El Barrio de El Gordillo es, en el Callejero Sevillano, un barrio que se encuentra en el Distrito Norte, delimitado al norte por el propio límite del término municipal de Sevilla, y por la carreteras de Pino Montano, y Sevilla-Brenes.
El Barrio de El Gordillo lo componen las vías siguientes: c/ Areca, ctra. de Brenes (Valdezorras), c/ Bujeo, c/ Caladio, cmno. El Gordillo, ctra. de Pino Montano, urb. Las Casillas, c/ Cortijo de las Casillas, c/ Crotón, c/ Escarpia, c/ Helecho, c/ Hibisco, c/ Hiedra, c/ Hortensia, c/ Kentia, c/ Lantana, c/ Linaria, ctra. Madreperla, ctra. de Miraflores, c/ Mirto, c/ Penta, ctra. de Pino Montano, c/ Poto, grupo La Rata, cmno. de la Reina, ctra. Sevilla-Brenes, cmno. Torre del Judío, y c/ Viborán.
El Barrio, desde el punto de vista urbanístico, y como definición, aparece perfectamente delimitada en la población histórica y en los sectores urbanos donde predomina la edificación compacta o en manzana, siendo el conjunto de vías urbanas con características homogéneas, y constituye el espacio libre, de tránsito, cuya linealidad queda marcada por las fachadas de las edificaciones colindantes entre si. En cambio, en los sectores de periferia donde predomina la edificación abierta, constituida por bloques exentos, la calle, como ámbito lineal de relación, se pierde, y el espacio jurídicamente público y el de carácter privado se confunden en términos físicos y planimétricos. 
Toma el nombre de la Hacienda del Gordillo, de cuya existencia se tiene constancia desde los primeros planos que comprenden la totalidad del término municipal (1888). A mediados de los años sesenta su propietario, el marqués de Soto Hermoso, lotea una parte de la hacienda a caballo entre los territorios municipales de Sevilla y de La Rinconada, con unas 160 parcelas. En el sector perteneciente al municipio de Sevilla se trazan siete vías perpendiculares a la carretera de Brenes y una transversal a las anteriores , que reciben la denominación de "carriles", numerados del uno al ocho. Como tales caminos han quedado desde entonces sin pavimentar, sin alcantarillado, ni agua corriente; sólo se introduce el tendido eléctrico en la primera mitad de los sesenta, y el teléfono llega en la segunda mitad de los años ochenta. En 1989 se rotulan oficialmente la mayoría con nombres de plantas ornamentales. La edificación es variada en tipología y calidad. Predomina la casa en el interior de la parcelas: chalets rodeados de jardín o huerta con árboles frutales; pero otras construcciones se sitúan en línea de fachada, son de dos plantas y los bajos se dedican a locales con distintos usos. También hay naves destinadas a almacén, a venta de materiales de construcción, a instalaciones ganaderas o para maquinaria agrícola. El ambiente es predominantemente rural y carece de equipamiento comercial, escolar o social; el único servicio colectivo es una cabina de teléfono [Joaquín Cortés José, en Diccionario histórico de las calles de Sevilla, 1993].
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