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martes, 30 de septiembre de 2025

La Hacienda La Bodeguilla, en Mairena del Aljarafe (Sevilla)

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Sevilla, déjame ExplicArte la Hacienda La Bodeguilla, en Mairena del Aljarafe (Sevilla).
     Hoy, 30 de septiembre, Memoria de San Jerónimo, presbítero y doctor de la Iglesia, el cual, nacido en Dalmacia, estudió en Roma, ciudad en la que cultivó con esmero todos los saberes y recibió el bautismo cristiano. Después, seducido por el valor de la vida contemplativa, se entregó a la existencia ascética al ir a Oriente, donde se ordenó de presbítero. Vuelto a Roma, fue secretario del papa Dámaso, hasta que, tras fijar su residencia en Belén de Judea, vivió una vida monástica dedicado a traducir y explicar las Sagradas Escrituras, revelándose como insigne doctor. De modo admirable fue partícipe en muchas necesidades de la Iglesia y, finalmente, llegado a una edad provecta, descansó en la paz del Señor (420) [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II].
   Y que mejor día que hoy para ExplicArte la Hacienda La Bodeguilla, en Mairena del Aljarafe (Sevilla), puesto que fue propiedad del monasterio sevillano de San Jerónimo de Buenavista, por lo que era denominada la Bodeguilla de los Frailes.
     La finca de la Bodeguilla se encuentra en los límites de los términos municipales de Almensilla, Bollullos de la Mitación y Mairena del Aljarafe, pero su amplio caserío se asienta sobre terrenos pertenecientes a este último. Históricamente tenía su acceso principal desde el cordel Triana-Villamanrique, donde están los postes de los que arranca una amplia avenida arbolada. No obstante, hoy se llega a la hacienda desde la carretera Bollullos-Almensilla, de la que parte un carril que conduce directamente a las edificaciones.
     El caserío se organiza en un núcleo central alrededor de un patio cuadrado, rodeado por otro patio perimetral y el ámbito de un jardín delantero, que compone la sección derecha de la fachada principal, con una portada monumental y la edificación de la residencia, de doble altura, al fondo. Junto a la puerta principal del señorío aparece el escudo de los actuales propietarios y en el extremo derecho de su fachada, la portada de la pequeña y sencilla capilla. 
     El patio que se abre tras el señorío está empedrado, con un pozo en el centro. Tiene su acceso, desde el patio perimetral, en uno de sus laterales, junto a una pieza de cuadras en planta baja con un pajar en la superior. A la izquierda de la entrada, a su vez, se disponen tres dependencias dedicadas, como indican sus respectivos azulejos, a "lavadero", "insecticidas y tratamientos" y "molino de piensos", mientras al fondo, en ángulo con el señorío se desarrolla el volumen del molino de aceite. 
     Esta almazara es, sin duda, el elemento más interesante de toda la hacienda, conservándose sus espacios en muy buen estado. Está configurada por tres naves paralelas separadas por tandas de arcos de medio punto bajo una llamativa viguería, aunque la teja original de la cubierta ha sido sustituida por uralita. En este ámbito destaca la cuidada solería, de ladrillo a sardinel formando cuadros. En la primera nave se asienta el empiedro, que se ha conservado, correspondiendo la siguiente nave a la de prensado, con la capilla para la viga en la cabecera bajo la torre de contrapeso, que se remata en terraza con acceso mediante una escalera de caracol adosada al cuerpo de la torre, y con tinajas embutidas en el suelo a los pies. 
     El patio perimetral, de labor, que rodea el núcleo del señorío y el molino, tiene pavimento empedrado.  Aquí se ubicó en origen el tinao, que se ha perdido, disponiéndose todavía en sus laterales la vivienda del casero y una cochera. Al fondo de este patio se ubican unas zahúrdas, un gallinero, el transformador y el estercolero.
     En cuanto a su historia, hay que indicar que, según informa Antonio Herrera García, fue propiedad del monasterio sevillano de San Jerónimo de Buenavista, por lo que era denominada la Bodeguilla de los Frailes. Al final del Antiguo Régimen parte de la hacienda, los denominados cercados de Pajarito y Ossorio, estaban arrendados al dueño de la cercana Hacienda de Majalcofar. Entretanto, el núcleo de la Bodeguilla lo formaban 250 fanegas de cereal y 40 aranzadas de olivar, lo que evidencia su carácter mixto. No obstante, el aspecto que ofrece su caserío debe mucho al siglo XIX, a pesar de que su origen ha de ser anterior. Por otra parte, aunque el componente olivarero y aceitero es el más llamativo del edificio, la presencia de la ganadería hubo de ser importante, a juzgar tanto por las dependencias que conserva como por las que ha perdido pero de las que tenemos referencias. En cualquier caso, hay que destacar de la Bodeguilla el buen estado de conservación que presenta en nuestros días, especialmente su interesante molino, el cual, a pesar de su gran desarrollo, es algo más bajo que el señorío, estableciéndose una sutil jerarquización entre los elementos más importantes de la hacienda, presididos por el señorío, seguido muy de cerca por el molino (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Conozcamos mejor la Historia, Leyenda, Culto e Iconografía de San Jerónimo, presbítero y doctor de la Iglesia; 
HISTORIA Y LEYENDA
   Uno de los cuatro grandes doctores de la Iglesia latina.
   Nació en Estridón, cerca de Aquilea, en Venecia (y no en Dalmacia o en Panonia) en 347; y en Roma fue alumno del famoso gramático Donato.
   Retórico consumado, como San Agustín, además era políglota. Como había aprendido el griego y el hebreo, se jactaba de ser trilingüe.
   Bautizado a los diecinueve años de edad, en 373 partió en peregrinación hacia Tierra Santa. Entre los años 375 y 378 se retiró en el desierto de Siria para llevar una existencia de anacoreta. Fue allí donde escribió la Vida de San Pablo ermitaño.
   De vuelta en Roma en 382, después de residir en Antioquía, se convirtió en el colaborador del papa Dámaso quien le encargó revisar la traducción latina de la Biblia según el original hebreo y la versión griega de los Setenta. Después de la muerte del papa, prefirió regresar a Palestina y en 386 se radicó en Belén, donde terminó la traducción de la llamada Vulgata. Allí murió, en el año 420.
   Sobre este cañamazo, la Leyenda Dorada bordó una novela que proveyó a los artistas un material menos ingrato que la historia: los temas más populares son la Flagelación de San Jerónimo por los ángeles, sus Tentaciones en el desierto y sobre todo la fábula del león domesticado.
1. Durante un acceso de fiebre, soñó que era conducido ante el tribunal de Cristo que le preguntó si era cristiano o ciceroniano y lo condenó a ser azotado por los ángeles. Jerónimo despertó con contracturas, y jurando que no volvería a leer libros profanos.
2. Durante su retiro en el desierto, su piel se volvió negra como la de de un africano. A pesar de sus ayunos y mortificaciones, estaba obsesionado por sueños lascivos de danzas de muchachas desnudas. Para hacer penitencia se mortificaba el pecho día y noche.
3. Un día, cuando explicaba la Biblia a los monjes de su convento, vio llegar hacia él un león que cojeaba. Le extrajo una espina de la pata herida y lo mantuvo a su servicio encargándole que cuidara a su asno mientras éste pacía. Un grupo de caravaneros, aprovechándose de su sueño robaron el asno. Algún tiempo después el león encontró la caravana de mercaderes que volvía por el mismo camino con el asno robado, que usaban, según la costumbre, para guiar a los camellos cargados de mercancías. Con sus rugidos, el león puso a los ladrones en fuga y devolvió triunfalmente el asno al monasterio, y por añadidura, entregó los camellos.
   San Gerásimo, cuyo nombre pudo fácilmente confundirse con el de San Jerónimo.
   Los hagiógrafos copiaron estas leyendas de las vidas de otros santos. Las Tentaciones de San Jerónimo en el desierto de Siria son réplicas de las de San Antonio en el desierto de Egipto. En cuanto a la leyenda del león, se tomó de la historia de un anacoreta de Palestina,
   He aquí como puede explicarse el génesis de esta fábula. Los cuatro doctores de la Iglesia se pusieron en paralelo con los cuatro evangelistas. Ahora bien, San Jerónimo formó pareja con San Marcos quien tiene como atributo un león. Un hagiógrafo, que no comprendía el sentido de dicho atributo, y que recordaba que San Jerónimo había pasado muchos años en el desierto, le habría aplicado la leyenda del león herido, y curado por un santo ermitaño, que había encontrado en la vida de San Gerásimo.
CULTO
Lugares de culto
   San Jerónimo es el patrón de Dalmacia, su pretendida patria, y en consecuencia, de los habitantes de Esclavonia o Schiavoni, como se los llamaba en Venecia, que lo habían adoptado a causa de su atributo, el león, que es también el de San Marcos. Las ciudades de Lyon, Pesaro y la universidad de Salamanca difundieron el culto al santo en Francia, Italia y España.
   Doctor de la Iglesia, además, como San Agustín, es un fundador de órdenes monásticas. Su culto se ha extendido sobre todo gracias a los jerónimos y más tarde a los jesuatos (Gesuati) que adoptaron su regla.
   La orden de los jeronimianos o jerónimos es de origen español. La casa matriz de los jerónimos, como se les llama en España, es Nuestra Señora de Guadalupe, en Extremadura. Los otros monasterios de la orden eran Yuste donde se retiró Carlos V después de la abdicación, el Escorial, creación de Felipe II, El Parral cerca de Segovia, Guisando en Castilla y Santiponce en Andalucía, cerca de Sevilla.
   El establecimiento más célebre de los jerónimos en Portugal era el monasterio de Belem fundado en 1497 a orillas del Tajo por el rey Dom Emmanuel. Fue en conmemoración de la estadía de San Jerónimo en Belén, que los jerónimos de Lisboa dieron tal nombre a su monasterio.
   La orden se había asentado en Italia donde existían conventos jerónimos en Milán y en Roma, cerca de la iglesia de San Onofre, sobre la colina del Janículo. Además, Roma conservaba sus reliquias en la capilla del Pesebre, en Santa María la Mayor, y puso bajo su advocación la iglesia de San Girolamo degli Schiavoni.
Patronazgos
   En toda la cristiandad se lo veneraba con el título de gemma clericorum, stella doctorum, que le aplicaban todos los clérigos, teólogos, eruditos, sobre todos aquellos que tenían la vista fatigada, porque San Jerónimo está representado en su despacho con quevedos. En el Renacimiento se convirtió en el patrón de los humanistas. Es el santo favorito de Erasmo, quien publicó sus obras.
   En nuestros días, a causa de su versión latina de la Biblia, se convirtió en el santo patrón de los traductores, y Valéry Larbaud, en 1946, tituló su colección de ensayos acerca del arte de la traducción, Bajo la invocación de San Jerónimo (Sour l'invocation de Saint Jérome).
ICONOGRAFÍA
   La iconografía de San Jerónimo no tiene en cuenta los datos históricos, tal como sucede con la de San Pablo. En su carta a Eustoquia cuenta que había perdido un ojo: e duobus oculis unum perdidi. No obstante, jamás un artista tuvo la idea de representarlo tuerto.
   La fuente principal de su iconografía es la compilación de un jurisconsulto de Bolonia en 1348. Giovanni d'Andrea (Johannes Andreas), que en su Hiéronymianus, impreso en Basilea en 1516, reunió todos los textos relativos al ilustre doctor de la Iglesia.
   La piedra que el santo emplea para golpearse el pecho y la calavera sobre la cual medita en el desierto, son los símbolos de su penitencia en el desierto. Con San Gregorio Magno, otro doctor de la Iglesia latina, comparte el atributo de la paloma inspiradora. Pero sus emblemas más descriptivos son el capelo cardenalicio y el león domesticado, aunque en realidad no tenga derecho ni a uno ni a otro.
   Nunca fue cardenal, simplemente ejerció funciones de secretario del papa Dámaso. El capelo cardenalicio se le concedió como atributo a partir del siglo XIV, después de la publicación de Hiéronymianus por Giovanni d'Andrea, y además, el capelo cardenalicio no era rojo en sus tiempos, lo fue a partir de 1245. Por otra parte, el león domesticado (leo mansuetus), a quien retira una espina de la pata, está copiado de su casi homónimo San Gerásimo.
   Para indicar que es un estudioso, a partir del siglo XV, con frecuencia se lo representó con quevedos sobre la nariz. El anacronismo es flagrante, puesto que las lentes correctoras fueron inventadas por R. Bacon hacia 1280, más de ocho siglos después de su muerte (Louis Réau, Iconografía del Arte Cristiano. Ediciones del Serbal. Barcelona, 2000).
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