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jueves, 5 de diciembre de 2024

Un paseo por la calle Bustos Tavera

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la calle Bustos Tavera, de Sevilla, dando un paseo por ella.  
     La calle Bustos Tavera es, en el Callejero Sevillano, una vía que se encuentra en los Barrios de la Feria, San Julián, Santa Catalina, y de la Encarnación-Regina, del Distrito Casco Antiguo; y va de la plaza de los Terceros, a la plaza de San Marcos
     La  calle, desde  el punto de vista urbanístico, y como definición, aparece perfectamente delimitada en  la  población  histórica  y en  los  sectores  urbanos donde predomina la edificación compacta o en manzana, y constituye el espacio libre, de tránsito, cuya linealidad queda marcada por las fachadas de las  edificaciones  colindantes  entre  si. En  cambio, en  los  sectores  de periferia donde predomina la edificación  abierta,  constituida  por  bloques  exentos,  la  calle,  como  ámbito  lineal de relación, se pierde, y  el espacio jurídicamente público y el de carácter privado se confunden en términos físicos y planimétricos. En las calles el sistema es numerar con los pares una acera y con los impares la opuesta. También hay una reglamentación establecida para el origen de esta numeración en cada vía, y es que se comienza a partir del extremo más próximo a la calle José Gestoso, que se consideraba, incorrectamente el centro geográfico de Sevilla, cuando este sistema se impuso. En la periferia unas veces se olvida esta norma y otras es difícil de establecer.
             Las primeras referencias conocidas se encuentran en un documento de 1394, que describe a este espacio como "la calle que va desde la carnicería de Santa Catalina a San Marcos", aunque el historiador Ortiz de Zúñiga en sus Anales afirma, aludiendo a la fundación del convento de la Paz, que "anti­guamente esta calle se llamó de los Melgarejos", posiblemente por encontrarse en ella casas y propiedades de ese linaje. En la primera mitad del s. XVII se conocía como Inquisición, Santa Inquisición y más tarde In­quisición Vieja, pues en 1626 se instaló en ella transitoriamente este tribunal religioso. Aunque Inquisición Vieja era el nombre más reconocido, tal como puede verse en el plano de Olavide (1771), en el XVIII alternaba su uso con el de Real del Convento de Nuestra Señora del Socorro, allí ubicado; y en la primera mitad del XIX con el de Real de San Marcos, por la cercana iglesia, o simplemente Real, pues la calle se consideraba una prolongación de San Luis, que históricamente había tenido esta última denominación. No obstante, hay que tener en cuenta que hasta la Edad Media el término "real" designaba a cualquier espacio público. En realidad todos los topónimos citados, más el de Paz y Monjas de la Paz, se utilizaban indistintamente desde el s. XVII, designando los tramos de la calle en que se situaban los mentados edificios religiosos: los conventos del Socorro y de la Paz, y por proximidad, la iglesia de San Marcos. En 1845 fue finalmente rotulado con el nombre actual, en recuero de un miembro de la familia noble de los Tavera, que tuvieron allí en el pasado su casa-palacio. Según Santiago Montoto, en algún momento el primer tramo se conoció también como Santa Catalina, por estimarse una continuación de la actual plaza de los Terceros, que llevó aquel nombre. El mismo autor afirma que "también se llamó del Padrón, porque divide la ciudad en dos partes", aunque con este topónimo no está hasta el momento suficientemente documentado, ni la calle ha cumplido nunca en verdad ese papel de divisoria.
     Discurre en forma serpenteante y prolonga el eje de penetración norte-sur que a través de San Luis une la zona de la Macarena con el centro urbano, alargando hacia el norte el antiguo cardo maximus de la Sevilla romana, que terminaba a la altura de Santa Catalina (v. Alhóndiga). Por ello, su trazado actual no difiere apenas del que presenta ya en el s. XVIII (plano de Olavide), aunque a lo largo de los dos últimos siglos (1888, 1923, 1933 y 1951) se hayan sucedido algunas rectificaciones de fachadas. Desembocan en ella, por la derecha, Peñuelas, y por la izquierda, Doña María Coronel. La primera referencia a su pavimento es de 1581, en que se acuerda enladrillarla; se adoquina en 1880. Hoy está asfaltada y posee aceras de losetas en no muy buen estado de conservación, con horquillas metálicas en algunos puntos, para impedir los aparcamientos de vehículos. En 1943 se acordó dotarla de alumbrado eléctrico, que en la actualidad emplea farolas sobre brazos de fundición adosados a las fachadas. 
     Su caserío ofrece la habitual diversidad de las calles del centro histórico sevillano, alternando las casas tradicionales unifamiliares, de dos plantas, con construcciones recientes de cuatro y cinco alturas destinadas a viviendas. Conserva, sin embargo, algunos buenos ejemplares antiguos, entre ellos una casa de vecindad (núm. 39), generalmente en mal estado de conservación o cerrados, como testimonio del gran interés arquitectónico que la calle tuvo en el pasado. Una de la más valiosas es la núm. 18, del s. XVIII, de tres plantas y fachada avitolada, hoy en restauración. Otro interesante edificio del s. XVII, el núm. 10, fue derribado y habilitado para apartamentos, aunque se ha mantenido la primitiva portada. Se conserva asimismo, bien algo alterada la casa racionalista (núm. 3) construida en 1935 por el arquitecto Rafael Arévalo. En los últimos años fue derribada la antigua casa-palacio de la familia Tavera, que Romero Murube describe como "una de las casas y escalera más suntuosas de Sevilla". En ella estuvo instalado, como ya se ha señalado, el tribunal de la Inquisición, entre 1626 y 1639; y en el s. XVII el hospicio de Niños Toribios y unas dependencias de la Fábrica de Tabacos. En el XIX pertenecía a la familia Moscoso, y en 1880 la adquirieron las Hermanas Carmelitas de la Caridad, que la habilitaron como colegio. La destrucción de esta casa, situada en la confluencia con Doña María Coronel, es quizás la muestra más grave de la desnaturalización que sufrió el caserío de esta calle en las décadas de los 60 y 70 de nuestro siglo. En el palacio de los Tavera sitúa Lope de Vega buena parte de la acción de su comedia La estrella de Sevilla, trazada sobre el episodio legendario de los amores de la hermana de don Busto con el rey castellano Sancho IV el Bravo.
     Los dos edificios más notables de la calle son el antiguo convento de Nuestra Señora de la Paz y el de Santa María del Socorro. Del primero, fundado en el s. XVI por monjas agustinas, no quedan sino el compás y la iglesia, cuya fachada lateral y torre quedaron a la vista, tras el derribo reciente de varias casa en Doña María Coronel. En este exconvento tiene su sede la Hermandad de la Sagrada Mortaja, que hace estación de penitencia, con gran silencio y recogimien­to, la noche del Viernes Santo. El convento de Santa María del Socorro fue fundado en 1522 y posee una iglesia de esa época, muy reformada en siglos posteriores, de una sola nave y artesonado mudéjar  Tuvo en el pasado un bello retablo dedicado a San Juan Bautista, con arquitectura y relieves de Martínez Montañés, luego trasladado a la iglesia de la Anunciación de la calle Laraña. Está regentado por monjas Concepcionistas Franciscanas (recientemente cerrado).
     El carácter de esta calle estuvo siempre muy marcado por sus edificios religiosos. Al igual que hoy, cumplió preferentemente funciones residenciales. En el s XIX hubo un asilo de ancianos de la Hermanitas de los Pobres. En 1873 Álvarez Benavides la describe como "de las más principales y de mu­cho tránsito, por ser paso a puntos de suma importancia''. En la actualidad  hoy se ubican en ella algún taller, un hotel y escasos comercios de tipo familiar, pero la mayor parte de sus casas están destinadas a viviendas En el local del antiguo cine Apolo tiene hoy su sede la Orquesta Sinfónica de Sevilla. Tiene un tráfico moderado aunque en ciertas horas, y debido a la estrechez de sus aceras, resulta incómoda para el tránsito peatonal. La fama de la familia de los Tavera y el halo legendario en que estuvo envuelta han facilitado la presencia de la calle en la literatura, desde Lope de Vega a Fernández y González o el poeta Rafael Montesinos, que evoca sus años infantiles en el colegio de las Carmelitas (Los años irreparables). En una de las casas de las proximidades de San Marcos vivió tuvo consulta el doctor Pedro Vallina, uno de los líderes del anarquismo sevillano de la primera mitad del s. XIX [Rogelio Reyes Cano, en Diccionario histórico de las calles de Sevilla, 1993].
Bustos Tavera, 4. Casa moderna en cuya fachada se ha instalado una reja de ventana pla­teresca del edificio antiguo.
Bustos Tavera, 8. Casa de dos plantas, de tipo popular, en muy mal estado.
Bustos Tavera, 10. Casa de dos plantas del siglo XVII. La portada, de piedra, está flanqueada por pilastras tos­canas almohadilladas, al igual que el resto de dicha portada, y dintel adovelado con ménsula en la clave. Sobre ella, en el segundo cuerpo, avi­tolado, se abre un balcón con jambas decoradas con molduras y antepecho con rica labor de forja.
     A través del apeadero se pasa a un patio con arquerías en tres de sus frentes, y en uno de cuyos ángulos se abre la caja de escalera cubierta con un techo plano decora­do con una rica yesería de motivos vegetales, que se repiten en las enjutas de la doble arquería que sir­ve de desembarco en la planta alta. En uno de los frentes de dicha escalera existe una pintura de la Anunciación, enmarcada por yeserías del mismo estilo. En la planta baja, una de las habitaciones conser­va un artesonado.
Bustos Tavera, 18. Casa de bellas proporciones del siglo XVIII, esquina a Peñuelas. Consta de tres plantas, las dos inferiores con fachada avitolada, así como la moldura que enmarca la portada. El patio posee arquerías superpuestas, la inferior de arcos semicirculares y la superior con arcos rebajados, que apean sobre columnas con capiteles de tipo renacentista.
Bustos Tavera, 25. Casa conocida con el nombre "de los Taveras". Era un edificio de dos plantas con portada formada por dos cuerpos. El inferior de pilastras toscanas sosteniendo un entabla­mento en cuyo centro se encontraba un escudo de armas. Sobre él un balcón cuyas jambas estaban decoradas con molduras y frontón curvo, y flanqueado con pirámides rematadas por bolas.
     El patio principal, de dos cuerpos con arquerías sobre columnas renacentistas, estaba recorrido, en la planta superior, por una ba­laustrada de mármol, actualmente en San Jerónimo de Granada. En un ángulo del patio se abría la caja de escalera, que poseía un mag­nífico zócalo de azulejos y pasama­nos de mármol y se cubría con un artesonado, instalado en la actualidad en el Museo de Bellas Artes. Al fondo del edificio, sobre el jardín, existía una galería sobre columnas [Francisco Collantes de Terán Delorme y Luis Gómez Estern, Arquitectura Civil Sevillana, Excmo. Ayuntamiento de Sevilla, 1984].
   Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la calle Bustos Tavera, de Sevilla, dando un paseo por ella. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la ciudad.

Más sobre el Callejero de Sevilla, en ExplicArte Sevilla.

La calle Bustos Tavera, al detalle:
Edificio calle Bustos Tavera, 3.
Edificio calle Bustos Tavera, 4.
Edificio calle Bustos Tavera, 8.
Edificio calle Bustos Tavera, 10.
Edificio calle Bustos Tavera, 18.
Edificio calle Bustos Tavera, 25.
Edificio calle Bustos Tavera, 39.
Azulejo conmemorativo Antonio Joaquín Dubé de Luque

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