El Mirador de los Reyes Católicos, en el Cuarto Real Alto, del Real Alcázar

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     El Real Alcázar [nº 2 en el plano oficial del Ayuntamiento de Sevilla; y nº 2 en el plano oficial de la Junta de Andalucía], se encuentra en la plaza del Triunfo, 5 (la salida se efectúa por la plaza Patio de Banderas, 10); en el Barrio de Santa Cruz, del Distrito Casco Antiguo.

     En el Real Alcázar, en el Cuarto Real Alto, se encuentra el Mirador de los Reyes Católicos [nº 25 en el plano oficial del Real Alcázar]. 

     El Mirador de los Reyes Católicos es una estancia, rectangular y alarga­da. Fue construida en tiempos de aquellos monarcas (s. XV). Está compuesta en sus testeros mayores por seis vanos de dobles arcos de herradura que apoyan en columnas pareadas mediales, colocadas en el sentido del grosor del muro y que abren hacia los jardines y hacia la galería meridional alta del Patio de las Doncellas. Los antepechos, labrados de fábrica, se decoran con estucados de lazo mudéjar en sus caras exteriores y de claraboyas góticas fingidas, con los emblemas heráldicos de los Reyes Católicos, en su cara interior. Se cubre con una techumbre de tiempos de estos monarcas.

     En  el  siglo  XVI, durante el reinado del Emperador (1541-1543), esta sala fue intensamente remodelada, transformándose en una pieza más resguardada para los usos invernales. De manera que se tapiaron sus arquerías y construyó una chimenea francesa situada en el muro de mediodía. La techumbre antigua, aunque fue respetada, se cubrió con un nuevo techo más bajo. Esta pieza era citada en los documentos como la "Sala Alta Nueva". En las restauraciones llevadas a cabo entre 1976 y 1977 se devolvió a su estado original abriéndose de nuevo sus ventanales y restaurándose su primitiva techumbre. En el curso de estas obras se labró también una escalera de enlace con el Comedor de Familia, pieza que linda con ella. 

      En todas estas piezas existen multitud de retratos que adornan sus paredes. Entre ellos merecen destacarse el de Doña Isabel II y la Duquesa de Montpensier, su hermana; la Infanta María Luisa Fernanda, del pintor decimonónico José María Esquivel; los de los hijos Isabel II, bellísimos pasteles debidos al pincel de Bernardo López que representan al Príncipe de Asturias, luego Don Alfonso XII y a las Infantas Doña Isabel, Doña Paz y Doña Eulalia. Existen además unos óleos de Parceriza de la Catedral de Barcelona y unos floreros de escuela italiana, de gran belleza. Asimismo debemos destacar el mobiliario en general del siglo XIX con espléndidas sillerías, consolas y espejos así como la colección de lámparas y alfombras (Ana Marín Fidalgo, El Alcázar de Sevilla. Ed. Guadalquivir, 1992).

     El Mirador de los Reyes Católicos es una amplia dependencia rectangular cuyos frentes mayores ofrecen arcos de herradura sobre columnas, que se abren  hacia los jardines y a la galería meridional alta del Patio de las Doncellas. Dichos huecos ofrecen antepechos de fábrica en los que se han pintado motivos de lacería mudéjar y claraboyas góticas con los emblemas heráldicos de los citados monarcas. Su techumbre es también una hermosa armadura de par y nudillo de estilo mudéjar. La sala fue profundamente transformada durante el siglo XVI, habiendo recuperado su primitiva fisonomía durante la restauración desarrollada por Rafael Manzano Martos en 1977 (Juan Carlos Hernández Núñez, Alfredo J. Morales. El Real Alcázar de Sevilla. Scala Publishers. Londres, 1999).

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