El Salón del Techo de Carlos V, en el Palacio del Rey Don Pedro, del Real Alcázar

    Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte el Salón del Techo de Carlos V, en el Palacio del Rey Don Pedro, del Real Alcázar, de Sevilla.

   El Real Alcázar [nº 2 en el plano oficial del Ayuntamiento de Sevilla; y nº 2 en el plano oficial de la Junta de Andalucía], se encuentra en la plaza del Triunfo, 5 (la salida se efectúa por la plaza Patio de Banderas, 10); en el Barrio de Santa Cruz, del Distrito Casco Antiguo.

   En el Real Alcázar, en el Palacio del Rey Don Pedro, se encuentra el Salón del Techo de Carlos V [nº 12 en el plano oficial del Real Alcázar]. 

   Este Salón se ubica en el flanco de mediodía y origi­nalmente debió ser la capilla del Palacio, re­suelta como pieza doméstica, cuya sala sería la nave y su alcoba el presbiterio. El uso religioso de esta estancia queda acreditado por la faja epigráfica que enmarca el vano de paso reproduciendo una conocida oración eucarística. Las puertas de entrada son asimismo obras importantísimas de la carpintería toledana. A los lados se hallan bellos ajimeces como los del salón frontero.

   En el reinado del Emperador se llevó  a cabo la sustitución del antiguo techo mudéjar por el que ahora ostenta, que es una de las mejores muestras renacentistas que atesora el Alcázar. Fue ejecutado entre 1541 y 1542 y su traza se la atribuimos al entonces Maestro Mayor de carpintería Sebastián de Segovia quien proyectó un techo compuesto de artesones octogonales que en sus uniones describen espacios romboidales, todos ellos limitados por molduras riquísimamente talladas.

   En la zona central se disponen trece artesones ostentando tallados bustos, casi de bulto completo, que representan figuras de guerreros, damas, jóvenes y ancianos, aludiendo claramente los dos primeros de ellos al Emperador Carlos y a la Emperatriz. El resto de los casetones se adornan con plásticas macollas florales. Todo el conjunto descansa sobre un bello friso muy plateresco ejecutado por Melchor de Morales. Esta sala era conocida  en el siglo XVI como "Sala Nueva Baja o Sala de los Artesones" en alusión a los que componen su techumbre (Ana Marín Fidalgo, El Alcázar de Sevilla. Ed. Guadalquivir, 1992).

   Al otro lado del Patio de las Doncellas, ocupando el frente sur, se encuentra la sala del Techo de Carlos V. Fue utilizada como capilla del palacio mudéjar, según demuestra la oración eucarística que rodea la puerta de ingreso, cuya composición es atribuida por los estudiosos, indistintamente, a San Buenaventura o a San Ildefonso de Toledo, "+ anima: criste: santificame: corpus: criste: salvame: ¿qu a? Tu: est: cristus: librame: acalat ... s. (sic) criste: laume: pasos: criste: confortame: obenes: (sic) ihesus: aude me: iniprimitas: (sic) separare : te: apostol: madino difendeme". Inmediato a ésta, otra en carácteres árabes, "¡oh confianza mía', ¡oh esperanza mía!, ¡tú eres mi esperanza, tú eres mi protector!,¡sella con la bondad mis obras!". 

   Al dotarse el palacio de un nuevo oratorio en la planta alta, perdió su uso religioso, siendo entre 1541 y 1543 cuando se realiza la techumbre que le da nombre a la sala. Este artesonado, atribuido a Sebastián de Segovia, es uno de los mejores ejemplos de los de su tipo en el arte español. Siguiendo el modelo que aparece en el tratado del italiano Sebastián Serlio, está formado por casetones octogonales y cuadrados, decorados con pinjantes florales, excepto los octógonos centrales en los que se esculpen bustos de caballeros y damas, alusiones al Emperador Carlos y a Isabel de Portugal. En el arrocabe, junto a motivos renacentistas, se encuentran los escudos imperiales y el emblema del "Plus Ultra".

   El salón se divide en dos ámbitos por medio de un arco con yeserías. El más pequeño usado como presbiterio en un principio, pasó, posteriormente, a utilizarse como alcoba. Además del artesonado señalado en el espacio mayor, existen en éste dos ajimeces que dan al patio y que mantienen la decoración original del siglo XIV. En la ventana de la izquierda, en una de las hojas que la cierran, existe un letrero "así estaban en nobiembre de 1856 reparadas por A. N de P." aludiendo, como se observa, al estucado con motivos de grutescos que la adornaban. Completa la decoración de esta sala el zócalo de alizares, sobre el que corre un friso en el que alternan castillos, leones, los escudos de la Orden de la Banda y la inscripción cúfica: "¡gloria a nuestro señor el sultán don Pedro! ¡protéjale Alá!" (Juan Carlos Hernández Núñez, Alfredo J. Morales. El Real Alcázar de Sevilla. Scala Publishers. Londres, 1999).

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