Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte los paneles cerámicos "Escudo de los Pérez de Guzmán, Duques de Medina Sidonia", de Hernando de Valladares, en el Vestíbulo del Museo de Bellas Artes, de Sevilla.
El Museo de Bellas Artes (antiguo Convento de la Merced Calzada) [nº 15 en el plano oficial del Ayuntamiento de Sevilla; y nº 59 en el plano oficial de la Junta de Andalucía], se encuentra en la Plaza del Museo, 9; en el Barrio del Museo, del Distrito Casco Antiguo.
En el Vestíbulo del Museo de Bellas Artes podemos contemplar los paneles cerámicos "Escudo de los Pérez de Guzmán, Duques de Medina Sidonia", de Hernando de Valladares (activo entre 1589 y 1631), siendo un azulejo plano policromado en estilo renacentista, realizado hacia 1600, con unas medidas de 13'00 x 13'00 cms, cada pieza, procedente del ex-Convento de San Pablo, de Sevilla, tras la Desamortización, en 1868.
El taller de los Valladares. A fines del siglo XVI y durante las primeras décadas del XVII desarrolla su labor esta familia de ceramistas que produjeron gran cantidad de azulejos para zócalos, mesas de altar, pavimentos de olambrillas, revestimientos de cubiertas, etc. Juan sería el iniciador de la dinastía y le sucederán un hijo llamado como él y otro, más conocido que éste, de nombre Hernando. Más tarde, Benito, hijo de este último , heredará el taller familiar.
Hernando se convierte desde 1590 hasta 1630 en el director del taller cerámico más importante de cuantos trabajan en Triana en esa época y a él serán encomendados los revestimientos de los mejores conjuntos civiles y religiosos construidos o transformados en estos años. Los Reales Alcázares, la iglesia, coro y claustro del Monasterio de Santa Paula, la escalera del extinguido convento de San Agustín, las cartujas de las Cuevas y de la Defensión, capillas privadas en las parroquias de San Vicente, San Lorenzo, Santa Catalina, San Isidoro, San Martín, Santa Ana, Santiago el Mayor, etc. serán algunos de los conjuntos más notables. Además de sus obras en Sevilla fue un importante exportador como demuestran sus pedidos para Sanlúcar de Barrameda, Córdoba, Lisboa, Évora, México o Lima.
El estilo de las obras de Valladares se basa en los repertorios anteriores aportados por Augusta y sus contemporáneos. De ellos se hace continuador manteniendo dignamente la calidad del dibujo, la brillantez de los colores y adaptando las decoraciones a sus marcos de forma muy atinada. Entre sus aportaciones más significativas se encuentran las numerosas mesas de altar debidas a su labor.
A su producción pueden atribuirse algunas obras de las conservadas en el Museo, principalmente los paneles procedentes del extinguido Convento de San Pablo, un conjunto de excepcional importancia. A éste pertenecen el arco de acceso al claustro del Aljibe donde se aprecian los escudos de la Orden Dominica y el de los patronos, los Duques de Medina-Sidonia. Son también notables las figuras de atlantes y cariátides del vestíbulo de entrada y las pilastras de candelieri.
Las relaciones de los Valladares con la Orden de Santo Domingo fueron frecuentes. Obras como la del convento de San Pablo de Sevilla con la familia Guzmán como patronos o la del Colegio de Regina Angelorum, de la misma Orden y bajo el patronazgo de los Marqueses de Ayamonte, son buena muestra de ello y de la calidad del trabajo de estos azulejeros (Alfonso Pleguezuelo Hernández, Cerámica, en El Museo de Bellas Artes de Sevilla, Tomo I. Ed. Gever, Sevilla, 1991).
Conozcamos mejor el Escudo de armas del linaje Pérez de Guzmán, representado en este panel cerámico;
En las “Ilustraciones de la Casa de Niebla” escrito en 1551, que escribe Barrantes Maldonado (1510-1575) sobre la casa Medina Sidonia, son varias las menciones que hacen sobre el origen de sus armas, la más extendida es aquella en la que habla de un caballero hermano del duque de Bretaña, llegó junto con algunas compañías de soldados para ponerse al servicio del Rey Ramiro I de León (842-850) para luchar contra los moros. “Aquellos primeros Guzmanes traían por armas un escudo azul con dos calderas xaqueladas de amarillo y colorado, y en las asas unas cabezas de sierpes con una orla blanca á la redonda del escudo con armiños negros, que son propias del duque de Bretaña”.
Según Maldonado, este caballero cuando entraba en batalla tal era su valor y destreza con las armas que los soldados exclamaban y gritaban “mira el gut man”, que quiere decir en lengua alemana “buen hombre”, y desde entonces los soldados se referían a él como Gutman, vocablo que con el tiempo derivó en Guzmán.
Pedro de Medina (1493-1567), en su “Crónica sobre los duques de Medina Sidonia” escrita en 1561, menciona el mismo origen bretón que señala Barrantes Maldonado sobre éste primer Guzmán llegado para luchar contra los moros, que por el linaje del que procedía, valentía, nobleza, fue casado con una de las hijas del Rey don Ramiro.
De las armas que este primer Guzmán traía escribe que era “un escudo azul con dos calderas jaqueladas de amarillo y colorado, con unas cabezas de sierpe en las asas con una orla blanca a la redonda del escudo, con armiños negros, que son las armas de los duques de Bretaña. Y estas armas trujeron siempre todos los Guzmanes hasta que fueron ayuntadas a éstas, las armas reales de Castilla y León que son castillos y leones, cuando don Juan Alonso Pérez de Guzmán segundo deste nombre, casó con doña Juana de Castilla, sobrina de Enrique II. El cual dicho Rey don Enrique dio en dote y casamiento con la dicha doña Juana al dicho don Juan Alonso de Guzmán, el condado de Niebla, por servicios grandes prestados que á la Corona Real de Castilla hizo, como adelante se declaran; y de entonces hasta hoy, los señores de la Casa de Guzmán tienen juntamente con sus armas antiguas.” Sin embargo, estas fuentes hay que mirarlas con prudencia y desde la distancia, ya que se encuentran escritas sin seguir ningún tipo de rigor histórico y científico, ya que por lo general, tienden a tapar o borrar los aspectos mas comprometedores, realzando aquellos otros que ennoblecen la historia genealógica del linaje.
Las armas del linaje Pérez de Guzmán se muestran sobre campo de azur y dispuestas en palo, dos calderas dispuestas en palo jaqueladas en oro y gules con dos fajas en plata gringoladas con serpientes en sinople en sus asas. Era frecuente entre los linajes de la alta nobleza rodear el escudo con una bordura de castillos y leones que proclaman que su poseedor desciende de algún Rey de Castilla. En éste caso, este hecho se produjo en 1367, cuando don Juan Alonso Pérez de Guzmán, IV señor de Sanlúcar de Barrameda, se casó con doña Juana de Castilla, sobrina de Enrique II. El campo se encuentra timbrado por una corona ducal decorada por cinco florones.
Sobre la corona nos podemos encontrar a Guzmán “el Bueno” en actitud desafiante, lanzando un cuchillo desde el castillo de Tarifa. Otro elemento que nos podemos encontrar son las columnas de Hércules con la inscripción "Non Plus Ultra" sosteniendo el escudo. También puede llevar una divisa en su parte superior, detrás del castillo de Tarifa, una cinta alada con la leyenda "Praefere Patriam Liberis Parentem Decet" (Conviene anteponer la patria a la familia).
Al pie del escudo, pero fuera de él, es frecuente encontrarnos un dragón en sinople, que se identifica con el mito de Guzmán "el Bueno" y la sierpe, a don Alonso fue en busca de este animal para matarlo ya que se dedicaba a asustar y asesinar a los viajeros en el camino hacia Fez. Rodeando todo el conjunto, pueden aparecer dos collares, el de la Orden del Toisón de Oro y el de la Orden del Espíritu Santo (Fundación Casa Medina Sidonia).
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Más sobre el Vestíbulo del Museo de Bellas Artes, en ExplicArte Sevilla.
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