Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la calle Campamento, de Sevilla, dando un paseo por ella.
La calle Campamento es, en el Callejero Sevillano, una vía que se encuentra en los Barrios de La Buhaira, y de San Bernardo, del Distrito Nervión, y va de la calle San Bernardo, a la calle Clara Campoamor.
La calle, desde el punto de vista urbanístico, y como definición, aparece perfectamente delimitada en la población histórica y en los sectores urbanos donde predomina la edificación compacta o en manzana, y constituye el espacio libre, de tránsito, cuya linealidad queda marcada por las fachadas de las edificaciones colindantes entre si.
En cambio, en los sectores de periferia donde predomina la edificación abierta, constituida por bloques exentos, la calle, como ámbito lineal de relación, se pierde, y el espacio jurídicamente público y el de carácter privado se confunden en términos físicos y planimétricos. En las calles el sistema es numerar con los pares una acera y con los impares la opuesta. También hay una reglamentación establecida para el origen de esta numeración en cada vía, y es que se comienza a partir del extremo más próximo a la calle José Gestoso, que se consideraba, incorrectamente el centro geográfico de Sevilla, cuando este sistema se impuso. En la periferia unas veces se olvida esta norma y otras es difícil de establecer. Conocida como Acera del Prado de San Sebastián, pasó a denominarse oficialmente Campamento, tras la reforma del callejero de 1859, en recuerdo del que estableciera en este lugar el rey Fernando III en el sitio de la ciudad. Como todos los topónimos de la barriada de San Bernardo, hace referencia a la conquista de la ciudad por Femando III. Se configura como continuación del camino que desde la alcantarilla de San Bernardo se dirigía por la Enramadilla hacia el Cortijo Maestre Escuela y Alcalá de Guadaira y, muy probablemente, separaba las huertas de la Borbolla y de la Moraleja o Moraleda, aunque la cartografía de la época la hace finalizar en la confluencia con el arrecife de la Enramadilla (v. Carlos V). Según Álvarez Benavides (1873), terminaba en la calle Valme; constituía también el paso natural para la salida de los jornaleros del barrio que iban a trabajar a las tierras del suroeste de la ciudad. La historia de la calle ha estado marcada por el ferrocarril, que ha impedido que la que fuera mucho tiempo calle abierta al Prado de San Sebastián se completara con viviendas en la otra acera, de forma que la estación de la Enramadilla o de Alcalá y algunos almacenes han conformado su acera de los pares. El trazado viario es rectilíneo, aunque no en su caserío, según lo muestra ya en la cartografía del s. XIX, en que aparece jalonada de árboles hasta la confluencia con el arrecife de la Enramadilla. Los planos de Olavide (1771) y Lerena (1788) no dibujan el arrabal. Confluyen en ella Almonacid, Tentudía, Valme, Torero Manolo Vázquez, y Gregorio Cabeza Rodríguez. Su situación de límite habitado con respecto al barrio ha condicionado su actual configuración con ensanches a modo de plaza en la confluencia con Tentudía, Valme y Torero Manolo Vázquez, en la margen de los impares, mientras que la de los pares aparece alineada. Es la más larga y rectilínea del barrio, aunque en su comienzo hace una doble curva muy pronunciada, dejando en el centro una pequeña isleta proyectada en 1933; a partir de aquí la calzada con pavimentación de asfalto extendido sobre el adoquinado, en muy buen estado, discurre flanqueada por sendos paseos con dos hileras de frondosos olmos a cada lado y aceras de cemento en mal estado.
La calle Campamento es, en el Callejero Sevillano, una vía que se encuentra en los Barrios de La Buhaira, y de San Bernardo, del Distrito Nervión, y va de la calle San Bernardo, a la calle Clara Campoamor.
La calle, desde el punto de vista urbanístico, y como definición, aparece perfectamente delimitada en la población histórica y en los sectores urbanos donde predomina la edificación compacta o en manzana, y constituye el espacio libre, de tránsito, cuya linealidad queda marcada por las fachadas de las edificaciones colindantes entre si.
En cambio, en los sectores de periferia donde predomina la edificación abierta, constituida por bloques exentos, la calle, como ámbito lineal de relación, se pierde, y el espacio jurídicamente público y el de carácter privado se confunden en términos físicos y planimétricos. En las calles el sistema es numerar con los pares una acera y con los impares la opuesta. También hay una reglamentación establecida para el origen de esta numeración en cada vía, y es que se comienza a partir del extremo más próximo a la calle José Gestoso, que se consideraba, incorrectamente el centro geográfico de Sevilla, cuando este sistema se impuso. En la periferia unas veces se olvida esta norma y otras es difícil de establecer. Conocida como Acera del Prado de San Sebastián, pasó a denominarse oficialmente Campamento, tras la reforma del callejero de 1859, en recuerdo del que estableciera en este lugar el rey Fernando III en el sitio de la ciudad. Como todos los topónimos de la barriada de San Bernardo, hace referencia a la conquista de la ciudad por Femando III. Se configura como continuación del camino que desde la alcantarilla de San Bernardo se dirigía por la Enramadilla hacia el Cortijo Maestre Escuela y Alcalá de Guadaira y, muy probablemente, separaba las huertas de la Borbolla y de la Moraleja o Moraleda, aunque la cartografía de la época la hace finalizar en la confluencia con el arrecife de la Enramadilla (v. Carlos V). Según Álvarez Benavides (1873), terminaba en la calle Valme; constituía también el paso natural para la salida de los jornaleros del barrio que iban a trabajar a las tierras del suroeste de la ciudad. La historia de la calle ha estado marcada por el ferrocarril, que ha impedido que la que fuera mucho tiempo calle abierta al Prado de San Sebastián se completara con viviendas en la otra acera, de forma que la estación de la Enramadilla o de Alcalá y algunos almacenes han conformado su acera de los pares. El trazado viario es rectilíneo, aunque no en su caserío, según lo muestra ya en la cartografía del s. XIX, en que aparece jalonada de árboles hasta la confluencia con el arrecife de la Enramadilla. Los planos de Olavide (1771) y Lerena (1788) no dibujan el arrabal. Confluyen en ella Almonacid, Tentudía, Valme, Torero Manolo Vázquez, y Gregorio Cabeza Rodríguez. Su situación de límite habitado con respecto al barrio ha condicionado su actual configuración con ensanches a modo de plaza en la confluencia con Tentudía, Valme y Torero Manolo Vázquez, en la margen de los impares, mientras que la de los pares aparece alineada. Es la más larga y rectilínea del barrio, aunque en su comienzo hace una doble curva muy pronunciada, dejando en el centro una pequeña isleta proyectada en 1933; a partir de aquí la calzada con pavimentación de asfalto extendido sobre el adoquinado, en muy buen estado, discurre flanqueada por sendos paseos con dos hileras de frondosos olmos a cada lado y aceras de cemento en mal estado.
El caserío presenta aspecto muy dispar, pues junto a casas de una sola planta con homogeneidad constructiva en el lado de los impares, existen en la acera de los pares diversos almacenes y dependencias ferroviarias que dan a la calle aspecto de abandono. Estas viviendas para obreros fueron construidas y puestas en alquiler por Julio Barrau en terrenos de la Huerta de la Moraleja hacia 1908. Con ocasión de la construcción de estas viviendas se abrieron tres callejones de propiedad particular, dos de ellos en Campamento, uno a la altura del núm. 85 y el segundo nominado como Gregorio Cabeza Rodríguez (v.). Estas viviendas han sido demolidas para el trazado de una nueva línea férrea de Cádiz y esta calle se verá muy afectada. En el núm 2 existe un centro privado de enseñanza primaria y de formación profesional, y frontero se sitúa una guardería infantil, todos ellos promovidos y regentados por la parroquia. Hasta hace pocos años existió, en un edificio de nobles proporciones, uno de los corrales de vecinos más poblados de la barriada. En la plazuela en la que se encontraba el corral existía una fuente, lo que sin duda constituía un lugar muy apto para la sociabilidad; en el sitio de la Moraleja había un horno de pan en una plazuela donde su propietario solicitó poner una cruz para evitar que sirviera de muladar, al tiempo que una lamparilla iluminaría la zona (1732).
Está iluminada con farolas de báculo y carece de mobiliario urbano, a pesar del ancho paseo terrizo entre árboles. Los vecinos todavía se sientan a la puerta de las casas y de los establecimientos de bebidas. Hasta que se abrió la avenida de San Francisco Javier, que enlaza las de Eduardo Dato y Ramón y Cajal, sufría intenso tráfico, que se ha moderado notablemente en los últimos años [Salvador Rodríguez Becerra, en Diccionario histórico de las calles de Sevilla, 1993].
Campamento, 35. Casa de dos plantas, de tipo popular [Francisco Collantes de Terán Delorme y Luis Gómez Estern, Arquitectura Civil Sevillana, Excmo. Ayuntamiento de Sevilla, 1984].
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La calle Campamento, al detalle:
Edificio calle Campamento, 35.
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