Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la pintura "San Rafael, arcángel, con Tobías", anónima, en el Convento de San Clemente, de Sevilla.
Hoy, 29 de septiembre, Fiesta de los santos arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. En el día de la dedicación de la basílica bajo el título de San Miguel, en la vía Salaria, a seis millas de Roma, se celebran juntamente los tres arcángeles, de quienes la Sagrada Escritura revela misiones singulares, y que sirviendo a Dios día y noche, y contemplando su rostro, a Él glorifican sin cesar [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II].
Y que mejor día que hoy, para ExplicArte la pintura "San Rafael, arcángel, con Tobías", anónima, en el Convento de San Clemente, de Sevilla.
El Convento de San Clemente [nº 55 en el plano oficial del Ayuntamiento de Sevilla; y nº 66 en el plano oficial de la Junta de Andalucía], se encuentra en la calle Reposo, 9; en el Barrio de San Lorenzo, del Distrito Casco Antiguo.
En una de las estancias del encontramos la pintura "San Rafael, arcángel, con Tobías", obra anónima, de hacia 1500, realizada en pigmentos al fresco y con unas medidas de 2'12 x 0'63 x 0'12 mts. Se trata de la representación del arcángel San Rafael acompañado por el niño Tobías. Así, aparece el arcángel en actitud caminante, girado ligeramente hacia la derecha. Se le representa como un joven vestido con larga túnica que cae hasta sus pies, que lleva sin calzar, con una camisa que deja ver las mangas rojas y un cuello y cíngulo dorado. Las alas presentan perfectamente dibujadas las plumas y se encuentran cerradas. Su rostro es el de un adolescente, de rasgos lineales y menudos, larga cabellera rizada y diadema metálica con una crucecilla roja en su frente. Porta con la mano izquierda un recipiente o copa de boca ancha y pie bulboso, y de la otra mano lleva al mencionado niño. Tobías aparece con una túnica corta, sandalias y es captado como en actitud igualmente de caminar. Su rostro aparece de frente, también con rasgos lineales y menudos y cabello rizado.
Parece que forma parte del conjunto de pinturas murales realizadas en el monasterio durante los abadiatos de las madres Estrada y Venegas, entre los años 1492 y 1509 (Guía digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Conozcamos mejor la Historia, Leyenda, Culto e Iconografía de San Rafael, arcángel;
Los arcángeles individuales
Los arcángeles forman una clase aparte en la jerarquía celeste, porque entre las cohortes innumerables de los ángeles, son los únicos no anónimos.
Por esa razón son los más importantes desde el punto de vista iconográfico. Pero no debe creerse por ello, como el nombre de arcángeles podría sugerir, que ocupen la cima de la jerarquía. En realidad son sólo el penúltimo escalón del Orden Inferior.
Los teólogos cuentan generalmente siete, número sagrado. Miguel y Gabriel son conocidos por el Libro de Daniel, Rafael por el Libro de Tobías, Uriel por el Libro apócrifo de Henoc y por el cuarto Libro de Esdras.
El nombre de los otros tres varía según las fuentes: Baraquiel se convierte a veces en Maltiel, Jehudiel en Jofiel, Sealtiel en Zeadkiel. Se los suma o sustituye en ciertos textos por Peliel y Raziel.
Todos sus nombres terminan en el que significa Dios. Son nombres teofóricos.
a) Funciones y atributos
Los clérigos de la Edad Media ingeniaron distinguirlos por sus acciones y con emblemas apropiados.
Michael victoriosus, princeps militiae caelestis, pugnat cum dracone.
Gabriel nuntius, ad Mariam missus.
Raphael medicus: Tobiae oculos sanavit.
Uriel fortis socius, qui Esdram instituebat.
Barachiel (Malthiel), adjutor, qui Moysem in flamma praecedebat.
Jehudiel remunerator, praeceptor Semis, filii Noachi.
Sealtiel (Zeadkiel), orator, in immolatione Issaci gladium prohibebat.
A esta lista se agregan:
Peliel qui luctabatur cum Jacobo.
Raziel a quo Adam e Paradiso ejectus.
Así, Miguel es el jefe de la milicia celeste, Gabriel el mensajero enviado a la Virgen, Rafael el médico que cura al viejo Tobías, ciego.
Uriel habría sido el preceptor de Esdras y Jehudielel de Sem. Raziel habría expulsado a Adán del Paraíso, Sealtiel fue quien detuvo el sacrificio de Isaac, Peliel quien luchó con Jacob. Maltiel quien precedía a Moisés y a los israelitas en fuga con una columna de fuego.
A este reparto de funciones corresponden atributos característicos. Miguel, victorioso contra el dragón, blande la espada o la lanza; Gabriel, el mensajero, sostiene una linterna encendida y un espejo de jaspe verde sobre el cual se inscriben las órdenes de Dios; Rafael, el sanador, lleva un recipiente de ungüento y da la mano derecha al joven Tobías encargado del pez milagroso.
Uriel, cuyo nombre se interpreta con el significado de luz o llama de Dios (Lux vel Ignis Dei), y que por esta razón se ha identificado con el ángel que empuña una espada llameante en la entrada del Paraíso, se reconoce por la espada y las llamas que brotan bajo sus pies.
Jehudiel, el "remunerator", aquel que recompensa y castiga, lleva una corona de oro y un látigo de tres tiras; Sealtiel, el intercesor, tiene las manos juntas en actitud de plegaria; Baraquiel (Bendición de Dios) descubre rosas blancas en un pliegue de su túnica.
b) Grupos o sinaxis de siete, cuatro o tres arcángeles
l) No es habitual, al menos en el arte de Occidente, encontrar el ciclo completo de los siete arcángeles porque la Iglesia romana, al considerar apócrifo el Libro de Henoc, excluyó a Uriel. En 746 el concilio de Letrán limitó el culto de los arcángeles a los tres primeros: Miguel, Gabriel y Rafael.
No obstante, en un fresco hallado en la iglesia de San Ángel, de la Orden de los Carmelitas (Palermo, 1516) se veía a la Trinidad rodeada por los siete arcángeles. Un grabado de Hieronymus Wierix nos ofrece una copia libre de esta cohorte de arcángeles agrupados de tres en tres alrededor de San Miguel, considerado su jefe. En Roma, la iglesia Santa María de los Ángeles, instalada en el siglo XVI en las Termas de Diocleciano, estaba consagrada a la Virgen y a los siete arcángeles. En Alemania, los siete arcángeles eran los patrones de los siete Electores del Sacro Imperio Romano Germánico.
2) El cuarteto de los cuatro grandes arcángeles es frecuente en el arte bizantino puesto que el Libro de Henoc gozaba en Oriente de una autoridad igual a la de los canónicos, y allí, Uriel está situado en el mismo plano que Miguel, Gabriel y Rafael.
Relacionados con los cuatro puntos cardinales, los cuatro arcángeles se prestan de maravilla para la decoración de las pechinas de las cúpulas donde parecen, como los cuatro evangelistas, montar guardia alrededor del Pantocrátor.
Este tema, específicamente bizantino, está o estaba ilustrado por numerosas manifestaciones pertenecientes al arte copto, eslavo y siciliano.
3) El grupo de los tres primeros arcángeles: Miguel, Gabriel y Rafael es, por el contrario, común al arte de Oriente y al de Occidente.
En la Iglesia ortodoxa el tema se conoce por el nombre de Sinaxis de los Arcángeles (Synaxis tôn Arkhaggelôn). Los tres arcángeles llevan la imagen de Cristo alado en una aureola formada por la intersección de numerosos triángulos. Abundan los ejemplos en la pintura del monte Athos: Monasterio de Dochiariu, mesa del convento de Dionisiu (1547). El nombre de los arcángeles está representado por la primera letra de éste inscrita en lo alto del nimbo. Rafael, vestido de sacerdote, ocupa el lugar de honor: está en el centro, entre Miguel el guerrero y Gabriel el pacífico. Simbolizan los poderes religioso, militar y civil.
Uno de los ejemplos más antiguos en Occidente es el antipendio de oro repujado de la catedral de Basilea. Los arcángeles acompañan a Cristo. El guerrero, San Miguel, tiene una lanza, Gabriel y Rafael, más pacíficos, largos bastones con pomo. En el arte italiano de los siglos XV y XVI, el joven Tobías, en vez de estar acompañado sólo por Rafael, con frecuencia camina bajo la protección de los tres arcángeles.
El arcángel Rafael
Está tan estrechamente relacionado con la leyenda de Tobías como el arcángel San Gabriel con la Anunciación. Es a la vez el curador del viejo Tobías y el guía del joven Tobías, ángel médico y ángel guardián.
Culto
A título de sanador del viejo Tobías se lo considera médico. En el Rationale divinorum officiorum de Guillaume Durand: «Raphael interpretatur Curatio vel Medicina Dei. Ubicumque enim curandi vel medicandi opus necessarium est, Raphael archangelus mittitur. Unde ad Tobiam missus est ut eum a caecitate liberaret.»
Patrón de los boticarios, es titular de numerosas farmacias cuyo emblema es un Ángel de Oro (Zum goldenen Engel).
A título de guía del joven Tobías, era invocado por los viajeros y marinos. Pero sobre todo era el protector de los adolescentes que dejaban la casa paterna (adolescentium pudicitiae defensor); los protegía de las tentaciones y les impedía perderse en la primera escala, como el Hijo pródigo.
En Florencia era moda que al salir de viaje el hijo de un rico comerciante, mandara pintar un exvoto donde se hacía retratar con los atributos del joven Tobías, conducido por el arcángel Rafael que lo lleva de la mano.
Esa popularidad tendió, sobre todo, al desarrollo del culto del Ángel de la Guarda, instituido a principios del siglo XVI por el bienaventurado François d'Estaing, obispo de Rodez. La primera misa en honor del Ángel de la Guarda tuvo lugar en Rodez el 3 de junio de 1526. Dicha devoción resultó favorecida por los jesuitas que en su calidad de educadores de la juventud, estimularon la creación de cofradías del Ángel de la Guarda.
A ello se debe que también sea el protector de los menores y de los trabajadores de la construcción que ejercen oficios particularmente peligrosos.
En general, su culto se ha extendido menos que el de San Miguel. Se lo sacrifica a los otros dos arcángeles, quizá porque el número tres rompe la simetría. Aunque pocas iglesias están bajo su advocación, Venecia posee una dell'Angelo Rafaele. La ciudad española de Córdoba lo ha adoptado como patrón.
Iconografía
El arcángel Rafael está representado en su papel de mentor del joven Tobías, vestido de peregrino con el bordón, la cantimplora y el zurrón.
Su atributo es el pez que hizo pescar a su joven compañero o el pote de remedios, emblema de los médicos, con el cual curó al viejo Tobías en el momento de su regreso.
La primera forma que adquiere la imaginería del Ángel de la Guarda es el viejo motivo del arcángel Rafael guiando a Tobías. Pero después el tema se libera de este molde. El joven Tobías desaparece. Es un niño cualquiera a quién su ángel personal lleva de la mano y le muestra el cielo. A veces, como en un cuadro de Domenichino (1615), del Museo de Nápoles, el ángel de la guarda protege al niño del demonio con su escudo (Louis Réau, Iconografía del Arte Cristiano. Ediciones del Serbal. Barcelona, 2000).
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