Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte el Barrio de La Bachillera, de Sevilla, dando un paseo por él.
El Barrio de La Bachillera es, en el Callejero Sevillano, un barrio que se encuentra en el Distrito Norte, delimitado por las vías siguientes: Límite del término municipal de Sevilla, c/ Ingeniería, avda. Doctor Fedriani, avda. Juventudes Musicales, avda. San Jerónimo, c/ Medina y Galnares, y Límite del término municipal de Sevilla.
El Barrio de La Bachillera lo componen las vías siguientes: c/ Acebuche, c/ Alcornoque, c/ Algarrobo, c/ Almirante Valdés, c/ Araucaria, c/ Arcabuz, c/ Arce, a/ Aromo, c/ Baobab, c/ Camino de Almez, ctra. de Cazalla, c/ Chirimoyo, c/ Cidro, lugar Cortijo Quijano, c/ Culebrina, avda. Doctor Fedriani, c/ Enebro, c/ Espingarda, c/ Fresno, c/ Ganímedes, c/ Guindo, c/ Haya, c/ Hidrología, c/ Huerta del Sol, Pol. Ind. San Jerónimo c/ A, Pol. Ind. San Jerónimo c/ B, Pol. Ind. San Jerónimo c/ C, Pol. Ind. San Jerónimo c/ D, Pol. Ind. San Jerónimo c/ E, Pol. Ind. San Jerónimo c/ F, Pol. Ind. San Jerónimo c/ G, c/ Jacaranda, avda. Juventudes Musicales, c/ Lentisco, c/ Medina y Galnares, c/ Membrillo, c/ Miguel Romero Martínez, c/ Mosquete, c/ Naranjo, c/ Níspero, avda. San Jerónimo, ctra. Sevilla-Brenes, ctra. Sevilla-La Algaba, callejón Tamarindo, c/ Tilo, c/ Toronjo, c/ Trabuco, grupo Villa Rana, y c/ Zapote.
El Barrio, desde el punto de vista urbanístico, y como definición, aparece perfectamente delimitada en la población histórica y en los sectores urbanos donde predomina la edificación compacta o en manzana, siendo el conjunto de vías urbanas con características homogéneas, y constituye el espacio libre, de tránsito, cuya linealidad queda marcada por las fachadas de las edificaciones colindantes entre si. En cambio, en los sectores de periferia donde predomina la edificación abierta, constituida por bloques exentos, la calle, como ámbito lineal de relación, se pierde, y el espacio jurídicamente público y el de carácter privado se confunden en términos físicos y planimétricos.
En los primeros años de su formación se conocía popularmente como Villacuernos, por la existencia de varias vaquerías. Su nombre actual se reconoce oficialmente cuando se rotulan sus calles en 1969, y es el de la antigua huerta sobre la que se asienta. Su formación se inicia en 1948 cuando el propietario de la huerta cede los terrenos a la Asociación Sevillana de la Caridad con la condición de que se repartieran en lotes de terrenos a "familias necesitadas y sin vivienda". A partir de ese año se inicia la construcción de chabolas a lo largo de la antigua vereda de carne, o camino del Almez, y una serie de calles más o menos perpendiculares a la primera; y a su vez, entre cada una de ella se forma un laberinto de callejuelas y barreduelas que recuerda, según palabras de los vecinos, "a esos pueblos árabes". El único espacio libre más amplio es el que queda entre las calles Arce y el final de Camino del Almez, hoy equipado con bancos de tubos y algunos árboles de la especie brachichitón y mimosa. En un principio carecía de agua, luz, alcantarillado y pavimentación. Posteriormente se instaló una fuente con cuatro grifos de la que los vecinos acarreaban el agua, y un mediocre alcantarillado. En los años setenta se lleva el agua a cada una de las casas y se dota a la barriada de unas adecuadas acometidas. En 1977 pavimentan las calles con la ayuda económica de la Asociación Sevillana de Caridad y el trabajo de sus vecinos: de esa fecha es también el alumbrado de báculos murales. Por último en 1985 Renfe construye una tapia para proteger a los vecinos del tráfico ferroviario. La barriada sólo tiene un acceso, que a través de Camino del Almez que parte desde la avenida de Sánchez Pizjuán, entre las Rimas y las Golondrinas.
La edificación de casas de autoconstrucción de mediana y baja calidad. Las mejores se encuentran a la entrada de la barriada y pierden calidad hacia el final de Camino del Almez y desde éste al trazado del ferrocarril, donde aún se encuentran ejemplos muy próximos a la chabola. Las casas se han ido construyendo por sucesivas ampliaciones, siempre que existiera espacio disponible por alguno de los costados, de ahí que no haya una clara adscripción a una determinada tipología, que oscila entre la casa popular y la chabola. En la fachada de las casas hay un cierto equilibrio entre la cal y el azulejo frente al predominio de éste último en otras barriadas marginales. Desde mediados de los años setenta se está produciendo un lento proceso de agrupación de parcelas y de edificación en altura, por lo que son frecuentes las dos plantas y en algún caso hasta las tres. Entre todos los edificios destaca el de la capilla-escuela de la calle Lentisco, que se construye en 1959 y que en 1986 se ha ampliado con otro cuerpo de nueva planta; actualmente sólo se utiliza como colegio. Cuenta además con un consultorio de la Seguridad Social, y los bajos de algunas casas están ocupados por comercios de alimentación, bares y tabernas. Por último tuvo un campo de fútbol tapiado y con vestuarios, que acondicionaron los vecinos en un solar antes cubierto de escombros y basuras, en que se celebraban torneos a lo largo de la temporada, desaparecido con la nueva ronda.
En líneas generales la calle en esta barriada es la prolongación de la casa, se transforma en el patio del que carece la mayoría de ellas. Esto se hace más patente en las que son totalmente peatonales, y a la vez de menor anchura, que se utilizan como lavadero, tendedero, lugar donde tienen las macetas de mayor tamaño o los enseres que estorban en las casas y que los vecinos se encargan de su limpieza y mantenimiento.
Al mediodía, al pasar por estas callejuelas, se puede adivinar el guiso familiar de cada casa, y en las noches de verano los vecinos se sientan en las puertas formándose pequeñas tertulias hasta hasta que les rinde el sueño. Este modo de vida recuerda a la de los antiguos corrales y casas de vecinos. En las vías principales suele haber un ambiente popular y numerosa gente desocupada, en parte relacionada con la droga y otros tipos de delincuencia. Por ello las barriadas próximas le suelen atribuir todos los delitos que se cometen en ellas. Hay una gran unidad entre sus vecinos y se sienten orgullosos de ello. Gracias a su empeño consiguieron el agua y el alcantarillado, la pavimentación y el alumbrado público, o el campo de fútbol, la tapia de protección del ferrocarril y últimamente el grupo de aulas recién construido. Una muestra más de su solidaridad fue cuando en junio de 1985, a consecuencia de una gran explosión al parecer debida a una bombona de butano, aunque la versión de los vecinos es otra, se derribaron varias casas y otras resultaron muy dañadas; y los vecinos ayudaron a reconstruirlas con la escasa ayuda económica que les dio la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento.
En el mes de mayo la población más joven saca en procesión una cruz acompañada de la banda de cornetas y tambores del barrio: y a mediados de septiembre celebran una velada que conmemora la pavimentación, en la que los vecinos adornan las calles y se premian las mejores; además se hacen otros concursos y hay diversas actuaciones [Joaquín Cortés José, en Diccionario histórico de las calles de Sevilla, 1993].
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