Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Córdoba, déjame ExplicArte los principales monumentos (Iglesia de Santa Catalina, Hospital de Jesús Nazareno, Iglesia de San Sebastián, Iglesia de San Bartolomé, Iglesia de San Gregorio, Ermita de San Antonio, Ermita de Jesús de la Columna, Cementerio de Nuestra Señora de los Dolores, Plaza de Toros - Coso de los Llanos, Pósito, Santuario de la Virgen de Luna, Monasterio y Casa-Museo de Pedrique, Plaza del Pozo Viejo, Casa de la Viga - Museo Marcos Redondo, y Arquitectura Popular - calle Ramblilla) de la localidad de Pozoblanco, en la provincia de Córdoba.
El tesón de sus habitantes y el céntrico emplazamiento, han convertido a Pozoblanco en la moderna capital de Los Pedroches. El tesón de sus habitantes favorecido por el céntrico emplazamiento, ha logrado convertir a Pozoblanco en la moderna capital de Los Pedroches, que concentra los servicios y las principales industrias agroganaderas de la comarca. La prosperidad no le hace olvidar, sin embargo, su modesto origen, y en una placita rinde culto a su escudo matriz escenificado: el pozo blanco con el gallo encaramado en el brocal y protegido por la nutricia encina.
Capital moderna de la comarca de Los Pedroches, los orígenes de esta villa se estiman en los años de paso de los siglos XIV al XV, quedando ligada al marquesado del Carpio entre 1600 y 1747. Como en toda la zona, su patrimonio artístico, fundamentalmente de carácter religioso, fue bárbaramente destrozado en los días de la Guerra Civil (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
El tesón de sus habitantes y el céntrico emplazamiento, han convertido a Pozoblanco en la moderna capital de Los Pedroches. El tesón de sus habitantes favorecido por el céntrico emplazamiento, ha logrado convertir a Pozoblanco en la moderna capital de Los Pedroches, que concentra los servicios y las principales industrias agroganaderas de la comarca. La prosperidad no le hace olvidar, sin embargo, su modesto origen, y en una placita rinde culto a su escudo matriz escenificado: el pozo blanco con el gallo encaramado en el brocal y protegido por la nutricia encina.
Ciudad situada en la zona central de Los Pedroches, en la carretera C-420.
Distancia a Córdoba: 86 Km.
Altitud: 649 m.
Extensión: 330,5 Km2
Habitantes: 17.219.
Gentilicio: Pozoalbenses.
Mancomunidad: Los Pedroches
Asegura la tradición que Pozoblanco se formó en el siglo XIV al asentarse en el lugar, hoy conocido como Pozo Viejo, pastores que huían del vecino Pedroche a causa de una epidemia de peste. En 1478 dejó de ser aldea pedrocheña y alcanzó la condición de villa. Durante la Edad Moderna fue Pozoblanco una de las Siete Villas de los Pedroches, en cuya capital se convirtió al trasladarse a ella, en 1771, el corregidor que hasta entonces había residido en Torremilano.
Oficina de Turismo de Pozoblanco
+34 957 132 204
http://www.pozoblanco.es (Diputación Provincial de Córdoba).Capital moderna de la comarca de Los Pedroches, los orígenes de esta villa se estiman en los años de paso de los siglos XIV al XV, quedando ligada al marquesado del Carpio entre 1600 y 1747. Como en toda la zona, su patrimonio artístico, fundamentalmente de carácter religioso, fue bárbaramente destrozado en los días de la Guerra Civil (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
La capital del Valle de los Pedroches, villa ganadera e industrial, se asienta en una dehesa llana, a la sombra de cuyas encinas hoza el cerdo ibérico, pero también pastan la vaca de leche y la oveja lanar. El granito y una morfología serrana de recias casas y calles de trazado claro constituyen características visibles a primera vista. Dista 86 kilómetros de la capital.
Historia
El tesoro encontrado en el área de los Almadenes, zona minera situada a unos cinco kilómetros de la población por la carretera que lleva a Belmez, llama la atención sobre dos circunstancias de relieve: el poblamiento continuado del término desde épocas muy lejanas y su dedicación a la minería durante mucho tiempo.
No obstante, la ciudad tiene al parecer su origen en torno a 1350, cuando unos pastores que venían del cercano Pedroche huyendo de la peste se asentaron en el lugar denominado entonces Pozo Viejo, situado al pie del único cerrete que existe en la población. El color de los alrededores de aquel pozo era blanco, de donde el nombre actual de la localidad. En 1425, Pozoblanco era una aldea de Pedroche. En 1478, sin embargo, había alcanzado la condición de villa, lo que prueba la rapidez y fortaleza de su crecimiento, siendo, junto a Pedroche, que era la capital, Torrecampo, Dos Torres, Alcaracejos, Villanueva de Córdoba y Añora, una de las Siete Villas que durante toda la Edad Moderna formaron la mancomunidad de los Pedroches. En 1928, Pozoblanco alcanzó la categoría de ciudad. Para entonces, era ya la población más importante del Valle de los Pedroches, circunstancia que no sólo no ha cambiado, sino que se ha acentuado a día de hoy.
Gastronomía
Los productos del cerdo ibérico, de excelente calidad, constituyen parte principal de la cocina pozoalbense y, de entre estos, una de sus primeras especialidades es el jamón al horno.
El cordero y la ternera ocupan también en esta cocina un lugar importante. Platos característicos son la ternera vallesana, mechada y asada, o la pierna de cordero al horno.
Entre los postres de mayor tradición figuran las perrunas y los hornazos, torta con dos huevos adornados con figuritas que se comen en la Romería de la Virgen de la Luna.
Fiestas y tradiciones
Precisamente, la Romería de la Virgen de la Luna, que tiene lugar el domingo de Sexagésima, habitualmente en el mes de febrero, es la fiesta más importante de la localidad. Es de origen militar y aparece referenciada ya en el siglo XV. La hermandad la constituyen únicamente hombres, que visten un uniforme consistente en traje negro, camisa blanca, corbata, sombrero, espadín y escopeta de caza, a más del cuerno para la pólvora. La romería consiste en la traída de la imagen desde su ermita al pueblo. Hay salvas de escopeta, tremolar de banderas, comidas, etc. Cuatro meses después, la imagen vuelve a su ermita, pero este paseo es ya mucho más sencillo.
En Semana Santa es muy emotiva la ceremonia del Prendimiento, que se celebra el Viernes Santo a las seis de la mañana ante la iglesia de Santa Catalina.
A primeros de mayo se celebra una importantísima Feria de ganado, que reúne ejemplares de toda Andalucía y aun de fuera de ella.
El 14 de este mismo mes por la noche, víspera de San Isidro, se lleva a cabo la Quema de las muñecas, figuras de tela y papel confeccionadas con mucho arte por los vecinos.
Famosa por su animación y por sus corridas de toros es la Feria de Nuestra Señora de las Mercedes, del 23 al 28 de septiembre.
Vida urbana
Pozoblanco es una ciudad muy activa y dinámica. El tradicional aislamiento de las ciudades serranas lo han roto los pozoalbenses, a los que cariñosamente se les llama tarugos, a fuerza de tozudez y de coraje. Industrias varias y numerosas completan y aun superan la tradicional dedicación agrícola y ganadera, entre ellas las de confección.
Pero la nave capitana de la industrialización de la ciudad es la Cooperativa COVAP, dedicada a la producción de leche y sus derivados y, desde hace poco tiempo, también a la de los derivados del cerdo. Sus jamones de pata negra, por ejemplo, no tienen rival. Esta empresa es un foco de dinamismo para todo el Valle de los Pedroches e incluso para zonas limítrofes de las provincias de Ciudad Real y de Badajoz.
Todo ello da lugar asimismo a un activo comercio que se concentra, sobre todo, en el eje urbano de la calle Mayor y sus alrededores.
VISITA
La travesía de la vieja carretera que une Alcaracejos con Villanueva de Córdoba, convertida hoy en una verdadera avenida rematada por un pequeño parque con la Cruz de la Unidad, constituye un lugar ideal para iniciar la visita. A la izquierda de esta arteria, en dirección a Villanueva, se localiza la parte moderna de la localidad con el hospital Comarcal de la Seguridad Social, el instituto de bachillerato, el Hogar del Pensionista, etc.
Calle importante de esta zona es la avenida de Marcos Redondo, el famoso barítono, hijo del pueblo, en honor del cual y para conservar su memoria se ha creado aquí un parque y en él se ha instalado un busto del artista, obra de José Herruzo. Algo más abajo de este paseo se ve la ermita de San Gregorio, en la calle de su nombre, templo del siglo XVI, de tres sencillas naves formadas por arcos de medio punto sobre columnas de granito. De granito también y muy bonita es su portada, constituida por un arco de medio punto entre columnas sobre las que apoya un entablamento decorado con círculos y bolas.
Hacia el final de la de Villanueva de Córdoba se abre la avenida del Guijo. Aquí se sitúa la ermita de San Antonio, antiguo edificio, muy reformado en el siglo XVII, y pintoresco lugar desde el que se contemplan preciosos atardeceres.
A la derecha de la avenida de Villanueva de Córdoba se extiende el casco histórico de Pozoblanco. La calle Mayor, conocida popularmente como El Toro, por lo estrecha que era en sus orígenes, lleva hasta la Real, corazón de esta zona y lugar de gran tránsito en el que confluye la arquitectura tradicional con otra mucho más moderna. Antes, a la derecha, se abre la plaza de la Iglesia, uno de los lugares más característicos de la población, con su jardincito en el centro y los notables edificios que en ella se alzan. En primer Jugar, la parroquia de Santa Catalina, el templo principal con el que cuenta la ciudad. Sus orígenes se remontan al siglo XVI, aunque fue reformado y ampliado entre 1773 y 1818 y, nuevamente, reparado a fondo entre 1857 y 1858. Sorprende en el espacio urbano la masa de sus volúmenes a base de granito, la piedra que fluye a ojos vista en toda la comarca, así como la imponente torre. El interior del edificio es de cruz latina con bóveda de medio cañón en la nave. En el crucero se eleva una gran cúpula, trazada por Sebastián de Torres en estilo neoclásico. Los arcos torales descansan sobre pilastrones adosados de orden gigante rematados por una mixtilínea cornisa de notable efecto. Esta iglesia guarda los restos de Juan Ginés de Sepúlveda (1490-1573), hijo importante del pueblo, que llegó a ser cronista de Carlos V y de Felipe II, y en ella encuentra acomodo la Virgen de Luna cuando baja de su ermita al pueblo.
Aquí está también el hospital de Jesús Nazareno, fundado por Diego de la Cruz, construcción en principio barroca, aunque completamente reformada en 1931, con una hermosa torre de ladrillo y un tranquilo claustro formado por dos plantas de arquerías de medio punto. En la misma plaza se encuentra el colegio de las Madres Concepcionistas, con su capilla, y algunas buenas casas que conservan el sello de la arquitectura tradicional, como la número 3, que presenta un arco rebajado en un alfiz, y la número 4, con arco conopial igualmente bajo alfiz.
A un paso de aquí se llega a otra buena plaza del pueblo, la de la Constitución, con una fuente en el centro y todo el ambiente de un lugar ya céntrico. Al lado está la ermita de Jesús de la Columna, templo de una sola nave construido en 1704, en el que sobresale la sólida fachada de bloques de granito con la graciosa espadaña que la remata.
Caminando hacia el sur por Muñoz Sepúlveda y luego por Fomento se alcanza la plazoleta del Pozo Viejo, núcleo original de la localidad, en la que se localiza la llamada casa de la Viga, la más antigua del pueblo.
Pasando la Ramblilla, una plazoleta escalonada, se descubre la iglesia de San Bartolomé, del siglo XVI, templo de nave única con potentes arcos fajones apuntados, también de granito, por supuesto.
Debajo de esta iglesia está la ronda de circunvalación y en ella el coso de los Llanos, plaza de toros famosa por la cogida mortal que el 26 de septiembre de 1984 le propinó a Francisco Rivera Paquirri el toro Avispado.
Al lado de la plaza y perpendicular a la circunvalación, vuelve a adentrarse en el pueblo el paseo de los Llanos, un jardín pavimentado y luminoso que se utiliza, junto con la calle Feria que sigue a continuación, como marco para las celebraciones feriales. En el número 54 de esta calle Feria, enfrente de Sol. una placa recuerda que aquí nació en 1893 Marcos Redondo.
Antes, en la calle de su nombre, conocida también como Sol, perpendicular a Feria, eleva su espadaña la iglesia de San Sebastián, antigua ermita adaptada a parroquia por el crecimiento de la población. Luce una graciosa portada recortada y blanqueada. Encima de Sol, en la plazuela del Cerro, tiene su sede el Círculo de Bellas Artes, la entidad cultural de más prestigio de Pozoblanco. Es asimismo un pequeño y variopinto museo.
Muy cerca de esta plaza está Arroyo Hondo, lugar en el que las autoridades municipales le entregan las llaves de la ciudad a la Virgen de Luna, cuando viene de su ermita. Desde aquí, por Ramón y Cajal y luego por Pedrajas, se llega a la plaza de los Padres Salesianos, donde esta Congregación tiene colegio e iglesia. A un paso, hacia el centro, se alcanza el mercado municipal y, enseguida, la calle Real y la plaza Cronista Sepúlveda, que luce busto del titular, obra también de José Herruzo. Aquí se alza el Ayuntamiento viejo, un notable edificio de granito de 1890 construido por Pedro Alonso Gutiérrez, de dos plantas, la baja con ventanas de medio punto y la alta con balcones de dintel y frontón triangular. En la actualidad, sustituido por el nuevo Ayuntamiento, que se encuentra prácticamente al lado, este edificio se destina a actividades culturales.
ALREDEDORES
Antes de llegar a Villanueva, a unos catorce kilómetros de Pozoblanco, se sitúa la ermita de la Virgen de Luna, en un paisaje de mucho color serrano y medieval.
A poco más de treinta kilómetros, por la carretera CO 421, en un paraje imponente de la serranía, se localiza el monasterio de Pedrique*. Merece la pena visitarlo porque en él tiene instalado su taller, desde hace algunos años, el extraordinario escultor y pintor Aurelio Teno, donde mantiene una amplia exposición-museo de muchos de sus trabajos originales, realmente impresionantes (Rafael Arjona. Guía Total, Córdoba. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2009).
Esta villa de recia estructura, capital del valle de los Pedroches, se encuentra en una vasta llanura en la que crece abundante la encina y hoza el cerdo ibérico.
Historia
No se conoce muy bien su origen. Para algunos surgió a consecuencia de una epidemia ocurrida en época medieval, cuando los vecinos del cercano Pedroche, entonces cabeza de la comarca, se instalaron en el terreno calizo sobre el que se asienta la ciudad, que era un magnífico desinfectante natural para combatir la epidemia. Para otros, la actual población era en su origen un abrevadero de ganados que fue ganando importancia con el tiempo. Sea como fuere, existía ya en 1345.
Hacia 1370, los Reyes Católicos le otorgaron el título de villa. En 1771, una orden de Carlos III la convierte en cabeza del valle en detrimento de Pedroche, alcanzando la categoría de ciudad en 1928.
Gastronomía
Los derivados del cerdo ibérico del valle de los Pedroches, de excelente calidad, constituyen parte importante de la mesa pozoalbense, en la que se unen también el cordero y el lechón, principalmente a la caldereta y frito, respectivamente. Como postre se toman las perrunas, los bizcochos de San Isidro y los hornazos.
Fiestas y tradiciones
Los sábados de Cuaresma recorren las calles unos coros de origen muy antiguo que cantan canciones alusivas a la Pasión. La romería de la Virgen de la Luna, fiesta variable que tiene lugar entre abril y mayo, dependiendo de la Semana Santa, es de origen militar y muy antiguo y tiene la característica de que en ella no participan más que hombres, los cuales visten un uniforme que en la actualidad data de primeros de siglo, compuesto de traje oscuro, camisa blanca, corbata, sombrero y escopeta de caza. Este día se trae a la Virgen de la Luna de su ermita, situada a unos 10 km en dirección a Villanueva de Córdoba, hasta el pueblo donde permanece durante cuatro meses en la iglesia de Santa Catalina.
Vida urbana
Los habitantes de Pozoblanco son conocidos cariñosamente con el apelativo de "tarugos". Son gente sencilla, austera, dinámica y emprendedora. La ciudad, cuya tradición es agrícola y ganadera, disfruta igualmente de una potente actividad industrial y de un comercio que no es mejor aún debido a la insuficiente red de carreteras que la comunican. La inauguración, a principios de los ochenta, de un Hospital Comarcal de la Seguridad Social ha reforzado su capacidad económica.
La Calle Mayor es el eje en el que se concentra el comercio. Un buen número de pubs y de discotecas, repartidos por la ciudad, son objeto del principal interés recreativo de la juventud.
VISITA
La carretera de Villanueva de Córdoba divide la ciudad en dos partes asimétricas. A la derecha, en dirección a Villanueva, se localiza la ciudad histórica, de calles tradicionales con casas en cuya estructura y decoración predomina el granito, muy abundante en la zona. A la izquierda crece la ciudad moderna. Al final de la Calle Mayor, en Cronista Sepúlveda, ciudadano pozoalbense (1490-1573) que fue cronista de Carlos V y Felipe II, se encuentra el Ayuntamiento, notable edificio civil de principios del siglo XX en estilo neoclásico, convenientemente ampliado.
En la plaza de la Iglesia se localiza la parroquia de Santa Catalina, el templo más importante, poderoso edificio construido en el siglo XVI, aunque fue ampliado y reformado en el XVIII. Destaca su fábrica en piedra y la robusta torre campanario.
En el número 54 de la calle Teresa Cejudo se halla la casa natal del barítono Marcos Redondo (1893-1976), cuyo busto se levanta en la avenida de su nombre (Rafael Arjona. Guía Total, Andalucía. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2005).
Iglesia de Santa Catalina.-
Las primeras referencias de este templo remiten a 1530, pero lo reducido de la fábrica obligó a su ampliación, primero en 1617 y luego en 1773, concluyendo el largo proceso en 1818, bajo control de Sebastián de Torres. Entre 1841 y 1845 se hundieron las cubiertas y la torre, dilatándose las obras de reconstrucción hasta 1858.
Tiene planta de cruz latina y cubierta de cañón y cúpula en el crucero. Muy mermado el patrimonio por la Guerra Civil, destaca en el presbiterio el crucificado de la cruz parroquial, datable en el XVII. El retablo mayor se contrató en 1942 con los Talleres Salesianos de Sevilla. Los del crucero son neogóticos, el izquierdo de 1945 y el derecho de 1960. Éste tiene las imágenes de San Juan y María Santísima de los Dolores, modelada en escayola en 1939 en los Salesianos de Sevilla. A la derecha está el sepulcro de Ginés de Sepúlveda, fechado en 1573.
Los retablos de la nave se deben casi todos a los tallistas locales Manuel Sánchez y Francisco López. De la imaginería destaca exclusivamente el Resucitado, de 1996, obra de Francisco Romero Zafra, lo mismo que el Ángel que le acompaña en el paso, de 1999. El Cristo de la Caridad lo talló en 1942 Carlos Bravo Nogales (Sevilla, 1915-Huelva, 1985). Por los muros del templo cuelgan una serie de lienzos, de los cuales es antiguo el de Santa Catalina de Alejandría, del siglo XVIII.
Los restantes son obra de Rafael Díaz Peno, de hacia 1975, copia de conocidos originales de Rafael, Reni, Murillo y Tiépolo (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
La actual Iglesia mayor de Pozoblanco sustituyó a otra más antigua y se edificó en diversas etapas comprendidas entre 1773 y 1818, en las que se agregó el crucero cupulado y el presbiterio de Aguilar Arriaza a la primitiva nave, que fue rehecha tras un derrumbamiento en 1841, cubriéndose ésta con una bóveda de cañón con arcos fajones que descansan sobre pilastras toscanas.
La Guerra Civil tuvo trágicas consecuencias para la iglesia pues durante la contienda fue expoliada y se destruyeron los altares, retablos y tallas. Tras esto, quedó convertida en un taller mecánico. El fin de la guerra trajo su restitución como iglesia.
El templo es uno de los más grandes de la Sierra y presenta sobrias líneas constructivas, completándose con una torre de cuatro cuerpos, el último de los cuales alberga las campanas en cuatro arcos de medio punto.
Posee dos puertas de acceso, una principal por la plaza de la iglesia, que es la utilizada en las romerías de la Virgen de Luna, y otra desde la calle Celestino Martínez.
En el interior destaca el altar mayor con retablo neobarroco que aloja diferentes tallas que se veneran en la localidad. Los retablos de las capillas laterales fueron realizados en 1942 y 1960, de la Inmaculada y de las Ánimas Benditas. El retablo de la Virgen de Luna se encuentra en la nave central, a la derecha, junto a un crucificado. En su interior guarda el sepulcro de Juan Ginés de Sepúlveda, personaje histórico de la ciudad, cronista de Carlos I y Felipe II.
La Iglesia parroquial es el templo donde se da culto a la Virgen de Luna durante el tiempo ritual que permanece en Pozoblanco. Es destino y punto de partida de las romerías de traída y de llevada respectivamente (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Nos encontramos ante la iglesia mayor de Pozoblanco que fue erigida en el siglo XVI. Pero quedó terminada definitivamente en el siglo XIX, con la construcción de una monumental cúpula y el levantamiento de una nueva torre que sustituye a la antigua desplomada.
El templo es uno de los más grandes de la Sierra y presenta una estructura de cruz latina con bóvedas de medio cañón. La Guerra Civil tuvo trágicas consecuencias para la iglesia pues durante la contienda fue expoliada y se destruyeron los altares, retablos y tallas. Tras esto, quedó convertida en un taller mecánico.
El fin de la guerra trajo su restitución como iglesia.
Los retablos que acogen las distintas capillas laterales fueron realizados entre 1942 y 1960. En el crucero, a la derecha está la tumba del insigne cronista Juan Ginés de Sepúlveda, cuya sepultura data de 1573 (Diputación Provincial de Córdoba).
Hospital de Jesús Nazareno.-
La fundación del conjunto hospitalario se debió al hermano Diego de la Cruz, entre los años 1682 y 1683, aunque existía desde principios de la misma centuria una ermita dedicada al Nazareno; todo el conjunto ha sufrido reformas posteriores.
La fundación del conjunto hospitalario se debió al hermano Diego de la Cruz, entre los años 1682 y 1683, aunque existía desde principios de la misma centuria una ermita dedicada al Nazareno; todo el conjunto ha sufrido reformas posteriores.
La iglesia es de nave único y testero plano, cubierta con arcos diafragma y techo a dos aguas. Como altar mayor se ha colocado, en 1999, parte del monumento del Jueves Santo de la Catedral, realizado según diseño, de Hernán Ruiz III en 1577 y adaptado por Andrés Valverde Luján. La imagen de vestir de Nuestro Padre Jesús Nazareno es obra anónima del siglo XVII.
A la izquierda del presbiterio hay una tribuna y a la derecha, un lienzo del siglo XVIII, que representa la Adoración de los Pastores. Bajo la tribuna se abre el antiguo coro conventual, hoy convertido en capilla, donde está el grupo del Abrazo de San Francisco, del XIX, procedente del retablo que hoy tiene la Virgen de Fátima.
En el muro izquierdo destaca una hermosa tabla renacentista que representa la Asunción de la Virgen, fechada hacia l530.
En el muro derecho está el retablo de San Cayetano, del siglo XVIII, con una bella imagen del titular, y, a continuación, el cuadro de la Virgen del Mayor Dolor. A los pies se encuentran los cuadros barrocos de la Virgen de Belén y la Dolorosa, de medio cuerpo. Las cuatro vidrieras fueron realizadas en 1998 por Egea Azcona (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
El Hospital de Jesús Nazareno fue fundado por Diego Novoa y Marta Peralvo en 1682, habiéndose transformado posteriormente todas las dependencias del mismo, entre las que destaca la capilla.
Esta capilla fue erigida en 1606 y su estilo barroco aún se mantiene después de la intervención que sufrió en 1931.
Consta de una sola nave con cuatro tramos separados por pilastras sobre las que se apoyan arcos rebajados. El presbiterio tiene testero plano y en él, a media altura se abre un hueco a modo de camarín, donde se venera la imagen de Jesús Nazareno.
La portada de los pies tiene dovelas radiales entre pilastras que soportan un entablamento y un frontón triangular. La fachada del edificio termina en frontón triangular decorado con el nombre de Jesús y los clavos de su Pasión.
Se completa la fachada con una torre de ladrillo de un solo cuerpo en la cabecera (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Iglesia de San Sebastián.- Dos antiguas ermitas fueron convertidas en parroquias, la de San Sebastián (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Es una antigua ermita construida en el siglo XVI, fue convertida en parroquia en 1888. A pesar de que en el siglo XIX sufrió grandes reformas, su interior aún conserva la estructura original.
Tiene una sola nave con arcos de medio punto que se elevan sobre pilares adosados. La nave se cubre con bóveda de cañón y tiene siete tramos, presentando dos capillas rectangulares en el tramo anterior al presbiterio, que es de planta cuadrada y cabecera plana.
Al templo se accede por dos puertas, una a la izquierda flanqueada por pilastras y otra a los pies del edificio precedida por un pequeño pórtico. Se conserva un retablo neobarroco, de tres calles con la imagen de San Sebastián (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
La Iglesia de San Sebastián se construyó en el siglo XVI como una antigua ermita.
Posteriormente, y tras grandes reformas se convirtió en Parroquia en el año 1888.Tiene una sola nave cubierta con bóveda de cañón y siete tramos.
Conserva en su interior un retablo neobarroco de tres calles presidido por la imagen de San Sebastián (Diputación Provincial de Córdoba).
Iglesia de San Bartolomé.-
Dos antiguas ermitas fueron convertidas en parroquias, la de San Sebastián y la de San Bartolomé, erigida en 1954, cuya imagen de Jesús Rescatado es obra de José Callejón, en 1956 (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Dos antiguas ermitas fueron convertidas en parroquias, la de San Sebastián y la de San Bartolomé, erigida en 1954, cuya imagen de Jesús Rescatado es obra de José Callejón, en 1956 (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Fue la ermita más antigua de la ciudad, pero la parroquia más joven, convertida para tal fin en 1954. De hecho esta circunstancia modificó ampliamente su fisonomía.
Data del siglo XIV. La primitiva ermita estaba orientada, como todas, con el altar hacia el este. Sin embargo, al ser convertida en parroquia, el primer párroco, señaló lo inapropiado de que una parroquia diera la espalda a su barrio. Ésa fue la razón por la que se procedió a girar la iglesia. El arco de medio punto que encontramos nada más entrar es el primitivo arco triunfal de acceso al presbiterio.
Originalmente era una ermita de una sola nave con cinco arcos diafragmas de granito ligeramente apuntados, sobre pilares de la misma piedra y cubierta plana a dos aguas. En 1954 se transformó en parroquia, añadiéndole la actual cabecera y una serie de dependencias anejas a los pies de la antigua edificación, cuyo presbiterio sirve de entrada a la actual parroquia, con una portada realizada en 1964.
Actualmente el único resto mudéjar que queda es la portada de la Epístola, en forma de arco de medio punto rematado por un pequeño conopio y enmarcado por un alfiz. Tiene cuatro grandes arcos apuntados sobre pilastras de esquinas achaflanadas, mientras el antiguo arco triunfal es de medio punto y está soportado por columnas de granito. Otra de las reformas consistió en abrir capillas entre los contrafuertes. Dos de ellas tienen techos de escayola, imitando labor de lazo mudéjar, pero es obra reciente (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
La Iglesia de San Bartolomé se formó ampliando la antigua ermita, primera de Pozoblanco y data del siglo XIV.
Típica Iglesia de la sierra, de una sola nave, se compone de cinco arcos de granito ligeramente apuntados sobre pilares de la misma piedra.
Del siglo XVI conserva la portada de medio punto del lado del evangelio (Diputación Provincial de Córdoba).
Iglesia de San Gregorio.- La ermita de San Gregorio tiene imágenes de la artista local Sara Trucios Caballero, Jesús Atado a la columna y María Santísima de la Salud, de 1988 (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Data del siglo XVII, y se ubica en la salida de la localidad e dirección a Añora. Es de planta rectangular con cabecera plana y tres naves separadas por columnas toscanas sobre las que cabalgan arcos de medio punto de granito. La nave central es más amplia y elevada que las laterales. La cubierta es de madera y a doble vertiente.
Tiene dos puertas, una en el lateral derecho con arcos de medio punto en granito y otra a los pies con un arco del mismo tipo flanqueado por columnas toscanas que sustentan un friso decorado con bolas y discos alternando. La fachada se completa con una espadaña de un solo cuerpo de granito (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Data del siglo XVII y se encuentra ubicada en la salida de la localidad dirección a Añora.
Es de planta rectangular y tiene tres naves separadas por arcos de medio punto que descansan sobre columnas de granito.
El techo es de madera y la cubierta es a doble vertiente.
La nave central es más amplia y elevada que las laterales.
La portada principal tiene un arco de medio punto, de sección rectangular formado por 7 dovelas y la flanquean dos columnas adosadas al muro (Diputación Provincial de Córdoba).
Ermita que en origen se llamaba de Santa Marta, se erigió en el siglo XVI. Dos siglos después se restauró, momento en el que se colocó el empedrado del pequeño pórtico de arcos de medio punto que protege su portada adintelada.
Es una edificación del tipo característico que se construye en la comarca de los Pedroches, de una sola nave, con cinco tramos separados por arcos diafragma que se contrarrestan al exterior con contrafuertes y cubierta plana de madera a dos aguas. La cubierta está formada por una estructura de madera en muy mal estado, pues rollizos y tablas han ido cediendo por el peso del tejado y la entrada del agua, estando puesto todo el conjunto de la cubierta en eminente ruina.
Tiene dos puertas, una en el lateral derecho entre dos contrafuertes y otra a los pies, precedida por un pequeño pórtico con arcos de medio punto, que se completa con una espadaña de un solo cuerpo. Adosada a la nave, se encuentra una edificación destinada a vivienda de los guardas.
La ermita conserva un amplio término propio amurallado que ha mantenido su estructura y sabor tradicional a pesar de que el entorno urbano ha sufrido una gran trasformación en los últimos años (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
La Ermita de san Antonio está situada en uno de los extremos del municipio de Pozoblanco.
Esta Ermita, que en origen se llamaba de Santa Marta, se erigió en el siglo XVI.
Dos siglos después se restauró, momento en el que se colocó el empedrado del pequeño pórtico que protege su portada adintelada.
Desde este lugar puede observarse uno de los atardeceres más bellos de la zona (Diputación Provincial de Córdoba).
Destaca por su fachada, labrada en granito, y en estilo manierista, de 1704. Se trata, sin duda del mejor exponente del barroco manierista de la ciudad. Su interior también sigue las pautas arquitectónicas barrocas, con una sola nave cubierta con bóveda de cañón. Actualmente ha perdido su antigua función utilizándose como sede social.
Tiene una sola nave cubierta por una bóveda de cañón con lunetos y arcos fajones que descansan sobre pilastras toscanas, y cabecera cuadrada cubierta por una bóveda vaída.
La portada es de granito con arco de medio punto flanqueado por pilastras cajeadas que soportan un entablamento y un frontón curvo partido, que acoge un nicho rematado por un frontón triangular partido y pirámides terminadas en bolas.
Completa la fachada una espadaña de ladrillo con un solo arco entre pilastras jónicas que sustentan un frontón curvo (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Situado al Este de la población, junto a la C-420 de Villanueva de Córdoba y Andújar, a la que entronca su acceso. Lo rodean terrenos de cultivo, en suave pendiente, en la que el cementerio adquiere una especial significación paisajística.
De trazado rectangular, se ha ido ampliando por su fondo, se distingue un primer patio rodeado de nichos y unas calles y patio, posteriores. Cercado por una tapia corrida, testero de los cuerpos de nichos, con accesos secundarios. El frente está constituido por un cuerpo central, la Iglesia, de una sola nave, con pórticos laterales a los que abren dos cancelas metálicas al cementerio, en las esquinas, un edifico para autopsias y otro para conserje, unidos por una reja de lanzas entre pilastras berroqueñas, monolíticas, de remate triangular, con cruz hendida sobre una potente bancada, también de granito, de dos hiladas de aparejo isódomo. La vegetación es pobre y la pavimentación escasa, tanto en el interior como en la explanada de acceso.
La portada de la Iglesia y los huecos de entrada se labran en la misma piedra, de aparejo regular, apilastrada en los extremos y con remates simples en punta de diamante. Frontón sencillo, sobre el que descansa la espadaña, coronada por nido de cigüeña (junto con del cementerio de Lepe, Huelva, son los dos únicos nidos activos en cementerios de Andalucía) destacan, en mármol blanco, el tímpano blasonado de la portada y un ángel alado y exento sobre aquella.
También resultan interesantes la cruz fundacional (en calvario con tres gradas y escudo al pie), las pandas de nichos con pórticos adintelados y un grupo de cercados metálicos, en pintura plateada y próximos entre sí, que constituyen un conjunto bastante homogéneo.
La finca se adquirió a Dª Maximiliana García Rojas el 26-8-1886, ante el notario D. Bartolomé de Castro y Escribano. Se inauguró en 1888. El 10 de julio de ese año se realizó el primer enterramiento (Dª Manuela Galán Vega, reseñado en lápida) En la Iglesia de Santa Catalina están los restos de Juan Ginés de Sepúlveda, 1573, local autor de "La Crónica Indiana" (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Plaza de Toros - Coso de los Llanos.- La Plaza de Toros de Pozoblanco conocida como el Coso de los Llanos, está parcialmente excavada en la roca. La plaza fue inaugurada en el 25 de agosto de 1912.
Era una plaza de fábrica de piedra encalada con un muro que delimitaba el solar y otro que cerraba la plaza, entre los que se situaban las caballerizas, los toriles, y demás dependencias necesarias. Una serie de crujías de fábrica de piedra encalada sostenían el graderío y dejaban paso mediante unos arcos de descarga a las entradas principales. La plaza, de 3º categoría y un aforo de 5.000 personas aproximadamente, es de titularidad municipal.
En el año 2001 sufrió una remodelación importante aunque respetuosa con los elementos más característicos de la plaza. Estos son los tendidos realizados, como no, en granito, la piedra de la serranía que confiere una personalidad propia a la plaza. Otro componente distintivo recuperado tras la reforma, es el conjunto de pilastras que sostienen las tablas del ruedo, que al igual que las columnas de las arcadas del tendido alto, están realizadas igualmente en granito.
En esta reforma perdió su estructura y carácter original para aumentar su capacidad y mejorar sus múltiples instalaciones. Actualmente la plaza ha pasado a ser un enorme edificio, pleno de tópicos folclóricos regionales y que se adapta y pliega a la estructura viaria del entorno.
Se encuentra en perfectas condiciones y en uso, celebrándose corridas del 23 al 28 de Septiembre (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Pósito.-
El inmueble aparece exento en tres de sus lados y obedece a uno de los tipos más sencillos de pósitos, pues tiene planta rectangular de 29,85 por 12,55 m y consta de una sola nave, cubierta con bóveda de cañón apuntado. Los empujes son contrarrestados por anchos muros de carga que presentan perfil escalonado, siendo más anchos abajo y adelgazándose progresivamente hacia arriba en tres niveles diferentes, apreciables al exterior, y al interior se aligera el muro por una serie de arquillos apuntados ciegos, siete a cada lado, hoy ocultos tras su reciente reforma. Bajo la nave y paralelas a los muros de carga corren dos galerías a modo de semisótanos, que sirvieron para aislar el grano de la humedad. Se cubren con bóveda de cañón y se accede a ellas por la calle Padre Tarín.
El inmueble aparece exento en tres de sus lados y obedece a uno de los tipos más sencillos de pósitos, pues tiene planta rectangular de 29,85 por 12,55 m y consta de una sola nave, cubierta con bóveda de cañón apuntado. Los empujes son contrarrestados por anchos muros de carga que presentan perfil escalonado, siendo más anchos abajo y adelgazándose progresivamente hacia arriba en tres niveles diferentes, apreciables al exterior, y al interior se aligera el muro por una serie de arquillos apuntados ciegos, siete a cada lado, hoy ocultos tras su reciente reforma. Bajo la nave y paralelas a los muros de carga corren dos galerías a modo de semisótanos, que sirvieron para aislar el grano de la humedad. Se cubren con bóveda de cañón y se accede a ellas por la calle Padre Tarín.
El edificio consta de algunos vanos de sencilla estructura, otros fueron añadidos. Hay dos originales en la fachada trasera y son rectangulares, con el dintel ligeramente curvo y fuerte derrame hacia el exterior. Se cubre mediante un tejado a dos aguas con cumbrera paralela a la fachada y desborda sobre una cornisa de cuarto de bocel.
Lo más reseñable es la portada, donde se hace la única concesión al ornato. Abre a la plaza del Pósito y se accede tras subir primero una pendiente y después, varios escalones. Consta de un vano en forma de arco con gran rebaje y pronunciado derrame hacia el interior, donde se acusa el extraordinario grosor de los muros: 2,08 m los laterales y 1,26 m los testeros. Va flanqueado por pilastras con capiteles toscanos, sobre los que corre la cornisa y desborda el tejado. Los muros aparecen hoy totalmente encalados, pero son de mampostería granítica, con refuerzos en las esquinas.
Originalmente estuvo pintado, atendiendo a los restos de policromía que aparecieron antes de la restauración en la cornisa y en la fachada trasera.
Se carece por el momento de datos acerca de la construcción del pósito, aunque por el estilo de la portada, especialmente por el tipo de pilastras, se ha datado en el siglo XVIII. Ramírez y las Casas-Deza decía de él: "es de buena calidad y sólida fábrica".
Se encuadra dentro del tipo de pósitos de una sola nave encañonada, del cual no hay paralelismos en la provincia, ya que los más similares cuentan con varias naves. Cabe la posibilidad de que en el caso de Pozoblanco influyera la arquitectura religiosa popular del entorno, donde hay numerosas ermitas e iglesias con esta estructura, aunque en la mayoría de los casos con arcos diafragma. No obstante, parece posible que ese tipo que originaba un espacio amplio y diáfano, acorde con el fin práctico de los almacenes de grano, y que se venía utilizando desde la reconquista cristiana, influenciara en el modelo, pues se hacía eco, ya en el XVIII, de toda una tradición constructiva en el norte de la provincia con raíces en la Baja Edad Media.
Se desconoce la fecha en que dejó de prestar servicio como almacén de grano. Después ha tenido los más diversos usos públicos, desde lugar de reuniones de carácter político, actos de homenaje y recepción, hasta sede del Servicio Nacional del Trigo. Entre 1910 y 1915 acogió un tablao flamenco y en las décadas de los años 20 y 30 sirvió como salón de baile.
El mal estado de conservación del edificio llevó a su rehabilitación en 1998, y fue concluida en 1999. Su modernización para adaptarlo a cine, uso que ya había tenido anteriormente, ha hecho que su interior pierda prácticamente por completo la antigua fisonomía, enmascarada por los recubrimientos necesarios para mejor acústica e insonorización del fin al que sirve ahora. Bien es verdad que el aspecto externo se ha respetado más y que se ha suprimido el techo raso que ocultaba la bóveda, de forma que ahora ésta se intuye (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Santuario de la Virgen de Luna.- A varios kilómetros se encuentra el Santuario de la patrona, la Virgen de Luna, cuya actual efigie es obra de 1948, realizada en Valencia por Francisco Pablo (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
La Ermita de la Virgen de Luna se encuentra a 11 kilómetros del pueblo, en un hermoso paraje adehesado de encinas. Es una construcción tardía, cuya cronología se podría fijar en la segunda mitad del siglo XVI, según los capiteles toscanos que rematan las columnas de fustes monolíticos de granito sobre los que se elevan los arcos de medio punto.
El edificio tiene planta cuadrada con tres naves separadas por columnas de granito con capiteles toscanos, sobre los que cabalgan arcos de medio punto que soportan la cubierta de madera. La nave central se cubre con una armadura de par y nudillo muy rústica, pues se compone de troncos de pino, aunque los nudillos sí han sido desbastados y son cuadrados.
Por encima va la tablazón. El presbiterio es de planta cuadrada y se cubre con cúpula sobre pechinas con linterna. En su interior desataca la imagen de la Virgen de Luna, titular del santuario. La cabecera es semicircular interiormente y plana al exterior y la sacristía de planta rectangular.
Tiene dos puertas, una en la nave derecha y otra a los pies, ambas adinteladas y construidas en granito. La obra se completa con una espadaña de un solo cuerpo en ladrillo. El templo se halla precedido por un pórtico de arcos de medio punto sobre fustes graníticos monocilíndricos. En este santuario se ve la pervivencia del sistema de cubrición de las naves tan frecuente en la provincia hasta fechas muy tardías.
Devoción compartida por las localidades de Pozoblanco y Villanueva de Córdoba, y anteriormente por Pedroche desde el siglo XV, la Virgen de Luna, que permanece cuatro meses al año en su ermita, es trasladada el Domingo de Sexagésima, en febrero, hasta el casco urbano de Pozoblanco, tras una romería y jornada de convivencia y comensalismo comunitario en La Jara, para ser devuelta a su templo el domingo de Pascua de Pentecostés, en mayo o junio, estando el resto de año en Villanueva de Córdoba. Durante los cuatro meses al año que la ermita cobija la imagen de la Virgen de Luna, este inmueble se convierte en uno de los espacios significativos con motivo de la romería de febrero y mayo en su honor, celebrándose los actos litúrgicos y la procesión en torno al inmueble (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
La Ermita de la Virgen de Luna está situada a 14 Km. del municipio de Pozoblanco, en la Dehesa de la Jara.
Se construyó en el siglo XIX y contiene numerosos vestigios de la cultura serrana de la zona. La ermita está dividida en tres naves con crucero rematado en cúpula.
En el exterior la entrada es porticada con columnas de granito.
Esta ermita fue construida para venerar a la patrona de la ciudad la Virgen de Luna.
El domingo de Sexagésima se celebra una gran romería que cuenta con un ceremonial que se remonta a varios siglos de antigüedad (Diputación Provincial de Córdoba).
Monasterio y Casa-Museo de Pedrique.- En el extremo sur del término municipal, próximo a Villaharta, la Casa-Museo de Pedrique, con obras del escultor contemporáneo Aurelio Teno (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Este edificio está situado en un paraje singular con densa vegetación y topografía escarpada en plena sierra Morena, con olivar residual ligado a fuertes pendientes, muy próximo al límite norte del término municipal de Obejo y sur de Villaharta.
Auspiciado como se ha visto por la congregación de ermitaños del Yermo de Córdoba, posee una entidad y dimensión muy superior a la de los edificios vinculados al olivar de este ámbito de la provincia.
Actualmente responde a una estructura cerrada formada por tres volúmenes edificados, dispuestos perpendicularmente a la fachada de acceso, que definen una configuración en torno a dos patios y a un jardín cercado al que se vincula el señorío. El patio central, entendido como de molino, está delimitado por un volumen de dos plantas al que se adosa en uno de sus extremos la capilla, de la que se mantiene la espadaña, y por la antigua almazara, ya desmantelada, de la que se conserva un alfarje trasladado al segundo patio.
La mayor parte de las dependencias se encuentra transformada debido al cese hace ya años de su actividad agropecuaria y de su adaptación para uso residencial. Actualmente, la que fue probablemente antigua almazara se ha convertido en taller de escultura, presentando fachada al patio de molino a través de una seriación de huecos de medio punto acristalados con contrafuertes exteriores.
El acceso principal cuenta con una portada fechada en 1806 de sillares de piedra con frontón superior, estatuilla de San José y clave decorada con cruz y palma. Constructivamente este edificio esta ejecutado a base de muros de mampostería y encadenados de ladrillo, siendo las cubiertas de teja.
Ramírez y las Casas Deza nos da la siguiente referencia de él: En varios desmontados se cuentan hasta unos 50.000 ó más olivos sujetos a contribución que con otros que aún no dan fruto llegarán a 100.000. Son las principales posesiones de esta especie Pedrique y la Aliseda.
Pedrique perteneció a la congregación de ermitaños del Yermo de Córdoba y comprende unos 14.000 pies. Esta situada esta heredad en la vertiente de un cerro y dista dos leguas de Obejo y media de Villaharta. Tiene buena casería y todas las oficinas necesarias, una prensa y una atahona.
En su recinto hay tres pequeñas ermitas y una huerta con frutales y bastante agua. A un cuarto de legua de esta posesión se encuentra Pedriquejo, en cuyo sitio se dice hubo un convento de templarios; lo cierto es que allí se hallan vestigios de edificio y trozos de columnas de mármol blanco.
Actualmente es la residencia habitual del conocido artista cordobés Aurelio Teno. En ella, el escultor y pintor decidió abrir una sala que sirviera como exposición permanente de su obra. Es un bello museo por su contenido y por su entorno, en el que observamos una completa exposición de su obra. El arte de Aurelio Teno se funde con la naturaleza y la arquitectura, gracias a su exposición exterior, que salpica los patios de este hermoso lugar con su serie Insectos, las Cabras y presidiendo los patios, está el gran Quijote, como símbolo de la lengua castellana y la constante lucha del hombre (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
El Monasterio de Pedrique fue desde el siglo XIII lugar de meditación y retiro espiritual para ermitaños.
Ya en el siglo XVIII, se adquirió esta finca que entonces era un olivar viejo y un huerto. La inversión en repoblar el olivar y trabajar el huerto, hizo del monasterio un lugar autosuficiente y próspero.
En la actualidad, Pedrique se ha convertido en el lugar de trabajo y descanso de Aurelio Teno, conocido escultor vallesano, del que aquí observamos una completa exposición de su obra.
El arte de Aurelio Teno se funde con la naturaleza y la arquitectura, gracias a su exposición exterior, que salpica los patios de este hermoso lugar con su serie Insectos, las Cabras y presidiendo los patios, está el gran Quijote, como símbolo de la lengua castellana y la constante lucha del hombre.
En la sala Gris situada en la planta baja del edificio, se pueden ver las esculto-pinturas. Escultura y pintura se unen para crear una obra única y mística. Un ejemplo de esto es La ofrenda a San Onofre.
También los chamanes y las brujas recrean el mundo mágico de Pedrique. En la planta 1ª están las famosas águilas de Teno, realizadas en bronce, cuarzo y geodas.
La planta baja de la sala Rosa muestra la obra cronológica del escultor Teno: desde las maquetas de los monumentos que realizó para distintas instituciones internacionales, hasta las esculturas de su época en París en la década de 1960.
La planta superior alberga la serie “Tauromaquia” como un homenaje a la bravura y el dolor del toro.
(Diputación Provincial de Córdoba).
Plaza del Pozo Viejo.-
Nos encontramos en el lugar más antiguo de la ciudad, según la leyenda, origen de Pozoblanco. Datos verídicos no existen acerca del nacimiento, pero una de las versiones más aceptadas cuenta que en los albores del siglo XIV un grupo de pastores se estableció en este entorno.
Nos encontramos en el lugar más antiguo de la ciudad, según la leyenda, origen de Pozoblanco. Datos verídicos no existen acerca del nacimiento, pero una de las versiones más aceptadas cuenta que en los albores del siglo XIV un grupo de pastores se estableció en este entorno.
La abundancia de pastos y un paraje privilegiado motivaron la construcción de sus cabañas en torno al arroyo de las Casas y cerca de un pozo.
Otra leyenda, menos verosímil, se refiere a la epidemia de peste acaecida en torno a 1345 en la villa de Pedroche. Los pastores huyendo de ella, se establecieron aquí, un plácido lugar con buenos pastos y clima. Construyeron sus cabañas en torno al caserío llamado del pozo blanco.
En la plaza se ve representado el escudo de la localidad. EL edificio -que está detrás del pozo viejo y que pertenece al ayuntamiento de Pozoblanco-, es la sede de la peña flamenca. En su fachada, es llamativo el dintel labrado que enmarca la puerta, el cual nos permite recordar la historia de la Santa Inquisición; cuyo máximo apogeo tuvo lugar durante la edad moderna.
La Iglesia adquirió un gran poder apoyado, además por el estado monárquico.
En 1482 se implantó en la ciudad de Córdoba el Santo Tribunal que se igualaba en poder al Cabildo catedralicio y al obispo. Con el paso de las centurias fue aumentando su jurisdicción hasta llegar en el siglo XVI a tener bajo su dominio: Jaén, Écija y la Abadía de Alcalá la Real.
El Santo Tribunal se caracterizaba por tener una organización y funcionamiento sobresalientes. Lo que empezó circunscribiéndose al ámbito religioso, con el tiempo fue adquiriendo un poder político.
Los inquisidores eran considerados autoridades y referentes esenciales para los monarcas. En las villas de la comarca, el Santo Oficio tenía a comisarios que velaban por la Fe y el control de la población.
Los comisarios eran los delegados de la Inquisición, sus informadores. Para remarcar su tarea, plasmaban su rango y calidad en los dinteles de sus casas; de tal modo que todo aquel que pasara por delante reconocía que la casa estaba consagrada al servicio. Éste es el caso de este dintel, que refleja un alfiz con las armas de la Iglesia y del Santo Oficio: las llaves en Sotuer se coronan con un birrete eclesiástico (Diputación Provincial de Córdoba).
Casa de la Viga - Museo Marcos Redondo.- Edificio situado en esquina a tres calles. La historia local, atribuye esta casa, como la construcción más antigua de Pozoblanco, dada su ubicación junto al Pozo Viejo, que su uso fue el de posada. Su nombre proviene de la enorme viga que sustenta una crujía, de madera de encina y que de tal envergadura no existe otra en la zona. En el patio pueden observarse tanto la tradicional pila de granito como el pozo de barro cocido.
Como elementos destacados, posee la chimenea en la cubierta, que no posee precedentes ni consecuentes en la zona, salvo los de la casa contigua de análogas circunstancias.
Este edificio alberga en su planta baja la Oficina Municipal de Turismo y el Museo Marcos Redondo en la primera planta, además tiene expuesto mobiliario de madera y forja fabricado por los alumnos de la Escuela Taller Jóvenes Artesanos (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
El Museo «Marcos Redondo» alberga todo tipo de objetos y pertenencias del famoso barítono pozoalbense, donados por sus herederos.
El popular barítono Marcos Redondo nació en Pozoblanco el 24 de Noviembre del año 1893, y en la actualidad existe una avenida con su nombre, un busto y un museo situado en la calle Pio Baroja, donde la Peña «Marcos Redondo» y el Ayuntamiento crearon su Museo.
Marcos Redondo destacó por su magnífica voz y fuerte constancia y vocación, que le llevaron a ser uno de los mejores barítonos de su época en la interpretación de zarzuela.
Horario: Cita previa con la Oficina de Información Turística: +34 957 132 204 (Diputación Provincial de Córdoba).
Arquitectura Popular - Calle Ramblilla.-
El material básico para las construcciones es la piedra de granito, transformada por hábiles artesanos que tallan la piedra, en fachadas o dinteles de puertas y ventanas y blanqueadas con cal, como tradicionalmente se hacía.
El material básico para las construcciones es la piedra de granito, transformada por hábiles artesanos que tallan la piedra, en fachadas o dinteles de puertas y ventanas y blanqueadas con cal, como tradicionalmente se hacía.
Otra muestra de este tipo de arquitectura está en la calle Ramblilla, situada en el Barrio de San Bartolomé, en la confluencia de las calles Juan Torrico y Ángel, en la que el visitante podrá disfrutar de cómo era una calle originaria en Pozoblanco, única calle sin adoquinar, granito y tierra, ya que aun persisten viviendas cuyas fachadas típicamente encaladas se asientan sobre el suelo excavado en el granito (Diputación Provincial de Córdoba).
Más sobre la provincia de Córdoba, en ExplicArte Sevilla.
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