Intervención en el programa de radio "Más de uno Sevilla", de Onda Cero

Intervención en el programa de radio "Más de uno Sevilla", de Onda Cero, para conmemorar los 800 años de la Torre del Oro

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jueves, 26 de enero de 2023

Los principales monumentos (Capillas de la Cruz de la c/ Arenal; de la c/ de la Fuente; de la c/ Higueral; de la c/ Larga; de la c/ Misericordia, de la c/ Nueva, de la c/ del Pilar, de la c/ del Pozo, y de la c/ Triana; Edificios civiles; Ermitas de San Sebastián, de Santa María Salomé; e Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción) de la localidad de Bonares, en la provincia de Huelva

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Huelva, déjame ExplicArte los principales monumentos (Capillas de la Cruz de la c/ Arenal; de la c/ de la Fuente; de la c/ Higueral; de la c/ Larga; de la c/ Misericordia, de la c/ Nueva, de la c/ del Pilar, de la c/ del Pozo, y de la c/ Triana; Edificios civiles; Ermitas de San Sebastián, de Santa María Salomé; e Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción) de la localidad de Bonares, en la provincia de Huelva.
Ubicación
     El término municipal de Bonares se encuentra situado en la parte Sur-Este de la provincia de Huelva. Ocupa una extensión de 64,51 km²: Linda al norte con el término de Niebla y el río Tinto; al sur con el arroyo Don Gil,; al este con los términos municipales de Rociana del Condado y Almonte; y al oeste con el término municipal de Lucena del Puerto.
     El núcleo urbano se encuentra localizado en la parte Norte del término, con una altitud de 81 m. sobre el nivel del mar y a una distancia de 32 Km. de Huelva y de unos 65 Km. de la ciudad de Sevilla.
     Todo el término municipal de Bonares está caracterizada por la sucesión de alcores. El mismo pueblo está ubicado entre alcores, circunstancia que produce la sensación de baja situación con respecto al nivel del mar. Este paisaje va perdiendo altitud hasta alcanzar los límites de la marisma, ya en las proximidades de San Juan del Puerto.
Breve reseña histórica
     Tierra buena, en alma y geografía, Bonares vivió con seguridad el paso y el peso de cuantas culturas tomaron asiento en nuestra provincia, desde la esplendorosa Tartessos, con las dinastías divinas, míticas, de Gerión y de Gárgoris, o del fecundo y largo reinado de Argantonio (650 550 a. de C. como fechas probables), hasta la colonización romana, con claros vestigios, en la actualidad, en la finca denominada Los Bojeos, cercana al Tinto, y en la que aparecieron restos de una villa romana perteneciente, posiblemente, al siglo I de la Era Cristiana. O, por seguir abrazando la Historia, desde la época visigótica, a partir del siglo V, y de la arqueología y epigrafía nos corroboran determinados asentamientos castrenses, con el descubrimiento en Bonares de un variado ajuar, hasta la dominación musulmana y posterior asedio y conquista de la ciudad de Niebla por Alfonso X el Sabio (s. XIII), con lo que comienza, ya ininterrumpidamente, la etapa cristiana y en la que Bonares, tras la concesión en 1.369, con el título de Condado de Niebla, su término y aldeas a Juan Alonso de Guzmán, vincula su devenir al recién constituido señorío.
     Partimos, pues, de 1.369, cuando Niebla se convierte en Condado, en favor de Juan Alonso de Guzmán, Señor de Sanlúcar.
     Juan Alonso estaba casado con una sobrina de Enrique II, llamada Juana de Castilla, y su título fue el primero detentado en Andalucía por una persona que no era de estirpe regia, y el más duradero, sin duda. El Condado de Niebla, con la ciudad de su nombre como cabecera, aparecía sembrado de aldeas, cuyo volumen y número aumentó en el siglo XV: Beas, Trigueros, Rociana, Villarrasa, Lucena, Calañas, Facanías (luego se llamaría Valverde del Camino), Puebla de Guzmán, El Alosno, El Almendro, Santa Bárbara, etc. La compra de Almonte, a mediados del siglo XV, por los condes de Niebla significa el triunfo de sus aspiraciones de unir el Condado con Sanlúcar de Barrameda a través de una ruta terrestre en la que surgiría después el famoso Santuario de El Rocío.
     La historia de Bonares hay que buscarla, por tanto, en la propia vida del Condado de Niebla como elemento inseparable de tan grande conjunto.
     Con un término municipal histórico no muy amplio y ocupado en su mitad por encinas y tierras baldías compartidas en común por ganados y vecinos de los pueblos limítrofes del Condado de Niebla, el vecindario explotaba la tierra con la suficiente producción para mantener a sus familias, con tal logro que la población crecía cada año, pasando de 468 habitantes en el año 1.642 a 1.125 habitantes en el año 1.752.
     El pueblo se autoabastecía en cereales, frutas y verduras, pero era insuficiente su producción anual de aceite, que importaba de los pueblos de la comarca. Sin embargo, la producción de vinos en Bonares durante los siglos XVI al XVIII superaba a la de pueblos como Niebla, Beas, Chucena, Lucena, Manzanilla, La Palma, Paterna y Villalba; siendo su producción semejante a la de pueblos como Bollullos Par del Condado, Rociana del Condado, San Juan del Puerto y Trigueros.
     En cuanto a la propiedad de la tierra, apuntar el predominio de pequeñas propiedades y la casi ausencia de propietarios hacendados o terratenientes, ocasionando una sociedad de campesinos labriegos pequeños y medianos algo menos numerosa que la de campesinos jornaleros.
     Sus extensos baldíos, sotobosques y encinares, tierras montuosas de común aprovechamiento de sus vecinos, aportaban otros importantes componentes de la economía familiar. En el caso de Bonares, hay que destacar por su importancia, la producción de cal y carbón, productos muy cotizados para la construcción (la cal era el cemento de la época) y para las cocinas familiares y hornos de fundición. La producción de estos dos productos era tal que se exportaba fuera del término hacia las provincias de Huelva, Cádiz y Sevilla (Fábrica de Monedas), tanto por vía terrestre como marítima. Bonares contaba con 28 familias dedicadas al transporte de mercancías, conocidos por arrieros en la época; el embarque marítimo se hacía a través del pequeño puerto o embarcadero de la Ruiza, en el Tinto.
     La reforma definitiva y última de la Iglesia Parroquial de Bonares, cuya titular es Nuestra Señora de la Asunción, fue propiciada por el vecino de Bonares el Capitán Cristóbal Sánchez Coronel en el año de 1.630, acabándose las obras diez años después. En 1.695 aparece documentada históricamente la ermita dedicada al mártir San Sebastián. Y en el año 1.706 se inician las obras de la fábrica de la pequeña capilla dedicada a Nuestra Señora de la Misericordia.
     Las Cortes de Cádiz por Decreto de 1.813 suprimen los Señoríos Jurisdiccionales y otros aspectos político-jurídicos del llamado Antiguo Régimen, eliminando la sujeción de los municipios a sus señores, quedando estos con plena autonomía municipal. La vuelta de Fernando VII instaura de nuevo los privilegios señoriales, por lo cual los municipios españoles no adquieren nuevamente su autonomía municipal plena hasta la Constitución de 1.836.
Patrimonio cultural y artístico
     Ermita de San Sebastián. S.XVII Neoclásico.
     Iglesia Parroquial. S.XVII Neoclásico. Cuenta con un rico artesonado mudéjar, un retablo barroco, joyas de imaginería andaluza...
     Imagen de la Inmaculada. S.XVII. Atribuida al círculo de Alonso Cano.
     Imagen de San Francisco de Borja. S.XVII. Perteneciente a la escuela de Martínez Montañés. Patrón de la localidad.
     Ermita Santa María Salomé. S.XVII. Desde uno de los puntos más altos del pueblo preside los jardines que la rodean y es un lugar de continua peregrinación para estar junto a la Patrona de esta villa.
     Arboreto del Villar. Espacio natural de 70 Has. que cuenta con una de las mayores colecciones vivas de Eucaliptos de Europa. Recientemente acondicionado por la Consejería de Medio ambiente para las visitas.
     El Corchito. Bello espacio natural cubierto de pinos que cuenta con dotación de servicios donde apetece pasar una jornada con familiares y amigos.
     Teatro-Cine Municipal “Colón”. Espacio cultural y programación de considerable interés.
     Plaza de España. Situada en el centro del casco urbano. Hermoso lugar donde pasar ratos de ocio. Punto fuerte de las Fiestas Patronales. Lugar de conciertos de la Banda de Música Local durante domingo y festivos en los meses de verano.
Fiestas y tradiciones
     Capillas Cruces de Mayo. S.XX. En total son doce distribuidas en diferentes zonas de la población. Cuentan en su interior con montajes de un gran valor artístico, consecuencia de una esmerada artesanía popular. Dignas de ser vistas.
     Cruces Chicas. Mayo, día 1. Son fieles reproducciones de la “Cruces Mayores” cuyos protagonistas son los niños y suponen la apuesta futura para mantener la tradición. Hecho digno de ser visto.
     Cruces de Mayo. Mayo, 3º semana. No resulta fácil resumir qué suponen estas celebraciones para la localidad, está considerada “Fiesta de Interés Turístico Nacional de Andalucía” y es una tradición que se vive desde el S.XVII. De ello destaca el popular “Romerito” y “ La Verbena”.
     Corpus Christi. Junio. Los campos, con su verdor y aromas, se adentran en las calles por donde transcurre el recorrido procesional. Es un hecho hermoso y a la vez expresivo de la participación de la población en el mantenimiento de una de sus más arraigadas tradiciones religiosas.
     Fiestas Santa María Salomé. Octubre del 21 al 25 normalmente. Fiesta de gran arraigo popular con sus tradicionales y peculiares casetas hacen de ella un hecho folclórico singular para los bonariegos.
Recursos económicos y sociales
     Agricultura de regadío (fresas y frambuesas) y de secano.
Gastronomía
     Destaca por la gran variedad y se encuadra dentro de los perfiles que marcan las características de la cocina andaluza y, más concretamente, del Condado. Su variedad de platos ocupa desde las carnes hasta los dulces caseros.
     El puesto de honor de los ejemplos de la cocina bonariega lo ocupa todo lo relacionado con la matanza del cerdo que tiene lugar en los meses de invierno, por lo que los productos derivados de dicho animal son muy consumidos y elaborados de diferentes y sabrosas maneras. Uno de los platos que podemos catar es la famosa caldereta, estofado de carne especiada acompañada de patatas guisadas y verduras. También es aconsejable degustar el asado en “colorao”, en el que la carne se deja adobar durante un día en un caldo muy especiado con pimentón o ajo, para posteriormente ser degustada tras asarse en los rescoldos de una buena candela.
     Además, dentro de los platos elaborados con carne, destacan los guisos de revoltillo, que no son más que menudos de borrego atados con una tripa. También exquisitas son las vinagreras, platos realizados a base de espinacas silvestres. Otra de las muestras gastronómicas que se pueden degustar en Bonares, es la "Tostá" (pan de pueblo tostado con ajo y aceite, acompañado de pescados como berdigones o bacalao).
     Una tapa muy suculenta son los caracoles en “colorao”, muy relacionado culinariamente con el mencionado asado del mismo nombre (caracoles, aceite de oliva, ajos, pimiento chile, migajón de pan, pimentón molido, pimienta negra, vino fino, taquitos de jamón, hoja de laurel).
     En cuanto a la bebida, se hace imprescindible regar todos los manjares que se han mencionado con un buen vino blanco, como viene siendo tradicional en los pueblos de la comarca.
     Para terminar una buena comida, es necesario probar los dulces caseros típicos de Bonares, como, por ejemplo, las tortas de Pascua u hornazos, hechos a base de almendra molida, harina, ralladura de limón, azúcar, huevo, sementilla blanca y canela molida, y que constituyen el postre más popular.
     La fresa y la frambuesa, que saboreadas bien al natural o como parte de cualquier receta, suponen una exquisita manera de terminar esta visita gastronómica a Bonares (Diputación Provincial de Huelva).
     El topónimo Bonares, según Gordón-Ruhstaller, procede de bodonales, es decir, terreno encenagado, con pérdida de la d intervocálica, característica del andaluz. La villa de Bonares se encuentra situada a 81 m. sobre el nivel del mar, en una cadena de lomas de origen pliomiocénico, en la margen izquier­da del Tinto, a 32 kilómetros de la capital. El número de habitantes se eleva a 5.310. Su economía es de tipo intermedio, con una agricultura diversificada. La existencia de buenos barros y la tradición alfarera han contribuido a la formación  de una importante industria de cerámica, especializada en la fabricación de ladrillos prensados y cerámica polícroma de aristas de tipo sevillano. Otra parte de la economía se basa, tradicionalmente, en las industrias auxiliares de la construcción. Bonares adopta la forma de pueblo caminero (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).

Capilla de la Cruz de la calle del Arenal
     Se encuentra situada en la calle Huerto. Fue edificada en 1976 por el maestro albañil Celestino Martín Romero (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).

Capilla de la Cruz de la calle de la Fuente
     La capilla se hizo entre 1988 y 1992, por el maestro de obras José Limón. La fachada, muy sencilla, con arco de medio punto, con roscas de ladrillo visto y azulejos polícromos (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).

Capilla de la Cruz de la calle Higueral
     Se encuentra en la calle San Cristóbal. La construyó en 1976 el maestro albañil Antonio Moro (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).

Capilla de la Cruz de la calle Larga
     Edificada en 1994, el diseño de la fachada es obra de Cándido Coronel Coronel. El intradós del arco de medio punto está decorado con cerámicas del artista local Gaspar Carrasco, que representan nueve escenas de los misterios del rosario (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).

Capilla de la Cruz de la calle Misericordia
     La fachada de la capilla de la Cruz, diseñada por Cándido Coronel, presenta un arco de medio punto, con triángulos en las enjutas y alfiz cajeado sobre columnas que se alzan sobre pedestales. Fue levantada por maestros albañiles de la calle, encabezados por Cristóbal Santos (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).

Capilla de la Cruz de la calle Nueva
     La capilla se hizo en 1990, bajo la dirección del arquitecto Isidoro Pérez Amador (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).

Capilla de la Cruz de la calle del Pilar
     Fue levantada en 1988, por el maestro albañil José Limón. La fachada presenta un arco de medio punto entre dos vanos con vidrieras polícromas, fechadas en 1988 (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).

Capilla de la Cruz de la calle del Pozo
     Preside la Plaza de Andalucía. Fue construida en 1988 por el perito José Coronel Velo, según diseño de Diego Martín Sánchez (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).

Capilla de la Cruz de la calle San Sebastián
     La ermita se encuentra en la calle San Sebastián. Fue edificada en 1991 según proyecto  del arquitecto Luis Marquínez Marquínez, bajo la dirección técnica del perito Sebastián Fernández Martín (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).

Capilla de la Cruz de la calle Triana
     En 1996 fue levantada la nueva capilla, proyecto de Isidoro Pérez Amador, siendo sus aparejadores Lina Gema Romero Beltrán y Antonio María Velo Garrido (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).

Edificios civiles
     El actual Ayuntamiento se encuentra situado en la Plaza de la Constitución, nº l. En julio de 1928, el  arquitecto Manuel Serrano remodeló el inmueble para acoger el Ayuntamiento, Juzgados y Escuela, llevándose a cabo sus obras en 1930. En 1979 los arquitectos Juan García Camacho y Serafín Ortega consolidaron el edificio. Por último, en 1990 Emilio Albarracín Rapallo e Ignacio Capitán Carmona redactan un proyecto, cuya ejecución concluye en mayo de 1993, y que prestan al edificio una nueva configuración.
     La espaciosa Plaza de España, rodeada por palmeras, naranjos y buganvillas, queda centrada por un templete de ladrillo, cerámica e hierro fundido, para los conciertos de la banda de mú­sica local. A ella se abre la portada principal de la Plaza de Abastos, edificio de un solo cuerpo y marcado desarrollo horizontal, muy del gusto de principios del siglo XX.
     El Matadero está fechado en 1926, según los modelos arquitectónicos de los mercados de abastos, y otros edificios de servicios públicos de aquellos años.
     Lo que antiguamente sirvió para la recaudación de impuesto por el Consumo, a la entrada del pueblo, frente a la ermita de San Sebastián, se ha convertido en una placita, con abundante ornamentación cerámica.
     Entre los edificios de carácter doméstico hay que señalar la casa de la Farmacia, nº 26 de la calle José Antonio, que corresponde al tipo barroco denominado casa de dos pisos con balcón central. En la calle Ingeniero Ildefonso Prieto, nº 8 y 10, hay interesantes casas modernistas de dos cuerpos. En la calle Larga, la casa nº 48 presenta una organización formal propia del XIX. Entre los edificios agrícolas e industriales, podemos citar en la calle Almonte, una antigua bodega, edificada de tapial, con techumbre de tejas árabes. Su fachada se articula con pilastras. La puerta de acceso, de medio punto, tiene en su herraje las iniciales y la fecha «R.P. 1865» (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).

Ermita de San Sebastián
     Esta antigua ermita se compone de una sola nave y capilla mayor. Su tipología, pues, responde al modelo usual de ermitas de la comarca que estudiamos. La nave, de planta rectangular, se cubre con techumbre mudéjar en forma de artesa con tirantes. Obra de carpintería de lo blanco realizada entre 1734 y 1737. En el centro del almizate campea el escudo dominicano. La capilla mayor de planta cuadrada, ostenta bóveda se­miesférica sobre pechinas. Presenta dos fachadas planas con sendas portadas. La del imafronte es la más rica. En el interior del ático hay un lienzo de cerámica policromada del siglo XVIII, efigian­do a San Sebastián. La ermita podemos catalogarla como obra iniciada en 1711 y concluida ya en 1737.
     Tras su restauración, fue inaugurada el 29 de abril de 2002. El presbiterio se decora con iconos, pintados por José Prieto Santana. En sendos arcos rehundidos de los muros laterales, se hallan un fragmento de la pintura mural de San Cristóbal, y un relieve en barro cocido de San Se­bastián, obra de la artista local Pepa Beltrán (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).

Ermita de Santa María Salomé
     La ermita se compone de pórtico, nave y capilla mayor. La capilla mayor, de planta cuadrada, se cubre con bóveda semiesférica sobre pechinas, levantada en 1708 por el maestro albañil de Huelva Leonardo Ruiz de Rueda. En 1922 se construyó un camarín adosado a la capilla mayor. El pórtico o soportal que antecede a la puerta principal, abierta a los pies del edificio, presenta tres arcos de medio punto, uno por cada frente, con impostas y alfices. Es propio de las antiguas ermitas rurales de la comarca, ya que era el lugar idóneo para el descanso de arrieros y cami­nantes. La ermita es una edificación que corresponde a distintas etapas cronológicas. El núcleo original -capilla mayor y nave-, se remonta a los siglos XVII y XVIII. El camarín y dependencias auxiliares son obras del siglo XX.
     Preside la capilla un retablo, que enmarca el camarín donde se venera a la Patrona de Bonares. El camarín se cierra con bóveda esquifada de cuatro paños. Se decora con pinturas de Rafael Blas Rodríguez. Santa María Salomé aparece entre sus hijos, Santiago el Mayor y San Juan Evangelista. Son imágenes de candelero para vestir. Después de la guerra civil española, fueron labradas por Castillo Lastrucci; y restauradas en 1977 por Juan Abascal Fuentes. Por último, Álvarez Duarte talló de nuevo todas  las figuras del  grupo, en 1982 (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).

Iglesia parroquial de Ntra. Señora de la Asunción
 
     La parroquial de Bonares posee un buque mudéjar, cuyas tres naves desembocan en sendas capillas absidiales barrocas. La nave mayor está separada de las colaterales mediante dos arquerías, compuestas de dos arcos doblados de medio punto, que apean sobre pilares rectangulares con resaltos. Dicha nave ostenta una techumbre mudéjar en forma de artesa invertida, con tirantes, y las otras dos las consabi­das cubiertas de colgadizo. Refleja al exterior la distribución interior del espacio y sus diferentes etapas constructivas. La sacristía muestra los volúmenes más nítidos del total resultante. La portada lateral del flanco de la epístola presenta un arco de medio punto, de moldurada rosca sobre pilares con imposta, en­tre dos pilastras cajeadas. La portada del lado del evangelio es semejante a la anterior, aunque más simplificada.
     La torre, situada a los pies del templo, al centro de la nave principal, es una torre fachada. Hoy está enmascarada por las construcciones que a principios del siglo XX se adosaron a ella. La torre, de planta rectangular, se compone de caña, campanario y chapitel. La caña, por el flanco oeste, conserva restos de la portada principal de la iglesia, obra del siglo XVII.
     Las últimas obras han sido realizadas en 1983, bajo la dirección del arquitecto Máximo Gómez del Castillo Gener. Con tal motivo, se reordenó el ajuar litúrgico. A los pies de la nave del Evan­gelio, se encuentra la pila bautismal de mármol rojo jaspeado, del siglo XVII. A continuación está la Virgen del Rosario en sus Misterios Dolorosos, obra de Blas Molner, de hacia 1800, junto con la imagen del Señor Cautivo, de 1996, obra de Francisco Márquez El Cano. Luego está el cuadro de Ánimas, pintura sevillana del XVII.
     La capilla que encabeza esta nave consta de dos tramos, cubiertos con bóveda de aristas sobre arcos fajones. En el paramento lateral del primer tramo hay un pequeño retablo dorado en forma de arco rehundido, de la primera mitad del s. XVIII, con dos óvalos con pinturas de Santo Domingo y San Francisco. La mesa de altar, con decoración de rocallas, es de la segunda mitad del XVIII. En el interior del templete se expone un grupo escultórico, en madera policromada, de Santa Ana maestra y la Virgen Niña, de hacia 1945. Preside la capilla absidial el retablo de la Virgen de la Candelaria. Tiene dos medallones con pinturas de San Francisco de Asís y San Antonio de Padua. El retablo es de hacia 1750, lo preside la Virgen de la Candelaria, obra de Castillo Lastrucci, de 1942. En la hornacina del ático, hay una pequeña escultura decimonónica de San Antonio de Padua, de barro cocido y policromado. Esta capilla comunica con la mayor a través de un arco de medio punto, en cuyo intradós aparecen pintadas Santa María Magdalena, Santa Teresa de Jesús y Santa María Goretti. Sobre una ménsula dorada, hay una Virgen Niña, que perteneció al desaparecido grupo escultórico de Santa Ana maestra, obra de la primera mitad del XVIII.
     La capilla mayor, de planta cuadrada con testero plano, se cubre con cúpula sobre pechinas, decorada con pinturas murales de Rafael Blas Rodríguez. El elemento cupuliforme se decora con pinturas de hojarasca y grupos de angelitos. En el intradós del arco que comunica con la Capilla Sacramental, figuran Santa Micaela del Santísimo Sacramento, San Rafael y Santa Clara. Sobre estos arcos laterales, en el paramento, se representa la Dormición y la Coronación de la Virgen por la Trinidad, copia de Velázquez. Son pinturas de Rafael Blas Rodríguez.
     Preside la Capilla Mayor un retablo dorado, realizado por Tomás Miguel González Guisado, labrado entre marzo de 1781 y abril de 1782. Se compone de banco, un solo cuerpo de tres calles y ático semicircular con el relieve del Padre Eterno y el Paráclito. Sobre el sagrario, centrado en el banco, hay una hornacina con venera para manifestador. En su interior se expone la escul­tura de San Francisco de Borja, en madera po­licromada, obra del círculo de Duque Cornejo. Tiene aureola de plata repujada, y peana dorada de costillas, de mediados del siglo XVIII. Pudo ser tallada a raíz del voto de los dos cabildos de Bonares sobre el Patronato de San Francisco de Borja, fechado a 14 de diciembre de 1755. La escultura fue restaurada en 1954 por Carlos Bravo Nogales. En la hornacina central, la Asunta, titular del templo, obra anónima sevillana del último cuarto del siglo XVIII. Fue rehecha en 1940 por Joaquín Gómez del Castillo, quien labró el cuerpo y reparó el busto y la cara. En las calles laterales, hay sendos tondos con los relieves de Santa Catalina de Alejandría y Santa Bárbara.
     En el arco que accede al Sagrario, haciendo pareja con la Virgen Niña, hay otra ménsula dorada con la Inmaculada, obra anónima sevillana, de mediados del siglo XVII, atribuida tradicionalmente a Alonso Cano, y que responde al modelo mon­tañesino tantas veces reproducido por sus seguidores. La Capilla Sacramental, se cubre con dos bóvedas de aristas desiguales, decoradas con pinturas de Rafael Blas Rodríguez. Sobre los paramentos hay tres tondos con Santo Tomás de Aquino, San Tarsicio, San Pascual Bailón y un cuadro de San Francisco de Borja, patrón de Bonares. Preside el retablo, de orden salomónico, la figura de San José. Tiene banco, cuerpo de tres calles y ático semicircular, con el relieve de la Trinidad. Remata el conjunto una cartela con las herramientas del carpintero. En el templete central se cobija la imagen de San José con el Niño sobre el brazo izquierdo. En la diestra luce rama de azucenas, y sobre la testa, una aureola de plata, de principios del s. XVIII. Tanto el retablo como la escultura del Patriar­ca son de hacia 1700. El sagrario es de platina, y fue construido hacia 1871. El comulgatorio tiene una reja de hierro forjado, de decoración de ces contrapuestas, rematadas con flores, entre balaustres.
     En el paramento lateral se halla un retablo, jaspeado y dorado, de formato palladiano. En él se venera a la Virgen de los Dolores, imagen de candelero para vestir, de Antonio Castillo Lastrucci, realizada en 1938. En la nave de la epístola hay un gran lienzo de la Divina Pastora y el Pastorcito, de Rafael Blas Rodríguez (1948).
     A los pies de la nave de la epístola, un retablito  en forma de arco rehundido, dorado, en cuya hornacina central figura la Virgen del Carmen, con corona im­perial de la época, carente de punzón. La imagen es obra sevillana de la primera mitad del siglo XVIII, vestida con el hábito carmelitano, sin Niño. El retablo está decorado con flores y frutos, veneras, querubines, y rematado por una cartela con el escudo del Carmelo. En el dosel del retablo se lee: "Decor Carmeli", Esplendor del Carmelo.
     Por los pies de esta nave se ingresa a la capilla de la Virgen del Rocío. El retablo de cerámica polícroma neorrenacentista, está realizado en cerámica Santa Ana en el año 1943. En el interior del retablo se guarda el simpecado, bordado en oro sobre terciopelo verde, por las Hermanas Trinitarias de Sevilla, en 1972, en cuyo centro hay un óvalo, con la Virgen del Rocío pintada al óleo.
     A los pies de la nave central, se conservan cuatro sitiales de la antigua sillería (siglo XVIII), En lo alto, sobre el arco rebajado, se expone el Cristo de la Expiración, de serie, con tres potencias de plata, sobre cruz arbórea, con cantoneras de plata.
     En orfebrería, el templo conserva un buen muestrario artístico: De mediados del siglo XVI es la magnífica cruz parroquial de plata dorada, de estilo plateresco, con esquema goticista. El mango es obra del siglo XVIII, con los punzones de V. Gargallo, Garzía, 10, NO8DO, y la Giralda. De la segunda mitad del siglo XVI es el portapaz de bronce dorado, con la figura de la Virgen con el Niño en brazos. En los comedios del siglo XVII puede situarse el incensario de plata. La corona de la Purísima es de fines del XVII. A comienzos del siglo XVIII se deben las siguientes piezas. Un cáliz de plata sobredorada, de proporciones esbeltas. Otro cáliz, de plata con la copa dorada, es similar al anterior. Por último, el ostensorio de plata dorada: el astil hace juego con el cáliz dorado, mostrando una estructura arcaizante, mientras que la decoración repujada es plenamente barroca. Las aplicaciones de plata en su color con los temas del Agnus Dei, el pelícano y parejas de querubines fueron sobrepuestas en 1818 por el maestro platero Francisco Viciconte.
     Dentro de la primera mitad del siglo XVIII pueden situarse un cáliz de plata liso. Y un copón de plata, con profusa decoración vegetal y floral carnosas, cabezas de querubines en la base, nudo y copa; en la copa, cartelas con el Cordero Místico, uvas y espigas. Al último tercio del siglo XVIII pertenecen las siguientes piezas de orfebrería litúrgica de la parroquia: un cáliz de plata sobredorada, de estilo rococó, que lleva los punzones de Cardenas Y Alexandre. Un copón de plata sobredorada, que sigue el mismo concepto compo­sitivo y decorativo del cáliz anterior. Dos ciriales de plata de 1777 y con los punzones de V  Gargallo, García, 10, NO8DO y la Giralda. Idéntica ornamentación de rocallas y el mismo punzón de V Gargallo pre­sentan las seis varas del palio, de plata repujada. Una cruz de altar con crucifijo fue realizada por Vicente Gargallo y Alexandre en 1798. Otra cruz de altar, de plata, sobre peana lisa de metal de épo­ca posterior. También es de Gargallo la naveta. Y el portapaz de plata, con acusados rasgos de neoclasicismo en su estructura y decoración: óvalos y guirnaldas, sin perder el recuerdo del rococó. Por último, un portaviáticos de plata, con decoración de rocallas en torno a la figura del Cordero místico.
     Hacia 1800 pueden situarse un cáliz de plata, con los punzones de Gusman, Garcia, 10, NO8DO y la Giralda. Un cáliz de plata, con nudo periforme, y los punzones de Mendes, Garcia, 10, NO8DO y Giralda. Entrado ya el siglo XIX se hace el cáliz de plata liso, con la subcopa per­lada y nudo campaniforme; lleva el punzón de Palomino. De principios del siglo XX es el cáliz de plata cordobesa, ornamentado con elementos neogóticos: lleva los punzones del león, Merino, Vega y Roja, y, bajo la base, las iniciales "JLBC" del sacerdote de Bonares, don José Luis Barba Cruces. En época indeterminada se hace un cofre de filigrana de plata cordobesa, para las llaves del sagrario. De 1832 es una llave de plata para el sagrario, hecha por Manuel Garzón, platero de Huelva (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).

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