paseo por ella. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la ciudad.

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La plaza de los Terceros, al detalle:
Edificio de la plaza de los Terceros, 11

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