Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Córdoba, déjame ExplicArte los principales monumentos (Iglesia de San Andrés apóstol, Ermita de San Pío V, Santuario de Nuestra Señora del Sol, Pozo de Santiago, Mirador de la Fuensanta, Torre del Reloj, Montes Comunales, e Iglesia de San Felipe y Santiago - Algallarín) de la localidad de Adamuz, en la provincia de Córdoba.
Los datos históricos más fiables sobre esta pequeña población, son posteriores a la reconquista. Tuvo importancia como asentamiento de posadas en el camino de Toledo y perteneció a la Corona hasta 1566, en que fue adquirida por la Casa del Carpio, que la poseyó hasta el XIX. De la arquitectura civil destaca la Torre del Reloj, mandada edificar por Luis Méndez de Haro, marqués del Carpio, en 1566 y reinterpretada por el arquitecto Daniel Sánchez Puch en 1953 (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Terraza que se asoma al Guadalquivir arropada por hermosos paisajes de Sierra Morena. Surgido para ofrecer alojamiento a los viajeros que subían desde Córdoba a Toledo por el viejo Camino de la Plata, conserva Adamuz una tradición hospitalaria que se refleja incluso en el nombre de su calle principal, Mesones. La rojiza piedra molinaza realza la arquitectura de esta villa, que se asoma a la terraza del Guadalquivir arropada por la extensa sierra septentrional, tan rica en paisajes agrestes y caza mayor.
Villa situada al este de la provincia, al pie de Sierra Morena y a 13 km. de Pedro Abad.
Distancia a Córdoba: 46 Km.
Altitud: 240 m.
Extensión: 334 Km2
Habitantes: 4.476.
Gentilicio: Adamuceños.
Adamuz debió existir ya en época musulmana, pues su nombre es de origen árabe, derivado de damus, cueva. Situada junto al viejo Camino de la Plata, tuvo posadas y ventas para descanso de los viajeros.
Oficina de Turismo de Adamuz
+34 957 006 208
https://turismoadamuz.es (Diputación Provincial de Córdoba).Los datos históricos más fiables sobre esta pequeña población, son posteriores a la reconquista. Tuvo importancia como asentamiento de posadas en el camino de Toledo y perteneció a la Corona hasta 1566, en que fue adquirida por la Casa del Carpio, que la poseyó hasta el XIX. De la arquitectura civil destaca la Torre del Reloj, mandada edificar por Luis Méndez de Haro, marqués del Carpio, en 1566 y reinterpretada por el arquitecto Daniel Sánchez Puch en 1953 (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Acogedora villa de ambiente rural situada en el viejo Camino de la Plata, que llevaba de Córdoba a Toledo.
Historia
Aunque debió estar poblada desde el Paleolítico, no existen noticias de la ciudad como tal hasta la llegada a España de los musulmanes, quienes le dieron el nombre de Damus, que viene a significar "cueva", "cisterna" y también "rincón".
Desde la época romana discurría por su término una antiquísima ruta que conducía de Córdoba a Toledo y a la que se llamó Camino de la Plata por ser la vía a través de la cual se transportaba este metal desde las minas de Sierra Morena. Adamuz debió nacer como lugar de posada y descanso en esta ruta. Durante la época árabe perteneció a la cora (división territorial musulmana de carácter administrativo) de Córdoba y en ella se encontraba la venta de Armilat, donde murieron los hijos del caudillo Almanzor. El camino se abandonó en el siglo XII, pero volvió a recuperarse tras la conquista cristiana, con lo que la localidad fue ganando rápidamente en importancia.
En 1566 la compró el marqués de El Carpio a Felipe II por 16.000 maravedíes.
La peste del siglo XVI diezmó la población, que ya no se recuperó hasta el XVIII. La posterior apertura del camino de Despeñaperros la perjudicó de un modo ostensible, permaneciendo durante largo tiempo aislada y olvidada.
Actualmente, Adamuz se mueve entre las actividades agrícolas, centradas en la vega de Algallarín, y las amplias perspectivas de futuro que le abren las más de 12.000 ha. de sierra con una extraordinaria abundancia de caza mayor.
Gastronomía
Aparte del cochinillo asado y la carne de caza, el plato más típico es el llamado culillos, consistente en los intestinos de zorzal fritos en aceite de oliva. Como postres se hacen los roscos de vino y de viento y, sobre todo, los perigallos, masas de harina muy fluidas que adquieren formas caprichosas al freírse.
Fiestas y tradiciones
La mañana del Sábado de Gloria se queman en las calles del pueblo los "judas", monigotes fabricados especialmente por la gente joven con trapos y ropas en desuso. En la noche del 2 de febrero, día de la Candelaria, se encienden en las plazas grandes hogueras de romero por entre cuyas llamas saltan los jóvenes y los menos jóvenes, motivo por lo que en la geografía comarcal a los habitantes de Adamuz se los conoce por el nombre de "culiquemaos".
VISITA
La calle Mesones, en la que, como señala su nombre, estuvieron instaladas un día las casas de alojamiento, constituye el eje histórico de la ciudad, resumiendo en una bella panorámica sus características de antiguo lugar de paso. Esta calle parte de la actual plaza de la Constitución, a una de cuyas esquinas se asoma la esbelta torre del Reloj mandada construir en 1566 por don Luis Méndez de Haro, marqués de El Carpio, y en magnífico estado de conservación. Tiene cuatro cuerpos de base cuadrada, el último de los cuales, que servía de alojamiento a las campanas, se encuentra abierto en sus cuatro caras por parejas de arcos de medio punto.
En la esquina de la calle Mesones con Juan Vacas se alza el oratorio de San Pío V, en el que destaca el bello retablo de mármol rojo de su altar. Bajando desde la plaza de la Constitución por la calle Alhóndiga se encuentra la parroquia de San Andrés, el mejor monumento con que cuenta el pueblo. Se trata de uno de los primeros templos góticos de la provincia de Córdoba y existía ya en el siglo XIII. Posee tres naves sin crucero, característica de la arquitectura fernandina en la provincia, y en su estado actual llama la atención su irregularidad y asimetría, prueba indudable de haber sido ampliado en sucesivas ocasiones, la última de las cuales se realizó en el siglo XVI y corrió a cargo del arquitecto Hernán Ruiz I.
En el exterior del templo sobresale la piedra propia de la comarca, de color rojizo y aspecto arenoso o granulado que recibe el nombre de molinaza y que hace resaltar fuertemente la solidez de la torre, construida, como un prisma de dos cuerpos, a partir de 1549 bajo el patrocinio del obispo cordobés Leopoldo de Austria (Rafael Arjona. Guía Total, Andalucía. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2005).
Iglesia de San Andrés apóstol.-
Su construcción responde básicamente a dos momentos, uno a finales del siglo XIV y otro a comedios del XVI, bajo el episcopado de don Leopoldo de Austria, constando la supervisión de Hernán Ruiz II. Los trabajos se realizaron entre 1549 y 1589 y restaurada en 1951. El interior es de tres naves, con triple cabecera, toda cubierta por bóvedas de crucería, siendo la cabecera central ochavada y las laterales planas. El patrimonio de la iglesia desapareció en 1936.
En la capilla mayor, un arco rebajado adornado con baquetones gótico-humanistas del siglo XVI, cobija un Calvario de posguerra, formado por el Cristo de la Pasión, de talla, adquirido en 1946, y la Virgen y San Juan, pintados al óleo sobre tabla. Remata con una crestería de madera dorada y una repisa con talla de San Andrés.
En la cabecera de la izquierda se ve la Borriquita, obra del sevillano Fernando de las Heras, de 1995. Sigue la capilla sacramental, con bóveda de arista y retablo neobarroco de la Inmaculada, obra de Rafael Valverde Luján. A los pies de la nave está Jesús Nazareno, imagen realizada por el artista cordobés Antonio Bernal en 1992.
En la nave derecha se halla en primer lugar la capilla de la Virgen del Sol, antes de las Ánimas, fechada al exterior en 1581. Luego viene la capilla bautismal, donde se encuentran las imágenes de la Dolorosa, obra anónima traída en 1947 de Valencia, restaurada en 1908 por Fernando de las Heras, y el Cristo Yacente, procedente de Montoro, que se cree obra de Callejón de 1951, donada a la parroquia hacia 1969. A los pies de la nave se ve la pequeña talla del Niño Jesús Salvador Resucitado, de comienzos del XIX, adquirida en un anticuario valenciano y donada en el año 1961 (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
La iglesia parroquial de San Andrés se encuentra situada en pleno centro histórico de Adamuz, destacando los volúmenes de su fábrica y torre del conjunto del caserío de la localidad.
No existen datos reales en lo que se refiere a la primera construcción del edificio, aunque se sabe que a finales del siglo XIV ya estaba constituida una parroquia en el lugar. En el edificio confluye el Gótico como estilo inicial de la construcción fusionado con el Renacimiento con añadidos posteriores durante el Barroco.
Es una iglesia de planta rectangular, similar a las iglesias de tipo gótico-mudéjar cordobesas de la Reconquista, con orientación Este-Oeste. Su estructura es basilical de tres naves sin crucero, dividiéndose el espacio interior en cuatro tramos más el presbiterio. Las naves se separan por medio de arcos ligeramente apuntados que apoyan en pilares fasciculados.
Las naves se cubren con bóvedas de nervaduras de piedra molinaza y plementería de ladrillo, tal vez para aligerar los empujes. Los cuatro tramos de la nave central alternan las bóvedas de ocho paños y las de cuatro, siendo aquellos radiales en el primer tramo y combinación de trapecios y triángulos en el tercero, gracias al establecimiento de un nervio rectangular intermedio. Las naves laterales se cubren ambas de nervadura simple, salvo el tramo del lado del Evangelio de los pies que es sexpartita. Seguramente debido a la naturaleza de la cubierta, es escasa la altura de sus naves, y sobre todo la poca diferencia de altura de la nave central, síntoma de cierto arcaísmo.
Cuenta con ábside poligonal en la nave central y plano en las naves laterales. La cabecera resulta bastante asimétrica, fenómeno frecuente en algunas iglesias medievales.
A principios del siglo XVI debió realizarse una amplia reforma, probablemente dirigida por Hernán Ruiz I y que debió afectar principalmente al nicho del ábside y a la portada meridional.
Gracias a una inscripción que se conserva en el basamento de la torre, sobre la puerta que le da acceso, fechada en 1549, se relacionan una serie de obras con Hernán Ruiz II, maestro mayor del Obispado en esos momentos. Las obras fueron encargadas por don Leopoldo de Austria, Obispo de Córdoba y se centraron principalmente en el fuste y primer cuerpo del campanario, por lo que el resto de la obra es posterior.
En 1581, según consta en una cartela exterior, se hizo la capilla llamada de Ánimas hoy día de la Virgen del Sol, patrona de la localidad, atribuida a Hernán Ruiz III, que por entonces era maestro mayor. Esta capilla se abrió en el lado sur arrancando sus muros de dos contrafuertes de la nave lateral del lado de la Epístola. En el lado opuesto se encuentra la capilla sacramental cubierta por bóveda de nervadura simple.
La construcción de la sacristía fue encargada en 1594 a Martín Ruiz Ordóñez, hermano de Hernán Ruiz III, quedando completamente terminada en 1604.
La capilla del Baptisterio, se encuentra situada a los pies de la iglesia, en la nave de la Epístola. Originariamente estuvo originariamente cubierta por un artesonado de madera.
Exteriormente el conjunto presenta contrafuertes en línea con los pilares interiores, algunos de ellos enmascarados por la construcción de capillas adosadas a las naves laterales.
El templo cuenta con dos portadas de acceso situadas en el segundo tramo de las naves, una en el muro de la Epístola y otra en el del Evangelio. La primera de ellas, flanqueada por contrafuertes, cuenta con un vano central con arco carpanel dovelado coronado por arco conopial, flanqueado por baquetones góticos que se prolongan simulando un alfiz hasta una pequeña cornisa. La del Evangelio muestra similar esquema compositivo aunque los arcos carpanel y conopial son sustituidos por arcos de medio punto, contando la cornisa con decoración de modillones.
La torre, realizada en sillares de piedra molinaza, se encuentra ubicada a los pies de la nave central de la iglesia. Es de planta rectangular de dos cuerpos, el primero de ellos se corresponde con el fuste que cuenta con troneras en algunos de sus paramentos, coronándose por una cornisa con modillones que diferencia este cuerpo y el superior. El segundo cuerpo, llamado de campanas, es de planta cuadrada a modo de arco cuadrifonte con vanos de medio punto peraltados.
El espacio resultante entre la planta rectangular y la cuadrada, de este cuerpo, sirve de circunvalación, delimitándose con unas barandillas de hierro y pilares con remates piramidales estilizados en sus ángulos. El segundo cuerpo se corona con un pequeño chapitel a cuatro aguas, con pilares con remates bulbosos estilizados terminados en bolas en sus ángulos y al centro un pilar con bola que sostiene una cruz y veleta de forja.
No existen datos relativos a su construcción, aunque algunos autores señalan la fecha de 1260. Es un malentendido frecuente confundir la construcción de una feligresía con la construcción del templo parroquial. La construcción data del siglo XVI, siendo encargada directamente por el Obispado de Córdoba, participando maestros de la talla de Hernán Ruiz I y II y Martín Ruiz Ordóñez, hijo y nieto de los anteriores. Aunque el estilo en el que se inició la construcción fue el Gótico, cuenta con la fusión de elementos renacentistas y barrocos.
En 1961 fue sometida a una profunda reforma para subsanar los desperfectos sufridos durante la Guerra Civil. Entre las obras llevadas a cabo se recalzó y consolidó el edificio, se desmontaron y rehicieron las cubiertas para darles unidad, se limpiaron de revocos la mayor parte del templo, para dejar aparente la sillería de piedra molinaza. Fueron suprimidos los añadidos y construcciones parásitas, fue reconstruida la capilla del sagrario, y se llevaron a cabo la restauración de todos los desperfectos. También se limpiaron los parámetros exteriores que estaban encalados, se limpió en gran parte de postizos y aditamentos y a la torre, que había perdido la balaustrada primitiva, de piedra, se le colocó la actual de hierro con los cuatro pináculos de los ángulos (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Una de las primeras iglesias góticas de la provincia, se inició probablemente a principios del siglo XV, y sufrió reformas y ampliaciones un siglo más tarde.
Consta de tres naves separadas por arcos -apuntados en la parte de la cabecera y de medio punto en los pies- apoyados en sólidas pilastras (Diputación Provincial de Córdoba).
Ermita de San Pío V.-
La pequeña ermita de San Pío V se integra en la esquina de a Casa de los Rivera, construcción de hacia 1700. De su perdido ajuar queda el retablo de jaspes de fines del XVII, relacionado con el círculo de Melchor de Aguirre y rematado por los escudos del fundador, Matías Yergos y Torralba (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
La pequeña ermita de San Pío V se integra en la esquina de a Casa de los Rivera, construcción de hacia 1700. De su perdido ajuar queda el retablo de jaspes de fines del XVII, relacionado con el círculo de Melchor de Aguirre y rematado por los escudos del fundador, Matías Yergos y Torralba (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Se encuentra situada en la esquina de un gran edificio conocido como casa de los Rivera, del que forma parte. El edificio ha sido muy reformado conservándose del trazado original un pozo, la parte de la casa que estaba destinada a graneros, cubiertas por bóvedas de cañón, y las dos portadas adinteladas realizadas en piedra molinaza a finales del siglo XVII, una la entrada al palacio, y otra, la capilla pública, llamada de San Pío V.
El palacio presenta una estructura de dos plantas con altos muros coronados por tejados a dos aguas. Cuenta con dos fachadas una a la calle Mesones, que está muy alterada por la nueva apertura de vanos en el cuerpo inferior destinados a comercios y otra a la calle Juan Vacas, carente de vanos por ser muro de cierre del oratorio y del palacio a la vez. El edificio cuenta con un zócalo y arquitrabes de separación entre plantas y de soporte del tejado, así como un refuerzo en su única esquina, todo ello realizado con sillares de piedra molinaza, presentando el resto de los muros encalados en blanco.
El oratorio, fue fundado por don Matías Yergo y Torralba o Torralón. Es una iglesia de cajón de una nave, de 14,80 metros de larga por 4,20 de ancha. La nave, de tres tramos, está cubierta por bóveda de cañón, con lunetos y arcos fajones que descansan en pinjantes, mientras que la cabecera se cubre con cúpula de media naranja sobre pechinas. La bicromía que presenta interior realza los elementos arquitectónicos verticales y horizontales, pintados en color rojizo, del resto de los paramentos que se cubren con el blanco de la cal.
La portada cuenta con un vano rectangular dovelado realizado con sillares de piedra molinaza, sobre los que descansa una cornisa de la que parte un frontón triangular partido decorado con remates piramidales terminados en bolas en sus extremos. Del centro del frontón emerge un pedestal con una cruz.
En el tejado y en línea con la portada de ingreso a la ermita se sitúa la espadaña, de un vano de medio punto flanqueado por pilastras sobre las que apoya un frontón triangular con remates piramidales y bolas.
La Ermita de San Pío V fue fundada por Don Matías Llergo y Torralba, Caballero de la Orden de Calatrava, a fines del siglo XVII como oratorio de la llamada actualmente Casa de los Rivera, la cual comunicaba con la capilla a través del coro y de la sacristía. La unión de ambos edificios desapareció a mediados del siglo XIX. Tras los desperfectos que sufrió durante los acontecimientos acaecidos en la Guerra Civil, fue restaurada para abrirla de nuevo al culto, uso que actualmente mantiene (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Santuario de Nuestra Señora del Sol.- A varios kilómetros de la población se encuentra el Santuario de Nuestra Señora del Sol, destruido en 1936 y reconstruido por Regiones Devastadas en 1951, en el que se venera la imagen moderna de la patrona (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
La ermita del Cerro o de Nuestra Señora del Sol, patrona de Adamuz, se encuentra situada a ocho kilómetros de la población, por el camino vecinal que parte de la carretera de Algallarín.
Probablemente su origen es muy remoto, pero carecemos de fuentes documentales que lo acrediten, aunque confirman que en 1630 el obispo don Cristóbal de Lobera confirmó las reglas a la cofradía.
El edificio es de planta rectangular con camarín en la cabecera. Cuenta con tres naves, con techo plano la central y a un agua las laterales, separadas por arcos de medio punto que apoyan en pinjantes adosados a pilares ochavados.
Lo más interesante del conjunto es la capilla mayor, cubierta con cúpula de media naranja sobre pechinas. La obra se enmarca en torno a 1680 y se relaciona estrechamente con el maestro que realizó al capilla sacramental de la iglesia de San Sebastián de Montoro.
El edificio cuenta con un pórtico a los pies con tres arcos de medio punto peraltados al frente y dos en los laterales, techado de viguetas, cobijan una portada sencilla con vano con arco escarzado. Sobre el tejado se ubica la espadaña, de un vano de medio punto.
Las primeras noticias históricas se remontan a 1628, fecha en la que el Libro de Visitas Generales del Obispado de Córdoba muestra gastos de obras y materiales. En 1630 se confirman las reglas de la Hermandad por el Obispo don Cristóbal de Lobera.
Durante la Guerra Civil fue destruida, reconstruyéndose en 1951 por Regiones Devastadas.
El 15 de agosto se realiza una verbena y la romería se lleva a cabo el primer domingo de septiembre (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Pozo de Santiago.-
Se trata de un pequeño edificio de sillería de planta rectangular, con cubierta en forma de tejadillo a cuatro aguas rematado en pináculo, a cuyo interior se accede por medio de vanos practicados en sus lados mayores y protegidos por una reja. Este templete alberga un depósito de planta cuadrada, cuya estructura está reforzada por la presencia de dos arcos fajones de medio punto de ladrillo en su parte superior.
Se trata de un pequeño edificio de sillería de planta rectangular, con cubierta en forma de tejadillo a cuatro aguas rematado en pináculo, a cuyo interior se accede por medio de vanos practicados en sus lados mayores y protegidos por una reja. Este templete alberga un depósito de planta cuadrada, cuya estructura está reforzada por la presencia de dos arcos fajones de medio punto de ladrillo en su parte superior.
Este inmueble constituía, dada su ubicación en pleno casco urbano de Adamuz, fuente de abastecimiento para viviendas vecinas hasta la década de los 60 del siglo XX, así como posible lugar de descanso de ganaderos trashumantes y comerciantes que recorrían desde la Edad Media el Cordel de Villanueva hasta concurrir en cañadas castellanas, siguiendo posiblemente antiguas rutas de época romana o musulmana.
Su estado de conservación arquitectónica es excelente, tanto al interior como al exterior del depósito, y se encuentra enmarcado en una plazuela urbana pavimentada y bien cuidada.
El edificio que alberga el pozo es de factura renacentista, probablemente de la segunda mitad del siglo XVI, más o menos coetáneo del edificio que alberga el depósito del Pilar de la Fuensanta. Ambos presentan el uso del mismo material constructivo (piedra molinaza) y del mismo aparejo de sillería (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Pozo público fechado en el S. XVIII, que formaba parte del conjunto monumental de la Ermita de la Soledad (desaparecida hoy en día). Era descanso obligado para el viajero que transitaba por el Camino Real de la Plata, extinta vía mineral y comercial del medievo.
De forma prismática y sección cuadrada, está realizado en piedra de molinaza (típica de la zona), con un tejado a cuatro aguas y pináculo prismático rematando al tejado.
Desde su construcción ha sido parada de caminantes del Camino Real y caudal de agua para los vecinos de las calles aledañas (Diputación Provincial de Córdoba).
Mirador de la Fuensanta.- La fuente consiste en un depósito subterráneo, cuyas características no se han podido determinar al no ser posible acceder a su interior, cubierto por un edificio de sillería de planta cuadrada, en cuyo muro norte aparece una placa de piedra con la siguiente inscripción: "Redifcaronla los señores regimiento desta villa siendo alcalde mayor el señor Francisco Porras. Año de 1575".
Adosada a la parte baja de este muro norte aparece la salida del agua, que tiene forma de hornacina de cuya parte central sale el caño y que da sobre un pilar de planta rectangular, mucho más moderno que la construcción que cobija el depósito, cuyo pretil está formado por losas de terrazo y que alcanza unas dimensiones de 5.65 por 1.80 metros y una altura de 40 centímetros.
El agua evacua mediante una conducción subterránea, que la conduce hasta unos pilares situados unos 10 metros al norte de este primer pilar, y directamente sobre el terreno mediante un orificio situado en el muro oriental del pilar, cerca del ángulo sureste. Estos dos pilares se encuentran unidos y escalonados y son de mampostería moderna con pretil de losas de barro. El agua cae a los pilares por medio de dos caños situados en la zona sureste y desaguan ambos por sus muros norte, el primero sobre el segundo y el segundo sobre una arquetilla que conecta con una conducción subterránea y que lleva el agua hasta una alberca próxima. Las dimensiones del primer pilar son de 4.10 por 3.10 metros y las del segundo 4.65 por 3.10 metros; ambos tienen escasa profundidad.
La fuente, con la fisonomía que hoy conserva, fue reconstruida en 1575 según documenta la inscripción que conserva, lo que demuestra que su existencia es anterior y se remonta a época medieval o romana. Es citada por Ramírez de las Casas como situada a la salida de la población por su la zona occidental y dice de ella que fue reparada en 1575 (Corografía, p. 29).
Se encuentra en buen estado arquitectónico y de uso. Tan solo llamar la atención sobre el contraste que se establece entre el edificio de sillería renacentista y la salida del agua tradicional de la fuente y el pilar moderno, de materiales cualitativamente muy distintos (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
En el Mirador de la Fuensanta se encuentra el antiguo abrevadero medieval perteneciente al desaparecido Mesón del Obispo, situado en el Camino Real de la Plata.
La fuente, con la fisionomía que hoy conserva, fue construida en el año 1575, según documenta la inscripción que conserva, lo que demuestra que su existencia es anterior y se remonta a la época medieval o romana (Diputación Provincial de Córdoba).
Torre del Reloj.-
Se encuentra situada en el centro del casco histórico, destacando sus volúmenes sobre el resto de los tejados del caserío de la localidad.
Se encuentra situada en el centro del casco histórico, destacando sus volúmenes sobre el resto de los tejados del caserío de la localidad.
Es de forma prismática, de sección cuadrada de 4 x 4,5 metros, con cinco cuerpos en altura que se elevan a unos quince metros en total. Los tres cuerpos inferiores se presentan diferenciados por una moldura pétrea, a modo de saledizo, que realza la división visual entre cada uno de ellos. Tiene un cuerpo inferior realizado en sillares de piedra molinaza, como basamento, en el que se abre una puerta adintelada, sobre la cual se encuentra una lápida con inscripción en latín en la que consta que fue edificada en 1566, por don Luis Méndez de Haro, Marqués del Carpio.
Continúan dos cuerpos lisos en distinta altura, con cadenas de piedra en los ángulos y muros de tapial con alguna tronera, en el segundo de ellos estuvo el reloj que le da nombre, donde hoy día se encuentra el escudo de la villa.
Encima, el cuerpo de campanas o mirador que en sus cuatro frentes presenta una estructura similar, dos arcos de medio punto rebajados que apoyan lateralmente en los pilares angulares y al centro en una columna sobre pedestal. Sobre éste un entablamento con arquitrabe, friso y cornisa, servía de sustento para el quinto piso formado por un tejado a cuatro aguas.
En 1953 le fue añadido por el arquitecto Daniel Sánchez Puch, el cuerpo superior coronado por remates piramidales angulares y cuatro frentes similares cuadrados en los que se inscribe una esfera del reloj, coronado por frontones triangulares. El conjunto queda rematado por una veleta de forja.
Esta torre debió de formar parte del complejo de edificios administrativos y de gobierno formado por el Ayuntamiento, las Carnicerías, la Cárcel y el Pósito. Su construcción se realizó en 1566, gracias a la intervención de don Luis Méndez de Haro, Marqués del Carpio.
En 1953 fue profundamente remodelada, pasando su último cuerpo de un tejado a dos aguas a albergar el reloj de la localidad, con cuatro esferas, una por frente. Las obras fueron llevadas a cabo por el arquitecto Daniel Sánchez Puch (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
A la céntrica calle-plaza de la Constitución se asoma la Torre del Reloj, construida por el marqués de El Carpio en 1566, que termina en un cuerpo abierto a cada lado por dobles arcos, al que en 1953 se le añadió el remate superior, que aloja el reloj (Diputación Provincial de Córdoba).
Uno de los enclaves de este término municipal que conserva una gran belleza natural y paisajística lo constituye la finca municipal conocida como los "Montes Comunales".
En conjunto suponen 2500 hectáreas de bosque de pino y, en menor proporción, encinas, situados en el sector norte del término municipal, a unos 18 kilómetros de la localidad, en dirección a Villanueva de Córdoba por la carretera A-421.
Los ríos Varas y Matapuercas delimitan parte de la finca y constituyen los parajes más interesantes. Sus riberas se cubren de Adelfas y Fresnos, y sirven de refugio a una interesante comunidad animal, como Garzas reales, Azulones, Martines pescadores, Nutrias, Culebras de agua y Galápagos. Unas 710 reses constituyen la población de cérvidos de la finca, que junto con el jabalí permiten su aprovechamiento cinegético.
Los Montes Comunales se encuentran situados en la sierra Centro-oriental cordobesas, en el término municipal de Adamuz. Lindan al norte con el término de Montoro, al sur con el río Varas, al este con el río Matapuercas y al oeste con el término municipal de Villanueva del Córdoba. Son atravesados por la carretera A-421 de Villafranca a Villanueva y por los arroyos La Marquesa y Las Ratosillas. Los núcleos de población más cercanos son Adamuz, Villanueva y Montoro, a 18, 19 y 22 kilómetros respectivamente.
Los Montes Comunales se encuentran a una altitud comprendida entre los 400 y los 650 metros sobre el nivel del mar, mientras que la población más cercana, Adamuz, está a unos 250 metros, lo que hace que existan variaciones en cuanto a las condiciones climáticas entre ambas.
En cuanto a la climatología, se tienen inviernos fríos y con posibilidad de nevadas, y los veranos son calurosos, propio de los pueblos de la provincia de Córdoba, si bien la altitud puede ejercer su influencia con diferencias en la temperatura respecto a otras zonas más bajas. La temperatura media de las máximas, mínimas y media durante el mes más caluroso oscilan entre los 34, 14 y 27ºC respectivamente.
La litología comprende rocas metamórficas del Paleozoico, de composición silícico-alumínico (pizarras) de grano muy fino, de coloración gris o azulado y estructura laminar.
Los suelos están formados por tierras pardas meridionales y rankers sobre pizarras, suelos de ph ligeramente ácidos, del orden de 6 a 6’3, el contenido medio en materia orgánica es inferior al 3%, y la relación C/N es de 15 aproximadamente. La saturación en bases es alta y la arcilla está constituida fundamentalmente por ilita. Suelo impermeable sin cohesión, la capa freática se encuentra a más de 75 cm. de profundidad, y tiene una densidad media de 1’8 T/m2.
En el conjunto de la finca dominan las masas de Pinus pinea y Pinus pinaster, y de especies del género Quercus, propios de la etapa de la regresión de la encina (Quercus ilex ssp. Rotundifolia) para sustrato silíceo.
Como vegetación de menor porte, pero no por ello menos importantes, son las especies de las familias cistáceas, labiadas, rhamnáceas, rosáceas, salicáceas, anacardiáceas, leguminosas, gramíneas, ericáceas, etc.
La fauna está representada en su mayoría por el jabalí y el ciervo, que apareció con la repoblación forestal. Otras especies destacables son perdices, mochuelos, cernícalos, águilas, córvidos, zorros, etc.
Para concluir la caracterización de los montes comunales, se puede afirmar que gozan de una belleza admirable, así como calidad de los valores y recursos naturales, constituyendo en conjunto una serie de factores de atracción turística (Diputación Provincial de Córdoba).
No lejos del Santuario de Nuestra Señora del Sol está el poblado de Algallarín, cuya parroquia de San Felipe y Santiago fue realizada en 1953 por Carlos Arniches Moltó. Tiene en la cabecera pinturas murales de Antonio Povedano, de 1958, y relieves de Carlos Ferreira al exterior (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Algallarín es una pequeña aldea de colonización, realizada en los años 50. De la misma época es la iglesia de Iglesia de San Felipe y Santiago, realizada en 1953 por el arquitecto Carlos Arniches Moltó y es la primera de estilo moderno que se construye en la provincia de Córdoba, siendo el punto culminante de la urbanización de dicho poblado.
El templo se estructura en tres naves, que están separadas por dos arcos rampantes. Tiene planta basilical, en forma de abanico. La cabecera de la iglesia está compartimentada por tres ábsides, siendo el central más alto y ancho que los laterales. La torre corona el ábside central. Se trata de un espacio cuadrado y de gran altura, culminado por una cruz.
A ambos lados de las naves laterales se aprecian unos anchos porches de entrada (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Más sobre la provincia de Córdoba, en ExplicArte Sevilla.
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