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domingo, 24 de abril de 2022

Un paseo por la calle Misericordia

     Por Amor al Arte
, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la calle Misericordia, de Sevilla, dando un paseo por ella.
     Hoy, 24 de abril, domingo siguiente a la Pascua de Resurrección, la Iglesia conmemora la Divina Misericordia, una devoción cristiana promovida por la Iglesia católica enfocada en la misericordia de Dios y su poder, particularmente como una acción de confianza en que la misericordia de Dios y su pasión es el precio ya pagado por nuestros pecados, y que si confiamos en Jesús nuestros pecados nos serán perdonados; Jesús no será nuestro juez sino nuestro Salvador misericordioso, así que hoy es el mejor día para ExplicArte la calle Misericordia, de Sevilla, dando un paseo por ella.
     La calle Misericordia es, en el Callejero Sevillano, una calle que se encuentra en el Barrio de la Encarnación-Regina, en el Distrito Casco Antiguo; y va de la calle José Gestoso, a la plaza del Pozo Santo.
   La  calle, desde  el punto de vista urbanístico, y como definición, aparece perfectamente delimitada en  la  población  histórica  y en  los  sectores  urbanos donde predomina la edificación compacta o en manzana, y constituye el espacio libre, de tránsito, cuya linealidad queda marcada por las fachadas de las  edificaciones  colindantes  entre  si. En  cambio, en  los  sectores  de periferia donde predomina la edificación  abierta,  constituida  por  bloques  exentos,  la  calle,  como  ámbito  lineal de relación, se pierde, y  el espacio jurídicamente público y el de carácter privado se confunden en términos físicos y planimétricos. En las calles el sistema es numerar con los pares una acera y con los impares la opuesta.
     También hay una reglamentación establecida para el origen de esta numeración en cada vía, y es que se comienza a partir del extremo más próximo a la calle José Gestoso, que se consideraba, incorrectamente el centro geográfico de Sevilla, cuando este sistema se impuso. En la periferia unas veces se olvida esta norma y otras es difícil de establecer.
     La vía, en este caso una calle, está dedicada al Hospital de la Misericordia, que se encuentra en ella.
     Las referencias más antiguas a este espacio se remontan a principios del s. XVI, aludiendo a una calle sin nominar que, desde la Venera, "va al Hospital de la Misericordia". Por estas fechas debía conocerse también como calle de la marquesa de Alcalá, por la casa-palacio que los marqueses de Alcalá de la Alameda tenían en una barreduela de la calle, hoy rotulada plaza de Zurbarán. Ya en 1665 figura con el nombre de Misericordia, que se ha mantenido ininterrumpidamente hasta el presente y que alu­de al hospital del mismo título establecido en la calle, cuyo edificio e iglesia se conservan. Es posible que durante mucho tiempo el topónimo Misericordia alternase en el uso popular con el de marquesa de Alcalá, según puede deducirse de Las calles... de Gonzá­lez de León.
     De configuración ligeramente angular al final de su primer tramo se abre en ella, por la izquierda, la citada plaza de Zurbarán. Es una vía estrecha, pavimentada con asfalto y con aceras de losetas. Se ilumina con farolas sobre brazos de fundición. En 1922 se acordó sustituir por el eléctrico el viejo alumbrado de gas. Alternan en ella casas de principios del XX con otros edificios más antiguos y algunos de reciente construcción. Tiene mucho interés la casa contigua a la iglesia del Hospital del Pozo Santo, con un patio interior de columnas, hoy está destinada a garaje. La iglesia citada forma también parte de la calle. Edificada entre 1669 y 1682, tiene la portada de ladrillos, con un vano adintelado flanqueado por pilastras toscanas. En su interior se venera, entre otras imágenes, una del Cristo de los Dolores, obra del círculo roldanesco. Pero el edificio más notable de la calle es, sin duda, el antiguo Hospital de la Misericordia, fundado a fines del s. XV y clausurado en 1837, fecha en la que se instaló allí la Junta de la Beneficencia. Sus elementos arquitec­tónicos más notables pertenecen al s. XVI, especialmente un bello patio de planta casi cuadrada, con tres frentes articulados a base de arcos de medio punto sobre columnas de mármol blanco. En el cuarto testero, cegado, estuvo hasta hace poco el fresco sobre el Juicio Final pintado en 1567 por Luis de Valdivieso. En ese patio se instaló en 1906 la Cruz que existió en el lugar del Pozo Santo. La iglesia del contiguo hospital, construida en el segundo cuarto del s. XVII, tiene una portada muy sencilla, con vano adintelado flan­queado por pilastras y rematado por un ático. En la fachada figuran dos azulejos, uno de Nuestra Señora del Mar y otro de la Virgen de Guadalupe. Junto a la iglesia, y en el viejo edificio hospitalario, los Hermanos de San Juan de Dios establecieron durante unos años una residencia de ancianos.
     Como nota curiosa sobre el caserío de Misericordia, hay que recoger una noticia de prensa de mediados del XIX que ironiza sobre la decoración extravagante de uno de sus edificios: "Entre los monumentos notables de Sevilla, recordamos, ahora a propó­sito del ornato público, una casa que existe en la calle de la Misericordia, en la cual el pintor tuvo el raro capricho de pintar la fachada, imitando de tal manera el veteado del jabón duro, que a cualquiera que pasa, lo primero que se le ocurre es que la casa es de jabón duro, y que se ha construido por ostentación de los adelantos de esa industria de Sevilla" (La Andalucía, 15-V-1859). La calle cumple una función preferentemente residencial, si bien en los últimos años participa del movimiento comercial de la zona, sobre todo a partir de la apertura del pasaje de los Azahares, en la plaza de Zurbarán. Es también fugar de paso para el mercado de la Encarnación y el enclave comercial de José Gestoso [Rogelio Reyes Cano, en Diccionario histórico de las calles de Sevilla, 1993]. 
Misericordia, 7. Casa de tres plantas en la crujía de fachada, avitolada. En el interior existe un patio de columnas con ca­piteles de tipo renacentista.
Misericordia, 8. HOSPITAL DE LA MISERICORDIA. Esta institución se estableció en este lugar a fines del siglo XV en las casas que le fueron donadas al efecto por Ana Fernández. Con el transcurso del tiempo se fueron realizando reformas que dieron al edificio su organización actual. El patio consta de arquerías superpuestas en tres de sus frentes. Las del cuerpo inferior son de arcos rebajados sostenidos por columnas y altos cimacios con relieves. En el cuarto frente se conserva un fresco del Juicio Final, obra de Luis de Vargas. La escalera, situada en un ángulo del patio, consta de dos tramos y se cubre con bóveda. Dos habitaciones se cubren con artesonados, y el zaguán y el corredor de acceso al patio con azulejos por tablas [Francisco Collantes de Terán Delorme y Luis Gómez Estern, Arquitectura Civil Sevillana, Excmo. Ayuntamiento de Sevilla, 1984].
Conozcamos mejor la Solemnidad de la Divina Misericordia
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     "La humanidad no conseguirá la paz hasta que no se dirija con confianza a Mi misericordia" (Diario, 300)
     La Fiesta de la Divina Misericordia tiene como fin principal hacer llegar a los corazones de cada persona el siguiente mensaje: Dios es Misericordioso y nos ama a todos ... "y cuanto más grande es el pecador, tanto más grande es el derecho que tiene a Mi misericordia" (Diario, 723). En este mensaje, que Nuestro Señor nos ha hecho llegar por medio de Santa Faustina, se nos pide que tengamos plena confianza en la Misericordia de Dios, y que seamos siempre misericordiosos con el prójimo a través de nuestras palabras, acciones y oraciones... "porque la fe sin obras, por fuerte que sea, es inútil" (Diario, 742).
     Con el fin de celebrar apropiadamente esta festividad, se recomienda rezar la Coronilla y la Novena a la Divina Misericordia; confesarse -para la cual es indispensable realizar primero un buen examen de conciencia-, y recibir la Santa Comunión el día de la Fiesta de la Divina Misericordia.
La esencia de la devoción
     La esencia de la devoción se sintetiza en cinco puntos fundamentales:
1. Debemos confiar en la Misericordia del Señor.
     Jesús, por medio de Sor Faustina nos dice: "Deseo conceder gracias inimaginables a las almas que confían en mi misericordia. Que se acerquen a ese mar de misericordia con gran confianza. Los pecadores obtendrán la justificación y los justos serán fortalecidos en el bien. Al que haya depositado su confianza en mi misericordia, en la hora de la muerte le colmaré el alma con mi paz divina".
2. La confianza es la esencia, el alma de esta devoción y a la vez la condición para recibir gracias.
     "Las gracias de mi misericordia se toman con un solo recipiente y este es la confianza. Cuanto más confíe un alma, tanto más recibirá. Las almas que confían sin límites son mi gran consuelo y sobre ellas derramo todos los tesoros de mis gracias. Me alegro de que pidan mucho porque mi deseo es dar mucho, muchísimo. El alma que confía en mi misericordia es la más feliz, porque yo mismo tengo cuidado de ella. Ningún alma que ha invocado mi misericordia ha quedado decepcionada ni ha sentido confusión. Me complazco particularmente en el alma que confía en mi bondad".
3. La misericordia define nuestra actitud ante cada persona.
     "Exijo de ti obras de misericordia que deben surgir del amor hacia mí. Debes mostrar misericordia siempre y en todas partes. No puedes dejar de hacerlo ni excusarte ni justificarte. Te doy tres formar de ejercer misericordia: la primera es la acción; la segunda, la palabra; y la tercera, la oración. En estas tres formas se encierra la plenitud de la misericordia y es un testimonio indefectible del amor hacia mí. De este modo el alma alaba y adora mi misericordia".
4. La actitud del amor activo hacia el prójimo es otra condición para recibir gracias.
     "Si el alma no practica la misericordia de alguna manera no conseguirá mi misericordia en el día del juicio. Oh, si las almas supieran acumular los tesoros eternos, no serían juzgadas, porque la misericordia anticiparía mi juicio".
5. El Señor Jesús desea que sus devotos hagan por lo menos una obra de misericordia al día.
     "Debes saber, hija mía que mi Corazón es la misericordia misma. De este mar de misericordia las gracias se derraman sobre todo el mundo. Deseo que tu corazón sea la sede de mi misericordia. Deseo que esta misericordia se derrame sobre todo el mundo a través de tu corazón. Cualquiera que se acerque a ti, no puede marcharse sin confiar en esta misericordia mía que tanto deseo para las almas".
La Santa Sede decreta día de la Divina Misericordia
     Una propuesta de Santa Faustina Kowalska
     La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos publicó el 23 de mayo del 2000 un decreto en el que se establece, por indicación de Juan Pablo II, la fiesta de la Divina Misericordia, que tendrá lugar el segundo domingo de Pascua. La denominación oficial de este día litúrgico será «segundo domingo de Pascua o de la Divina Misericordia».
     Ya el Papa lo había anunciado durante la canonización de Sor Faustina Kowalska, el 30 de abril: «En todo el mundo, el segundo domingo de Pascua recibirá el nombre de domingo de la Divina Misericordia. Una invitación perenne para el mundo cristiano a afrontar, con confianza en la benevolencia divina, las dificultades y las pruebas que esperan al genero humano en los años venideros».
     Sin embargo, el Papa no había escrito estas palabras, de modo que no aparecieron en la transcripción oficial de sus discursos de esa canonización.
     Santa Faustina, que es conocida como la mensajera de la Divina Misericordia, recibió revelaciones místicas en las que Jesús le mostró su corazón, fuente de misericordia y le expresó su deseo de que se estableciera esta fiesta. El Papa le dedicó una de sus encíclicas a la Divina Misericordia («Dives in misericordia»).
     Los apóstoles de la Divina Misericordia están integrados por sacerdotes, religiosos y laicos, unidos por el compromiso de vivir la misericordia en la relación con los hermanos, hacer conocer el misterio de la divina misericordia, e invocar la misericordia de Dios hacia los pecadores. Esta familia espiritual, aprobada en 1996, por la archidiócesis de Cracovia, está presente hoy en 29 países del mundo.
     El decreto vaticano aclara que la liturgia del segundo domingo de Pascua y las lecturas del breviario seguirán siendo las que ya contemplaba el misal y el rito romano (www.aciprensa.com).
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La calle Misericordia, al detalle:
Edificio calle Misericordia, 7.

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