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jueves, 26 de diciembre de 2019

La Iglesia de San Esteban

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la Iglesia de San Esteban, de Sevilla.   
   Hoy, 26 de diciembre, Fiesta de San Esteban, protomártir, varón lleno de fe y de Espíritu Santo, que fue el primero de los siete diáconos que los apóstoles eligieron como cooperadores de su ministerio, y también fue el primero de los discípulos del Señor que en Jerusalén derramó su sangre, dando testimonio de Cristo Jesús al afirmar que veía al Señor sentado en la gloria a la derecha del Padre, al ser lapidado mientras oraba por los perseguidores [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II].
      Y que mejor día que hoy, para ExplicArte la Iglesia de San Esteban, de Sevilla.
   La Iglesia de San Esteban [nº 34 en el plano oficial del Ayuntamiento de Sevilla, y nº 57 en el plano oficial de la Junta de Andalucía], en encuentra en la calle Medinaceli, 2 (aunque la entrada habitual se efectúa por la calle San Esteban, 5; y tiene otra entrada más por la calle Imperial, s/n); en el Barrio de San Bartolomé, del Distrito Casco Antiguo.
   Lágrimas de cristal sobre el rostro de barro de un Cristo se asoman a una ventana de la calle Águilas. Fue conocido como el Señor de la Ventana pero, sobre todo, como el Cristo de la Salud y el Buen Viaje. Quizás la petición de salud tenga alguna relación con el antiguo nazareno de los Gitanos. La petición del buen viaje tiene fácil explicación en la salida principal hacia la puerta de Carmona: a la ventana se asoma el antiguo Ecce Homo de la Congregación de la Anunciación, una agrupación jesuita desaparecido de la iglesia de San Hermenegildo. Desde el siglo XVIII es una imagen que se asoma a la calle Águilas, el antiguo decumano (la vía de sentido este-oeste) de la ciudad romana. Lo hace desde la hermosa iglesia mudéjar de San Esteban, edificación fechable en el siglo XIV aunque sus dos portadas exteriores sean ya obra del siglo XV. La torre es posterior y data del siglo XVIII. Una edificación gótico-mudéjar que llegó a ser suprimida como parroquia en la Revolución de 1868, siendo el edificio vendido y usado como almacén de industria. Afortunadamente el templo pudo ser salvado del derribo que proyectaron algunos para reutilizar sus históricas piedras. No llegó a nuestros días el antiguo pasadizo elevado que comunicaba el edificio con la vecina Casa de Pilatos, morada de la familia Medinaceli, especialmente vinculada a la iglesia del santo protomártir.
   Al exterior presenta dos portadas. La de los pies, hacia la calle Medinaceli, muestra el característico diseño de arcos ojivales que van conformando sucesivas arquivoltas de estilo gótico, coronado con un alero sostenido por cabezas de león. Junto a estos elementos cristianos aparece un friso de arquillos polilobulados de clara filiación islámica, situándose una escultura del Salvador en la zona central. Puntas de diamante en la zona superior contrastan de nuevo con el color almagra que envuelve a algunos elementos. Bajo doseletes aparecen las figuras de San Lorenzo (con la parrilla de su martirio) y San Esteban (el titular del edificio, con dalmática de diácono). La otra puerta, también abocinada, se abre hacia la calle Águilas y suele ser la entrada habitual del templo. Presenta la particularidad de tener puntas de diamante en el intradós de la arquivolta interior, dificultad añadida para la salida del paso de palio de la Virgen de los Desamparados. Sobre la hornacina superior aparece San Esteban, con una inscripción en la parte inferior que data la obra en un momento muy posterior a la portada, en 1618.

   El interior es de tres naves con presbiterio y coro a los pies, siendo la nave de la Epístola (derecha) más estrecha que la del Evangelio (izquierda). La nave central aparece cubierta por un artesonado mudéjar de tres paños, mientras que las laterales presentan unas cubiertas de colgadizo. El presbiterio muestra bóvedas de nervaduras góticas, una distinción habitual en las iglesias mudéjares sevillanas que distinguían en estilo y materiales a la zona más importante del edificio.
   En la zona del presbiterio destaca el magnífico retablo mayor concertado en 1629 con Luis de Figueroa. Se compone de banco, dos cuerpos y ático, estando decorado (algo poco frecuente en Sevilla) por pinturas. Las de la calle central se atribuyen tradicionalmente a los hermanos Miguel y Francisco Polanco, y representan la Lapidación del protomártir San Esteban, la Adoración de los pastores y un Crucificado en el ático. Las calles laterales son importantes obras de Francisco de Zurbarán, representando la Visión de San Pedro y la Conversión de San Pablo en el banco, San Pedro y San Pablo en el primer cuerpo, mientras que en el ático aparecen representados San Hermenegildo y San Fernando. Un complejo programa iconográfico que aludiría al titular de la iglesia, a los orígenes del cristianismo, a la antigua y nueva iglesia (Pedro y Pablo) y al santoral sevillano. En la parte central del presbiterio la mesa de altar realizada en ladrillo muestra un frontal donde se colocó un interesante paño de alicatado mudéjar del siglo XIV, decorado con motivos geométricos, localizado en unas obras realizadas en la capilla mayor.
   Comenzando por los pies del muro derecho aparece el retablo de Santa Ana, una pieza del siglo XIX, al igual que el grupo escultórico. En sus inmediaciones destaca un cuadro de la Virgen de la Antigua del siglo XVII que sirve como ejemplo de la enorme devoción a la pintura mural conservada en la Catedral. En un retablo de austeras líneas neoclásicas se encuentra la Virgen de los Desamparados, titular de la cofradía de San Esteban. Es talla de candelero que realizó el escultor Manuel Galiano en 1923 y que, originalmente, se pensó nominar con el título de la Asunción. La hermandad de San Esteban se fundó en 1928, saliendo por primera vez al año siguiente. Su otro titular, el Cristo de la Salud y el Buen Viaje, recibe culto en la cabecera de este testero en una capilla de planta cuadrada y cubierta por bóveda de arista. Es una escultura que combina un busto y cabeza realizados en barro cocido, de fines del XVI, con el cuerpo de madera, que se le añadió en el siglo XVIII. Presenta como particularidad lágrimas de cristal en su rostro.

   Una vez pasado el presbiterio, en la cabecera de la nave lateral izquierda se sitúa un retablo neobarroco con la imagen de Nuestra Señora de la Luz, del siglo XVIII, titular de una hermandad de gloria que ya existía en 1670. Fusionada a la hermandad sacramental y a la de Ánimas, tras el cierre de la parroquia en 1868, la imagen estuvo depositada en la vecina Casa de Pilatos. Es la única imagen de gloria que ha procesionado un Domingo de Resurrección (1910), acompañando a su Señor Resucitado. Ya en el muro se abre la capilla sacramental, cerrada por una verja de madera de la segunda mitad del siglo XVII. Presenta una rica decoración de yeserías que se pueden datar en la segunda mitad del XVII y que recuerda las realizaciones de los hermanos Borja. La capilla es de planta cuadrada y se cubre con una cúpula rebajada sobre pechinas. El retablo es del XVII y en el centro aparece una escultura de la Inmaculada atribuida al escultor Agustín de Perea, en el último tercio del siglo XVII. Las paredes presentan un zócalo de azulejos del siglo XVII de una compleja composición y un delicado colorido  que los hacen ser piezas excepcionales en el catálogo de la azulejería sevillana. Sobre el acceso a la capilla se sitúa una pintura que representa a San Juan de Ribera, del siglo XVII. A los pies del muro se sitúa un retablo barroco del XVII, con tallas de San José, San Antonio de Padua, San Bartolomé y San Blas, todas de la misma época. En el mismo muro destaca un lienzo barroco anónimo con el tema de la decapitación del Bautista.
   En esta iglesia recibió el bautismo el pintor Juan de Valdés Leal, en 1622, y otras personalidades relevantes como el capuchino Fray Isidoro de Sevilla, creador de la devoción a la Divina Pastora (Manuel Jesús Roldán,  Iglesias de Sevilla. Almuzara, 2010).
Conozcamos mejor la Leyenda, Culto e Iconografía de San Esteban, protomártir:
LEYENDA
   Diácono cuyo nombre griego (Stephanos) significa corona. Lapidado por los judíos, quienes le acusaban de blasfemar contra Moisés, fue el primer mártir (protomartyir) de la fe cristiana. San Agustín lo llama primicerius martyrum. Los griegos lo habían motejado Lithobolite, "el Lapidado".
   Según la vita fabulosa sancti Stephani protomartyris, cuyo texto manuscrito del siglo X se conserva en Montecassino, el día en que nació fue arrebata­do por Satanás, que puso un pequeño demonio en la cuna, para sustituirlo. Luego dejó al niño fajado a la puerta de un obispo llamado Julián. El obispo oyó berridos, salió de su casa y encontró al niño que era amamantado por una cierva blanca que tomando la palabra le aconsejó que adoptase al recién nacido.
   Algún tiempo después Esteban regresó a la casa paterna, y con el signo de la cruz expulsó al demonio que ocupaba su lugar y que entonces apareció en forma de diablo peludo, cornudo, con pezuñas, alas de murciélago y una larga cola.

   Ordenado diácono por los doce apóstoles, discutió con los retóricos judíos que lo hicieron detener y condenar por blasfemia a morir lapidado. Saulo, el futuro San Pablo, habría  ayudado a sus verdugos cuidando sus mantos. Según Gregorio de Nisa (Capadocia), al mártir ese pedrisco le habría hecho efecto que una suave nevada.
   Su cuerpo expuesto a las fieras fue sepultado por Gamaliel, quien, cuatrocientos años después, se apareció al sacerdote Luciano para revelarle el lugar de la sepultura. Gamaliel  informó que san Esteban  había  sido enterrado cerca de él, de su hijo Abibas y de su sobrino Nicodemo, y le indicó la manera de identificar los cuatro cuerpos. Le mostró tres vasos de oro y uno de plata. Uno de los vasos de oro contenía rosas rojas, los otros dos rosas blancas, en cuanto al vaso de plata, estaba lleno de azafrán. Esos vasos, dijo, son nuestros féretros. El de rosas rojas señala el féretro de san Esteban, el único que ha merecido la corona del martirio. Los dos vasos de rosas blancas son los féretros de Gamaliel y Nicodemo, el de plata, lleno de azafrán, es el de Abibas.
   Esta aparición se repitió tres veces. Lucia no fue a Jerusalén y contó la visión a su obispo Juan. Éste, acompañado por toda su clerecía, desenterró los cuatro féretros. El vaso de rosas rojas situado junto a la cabeza de san Esteban permitió identificar el cuerpo del protomártir.
   Estas preciosas reliquias fueron transportadas desde Jerusalén a Constantinopla. Una viuda llamada Juliana, que quería retirar el cuerpo de su marido inhumado junto a san Esteban, por error se llevó consigo a Constantinopla los restos del mártir, aunque los demonios quisieron impedírselo provocando una tempestad. El emperador ordenó que el cuerpo del santo fuese depositado en su palacio. Pero las mulas, que se negaron a avanzar hicieron comprender a todos que el santo quería descansar en una  iglesia. Más tarde, las reliquias de san Esteban emigraron a Roma. A falta de restos corporales del mártir, se disputaban las piedras de su lapidación.
CULTO
Lugares de culto

   Las iglesias dedicadas a san Esteban son excepcionalmente numerosas en todos los países de Europa.
   La difusión del culto del protomártir se vio favorecida por santa Eudocia en el Oriente bizantino y por san Agustín y el papa Sixto en Occidente.
Italia
   Las reliquias de san Esteban se habían juntado con las del diácono San Lorenzo en la basílica romana de San Lorenzo Extramuros. Pero muchas iglesias de Roma se jactaban de poseer fragmentos.
   El papa Pelagio habría donado el brazo derecho del protomártir a la basílica de San Pedro. La iglesia de Santa Práxedes conservaba el otro brazo y una piedra  de su lapidación; la de Santa María la Mayor, un diente; la de San Clemente, una de sus costillas, y las de San Pablo Extramuros y San Silvestre, fragmentos de su calavera.

   Numerosas iglesias de Roma estaban puestas bajo su advocación . El templo de Vesta a orillas del Tíber, se puso bajo la advocación de san Esteban con el nombre de San Stefano delle Carrozze. San Stefano Rotando se eleva sobre la colina del Coelius. Detrás del ábside de la basílica de San Pedro se construyó la iglesia de San Stefano degli Abissini, cerca de un hospicio edificado en 1159 por los abisinios.
   El culto de San Esteban se había difundido en todas las provincias de Italia. En el norte, la catedral de Génova que poseía su mano izquierda y la de Pavía, estaban puestas bajo su advocación; también se lo veneraba en Venecia y en la iglesia de San Stefano in Castello de Verona. En Florencia, Toscana, una iglesia llevaba el nombre de San Stefano della Badia, en Arezzo, Forli y Prato, San Esteban no sólo era el patrón de las catedrales sino también el de las ciudades. En Ancona, a orillas del Adriático, se conservaba  preciosamente una de las piedras de su lapidación, que después de haber golpeado el codo del santo, rebotó sobre uno de los espectadores que la conservó por piedad. Cuando viajó a Ancona, en una visión dicho espectador recibió la orden de dejarla allí, y desde entonces hubo una capilla de San Esteban en la localidad.
Francia
   El culto de San Esteban en Francia era igualmente popular. Hay diez catedrales bajo su advocación. Y antes hubo aún más. En París, san Esteban fue reemplazado por Nuestra Señora (Notre Dame), en Orleans por la Santa Cruz (Sainte Croix), en Lyon por san Juan y en Arles por san Trófimo.
   Una de las principales ciudades de Francia lleva su nombre. En 1040, san Roberto, fundador de la abadía de La Chaise Dieu, agrandó una capilla en Furania en Forez, que puso bajo la advocación de san Esteban. Alrededor de dicha capilla formó  una  ciudad  llamada  en principio Saint Étienne de Furan (S. Stephanus de Furanis), y luego, simplemente Saint Étienne.
   Para dar una idea de la multiplicidad de los santuarios dedicados a san Esteban lo mejor es clasificarlos por orden alfabético.
Agde. Catedral.
Arlés. La catedral de Saint Trophime, originalmente estaba puesta bajo la advocación de San Esteban.
Auxerre. La catedral está dedicada a san Esteban que figura en el sello del capítulo.
Bar sur Seine. Iglesia (de Saint Étienne).
Beauvois. Iglesia abacial.
Besançon. La catedral está dedicada a San Esteban y a san Juan, y poseía la dalmática del santo diácono y un hueso del brazo.

Bourges. La catedral es el más bello monumento que Francia haya levantado a la gloria de san Esteban. La imagen del mártir está grabada sobre las insignias de los canónigos.
Caen. Además de la abadía aux Hommes, que Guillermo el Conquistador puso bajo la advocación de san Esteban, una iglesia parroquial lleva el nombre de Saint Étienne le Vieil.
Cahors. Catedral.
Chálons sur Marne. La catedral era rica en reliquias del protomártir. En  1205 de vuelta de la cuarta cruzada, Nivelon de Chérisy, obispo de Soissons, había traído desde Constantinopla uno de los codos del lapidado. El obispo Pierre de Hans aprovechó el viaje que hizo a Roma en 1253 para solicitar al abad de San Pablo Extramuros la parte superior de la cabeza de san Esteban, que donó a la catedral. Un segundo fragmento de la santa cabeza fue agregado en 1309 por Juan, Señor de Joinville.
Dijon. Antigua catedral. El bajorrelieve del tímpano fue remontado en la de Saint Benigne.
Dreux. La colegiata poseía uno de los huesos de la cabeza del santo, un diente y una piedra de su lapidación.
Estrasburgo. Iglesia abacial cuya nave ha sido destruida por los bombardeos norteamericanos de 1944.
Limoges. Catedral.
Meaux. Catedral.
Metz. El tesoro de la catedral de Metz poseía numerosas reliquias del santo, una parte de las cuales fue cedida en 980 al obispo de Halberstadt. El obispo entregó un frasco de sangre y dos dedos, pero guardó una piedra de la lapidación. Las monedas llevaban la imagen del santo.
Mulhouse. Iglesia parroquial.
Nevers. Magnífica iglesia románica dedicada a san Esteban .
París. La capital poseía al menos tres iglesias puestas bajo su advocación: Saint Étienne le Vieil, que fue demolida para hacer lugar a la catedral de Notre Dame cuya  portada del sur del transepto está consagrada al protomártir; Saint Étienne des Grès (Gradus), cerca de la puerta de Saint Jacques, llamada así a causa de los escalones de la entrada; y por último Saint Étienne du Mont en la cresta de la montaña de Sainte Geneviève, muy cerca de la abadía. Ésta es la única que subsiste.
Périgueux. Antigua catedral.
Ruán. Iglesia de Saint Étienne des Tonneliers (siglo XV), destruida en 1791.
Saint Brieuc. Catedral.
Toul. Catedral.
Toulouse. Catedral. .
Troyes. Colegiata destruida en 1791.
Vignory. Iglesia románica en la diócesis de Langres.

   La dispersión de estos centros de culto, de uno a otro extremo de Francia plantea un problema de hagiotoponimia de difícil resolución. Sería necesario, en principio, situar los emplazamientos de las reliquias del protomártir, huesos, frascos de sangre y piedras de la lapidación.
España
   Treinta y ocho localidades llevan el nombre de San Esteban. Hay iglesias puestas bajo la advocación del santo en Burgos, Segovia y Valencia.
Inglaterra
   Capilla en Westminster, Londres.
   Iglesias en Bristol y Lymne (Kent).
Alemana y Austria
Corvey. La nueva Corbie a orillas del Weser recibió reliquias de san Esteban de su casa matriz.
Halbestadt. En 980 la catedral obtuvo de Metz un frasco de sangre de san Esteban y dos de sus huesos. En el tesoro se muestra una bandeja de plata dorada en cuyo centro hay engastada una piedra de la lapidación; sobre el borde hay cuatro judíos lanzando piedras.
Maguncia. La iglesia de San Esteban posee también una piedra de la lapidación.
Espira. La catedral está bajo su advocación.
Passau. Catedral de San Esteban.
Viena. Catedral de San Esteban.
   Entre los santuarios dedicados a san Esteban aún puede citarse la abadía de Weihenstephan, en Baviera, cerca de Freising.
Patronazgos

   Los patronazgos de san Esteban son menos numerosos que los lugares de culto. No obstante pertenece a la categoría de los santos curadores. Según San Agustín, citado por Santiago de Vorágine en la Leyenda Dorada, se acostumbraba poner flores sobre el altar de san Esteban porque luego éstas servían para aliviar a los enfermos; y la ropa blanca depositada sobre su altar curaba en especial las enfermedades de la médula.
   También se consideraba a San Esteban curador de la tiña, quizá a causa de un juego de palabras con su nombre como ocurrió con san Aniano. En la iglesia de Josselin (Morbihan), los tiñosos depositan como ofrenda pequeños sacos de trigo ante el busto de plata del santo.
   Se lo invocaba a causa de las piedras de su lapidación contra los cálculos y los dolores de cabeza.
   En los países germánicos la leyenda que le atribuye haber sido caballerizo del rey Herodes lo convirtió en patrón de los caballos, y por extensión, de los cocheros y palafreneros. Los caballos se sangraban el día  de su fiesta. También era patrón de los honderos (Schleuderer) a causa de su lapidación.
ICONOGRAFÍA
   San Esteban está representado joven e imberbe, en dalmática de diácono con una estola. A partir del siglo XV tuvo como atributos un libro en la mano, o en un pliego de su dalmática, salvo que lo llevara en equilibrio sobre la cabeza o uno de sus hombros, y las piedras de su lapidación que a veces están rojas de sangre o son doradas.
   Sus demás atributos, menos personales, son el Libro de los Evangelios cuya guarda correspondía a los diáconos, y la palma del martirio.
   El hecho de que la catedral de Limoges, centro de la industria de los esmaltes champlevé, estuviese bajo la advocación de san Esteban, contribyó mucho a la difusión de sus imágenes (Louis Réau, Iconografía del Arte Cristiano. Ediciones del Serbal. Barcelona, 2000).
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Horarios de apertura de la Iglesia de San Esteban:
              Lunes: de 07:30 a 09:00, y de 10:00 a 13:00.
              De Martes a Sábado: de 07:30 a 09:00. Tardes (sólo Martes y Sábados), de 19:30 a 21:00.
              Domingos y Festivos: de 10:15 a 12:00

Horarios de misas, en la Iglesia de San Esteban:
              Laborables: 08;15
              Sábados: 20:00
              Domingos y Festivos: 11:00

Página web oficial de la Iglesia de San Esteban: www.sanbartolomeysanesteban.org

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