Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la plaza de La Legión (antigua plaza de Armas), de Sevilla, dando un paseo por ella.
Hoy, 20 de septiembre, es el aniversario de la fundación (20 de septiembre de 1920) del cuerpo militar de la Legión Española, a quien se dedica esta vía, así que hoy es el mejor día para ExplicArte la plaza de la Legión.
La plaza de La Legión (antigua plaza de Armas) es, en el Callejero Sevillano, una plaza que se encuentra entre las calles Marqués de Paradas, Trastamara, Arjona, Torneo, y avenida Cristo de la Expiración; en el Barrio del Museo, del Distrito Casco Antiguo.
La plaza responde a un tipo de espacio urbano más abierto, menos lineal, excepción hecha de jardines y parques. La tipología de las plazas, sólo las del casco histórico, es mucho más rica que la de los espacios lineales; baste indicar que su morfología se encuentra fuertemente condicionada, bien por su génesis, bien por su funcionalidad, cuando no por ambas simultáneamente. Con todo, hay elocuentes ejemplos que ponen de manifiesto que, a veces, la consideración de calle o plaza no es sino un convencionalismo, o una intuición popular, relacionada con las funciones de centralidad y relación que ese espacio posee para el vecindario, que dignifica así una calle elevándola a la categoría de la plaza, siendo considerada genéricamente el ensanche del viario. Hay una reglamentación establecida para el origen de esta numeración en cada vía, y es que se comienza a partir del extremo más próximo a la calle José Gestoso, que se consideraba, incorrectamente el centro geográfico de Sevilla, cuando este sistema se impuso. En la periferia unas veces se olvida esta norma y otras es difícil de establecer.
La amplia zona sin urbanizar situada extramuros entre las puertas de Triana y Real y nombrada por Ribera desde fines de la Edad Media, se conocía a lo largo del s. XIX como plaza de Armas, Campo de Bailén, Campo de Paradas y Campo de Marte, por ser lugar destinado a las maniobras y paradas del ejército; y también Perneo, por un mercado de cerdos allí celebrado. Algún punto se llamó Muladar, en evidente alusión a la insalubridad del sitio, lindante con el río y tal vez vertedero publico. En la década de 1860 todo este sector pasó a designarse plaza del Asistente Arjona, en homenaje a José Manuel de Arjona (1781-1850), impulsor de importantes reformas urbanísticas de la ciudad. En 1868, tras la revolución liberal, se rotuló como plaza de los Mártires de la Libertad, "en memoria de los héroes inmolados en este sitio por su amor a la patria" (Sec. 10, 2-X-1868), pues allí tenían lugar las ejecuciones de reos civiles y políticos en esa época. En 1880 el frente meridional de la plaza recibió el nombre de París, "como tributo al noble desprendimiento y vivo interés demostrado por la capital de Francia con motivo de la terrible inundación de las provincias de Levante". En 1898 ese nombre se sustituye a su vez por el de Conde de Xiquena, en memoria de José Álvarez de Toledo, ministro de Fomento e impulsor del ferrocarril a Sevilla. El topónimo París no perdió, sin embargo, uso, pues vuelve a encontrarse en planos y documentos de principios del XX y tiene oficialidad en 1936, cuando el Ayuntamiento acuerda sustituirlo (sin mención alguna al de Conde de Xiquena) por el de la Legión, en homenaje a este cuerpo del ejército. A pesar de esta variedad de nombres, el topónimo dominante en el uso popular ha sido y es el de plaza de Armas, empleado también de modo oficial por la compañía Renfe para designar la estación que en un principio se conoció como de Madrid-Zaragoza-Alicante, por la compañía propietaria de la misma, y más popularmente estación de Córdoba, que es como ordinariamente la conocían los sevillanos.
La configuración actual de la plaza de la Legión es resultado de un largo proceso de urbanización y progresiva construcción de edificios que a lo largo de la segunda mitad del siglo pasado fue reduciendo considerablemente el primitivo espacio extramuros. Su trazado empieza a planearse a comienzos de la década de los 50, en función de la proyectada estación de ferrocarril, y se consolida a partir de la gran operación urbanística diseñada en 1859 por el arquitecto Balbino Marrón. En su proyecto quedaba una plaza mucho más amplia de lo que es hoy, de forma rectangular, situada entre la actual Sánchez Barcaíztegui y las tapias de la estación. A lo largo de los años 70 y 80 los terrenos se revalorizaron notablemente, tal vez por el propio interés municipal de extraer importantes rendimientos económicos. De ahí que fuesen loteados y se trazasen seis manzanas entre esta plaza y Reyes Católicos, atravesadas por Trastamara, que se prolongó entonces hasta la mencionada calle París, frontera a la puerta principal de la estación. Fue, pues, en los últimos años del XIX cuando la plaza empieza a configurarse con sus dimensiones actuales, como espacio en ángulo recto que se ensancha en la confluencia con Marqués de Paradas y que en los primeros años de nuestro siglo estaba todavía arbolada. Su flanco oeste quedó también transformado en la década de 1950, tras el aterramiento del rio en la zona de Chapina, hasta entonces unida a la plaza por la llamada Pasadera del Agua, que permitía también el tránsito de peatones. Empedrada en 1875, en la actualidad presenta pavimento asfáltico sobre antiguos adoquines, y anchas aceras de losetas. Se ilumina con báculos metálicos de pie. Toda su acera derecha está ocupada por la estación, cuyo emplazamiento se aprobó en 1855, aunque el primer edificio no entró en funcionamiento hasta 1858. El actual, un bello ejemplar de la arquitectura neomudéjar, se inauguró en 1901, sobre el proyecto del ingeniero José Santos Silva y dirección de obras de Nicolás Suárez y Alviza, que se encuentra en fase de remodelación, tras perder su papel de estación. En la acera izquierda dominan las casas de escalera de fines del XIX y principios del XX, de tres plantas, algunas muy deterioradas y desocupadas en sus pisos altos, con los bajos ocupados por bares, pequeños comercios de alimentación, pensiones, garajes, etc., propiciados por el movimiento de la estación, que ha condicionado siempre la funcionalidad de este espacio.
La llegada del ferrocarril cambió, en efecto, el carácter tradicional del lugar. Las maniobras militares pasaron a efectuarse en el prado de Santa Justa, aunque en 1855 se registran todavía paradas de la Milicia Nacional, y en la segunda mitad del siglo aún se fusilaba allí a los reos. En 1851 la prensa describe este espacio como solitario y peligroso de noche, por los rateros, y de día por los timadores que pululaban entre los desocupados. Había puestos de leña y comestibles y se celebraban exposiciones de ganado. Desde el establecimiento de la estación creció de modo notable el movimiento de peatones y el tráfico rodado, con paradas de coches de punto y más tarde de taxis. Ocasionalmente el lugar protagonizó importantes concentraciones humanas con motivo de la partida o llegada de grandes personajes. La prensa se hace eco, por ejemplo, de visitas regias (duque de Montpensier, Isabel II, príncipes de Prusia, Alfonso XII...), de la llegada de los restos de Joselito el Gallo, etc. En la actualidad tiene bastante animación en las horas diurnas y está algo degradado por la noche, especialmente en la zona próxima a Trastamara y Arjona. En esos puntos se concentran numerosos transportistas, por haber sido tradicionalmente la zona de aparcamiento de camiones. Es también uno de los puntos urbanos con más movimiento peatonal y rodado, y en ese aspecto de los mas conflictivos de toda la ciudad, por el continuo tránsito de vehículos desde Arjona, zona de Chapina y la "ronda", con frecuentes atascos y alto índice de ruidos. En septiembre de 1990 se cerró la estación de ferrocarril, hecho que ha alterado la funcionalidad de este espacio.
La literatura se ha hecho con frecuencia eco del carácter y vicisitudes de este lugar, al que cita Fernández y González en su novela Don Miguel de Mañara. Luis Montoto evoca los "enormes maderos apilados" para la construcción de la estación, maderos que venían por el río desde la Sierra de Segura; o los fusilamientos políticos en los años que precedieron a la Primera República. Y el novelista Alfonso Grosso habla del establecimiento Los Gabrieles -aún abierto-, "bodega y fonda de arrieros y comisionistas" (Giralda I), o reconstruye la llegada del rey Alfonso XII a una plaza de Armas "con sus humos, sus mendigos, sus prostitutas, sus civiles, sus rateros, sus puestos de orosuz y de altramuces, chumbos y arropía..."(La buena muerte) [Rogelio Reyes Cano, en Diccionario histórico de las calles de Sevilla, 1993].
Conozcamos mejor la Historia de La Legión Española, cuerpo militar al que está dedicada esta vía;
Por Real Decreto de 28 de enero de 1920, siendo Ministro de la Guerra don José Villalba Riquelme, Su Majestad el Rey don Alfonso XIII tuvo a bien disponer que "con la denominación de Tercio de Extranjeros se creará una Unidad militar armada, cuyos efectivos, haberes y reglamento por que ha de regirse serán fijados por el Ministro de la Guerra".
El 2 de septiembre, Su Majestad se sirvió conferir el Mando del Tercio de Extranjeros al Teniente Coronel de Infantería don José Millán Astray, principal impulsor de la nueva unidad y que le proporcionaría su peculiar estilo y mística.
La constitución originaria del Tercio era: Plana Mayor de Mando y Administrativa y Tres Banderas (Unidades tipo Batallón), con una Plana Mayor, dos compañías de fusiles y una de ametralladoras por Bandera.
El Cuartel del Rey en Ceuta, situado en la plaza de Colón, fue el lugar designado por el Mando para la instalación de las Oficinas de Mando del Tercio y Mayoría.
La Posición "A", hoy Cuartel "García Aldave", fue su primer campamento, si bien en el mes de octubre del año de su fundación, se trasladó a Dar Riffien (actual Marruecos).
El 20 de septiembre de ese año, se filia el primer legionario, mozo de treinta años, natural de Ceuta, que encontraría la muerte años más tarde, después del desembarco de Alhucemas, en la ocupación de Monte Malmusi, siendo Brigada, alcanzando los distintos empleos por méritos de guerra.
El 21 de octubre juran fidelidad a la Bandera Nacional en el Campo del Tarajal, ante la del Regimiento de Ceuta núm. 60, los legionarios de estas Tres Banderas del Tercio, momento en el que Franco, Jefe de la Primera Bandera y lugarteniente del Fundador, deja constancia de que el "juramento" ha tenido que celebrarse ante una enseña prestada: "el Tercio ha de ganar la suya".
La Legión participa en la pacificación de Marruecos. En principio combate en la zona occidental, siendo su primera baja en combate el cabo Baltasar Queija de la Vega; en su bolsillo se encontraron unos versos llenos de emoción y amor a estas Fuerzas que serían la base de la letra de la canción del legionario.
En 1921, tras los sucesos de Annual y Monte Arruit, Melilla corre grave peligro ante la proximidad de las bandas rebeldes de Abd-el-Krim. La Legión acude urgentemente en socorro de esta ciudad, desembarcando el día 24 de julio. La población la recibe con júbilo y, tras duros combates, logra detener y derrotar al enemigo; Melilla se había salvado.
El 23 de septiembre de 1921 se lleva a cabo la operación para recuperar el Aeródromo de Tauima. A la tarde, finalizada la operación, se dejan pequeños destacamentos, uno de los cuales protege la posición elevada conquistada por la I Bandera en donde con posterioridad se edificó el Cuartel de Tauima, base del 1er Tercio hasta la entrega del protectorado a Marruecos.
En 1923 encuentra gloriosa muerte en los combates de Tizzi-Azza el Jefe de La Legión Teniente Coronel Valenzuela. Este suceso motiva el aplazamiento de la entrega de la Enseña Nacional a La Legión, que se tenía previsto para esos días. Años más tarde, octubre de 1927, tendrá lugar en Dar Riffien dicho acto, al que asiste Su Majestad el Rey Alfonso XIII, actuando como Madrina de La Legión la Reina doña Victoria Eugenia. En el citado acto tuvo lugar la imposición al General Sanjurjo de la Cruz Laureada de San Fernando, así como el nombramiento de Coronel Honorario de La Legión, a perpetuidad, del General Millán Astray.
Posteriormente la Legión participa, como fuerza de vanguardia, en el desembarco de Alhucemas, con el comienza el final de la pacificación de Marruecos
A lo largo de su historia tuvo diferentes denominaciones: se fundó con el nombre de Tercio de Extranjeros, para sucesivamente recibir los de Tercio de Marruecos y Tercio. El número de Banderas fue de ocho, que a partir de 1925 quedaron agrupadas en la Primera Legión (I, II, III y IV) y Segunda Legión (V, VI, VII, y VIII), aquella con sede en Melilla y ésta en Ceuta, creándose en mayo de 1925 un Escuadrón de Lanceros dependiente directamente del Jefe del Tercio. Los Tenientes Coroneles Millán Astray, Valenzuela y Franco fueron los primeros Jefes de La Legión.
Durante la Segunda República, en 1934, ante la revuelta de Asturias, la III, V y VI Banderas de La Legión participan en las operaciones para normalizar la región. Ya durante la Guerra Civil, 1936-1939, el número de Banderas llegó a ser de dieciocho. Fue su Jefe el entonces Teniente Coronel Yagüe, estando las Legiones mandadas por los también Tenientes Coroneles Tella y Castejón. En 1937 se cambia el nombre de Tercio por el de Legión.
En 1943 se da nombre a los Tercios, los tres en que estaba organizada La Legión, recibiendo, el Primero con sede en Tauima (zona de Melilla), el de "Gran Capitán"; el Segundo, con sede en Dar Riffien (zona de Ceuta), el de "Duque de Alba", y el Tercero, con sede en el Krimda (Larache), el de "Don Juan de Austria". En 1950, y con la denominación de " Alejandro Farnesio", se crea el Cuarto Tercio en Villa Sanjurjo (Alhucemas).
La Legión, con las Banderas II, IV, VI, IX y XIII -esta última había sido creada en junio de 1956 en El Aaiún, participan en la Campaña de Ifni-Sahara, en la que obtienen la Cruz Laureada de San Fernando el Brigada Francisco Fabrique Castromonte y el legionario Juan Maderal Oleaga, últimos laureados del ejército español, por el valor demostrado en el combate de Edchera (enero de 1958), en el que encontraron gloriosa muerte. Con ellos la Legión sumaba 22 laureadas individuales y 7 laureadas colectivas, además de 211 Medallas Militares individuales y 22 colectivas.
Replegados de Marruecos el Primero y Segundo Tercios, se trasladan a sus actuales Acuartelamientos en Melilla y Ceuta, y los Tercios Tercero y Cuarto, en 1958, pasan a constituirse en Tercios Saharianos, desplegándose en el norte y sur del Sahara respectivamente; características de la organización de estos Tercios fue el disponer de un Grupo Ligero de Caballería Legionaria y una Batería Transportada, también Legionaria.
Tras la independencia de Marruecos en 1956, el repliegue de todas las unidades militares del protectorado a territorio español no finaliza hasta 1961. A mediados de 1957 se ocupan los Fuertes del Gurugú con pequeños destacamentos tipo Sección. En el mes de octubre la II Bandera pasa a Cabo Juby (El Aaiún), incorporándose al 4º Tercio y transformándose en la VII Bandera.
En Marzo de 1959 cuando una compañía (III Bandera), reforzada con una Sección de Ametralladoras se traslada al Fuerte de Cabrerizas. Así llegamos al 3 de enero de 1961 cuando comienza el desalojo definitivo de Tauima, este acuartelamiento es utilizado en la actualidad por el Ejercito Marroquí. A principios de febrero la III Bandera se traslada a los barracones de Trara, a unos 300 metros al sur de la puerta actual del Tercio, en las inmediaciones de la fuente, y se entrega el Fuerte de Taxuda. El 28 del mismo mes se abandona definitivamente el Cuartel de Tauima, pasando la I Bandera al Campamento de Hardú (Gurugú). El 30 de abril se entrega el Fuerte de Taquigriat y la I Bandera se traslada también a Trara abandonando Hardú. El 31 de agosto se repliega la última unidad española que abandona el protectorado, entregando el Fuerte de Basbel, que la guarnecía la 3ª Sección de la 2ª/I. La XIII Bandera, hasta entonces en El Aaiún, pasó a integrase en la guarnición de Sidi-Ifni, hasta su disolución con motivo de la retrocesión de este territorio en 1969.
En 1975, con la retirada de nuestras fuerzas del Sahara, el Tercer Tercio pasa a constituir la guarnición de la isla de Fuerteventura, continuando el Primero y Segundo en Melilla y Ceuta respectivamente. El Cuarto Tercio fue disuelto, pero en el año 1981 se vuelve a crear quedando de guarnición en Ronda (Málaga).
En noviembre de 1992, y como consecuencia de los compromisos internacionales contraídos por España, la Agrupación Táctica " Málaga", formada por legionarios de los cuatro Tercios de La Legión, parte para las atormentadas tierras de la Antigua Yugoslavia en Misión Humanitaria integrada en las fuerzas de Protección de las Naciones Unidas (UNPROFOR). A esta Agrupación le seguiría la Agrupación "Canarias", a la que pertenecía el Teniente Arturo Muñoz Castellanos, primer muerto de la Legión y del Ejército Español en misiones de Paz.
En 1995 se crea la Brigada de La Legión "Rey Alfonso XIII" (BRILEG), con guarnición en Viator (Almería), en base a los Tercios Tercero, procedente de Fuerteventura, y Cuarto que permanecería en Ronda (Málaga).
Con estas nuevas misiones, La Legión da continuidad a su compromiso de servicio a España como una unidad de infantería ligera, ágil, siempre dispuesta y en vanguardia, como cuerpo de elite preparado para enfrentarse a las situaciones más comprometidas en primera línea.
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La plaza de La Legión (antigua plaza de Armas), al detalle:
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