Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Málaga, déjame ExplicArte los principales monumentos (Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, Fuente de los Chorros, Museo del Vino, Museo El Molino, y Castillo) de la localidad de Ojén, en la provincia de Málaga.
Datos geográficos
Comarca de la Sierra de las Nieves
Superficie: 86 km2
Altitud: 335 m
Latitud: 36º 34' - Longitud: -4º 51'
Distancia a Málaga capital: 55,3 km
Datos demográficos
Población: 4.682
Gentilicio: Ojenetos
Ayuntamiento
c/ Camino de Marbella, 3, 29610
952881003 - 952881216 www.ojen.es
¿Por qué elegir entre playa, montaña o festival cuando puedes hacerlo todo? Ojén es un municipio de origen morisco situado entre el mar y la Sierra de las Nieves, y a menos de 10 km de las playas de Marbella. Además, Ojén celebra cada año uno de los festivales referentes a nivel nacional de música independiente, el Ojeando. La belleza de los parajes naturales de sus alrededores, su vida cultural y la cercanía con Marbella te permitirá combinar el descanso con actividades de turismo activo, el ocio nocturno y la práctica del golf.
Datos geográficos
Comarca de la Sierra de las Nieves
Superficie: 86 km2
Altitud: 335 m
Latitud: 36º 34' - Longitud: -4º 51'
Distancia a Málaga capital: 55,3 km
Datos demográficos
Población: 4.682
Gentilicio: Ojenetos
Ayuntamiento
c/ Camino de Marbella, 3, 29610
952881003 - 952881216 www.ojen.es
¿Por qué elegir entre playa, montaña o festival cuando puedes hacerlo todo? Ojén es un municipio de origen morisco situado entre el mar y la Sierra de las Nieves, y a menos de 10 km de las playas de Marbella. Además, Ojén celebra cada año uno de los festivales referentes a nivel nacional de música independiente, el Ojeando. La belleza de los parajes naturales de sus alrededores, su vida cultural y la cercanía con Marbella te permitirá combinar el descanso con actividades de turismo activo, el ocio nocturno y la práctica del golf.
En Ojén no puedes perderte sus monumentos:
Los amantes de la historia y la arquitectura disfrutarán de los enclaves históricos, monumentos de valor patrimonial y un trazado de clara reminiscencia morisca que encontrarán en su paso por Ojén. El primer monumento que destaca al llegar a este municipio es la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Encarnación, que guarda la imagen de San Dionisio Areopagita, construida sobre una antigua mezquita en el siglo XVI. De su construcción original se conserva aún su alminar que hace hoy la función de torre-campanario.
El agua es uno de los símbolos de Ojén, y paseando por el centro del pueblo te encontrarás con la Fuente de los Chorros. De los cinco caños de esta fuente mana agua desde hace más de un siglo, concretamente desde 1905.
Para conocer un poco más sobre la producción y la tradición de algunos de sus productos más destacados, te recomendamos visitar el Museo del Molino de Aceite, que exhibe maquinarias originales usadas para la molienda de la aceituna y exposiciones artísticas; y el Museo del Vino, ubicado en una antigua destilería de aguardiente.
Por último, te recomendamos visitar las Cuevas de Ojén. Estos monumentos naturales de origen kárstico han estado vinculados a la vida del pueblo desde hace siglos. Aunque en un principio se utilizaban como espacios de refugio para animales y personas, hoy día son parte de un jardín en el que se celebran a menudo actos, conciertos y eventos (Diputación Provincial de Málaga).
Uno de los pueblos mejor conservados de Málaga, ofrece distintos atractivos para su visita: las vistas panorámicas, la iglesia parroquial de reminiscencias moriscas y sus aguas. Cuenta con vestigios del Neolítico, aparecidos en las numerosas cuevas de su término, así como restos de un importante castillo de origen musulmán, cuya construcción se inició durante el período califal y finalizó bajo el nazarí. En esta época, era una alquería perteneciente a la Tierra de Marbella, que se rindió a las tropas cristianas en 1485, manteniéndose como un importante núcleo de población mudéjar, repoblado después con moriscos que participaron activamente en la revuelta de 1568; como reacción Ojén quedó desolado hasta la llegada de D. Fernando de Solís, que había tomado posesión del castillo y lo reconstruyó. Declarado BIC, su estado actual es bastante deficiente, aunque su perímetro se conserva prácticamente íntegro. Además, Ojén fue conocida desde 1840 por su aguardiente, realizado en una destilería que instaló Pedro Morales, que utilizaba exclusivamente hierbas aromáticas y las uvas de la localidad, aunque ya no se elabora debido a que el último descendiente se llevó a la tumba la fórmula que lo hiciera famoso en toda España. La explotación de los ricos yacimientos de hierro, llevó al establecimiento, hacia 1826, de las ferrerías de la Concepción y El Ángel, explotadas por la burguesía industrial malagueña, especialmente los Heredia. A pocos kilómetros, y culminando una de las alturas de la Sierra Blanca, que separa Ojén de la cercana Marbella, se encuentra Juanar, refugio de caza que fue utilizado por el General De Gaulle para escribir sus memorias. A 2 km. del hotel, se puede gozar de una de las vistas panorámicas más bellas de la costa, desde Gibraltar a Ceuta.
También su término forma parte del conjunto de la «Reserva de la Biosfera Sierra de las Nieves y su entorno», declarado por la UNESCO, en 1995 (Rosario Camacho Martínez [dirección], Aurora Arjones Fernández, Eduardo Asenjo Rubio, Francisco J. García Gómez, Juan Mª Montijano García, Sergio Ramírez González, Francisco José Rodríguez Marín, Belén Ruiz Garrido, Juan Antonio Sánchez López, y María Sánchez Luque. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo II. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
Un bonito pueblo serrano encaramado en una ladera de la Sierra Blanca desde la que se domina Marbella y una enorme porción de la costa. Ojén es islámico, su nombre viene de Hoxem, que significa lugar áspero, por el nombre de la fortaleza que mandó construir el caudillo Ornar ben Hafsún. Aquí se fabricaba el famoso aguardiente de Ojén, cuya receta se llevó a la tumba el hijo de su creador, motivo por el que tuvo que dejar de elaborarse. En la antigua fábrica se ha instalado recientemente un Museo del Vino que reúne muestras de todos los que se producen en Málaga. El caserío es muy hermoso. Enfrente del museo está el cementerio y abajo, en la única plazoleta llana de la localidad, se encuentra la iglesia parroquial, templo con elementos moriscos y un notable artesonado (Rafael Arjona. Guía Total, Málaga. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2005)
El blanco caserío de esta pequeña localidad trepa graciosamente por una ladera de la Sierra Blanca, desde la que se domina la ciudad de Marbella y el Mediterráneo.
Historia y visita
Fundada a principios de la invasión árabe, la población conserva la traza de su arquitectura, con calles empinadas, casitas blancas y azoteas. Poseyó un castillo, del que queda un torreón, por cuya posesión se enfrentaron los emires cordobeses y el caudillo del cercano Bobastro Ornar ben Hafsún. Tras la conquista fue repoblada por castellanos. La iglesia parroquial tiene elementos moriscos y un buen artesonado.
Gastronomía
Durante mucho tiempo, el famoso aguardiente de Ojén fue la principal aportación de la localidad. Desgraciadamente, tras la muerte del hijo del creador, tuvo que dejar de fabricarse pues se llevó a la tumba el secreto de su fórmula. Distintos intentos posteriores han terminado en fracaso.
Platos tradicionales son los chicharrones con arroz, el bolo de hinojo (cocido de patatas con carne), el gazpacho de uvas y, de postre, el potaje de castañas.
Fiestas
Entre el 8 y. el 12 de octubre tienen lugar los festejos en honor del patrono, San Dionisio Aeropagita, durante los que se celebra un festival de cante flamenco y competiciones deportivas y culturales, y se bailan verdiales (Rafael Arjona. Guía Total, Andalucía. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2005).
Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación Erigida en 1505 y confirmados sus privilegios en 1510, la parroquia fue quemada en la rebelión de los moriscos, reconstruyéndose en el obispado de D. Francisco Blanco de Salcedo.
Cubre su única nave con armadura de madera con tirantes de lazo y el presbiterio, cuadrado, con bóveda semiesférica sobre pechinas. En el exterior, dominado por la pequeña torre, su fachada, de sillares de piedra bien cortados, presenta sobre la imposta un escudo del obispo Fray Manuel de Santo Tomás, bajo cuyo episcopado (1714-17) se realizaron reformas en el presbiterio y capillas laterales.
El presbiterio lo preside un cuadro de S. Dionisio Aeropagita, patrón de la localidad, y un cuadro de la Encarnación, advocación del templo (Rosario Camacho Martínez [dirección], Aurora Arjones Fernández, Eduardo Asenjo Rubio, Francisco J. García Gómez, Juan Mª Montijano García, Sergio Ramírez González, Francisco José Rodríguez Marín, Belén Ruiz Garrido, Juan Antonio Sánchez López, y María Sánchez Luque. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo II. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
Iglesia de una sola nave rectangular cubierta por artesonado de madera y cúpula semiesférica, con dos capillas laterales cubiertas por cúpulas semiesféricas.
Portada de placas de piedra caliza del lugar, imitando sillería.
Ha sido muy reformada a lo largo de los años (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Ubicada sobre una antigua mezquita, data de 1505 con posteriores reconstrucciones.
Su fachada realizada en sillares de piedra y abierta con un arco de medio punto, se corona con un tejado apuntado y una cruz de hierro forjado. En el interior posee una sola nave con capillas abiertas y cubiertas con artesonado mudéjar (Diputación Provincial de Málaga).
En el centro del pueblo se encuentra situada esta típica fuente andaluza de cinco caños.
Construida en 1905, en el emplazamiento de otra datada a inicios del siglo diecinueve. Antiguamente era el abastecimiento de agua para la gente del pueblo. Hoy día, su sonido sigue llenando la plaza de alegría (Diputación Provincial de Málaga).
Museo del Vino
Se trata de la antigua destilería de aguardiente que tanta fama dio al pueblo a finales del siglo diecinueve y principios del veinte. Desde aquella destilería, el edificio ha servido de sede del sindicato de trabajadores CNT, de cine, discoteca, y finalmente museo (Diputación Provincial de Málaga).
Museo El Molino
Este edificio ilustra la historia del aguardiente de Ojén, que empezó a producirse en el municipio en la segunda década del siglo XIX y obtuvo a mediados de ese siglo fama internacional, llegando a popularizar el nombre "ojén" como sinónimo de aguardiente en el extranjero.
Este edificio ilustra la historia del aguardiente de Ojén, que empezó a producirse en el municipio en la segunda década del siglo XIX y obtuvo a mediados de ese siglo fama internacional, llegando a popularizar el nombre "ojén" como sinónimo de aguardiente en el extranjero.
El Museo El Molino de Ojén es un peculiar edificio situado al final de la calle Charcas, en el que las primeras obras de habilitación y adecuación las realizó el Ayuntamiento, incluyendo la reparación parcial del propio molino que se encuentra en su interior, y se culminó con el Plan de Dinamización Turística de la Sierra de las Nieves, para su uso museístico y como punto de información turística.
Su estructura exterior es similar a la de un cortijo que, tras pasar la reja de entrada, tiene un patio en el que antiguamente se almacenaban aceitunas e, incluso, material para la elaboración del famoso aguardiente de Ojén.
En la entrada encontramos el punto de información turística que, a su vez, da acceso a la sala del molino. En esta sala hay un enorme molino que funciona mediante agua, pudiéndose observar tras el mismo y en los bajos del edificio, la turbina de agua que lo pone en funcionamiento. No obstante, está dotado de pantallas de plasma y de toda la megafonía necesaria para mostrar su funcionamiento además de la riqueza del municipio y la variedad de la propia Sierra de las Nieves.
En él también podemos ver un antiguo alambique de aguardiente (del famoso aguardiente de Ojén) totalmente restaurado. Tanto en la sala posterior al molino como en la que está en la planta de arriba se podrán contemplar distintos paneles ilustrativos de la Sierra de las Nieves.
Esporádicamente este pequeño museo se utiliza como sala de exposiciones, básicamente de fotografías (Diputación Provincial de Málaga).
Castillo
El Castillo de Ojén, conocido también como Castillo de Solís, toma este nombre de Fernando de Solís que fue el encargado de reconstruirlo tras la conquista cristiana. Se encuentra ubicado en un cerro amesetado que domina la villa, a unos 355 metros sobre el nivel del mar.
El Castillo de Ojén, conocido también como Castillo de Solís, toma este nombre de Fernando de Solís que fue el encargado de reconstruirlo tras la conquista cristiana. Se encuentra ubicado en un cerro amesetado que domina la villa, a unos 355 metros sobre el nivel del mar.
Presenta dos caras inexpugnables verticales de unos 40 metros aproximadamente en sus lados meridional y occidental.
Cierra un amplio espacio mediante dos considerables lienzos dispuestos en sus caras Norte y Este que eran los frentes más desprotegidos, que se adaptan a los desniveles del terreno. La superficie total ocupada por el castillo se estima en 3.343 metros cuadrados. Domina uno de los caminos de comunicaciones desde la costa hacia el interior, el acceso a Ronda y Antequera, así como contacto visual con la costa, características que le otorgan unas buenas condiciones de control del territorio.
Su fundación debió generar el primer asentamiento que se identifica hoy con el casco antiguo. Tradicionalmente se data con una cronología que abarca desde el siglo IX al XV.
Su estado de conservación es bastante deficiente, al hallarse los restos muy deteriorados y cubiertos de vegetación. Está en terrenos de propiedad privada, aprovechados para el cultivo hortofrutícola, lo que también ha provocado su alteración.
En 1994 se llevó a cabo una intervención arqueológica. Tras ella se pudo apreciar que el recinto posee una morfología pentagonal, adaptándose a la topografía del terreno. Los muros de su perímetro fueron aprovechados para la delimitación de la finca actual. El resto emergente más evidente es una torre, situada en su ángulo Noroeste. Se trata de una torre cilíndrica de tendencia troncocónica, de 3,70 metros de alzado por 3 metros de diámetro situada sobre el borde del acantilado, realizada a base de mampuestos irregulares trabados con argamasa y enlucida tanto en el exterior como en el interior.
Se aprecia la existencia de una estancia interior toscamente abovedada y restos de aspilleras orientadas al Norte y al Oeste.
Se mantienen en pie algunos muros, sobre todo los que se asientan sobre terreno llano, que cuentan con una buena cimentación y un grosor que en algunos casos se aproximan a 1,80 metros. En el Norte se conserva un paño de muralla realizado en mampostería, que tiene en su ángulo una torre troncocónica con estancia interna, desde donde se dominan los flancos Norte y Oeste por medio de saeteras orientadas en esa dirección.
Los torreones y murallas que bordean la pequeña meseta y sobre el curso del arroyo se han desprendido, apreciándose únicamente las primeras hiladas.
Los lienzos que se disponen al Este son los más importantes del recinto, algunos cuentan con una altura superior a 4 metros. y están fabricados en mampostería muy regular trabada con mortero de buena mezcla. La entrada principal debió situarse en esta zona, pero no quedan restos de ella.
En cuanto a la ordenación interna se advierte aún los arranques de pequeños muros que pertenecían a las estructuras que conformaban los habitáculos.
El interior de la fortaleza fue roturado para aprovechamiento agrícola, destruyendo las dependencias exteriores.
Los materiales arqueológicos documentados durante la intervención indican el inicio de la actividad durante el siglo XVI, siendo posible la existencia de alguna estructura en tiempos inmediatamente anteriores a la conquista cristiana de la zona, en 1485. Los arqueólogos interpretan estos restos como parte de una alquería fortificada de época nazarí, respondiendo su fundación a la intensa explotación agraria de la zona durante esa etapa o vinculada también a las explotaciones mineras existentes en la zona y en activo hasta hace relativamente poco tiempo.
Esta fortificación jugaba un triple papel, como elemento defensivo, económico y social. Su función principal era ejercer el control sobre la población autóctona, así como de las rutas de acceso hacia el interior.
En diciembre de 1569, reinado de Felipe II, se produjo la rebelión de los moriscos de Ojén. El Castillo de esta localidad jugó un importante papel durante esta rebelión.
En 1570 finaliza la guerra y Ojén permaneció totalmente desolado, hasta la llegada de Don Fernando de Solís, que reconstruyó el castillo (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Más sobre la provincia de Málaga, en ExplicArte Sevilla.
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