Por amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la calle Carlos Cañal, de Sevilla, dando un paseo por ella.
Hoy, 13 de septiembre, es el aniversario del nacimiento (13 de septiembre de 1876) del abogado, profesor universitario, académico y político conservador Carlos Cañal, así que hoy es el mejor día para ExplicArte la calle Carlos Cañal, de Sevilla, dando un paseo por ella.
La calle Carlos Cañal es, en el Callejero Sevillano, una vía que se encuentra en los Barrios de la Alfalfa, y del Arenal, del Distrito Casco Antiguo; y va de la confluencia de las calles Méndez Núñez, y Albareda, a la confluencia de las calles Zaragoza, y Cristóbal Morales.
La calle, desde el punto de vista urbanístico, y como definición, aparece perfectamente delimitada en la población histórica y en los sectores urbanos donde predomina la edificación compacta o en manzana, y constituye el espacio libre, de tránsito, cuya linealidad queda marcada por las fachadas de las edificaciones colindantes entre si. En cambio, en los sectores de periferia donde predomina la edificación abierta, constituida por bloques exentos, la calle, como ámbito lineal de relación, se pierde, y el espacio jurídicamente público y el de carácter privado se confunden en términos físicos y planimétricos. En las calles el sistema es numerar con los pares una acera y con los impares la opuesta.
También hay una reglamentación establecida para el origen de esta numeración en cada vía, y es que se comienza a partir del extremo más próximo a la calle José Gestoso, que se consideraba, incorrectamente el centro geográfico de Sevilla, cuando este sistema se impuso. En la periferia unas veces se olvida esta norma y otras es difícil de establecer.
Al menos desde l379 está documentada con el nombre de Catalanes, aunque es muy probable que este topónimo sea más antiguo, pues se debe al hecho de que allí se asentaron individuos de esa región. En 1881 se rotula Albareda (v.). En 1938 se acuerda llamarla con el nombre actual, por el político sevillano Carlos Cañal y Migolla (1879-1938), escritor, diputado a Cortes y director general de la Administración. Fue presidente del Ateneo y fundador de la Asociación de Caridad, y vivió muchos años en esa misma calle.
Discurre formando una leve curvatura. Desembocan en ella, por la derecha, Mateo Alemán y Mesón de los Caballeros, y por la izquierda Bilbao. Su trazado actual no difiere sustancialmente del que presentaba en el s. XVIII, aunque a través del tiempo se han alineado algunas casas aisladas y suprimido
algunas rinconadas. Ha desaparecido, sin embargo, el llamado callejón de San Buenaventura, que partiendo del lateral del convento unía en forma de L Carlos Cañal con la actual Zaragoza. Como ha sucedido con otros muchos espacios similares, hay primero peticiones de cierre con postigos (1729), alegando razones de moral pública y de higiene, y fácilmente terminaban siendo absorbidos por nuevas construcciones. Este callejón, recogido en el plano de Olavide (1771), no aparece ya, sin embargo, en el de Álvarez Benavides (l868), por lo que parte del mismo debió ser incorporado en el XIX a las dependencias conventuales, cuyos frailes habían pedido reiteradamente su cierre, o a las casas limítrofes.
Las noticias históricas hablan de Carlos Cañal como una calle bastante transitada. Una de las más "pasajeras", la describe un documento de 1663, y como una de las más "aristocráticas" de Sevilla el viajero decimonónico Antonio de Latour. A pesar de ello, fue siempre un espacio muy condicionado por la servidumbre de un caño o husillo que bordeando la acera del convento de San Francisco, conducía las aguas sucias desde Catalanes hasta la laguna de la Pajería (v. Castelar). Desde comienzos del XV hay noticias de este caño, y durante siglos menudean las peticiones continua de limpieza y las protestas por suciedades y malos olores, las últimas en 1854. También hay muchas informaciones sobre arreglos de pavimento. Se sabe, por ejemplo, que en 1499 se manda solar de ladrillos, y en 1600 se habla ya de su empedrado. En la actualidad está asfaltada, con aceras de losetas, separadas de la calzada por horquillas metálicas para impedir los aparcamientos. Se ilumina con farolas sobre brazos de fundición adosados a las fachadas.
Domina un caserío de principios y mediados del siglo actual, de tres plantas, alternando casas con patio, cancela y bellos cierros a la calle, con otras de escalera. Hay también algunas construcciones modernas, pero en general puede decirse que el caserío antiguo se mantiene en mayor grado que en otras calles de la misma zona. La casa núm. 22, en la esquina con Mateo Alemán, es un bello ejemplo de arquitectura historicista. También tiene interés la núm. 8 con balcón y ático, probablemente del s. XVIII. En la acera de la izquierda se ubica la iglesia conventual de San Buenaventura, con un bello azulejo de la Virgen de la Soledad, en su fachada. Este edificio se levantó en 1605, cuando se trasladó el Colegio de San Buenaventura de los franciscanos, que desde 1600 residían en la antigua calle de la Mar. El templo, del s. XVII, que perdió la nave de la izquierda a principios del XIX, fue reconstruido posteriormente. En 1802 se ubicó allí el museo de pinturas y esculturas. Volvieron los frailes y permanecieron allí hasta la exclaustración general de 1835. En esa época quedó la iglesia abierta al culto, pero las dependencias conventuales sirvieron como cuartel de milicias locales.
Otra casa interesante, con fachada de ladrillo visto y azulejería, es la núm. 28; en ella se sitúa hoy el Horno de San Buenaventura, documentado al parecer desde fines del s. XIV. Al menos hasta comienzos del XVI hubo en esta calle unas carnicerías, denominadas de los Catalanes. Carlos Cañal cumple una función preferentemente residencial, aunque hay en ella pequeños comercios y algunos servicios y oficinas. Según refiere Francisco Pacheco en su Libro de los retratos, en ella tuvo su cátedra el humanista del Renacimiento Juan de Mal Lara antes de trasladarla a la actual Alameda de Hércules. También menciona la calle el embajador veneciano Andrea Navagero, quien en el s. XVI se alojó junto con sus compañeros en una de sus posadas. En el s. XVIII tuvo su taller el impresor Félix de la Puerta [Rogelio Reyes Cano, en Diccionario histórico de las calles de Sevilla, 1993].
Carlos Cañal, 8. Edificio de dos plantas y ático en la crujía de fachada. La portada está flanqueada por pilastras dóricas con sus correspondientes entablamentos, y coronada por una gran cornisa. Lo más destacado es el ático mirador con un vano central con arcos de medio punto, flanqueado por pilastras, y vanos laterales más pequeños y pilastras pareadas en los extremos.
Carlos Cañal, 36. Casa de dos plantas, cuyo patio posee arquerías superpuestas sobre columnas corintias en planta baja y toscanas en la superior.
Carlos Cañal, 46-48. Casa de dos plantas, avitoladas, y ático con vanos de medio punto separados por pilastras, construida en el siglo XVIII. La portada va resaltada sobre pilastras toscanas. En el interior posee un patio con galerías de columnas en ambas plantas [Francisco Collantes de Terán Delorme y Luis Gómez Estern, Arquitectura Civil Sevillana, Excmo. Ayuntamiento de Sevilla, 1984].
Conozcamos mejor la Biografía de Carlos Cañal, a quien está dedicada esta vía;
Carlos Cañal y Migolla. (Sevilla, 13 de septiembre de 1876 – Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), 20 de octubre de 1938). Abogado, profesor universitario, académico y político conservador.
Perteneció a una acomodada familia sevillana. A pesar de los distintos cargos que desempeñó a lo largo de su vida siempre residió en su ciudad natal. En ella, en la Escuela Sevillana, realizó los estudios elementales y bachillerato. Más tarde, en su universidad, se licenció y doctoró en Derecho y Filosofía y Letras, versando su tesis doctoral sobre San Isidoro: exposición de sus obras e influencia que ejercieron en la civilización española. Fue alumno aventajado del eminente catedrático Manuel Sales y Ferré. En la Hispalense fue profesor auxiliar en la Facultad de Filosofía y Letras entre los años 1897 y 1898. En 1899, con veintitrés años, ingresó en la Real Academia Sevillana de Buenas Letras, tras ser elegido por unanimidad. Su discurso de admisión, que fue contestado por Francisco Rodríguez Marín, llevó por título El concepto actual de la historia y su aplicación a la de nuestra patria. De esta institución fue elegido académico preeminente en 1917 y, un año más tarde, se le nombró presidente, puesto que ocupó hasta 1923. También fue elegido académico de número de la Academia Sevillana de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría, y correspondiente de la de Bellas Artes de San Fernando en Madrid, Buenas Letras de Barcelona, Hispanoamericana de Cádiz y presidente de la sección de Sevilla de la Asociación Española para el Progreso de las Ciencias. Su pertenencia a instituciones culturales no se agota con las anteriores. Con sólo quince años ingresó en el Ateneo y Sociedad de Excursiones de Sevilla del que sería su presidente entre 1909 y 1910. En 1900, siendo concejal del Ayuntamiento de Sevilla, elaboró la propuesta y estudio que llevó a la fundación de la Asociación Sevillana de la Caridad para erradicar la mendicidad pública, de la que fue consejero y presidente honorario además de fundador; su ejemplo fue imitado en Madrid y Barcelona.
La vida política de Cañal fue aún más relevante que la académica. Vinculado siempre al conservadurismo, inició su andadura dentro de la facción silvelista, para proseguir bajo la dirección de Antonio Maura y, más tarde, a las órdenes de Eduardo Dato —con quien mantuvo una especial vinculación— cuando ocupó la presidencia del partido en Sevilla a la altura de 1918, manteniéndola hasta 1931. A juicio de alguno de sus biógrafos lideraba a una nueva generación de conservadores más en sintonía con los cambios de estilo político experimentados en la política nacional. Su actividad política comenzó en 1899 como concejal del Ayuntamiento de Sevilla, siguió como diputado provincial y, de inmediato, en 1903, pasó a la política nacional como diputado en representación del distrito de Utrera (Sevilla) hasta 1905. Desde 1907 y hasta 1923 lo fue ininterrumpidamente por el distrito de Sanlúcar la Mayor (Sevilla). También fue miembro de la Asamblea Nacional primorriverista entre 1927 y 1929 de entre los representantes del Estado. Además de diputado ocupó diversos cargos en la política: director general de Administración Local (1909); subsecretario del Ministerio de Gracia y Justicia (1914); vicepresidente del Congreso (1915); fiscal del Tribunal Supremo (15 de junio de 1917-13 de noviembre de 1917); ministro de Abastos (23 de julio de 1919-28 de septiembre de 1919); ministro de Trabajo (8 de mayo de 1920-13 de marzo de 1921); ministro de Gracia y Justicia (4 de diciembre de 1922-7 de diciembre de 1922). En 1925 asistió como delegado y representante de España a la primera Conferencia Internacional del Trabajo, celebrada en Ginebra, siendo nombrado también consejero de Estado. En 1927 fue designado por Alfonso XIII comisario regio-presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. Con posterioridad ocupó el cargo de comisario-presidente de Monumentos Históricos y Artísticos de la Provincia de Sevilla y en 1930 formó parte de la Comisión Liquidadora de la Exposición Iberoamericana celebrada en 1929 en Sevilla (José-Leonardo Ruiz Sánchez, en Biografías de la Real Academia de la Historia).
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La calle Carlos Cañal, al detalle:
El edificio de la calle Carlos Cañal, 8.
El edificio de la calle Carlos Cañal, 22.
Retablo cerámico de la Virgen de la Soledad
El edificio de la calle Carlos Cañal, 28.
El edificio de la calle Carlos Cañal, 36.
El edificio de la calle Carlos Cañal, 46-48.
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