Hoy, 2 de abril, Conmemoración de San Francisco de Paula, ermitaño, fundador de la Orden de los mínimos en Calabria. Prescribió a sus discípulos que viviesen de limosnas, que no tuvieran propiedad ni tocasen nunca dinero, y que utilizasen sólo alimentos cuaresmales. Llamado a Francia por el rey Luis XI, le asistió en el lecho de muerte, y, célebre por la austeridad de vida, murió a su vez en Plessis-les-Tours, junto a la ciudad francesa de Tours (1507) [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II].
Y que mejor día que hoy, para ExplicArte la Iglesia y Torre de la Victoria, en Écija (Sevilla).
La Iglesia y Torre de la Victoria, se encuentran en la avenida de Andalucía, 2; en Écija (Sevilla).
De la iglesia del antiguo convento de los padres paúles sólo se conserva actualmente, aunque remodelados, la capilla mayor, el crucero y un tramo de la nave central, por lo que el templo presenta en nuestros días planta centrada. Las bóvedas que lo cubren son de cañón, situándose en el espacio central un casquete semiesférico sobre pechinas. El edificio, construido durante el siglo XVI y en el que se realizaron diversas reformas durante los siglos XVII y XVIII, ha sido prácticamente rehecho en nuestros días. Aún conserva su antigua torre, originariamente situada en el muro de los pies, que se encuentra exenta en la actualidad. Tiene cinco cuerpos más un doble chapitel piramidal, y fue construida entre 1760 y 1766.
El retablo mayor, de la primera mitad del siglo XVIII, ofrece una colección de lienzos de la misma fecha que representan a la Inmaculada, la Imposición de la Casulla de San Ildefonso, San Miguel, San José, San Antonio de Padua y San Blas. En la hornacina central figura una escultura del Cristo del Confalón, obra de mediados del siglo XVI, y en el ático aparece una imagen de candelero de la Virgen de la Victoria.
En el brazo izquierdo del crucero se sitúa un pequeño retablo, tal vez un antiguo manifestador, fechable en torno a 1630, rematado por una escultura de la Inmaculada. El resto de los retablos de la iglesia pertenecen al segundo cuarto del siglo XVIII. En uno de ellos se alberga una escultura de Cristo atado a la Columna, imagen que parece de fines del siglo XVI, pero cuya cabeza se debió de remodelar en el XVIII. A este mismo siglo corresponden los lienzos que se distribuyen por el templo (Alfredo J. Morales, María Jesús Sanz, Juan Miguel Serrera y Enrique Valdivieso. Guía artística de Sevilla y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2004).
La iglesia contaba con una gran nave cubierta y crucero, a la que se accedía a través de las portadas, una en el evangelio y la otra de los pies de la iglesia, con acceso bajo el coro, junto a la que se sitúa la torre. Tenía planta de cruz latina conformada por una gran nave y crucero. La primera, cubierta por artesonado a dos aguas con labores de lacería, bóveda de cañón en el presbiterio, de cañón con lunetos en los brazos y media naranja sobre pechinas en el centro.
En esta restauración se dejó exenta la nueva parte construida, de los restos pertenecientes a la antigua fábrica como la torre y las portadas barrocas realizadas en mármoles polícromos, separación configurada por un patio que hace las veces de compás.
La portada del lado del Evangelio está realizada en torno a 1754-1757, utilizándose en su construcción jaspe y mármol blanco. Consta de dos cuerpos, el inferior es un gran vano central de medio punto con molduras en las enjutas, flanqueado por sendas pilastras toscanas sobre pedestales con decoración a modo de pinjantes; el segundo cuerpo consta de un frontón triangular partido con remates, de cuyo centro emerge una hornacina de medio punto entre pilastras, coronándose el conjunto por un remate mixtilíneo que sirve de apoyo a una cruz.
De similares características es la portada que se sitúa a los pies de la iglesia.
La torre fue realizada, según la casi ilegible lápida fundacional que a ella se adosa, a solicitud de los Padres Fray José Santos y Fray Pedro Díaz, entre los años de 1754 y 1757. Realizada en ladrillo, se aparta del resto de las torres barrocas ecijanas en cuanto a que el fuste se presenta decorado. Consta de cuatro cuerpos cuya ornamentación dota al conjunto de gran singularidad. Ello es patente en la armoniosa utilización de arcos avenerados, arcos en cortina y de medio punto, pilastras almohadilladas y cajeadas, vanos ovalados y polilobulados, arquerías ciegas y chapitel doble octogonal que sirve de base a una cruz con veleta de forja. El conjunto está realizado en ladrillo cortado y tallado con ausencia de azulejería ornamental, salvo en el chapitel.
Fundado en 1506 sobre la ermita de San Martín, perteneció hasta la exclaustración a la Orden de Mínimos de San Francisco de Paula.
En la actualidad, mediante acuerdo con la Iglesia, la Hermandad del Confalón tiene allí su sede y se compromete a mantener el culto.
Fue el cuarto convento de la Orden que se fundó en España, siendo sus fundadores D. Francisco de Aguilar y Córdoba y Dª Elvira Ponce de León, apoyados por Fray Pablo Rosado. Éstos y el Concejo de la Ciudad ayudaron en varias ocasiones a la Orden en la realización de obras de restauración y consolidación del inmueble (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
El edificio, construido en el siglo XVI, fue iglesia del convento de los padres paules. Actualmente, debido a sucesivas reformas llevadas a cabo durante los siglos XVII y XVIII y, sobre todo en épocas muy recientes (de 1965 a 1974), solo se conservan la parte correspondiente a la cabecera y al crucero. Asimismo, se conserva el camarín de San Francisco de Paula con decoración de yeserías barrocas en su interior, tras el que se encuentra el panteón de la casa de los marqueses de Peñaflor, cuyo origen se remonta a la fundación del convento.
El templo alberga diversos ejemplos de retablos barrocos del siglo XVIII como el retablo mayor con lienzos de la misma fecha, la talla del Cristo del Confalón de mediados del siglo XVI en la hornacina central y con la figura de candelero de la Virgen de la Victoria, titular de la iglesia, en el ático.
La torre también se vio afectada tras las reformas anteriormente aludidas quedando exenta de la iglesia, al igual que las portadas de estilo barroco. Fue construida entre 1760 y 1766, tiene cuatro cuerpos y posee una rica decoración en toda su superficie, incluido fuste, centrada en la combinación de elementos arquitectónicos (arcos avenerados, arcos en cortina y de medio punto, pilastras almohadilladas y cajeadas, vanos ovalados y polilobulados, arquerías ciegas…) que dan lugar a interesantes juegos de claroscuro. El conjunto está realizado en ladrillo visto tallado con ausencia de policromía ornamental, otro elemento más que la diferencia del resto de las torres barrocas ecijanas.
Lunes, sábado y domingo cerrado.
Viernes de 19:30 a 20:30 (Turismo de la Provincia de Sevilla).
Conozcamos mejor la Historia, Leyenda, Culto e Iconografía de San Francisco de Paula, ermitaño y fundador de la orden de los Mínimos;
Nació en 1416 en Paula (Paola), Calabria.
Fundador de la orden de los mínimos (Paolotti, Paulaner, Mindeste, Brüder) franciscanos o hermanos menores reformados. Los menores o minoritas ya eran un comparativo, los mínimos acentúan y consiguen el superlativo de la modestia.
A los tres votos conventuales: castidad, obediencia y pobreza, se suma la humildad. Es lo que se llama los cuatro votos de san Francisco de Paula.
El ermitaño napolitano había adquirido tal reputación de taumaturgo, que en 1482 fue llamado por el rey Luis XI de Francia, quien esperaba curarse con sus plegarias. Permaneció veintiséis años en territorio francés, y murió en 1507, en el convento de los Bonshommes, cerca de Plessis les Tours.
Según la leyenda, como había sido rechazado por los barqueros que lo juzgaban demasiado pobre como para pagarse el pasaje, habría cruzado el estrecho de Mesina sobre su manto. El mismo milagro, copiado del profeta Elías, se atribuye al santo español Raimundo de Peñafort, quien navegó por el mismo procedimiento desde Palma de Mallorca hasta Barcelona.
Además, el santo de Paula resucitó a un cordero que habían comido unos obreros, cuya piel y huesos echaron en un horno de cal.
Hizo brotar una fuente donde criaba una trucha. Cuando un sacerdote se la comió, Francisco la hizo resucitar. Rehizo con sus manos niños deformes. Para hacer comprender al rey de Nápoles el carácter odioso de sus exacciones, hizo que el oro quitado a los pobres sudara sangre.
CULTO
Fue canonizado en 1519 por el papa León X, por solicitud de Francisco I de Francia.
Sus sandalias, el manto sobre el cual atravesara el estrecho de Mesina y el escapulario que le trajera el arcángel Gabriel, se conservaban como reliquias en el convento que fundara en 1465 en Paula (Paola), Calabria. No obstante, los mínimos de la plaza Royale de París pretendían poseer "una parte del manto sobre el que atravesó sin mojarse el estrecho de Mesina". Es patrón de Calabria y de Tours, de la orden de los mínimos y de los ermitaños.
En Francia se lo invocaba contra la esterilidad conyugal, porque había obtenido con sus plegarias el nacimiento de Susana de Borbón, hija de Ana de Beaujeu y nieta de Luis Xl.
Su principal santuario en Roma era el convento franciscano de los mínimos de La Trinidad de los Montes, cerca de la Villa Médicis, sobre la colina del Pincio. Una de las iglesias más bellas de Nápoles está puesta bajo su advocación.
En México, las mujeres le pedían tres gracias: la salvación eterna, dinero y un buen marido.
ICONOGRAFÍA
Está representado como ermitaño, con una larga barba, vestido con sayal y capucho y apoyado en un báculo en forma de tau.
Se lo reconoce por su divisa: Charitas o Humilitas, rodeada de rayos, en una tarjeta rectangular, y a veces inscrita sobre su pecho.
En el castillo de Plessis les Tours, residencia favorita de Luis Xl, se han reunido recuerdos de san Francisco de Paula y de los mínimos (Louis Réau, Iconografía del Arte Cristiano. Ediciones del Serbal. Barcelona, 2000).
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Más sobre la localidad de Écija (Sevilla), en ExplicArte Sevilla.
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