Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la Hermandad del Calvario, de Sevilla.
Hoy, 18 de abril, es Viernes Santo. En este día, en que "ha sido inmolada nuestra Víctima Pascual: Cristo (1 Cor 5, 7), lo que por largo tiempo había sido prometido en misteriosa prefiguración se ha cumplido con plena eficacia: el cordero verdadero sustituye a la oveja que lo anunciaba, y con el único sacrificio se termina la diversidad de las víctimas antiguas" (cf. san León Magno).
En efecto, «esta obra de la Redención humana y de la perfecta glorificación de Dios, preparada antes por las maravillas que Dios obró en el pueblo de la Antigua Alianza, Cristo, el Señor, la realizó principalmente por el Misterio pascual de su bienaventurada Pasión, Resurrección de entre los muertos y gloriosa Ascensión. Por este misterio, muriendo, destruyó nuestra muerte, y resucitando, restauró nuestra vida. Pues del costado de Cristo dormido en la cruz nació el sacramento admirable de la Iglesia entera» (SC, 5).
La Iglesia, meditando sobre la Pasión de su Señor y Esposo y adorando la Cruz, conmemora su propio nacimiento y su misión de extender a toda la humanidad sus fecundos efectos, que hoy celebra, dando gracias por tan inefable don, e intercede por la salvación de todo el mundo (CO, 312) [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II].
Y que mejor día que hoy, para ExplicArte la Hermandad del Calvario, de Sevilla, que efectúa su estación de penitencia en la Madrugá del Viernes Santo.
La Hermandad del Calvario, tiene su sede canónica en la Real Parroquia de Santa María Magdalena [nº 16 en el plano oficial del Ayuntamiento de Sevilla; y nº 60 en el plano oficial de la Junta de Andalucía], se encuentra en la calle Cristo del Calvario, 2 (aunque la entrada habitual se efectúa por la calle San Pablo, 12); mientras que la Casa de Hermandad se encuentra en la calle Gravina, 82; ambas en el Barrio del Museo, del Distrito Casco Antiguo.
La Pontificia y Real Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo del Calvario y Nuestra Señora de la Presentación; es ésta una corporación fundada en 1571 con residencia canónica en la iglesia parroquial de la Magdalena, del sevillano barrio del Museo, siendo sus imágenes titulares el Santísimo Cristo del Calvario, tallado por Francisco de Ocampo en 1612; y Nuestra Señora de la Presentación, obra atribuida a Juan de Astorga, entre 1844 y 1849.
El escudo oficial de la Hermandad está compuesto por dos óvalos inclinados de forma convergente en sus extremos inferiores, presididos por la tiara y las llaves de San Pedro, símbolos de su título de Pontificia. El óvalo de la derecha, sobre el que descansa el capelo cardenalicio, está dividido por la mitad en dos partes, campeando en la superior las tres cruces del Calvario sobre el monte. La parte inferior se subdivide en dos cuarteles, destacando en blanco sobre fondo rojo en el de la derecha, el anagrama JHS, en letra de palo seco y presidido por la cruz. Bajo el anagrama, también en blanco, figuran los tres clavos que sirvieron para la crucifixión. En el cuartel de la izquierda, sobre fondo azul, destaca el anagrama de María. El óvalo de la izquierda reproduce el escudo completo de España, presidido por la Corona Real. En la convergencia inferior de los óvalos, presenta el escudo una poma alusiva a Santa María Magdalena, titular de la Parroquia en que canónicamente se encuentra establecida la Hermandad. La forma abreviada del escudo está constituida por el óvalo derecho del mismo.
Hoy, 18 de abril, es Viernes Santo. En este día, en que "ha sido inmolada nuestra Víctima Pascual: Cristo (1 Cor 5, 7), lo que por largo tiempo había sido prometido en misteriosa prefiguración se ha cumplido con plena eficacia: el cordero verdadero sustituye a la oveja que lo anunciaba, y con el único sacrificio se termina la diversidad de las víctimas antiguas" (cf. san León Magno).
En efecto, «esta obra de la Redención humana y de la perfecta glorificación de Dios, preparada antes por las maravillas que Dios obró en el pueblo de la Antigua Alianza, Cristo, el Señor, la realizó principalmente por el Misterio pascual de su bienaventurada Pasión, Resurrección de entre los muertos y gloriosa Ascensión. Por este misterio, muriendo, destruyó nuestra muerte, y resucitando, restauró nuestra vida. Pues del costado de Cristo dormido en la cruz nació el sacramento admirable de la Iglesia entera» (SC, 5).
La Iglesia, meditando sobre la Pasión de su Señor y Esposo y adorando la Cruz, conmemora su propio nacimiento y su misión de extender a toda la humanidad sus fecundos efectos, que hoy celebra, dando gracias por tan inefable don, e intercede por la salvación de todo el mundo (CO, 312) [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II].
Y que mejor día que hoy, para ExplicArte la Hermandad del Calvario, de Sevilla, que efectúa su estación de penitencia en la Madrugá del Viernes Santo.
La Hermandad del Calvario, tiene su sede canónica en la Real Parroquia de Santa María Magdalena [nº 16 en el plano oficial del Ayuntamiento de Sevilla; y nº 60 en el plano oficial de la Junta de Andalucía], se encuentra en la calle Cristo del Calvario, 2 (aunque la entrada habitual se efectúa por la calle San Pablo, 12); mientras que la Casa de Hermandad se encuentra en la calle Gravina, 82; ambas en el Barrio del Museo, del Distrito Casco Antiguo.
La Pontificia y Real Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo del Calvario y Nuestra Señora de la Presentación; es ésta una corporación fundada en 1571 con residencia canónica en la iglesia parroquial de la Magdalena, del sevillano barrio del Museo, siendo sus imágenes titulares el Santísimo Cristo del Calvario, tallado por Francisco de Ocampo en 1612; y Nuestra Señora de la Presentación, obra atribuida a Juan de Astorga, entre 1844 y 1849.
El escudo oficial de la Hermandad está compuesto por dos óvalos inclinados de forma convergente en sus extremos inferiores, presididos por la tiara y las llaves de San Pedro, símbolos de su título de Pontificia. El óvalo de la derecha, sobre el que descansa el capelo cardenalicio, está dividido por la mitad en dos partes, campeando en la superior las tres cruces del Calvario sobre el monte. La parte inferior se subdivide en dos cuarteles, destacando en blanco sobre fondo rojo en el de la derecha, el anagrama JHS, en letra de palo seco y presidido por la cruz. Bajo el anagrama, también en blanco, figuran los tres clavos que sirvieron para la crucifixión. En el cuartel de la izquierda, sobre fondo azul, destaca el anagrama de María. El óvalo de la izquierda reproduce el escudo completo de España, presidido por la Corona Real. En la convergencia inferior de los óvalos, presenta el escudo una poma alusiva a Santa María Magdalena, titular de la Parroquia en que canónicamente se encuentra establecida la Hermandad. La forma abreviada del escudo está constituida por el óvalo derecho del mismo.
El origen de la Hermandad del Calvario hay que buscarlo en la antigua hermandad de los mulatos de Sevilla, también conocida como Hermandad de la Presentación de Nuestra Señora. Sevilla, que disfrutaba de un enorme protagonismo económico y político en el último tercio del XVI, convertida por su vinculación americana en puerto y puerta de Indias, disponía de una importante población de mulatos, esclavos y libres, que se concentraba geográficamente en el barrio de San Ildefonso. Este grupo, sobre el que pesaba la marginación racial, social y económica, como expresión de una auténtica conciencia religiosa y, también, como forma de integración social, de emulación y para desenvolverse como colectivo fundó, en 1571, la Hermandad de la Presentación en el Hospital de Nuestra Señora de Belén. Muy poco tiempo después se trasladaría a la parroquia de San Ildefonso donde quedaría establecida su sede definitiva.
El carácter de la institución era consecuencia de la condición de los individuos que la formaban. Se trataba de una corporación cerrada que solo integraba a mulatos que, por su humildad y desamparo económico, tuvo una difícil economía. La cofradía de la Presentación de Nuestra Señora, cofradía penitencial desde sus orígenes, vivió su etapa de esplendor consiguiendo edificar su capilla, en 1585, contigua a la parroquia. A partir de mediados del XVII el protagonismo económico de la ciudad sufría un franco retroceso sobre todo por el progresivo traslado del tráfico americano a Cádiz y la población sevillana quedaría fuertemente reducida como consecuencia de la gran epidemia de 1649; en consecuencia la cifra de la población mulata no hizo, desde entonces, más que disminuir lo que se constituyó en la causa fundamental de la decadencia de una hermandad cerrada a los blancos.
En lo que se refiere a las imágenes, la hermandad contó inicialmente con una dolorosa de vestir, la Virgen de la Presentación y un Ecce Homo, a las que se añadió, a finales del XVII, un crucificado que, por su valor artístico, se convertiría en su devoción principal. Sabemos, por otra parte, que la cofradía que salía a la calle en la tarde del Miércoles Santo – aunque también consta que procesionó, de forma ocasional el Jueves Santo – sacaba originalmente dos pasos: el Ecce Homo y la dolorosa de la Presentación bajo palio; a partir de fines del XVII, la cofradía incorporaría un tercer paso con la imagen del crucificado.
Conforme avanza el XVIII son claros los síntomas de decadencia de la hermandad: disminuye, de forma progresiva, el número de hermanos; aumenta, considerablemente la conflictividad interna y se hace insostenible la situación económica, creciendo, de forma desmesurada la deuda de la corporación con la parroquia de San Ildefonso, perdiendo de forma sucesiva sus bienes, de los que quedarían, tan solo, las imágenes. A mediados del XVIII la hermandad cuenta con un muy reducido número de hermanos, cesando su actividad en el último tercio de dicho siglo. Con el derribo, en 1794, del antiguo templo parroquial desaparece la hermandad de los mulatos cuando lo hace la minoría étnica que la fundó.
En 1794 se cierra la ruinosa parroquia de San Ildefonso, se traslada el Santísimo a la vecina parroquia de San Nicolás de Bari, ya hacía tiempo que la antigua hermandad de los mulatos había dejado de existir, habiéndose adueñado la fábrica parroquial de todos sus bienes por la cuantiosa deuda de la extinta cofradía. El precipitado desalojo del templo provocó la distribución de altares e imágenes por diversos domicilios de la collación. El crucificado de los mulatos – imagen que hoy conocemos como Cristo del Calvario – fue vendido en 1799, “por no tener donde colocarlo”, a la Santa Escuela de Cristo de la Natividad – cuyo templo se encontraba en la calle de los Encisos – para presidir su nuevo altar.
Muy pronto comenzó la reconstrucción del nuevo templo parroquial de San Ildefonso y cuando se inauguró, en 1816, se echó en falta la venerada imagen del crucificado, por lo que el párroco, Matías Espinosa, promovió su recuperación, lo que consiguió, después de un enconado pleito, en 1818. Posteriormente el párroco, para satisfacer la demanda de los feligreses que querían tener completo su altar del Calvario, colocó la dolorosa de la Presentación y san Juan junto al crucificado, que comenzarían a recibir frecuentes cultos.
El movimiento devocional que se produjo en torno de estas imágenes cristalizó finalmente, en 1886, con la reorganización de la antigua hermandad, realizada sobre unas bases sociales y económicas distintas que nada tenían que ver con la antigua cofradía étnica de los mulatos, ahora formada por individuos pertenecientes a grupos sociales intermedios con tendencia al ascenso social. Inicialmente la cofradía saldría a la calle el Miércoles Santo, un solo paso con la representación iconográfica del Calvario para, a partir de 1895, desdoblarlo en dos en los que terminarían apareciendo, de forma aislada, el Cristo del Calvario y, bajo palio, la Virgen de la Presentación. La cofradía se consolidaría finalmente en la Madrugada, a partir de 1899, después de un pleito de precedencia que mantuvo con la Hermandad de la Esperanza de Triana.
Paulatinamente, la hermandad iba adquiriendo el severo estilo que hoy la caracteriza a lo que también contribuyó el encargo del singular paso de cristo de Francisco Farfán Ramos, en caoba en su color, primero de los de estas características estrenado en Sevilla. En 1908 la hermandad se traslada a la iglesia de San Gregorio donde se forjaría el gran proyecto de reforma del paso de la Virgen de la Presentación, obra de Juan Manuel Rodríguez Ojeda, estrenado ya en la Semana Santa de 1916, en la que, tras la salida de San Gregorio, la cofradía se dirigió hasta su sede actual en la parroquia de la Magdalena, a donde llegó con los rasgos esenciales de su actual carácter ya configurados.
La corporación, que se reorganizó en su histórica sede de San Ildefonso en 1886, desarrolló una intensa actividad de transformación, en todos los órdenes – sociales, artísticos y económicos -, llegó a su nueva sede en el antiguo convento dominico de San Pablo con una personalidad y carácter ya definidos constituyendo la nueva etapa, que en la Magdalena se inicia, como la consolidación definitiva de su estilo y el enriquecimiento paulatino de su ya rico patrimonio.
En estas fechas ya se había consolidado la hermandad como una de las corporaciones penitenciales de la ciudad de más influencia, solera y carácter penitencial, recibiendo sus sagradas imágenes la devoción y el respeto de multitud de hermanos y fieles sevillanos. Los pasos procesionales ya ofrecían, en esencia, su peculiar estilo que los caracteriza, habiéndose estrenado el paso de Farfán Ramos tan sólo siete años antes, habiendo sido el año del traslado a la Magdalena el del estreno del palio de cajón de Juan Manuel Rodríguez Ojeda. A partir de esta fecha la hermandad se concentra en el enriquecimiento de sus pasos, con la contribución de diversas familias, benefactores y bienhechores, lo que se culminaría, de forma definitiva, en la década de los setenta del siglo anterior.
Si en los difíciles años veinte y treinta la corporación ofreció muestras de su liderazgo y prudencia, el fin de la contienda civil dio paso a una etapa de progresivo crecimiento, en todos los órdenes, lo que culminaría, también en la década de los setenta, con un importante crecimiento en el número de hermanos, produciéndose la paulatina apertura de su núcleo activo, en el que comenzó la participación de una pujante juventud.
La creación de las escuelas gratuitas, el grupo joven, la cuadrilla de hermanos costaleros, el coro Virgen de la Presentación y la inauguración de la casa de hermandad no son más que distintos hitos en la vida de una institución ya abierta a los diversos grupos que la forman. La celebración del centenario de la reorganización de la hermandad fue la expresión de una corporación viva, abierta y compleja donde la devoción por sus imágenes titulares sigue siendo, hoy, como siempre, el corazón que late en cada uno de los miembros de la hermandad y que la impulsa hacia nuevos destinos, siempre en la conservación de sus más puras y hondas tradiciones, pero abierta a abrazar la actualización de las nuevas corrientes de participación e integración de sus hermanos. Hoy cuenta con más de dos mil hermanos y hermanas y con una estación de penitencia en la que participan más de ochocientos hermanos, además de una pujante actividad, vivo signo de su vigencia y esperanza de futuro (Web oficial del Consejo de Hermandades y Cofradías de la Ciudad de Sevilla).
Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la Hermandad del Calvario, de Sevilla. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la ciudad.Más sobre las Hermandades y Cofradías de Sevilla, en ExplicArte Sevilla.
Página web oficial de la Hermandad del Calvario: www.hermandaddelcalvario.org
La Hermandad del Calvario, al detalle:
- Sede Canónica: Real Parroquia de Santa María Magdalena
- Día de Salida Procesional: Madrugá del Viernes Santo
- Imágenes Titulares: - Santísimo Cristo del Calvario
- Nuestra Señora de la Presentación
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