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Intervención en el programa de radio "Más de uno Sevilla", de Onda Cero, para conmemorar los 800 años de la Torre del Oro

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jueves, 25 de septiembre de 2025

Los principales monumentos (Castillo, Carnicerías Reales, Huerto de las Infantas - Arco de San Bernardo, Iglesia de San Pedro, Iglesia de San Juan de Dios, Iglesia de las Angustias, Casa-Museo Lozano Sidro - Museo Histórico Municipal, e Iglesia de las Mercedes) de la localidad de Priego de Córdoba (II), en la provincia de Córdoba

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Córdoba, déjame ExplicArte los principales monumentos (Castillo, Carnicerías Reales, Huerto de las Infantas - Arco de San Bernardo, Iglesia de San Pedro, Iglesia de San Juan de Dios, Iglesia de las Angustias, Casa-Museo Lozano Sidro - Museo Histórico Municipal, e Iglesia de las Mercedes) de la localidad de Priego de Córdoba (II), en la provincia de Córdoba.


Castillo.-

     Entre las obras de patrimonio civil que atesora Priego, merecen destacarse el Castillo, de origen islámico, muy reformado en los siglos XIII y XIV (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
     El castillo de Priego se encuentra ubicado dentro del actual casco urbano de la ciudad, incluido en los límites del Conjunto Histórico del Barrio de la Villa. Su disposición topográfica, que mantiene la misma cota que su entorno urbano más próximo, hace de la fortificación un edificio conexionado a la población, integrado en ella, como digna heredera de sus orígenes como alcazaba islámica de la medina del Priego hispanomusulmán. Por el lado sureste, orientado a la Villa, no muestra desnivel alguno, mientras que junto al lado Noroeste el Tajo del Adarve, mediando el corredor de la Calle Santiago, garantiza su inexpugnabilidad por este sector, con un desnivel que ronda los 30 metros. Geológicamente, el substrato está compuesto por una gran placa de travertino o piedra tosca, base pétrea sobre la que se asienta el casco urbano prieguense.
     Desde el punto de vista descriptivo, tras la incorporación de las novedades más significativas aportadas por las campañas arqueológicas realizadas en 1997 y 1998 por el Servicio Municipal de Arqueología, el castillo está formado por un perímetro amurallado torreado que delimita un espacio interior ocupado por una Torre del Homenaje con patín de acceso, dos aljibes, una edificación de dos plantas, actualmente usada como vivienda y almacén, y que no ha sido objeto de donación, y una estructura de planta rectangular y uso indeterminado. Además de estas estructuras de cronología fundamentalmente bajomedieval, se conservan numerosos restos arqueológicos contemporáneos, o bien pertenecientes a episodios anteriores o posteriores de la edificación (por ejemplo, los baños o la necrópolis andalusíes, y otros espacios o dependencias).
     El perímetro amurallado es de tendencia pentagonal, tras las modificaciones incorporadas a la planimetría original en época moderna, y se encuentra flanqueado por un mínimo de ocho torres, todas cuadrangulares, a excepción de dos cubos (T4 y T8). La distribución de éstas es la siguiente: tres torres en el lado sureste (T1, T2, T3), una en el noreste (T4), otra en el noroeste (T8), y tres en el suroeste (T5, T6, T7), las dos primeras protegiendo una poterna actualmente inutilizada. La orientación de las estructuras, tanto alineaciones de murallas como torres, mantiene un marcado sentido noreste/suroeste o bien noroeste/sureste.
     Las dos técnicas edilicias que predominan son la sillería (con despiece de sillarejos de travertino y, en menor medida, arenisca) y la mampostería, principalmente de piedra caliza (margocalizas), aunque también se emplee el travertino con esta técnica, con diferencias a su vez dentro de cada una de las fábricas.
     Tras las actuaciones arqueológicas se han descubierto fábricas encofradas, con tapiales de distintas calidades, y otras mixtas. En la mayor parte de los casos, estas diferencias se corresponden con indicadores cronológicos.
     La alcazaba, en cuanto arquitectura defensiva, está representada por los lienzos L10 y L11 y en la torre T8, todos en la alineación noroeste, con fábrica claramente adjudicable a época omeya. Por el momento, no se han identificado otras alineaciones pertenecientes a este período. Tras los trabajos realizados para la apertura del vial peatonal (2003) se han incorporado también episodios andalusíes de arquitectura defensiva -de época  omeya, principalmente, y almohade- en los lienzos L6 y L7, además de bajo las torres T8 y T5. 
     No será hasta la construcción de la Torre del Homenaje y de los lienzos L4 y torre T4, perteneciente al período de ocupación de la Orden de Calatrava (1246-1327), cuando de nuevo se reconozca, en el estado actual de conocimiento, las siguientes aportaciones al sistema defensivo. La Torre del Homenaje, o Torre Gorda, se sitúa descentrada en el patio. 
     Realizada con mampostería de piedra caliza, con esquinas reforzadas con sillares, su altura es considerable, acercándose a los 30 metros (para una planta de unos 187 metros cuadrados), parte de los cuales son subterráneos en la actualidad. Consta de tres plantas cubiertas con bóvedas de cañón con rosca de ladrillo o lajas de piedra: una inferior, sin acceso original desde el exterior; otra media, que se emplearía como almacén y que recibía una pobre luz natural desde unas grandes aspilleras, hoy sensiblemente aumentadas; y una superior, identificable como residencia adornada en sus vanos con cuatro ventanas o aljimeces con doble arco de herradura y columna central con capitel de mocárabes de tipo nazarita. La comunicación original entre plantas no es la actual (escalera de caracol de tipo mallorquín) aunque hay evidencias de su ocupación por los pasos de entresuelo, abovedados en ladrillo, conservados. El acceso original de la torre, mediante vano dovelado de medio punto y pasillo abovedado, se situaba a la altura de la planta mediana, varios metros sobre el nivel del suelo primitivo, para facilitar la defensa de la construcción. 
     Todo apunta a que ya en estos momentos (1246-1327) se configura la antepuerta del sector noroeste, si bien se completaría su disposición actual con posterioridad (finales del siglo XIV). El único acceso documentado en este punto es el correspondiente al lienzo interior (L10) mientras que aún no se ha localizado el perteneciente al exterior (L4 o L9).
     La altura de las torres perimetrales llega a alcanzar los 20 metros, siendo su estado de conservación excelente en los casos de dos de las situadas en el lado sureste (T2 y T3), orientadas hacia El Llano. Éstas son macizas hasta la altura de los adarves, cuando se abren sendas estancias abovedadas con rosca de medio punto, dotadas de cámaras de tiro y aspilleras, y desde ellas se accede a una segunda planta o azotea, actualmente sin parapeto ni merlatura. Una de estas torres (T2) cuenta además con una espécula situada en su coronamiento aprovechando el garitón de salida de las escaleras, dispuesta para las labores propias del control del espacio geográfico entorno del castillo. Cronológicamente se podría situar la edificación o remodelación de estas torres, al igual que la fábrica de sillarejos con marca de cantería, en la segunda mitad del siglo XIV, tras la conquista alfonsina de 1341, después de que la villa de Priego fuera dada en señorío a González Fernández de Córdoba, en 1370, por el rey Enrique II. En el estado actual de conocimiento se las puede adscribir al siglo XV, posiblemente en su primera mitad.
     Las tres torres del lado suroeste (T5, T6, T7) son de más difícil determinación cronológica hasta los trabajos realizados en 2002, fueron edificadas en algún momento del último cuarto del siglo XIV. Por su interés destaca la torre central (T6), con cámara con rosca de cañón abierta al adarve y azotera, ya que es la única que conserva restos del parapeto y merlatura originales, con aspilleras en el primero coincidiendo con la protección de cada merlón.
      La entrada principal actual al castillo se ubica en el lado sureste, bajo la protección de una ladronera con faldones abierta a la altura del adarve. El corredor de acceso consta de dos arcos de herradura apuntados, uno de ellos doble, enmarcados con un alfiz, con portón al exterior y ranura para el deslizamiento de un rastrillo. Hasta hace escasas décadas, sobre esta entrada, venía campeando el escudo de la Casa de Aguilar. Además de este acceso, se conserva una poterna en el lado suroeste y otro acceso más, documentado durante las excavaciones arqueológicas, en el noroeste.
     Además de los elementos referidos, dentro de la cerca del castillo, se localizan otros elementos de interés: dos aljibes, uno situado frente a la entrada actual de la torre del Homenaje, y que presenta planta rectangular con dos bóvedas vaídas de ladrillo, arco de descarga central y paramentos enlucidos con mortero hidráulico de cal pintado a la almagra; y un segundo próximo al anterior, también de planta rectangular, y con fábrica de mampostería y bóveda de cañón de ladrillo; y una gran estancia rectangular de dos plantas, adosada al lado suroeste, funcionalmente interpretado como viviendas (uso actual) y uso no doméstico (almacén, lagar, bodegas¿), y cuya adscripción cronológica es posterior al siglo XVII.
     En definitiva, el castillo es ante todo un castillo bajomedieval cristiano, que ocupa, aproximadamente, el mismo lugar de una alcazaba musulmana anterior, destruida, amortizada o parasitada hasta hacerla irreconocible, entre los siglos XIII al XV, sin contar con alteraciones sustanciales anteriores o posteriores a estas fechas.
     En la esquina suroeste de la Torre del Homenaje existen sendas inscripciones romanas altoimperiales reutilizadas como sillares (CIL II2/5, 253 y 260) (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     El Castillo de Priego de Córdoba es una antigua fortaleza árabe reformada en los siglos XIII y XIV, de carácter esencialmente militar, austero, como corresponde a las razones defensivas que marcaron su origen.
     Es un gran recinto fortificado envuelto por varias torres, la mayoría de ellas cuadrangulares y una cilíndrica.
     La más emblemática e importante de ellas es La Torre del Homenaje, declarada Monumento Histórico-Artístico Nacional desde 1943. Se ubica descentrada en el patio de armas, su altura es de 30 metros, parte de los cuales son semisubterráneos en la actualidad.
     Cronológicamente, esta torre, llamada también Torre Gorda, puede datarse de la segunda mitad del siglo XIII, cuando la villa de Priego era una encomienda de la Orden de Calatrava, aunque la presencia de los capiteles nazaritas en los ventanales nos indican la posibilidad de ser un añadido de la primera mitad de siglo XIV cuando Priego volvió a estar bajo el dominio islámico (Diputación Provincial de Córdoba).

Carnicerías Reales.-
     Las Carnicerías Reales, edificadas entre 1576 y 1579 y atribuidas a Francisco del Castillo (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
     Próximo a la Iglesia de San Pedro  se encuentra el edificio de Las Viejas Carnicerías, realizado entre 1576 y 1579 y atribuido al arquitecto Francisco del Castillo, maestro de las obras de Martos. El edificio estaba destinado al sacrificio de reses como matadero y mercado en el siglo XVI.
     El inmueble se articula en una planta cuadrada alrededor de un patio columnado, con galerías de arcos de medio punto sobre columnas de piedra de gran rusticidad y torres en sus ángulos. Una bella escalera de piedra en espiral comunica con el nivel inferior que se destinaba al sacrificio de reses.
     Al exterior destaca la portada de fuerte diseño manierista, con fustes anillados, entablamento roto y frontón incurvado, que se basa en modelos de Serlio y Vignola (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     Matadero y mercado del siglo XVI.
     Diseñadas por Francisco del Castillo con una portada de estilo manierista de ascendencia italiana.
     En ella utiliza columnas de fuste almohadillado sobre la que se sitúa un frontón triangular curvado en su centro, rematado por pirámides sobre bola.
     Edificio de planta cuadrada con patio central, con galerías de arcos de medio punto sobre columnas de piedra de gran rusticidad y torres en sus ángulos.
     Una bella escalera de piedra en espiral comunica con el nivel inferior que se destinaba al sacrificio de reses (Diputación Provincial de Córdoba).

Huerto de las Infantas - Arco de San Bernardo.-
      Construcción que delimita una zona ajardinada de inspiración romántica. Relativamente reciente -posterior a 1850-. 
     Fábrica de sillarejos (60x35, 30x30, 43x35 centímetros, etc.).
     Puerta-acueducto con fábrica de sillería de travertino, que consta de un paso abovedado de medio punto de unos 2,28 metros de ancho, quebrado en planta, en el que se conservan huellas de los encastres de la puerta. El nivel del suelo actual (a 2,20 metros del intradós de la bóveda), con pavimento de guijarro, se presenta sensiblemente sobreelevado sobre la cota original. Unos 1,70 metros por encima de la bóveda de paso se conserva un arco apuntado ciego, a modo de contrafuerte de 1 metro de saliente, posiblemente destinado a reforzar el paso del caz de agua que discurre por encima de la puerta. La longitud interior de la puerta es superior a los 5 metros. 
     Según la historiografía decimonónica, el arco de San Bernardo conectaba con el castillo a través de un camino cubierto, actualmente desconocido.
     La Puente llovía no sería lo mismo que el Arco de San Bernardo, estaría próximo al la Puente, pero no sería el mismo lugar.
     La Puente llovía se sitúa extramuros, no comunica directamente con el interior de la ciudad amurallada, sino que inicia el camino que paralelo al adarve enlaza con la Puerta del Sol.
     El Catastro del Marqués de la Ensenada (Documento nº 2), de 1754, dice que existía un molino de harina "en el sitio de la Puente llovida". Se podría interpretar que este lugar podría formar parte del acueducto o caz inmediato a un molino harinero que aprovechaba la fuerza del agua para mover las dos piedras de la que constaba (al menos, en el siglo XVIII. Y el paso abovedado conservado en la actualidad salvaba un camino público que debía mantenerse expedito en su paso.
     Hay numerosos ejemplos en los que un caz de un molino de harina tradicional es soportado por un elevado muro (en muchas ocasiones, formando una auténtica "muralla"¿) que a través de un arco o varios deja libre el paso por un camino que se ve obligado a cruzar en su trazado. En este sentido, se podría decir que la puente llovía es una puerta, porque es una zona de paso pero no sería la puerta del recinto amurallado  (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

Iglesia de San Pedro.-

      Fue en origen la iglesia de un convento de alcantarinos establecido en la villa en 1662. Construida entre 1661 y 1690, se terminó de restaurar en 1992. La planta es de cruz latina con crucero, habitual en la tipología conventual masculina.
     El retablo mayor se terminó en 1701 por Jerónimo Caballero y Jerónimo Sánchez de Rueda, con probable proyecto de Francisco Hurtado Izquierdo. La reforma que se le hizo en 1739 se atribuye a Juan de Dios Santaella. La talla de la Inmaculada es obra documentada de José de Mora, de 1696. Es anónima Santa Rosa de Vi­terbo, y la Santa Rosalía se hizo en Madrid en 1681 por encargo del Ayuntamiento; en el ático figura San Pedro. Lleva también dos lienzos de la Anunciación y la Sagrada Familia. A los lados del presbiterio cuelgan un cuadro de San Sebastián y otro de la Virgen de la Sierra con San Antonio, San Luis Obispo y el donante, de 1796, donado por Luis Antonio Carrillo Ramírez. En los lunetos hay cuadros de San Pedro de Alcántara y otros santos franciscanos.
     Los frentes de los brazos del crucero tienen dos retablos gemelos, también obra de Jerónimo Caballero y Jerónimo Sánchez de Rueda, con proyecto de Francisco Hurtado Izquierdo. El de la izquierda es de San .José, talla de Diego de Mora, con cuadro de Santa Clara en el remate y urna con Niño Jesús pasionario, del círculo de Risueño, en el banco. El de la derecha es de San Francisco de Asís, obra realizada por José de Mora hacia 1700; el lienzo del ático muestra a Santa Teresa escritora y la urna inferior guarda una pequeña talla de la Virgen Niña, de bellísima factura, obra temprana de José Risueño. En los machones del presbiterio hay dos urnas de rocalla con imágenes pasionarias del Niño Jesús, de seguidores de Pedro de Mena.
     En el brazo izquierdo, junto a la entrada de la capilla de la Soledad, está el monumento fúnebre de don José Manso y Velasco, conde de Superunda, Virrey del Perú, muerto el 5 de enero de 1767, y encima un lienzo con el Nazareno; en la pared de la izquierda se ve un buen cuadro de la Sagrada Familia, de estética académica de fines del XVIII. En el testero del brazo derecho está el retablo de San Benito Negro, con un Niño Jesús Dormido en el banco y arriba un lienzo con la Inmaculada. En las paredes hay otros cuadros con San Francisco, San Buenaventura y San Juan de Capistrano, del XVIII.
     La capilla  de la Virgen de la Soledad y Santo Entierro de Cristo es la del Sagrario; construida en los comedios del siglo XVII, se reformó en el XVIII y en el XIX. El camarín es obra de Manuel y Antonio Álvarez, de 1748, pero se adornó con entallados de madera en 1780, una vez hecho el retablo de 1770, todo ello atribuido a Francisco Javier Pedrajas. La Virgen de la Soledad es imagen granadina del XVII, pero con retoques posteriores. De las restantes piezas que guarda esta capilla pueden destacarse la imagen del Crucificado, que fue también Yacente, realizado por el escultor sevillano Juan Fernández de Lara en 1629, y San Juan Evangelista, obra de un seguidor de Pablo de Rojas, de cali­dad, pero repintada.
     En la nave central destaca el púlpito, junto a una serie de lienzos repartidos por los  muros, entre ellos, Jesús a la Columna, de escuela granadina y Santa Clara de taller local, de hacia 1700. Santa Inés y Anunciación, de fines del XVII. La primera capilla de la izquierda tiene a la entrada una urna de rocalla con la Virgen de la Candelaria. Está dedicada a San Pedro de Alcántara, con imagen de José de Mora, de hacia 1700, y retablo de Jerónimo Sánchez de Rueda de hacia 1730. La siguiente es de San Antonio de Padua, con retablo del mismo autor e imágenes laterales de Santa Ana con la Virgen y San Joaquín y, arriba, un lienzo de la Inmaculada de escuela grana­dina del XVIII. Bajo el coro hay un medio punto con el Cristo de las Mazmorras, del siglo XVIII, restaurado por Rafael Barrientos.
     Al lado derecho está la capilla de San Pascual Bailón, con retablo semejante al de San Pedro de Alcántara e imagen del titular, también de José de Mora; tiene en el remate la Virgen Niña con sus Padres. En los pilares de la capilla cuelgan dos cuadros con el Ecce Homo y el Santo Ros­tro. En la siguiente se encuentra hoy la urna del Santo Entierro, con muy bella imagen de Cristo Muerto, obra manierista de Pablo de Rojas, de hacia 1593, restaurado en 2003. A continuación se ven las imágenes de la cofradía de la Entrada en Jerusalén: la Pollinica, obra murciana de hacia 1950, y Nuestra Señora de la Encarnación, de Niceto Mateos Porras en 1993 (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
      Iglesia de reducidas dimensiones con muros muy gruesos. Su planta es de cruz latina con capillas laterales, comunicadas entre sí, cubiertas con bóvedas de medio cañón con lunetos, el crucero se cubre por cúpula de media naranja sobre pechinas.
     Yeserías barrocas del siglo XVII y XVIII.
 Camarín de la Purísima de planta octogonal coronado por media naranja con linterna ciega -Borrominesca- (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     La iglesia se erige sobre la antigua ermita de San Pedro, finalizando las obras en 1690.
     Se construye junto a ésta el convento de los alcantarinos, en el solar que actualmente ocupa el mercado de Abastos. Posee planta de cruz latina, con capillas laterales y cubierta de bóveda de medio cañón con lunetos. 
     El crucero se cubre con cúpula de media naranja sobre pechinas.
     En su interior se encuentra la primera decoración de yeserías con motivos de hojarasca del barroco prieguense.
     En el siglo XVIII se realizan una serie de reformas que le confieren el aspecto barroco actual y es en este momento cuando se añaden los escudos y las decoraciones de las claves de los arcos.
     También se construye el camarín, que alberga una bella imagen de la Inmaculada de José de Mora, que destaca por su rica policromía (Diputación Provincial de Córdoba).

Iglesia de San Juan de Dios.-
     Fundado en 1637, la iglesia no se construyó hasta el siglo XVIII. Se hizo en varias fases, la primera, entre 1696 y 1717, dirigida por Francisco Hurtado Izquierdo, y otras dos en las décadas de 1720 y 1760, en las que intervinieron los maestros locales Sánchez de Rueda, Pedrajas y Santaella. Es iglesia de una nave con crucero levemente señalado, cubierta de cañón y bóveda semiesférica. Las pechinas se adornan con pinturas de los Evangelistas y en los paños de la bóveda se ven los Padres de la Iglesia y tondos con la Virgen de las Angustias, la Visión de San Francisco Javier, San Juan Nepomuceno y San Juan de Dios.
     El retablo mayor, de 1768, es obra del maestro Francisco José Guerrero; en el banco tiene lienzos con Santa Inés y Santa Catalina de Alejandría. Salvo la Virgen de las Mercedes, que es moderna, las obras restantes son coetáneas del retablo. En las calles laterales se hallan imágenes de San José y San Juan de Dios y pinturas con San José y San Antonio de Padua; en el remate, lienzos del Calvario al centro, y de San  Carlos Borromeo y San Nicolás a los lados. En el muro derecho del presbiterio cuelga un lienzo de comienzos del XVII con la Virgen y el Niño entregando el Rosario a Santo Domingo.
     Los cinco retablos que adornan la nave son, probablemente, diseño de Guerrero, pero realizados por un maestro anónimo local, y responden todos a una misma tipología. Las calles la­terales llevan registros para lienzos, y el centro aloja una imagen escultórica. El primero de la izquierda tiene a Santa Rita de Casia, de vestir, del siglo XVIII, y en el remate un pequeño San Agustín; en los registros laterales figuran los santos Ramón y Lucía, Gregorio Magno y Luis de Francia, Domingo y Apolonia, Pedro y Pablo. El siguiente retablo alberga una imagen de Santa Clara, de un seguidor de Pedro de Mena, de hacia 1700.
     En el lado derecho, el primer retablo está de­dicado a San Expedito y en el segundo hay un bellísimo busto de la Virgen con el Niño, de mediados del XVIII y atribuida a Duque Cornejo. A continuación se halla en un pedestal la imagen de Jesús Preso, firmada y fechada por Niceto Maceos Porras en 1990, y finalmente, un retablo de pinturas compuesto por medio punto con la Virgen del Carmen y Ánimas y lienzos de los santos Joaquín y Ana, José y Bárbara, Francisco de Asís y Francisco de Paula; en la hornacina se venera Nuestra Señora del Mayor Dolor, de candelero con rostro de barro y manos de madera, origina­ria de fines del XVII y restaurada hacia 1986 por Niceto Mateos (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
     El hospital de San Juan de Dios se funda en 1637, bajo la advocación de San Onofre.
     La primitiva iglesia se sustituye por otra de nueva planta que responde a dos fases constructivas; la primera, a finales del siglo XVII, y una segunda, a principios del siglo XVIII.
     Posee nave única articulada con pilastras sobre las que corre una cornisa movida e intenta crear un crucero mediante la inserción de una cúpula de media naranja con franjas radiales que anticipan las cúpulas gallonadas.
     El retablo es obra de Francisco José Guerrero y se ejecuta en 1768.
     La fachada, inacabada, data de finales del siglo XVIII, al igual que la espadaña (Diputación Provincial de Córdoba).

Iglesia de las Angustias.-
      La ermita se construyó entre 1773 y 1775 y en 1787-88 se le añadió el colegio anejo, hoy regido por las religiosas Hijas del Patrocinio de María. La obra se ha atribuido a Juan de Dios Santaella. La iglesia tiene nave única y cabecera con cúpula de gallones; en las pechinas figuran lienzos con Santo Domingo, San Francisco, San Antonio Abad y San Antonio de Padua.
     De gran interés son los tres retablos del presbiterio. El mayor se fecha entre 1773 y  1775 y es obra de Santaella; en las hornacinas del banco hay dos terracotas de la Virgen con el Niño y San José con el Niño de José Risueño, fechables entre 1712 y 1732. Preside en su camarín la Virgen de las Angustias, del taller granadino de los Mora de hacia 1670, con importantes retoques. En las calles laterales están la Inmaculada y San Felipe Neri; arriba, San Agustín  y, como remate, una pintura del Ecce Homo. El conjunto fue restaurado por Niceto Mateos. El retablo de la izquierda, de hacia 1790, tiene pintura de la Anunciación sobre tabla, de autor anónimo local, y el de la derecha, un lienzo de fines del XVIII con Aparición de la Virgen a San Antonio, firmado por Fernando Marín.
     Sigue en el muro derecho el antiguo comulgatorio, de la fecha de la iglesia, con relieve del Buen Pastor pasionario, con la cruz a cuestas; se venera aquí una reliquia del fundador de la comunidad religiosa, Padre Luis Pérez Ponce. En los muros se ven lienzos con San Francisco de Paula, San Pedro Penitente y el Crucificado, de primera mitad del XVIII. En las dependencias hay una interesante talla del Crucificado, de hacia el año 1600 (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
      La Iglesia de Nuestra Señora de las Angustias da fachada a una de las vías principales de Priego de Córdoba, la calle Río, y hace esquina a otra que en ella desemboca, mientras que los otros dos laterales del templo quedan embutidos entre medianeras. El carácter religioso del edificio se explicita en su rica portada, la espadaña y el tambor octogonal que alberga la cúpula que se eleva sobre el presbiterio. La portada, realizada en piedra caliza blanca y mármol negro, constituye uno de los elementos más valiosos del edificio. Se articula en torno a un arco de medio punto con rosca moldurada y clave resaltada con un elaborado diseño de placas recortadas, al que flanquean pilastras cajeadas con motivos mixtilíneos a base de curvas y contracurvas. El cuerpo superior, separado por voluminosas cornisas de líneas curvas y quebradas, y enmarcado por una moldura mixtilínea, ofrece una hornacina también de medio punto -que alberga una imagen en piedra de la Virgen- entre estípites de dinámica y compleja conformación con unos capiteles de rocallas trabajadas en la piedra a trépano para acentuar los claroscuros. Los mencionados estípites sustentan una cornisa integrada por múltiples listeles en cuyo centro figura una cartela circundada de rocalla con un anagrama mariano.
     Son de destacar las puertas que cierran el vano de ingreso, fechadas en 1775 por una inscripción, e integradas por dos hojas realizadas en madera noble con una decoración de rehundidos mixtilíneos y clavos dorados de cabeza cónica. La única nave que constituye el templo aparece subdividida en dos tramos más el presbiterio. Cada uno de los tramos se cubre con bóvedas de aristas con lunetos y el presbiterio con cúpula gallonada sobre pechinas y cornisa de líneas muy movidas.
     A los pies se emplaza un coro alto sobre vigas de madera que sustentan, a modo de atlantes, dos angelotes de yeso policromado. En el lado de la epístola se abre una sencilla puerta con carpintería de madera, que comunica con el colegio contiguo.
     El presbiterio alberga tres retablos. Los laterales se cobijan por arcos mixtilíneos decorativos apoyados sobre pilastras. El retablo mayor deja ver a través de su hornacina central el camarín en el que se halla el grupo escultórico de Nuestra Señora de las Angustias. Los paramentos del camarín se articulan por pilastras cajeadas que sustentan arcos de medio punto sobre los que discurre un ancho friso, integrado por varias molduras de diferentes motivos, que sirve de tambor o base para una cúpula de yeso de cuarto de esfera. La decoración se concentra en las partes altas de los muros y en las bóvedas, apareciendo las inferiores totalmente desnudas. Bóvedas y cúpula se revisten de pinturas con dorados y yeserías muy planas, de delicado diseño, en cuyo repertorio la rocalla cobra especial protagonismo, pero en la que también aparecen hojarascas y elementos figurativos, tales como símbolos pasionistas.
     La cúpula apoya sobre pechinas con pinturas decorativas, otras figurativas de simbología mariana y cuatro tondos ochavados con lienzos en los que se representan santos. En una inscripción junto a la cúpula aparece el recordatorio de la edificación de la Iglesia por doña María Josefa del Mármol, la devota a cuyas expensas se levantó el templo para dar culto a la Virgen de las Angustias cuya ermita se hallaba en muy mal estado de conservación (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     Iglesia fundada en 1773 con el fin de albergar la imagen de la Virgen de las Angustias que se veneraba en otra ermita.
     Se ha venido atribuyendo a Juan de Dios Santaella, al presentar soluciones que este mismo autor emplea en otros monumentos de Priego.
     Junto a la iglesia, se edifica el colegio de las Niñas Educandas, en lo que fue una antigua mansión. Fue terminado en 1778, si bien ha sufrido transformaciones posteriores.
     Del exterior de la iglesia destaca la volumetría de su cúpula y su fachada barroca, de mármoles policromos y concebida como si de un retablo se tratase, con dos cuerpos: el inferior con estípites apilastrados y cornisa movida, y el superior con una hornacina con la escultura de la Virgen de las Angustias.
     Interiormente, el templo cuenta con una nave única cubierta con bóveda de arista con lunetos y cúpula gallonada en la cabecera, que apoya en una cornisa. Destaca la decoración de yeserías policromadas con motivos de rocalla que forman la decoración de las zonas altas, así como los lienzos de las pechinas. 
     Los retablos son obra de Santaella y en el camarín se venera el grupo escultórico de Las Angustias, obra de finales del XVII, siendo el Cristo del círculo de José de Mora.
     Son de una gran belleza los barros de S. José y la Virgen con el Niño, del artista granadino Risueño (Diputación Provincial de Córdoba).

Casa-Museo Lozano Sidro - Museo Histórico Municipal.-
     Deben destacarse también el Museo Histórico Municipal, con material arqueológico procedente de yacimientos locales, y, sobre todo, la colección del famoso ilustrador prieguense Adolfo Lozano Sidro (1872 - 1935) (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
     El Museo Histórico Municipal de Priego de Córdoba se centra en la arqueología de la comarca de Priego, abarcando las etapas desde Paleolítico Inferior hasta la Edad Media.
     Cabe destacar, de entre todas sus colecciones, los ajuares funerarios ibéricos de armamento y materiales medievales (Diputación Provincial de Córdoba).

Iglesia de las Mercedes.-
     Fue originalmente una ermita dedicada a San Antón. Aunque no hay documentación acerca de la autoría de esta iglesia, por sus caracteres formales se ha atribuido a Francisco Javier Pedrajas. Realizada entre 1780 y 1789, en 1800 se le añadió la portada neoclásica, obra de Nicolás Duroni. Desde 1994 este templo comparte parroquia­lidad con el de Nuestra Señora del Carmen.
     El interior ofrece un espacio plenamente barroco, con planta de una sola nave dividida en dos tramos, uno de los cuales está destinado a coro. Las cubiertas son bóvedas de arista en los tramos, de gallones en el crucero y de venera en los brazos. La original cornisa ondulada introduce gran dinamismo. En los ejes de la bóveda se asientan esculturas de escayola de la Virgen de la Merced y San Ramón Nonato y los terciarios San Luis y San Elseario arrodillados. Sobre las pechinas se disponen esculturas monumentales de los cuatro arcángeles.
     El retablo mayor lo hizo Francisco Javier Pedrajas entre 1787 y 791; en las calles laterales tiene imágenes de San Ramón Nonato y Santo Tomás de Aquino y en el remate, Santa Catalina. El camarín es obra anterior, de 1753, y guarda la pequeña imagen de vestir de la Virgen de las Mercedes. Los dos retablos laterales son obra del mismo autor, de 1791. El de la izquierda se de­dica a San Felipe Neri. El de la derecha tenía un pequeño camarín con imagen de San Antón, hoy desplazada por el Señor de la Oración del Huerto, de 2001. En el primer tramo de la nave lucen en la pared relieves de escayola con la Asunción y la Epifanía, también de Francisco Javier Pedrajas. En el coro se ve una talla del Crucificado de hacia 1390, regalado por el arzobispo de Valladolid Félix Romero Mengíbar hacia 1973.
     En la sacristía pueden verse, entre otros, el cuadro de la Inmaculada del siglo XIX, que sigue modelos de Antonio del Castillo, y el de Nuestra Señora del Cariño, del último tercio del XVIII, inspirado por la pintura granadina del siglo anterior (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
     La iglesia está definida por una planta de cruz latina, si bien con algunas peculiaridades, pues su longitudinalidad está muy mermada, dado que el pequeño eje longitudinal de la nave aparece excesivamente comprimido respecto a su anchura. El coro ocupa uno de los dos tramos de la nave, que prácticamente funciona como vestíbulo, acentuándose aún más su acortamiento. Todo ello contribuye a vitalizar la centralidad del crucero, favorecida por la fuerte presencia y gran entidad de la cúpula, consiguiéndose así fusionar la centralidad con la longitudinalidad. Por  otro lado, el crucero no se ajusta a las tradicionales estructuras de muros dispuestos en ángulo recto, sino que sus brazos y cabecera tienen en planta una forma de artesa.
     En correspondencia con la originalidad de la planta está el tratamiento de las superficies, que aparecen modeladas por los gallones de las cubiertas y por las dinámicas cornisas de múltiples moldurajes. El resultado es un espacio dinámico y sugestivo. En conseguir este efecto también coopera la luz, que entra a raudales por todo el templo, aunque resulta más abundante en el crucero. Completa el conjunto una finísima y elegante decoración de yeserías que sólo ocupa unos puntos muy determinados, dejando libres amplias áreas y se organiza según bellísimas composiciones asimétricas.
     Al exterior, las severas líneas y el purismo volumétrico del exterior de esta iglesia en nada advierten la disolución espacial del interior. Su fachada principal se concibe como un muro limpio al que se superponen dos torres gemelas y se añade una portada de traza neoclásica, que no corresponde con el fausto interior. Los chapiteles de las torres, tienen basamento octogonal y una decidida verticalidad en las cubiertas.
     La ermita ya existía antes del siglo XVIII, bajo la advocación de San Antonio Abad, pero el prestigio de la cofradía de la Virgen de las Mercedes y la devoción de esta imagen han hecho que la iglesia se conozca comúnmente como de las Mercedes. En torno a 1780 se rehace de nuevo la iglesia, dado el mal estado en que se encontraba esta. En 1789 estaba concluido el interior de la iglesia. Las obras de la fachada principal se prolongaron más tiempo. 
     El autor de esta iglesia es Francisco Javier Pedraxas, aunque sólo está documentada su autoría en los retablos (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     La iglesia fue construida en 1780, atribuyéndose su autoría a Francisco Javier Pedrajas, por los paralelismos estilísticos y formales de la construcción con el Sagrario de la Iglesia de la Asunción.
     Cuenta con planta de cruz latina, el crucero se cubre con armadura y nave central con dos tramos de bóveda de arista y cúpula central gallonada, que apoya en pechinas.
     La decoración del conjunto se realiza a partir de yeserías rococó en blanco, aplicándose dorados en puntos concretos del paramento.
     La existencia de sectores sin ornamentar y la potencia de elementos como la cúpula, determina que en el conjunto predomine lo arquitectónico sobre lo decorativo.
     Destaca la cornisa movida que recorre la parte superior del muro, decorada con ángeles y arcángeles y que se deposita en pilastras con capitel de yeserías.
     La fachada se construye en el siglo XIX y responde a trazas neoclásicas (Diputación Provincial de Córdoba).
 
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