Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Córdoba, déjame ExplicArte los principales monumentos (Iglesia de la Inmaculada Concepción, Pósito-Ayuntamiento, Molino del Rey, y Plaza del Fuero) de la localidad de San Sebastián de los Ballesteros, en la provincia de Córdoba.
Sobre estas tierras se asentaron colonos alemanes cuyos rasgos étnicos y apellidos perviven todavía. Los Jesuitas prepararon estas tierras, sobre las que se asentaron colonos alemanes cuyos rasgos étnicos y apellidos -que el tiempo ha ido castellanizando- perviven todavía. Otra herencia de aquella fundación inspirada por las ideas racionalistas de la Ilustración es el trazado urbano de la villa, de calles rectas y cuadriculadas, en cuyo centro se abre una espaciosa plaza llamada del Fuero.
Situada en los pagos de La Guijarrosa, esta aldea fue incorporada tras la Reconquista al término de La Rambla, hasta que los jesuitas de Santa Catalina de Córdoba la compraron en 1585, incluida en la finca Ballesteros y Gregorio. El 20 de enero de 1615, día de San Sebastián, Felipe III les concedió la jurisdicción de estas tierras. Tras la expulsión de los jesuitas en 1767, Carlos III la declaró al año siguiente entre las Nuevas Poblaciones de Andalucía, siendo colonizada por alemanes y franceses principalmente (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Iglesia de la Inmaculada Concepción.-
Aunque existió una iglesia construida en 1769, la actual parroquia se levantó en 1956 por el arquitecto Carlos Sáenz de Santamaría. Responde al modelo basilical de tres naves, separadas por arcos de medio punto y cubiertas por bóvedas de arista. Preside el altar mayor una Inmaculada de fines del XVIII, con San Sebastián y San José a los lados, de serie. En la cabecera de la nave izquierda, en un retablo de estípites; hay una Inmaculada sevillana, de escayola, de posguerra, pero muy bien policromada, que sigue el modelo de Alonso Martínez. A la izquierda, en el muro hay un cuadro de la Inmaculada, de tipo murillesco, del XIX.
Sobre estas tierras se asentaron colonos alemanes cuyos rasgos étnicos y apellidos perviven todavía. Los Jesuitas prepararon estas tierras, sobre las que se asentaron colonos alemanes cuyos rasgos étnicos y apellidos -que el tiempo ha ido castellanizando- perviven todavía. Otra herencia de aquella fundación inspirada por las ideas racionalistas de la Ilustración es el trazado urbano de la villa, de calles rectas y cuadriculadas, en cuyo centro se abre una espaciosa plaza llamada del Fuero.
Villa situada al suroeste de la provincia, a 9 Km. de la autovía.
Distancia a Córdoba: 32 Km.
Altitud: 311 m.
Extensión: 10,7 Km2
Habitantes: 836.
Gentilicio: Sansebastianenses o alemanes.
En 1585 los Jesuitas del colegio cordobés de Santa Catalina adquirieron unas tierras del término de La Rambla conocidas por «Ballesteros y Gregorio», cuya jurisdicción y señorío obtuvieron en 1615, momento en que cambiaron el antiguo topónimo por el de San Sebastián de los Ballesteros. A raíz de la expulsión de los Jesuitas en 1767, revirtieron a la Corona estas tierras, en las que al año siguiente se fundó una de las Nuevas Poblaciones creadas por Carlos III en el desierto de La Parrilla, que se repobló con colonos procedentes en su mayoría de Alemania (Diputación Provincial de Córdoba).Situada en los pagos de La Guijarrosa, esta aldea fue incorporada tras la Reconquista al término de La Rambla, hasta que los jesuitas de Santa Catalina de Córdoba la compraron en 1585, incluida en la finca Ballesteros y Gregorio. El 20 de enero de 1615, día de San Sebastián, Felipe III les concedió la jurisdicción de estas tierras. Tras la expulsión de los jesuitas en 1767, Carlos III la declaró al año siguiente entre las Nuevas Poblaciones de Andalucía, siendo colonizada por alemanes y franceses principalmente (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Iglesia de la Inmaculada Concepción.-
Aunque existió una iglesia construida en 1769, la actual parroquia se levantó en 1956 por el arquitecto Carlos Sáenz de Santamaría. Responde al modelo basilical de tres naves, separadas por arcos de medio punto y cubiertas por bóvedas de arista. Preside el altar mayor una Inmaculada de fines del XVIII, con San Sebastián y San José a los lados, de serie. En la cabecera de la nave izquierda, en un retablo de estípites; hay una Inmaculada sevillana, de escayola, de posguerra, pero muy bien policromada, que sigue el modelo de Alonso Martínez. A la izquierda, en el muro hay un cuadro de la Inmaculada, de tipo murillesco, del XIX.
En la cabecera de la nave derecha se conserva la pila bautismal de la primera iglesia. Destaca un cuadro del siglo XVIII, restaurado en 1992, que representa el Martirio de San Sebastián y perteneció a los jesuitas.
A los pies de esta nave están las imágenes de Jesús Nazareno y la Virgen de los Dolores, obras de hacia 1800 restauradas en 1992. La imagen de Jesús en la Oración del Huerto, traída en 1998, fue realizada en 1948 por Juan Martínez Cerrillo para la cofradía de esa advocación en Fernán Núñez. El resto de la imaginería es de serie (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
La iglesia es moderna del año 1956, época de Fray Albino. De planta rectangular, posee portada adintelada entre pilastras y frontón triangular partido. Como remate se coloca una espadaña a modo de campanario de dos cuerpos y frontón triangular como culminación. La cubierta es a dos aguas y una sola en las laterales. En el interior es de tres naves y posee seis arcos apoyados sobre columnas de orden toscano, sosteniendo una bóveda de arista dividida en tramos por arcos fajones.
San Sebastián de los Ballesteros surge por orden del rey Calos III, al igual que otros pueblos que estaban bajo la jurisdicción de los jesuitas. Se puede considerar como un pueblo de nueva planta. De esta época era la antigua iglesia, de la que hoy en día no queda nada; tan solo una imagen de la Inmaculada Concepción donada por el propio Carlos III, y una pila bautismal de la misma época (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Pósito - Ayuntamiento.- Es un edificio de planta rectangular, con fachada principal orientada al sur y abierta a un espacio público que es la plaza mayor. Linda, además, con la calle Cuartel al norte y al este, y con un inmueble de propiedad particular. Cabe la posibilidad de que originalmente el pósito fuera un edificio casi exento, estando en la zona posterior la cárcel, que conserva todavía bastantes elementos en pie, así como el molino del rey.
Se accede al interior del pósito a través de un pequeño vestíbulo que comunica, tras subir unos cuantos escalones, con la gran nave paralela a la línea de fachada. En origen era un gran espacio diáfano, adonde llegarían las bestias de carga para arrojar el grano a la planta baja a través de las piqueras, hoy perfectamente reconocibles en la bóveda del semisótano. En la actualidad vemos que la planta principal, un poco por encima de la cota de la calle, debió llegar a los años sesenta del siglo XX en pésimo estado y entonces, cuando se decidió reformar el edificio, se tiró lo poco que quedaba de la cubrición y se puso una estructura de bovedillas, seguramente de ladrillo, a dos vertientes, hoy enlucida y encalada, y se colocaron unas cerchas metálicas para dar solidez a la estructura y poder soportar el tejado, cuya cumbrera es paralela a la línea de fachada. Durante esta intervención de los sesenta se instalaron techos rasos que ocultaban cerchas y bovedillas, y fueron suprimidos durante la última intervención en el año 2002, salvo en aquellas oficinas en las que se estimó que era necesario para preservar la confidencialidad. Obviamente, para crear despachos hubo que levantar tabiques; no obstante no llega a perderse totalmente la idea original del conjunto.
En un extremo de la nave existen unas escaleras modernas desde las que se accede desde el interior al semisótano, que se halla justamente debajo de la planta superior y todo a lo largo de ella. También existe en el extremo opuesto una puerta moderna que da al callejón trasero. Es, por tanto, de planta rectangular, totalmente diáfano y de estructura bien simple, ya que únicamente presenta una gran bóveda de cañón que se sustenta sobre los muros de carga, contando con tres ventanas rasgadas que se alzan por encima del nivel de la calle para tomar luz. En ellas es posible apreciar el grosor de los potentes muros que permitían almacenar mucha carga, posiblemente no sólo en esta planta de semisótano, sino también en la superior, en la que tal vez se almacenaran otro tipo de productos. Los materiales de la parte inferior de los muros no son visibles, puesto que están enlucidos y pintados, pero a partir del arranque de las bóvedas se utilizó ladrillo puesto de canto que hoy aparece visto. De trecho en trecho, en la cúspide de la bóveda y a lo largo de ella se abrieron las piqueras que son de gran tamaño, rectangulares, y perfectamente visibles porque su recercado es de sillares de piedra.
La fachada del pósito está muy retocada. En altura sólo muestra un piso correspondiente al principal del interior. La portada, completamente renovada, marca el eje de simetría y a cada lado se abrieron ventanas sencillas que plantean serias dudas acerca de su origen, pudiendo tratarse perfectamente de vanos abiertos durante las obras de los años 60.
Dos pares de contrafuertes alternan con estas ventanas y si bien están revestidos en época actual, los podemos ver en la parte trasera del pósito en su estado original, mostrando ladrillo. Son contrafuertes prismáticos y lisos, respondiendo a la finalidad práctica del edificio.
La portada, que copia la original, es de inspiración barroca y consta de un vano adintelado entre pilastras que van rematadas por placajes pinjantes y soportan un frontón partido que alberga una copia del escudo real de Carlos III. Por encima, sobre el tejado, se halla el cuerpo de ladrillo que acoge el reloj, que remata en frontón y debió ser añadido también en los años 60.
El edificio ha sido fechado entre 1768 y 1771, coincidiendo el primero de estos años con la fundación de la villa, que se originó a partir de una hacienda de jesuitas. Y se supone que debió estar concluido en 1771 porque un año antes Pablo Antonio de Olavide comunicó al Consejo de Castilla que todos los edificios que se le habían encargado, atendiendo a un mandato de Carlos III que figuraba en el Fuero de las Nuevas Poblaciones, estaban concluidos.
En las proximidades hubo otras fundaciones carolinas, como Fuente Palmera y La Carlota, dentro de la provincia de Córdoba, y su finalidad era la de crear núcleos de población en territorios deshabitados que se habían convertido en nidos de bandidos que asaltaban a los viajeros y transportes de mercancías. De esta forma práctica, Carlos III, el rey reformador, quiso atajar de raíz el problema
Como otras fundaciones suyas, el frente de la plaza lo constituían tres edificios representativos -la iglesia, el pósito y el ayuntamiento-, como se observa también en Fuente Palmera, donde es apreciable en toda su amplitud la unión de estos inmuebles. Aquí, por tanto, en esta plaza se encuentra el núcleo de la población, su germen. En realidad, la plaza era perfectamente rectangular, pero la erección de un nuevo templo construido en la posguerra en saliente rompió esta traza regular. También hay que indicar que el arquito que une el ayuntamiento con el actual mercado, que se ha dicho que pudo ser el antiguo ayuntamiento, es de época actual.
La plaza tenía antiguamente lo que se conocía como el Jechaero o único suelo enladrillado, donde se echaba el trigo para limpiarlo antes de introducirlo en el pósito. Además de la iglesia, el pósito, cuya planta inferior es conocida como la tahona, y el ayuntamiento, formaron parte de este núcleo originario la cárcel, los portales de la carnicería y el molino del Rey.
En principio, la portada -recordemos que no es la antigua, sino lo que parece una imitación moderna de la existente- sería barroca, atendiendo al tipo con pilastras y frontón partido.
En 1967 se llevó a cabo la gran reforma del edificio, según proyecto del arquitecto Rafael la Hoz Arderius, quien respetó en buena medida el estilo de la fachada. Por eso y por el calado de las obras que afectaron fundamentalmente a las cubiertas de la planta principal, se intuye que debió llegar en mal estado. En cuanto a las bovedillas y las cerchas metálicas que hoy quedan a la vista, es común verlas en construcciones del medio agrario en esos años, por su relativo bajo coste y su practicidad (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Molino del Rey.-
El Molino del Rey, en San Sebastián de los Ballesteros, se encuentra ubicado en la calle Carnicería, calle en adarve, al fondo de la cual se encuentra el portalón de acceso. Desde dicha puerta se accede a un patio que a la izquierda linda con la Tahona, constituyendo el cerramiento del patio, en algunos puntos; muros antiguos de cerramiento del mismo y, en el resto, cerramientos de las construcciones colindantes.
El Molino del Rey, en San Sebastián de los Ballesteros, se encuentra ubicado en la calle Carnicería, calle en adarve, al fondo de la cual se encuentra el portalón de acceso. Desde dicha puerta se accede a un patio que a la izquierda linda con la Tahona, constituyendo el cerramiento del patio, en algunos puntos; muros antiguos de cerramiento del mismo y, en el resto, cerramientos de las construcciones colindantes.
El Molino es una edificación formada por dos naves rectangulares paralelas a la fachada, la torre contrapeso en el lateral derecho y la bodega en el izquierdo, donde se encuentran los trojes de almacenaje. En la nave del fondo se encontraría la prensa de viga, hoy desaparecida, y en la más cercana al acceso se encuentra el molino de sangre de dos rulos cónicos.
Al fondo a la izquierda se sitúan tres pesebres. La cubierta es a la molinera, siendo más alta la que constituye la primera crujía según se entra.
Las naves se separan por cuatro arcos de distintos tamaños. De izquierda a derecha, el primero queda oculto, integrado en una dependencia a los pies de las naves; el segundo es de medio punto, tabicado en su totalidad, y el tercero, el más amplio, es de medio punto rebajado, debajo del cual se encuentra el molino de rulos al que hemos hecho referencia.
Datado en los primeros años del siglo XVII, formaba parte de una gran hacienda de olivar cuya construcción se debe a la Compañía de Jesús. Su existencia dio origen a la fundación de la localidad de San Sebastián de los Ballesteros en 1768, poblado de colonización de la época de Carlos III, actuando como elemento conformador de su trama urbana por lo que son indudables sus valores como referente histórico e identitario para esta localidad (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Plaza del Fuero.- La Plaza del Fuero de San Sebastián de los Ballesteros aglutina en ella a la parroquia de la Inmaculada Concepción, y al Ayuntamiento de la Villa.
A la céntrica Plaza del Fuero se asoma la parroquia de la Inmaculada Concepción, reedificada en 1956, que, como el templo fundacional que le precedió, consta de tres naves.
Guarda la iglesia algunas imágenes del siglo XVIII, entre ellas una Inmaculada que, según la tradición, fue donada por Carlos III.
Junto a la parroquia se halla el Ayuntamiento, que, aunque reedificado en 1967, evoca la antigua fachada en sus contrafuertes y portada de piedra (Diputación Provincial de Córdoba).
Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Córdoba, déjame ExplicArte los principales monumentos (Iglesia de la Inmaculada Concepción, Pósito-Ayuntamiento, Molino del Rey, y Plaza del Fuero) de la localidad de San Sebastián de los Ballesteros, en la provincia de Córdoba. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la provincia cordobesa.
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