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sábado, 10 de mayo de 2025

La Hermandad de la Pastora de Santa Marina

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la Hermandad de la Pastora de Santa Marina, de Sevilla.  
     Hoy, 10 de mayo (sábado anterior al IV Domingo de Pascua), es la Solemnidad Litúrgica de la Madre del Buen Pastor, fiesta instituida por S. S. Pio VI en 1795 gracias al empeño de los padres capuchinos, especialmente el Beato Diego José de Cádiz, que se celebra anualmente el sábado anterior a la dominica del Buen Pastor.
      Y qué mejor día que hoy, para ExplicArte la Hermandad de la Pastora de Santa Marina, de Sevilla.
    La Capilla del Hospital de San Bernardo, o de los Viejos (Capilla de la Hermandad de la Divina Pastora de Santa Marina), se encuentra en la calle Amparo, 13; en el Barrio de la Encarnación-Regina, del Distrito Casco Antiguo.
     La Primitiva, Real, Ilustre, Venerable, Franciscana y Fervorosa Hermandad del Rebaño de la Divina Pastora de los Almas María Santísima, Emperatriz de los Cielos y de la Tierra y Santa Marina; es ésta una corporación fundada en 1703, con sede canónica en la capilla del antiguo hospital de San Bernardo, siendo sus imágenes titulares la Divina Pastora de la Almas, obra atribuible a Francisco Antonio Ruiz Gijón en 1704-05; y Santa Marina, obra de Salvador Palao Baños en 1996.
     Esta primitiva hermandad fue erigida canónicamente en la parroquia de San Gil, siendo la primera en venerar a una imagen con la advocación de Pastora de las Almas. Fray Isidoro de Sevilla, predicador y cronista que fue de la Orden de Frailes Menores Capuchinos y fundador de esta hermandad, tuvo una visión en el coro bajo de la iglesia conventual de su orden, el día 24 de junio de 1703, donde la Virgen se le apareció con traje de pastora. Acudió al pintor Miguel Alonso de Tovar, discípulo de Murillo, al que encargó un lienzo con esta inédita advocación y el 8 de septiembre del mismo año lo llevó fijado en un estandarte, en rosario público desde la parroquial de San Gil hasta la Alameda de Hércules. El 23 de septiembre de 1703 se aprueban las primeras reglas de la hermandad, escritas por el mismo padre Isidoro.
     La hermandad encargó al imaginero Francisco Antonio Ruiz de Gijón una escultura a semejanza del cuadro de Tovar, con el fin de propagar entre los sevillanos esta devoción. Por dificultades de espacio en San Gil, la corporación determinó trasladarse a Santa Marina, donde los marqueses de la Motilla, Francisco Ignacio Fernández de Santillana y su esposa Inés Cárdenas y Saavedra, cedieron el solar de una vieja capilla, ocupándose fray Isidoro de buscar los medios para acondicionarla. El acta notarial y escritura de cesión junto con la preceptiva autorización de erección y establecimiento de sede canónica por parte de la autoridad eclesiástica, figuran en el archivo de protocolos notariales de Sevilla. Mientras se acondicionaba la capilla, terminada la imagen, ésta quedó depositada provisionalmente en el convento de la Encarnación, donde las monjas la vistieron por primera vez con las atavías pastoriles. Siendo bendecida en dicho cenobino, el 6 de enero de 1705, pasando al poco tiempo a la capilla mayor de San Juan de la Palma. El 23 de octubre de 1705 la imagen fue trasladada en su primera procesión, desde San Juan de la Palma a Santa Marina; donde esplendorosos cultos jalonaron su llegada. En el año de 1732, coincidiendo con el traslado de la Corte a Sevilla, el rey Felipe V y la familia Real mostraron decidido interés por ingresar en la hermandad, por el que fue nombrado con el cargo de hermano mayor, atrayendo a la hermandad a toda la nobleza. Los soberanos celebraron a expensas suyas varias funciones religiosas a la titular concediéndole una pensión anual de 1.500 reales para perpetuar su culto. También concedió Real Cédula por la cual todos los Borbones descendientes ostentarían el título de hermano mayor. Por su parte la nobleza siguió el ejemplo real; como muestra sirva el magnífico simpecado que regaló el duque de Osuna con la condición de que fuera portado, en la procesión por un grande de España en nombre del rey, lo que se venía efectuando hasta el siglo pasado.
     El 15 de octubre de 1823 se fortaleció el carácter Real de la hermandad al tomar posesión del cargo de hermano mayor, Fernando VII, inscribiéndose su esposa e hijos como hermanos. Poco después, en 1825 el llamado «batallón de la Lealtad», del regimiento sexto de la línea de las Reales Milicias, proclamó por su patrona a la titular, y juró su bandera delante de la misma, en su capilla de Santa Marina. En 1827, previa autorización, se introdujeron en la procesión diez niños de 6 a 10 años con trajes de pastorcillos (traducción a lo campesino de los Seises) y en 1829 se les permitió fueran cubiertos por sus sombrerillos, para que pudieran sostener los papeles de música y cantar durante el recorrido. El 11 de septiembre de 1827 la hermandad obtuvo la concesión de indulgencia plenaria en favor de los devotos a la Divina Pastora, otorgada por León XII. El año de 1864 dio lugar a grave preocupación en la hermandad, ya que la imagen corrió riesgo de desaparición, al producirse un incendio en Santa Marina, el cual dio lugar a que resultase destruida la imagen titular de la parroquia, obra del escultor Torrijiano. Con tal motivo, la imagen de la Divina Pastora tuvo que ser trasladada al nº 31 de la calle San Luis, propiedad de María de la Concepción del Real y Fernández, esposa de Miguel Santamarina, durante nueve días. A consecuencia de la revolución de 1868, la imagen fue llevada a la parroquia de San Román, donde permaneció hasta el año siguiente. Al cumplirse 25 años de la definición dogmática del misterio de la Inmaculada Concepción, el simpecado de la Divina Pastora fue llevado en Rosario a la catedral en la madrugada del 8 de diciembre de 1879. El 23 de abril de 1882 se celebró la concesión por la Santa Sede del oficio y misa propios de la madre del Buen Pastor, que esta hermandad había solicitado para toda la diócesis. El 23 de abril de 1885 la Divina Pastora salió en rogativa, estrenando saya y manto morado, por motivo del cólera, del que se libró Sevilla. La festividad del Corpus Christi de 1895 tuvo un singular relieve, por lo que supuso la renovación y vitalización de la festividad, desfilaron en la procesión 44 pasos, y entre ellos, representando a la parroquia de Santa Marina, la titular de esta corporación. En noviembre de 1896 la Divina Pastora procesionó como término de una misión capuchina; por igual motivo lo había hecho cuatro años antes. El 18 de febrero de 1898 y a solicitud del párroco de Santa Marina, en el año de 1896, el Ayuntamiento acordó rotular con el nombre de «Divina Pastora» la antigua calle Alcalá, justo frente a la puerta principal de la parroquia, debido a la devoción de que gozaba en toda Sevilla.
     El 2 de febrero de 1903 en cabildo general, se acordó defender con juramento de sangre, la Asunción de María a los Cielos en cuerpo y alma, voto de sangre que se realizó el 6 de septiembre de 1903. Dicho voto fue el primero realizado en todo el orbe católico en favor del dicho misterio, adelantándose en medio siglo a su definición dogmática. Además, con motivo de cumplirse el 2º centenario fundacional de la hermandad este mismo año de 1903, la imagen hizo estación procesional a la catedral, donde el cabildo la recibió con grandes honores y reservándole trato de privilegio el templo metropolitano, al cual su paso llegó el 6 de septiembre. En recuerdo del voto asuncionista se grabó una lápida y por el 2º centenario se hizo un azulejo alusivo. Uniéndose a la efemérides, la academia bibliográfica de Lérida dedicó su certamen literario anual a la Divina Pastora, en su imagen de Santa Marina. En 1904 la hermandad elevó al papa súplica de adicionar a la Letanía Lauretana las invocaciones: «Mater Divini Pastoris» y «Regina in Coelum Corporaliter Assumpta». Existe carta del cardenal Merry del Val, secretario del Vaticano, dirigida a la hermandad donde manifiesta haber presentado al pontífice dicha instancia. En 1907 se recibe el voto celebrándose pontifical en la función a cargo del obispo de Lystra. Estrenándose en dicha función la bandera blanca bordada en oro conmemorativa del voto asuncionista.
     El 8 de agosto de 1926 la hermandad realizó voto y juramento de defensa de la mediación de Nuestra Señora en la dispensación de todas las gracias. Al producirse el hecho vandálico el 18 de julio de 1936, de incendiar el templo de Santa Marina, por circunstancias incomprensibles, la efigie de la titular, que se encontraba en su capilla propia, no ardió, sirviéndole de cortafuego la preciosa reja que cerraba su capilla. Superadas las dificultades lógicas, la imagen fue trasladada, con carácter provisional, al templo de San Fernando, en La calle Jamerdana, anexa al hospital de Venerables Sacerdotes, en la collación del barrio de Santa Cruz, comenzando así un largo peregrinaje por diversos templos de esta ciudad. Posteriormente, pasó al convento de la Paz, en calle Bustos Tavera, de donde, y atendiendo al ofrecimiento de Domingo Martín, rector de la iglesia de San Martín, sita en la plaza del mismo nombre, fue trasladada al citado templo el día 7 de enero de 1942. El 12 de noviembre de 1950, junto con otras 3 efigies de Semana Santa y gloria, la Divina Pastora acudió de nueva a la catedral, en acción de gracias por la definición del dogma de la Asunción como artículo de fe.
     El 26 de noviembre de 1950 la hermandad realizó el voto de la realeza universal de María, siendo también la primera en hacerlo en todo el orbe católico, lo que constituye una de sus legítimas glorias marianas. En 1959 presidió la apertura de la II Semana Deportiva Municipal, en el desaparecido estadio universitario de la Macarena, siendo portada a hombros de los atletas, ya que la patrona del deporte nacional es la advocación de la Divina Pastora. Más tarde, con motivo de obras de conservación y restauración en San Martín, la imagen pasó a recibir culto en la parroquia de San Andrés, reintegrándose a San Martín al concluir las obras antes referidas. A finales de 1987, y motivado por nuevas obras en San Martín, la imagen fue trasladada al convento de las RR. Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, sita en calle Cervantes donde recibió culto hasta septiembre de 1992. El 6 de junio de 1988 se otorga carta de hermandad con la Orden de Hermanos Menores Capuchinos.
     El 15 de mayo de 1989 se otorga carta de hermandad con la Orden Franciscana. En junio de 1989 la hermandad realiza su salida procesional desde la capilla de Montesión, por no poder hacerla desde el convento y seguir San Martín en obras. En mayo de 1991, y desde el convento de las RR. Esclavas su sede provisional, la imagen es llevada en andas al convento de la Encarnación para celebrar allí los cultos, y unirnos a la comunidad agustina en su IV centenario fundacional. El 29 de mayo se otorga carta de hermandad con dicha orden. El 13 de septiembre de 1992, tras la cesión mediante decreto del vicario general de la diócesis, Antonio Domínguez Valverde, de la capilla y dependencias del antiguo hospital de Viejos, la Divina Pastora fue llevada, desde el convento de las RR. Esclavas a la capilla que hoy lleva su nombre. Para ello la hermandad tuvo que realizar un importante esfuerzo y ejecutar obras de restauración en parte de la capilla, que se encontraba en estado ruinoso y de total expoliación. El mismo 13 de septiembre de 1992 el arzobispo de Sevilla, fray Carlos Amigo Vallejo, bendijo la parte de la capilla que había sido restaurada, comenzando así un nuevo capítulo en la historia de la corporación. El 18 de abril de 1994 Juan Carlos I, rey de España, accede al cargo de hermano mayor honorario, manteniéndose así el lazo de unión entre los reyes borbones. El 7 de mayo de 1994 la Divina Pastora vuelve a ir en su paso a la catedral donde presidió el pregón de las glorias, organizado por el Consejo General de Hermandades y Cofradías de Sevilla.
     En octubre de 1994, la imagen volvió a ser trasladada al convento de las RR. Esclavas, ya que la hermandad se disponía a enfrentarse a uno de los retos más importantes de toda su historia, como fue el restaurar y acondicionar su capilla, dependencias y casa hermandad. Ante la imposibilidad de realizar los cultos de 1995 en el convento, la junta de gobierno se vio en la obligatoriedad de trasladar la imagen a la iglesia de San Martín, donde se llevaron a efecto en septiembre y la salida procesional el 14 de octubre. Por fin, después de tanto peregrinaje, el sueño se hizo realidad, y así el 4 de febrero de 1996 el arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, bendijo todo el recinto, tras las obras realizadas. En el año jubilar de 2000, la hermandad celebró una semana conmemorativa a su fundador el venerable padre fray Isidoro de Sevilla, Para conmemorar los 250 años de su óbito. La clausura se celebró con un Rosario multitudinario desde la parroquia de San Gil, con los simpecados de las hermandades pastoreñas andaluzas, hasta el convento de Capuchinos.
     En el año 2003, celebró el tricentenario fundacional, el primer centenario del voto Asuncionista, emitido por vez primera en orbe por esta hermandad, y a la vez el tercer centenario de la advocación de la Divina Pastora. Lo celebró haciendo procesiones extraordinarias, una de ellas al lugar de fundación, y otra a la catedral de Sevilla, donde en el pontifical celebrado con la presencia del entonces arzobispo de Sevilla. En febrero de 2004 la hermandad recibió al entonces general-jefe de la Región Militar Sur, Manuel Borra Gutiérrez de Tovar, como teniente de hermano mayor, como es tradición en esta primitiva hermandad, y dentro del acto, dicho general regaló a la virgen su fajín de capitán general.
     Durante todo el año 2005 la hermandad celebró los trescientos años de la hechura y bendición en el convento de las Madres Ermitañas Agustinas de la Encarnación de la imagen primigenia de la Divina Pastora en el mundo. Por este motivo fue trasladada en Rosario vespertino en diciembre del mismo año, a dicho cenobio, regresando a la mañana siguiente en olor de multitud. El 17 de septiembre de 2006, la hermandad recibe la visita demás de 160 peregrinos venidos desde la ciudad de Barquisimeto en Venezuela, donde se venera la primera imagen de la Divina Pastora coronada en el mundo. Predicó la función de ese día con solemne pontifical, Tulio Manuel Chirivella Varela, arzobispo de Barquisimeto, participando todos los peregrinos en la procesión de la virgen que se efectuó en la tarde de dicho día. Con fecha de 18 de diciembre de 2007, Carlos Amigo Vallejo acepta el cargo de vicemayoral de la hermandad, reanudándose así la larga tradición histórica, de la ocupación de dicho cargo por los prelados y más distinguidos sacerdotes. El 7 de septiembre de 2020 el rey Felipe VI aceptó el cargo de hermano mayor honorario, siguiendo la tradición que desde 1732 se repite con todos los monarcas. El 23 de septiembre de 2020 la corporación recibe la medalla de la ciudad de la mano del alcalde Juan Espadas Cejas (cofradiasweb).
Conozcamos mejor la Solemnidad Litúrgica de la Madre del Buen Pastor;
 
     El ocho de septiembre de 1703, en la Alameda de Hércules hispalense, el Venerable Padre Fray Isidoro de Sevilla, capuchino, presentó al pueblo sevillano una novedosa y consoladora advocación mariana que, desde la Ciudad del Betis, como el más precioso tesoro que esta ciudad ha hecho a la Iglesia, había de arraigar en todo el orbe católico: la Divina Pastora. Indisolublemente unido al origen de este venerado título mariano está el de su Primitiva y Real Hermandad, que habría de ser el cauce escogido por el capuchino fundador para consolidarlo y difundirlo: arzobispos, reyes, nobles, junto al pueblo de Sevilla, la honrarían y se honrarían desde entonces al inscribirse en sus filas. En un principio, el Padre Isidoro escogió la Solemnidad de la Asunción de la Virgen María como la memoria litúrgica más apropiada para conmemorar a la Divina Pastora: María, plenamente glorificada y coronada, ejerce su pastorado sobre el cuerpo místico de su Hijo.  Consciente de la ventaja de tener una fiesta propia, en 1781 el Beato Diego José de Cádiz terminó un Oficio entero de la Divina Pastora, que envió al Ministro Provincial, José Félix de Sevilla, para que lo presentara en el Capítulo General de 1782 y se acordase pedir su aprobación y uso a la Sagrada Congregación de Ritos. Pero la gestión quedó infructuosa. 
     Seis años después, en 1788, habiendo repasado sus textos eucológicos, que componen un segundo Oficio, decidió presentarlos a la Sagrada Congregación de Ritos para su aprobación, acompañados de un documento postulatorio razonando la oportunidad de la nueva fiesta, para lo que buscó el apoyo regio, pero la muerte primero del Confesor del Rey y a continuación la de este mismo frustró sus proyectos. Habiendo de celebrarse en Roma Capítulo General de la Orden Capuchino en mayo de 1789, por lo que les hace llegar a los vocales de su Provincia de Andalucía el expediente completo. El Padre Definidor de Lengua Española, Nicolás de Bustillo, se encargó de gestionarlo ante la Santa Sede, pero el asunto se quedó estancado. Intentó de nuevo el Beato Diego conseguir el apoyo regio, que se presentaba casi indispensable, presentando un memorial a la Reina María Luisa, fechado en Ronda, el siete de junio de 1793, en el que amplió su petición: no sólo a los capuchinos, sino a todo el clero secular y regular de España. La Reina debió consultar con el Rey Carlos IV, su marido, y remitieron el expediente a su primer ministro Manuel Godoy, que lo pasó al Inquisidor General, Manuel Abad y Lasierra, para que diera su parecer, que aconsejó desestimar la petición.
      La actitud regia debió cambiar a raíz de su Memorial a Carlos IV de 1794, sobre los medios espirituales necesarios en la guerra entablada contra la Francia revolucionaria en 1793, que resultó favorable a España. Fue finalmente Pío VI Braschi el que por el rescripto del uno de agosto de 1795, gracias al impulso del Beato Fray Diego José de Cádiz como vemos, el segundo gran apóstol de la Pastora, concedió a los capuchinos de España una fiesta con Oficio y Misa propios como Patrona de sus misiones para la Segunda Dominica de Pascua titulada Bienaventurada Virgen María, Madre del Buen Pastor Jesucristo con rito doble mayor, a los que se les dio rápidamente el regium exequátur. Este Oficio fue ampliado, a instancias del P. Nicolás de Bustillo, entonces General de la Orden, por rescripto de Pío VII Chiaramonti de once de enero de 1806 con las lecciones del primero y tercer nocturno de maitines como también la misa, si no obra del Beato Diego sí dependiente de su doctrina, todo revisado por el Prefecto de la Sagrada Congregación de Ritos y por el Promotor de la Fe.  De los textos, sabemos que la oración colecta fue compuesta por el citado capuchino Nicolás de Bustillo, y las lecciones son de San Bernardo, y no de San Ildefonso o de San Antonino como en los textos del Beato Diego, y en 1817 se nos transmite una noticia de que los Oficios del Beato Diego están pendientes de aprobación en Roma desde 1796; quedan por lo tanto en el anonimato. 
    Por decreto de diez de enero de 1801 el mismo Pío VII citado concedió al episcopado del Gran Ducado de Toscana para el primer domingo de mayo con el rito de doble mayor que se pudiera rezar de la Bienaventurada Virgen María con el título de Madre del Pastor Divino. Esta devoción había arraigado la devoción gracias a uno de los oradores capuchinos italianos más importantes de su época, el P. Claudio de la Pieve, que la había adquirido en un viaje suyo a España.  La súplica al Papa había sido dirigida el uno de diciembre de 1800 por el Obispo de Colle di Val di Elsa, provincia de Siena y diócesis sufragánea de Florencia, en representación de los obispos del Estado de Toscana, en acción de gracias por haberse librado del traumático azote napoleónico. El Oficio y misa propios presentados por el episcopado toscano fueron revisados también por el Prefecto de la Sagrada Congregación de Ritos y por el Promotor de la Fe, y se extendieron a casi todos los sitios que celebraban la fiesta, incluidos los capuchinos, que abandonaron los suyos. El Beato Pío IX Mastai Ferretti concedió la fiesta a muchas diócesis y congregaciones: a los alcantarinos de Nápoles por el Breve Omnibus de doce de junio de 1849, que fue extendida a petición de Fernando II Rey de las Dos Sicilias a todo su reino, fijándola en veintiuno de mayo; a las religiosas del Buen Pastor y a las benedictinas de Campo Marzio, en Roma, en 1859; al Obispado de Bagnoreggio, Italia, en 1860; a los de Linares y Guadalajara, Méjico, en 1861. Por decreto de ocho de enero de 1863 de la Sagrada Congregación de Ritos, con la anuencia del citado Beato Pío IX, tras petición firmada por diez cardenales, seis patriarcas, treinta arzobispos, noventa y cinco obispos, dieciocho generales de órdenes y congregaciones religiosas, nueve procuradores y tres comisarios apostólicos de otras tantas, fue establecido que se concediera esta fiesta con rito de doble mayor a todas las diócesis y familias religiosas que lo solicitaran, con los textos eucológicos toscanos. 
     Entre las concesiones a partir de entonces podemos citar las siguientes: a los monasterios cistercienses de Francia en 1863; a la Diócesis de Alatri, Italia, en 1866; a los Misioneros de la Preciosísima Sangre para el primer viernes de junio; a los Mínimos para el primer domingo de octubre; a los Redentoristas y a las Religiosas del Buen Pastor para el tres de septiembre, pero con el Oficio de los capuchinos españoles; a los Euditas, que lo habían pedido en 1874, en 1895. No habiéndose instaurado la fiesta todavía en Sevilla, la cuna de la devoción, el presbítero José de la Fuente y Zabalegui, comisionado por el cabildo de oficiales del veintidós de mayo de 1875 de la Primitiva Hermandad de la Divina Pastora, dirigió una petición al Cabildo Catedral el dos de febrero de 1876 para que instara al Arzobispo lo solicitara de Roma.  Tras haber sido examinada la petición por la Diputación de Ceremonias, acordó el Cabildo elevarla al Cardenal Arzobispo de la Lastra y Cuesta para el domingo segundo después de Pascua con rito de doble de segunda clase. El prelado expidió sus letras para ello al Papa el ocho de abril de 1876. Pero menos de un mes después, el cinco de mayo, murió dicho cardenal, por lo que hubo de esperarse al plácet de su sucesor.  Habiendo tomado posesión su sucesor, Joaquín Lluch y Garriga, y obtenido de él el plácet, en este caso se extravió en Roma la petición citada, y fue preciso enviar un certificado de ella. El decreto fue expedido por fin el uno de febrero de 1878. Aunque se pidieron y fueron concedidos el Oficio y la misa de los capuchinos españoles aprobados en 1806, los textos que finalmente se instauraron fueron los toscanos. Por fin en 1882, se celebró el veintitrés de abril en Sevilla la Fiesta de la Madre del Divino Pastor, señalada en el II Domingo después de Pascua, con rito de segunda clase. 
   El veintinueve de octubre de 1885 el Procurador General de los Menores Capuchinos, Bruno de Vinay, a instancias del que hasta entonces había sido Comisario Apostólico de España, en nombre de sus súbditos, pidió al Papa la concesión a toda su Orden de la fiesta de la Madre del Pastor Divino para el segundo domingo después de Pascua con el rito mayor de segunda clase, con la misa y Oficio aprobados para los capuchinos españoles y de otras provincias. Fue aprobada la petición por rescripto de León XIII Pecci de diecinueve de noviembre de dicho año 1885, que el cuatro de diciembre de 1894 concedió a la Orden Capuchina, pero con el Oficio y misa de Toscana. En el actual Propio de la Diócesis de Sevilla, aprobado el diecisiete de junio de 1977 por la Sagrada Congregación para los Sacramentos y el Culto Divino, está inserta como memoria libre para el sábado anterior al Domingo IV de Pascua, del Buen Pastor, La Bienaventurada Virgen María, Madre del Buen Pastor. Los textos eucológicos actuales se encuentran en el Misal Franciscano en español, aprobado por Decreto de la Sagrada Congregación para los Sacramentos y el Culto Divino el 17 de junio de 1980 para uso de las familias franciscanas hispanas (Prot. N. CD 892/79). 
      Éste señala para el sábado anterior al Domingo IV de Pascua para la Orden Capuchina la Fiesta de la Divina Pastora, Madre del Buen Pastor (Ramón de la Campa Carmona, Las Fiestas de la Virgen en el año litúrgico católico, Regina Mater Misericordiae. Estudios Históricos, Artísticos y Antropológicos de Advocaciones Marianas. Córdoba, 2016).
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Página web oficial de la Hermandad de la Pastora de Santa Marina: www.divina-pastora.com

La Hermandad de la Pastora de Santa Marina, al detalle:
- Sede Canónica: Capilla del antiguo Hospital de San Bernardo, o de los Viejos
- Imágenes Titulares: Divina Pastora de los Almas María Santísima, Emperatriz de los Cielos y de la Tierra                                      
- Día de Salida Procesional: III domingo del mes de septiembre

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