Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Badajoz, déjame ExplicArte los principales monumentos (Palacio señorial de los Condes de Vía-Manuel, Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción, y Ermitas de San Goldrofe, de los Mártires, y de Santa Clara) de la localidad de Cheles, en la provincia de Badajoz.
Cheles se enclava en la línea fronteriza del Partido Judicial y el río Guadiana, que aquí configura uno de los tramos más hermosos de su recorrido, pleno de rincones de gran atractivo, que además sirven de hábitat a numerosas especies animales.
Tipo de Entidad: Municipio
Plaza Díaz Ambrona, 1
Se enclava inmediata también a la línea fronteriza con Portugal y el río Guadiana, que aquí configura uno de los tramos más hermosos de su recorrido, pleno de rincones de gran atractivo, que además sirven de hábitat a numerosas especies animales.
Pasear por las calles de esta localidad te permitirá entrar en contacto con sus gentes, su cultura, sus tradiciones y fiestas populares para conocer más a fondo Extremadura (Turismo de Extremadura).
Cheles se enclava en la línea fronteriza del Partido Judicial y el río Guadiana, que aquí configura uno de los tramos más hermosos de su recorrido, pleno de rincones de gran atractivo, que además sirven de hábitat a numerosas especies animales.
Tipo de Entidad: Municipio
Superficie Término: 47,9 Km2
Altitud: 197 m.
Distancia Capital: 51 Km.
Partido Judicial: Olivenza
Comarca: Llanos de Olivenza
Gentilicio: Chelero - Cheleño
Ayuntamiento de ChelesPlaza Díaz Ambrona, 1
06105 Cheles (Badajoz)
Teléfono: 924423001 - 924423207
Fax: 924423136
Correo-e: ayuntamiento@cheles.es - secretaria@cheles.es
Web: www.cheles.es
Historia.-Se enclava inmediata también a la línea fronteriza con Portugal y el río Guadiana, que aquí configura uno de los tramos más hermosos de su recorrido, pleno de rincones de gran atractivo, que además sirven de hábitat a numerosas especies animales.
Los orígenes de Cheles se pierden allá por la Alta Edad Media, cuando el pueblo musulmán ocupaba casi la totalidad de la Península Ibérica. Su primitiva ubicación en la sierra de San Blas, lugar estratégico desde donde se divisaban todos los alrededores, y la proximidad al milenario Guadiana, hablan en favor de que los musulmanes fuesen los fundadores de nuestro primer asentamiento. Aparecen fortificaciones en toda la línea fronteriza con Portugal -Alconchel, Higuera de Vargas, Los Arcos, Cheles, Villanueva del Fresno, Cunco y Almendral-.
Los primeros datos de los que tenemos constancia escrita, son los de la reconquista de estas tierras al pueblo musulmán en los albores del siglo XIII.
La actual Extremadura, gran dehesa natural de León y Castilla era conocida en la Baja Edad Media con el nombre de "Transierra". Su reconquista se inicia con la toma de Coria en el año 1142 por el rey Alfonso VII de Castilla. Pero sería con la victoria de Alfonso VIII sobre los almohades en las Navas de Tolosa, en el 1212, cuando tiene lugar el avance castellano-leonés hacia el suroeste. Alfonso IX de León y su hijo Fernando III de Castilla lo hicieron posible.
Alfonso IX conquistaría la zona más occidental y próxima a la frontera: Cáceres en 1229, Mérida en 1230, con la ayuda prestada por la Orden de Santiago, y Badajoz ese mismo año, con la ayuda de la Orden del Temple. Una vez reconquistadas estas dos importantes plazas, Alfonso IX de León organiza el territorio. Pero son los templarios los encargados de la reconquista de la zona oeste limítrofe con Portugal. Cheles es reconquistada en 1231, durante el reinado de Fernando III.
"Y el mil ducientos y treinta y uno la auia ganado S. Fernando Rey de Castilla de poder de moros".
El rey Fernando III uniría en su persona los dos reinos, el de Castilla, por renuncia de su madre doña Berenguela, en su favor, y el de León, a la muerte de su padre Alfonso IX, por cesión de sus hermanas Sancha y Dulce.
No se sabe exactamente el año en que los templarios llegaron a Extremadura, pero fueron muchos los pueblos que reconquistaron a los musulmanes, así como los que fundaron y repoblaron, primero en el norte de la región, donde recibieron varios señoríos, para después pasar a la Baja Extremadura, a raíz de la toma de Badajoz.
La estancia de los templarios en Cheles duró 35 años, desde 1277 hasta 1312, en que fue disuelta. No pervive ninguna huella arquitectónica debido a que de nuestro anterior asentamiento en la sierra de San Blas, no quedan más que algunos cimientos de una antigua fortaleza, restos de casas desperdigadas por el monte y muchas piedras. Lo que sí nos legaron y ha llegado hasta nuestros días ha sido el Fuero de Baylío.
La solemne donación de Cheles tiene lugar en Lerma el 28 de septiembre de 1336 (era de 1374). Para tal magno acontecimiento reunió el rey Alfonso XI su Corte:
Después de dar gracias a Dios, a Santa María y a todos los Santos, el rey, en unión de la reina doña María y de su hijo el infante Pedro, primer heredero, da las gracias a Juan Alfonso de Benavides y a su abuela por los servicios prestados. Le hace merced del lugar de Cheles, junto con la dehesa del mismo nombre, con los ejidos y con las tierras de pan y de vino, así como de la jurisdicción; pero todo ello con la condición de no vender ni cambiar con la Iglesia, Órdenes o religiosos sin su autorización.
El 16 de abril de 1369 (era de 1407), don Alfonso Fernández Portocarrero hace donación del lugar de Cheles a su cuñada Juana González Vicens por los muchos favores que le habían prestado durante su vida, siguiendo el señoría en manos de esta familia.
El siglo XVI fue muy importante para Cheles. Durante el primer tercio del mismo, ostenta la jurisdicción del señorío don Juan Manuel de Villena, su tercer Señor, don Juan Manuel decide el cambio de asentamiento del pueblo desde su antiguo emplazamiento, en la sierra de San Blas, junto al Guadiana, al que ahora ocupamos, un tanto más hacia el sur.
El traslado del pueblo llevó consigo el abandono de la antigua fortaleza y la construcción de una nueva muy próxima a él, en el lugar hoy conocido por la "cerca del castillo".
La construcción del castillo o casa fuerte se inicia en torno al año de 1508, como se pone de manifiesto en un escrito que dirige la reina de Castilla, doña Juana, al corregidor de Badajoz, fechada en la ciudad de Burgos a 16 de abril de dicho año.
La Guerra con Portugal (1640 - 1668) afectó a la villa de forma directa, llegando a la despoblación total a partir de octubre de 1643. La situación económica en la región durante el período de 1668 a 1700 fue mala. Hubo plagas de langostas y de gorriones que diezmaron las cosechas. Lobos y zorros atacaban con frecuencia al ganado. Por si fuera poco, los años 1668, 1674, 1681 y 1685 fueron de gran sequía, destacando 1684 como año de aguaje.
Con la firma del Tratado de Lisboa terminaron 28 años de conflictos fronterizos con Portugal en que la repoblación de la villa se hace de forma paulatina a partir de 1668. Regresaron sólo una parte de los vecinos, incluido el Señor de la villa. Se repuebla con nuevas familias, la mayoría portuguesas y se inicia de nuevo la reconstrucción del pueblo, que estaba totalmente destruido. A finales del XVII nos encontramos con algunos datos de reconstrucción. En 1699 se estaba terminando de construir el antiguo ayuntamiento. Ubicado en el sitio que ocupa el actual, fue una pena que se demoliera en el año 1962, ya que representaba la arquitectura popular de esa época. Se caracterizaba por tener una escalera que subía por el exterior a la planta principal. Allí vivía el alcaide. En los bajos se encontraba la panera para el pósito y la cárcel, a la que se accedía por los altos, con objeto de que los presos no pudieran fugarse.
La familia de los Manuel de Villena es una ilustre familia que regentó los dominios del pueblo, como dueños y señores, durante cinco siglos, desde mediados del XV hasta los albores del XX.
Fue progenitor de este ilustre linaje el Infante Manuel, séptimo y último hijo varón del rey Fernando III el Santo y de doña Beatriz de Suabia. Entre sus hermanos destacaron: Alfonso X el Sabio y Enrique el Senador. Son varios los títulos que ostentó: Señor de Agreda, Escalona, Roa, Peñafiel y otros estados y villas, Adelantado-Mayor de Murcia, Alférez Mayor de su hermano el rey don Alfonso X el Sabio. Casó el Infante Manuel con Beatriz de Saboya, hija de Amadeo, cuarto Conde de la casa del mismo nombre, y murió en Peñafiel en 1283.
Cheles fue el primer pueblo donde ejerció su tarea educativa la joven maestra Victoria Díez y Busto de Molina, que, aunque estuvo sólo un curso escolar en Cheles, ha quedado un recuerdo muy extendido de ella. Haciendo una breve cronología de su biografía, nos hacemos una idea de el por qué de su recuerdo:
1903: Victoria Díez nace en Sevilla, el 11 de noviembre
1917: Obtiene la Diplomatura en Dibujo
1923: Obtiene el título de maestra tras cursar estudios en la Escuela Normal Superior de Maestras de Sevilla
1926: Se incorpora a la Institución Teresiana. Aprueba las oposiciones al Magisterio Nacional
1927: Llega como maestra nacional a Cheles, el 14 de septiembre, día de la festividad del Santo Cristo
1928: Se traslada a Hornachuelos (Córdoba), a una escuela unitaria de 70 alumnas
1929: Organiza clases nocturnas de obreras y biblioteca para exalumnas; atiende a las familias; colabora con la parroquia en la preparación de catequistas y crea la Juventud Femenina de Acción Católica
1931: Es nombrada Vocal y posterior Presidenta del Consejo Local de Primera enseñanza de Hornachuelos
1936: es detenida el 11 de agosto en su domicilio de Hornachuelos; es fusilada en las cercanías, junto a la Mina del Rincón, mártir de Jesucristo al amanecer del día 12
1993: es beatificada en Roma, junto con el Padre Pedro Poveda, el 10 de octubre, por S.S. Juan Pablo II
2003: se inician las celebraciones del centenario de su nacimiento (Diputación Provincial de Badajoz).Pasear por las calles de esta localidad te permitirá entrar en contacto con sus gentes, su cultura, sus tradiciones y fiestas populares para conocer más a fondo Extremadura (Turismo de Extremadura).
En la antigua calle del Conde, hoy Virgen de Guadalupe, se encuentra ubicada la casa solariega o palacio señorial de los Condes de Via-Manuel. Se construye en el último tercio del siglo XVII, y en ella apreciamos dos partes bien diferenciadas. La primera fase se inicia una vez que el Señor regresa a la villa, después de que Castilla y Portugal firmaran la paz en el Tratado de Lisboa en 1668, que puso fin a la guerra de Restauración.
Al retornar a Cheles encuentra su castillo destruido. Para su reconstrucción son necesarios más de 30.000 ducados. Por este motivo D. Francisco Manuel de Villena, octavo Señor, y su hermano don Cristóbal, deciden la construcción del palacio dentro de la población y en las proximidades de la iglesia.
La parte más antigua comprende desde la torre del homenaje hasta el inicio del arco, con una longitud de 42 varas aproximadamente. Consta de altos y bajos, estos últimos con gruesos muros, bóvedas de cañón y arcos de medio punto, donde se ubicaban las bodegas y caballerizas.
La iglesia de Ntra. Señora de la Concepción se construye en el primer tercio del siglo XVI, cuando el pueblo se traslada desde su antiguo asentamiento en la sierra de San Blas a su actual ubicación, coincidiendo con la construcción del castillo. La dota don Juan Manuel de Villena, tercer Señor de la villa en 1532.
La construcción primitiva tiene forma de cruz latina, de estilo románico, con su presbiterio hacia el naciente y su puerta hacia poniente. Se compone de Capilla Mayor, rematada por una preciosa bóveda de crucería de estilo gótico. En ella resalta la nervadura de ladrillo con perfil octogonal que confluye en la clave, decorada con una figura de libro abierto. Los nervios forman una vistosa estrella de cuatro puntas. En el resto se entrecruzan en varios medallones. La bóveda de crucería se une a las dos naves laterales formando todo un conjunto.
Las Ermitas.-
Durante los siglos XV y XVI se construyeron en nuestra región gran parte de sus ermitas y santuarios, a ello contribuyó la gran exaltación mariana de éste último siglo. Cheles tampoco fue ajeno a este hecho.
Durante estos dos siglos, la población estuvo sometida al azote de epidemias, plagas y sequías, destacando la temible peste negra que, ya en el XIV, había diezmado a la población de toda Europa y ahora surgía de nuevo, extendiéndose por Andalucía y Extremadura en esta primera década del siglo XVI. Por todos esos motivos los habitantes de esa época, ante la falta de medios eficaces para combatirla, recurren a los santos más milagrosos como salvaguarda de tan terrible enfermedad, erigiéndoles ermitas y santuarios.
Los lugares elegidos para sus ubicaciones fueron los aledaños de la población, en unos casos, y lejos de la misma, en otros, siendo algunas englobadas con el paso del tiempo dentro del casco urbano, como ocurrió con la Iglesia del Cristo, que hasta mediados del siglo pasado estuvo en las afueras.
En Cheles se construyeron tres ermitas: San Goldrofe, Los Mártires y Santa Clara.
La ermita de San Goldrofe se construye por orden real. Estaba situada al norte del término, pero próxima al Guadiana, en el paraje del que toma nombre. Después de 45 años de abandono, debido a la guerra con Portugal, el 7 de noviembre de 1685, el señor obispo da el visto bueno para que se reconstruya y adorne. Para ello se hacen petitorios o recolectas en el pueblo. El vecindario contribuye con grano, dinero y materiales. Se veneró a San Goldrofe. El día fijado para tal evento fue la segunda dominica de septiembre.
La ermita de los Mártires estaba situada en lo que fue el primer asentamiento del pueblo, no sabemos si sobre los restos de la antigua iglesia, en lo alto de la sierra de San Blas. Actualmente se conserva parte de su estructura. Se reconstruye igual que la anterior en 1685. Se venera a San Sebastián y San Fabián. Al primero se le consideró salvador de la peste. Incluso fue obligatorio honrarle por disposición real en todos los pueblos de España, erigiéndole santuarios. Poco tiempo estaría la ermita en activo después de su reconstrucción, ya que en la visita pastoral que hace el señor obispo don Amador Merino Malaguilla a la villa de Cheles, el 7 de febrero de 1736, decide el cierre de la misma, por estar alejada y no tener nadie que la cuide. Ante el abandono, manda se tapie la puerta, para que no sirva de refugio a personas poco temerosas de Dios.
De la ermita de Santa Clara apenas si quedan restos. Estaba situada en la Coitada, en el paraje del mismo nombre, a lo que hoy se le denomina cerca de la Salá. Debieron destruirla los portugueses en una de sus múltiples invasiones, ya que después de firmar la paz con el vecino país, no aparecen escritos sobre la misma. La imagen estuvo en la iglesia hasta su destrucción en 1936 (Diputación Provincial de Badajoz).
Más sobre la provincia de Badajoz, en ExplicArte Sevilla.
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